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Adelantos en el estudio del sarampión

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Academic year: 2017

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$70 OFICINA SANITARIA PANAMERICANA

Adelantos en el Estudio del Sarampión *

En 1924, en un breve comentario relativo a la etiología del saram- pión,’ hicimos notar lo poco adelantado desde los clásicos experi- mentos de Hektoen 2 (en 1905), quien produjera típico sarampión en dos pacientes inyectando pequeñas cantidades de sangre extraída a los sarampionosos en el primer día del eritema e incubándola 24 horas en caldo-lfquido ascítico. Ya se había demostrado antes que podía producirse experimentalmente la enfermedad inoculando moco nasal y raspados de la piel que contenía sangre y detritus epitelial de los sarampionosos en la primera parte del periodo erup tivo.s

Mucho es lo agregado en los últimos tres años a la literatura ya voluminosa sobre el problema. Tunnicliff 4 y sus colaboradores han aportado nuevos datos relativos al diplococo glaucógeno, que aislara , ella de las secreciones nasales, faríngeas y oculares y de la sangre de los sarampionosos en el principio de la enfermedad, y también han descrito una cutirreacción para determinar la susceptibilidad al sarampión, en la que se emplea, como antígeno, un cultivo anaerobio

(muerto) en caldo-dextrosa del microbio de Tunnicliff. En todas las personas comprobadas cuya historia era negativa en cuanto a sarampión, la reacción fu6 positiva, en tanto que resultó negativa en 96 por ciento de las que habían tenido la enfermedad. El antfgeno fué neutralizado por el suero de sarampionosos convalecientes y por el de las cabras inmunizadas con el diplococo.

Ferry 6 aisló un estreptococo glaucógeno de la sangre de los saram- pionosos en la iniciación del eritema, que se diferenciaba del diplo- coco de Tunnicliff, principalmente por producir una exotoxina. Los filtrados de cultivos en caldo produjeron cutirreacción positiva como en 90 por ciento de las personas sin historia de sarampión. Tu nni- cliff y Taylor 6 publicaron después los resultados de las cutirreacciones verificadas con el filtrado procedente de cultivos del microbio de Tunnicliff en caldodextrosa al 0.2 por ciento, que contenía 1 por ciento de sangre de oveja, habiendo obtenido positivas en 50 por ciento de las personas sin historia de sarampión, y negativas en las que dijeron que habfan tenido la enfermedad. Como explicación del fracaso previamente comunicado por Tunnicliff en lo tocante a lograr cutirreacciones positivas con filtrados de su diplococo, ofre- cieron el hecho de que se había agregado al medio de cultivo liquido

ascítico de adultos que habían tenido probablemente sarampión. _____-

* Editorial, Jour. Am. Med. Assn., E. E., 19: 342 (mzo. 1) 1928.

1 Laetiología del sarampión-Ojeadarestrospectiva, editorial, J. A. M. A., E. E., 12: 40G (sbre. 15) 1924 1 Hektoen, Ludvig: Experimental Mensles, J. Infect. Dis. 2 : 238, 1905.

0 Mayr, F.: Beobachtungen iiber Masern, Ztschr. d. k. k. Cessellsch. d. Aerzte zu Wien 1: 6, 1852, citado por Hektoen, Ludvlg: El sarampión experimental, RevIsta, J. A. M. 8.. E. E., 1: 418 (abr. 1) 1919.

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Cary y Day’ comunicaron diplococos glaucógenos positivos al Gram en 98 por ciento de los cultivos faringeos, en 50 por ciento de los de las secreciones conjuntivales y en 33 por ciento de los hemo- cultivos en los casos incipientes de sarampión. Con siete razas produjeron eritema y reacciones febriles en los conejos. El hallazgo de cocos glaucógenos en la sangre de los sarampionosos al principio de la enfermedad por esos investigadores y otros reviste probable- mente más significación que el hallazgo en la nariz y garganta, pues los laboratoristas avezados ya saben que existen casi constante- mente cocos verdes insolubles en bilis en los cultivos faríngeos de los sujetos normales y que no son, ni mucho menos, raros en los cultivos nasales. Los investigadores idóneos no han podido obtener hemo- cultivos positivos en los casos incipientes de sarampión, pero no hay motivo para poner en duda los resultados consignados por los susodichos autores, aunque si cabe alguna respecto a la significación etiológica de los hallazgos.

