• Nenhum resultado encontrado

La enseñanza de los aspectos preventivos, sanitarios y sociales de la odontología en los cursos de formación profesional

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2017

Share "La enseñanza de los aspectos preventivos, sanitarios y sociales de la odontología en los cursos de formación profesional"

Copied!
20
0
0

Texto

(1)

BOLETIN

de Ia

Oficina Sanítaría Panamericana

Año 39

,.

Val. XLVIII

,.

Marzo, 1960 b

- No. 3

LA ENSEÑAKZA DE LOS ASPECTOS PREVENTIVOS, SANITARIOS Y SOCIALES

DE LA ODOKTOLOGIA EN LOS CURSOS DE FORMACION PROFESIONAL*

DR. MARIO M. CHAVES

Asesor Regional en Odontologia Sanitaria, Ojicina Sanilaria Panamericana, O$cina Regional de la Organización Mundial de la Salud

INTRODUCCIOA

Al examinar los aspectos importantes de la enseñanza de la odontología, como los que son objeto del presente trabajo, hay que tener presente una noción integral del plan de estudios y no perder de vista la finalidad de la enseñanza.

El objeto de la enseñanza de la odontolo- gía, según la Comisión de Estudios del Plan de Enseñanza de la Asociación Dental Americana, es instruir a los alumnos de modo que:

“a) se capaciten para preservar la salud oral y tratar las enfermedades, alteraciones y anoma- lías de la boca, y a la vez comprendan y aprecien las relaciones entre el estado oral y el general de salud y enfermedad;

“b) que cooperen con las personas que prestan servicios en campos afines;

“c) mantengan un vivo interés en seguir al día los adelantos que atañen a la profesión des- pués de terminada la carrera;

“d) ejerzan su profesión teniendo debida- mente en cuenta sus relaciones sociales, eco- nómicas y éticas;

“e) actúen eficazmente en la vida de la colecti- vidad” (1).

Se destaca en esta definición que el objeto de la enseñanza es preparar al odontólogo para ejercer en un determinado medio so-

* Trabajo presentado en el VII Congreso Odon- tológico Brasileño, celebrado en Porto Alegre, R. G. do Sul, del 19 al 25 de julio de 1959. Se publica simultáneamente en la Revista Gaucha de Odonto-

logia.

cial, en armonía con las demás profesiones de la salud y con la responsabilidad especf- fica por uno de sus aspectos. La enseñanza debe ser esencialmente dinámica, a fin del seguir el ritmo de la constante evolución del medio social, de ajustarse a las necesidades colectivas y al crecimiento de la propia pro- fesión.

Si tratamos de analizar imparcialmente hasta qué punto la enseñanza odontológica actual tiende al objeto que se acaba de ex- poner, es posible que se llegue a la conclusión de que, por el momento, el saldo es desfavo- rable. De los cinco íines citados, nos hemos limitado casi al primero o, más aún, a la mitad del primero, es decir, al tratamiento. No sería injusta, después de este análisis, la conclusión de que la enseñanza odontológica se ha orientado hacia los aspectos técnicos de la profesión en detrimento de los humanís- ticos. En su afán de formar un técnico, no se preocupó lo bastante de formar un ciuda- dano. El deseo de enseñar a tratar al pa- ciente, eclipsó al de evitar la enfermedad. El afán de formar especialistas competentes en el tratamiento de una parte del cuerpo hu- mano, la boca, hizo olvidar lo que las demás partes significan para el bienestar del con- junto. La atención casi exclusiva dada al tratamiento individual, hizo dejar a un lado la colectividad y los medios de que ésta dis- pone para hacer frente, de una manera glo- bal, a los problemas sanitarios, es decir, los servicios de salud pública. Al preparar al dentista para diagnosticar y aplicar técnicas,

(2)

se descuidaron los aspectos socioeconómicos términos que se utilicen. De esta manera se

y éticos de la profesión. No se les preparó evitarán discusiones estériles de carácter

para una participación plena en la vida co- semántico y se podrá expresar el pensa-

lectiva. miento con claridad.

En resumen, se llega a la convicción de que la enseñanza odontológica actual adolece de cierto desequilibrio entre sus aspectos técni- cos y terapeuticos de una parte y los pre- ventivos y sociales de otra. La necesidad de dar a estos últimos aspectos la importancia que les corresponde, se refleja en el interés de los líderes de la profesión por discutir el asunto, que ha figurado ya en la lista de te- mas de varios congresos. No es mera coin- cidencia que en el segundo semestre de 1959, el VII Congreso Odontológico Brasileño se ocupe de la enseñanza de la odontología pre-

ventiva, y el Congreso Internacional Ar-

gentino-uruguayo, estudie la conveniencia

de despertar en el profesional una actitud favorable a la prevención. Esto revela cierta insatisfacción frente a la enseñanza actual y un deseo de rectificarla.

Con los datos reunidos en 1956, (2, 3) se

ha elaborado el cuadro No. 1, donde figuran

los diversos títulos utilizados actualmente. En 82 escuelas se emplean nada menos que 22 denominaciones; ~610 el plan de estudios de ll escuelas no cuenta con nombre especial para los temas que se examinan. En el cuadro No. 1 se observa que en la América Latina predominan las denominaciones relacionadas con la higiene general y con la higiene oral, mientras que en Estados Unidos se utilizan las de salud pública y odontología sanitaria (dental public health). Las diferencias de nom- bre pueden ser reales también, que respon- dan a diferencias de orientación de la en- señanza y de contenido de las materias, o

simplemente aparentes o limitadas a la

terminología adoptada.

El objeto de este trabajo es examinar la enseñanza actual de la odontología desde el punto de vista preventivo, sanitario y social, a fin de señalar los progresos y tendencias más recientes en este importante aspecto de la enseñanza.

Examinemos ahora la extensión que debe darse a los temas más importantes del cuadro No. 1 y a otros a que se hará referencia más adelante. No se pretende que ninguna de estas definiciones tenga aceptación general, ni siquiera que sea plenamente satisfactoria. Sin embargo, servirán para facilitar la ex- posición.

TERMINOLOGIA

En la inmensa mayoría de las escuelas de odontología existen materias, cursos, cáte- dras o departamentos donde se enseñan uno o varios de los aspectos mencionados en el título de este articulo. De intento nos abstu- vimos de aludir en el título a alguna materia de la carrera de odontología, para insistir en que el asunto pertenece más bien a la filosoffa de la educación que a la enseñanza de una materia del plan de estudios. No obs- tante, el examen tendrá que girar en torno de un departamento, de una cátedra o ma- teria de la carrera de odontología al que in- cumbe la coordinación de la enseñanza en los aspectos en cuestión. Por consiguiente, se prefirió iniciar el estudio con un examen de los títulos de este departamento, cátedra o materia, y con una definición de los diversos

a) Medicina preventiva en sentido estricto

Es la parte de la medicina que trata de los medios de prevención individual o colec- tiva de las enfermedades, anomahas y acci- dentes que puedan afectar al ser humano. b) Odontologia preventiva en sentido estricto

Es la parte de la odontología que trata de los medios de prevenir las enfermedades, anomalías y accidentes que pueden afectar a la cavidad oral. Es una parte de la medicina preventiva.

c) Medicina y odontologia preventivas en sen- tido lato

(3)

Mamo 19601 ENSEÑANZA DE LA ODONTOLOGIA 189

(enfermedad, anomalía, accidente). Pero en CUADRO No. L-Titulas de cursas, materias o

su sentido amplio, como prevención de un c&edras en las escuelas de odontologia de la América

mal mayor, la defkrición de medicina y odon- Latina y en Estados Unidos, relativos a la higiene

tología preventivas abarca un campo mucho más amplio, los medios de atenuar el daño

causado y de rehabilitar al individuo, as-

pectos que, en general, forman parte de la medicina y de la odontología curativas.

