III. Inmunidad a la tuberculosis .-Las razas que como la africana y otras razas aborígenes no han estado expuestas a la tuberculosis son sumamente susceptibles a la enfermedad cuando por primera vez SC ponen en contacto con el bacilo. Por otra parte, los casos son nu- merosos pero es reducida la mortalidad causada por la enfermedad en aquellas comunidades que por mucho tiempo han estado expuestas a la infecci6n. Existen varias explicaciones posibles de esta gran resistencia. (1) Puede ser una inmunidad adquirida, producida por ligeras infecciones naturales que han sido dominadas; (2) puede ser una inmunidad racial engendrada por WI proceso de eliminación de los clcmentos hnmanos más suscepttbles cn el que han sobrevivido los individuos rcsistcntes. Aun cuando cada uno de estos factores puede representar su papel, la resistencia natural del individuo debe ser dc primera importancia. Si no existiese inmunidad innata, una infección cltalquicra estaría seguida siempre de tuberculosis generali- zada como sucede entre los monos y los conejillos de India. En la creett~~ia de que el bacilo del tubérculo es de escasa virulencia con rcspwto al hombre, ha llegado a insinuarse que la leche infectada que SC toma durante la niñez ha podido tener un efecto inmunizador, habiéndose llegado hasta insinuar que, debido a esta circunstancia, podría wr itnprudcttte clitninar el bacailo del tub6rcnlo bovino existen- te cn In lecha. El autor considera esto como una doctrina peligrosa, por cwattto attn una pcquctía dosis puede dar lugar a una infección fatal.
INVE:STIGACI~NICS RELATIVAS A LA SIJPRESIC~N DE LA UNCINARIASIS. Es-
TADOS ACERCA DE LA PRESENTACIÓN, DISEMINACIÓN Y MORFOLOGf.4 ntrr, NECATOR SIJILLUS, CON DESCRIPCYONES DE OTRAS ESPECIES DE:
NWATOH Por James E. .Ickwt y Florcnce K. Payne. Amcrican Jottrttttl of II~‘g~enc. YoI. 3, No. 1, Entro de l!)i>3, p. l-24. Las invcst ig;tc*ioncs post mortettt dc algunos marranos -y los cultivos dc cx(~rctnctttos do marranos de difcrcntrs localidades de Trinidad, ttntilla britlini(*a, indicatt que una gran propowi6n dc los marranos de dic+a isla están infectados dc anc~uilostomas, gusano este al que los autores han propttcsto attttriortncntc que SC Ic (16 cl nombre de Necn- for sItI- 17.9. Este dcscubt~ittiicttto es dc importancia por cuanto el pnt%sito de rcftwttc~ia SC parccc mucho al gusano humano, Necator (iwwicw~t(s y nos prcsrttta la cuestión de que tnarrano es un depósito de infcwiótt htttnatia por mcdto del anquilostoma. Algunos det eni- dos estudios morfológicos hacen vw diferencias precisas entre el anqnilostonta del marrano y cl dc
tipo
humano, o sea el Necntormericcrn~ts. Los esfuerzos qnc se han hecho para infectar marranos
pequeños con larvas del Necator amerkanus indican que éste no puede desarrollarse en los marranos. Los experimentos semejantes que se
han llevado a cabo para infectar a los marranos con larvas del Neccxtor suillus tuvieron buen éxito, habiéndose encontrado que las larvas se desarrollaron completamente en el intestino del marrano casi seis semanas después de la inoculación. Los autores llegan a la conclusión de que el Necator americanus y el Necator suiZlus ofrecen dos especies distintas de anquilostoma. La memoria de referencia trae varias descripciones y grabados de las cuatro especies de Necator que se conocen.
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INVESTIOACI~NES RELATIVAS A LA SuPREsIóN DE LA UNCINARIASIS. 13 OBSERVACIONES ACERCA DE LAS CONDICIONES EN QUE SE DESARROLLAN
LOS HUEVOS Y LOS LARVAS DEL ANQUILLOSTOMA. Por James E. Ackert. Ameritan Journal Hygiene, Vol. 3, No. 1, Enero de 1923, p. 26-34.
Esta memoria contiene los resultados de cierto número de experi-
mentos llevados a cabo en la antílla británica de Trinidad acerca de los huevos y larvas de anquilostoma en un suelo que se encuentra bajo condiciones naturales. Las observaciones indican que los excremen- tos que contienen huevos de anquilostoma y se encuentran bajo una pequeña sombra producen generalmente larvas en un período que varía entre 5 días y 3 semanas. Encontróse que los huevos se conser- van viables por espacio de 58 días cuando están enterrados a una profunidad de 5 pulgadas y media en’un suelo formado por arena y arcilla. También se observó que la costumbre de cubrir el suelo con- taminado en el cual hay huevos de anquilostoma con una delgada capa de cenizas, conforme se acostumbra en algunos países tropicales, no da resultado como medida eliminadora.
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LA UNCINARIASIS Y LA FIEBRE TIFOIDEA EN PUERTO RICO. 1920-1921.
Informe del Comisario de Sanidad, Apéndice III del Informe del Gobernador de Puerto Rico en el año que terminó el 30 de junio
de 1921.
La Fundación Rockefeller costea todos los gastos y tiene a su cargo la labor que se hace en Puerto Rico contra la uncinariasis. De las 2,349 personas examinadas en una sección de la isla se encontró que 2,083
estaben infectadas. Se han puesto en práctica algunas medidas de supresión como la construcción de letrinas y la aplicación del timol
y del ceñiglo. En el Informe se publican los datos estadísticos con- cernientes a los resultados obtenidos en un distrito de la isla.
También trae el Informe el siguiente cuadro de los casos y defun- ciones de fiebre tifoidea ocurridos en Puerto Rico :
Año
1918-19 . . . - 1919-20
1920-21 . I
Casos Mortalidad
239 102
. .
219 107
197 154