En sus primeros estudios relativos a la escarlatina, los Dicks obtu- vieron cultivos tanto aerobios como anaerobios de la sangre en 24 casos tempranos de escarlatina, y lograron resultados positivos en 20 pero sin encontrar constantemente el mismo microbio. Había a menudo razas semejantes en la garganta, sangre y orina de los enfermos, de lo cual dedujeron que, en el período agudo de la angina escarlatínica, los microbios faríngeos, independiente de su genero, pasan a menudo al torrente sanguíneo en cantidades con- siderables. El coco verde no ha sido encontrado con mucha constancia en la sangre de los sarampionosos en la incipiencia de la enfermedad y tal vez se trate de un invasor fortuito durante el perfodo catarral, de modo que, aunque el hallazgo es interesante, no acaban de convencer las pruebas ofrecidas con respecto a su papel etiológico.

Según han hecho notar numerosos observadores,g no se ha demos- trado todavía la susceptibilidad de los conejos al mismo virus que produce el sarampión en el hombre. También hay ciertos reparos a aceptar como sarampión las ligeras erupciones producidas al inyectar sustancias sarampionosas en los monos. Los únicos eritemas y manchas de Koplik, producidas por los cocos verdes fueron en esos animales y los cobayas, en tanto que la producción experimental en el hombre sería una prueba mucho más satisfactoría del papel etiológico de esos microbios.

Prometen bastante las comunicaciones favorables de TunniclifE y sus colaboradores respecto a protección de las personas expuestas al sarampión, por medio de la inyección de suero Io de los cabros inmuni-

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‘zados a su diplococo, p se espera con mucho interés a que lleguen

las

comunicaciones de otros investigadores que emplean el suero de Tunnicliff y que sin duda se publicarán pronto.

Caronia l’ comunicó el cultivo de un coco anaerobio negativo al Gram, de Ia sangre, médula ósea, líquido cefalorraqufdeo y secreciones

nasofadngeas di los enfermos con erupción incipiente del sarampión . y también el descubrimiento de inmunicuerpos específicos en el suero

sangufneo de los convalecientes, pero hasta ahora no se han con-

firmado sus observaciones. McCartney l2 se conformó minuciosa- . mente a las instrucciones del investigador italiano, pero no pudo

repetir sus observaciones, descubriendo, en cambio, en el medio estéril e inoculado de cultivo, artefactos muy semejantes al microbio de Caronia.

Las recientes investigaciones de Degkwitz l8 ofrecen alguna espe- ranza, aunque no demuestran el factor etiológico. Ese investigador repitió la inoculación experimental de Hektoen en el hombre y trató luego de cultivar el virus, el cual obtuvo sangrando a un niño con sarampión típico en el primer día de la erupción y diluyéndolo en una solución salina especial que contenía el mismo número de aniones y cationes y la misma pH que le sangre. Un centímetro cúbico de una dilución al 1 :

5,000

no produjo sarampión en un niño que se sabía jamks había tenido la dolencia. Con esa dilución se obtuvieron sub- cultivos durante 78 días, en cuyo espacio de tiempo habían pasado por

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generaciones y se había alcanzado una dilución de uno en tres mil trillones del virus primitivo. Los cultivos se hicieron en simbiosis con cocos verdes, a veces con el microbio de Tunnicliff y a veces con neumococos. En varias personas se inyectaron dosis de un centímetro cúbico del subfiltrado final, después de filtrarlo por el Berkefeld W., produciendo reacciones que consistían en hipertermia, conjuntivitis, bronquitis y rinitis de

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a 14 dfas después de la inocula- ción. A veces se presentaron manchas rojas azuladas en la piel, pero jamás típica erupción sarampionosa. Las inyecciones de testigo de los simbiontes, aplicadas del mismo modo, no produjeron ninguna

reacción reconocida. A los dos meses, la inoculación de ambos grupos con sangre sarampionosa infecciosa fu6 seguida de la aparición de típico sarampión en las personas que sólo habían recibido antes el filtrado de los simbiontes, en tanto que las previamente inoculadas con subcultivos del virus no contrajeron la dolencia.

En SUS experimentos en los monos Degkwitz no pudo producir un eritema que considerara típico del sarampión, pero si demostró que el suero de los monos que manifestaban hipertermia después de recibir el virus posee marcado valor profiláctico contra un virus de infec- ciosidad comprobada. También ha recomendado el empleo de un -~- -

11 Caronia, 0.: Ricercbe sulla etiología del morbillo, Pediratris 31: 801 (agto. 1) 1923.

12 Hektoen (nota 3). Sellards, A. W.: A Review of the Investigations Concemmg tbe Etiology of Measles. Medicine 3.99 (mayo) 1924. McC’artney, J. E.: Rece& Work an Measles, Lancet 1: 93 (eno. 8) 1927.