La medicina preventiva en sentido lato comprende, pues, la medicina preventiva en sentido estricto y la medicina curativa (tra- tamiento y rehabilitación). Por consiguiente, es sinónima de medicina integral.

De la misma manera, la odontología pre- ventiva en sentido lato abarca la odontología preventiva en sentido estricto y la odontolo-

gía curativa (tratamiento y rehabilitación

oral); y es sinónima de odontología integral.

d) Salud pública

Trata de la aplicación colectiva, en la mayor escala posible, de los medios de fo- mentar, conservar y restablecer la salud.

e) Odontologia de salud públka u odontologZa sanitaria

Es la parte de la salud pública, y al mismo tiempo de la odontología, que trata de la aplicación colectiva y en la mayor escala posible, de los medios de fomentar, conservar y restablecer la salud oral, como parte inse- parable de la salud general.

f) Odontología social

Es un término más amplio que el de odon- tología de salud pública, pues además de ésta, comprende el estudio de los aspectos y problemas sociales, económicos, éticos y culturales surgidos de la relación del dentista, en cuanto individuo o miembro de su pro- fesión, con el medio social.

y asuntos afines (1956).*

Títulol

Higiene. .

Higiene y salud pdblica

Higiene y odontología preven. tiva... ,. Higiene y bioestadística

Higiene y odontopediatría Y. Higiene y farmacología y tera.

peutica . .

Higiene y odontología legal.. Higiene y microbiología.

Higiene Oral .

Higiene oral y salud pública.. Higiene oral y odontología pre-

ventiva

Salud Pública. .

Salud pública y odontología sani- taria... . . ..____... Salud pública y odontología pre-

ventiva

Salud pública y odontología sani- taria y bioestadística..

Odontologia Sanitaria

Odontología sanitaria y odonto- logía preventiva.. . . Odontología sanitaria y salud de

la colectividad.. .

otros titulos .

No figura titulo específico en el plan de estudios

-

I

u; :g ‘t 9 -

2 1

2 2 2

3 25 1

3 1

1

7 - 50

- ,a 4’; z: W

4

1

10

2

2

1

13

1

1

4

4 - 43

-

rota1 -

2 5

2 2 3

3 25 1

3 1

1

10

2

2

1

13

1

1

4

11 - 93

g) Higiene de las referencias. * Cuadro basado en los trabajos (2) y (3)

Este es un término bastante flexible, pues 1 Para unificar la terminología “Public health

se utiliza con muy diversas acepciones. Según dentistry”, “Salud pública dental” y otros tér-

Grundy y Mackintosh (4), “por su etimo- minos análogos, se tradujeron por “odontología

logia la palabra ‘higiene’, sin un adjetivo que sanitario a de salud pública”.

la califique, expresa el conjunto de conoci- 2 Los títulos dobles significan cursos separados

(4)

de la salud. En este sentido abarca la salud pública y la medicina preventiva. En opinión de algunos, tiene incluso cierto sentido so- cial”. “Si s610 se tuviera en cuenta la etimo- logia, la palabra ‘higiene’ abarcaría todo lo que normalmente comprende la medicina social; sin embargo, en muchos países euro- peos, según el uso establecido, se considera esta palabra como sinónima de saneamiento, o sea el concepto de la salud pública del siglo

XIX.” En el presente trabajo, emplearemos

la palabra higiene en su sentido amplio.

en las escuelas de odontología del país se incluyesen las materias “odontología de salud pública” y “odontología social y del tra- bajo”. Pero no parece conveniente dividir el tema en dos materias o cátedras indepen- dientes.

h) Higiene oral

En su acepción más común se limita a las medidas de higiene personal aplicadas a la cavidad oral. En este sentido, higiene oral sería ~610 una pequeña parte de la odonto- logía preventiva.

Admitida la necesidad de una cátedra o departamento independiente para la ense- ñanza de estos aspectos icuál sería su deno- minación más apropiada? Esta cuestión no tiene la importancia que el contenido del programa; no obstante, conviene que el nom- bre abarque, en toda su amplitud, la materia enseñada.

La denominación “higiene”, empleada con frecuencia en la América Latina, satisface las necesidades si se toma en sentido lato. También es satisfactoria la expresión “odon- tología preventiva y salud pública”, reco- mendada por el ler Congreso de la Federa- ción Odontológica de Centro América y Panamá (9) y adoptada por la nueva cátedra creada en Guatemala (10). Compartimos la opinión de Blackerby (ll) de que “odonto- logfa social” sería un buen nombre para el departamento encargado de la enseñanza de los aspectos preventivos, de salud pública y sociales de la profesión; parece ser el término más general de cuantos se han propuesto, y por sí ~610 puede comprender a todos los demás.

En medicina se prefiere la denominación

“medicina preventiva” por considerar que

comprende la salud pública. En la Conferen- cia de Colorado Springs (5), se indicó cierta

disconformidad con el término ‘lmedicina

preventiva”, pero no se encontró otro mejor. Las reuniones de Viña del Mar y de Te- huacán (6) aceptaron el término sin restric- ciones. En Europa, la conferencia de Nancy (7) consideró preferible “enseñanza de la

higiene, medicina preventiva y medicina

social”; parece haber cierta preferencia por la denominación “medicina social”.

En resumen, en materia de nombres para el departamento o cátedra que se considera necesario, parece ser que las denominaciones higiene, odontología preventiva y salud pú- blica u odontología social son lo bastante amplias para abarcar las funciones de la cátedra. Los términos higiene oral, higiene dent,al, odontología sanitaria, son denomina- ciones más limitadas, que es preferible evitar. Para simplificar, nos referiremos de ahora en adelante a la enseñanza de la higiene, dando a esta palabra la acepción más amplia posible e incluyendo en ella los tres aspectos de la odontología mencionado en el título: preventivos, sanitarios y sociales. Se sobren- tiende, pues, que, al hablar de la enseñanza de la higiene, nos referiremos a las tres partes (A, B y C) que figuran en el cuadro No. 2 y que contiene los diversos términos ya de- finidos.

En el campo de la odontología, denomina- ciones tales como odontología preventiva, medicina preventiva, salud pública y odonto- logía de salud pública, consideradas aislada-

mente, indicarían ~610 una parte de la

materia total que habría que enseñar. Valero- Hostos (8), en una recomendación aceptada por la V Convención Nacional del Colegio

de Odontologos de Venezuela, propuso que estudios de odontología.

(5)

Marzo 19601 ENSEÑANZA DE LA ODONTOLOGIA 191

De acuerdo con el cuadro No. 2, un pro- CUADRO No. 2.-Partes integrantes de un pro-

grama de higiene, en sentido amplio, abar- grama de higiene en la carrera de odontologia.

caría lo siguiente: HIGIENE

a) una parte de odontología preventiva (A), que trataría los aspectos preventivos de la odonto- logía;

b) una parte de salud pública, que se ocuparía

de los aspectos sanitarios y sociales de la odonto- Odontología loda. Esta narte podría subdividirse en otras dos, Preventiva

UA generai (B) de medicina preventiva y salud pública, y otra especial (C) de odontología sani-

taria o de salud pública y social. (incluso Higiene

Será fácil, ahora, examinar brevemente la Oral)

forma en que se viene orientando la ense- _____--

ñanza de los aspectos preventivos, sanitarios Parte A

- y sociales de la odontología en la América

Latina y en Estados Unidos, utilizando este sistema de división en tres partes.

Salud Pública

General

Salud Pública en general

(incluso Medi- cina Preven- tiva)

Parte B

Especial

Odontología sanitaria 0 de Salud Pública

(incluso Odon- tología So- cial)

Parte C

ESTADO ACTUAL

Se observa hoy en Estados Unidos una clara separación entre la enseñanza de la odontología preventiva (A) y la de la salud pública y odontología sanitaria o de salud pública (B y C).

Peterson (12), en 1954, se expresaba en los siguientes términos: ‘Se reconoce que la

odontología preventiva y la odontologfa

sanitaria no son idénticas. No obstante, por el relieve que últimamente viene alcanzando

la odontología preventiva, la odontología

sanitaria ha adquirido una gran importancia en los actuales planes de estudios, importan- cia que, por la misma razón, tiende a aumentar”.

En 1956, el mismo autor hizo un excelente

examen de la enseñanza de la salud pública (parte B) y de la odontología sanitaria o de salud pública (parte C) en Estados Unidos. Limita su atención a las partes B y C de la higiene, porque considera que la odontología preventiva (parte A) no se enseña por sepa- rado, sino formando parte de las diversas ma-

terias del plan de estudios. Sólo en dos escue-

las (Baltimore e Illinois), hay cursos de

odontología preventiva con salud pública general o especial. Peterson llama la atención sobre la necesidad de que los odontólogos sanitarios hagan saber lo que necesitan las

escuelas : “conviene repetir que ya pasó la época en que cualquier parte del plan de estudios de odontología crecía y desaparecía por accidente o reaparecía en forma de un nuevo curso como por mutación. Ahora apa- recen nuevos cursos, otros antiguos desa- parecen y los actuales se modifican como resultado de minuciosos estudios y análisis y teniendo presente objetivos específicos”. Algunas escuelas ofrecen las partes B y C por separado en distintos años de la carrera. Así, por ejemplo, en Minnesota hay un curso

de “Introducción a la salud pública” en el

primer año, y uno de “Odontología sani- taria” en el cuarto. Es cada vez mayor el número de escuelas en cuyos programas cons-

tan las visitas al campo con los alumnos.

En la actualidad, la mayoría de los directores de las escuelas opinan que hay que aumentar la atención dispensada a ciertos aspectos de

la enseñanza, como la odontología sanitaria, las relaciones con hospitales y organización

de la clínica privada (practice administra- tion) .

El informe de la Comisión designada por la Asociación Americana de Salud Pública

para dar su opinión sobre el programa de

los cursos de odontología preventiva y de salud pública, se limita a la parte de salud pública (B y C), admitiendo que la parte de

odontología preventiva (A), en lo que se

refiere a sus técnicas individuales, se ense-

(6)

la Comisión, que acepta plenamente el pro- grama propuesto por Galagan (14), la ense- ñanza de la salud pública debe dividirse en tres fases, a saber:

(‘1) Una curso básico, durante la primera mi- tad de la carrera. Esta fase del programa debe incluir un examen de los problemas de salud pública más importantes y de los procedimientos de salud pública generalmente aceptados. El curso debe girar en torno de programas especificos de salud pública y estar a cargo de un médico de esta especialidad.

“2) Un curso avanzado, durante la segunda mitad de la carrera, ceñido a los problemas y a las prácticas de la odontología sanitaria. Su con- tenido debe elaborarse en torno a los procedi- mientos clfnicos de tratamiento del paciente. Se debe planear de modo que el estudiante llegue a dominar los conceptos y las funciones de la odonologfa sanitaria. Este curso debe enseñarlo un odontólogo sanitario.

“3) Experiencia práctica, ofrecida juntamente con un curso avanzado de manera que el estu- diante adquiera, en materia de odontología sanitaria, el mismo grado de competencia que en otras especialidades de la odontologfa.”

El curso básico y el avanzado corresponden a los denominados parte general (B) y espe- cial (C) de la salud pública.

Stiles, Fleming y Richards (15) afirman

que es necesario contar con un departamento de “medicina preventiva y salud pública”

para que se dé la debida importancia al

problema. A este respecto sugieren que se establezcan los cuatro cursos siguientes, uno

en cada año de la carrera de odontologfa:

1) Servicios médicos y sanitarios de urgencia -un curso de introducción a la medicina pre- ventiva y salud pública, seguido del estudio de problemas de primeros auxilios, defensa civil, seguridad, prevención de accidentes y medicina militar.

2) Epidemiología aplicada, incluyendo en ella epidemiologfa general, bioestadfstica, sanea- miento, nutrición e higiene personal.

3) Programas de salud de la colectividad; un curso relacionado con los aspectos sociales y económicos de la salud.

4) Administración sanitaria, un curso que abarque facetas tales como dinámica de grupos,

formación de dirigentes, comunicación oral y escrita, educación sanitaria, ética, jurispru- dencia, historia, y que sirva también de resumen de todo el programa de enseñanza de medicina preventiva y salud pública.

Weiss (16) describe un curso de 22 horas del último año de la Universidad de Tennes- see, que abarca: 1) organización en escala nacional, estatal y local de los servicios de

odontología sanitaria; 2) educación en hi-

giene dental; 3) aspectos de odontología

sanitaria relacionados con la colectividad. En lo que se refiere a la enseñanza de la

odontología preventiva, Muhler, Day y Hine

(17) perciben muy bien la diferencia entre la odontología preventiva y la salud pública, e insisten en la conveniencia de cursos por separado de las dos materias. Muhler (19) considera por lo menos tres posibles alterna- tivas para la enseñanza de la odontología preventiva. “La primera es que cada pro- fesor enseñe los principios y técnicas preven- tivas relacionados con su asignatura. La segunda consiste en que el profesor invite al especialista (en odontología preventiva) para tratar de la prevención en las diversas mate- rias de la carrera. La tercera serla la organí- zación de un curso dedicado exclusivamente a odontología preventiva. ‘Cada una de estas alternativas tiene sus ventajas e inconvenien- tes. La tercera de ellas se ha adoptado en la Universidad de Indiana. En opinión de Muh- ler, con esto “se evita el inconveniente de que el alumno tenga que correlacionar por sí mismo los aspectos preventivos adquiridos en las diversas materias”.

Martin (19), considerando que las escuelas de odontología “no disponen de un numero

suficiente de profesores preparados para en-

(7)

i!-!larzo 19601 ENSEÑANZA DE LA ODONTOLOGIA 193

tendientes a ella”. Menciona numerosas ma- neras de incorporar los conocimientos pre- vent#ivos a las diversas asignaturas de la ca- rrera.

La situación actual, a este respecto, de Es- tados Unidos es la siguiente:

a) Según Muhler (18), de las 43 escuelas cuyos programas se estudiaron, sólo 4 tienen cursos especiales de odontología preventiva.

b) Según Hadjimarkos (20), de las 34 res- puestas a los cuestionarios enviados a 41 escuelas, se desprende que 30 de ellas enseñan cursos de salud pública. En 25 de los casos se trata de cursos combinados de la parte general y de la especial; en otros 5 casos se ofrecen las dos partes en cursos separados. Las horas de enseñanza de los cursos en las 30 escuelas varían de 8 a 51, y, en su mayo- ría, estos cursos se ofrecen en el último año de la carrera.

c) Según Peterson (2), en una encuesta más reciente aún, sólo en los programas oficiales de 4 escuelas no había cursos de salud pública. En 10 escuelas los cursos tie- nen más de 30 horas, y uno de ellos abarca 79 horas.