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antisuero sarampionoso protector, obtenido presuntamente, inocu- lando los animales con dosis repetidas de su virus, pero las comuni- caciones relativas a la aplicación de ese suero no han sido del todo favorables. Si se repiten y confirman los experimentos humanos de Degkwitz, contaremos con un nuevo hecho que agregar a nuestros conocimientos etiológicos del sarampión: la capacidad del suero sarampionoso para proliferar fuera del cuerpo. El hallazgo de cocos glaucógenos en la sangre de los sarampionosos al principio de la enfermedad por Tunnicliff, Ferry, Cary y Day, y otros es interesante e importante, pero hay que suspender todo juicio def?nitivo acerca del papel etiológico de los mismos, hasta producir con ellos saram- pión indudable en el hombre y en los animales de experimentación.

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DiagnóstZco.-Hablando del diagnóstico temprano del sarampión, Stimson l4 dice que las características de la iniciación pueden ser enumeradas cronológicamente por medio de los dedos de la mano abierta. Comenzando con el menique, tenemos el primer síntoma, fiebre. Doce horas después se presenta el dedo anular, o sea la vultuosidad del párpado inferior y quizás la linea sarampionosa, junto con el primer signo del enantema en la boca. Doce horas después, o dedo cordial, llegan los síntomas de catarro, también conocidos como las tres ‘(Ces,” a saber, conjuntivitis, coriza y tos (cough). Doce horas después, o fndice, se encuentran las manchas de Koplik. Treinta y seis horas después, o sea la misma distancia del fndice al pulgar como del meñique al i’ndice, llega el rash o exantema, y para la palma de la mano nos queda cierta cefalaIgia y mucho malestar durante todo ese periodo. Lo primero es pensar en la posibilidad de sarampión y buscar luego las caractéristicas indicativas, tales como fiebre, invasion ocular, en particular la llamada línea sarampionosa dentro del párpado inferior, la erupción macular en la mucosa de la faringe, y por supuesto, las manchas de Koplik. Al examinar a un enfermo por coriza, el medico debe adoptar las costumbre de reconocer por dentro los párpados inferiores y las mejillas, aún antes de reconocer la faringe. Si hay historia de exposición a la enfermedad, debe tomarse la temperatura cada cuatro horas, comenzando desde el séptimo día, y a la primera indicación de fiebre, debe encamarse y aislarse al enfermo, y mantenerlo así hasta que la temperatura haya permanecido normal por lo menos dos días. Recuérdese que, después de la primera exacerbación banal, la temperatura puede volver a lo normal durante uno o dos días en el sarampión, pero para elevarse de nuevo y rápidamente al intensifIcarse las otras caracte- rísticas.

Stimson también aboga por el aislamiento de todo sarampionoso. Podría citar, casi sin fin, casos de otitis media y bronconeumonía que

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se propagaron en una sala de sarampión o en un grupo de sarampio- nosos en una familia. En cambio, al implantarse el aislamiento indi- vidual de todos los enfermos en el Hospital Willard Parker, la fre- . cuencia de la infección secundaria ha disminuido marcadfsimamente,

teniendo lugar al mismo tiempo una notable baja de la mortalidad por sarampión.

SeroproJilaxis.-Con el fin de dar forma tangible a la seroprofilaxis del sarampión, Carrau y Pelfort l5 han presentado el siguiente:

Proyecto de creación de un centro productor de suero de convalecientes de sarampibn

AnTfcuLo 10 Créase el Centro de Producción de Suero de Convalecientes de Sarampión, como medio de combatir eficazmente el desarrollo de dicha enfermedad.

ART. 20 Cométese al Instituto de Higiene Experimental la tarea de preparar dicho suero, siguiendo la técnica admitida por los establecimientos similares que funcionan en América del Norte y Europa. El suero será conservado en dicho instituto, el que deberá suministrarlo gratuitamente a los establecimientos púb- licos que lo reclamen y a las personas privadas de recursos. Los particulares que no se encontraran en esta última condición, abonarán el precio que se señale por la direcci6n.

ART. 30 Los enfermos que se asistan por sarampión en los establecimientos dependientes de la Asistencia Pública Nacional, de la Sanidad Militar, del Consejo de Patronato de Delincuentes y Menores, que quieran ceder su sangre para la preparación del suero inmunizante, serán recompensados a razón de $0.50 por cada 5 centímetros cúbicos de sangre extraída, recompensa que se hará efectiva por intermedio del Consejo Nacional de Higiene. Los particulares que desearen hacer lo mismo ser& recompensados con una suma doble a la anterior. En el caso de que renunciaran a dicho beneficio, el Consejo Nacional de Higiene les entregar6 un certificado en el que se hará constar la donación.