En conjunto, parece que lo más corriente es que la parte de odontología preventiva esté incorporada a un gran número de asig- naturas de la carrera y la parte de salud pública (general o especial) se enseñe en cursos apart’e en el último año de la carrera. El programa recomendado por la Asociación Americana de Salud Pública no parece haber recibido aún suficiente atención práctica. Al parecer, como dice Pelton (21), “no ha llegado todavía el día en que se movilicen fondos e inteligencias para resolver tan importante cuestión como es la manera mejor y más eficaz de enseñar a los estudiantes de odonto- logía lo que deben conocer en materia de odontología en salud pública”.

Pasemos a examinar la situación en la América Latina. El sistema predominante de cátedras autónomas en un determinado año de la carrera, no tiene la flexibilidad de los cursos de Estados Unidos, que pueden variar desde un mínimo de 8 horas (1 hora por semana durante dos meses), hasta un

máximo de algunos centenares de ellas. Un mismo tema puede subdividirse fácilmente en varios pequeños cursos ofrecidos en di- versas etapas del plan de estudios. El sistema latinoamericano exige, por lo regular, que lo explicado por un catedrático esté compren- dido en el mismo año de la carrera y que requiera un tiempo, muchas veces predeter- minado y uniforme, del alumno (80 horas de clases teóricas por año, por ejemplo, más las clases prácticas necesarias). Como cada tema debe tener su catedrático correspon- diente, ocurre a veces que algunos cuya ex- tensión no parece justificar una cátedra, se unen a otros, también de poca extensión, para formar una cátedra de una amplitud análoga a la de las demás. Así surgen cáte- dras dobles o triples que, en nuestra opinión, presentan graves inconvenientes desde el punto de vista de la higiene.

En una cátedra doble, por ejemplo, de hi- giene y de odontología legal, la formación del catedrático difícilmente podrá ser igual en ambas materias, es decir, predominará la parte legal y de jurisprudencia, o la de salud pública y de odontología de salud pública. Cuando predomina la parte legal, lo que ocurre tantas veces, se sacrifica, con fre- cuencia, la parte de higiene.

En el cuadro No. 3 se presenta la situación de la enseñanza de la higiene en 50 escuelas latinoamericanas en 1956 (3). Este cuadro indica que :

a) en el 14% de las escuelas no figura la

higiene o denominaciones afmes como materia

del plan de estudios;

b) en el 6Z9?0 de las escuelas se incluye la higiene como parte de cátedras dobles (con la de microbiología, con la de odontopediatrfa o con la de odontología legal), o triples (con la de farmacología y la de terapéutica) ;

c) el 24% de las escuelas poseen cátedras in- dependientes de higiene, con este título u otros ahnes.

Para poder dar a la enseñanza de la hi- giene la importancia que una orientación

(8)

CUADRO No. 3.-Enseñanza de la higiene y materias ajkes en 50 escuelas de odontologia latinoameri-

canas (1966) .*

País

Argentina

Bolivia

Brasil

Colombia

Costa Rica Cuba Chile Ecuador

El Salvador

Guatemala Haití Honduras México

Nicaragua

Paraguay Perú

República Domi- nicana Uruguay Venezuela

Buenos Aires

Rosario

Córdoba

Cochabamba La Paz Río de Janeiro 24 escuelas en otros

lugares del país’ Porto Alegre2 Bogotá3 Bogotá4 Medellín San José La Habana Santiago Quito Guayaquil San Salvador

Guatemala Port-au-Prince Tegucigalpa México

Managua

Asunción Lima C. Trujillo

Montevideo Caracas

Total de escuelas ... 12 31 7 Porcentaje ... 24% 62% 14%

nde- XII- iente

X X

X X X X

X X X

X X

X

ombi. lada

.-

1

1

Título de la materia

Farmacología, terapéutica e higiene

Farmacología, terapéutica e higiene

Farmacología, terapktica e higiene

Higiene

Higiene oral y salud pública Higiene y odontología legal Higiene y odontologia legal

Microbiología e higiene Higiene y bioestadística Higiene oral

Bioestadística e higiene -

Higiene oral - - Higiene

Higiene oral y odontología preventiva

Higiene oral - -

Higiene y odontología pre- ventiva

Higiene y odontología pre- ventiva

Higiene y odontopediatría -

Higiene y salud pública

Higiene y odontopediatría -

-

- _

-

-

iño en que se mseña

30

40

3”

20 20 40 20

10 50 40 50

40

4O 40

30

50

50

5”

50

50

* Cuadro repoducido de: Dental public health in Latin America (Summary report). Washington, D. C., Oficina Sanitaria Panamericana, 1956.

1 Plan de estudio de 3 años. 2 Universidad Católica. 3 Universidad Nacional.

4 Universidad Javeriana.

tiempo equivalente al de muchas otras mate- materias del plan de estudios, la parte de la

rias autónomas del plan de estudios. Aunque salud pública constituye un tema especiali-

la parte de la odontologfa preventiva se zado que se ha de enseñar en materia aparte.

(9)

Marzo 1960] ENSEÑANZA DE LA ODONTOLOGIA 195

escuelas de medicina. Así, por ejemplo, en las recomendaciones del Seminario de Viña del Mar se afirma que “la medicina preven- tiva tiene objetivos y técnicas propias que se deben enseñar en una cátedra indepen- diente”. En el campo de la odontología, la recomendación de cátedras independientes ha sido formulada por varios congresos la- tinoamericanos, entre ellos el 1” Congreso de la Federación Odontológica de Centro América y Panamá (9), y el IV Congreso Internacional de Odontología, de Chile (22), para citar sólo los más recientes.

La creación reciente o la perspectiva de crear cátedras o departamentos de salud pública o de odontología preventiva en va-

rias escuelas latinoamericanas, revela la

tendencia a dar mayor relieve a la enseñanza de la higiene. Así, por ejemplo, se creó hace poco una cátedra de odontología preventiva y de salud pública en la Universidad de San Carlos, de Guatemala, y un departamento del mismo nombre en la Universidad Na- cional del Litoral, en Rosario, Argentina. También en Quito se creó una cátedra espe- cializada. En Asunción se han elaborado los planes para crear, en breve, una cátedra de salud pública.

En la América Latina, el proceso de crea- ción de cátedras o el de desdoblamiento de las existentes suele ser lento. En algunos paises intervienen en este proceso los pode- res legislativo y ejecutivo, además de los

consejos universitarios. Hay que tener en

consideración los problemas de presupuesto

y de disponibilidad de profesores debida-

mente preparados para ocupar las nuevas cátedras. El hecho de que la higiene se enseñe en cátedras dobles, no significa siempre que la materia no reciba la importancia debida. Así, por ejemplo, en la Facultad de Odonta-

logía de Montevideo, el programa de la

cátedra de Higiene y Clínica de Niños abarca aspectos de bioestadística, de higiene ambiental, medicina y odontología preven- tivas y medicina y odontología sociales. Bajo el título de odontología social se hallan varios aspectos de la odontología sanitaria.

Como en realidad lo que más nos interesa

no es la enseñanza de la higiene como cáte- dra independiente, sino la orientación dada a los aspectos preventivos y sociales del plan de estudios, consideramos que la situación actual de la América Latina puede resu- mirse así:

1) En algunas escuelas, la odontología preventiva se enseña en varias materias del plan de estudios, en la parte que le corres- ponde; en otras, está casi totalmente relegada a un segundo plano, ya que la orientación predominante es la enseñanza de los aspectos curativos.

2) La medicina preventiva y la salud

pública son, en general, lo que recibe más atención en las cátedras, que son numerosas, de higiene a cargo de profesores médicos. Aún en este caso, la orientación predomi- nante es más bien la de la higiene clásica,

bacteriológica, ambiental y personal; los

aspectos de salud pública propiamente dicha y la medicina social reciben poquísima aten- ción.

3) La odontología sanitaria es la parte

más descuidada. Son relativamente pocos,

en la América Latina, los odontólogos sani- tarios y menos aún los que tienen acceso a puestos docentes en las escuelas de odonto- logía.

Es de esperar que, con el curso de especia- lización en salud pública para odontólogos, recientemente creado en la Universidad de Sáo Paulo, y con el programa de becas de la Organización Mundial de la Salud para per- sonal docente de esta especialidad, se inten-

sifique el movimiento latinoamericano en

pro de otorgar mayor importancia a la en- señanza de los aspectos preventivos, sani- tarios y sociales de la profesión,

PROGRAMA DE ENSEÑANZA

De acuerdo con la terminología adoptada, pasemos a examinar por separado el con- tenido del programa de higiene, en cuanto a cada una de las tres partes integrantes.

(10)

la elaboración de programas específicos, de individuo resista los efectos nocivos del medio

acuerdo con las necesidades y situaciones de que le rodea;

cada país. 2) protección especffica, o adopción de una

medida particular para evitar una enfermedad

determinada; Parte A-Odontologia preventiva

La separación de la salud publica y la

clínica particular, tradicionalmente mante-

nida, hasta hace bien poco, por los sanitarios ortodoxos y por varios dentistas clfnicos, se basa en dos supuestos falsos : en la existencia de limites entre la odontologfa preventiva y la curativa, y la división de funciones entre la salud pública y la chnica particular, in- cumbiendo a la primera el aspecto preven- tivo y a la segunda el curativo.

El primer supuesto está ya descartado por la aceptación del amplio concepto de pre- vención antes mencionado y su formulación lógica por Leavell y Clark (23). La salud y la enfermedad se deben considerar como ex- presión del proceso dinámico, continuo y

evolutivo de adaptación del individuo al

medio que le rodea. Desde la muerte, grado máximo de desequilibrio, hasta la plena sa- lud, expresión máxima del equilibrio indivi- dual con el ambiente, existe una gama con- tinua de estados intermedios. Algunos de éstos se califican de enfermedades, otros se entienden como distintos grados de salud y otros ocupan una situación indefinida y re- sultan diffciles de clasificar.

Del mismo modo que la salud y la enfer- medad son expresión de la dinámica vital, la prevención y el tratamiento son dos formas de actuación frente a distintas fases de la evolución de la enfermedad.

Cada enfermedad definible como entidad

nosológica, debe tener una historia natural

propia, un ciclo, una manera propia de ini-

ciarse, de evolucionar y terminar. Conocida

la historia natural de una enfermedad, para

combatirla se trata de poner barreras a su marcha y de evitar que su ciclo se complete.

De acuerdo con la fase de la evolución de

dicha enfermedad, se pueden mencionar los siguinentes grados de prevención:

3) diagnóstico y tratamiento precoz, o sea la atención, identificación y tratamiento de una enfermedad que no se pudo evitar;

4) limitación de los daños, o sea la interrup- ción de la marcha de la enfermedad en la fase en que fue diagnosticada, para que produzca el menor daño posible;

5) rehabilitación, es decir, la recuperación, en la medida de lo posible, de la forma y el funciona-

miento del organismo afectado por una enferme- : dad que no se pudo interrumpir.

El amplio concepto de la prevención ex- plicado, es esencial para justificar la tenden- cia actual de la enseñanza de la odontología

preventiva. Vista así la prevención en su

sentido amplio y en las cinco etapas indica- das, el dentista desempeña, siempre que actúa como tal, actividades preventivas, tra- tando de evitar un mal mayor. La odonto- logía preventiva se convierte en odontologfa

integral, o sea en la mejor odontología apli-

cable en cualquier fase de la evolución de una enfermedad.

El punt’o a que se pretende llegar es que

la adopción del concepto de Leavell y Clark

no tiende a crear una hipertrofia de la odon- tología preventiva, sino una actitud mental, unas normas de trabajo y la conciencia de

una responsabilidad. Cada vez que se le

presente un caso clínico, el dentista se pre- guntará qué se podría haber hecho para evitar que la situación llegase a este punto.

Sus preguntas se referir& siempre a una

fase anterior de la enfermedad para buscar algo que se podía haber hecho y que dejó de hacerse. Por ejemplo, ante un abceso peri- apical se podrían formular sucesivamente varias preguntas: CPor qué no se trató debi- damente el conducto radicular? iPor qué hubo destrucción de la pulpa? iPor qué fue afectada ésta? iPor qu& se destruyó tanta extensión de dentina? ¿Por qué hubo lesión de la dentina? y, finalmente, CPor qué se

1) fomento de la salud, o creación de condi- produjo la lesión?

(11)

Marzo 1960] ENSEÑANZA DE LA ODONTOLOGIA 197

de indicar, no se inculca a base de una mate- ria de la carrera, sino que es obra de con- junto por parte de varios profesores, por diversas razones. En primer lugar, desde el punto de vista técnico, porque la odontología

preventiva comprende técnicas específicas

de las diversas disciplinas odontológicas, que nadie mejor que los profesores de estas dis- ciplinas podrá enseñar. En segundo lugar, desde el punto de vista didáctico, porque el mejor momento de enseñar la prevención de una enfermedad determinada, de elaborar el proceso mental de autoanálisis antes men- cionado es cuando se estudia cada enferme- dad. Y por último, desde el punto de vista psicológico, porque el estudiante dará mucho más valor a lo aprendido en conjunto de varios profesores y a lo practicado también en conjunto en las diversas clínicas, que a lo que se le ofrezca brevemente, de paso, en una sola materia de la carrera.

La actitud preventiva a que nos referimos implica una insatisfacción constante con lo que se hace, un deseo permanente de me- joramiento técnico, un creciente afán de hallar nuevos métodos, nuevos sistemas de trabajo y una mayor eficiencia. Según Gregg (24), esta actitud ilustra la diferencia entre el concepto griego de virtud y el concepto romano de moral. Este último consistía en actuar de acuerdo con las normas estable- cidas por la sociedad, de conformidad con lo que se espera de un profesional. El primero consistía en obrar de acuerdo con las propias convicciones. Normalmente, no se espera que el dentista esté siempre pre- ocupado por hacer todo lo posible para que su clientela necesite los mínimos servicios, para reducir al mínimo la carga que imponen las enfermedades orales. Aun actuando de una manera pasiva, curativa, se puede con- siderar que la conducta del dentista es moral- mente satisfactoria. Sin embargo, una vez creada la actitud activa, preventiva, y la noción de la responsabilidad profesional de prestar el mejor servicio, que se debe iniciar lo más pronto posible, aun antes de que se produzca la enfermedad, ya no podría con-

siderarse “virtuoso” al dentista que dejase

de prestar atención preventiva a sus pacien- tes. La segunda falsa premisa, mencionada al comienzo de este tema, según la cual la utilización de métodos preventivos incumbe a la salud pública, ya no puede servir de excusa a la falta de virtud en el ejercicio de la profesión.

iCómo se debe enseñar la odontología preventiva? Se acepta casi unánimemente que la enseñanza de la odontología preven- tiva debe estar integrada en las diversas materias de la carrera. No obstante, con- sideramos que la cátedra especializada, en la parte del curso que le corresponda, debe resumir y hacer una revisión de los métodos

preventivos enseñados en ot~ras cátedras,

como consolidación de conocimientos.