ART. 40 Los médicos que procuren convalecientes dadores recibirán, como honorario, la suma de cinco pesos por cada uno de éstos, siempre que la extracci6n haya podido hacerse debidamente.

ART. 50 El médico que asista a un enfermo de sarampión, dispuesto éste a ceder su sangre para la obtención del suero inmunizante, y que llene las condiciones que oportunamente se establecerán, deber& prevenir al Instituto Nacional de Higiene con el tiempo suficiente para que el personal de éste pueda practicar la extracción entre el séptimo y el décimo dfa de producida la defervescencia. Prac- ticada ésta se le entregará al enfermo un certificado para dejar constancia de la cantidad extrafda y que le servir& para reclamar el pago de la recompensa establecida en el articulo 30. El mkdico asistente podrá realizar, él mismo, la extracci6n, pero utilizando el dispositivo que le facilitar& el Instituto de Higiene Experimental. Para solicitar éste, deberá firmar un boleto en el que se hará constar el nombre del dador, el momento de la extracción, la cantidad extrafda y si el enfermo reclama el pago establecido.

En los establecimientos públicos se llenarán los mismos requisitos, pero se admitirá la recolección de sangre de varios dadores en un solo recipiente, aunque deberá dejarse constancia individual de las cantidades cedidas.

ART. 60 Los gastos que demande la instalación de este servicio se cubrirán con el producto de la venta del suero, corriendo a cargo del Consejo Nacional de Higiene el saldar el déficit que resultara, si las sumas que se percibieran por aquel concepto no fueran suficientes.

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En la ciudad de Detroit, E. U. A., el Departamento de Sanidad paga $10 a cada persona, de preferencia adulta, que se haya repuesto del sarampión en los meses anteriores y se presente a dejarse extraer sangre. Esta es distribuida gratuitamente a los médicos de la población.

I

Segúnls Pontano, en cuatro colegios 0 asilos en que el sarampión ya habfa afectado a 76 alumnos, de 2 a 16 años, la seroprofilaxis f troncó la epidemia, pues de los 167 inoculados sólo cinco con-

trajeron el sarampión, uno a los 8 días, otro a los 12, otro a los 13 y otro a los 33 días de la inoculación, aunque hubo condi- ciones epidémicas durante 33 días. De 125 inoculados con suero de convaleciente, éste solo fracasó en dos. Se probó también el suero normal de caballo, y de 42 casos sólo tres manifestaron sarampión atenuado a los 12, 13 y 21 días de la inoculación. En los otros ‘39 casos, la protección fué tan absoluta como con el suero de convale- ciente. En algunos casos hubo urticaria y fiebre sérica, pero sin mayor ,molestia. La dosis varió de 5 a 10 CC. El suero de caballo se ha demostrado, pues, ser tan útil, como el suero de convaleciente, como el suero de adulto, como el suero de mono inyectado con pro- ductos sarampionosos infectantes y como el suero de cabra inoculada con diplococos. En una ocasión, siete pacientes que recibieron suero antidiftérico quedaron también protegidos contra el sarampión.

Las Parasitosis Intestinales de México

En este trabajo póstumo, presentado a la Academia Nacional de México, Solórzano Morfínl declara que los ascárides ocupan el primer lugar entre los parásitos intestinales de México. Hay regiones en b que alcanzan un nivel aterrador no sólo el índice sino también el número de gusanos alojados en el intestino. En pequeños poblados del Estado de Veracruz, el tanto por ciento de parásitos puede llegar s a 95 y no es diffcil recoger después de un tratamiento más de cien gusanos en niños de corta edad. Sin atención médica, muchos de estos niños mueren por intoxicación, por asfixia, por oclusiones 0 perforaciones intestinales, viéndose la salida de gusanos, después de la muerte, por el ano, la boca y nariz. El aceite de quenopodio es el más eficaz contra ese verme. Los oxiuros y triquiuros completan los cuadros de gusanos parásitos conocidos en la práctica diaria en México. El higuerón es muy recomendado contra el trichuris y en cuanto al enterobius la termoterapia intestinal de Ribas logró su rápida desaparición. La mayoría de las muertes en México son de .-

1) Pantano, T: Ann. d’Ig. 37 (apto.) 1927.

1 Solómano Morfin, J.: Algunos datos para el estudio de las parasitosis intestinales de México, Gac. MBd. Mex. 58; 742 (dbre.) 1927.

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