Cuanto mejor se haya enseñado la odontolo- gía preventiva en otras cátedras, más sucinta será la revisión. Es importante que el cate- drático de higiene se mantenga en contacto con los profesores de las diversas materias, y los estimule a tratar los conceptos de pre- vención en sus respectivas cátedras y los ayude, en caso necesario, a enfocar la ense- ñanza de los aspectos preventivos. La cáte- dra, en la parte del plan de estudios que le corresponda, deberá llenar las lagunas que hayan podido quedar y enseñar aquellos temas que no encuadren bien en otras mate- rias, por ejemplo, la fluoración del agua. Por otro lado, los aspectos preventivos de la periodoncia y de la ortodoncia, se deben enseñar en las asignaturas correspondientes.

Al principio, la cátedra podrá desenvolver bien la parte de odontología preventiva que le corresponda, a fin de suplir posibles omi- siones de las demás. Su acción será tanto más eficaz cuanto antes las demás cátedras se ocupen de la odontología preventiva. De todos modos, es siempre conveniente que la revisión final, as decir, la síntesis de la odon- tología preventiva, esté a cargo de la cátedra de higiene.

Parte B-Medicina preventiva y salud pública

(12)

manera que no se pensaría enseñar anatomía, fisiología e histología dentales sin abordar antes la parte general de estas materias, tampoco seria completa la enseñanza de la odontología preventiva y de la odontologfa sanitaria sin dedicar atención al aspecto general de estas disciplinas.

CCuáles son los temas de la medicina pre- ventiva y de salud pública que, por su im- portancia, se deben enseñar a los alumnos como ejes de coordenadas de los conocimien- tos especializados? Sin pretender entrar en detalles, dichos temas se debieran seleccionar con miras a su integración en los amplios conceptos siguientes:

1) El concepto jerárquico de los problemas de salud

Se deben enseñar al estudiante los grandes problemas médicosanitarios del país, lo que

significan como causa de mortalidad, de

morbilidad, de limitación para el trabajo, de deficiencia funcional, sufrimiento físico, preocupación psíquica e inconvenientes so- ciales. El estudio de cada problema abarcará

el de los recursos médico-preventivos para

combatirlos. Si conoce bien los problemas de salud en conjunto, el futuro dentista podrá ver la posición del problema dental en rela- ción con los demás. Por ejemplo, en el caso de la América Latina, comprenderá la sig- nificación de las deficiencias nutricionales y de las diarreas infantiles en relación con los demás problemas. También comprenderá la relación entre las enfermedades crónicas como problema de salud pública y la estruc- tura demográfica del pais. Conociendo la nosografía general del país y la eficacia de la medicina preventiva, el futuro dentista podrá ver la exacta posición del problema dental en relación con los demás, sin exage- rarlo ni sacarle importancia.

2) El concepto de causalidad múltiple Una vez entendidas la salud y la enferme- dad como estados distintos de un mismo proceso de acción y reacción entre el indi- viduo y el medio material y social en que se desenvuelve, le resultará fácil entender los fundamentos de la epidemiología general, la

interacción entre el huésped, el agente etio- lógico y el ambiente en toda su complejidad.

Se puede amenizar la epidemiología general refiriéndola a una enfermedad como la caries dental, que tan bien ilustra el concepto de causalidad múltiple. Del equilibrio entre el ataque y la defensa del que resulta la grave- dad de la dolencia en un individuo determi- nado, se pasará al estudio de la serie de agentes que intervienen en el curso de la enfermedad en una dada población.

La epidemiología de la salud puede estu- diarse al mismo tiempo que la de las enfer- medades, y puede comprender los aspectos siguientes :

a) La historia natural del ser humano, desde la concepción hasta la muerte, y las etapas

particularmente difíciles de su vida. “La

vida es algo así como una carrera de obstácu- los, con sus períodos de agobio y sus períodos de relativa calma. Los tres o cuatro primeros

meses de vida son particularmente difíciles

tanto para la madre primeriza como para su hijo. La dificultad se repite para el niño cuando cumple un año, cuando empieza a ir a la escuela, durante la adolescencia y en los años de preparación para el matrimonio, y para la madre, durante el embarazo, la menopausia y los últimos años de vida” (25). La previsión de los obstáculos puede ayudar a vencerlos.

b) La historia natural de las enfermedades

más comunes, tanto agudas como crónicas;

cómo evolucionan al ser abandonadas a su propio curso, qué medidas pueden oponerse a su aparición y a su evolución, y qué diferen- cia de alcance hay entre las medidas indivi- duales y las colectivas o en masa, como la destrucción de los insectos vectores y la yo- dación de la sal o la fluoración del agua.

(13)

Mamo 19601 ENSEÑANZA DE LA ODONTOLOGIA 199

existiría, ya que las posibilidades de varia- ción serían casi infinitas. Para comprender la posibilidad de prever, de intervenir, hay que conocer los fundamentos del método estadístico, especialmente en lo que se refiere a las ciencias biológicas. Partiendo de la idea de que no hay enfermedades, sino en- fermos, idea que significa la individualización impuesta por la causalidad múltiple a cada caso clínico, el estudiante debe llegar al con- cepto de la enfermedad como fenómeno co- lectivo, con su propia historia natural y con sus aspectos susceptibles de medición, de análisis cuantitativo y de previsión.

Por no existir en la carrera de odontología la enseñanza de la estadística como materia independiente, se debe suplir esta deficiencia dedicando a ella parte de la enseñanza de la salud pública. Además de la estadística apli- cada a los hechos vitales, se podrían enseñar también sus aplicaciones a la biología experi- mental, es decir, la biometría. Más que técnicas estadísticas, conviene fomentar y robustecer el sentido crítico, la capacidad de separar los hechos de las meras fantasías.

4) El concepto de división de la responsabi- lidad social

Una vez que el estudiante de medicina haya adquirido los conocimientos de medi- cina preventiva, de epidemiología general y de bioestadística anteriormente mencionados, podrá iniciar el estudio de la organización de la sociedad para la conservación de la salud. Podrá comprender cómo, en su propio país, las responsabilidades de conservar y resta- blecer la salud de los habitantes están dividi- das entre el individuo, la familia y la colecti- vidad, tanto local como nacional. Podrá comprender la organización de los servicios de salud, de su distribución entre las diversas

instituciones oficiales, voluntarias, profe-

sionales y filantrópicas. Podrá también per- catarse del papel que desempeñan las pro- fesiones atañentes a la salud y de la manera en que éstas actúan, junto con las demás organizaciones, para un mismo fin. El mosaico de la distribución de estos servicios en cada colectividad, es consecuencia de la división

de responsabilidades; esta división debe ex- plicarse al estudiante y hacerle ver que tiene sus raíces en principios más generales de la organización social de cada país.

5) El concepto de salud como factor del bienestar social

Tal vez no se encontrase en la carrera lugar más indicado para la integración, en nivel más elevado, de los conceptos antes expre- sados, ya de por sí bastante generales. El conocimiento de la historia natural del ser humano y de la historia natural de las en- fermedades, de la prevención y el trata-

miento, la clínica particular y la salud

pública, forman parte de una rama de la actividad humana dedicada a la conserva- ción y al restablecimiento de la salud. Esta a su vez debe considerarse como un medio, no como un fin. Para poder desplegar plena y armónicament,e las potencialidades de cada ser humano, se necesitaría, según Lamont

(26), además de la salud, “un trabajo esti- mulante, una cierta seguridad social, afecto, amor sexual, reconocimiento de la colectivi- dad, oportunidades de educación, inteligen- cia despierta, libertad de palabra, convi- vencia cultural, sentido estético y ocasiones de recreo”. Este concepto de la felicidad

exige una interpretación dinámica de la

salud, que condicione o facilite una vida más plena, más vívida. ,khora que en los países más adelantados se ha llegado a un promedio de duración de la vida de alrededor de 70 años, parece que el problema, em- pleando una expresión corriente, será más bien de añadir vida a los años que años a la vida.

En esta fase de la carrera, se podría dar cabida a la sociología, a la ecología humana, a la antropología cultural, la demografía, la economía y la ciencia política, todas esen- ciales para comprender las relaciones en lo concerniente a la salud con otras ciencias y actividades.

(14)

ción sanitaria, son ~610 algunos de los múlti-

ples nexos que ilustran las relaciones de la salud pública con las ciencias sociales.

En resumen, la medicina preventiva debe ser enseñada al futuro dentista, y no debe orientarse hacia los detalles de la prevención de una u otra enfermedad, ni hacia los de un determinado servicio de salud pública, sino hacia nuevos horizontes del amplio campo de la conservación y restablecimiento de la salud como tarea de varias profesiones. Ha de poner de manifiesto la importancia relativa de los diversos problemas de cada profesión. Debe explicar la estructura y funcionamiento de los servicios de salud del

país, gubernamentales o privados, como

consecuencia de la aplicación práctica de un

determinado pensamiento social. Y, por

último, debe permitir que el alumno llegue por sus propios medios a una síntesis mental de orden más elevado que le permita situar al problema dental dentro de los problemas concernientes a la salud y, a su vez, dentro de los diversos problemas sociales y econó- micos de la época. Asimismo, ha de permitir que el estudiante coordine su trabajo pro- fesional futuro con el de las demás activi- dades humanas. En otras palabras, el estudio de la salud pública se orientará de modo que proporcione al estudiante los elementos ne- cesarios para elaborar su propia filosofía

profesional, que, inevitablemente, se irá

ampliando hasta convertirse en filosofía de la vida.

Parte C-Odontologia sanitaria o de salud

pública

Una vez en posesión de los conocimientos generales de medicina preventiva y salud pública, y en una etapa de la carrera en que

el estudiante ya está familiarizado con el

ámbito de la odontología como profesión, se podrán examinar los problemas de salud dental y oral desde el punto de vista colec- tivo, de la colectividad como un todo.

Según Gruebel (27), el objeto de un curso de odontología sanitaria consiste en que el estudiante :

1) alcance un conocimiento general de la práctica de la salud pública a fin de que, una vez dentista, pueda actuar eficazmente como miembro del grupo de salud pública de su país y desempeñar actividades directivas como ciudadano y miembro de una de las profesiones atañentes a la salud;

2) adquiera conocimientos específicos adi- cionales sobre la incidencia, prevención y control de las enfermedades dentales desde el punto de vista de la salud pública;

3) se familiarice con los métodos de educa- ción sanitaria;

4) conozca las oportunidades que se ofre- cen a una carrera en el campo de la odontolo- gía sanitaria.

Este último punto debe ponerse especial- mente de relieve. Para que la odontología de salud pública pueda desenvolverse, ha de

tener oportunidad de competir en pie de

igualdad con las demás especialidades odon- tológicas en el reclutamiento de los mejores elementos de cada promoción. Asimismo, los jóvenes han de tener ocasión de explorar durante los estudios de odontología los dis- tintos campos de actividad profesional, para poder elegir, de acuerdo con sus preferencias, la especialidad de su carrera.

No es necesario poner de relieve la ampli- tud de conocimientos que se exige del pro- fesor para enseñar la materia mencionada. Galagan (14) propone que ésta se enseñe durante la primera mitad de la carrera. En la América Latina, donde cada cátedra suele limitar sus enseñanzas a un año del curso, serfa preferible que esta parte del programa de higiene se ofreciera, junto con las demás, en el último año de la carrera. Esta parece ser una mejor alternativa que la de antici- parla a otras materias enseñando toda la

higiene en la primera mitad de la carrera. de tratamiento de una colectividad;

En cuanto al contenido de la odontología de salud pública, debe comprender los si- guientes aspectos :

1) epidemiología aplicada a la odontología,

y técnicas de encuesta, principalmente las

relacionadas con la caries dental;

(15)

Marzo 19601 ENSEÑANZA DE LA ODONTOLOGIA 201

3) recursos humanos disponibles; personal profesional y auxiliar;

4) productividad y rendimiento de los

servicios dentales;

5) sistemas de remuneración de los servi- cios dentales: honorarios, sueldo y recom- pensa;

6) organización de los servicios dentales; diversas instituciones oficiales, paraoficiales

y filantrópicas que proporcionan servicios

dentales;

7) educación del público en materia de higiene dental;

8) actividades directivas y organización de la colectividad para el fomento de medidas colectivas, tales como la fluoración del agua o los programas dentales.

La enseñanza debe ser lo más objetiva posible, comprendiendo, siempre que se con- sidere oportuno, discusiones en grupo, tra- bajos prácticos sobre educación sanitaria, visitas a servicios de varias clases y, como punto importante, la realización de una en- cuesta dental. Hadjimarkos (28) describe un método simple de encuesta, basado en el sólo empleo de depresores linguales y de linternas, que permite examinar a todos los niños de una escuela pública, utilizando solo 2 ó 3 horas de cada estudiante.

Galagan (14) señala que con los datos obtenidos por los estudiantes en este tipo de trabajos prácticos, pueden reconstituirse to- das las fases importantes de la labor de odon- tología de salud pública, tales como reco- pilación de datos, análisis de los resultados, planeamiento de programas, preparación de presupuestos y evaluación: la única actividad que faltaría sería la verdadera ejecución del programa proyectado. Afirma el mismo autor que sería imposible proporcionar esta ex- periencia debido al limitado tiempo de que disponen los estudiantes.

Mello (29), sin embargo, está organizando en la ciudad de Pelotas un programa de la cátedra de higiene, donde los estudiantes se encargarán de la ejecución de un programa dental escolar en el sistema incremental. Un experimento similar se viene planeando tam- bién en Porto Alegre. Ambos experimentos

deberán ser cuidadosamente evaluados,

tanto desde el punto de vista pedagógico como del de su alcance social, antes de su recomendación para uso general.

En resumen, la enseñanza de la odontolo- gía sanitaria debe orientarse de modo que el dentista particular conozca los problemas dentales de su colectividad, la manera de medirlos y el funcionamiento de los servicios dentales públicos. El conocimiento de estos últimos se integrará en los anteriormente adquiridos sobre los servicios de salud pú- blica en general. De esta manera, se com- prenderá fácilmente el concepto de trabajo en grupo y de programas integrados de salud pública.

Con el establecimiento de institutos del seguro social, de sociedades de ayuda mutua, servicios dentales escolares, hospitalarios, y de unidades sanitarias, es cada vez mayor el número de dentistas de la América Latina que dedican parte de sus actividades a grupos determinados. La enseñanza de la odontología de salud pública se orientará de modo que prepare al futuro dentista para el necesario cambio de actitud al pasar del paciente individual al colectivo, es decir, la colectividad.

POSICION EN EL PLAN DE ESTUDIOS

La situación ideal sería que el programa de higiene se subdividiera en pequeños sec- tores durante diversas etapas de la carrera. Así, en el primer año podría darse cabida a un curso de introducción a la higiene; en el segundo, a un curso de bioestadística; en el tercero, a un curso de medicina preventiva y de salud pública; y en el último, a un curso de odontología de salud pública y síntesis de la odontología preventiva. Este proceder,

que se puede

aplicar

en Estados Unidos y en

algunas escuelas de la América Latina, no se ajusta, sin embargo, al sistema actual de cátedras autónomas adoptado en la mayoría

de los países latinoamericanos. Por consi-

(16)

Fig. L-Posicibn en el plan de estudio de las diversas partes de un programa de higiene.

(la)

Enseñanza de la odontología preventiva según Martín (19)

(B)

(IbI

Enseñanza de la salud pública

según Galagan (14) Enseñanza de la higiene en la América Latina en una catedra durante el último año de la carrera

~ A-Odontología preventiva

EEs3- B Medicina preventiva y salud pública

EZGZ- C Odontología de salud pública

los conceptos que se pretende enseñar en el curso de higiene.

La Fig. 1 constituye un esquema de la posición de la enseñanza de la higiene en el plan de estudios. En la Fig. la, se representa la forma vertical de la enseñanza de la odon- tología preventiva, según Martin (19), que se incluye en casi todas las materias del plan de estudios. En la Fig. Ib, se representa la forma de enseñanza de la salud pública, pro- puesta por Galagan (14), en dos segmentos horizontales; la parte general se enseña en la primera mitad de los estudios y la parte especial en la segunda mitad. La Fig. le, representa la forma de enseñanza de la hi- giene recomendada en el presente trabajo, para que se ajuste al sistema de cátedras enseñadas en un año, adoptado en la mayo- ría de paises de la América Latina; en el último año se añade un resumen y comple- mento de la odontología preventiva.

FORMACION DEL PERSONAL DOCENTE

El problema de la preparación de pro- fesores de higiene es uno de los más dificiles de resolver. Galagan (14) propone que la parte general la enseñe un médico especialista en salud publica. Buhler (30) se opone a esta

recomendación, por considerar que tanto la enseñanza de la parte general como la de la especial de la salud pública debe estar a cargo de odontólogos sanitarios. Estos, a su vez, podrfan invitar a otros especialistas de salud pública a enseñar los correspondientes aspectos del curso en que fuere necesaria una exposición más a fondo a cargo de especialis- tas.

Easlick (31) sugiere la conveniencia de tres clases de profesores, a saber:

1) profesores de odontología de salud pública en las escuelas de salud pública y de algún aspecto

de la odontología en las escuelas de esta misma rama;

2) directores de divisiones estatales o metro- politanas de odontologfa de salud pública;

3) profesores de clínica odontológica, con cursos postgraduados de odontologfa de salud pública y experiencia práctica.

Blackerby (ll) ve con cierto pesimismo el problema de la obtención de profesores de salud pública para las escuelas de odonto- logía. Por la claridad con que expone el problema, se citan a continuación sus propias palabras :

(17)

Marzo 19601 ENSEÑANZA DE LA ODONTOLOGIA 203

y experiencia en salud pública es muy reducido, y casi ninguna de ellas está disponible y preparada para enseñar. Para apoyar esta opinión pesimista, examinaremos las condiciones que debiera reunir el candidato a miembro del cuerpo docente. Debe ser un dentista en posesión de amplios conoci- mientos, que hubiera seguido estudios postgra- duados y que tuviera experiencia en salud pública general y dental; conocimiento intimo de las prácticas modernas de salud pública; familiaridad con los métodos de investigación y procedimientos estadísticos; conocimiento de los problemas de la práctica y de la enseñanza de la odontología; competencia personal y capacidad técnica para enseñar, a ser posible demostradas ya por ex- periencia. Por último, como condición de im- portancia obvia, esta persona debe poder ser contratada por la escuela que se propone utilizar sus méritos. Si comparamos estos requisitos con los que reúnen los profesores actuales veremos que los profesores cali6cados para enseñar salud pública en las escuelas de odontología no están, en general, disponibles.

“Por esta razón, el programa de salud pública de muchas escuelas de odontología está, por lo general, inadecuadamente planeado, mal organi- zado y enseñado de una manera ineficaz. No es de extrañar que, con frecuencia, sea impopular, que le falte prestigio y respeto, y que pocos alum- nos se sientan inclinados a seguir carreras de odontología de salud pública después de gra- duarse.”

En realidad, el problema es grave tanto en Estados Unidos como en la América Latina. Hay que formar profesores, y su selección para que se capaciten corresponde a los educadores de cada escuela. Para cola-

borar en este aspecto en la América Latina,

está el programa de becas de la OMS ya mencionado. Varias escuelas han adoptado ya, en fecha reciente, programas nuevos de enseñanza de la higiene, donde figuran varios de los temas mencionados en este trabajo. A título de ilustración se presenta en el Anexo 1 el programa actualmente en vigor de la Facultad de Odontología de la Uni- versidad de Rio Grande do Sul. Asimismo, para destacar la preocupación actual de la profesión por los problemas de la enseñanza y de la claridad con que se van poniendo de

manifiesto los nuevos nunbos de la ense-

ñanza de la higiene, se transcriben en el Anexo 2 las recomendaciones sobre la en- señanza de la odontología sanitaria del ler Congreso de la Federación Odontológica de Centro América y Panamá (9).

CONCLUSIONES

Fundándose en lo que antecede, el relator somete a la consideración del VII Congreso Odontológico Brasileño las recomendaciones siguientes :

1. Que en la carrera de odontología se dé mayor importancia a la enseñanza de los aspectos preventivos, sanitarios y sociales de la profesión.

2. Que para ese 6n, se establezcan, en la medida de lo posible, cátedras o departa- mentos autónomos de higiene u odontología preventiva y de salud pública u odontología social. (En lo sucesivo utilizaremos en estas conclusiones la denominación de “cátedra de higiene”).

3. Que el programa de la cátedra de hi- giene comprenda tres partes, a saber: (A) odontología preventiva, (B) medicina pre- ventiva y salud pública y (C) odontología sanitaria o de salud pública.

4. Que la enseñanza de la odontología preventiva (parte A) se considere como una filosofía del trabajo que figure en la ense- ñanza de todas las materias de la carrera, especialmente en las materias clínicas, in- cumbiendo a la cátedra de higiene la res- ponsabilidad de estimular, coordinar y cola- borar en la enseñanza de la odontología

preventiva en las diversas cátedras. Asi-

mismo, la cátedra de higiene tendrá la mi- sión de hacer, al final de los estudios, un resumen o revisión de los conocimientos de

odontología preventiva adquiridos en las

diversas materias, completando lo que fuere necesario.

Imagem

CUADRO  No.  3.-Enseñanza  de la  higiene  y  materias  ajkes  en 50 escuelas de odontologia  latinoameri-  canas  (1966)  .*  País  Argentina  Bolivia  Brasil  Colombia  Costa  Rica  Cuba  Chile  Ecuador  El  Salvador  Guatemala  Haití  Honduras  México
Fig.  L-Posicibn  en el  plan  de estudio  de las  diversas  partes  de  un  programa  de  higiene

Referências

Documentos relacionados

Realizaram-se as analises microbiologicas a partir das seguintes amostras: leite utilizado na fabricagao do queijo, visto que em todos os laticinios artesanais em estudo se

Portanto, o Anuário traz em seus relatórios os dados de como está se desenvolvendo a educação, de acordo com cada dependência administrativa: Federal, Estadual,

Neste estágio, pude constatar que a Medicina Geral e Familiar é a base dos cuidados de saúde, pela sua abrangência e pelo facto de intervir ao longo de toda a vida do

vermelho sólido O controlador detectou uma falha não recuperável, portanto, ele removeu o projeto da memória.. Mude para o

En este sentido, el análisis de enfoques que apunten a transitar al revés las fases históricas que convergieron para posibilitar la existencia material del expediente, la

Entre la II Guerra Mundial y la década de 1970 se produjo un predominio del poder político sobre el financiero, no solo en los países centrales, sino asimismo en los periféricos que

Nessa perspectiva, buscamos, como objetivos específicos: comparar a vivência lúdica do cotidiano entre uma Creche Pública e uma Escola Particular; refletir sobre a minha

The aim of this study was to assess whether NLR at admission is able to predict severity of AP and some associated outcomes (need for ICU admission, in-hospital mortality, length