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ANÁLISIS DE LA SUPERACIÓN DE LOS METODÓLOGOS INTEGRALES DE LAS ESCUELAS DE FORMACIÓN TÉCNICA CON ORIENTACIÓN CIENTÍFICO-METODOLÓGICA

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International Scientific Journal – ISSN: 1679-9844 Nº 4, volume 14, article nº 2, October/December 2019 D.O.I: http://dx.doi.org/10.6020/1679-9844/v14n4a2

Accepted: 02/05/2018 Published: 26/11/2019

ANÁLISIS DE LA SUPERACIÓN DE LOS METODÓLOGOS

INTEGRALES DE LAS ESCUELAS DE FORMACIÓN TÉCNICA CON

ORIENTACIÓN CIENTÍFICO-METODOLÓGICA

ANALYSIS OF THE INTEGRAL METHODOLOGISTS IMPROVEMENT

OF THE TECHNICAL TRAINING SCHOOLS WITH A

SCIENTIFIC-METHODOLOGICAL ORIENTATION

Ana María García Ondarza1, Riselda Guzmán Méndez2, Roberto Portuondo Padrón3, Carlos Manuel Alvarez Moya4

1 Licenciada en Educación, especialidad Civil, especialización en Vías de Comunicación. Master en Pedagogía Profesional. Doctorante en Ciencias Pedagógicas. Profesora Auxiliar de las carreras Ingeniería Civil y Educación Construcción. Facultad de Construcciones.

Universidad Ignacio Agramonte Loynaz. Camagüey. Cuba.

ana.ggarcia@reduc.edu.cu

2 Licenciada en Educación, especialidad Construcción. Doctora en Ciencias Pedagógicas. Master en Ciencias de la Educación. Profesora Titular de las carreras Educación Construcción y Arquitectura. Decana de la Facultad de Construcciones. Universidad Ignacio

Agramonte Loynaz. Camagüey. Cuba.

riselda.guzman@reduc.edu.cu

3 Ingeniero Mecánico. Doctor en Ciencias Pedagógicas. Profesor Titular. Investigador del Centro de Estudios de Ciencias de la Educación Enrique José Varona. Universidad Ignacio

Agramonte y Loynaz. Camagüey. Cuba.

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4 Licenciado en Educación, especialidad Edificaciones. Master en Educación Avanzada, con mención en Gerencia Educacional. Profesor Auxiliar de las carreras Ingeniería Civil y Educación Construcción. Facultad de Construcciones. Universidad Ignacio Agramonte

Loynaz. Camagüey. Cuba.

krlosmoya@gmail.com

Resumen: Este artículo tiene como objetivo presentar algunas reflexiones de los autores en relación con la superación profesional de los metodólogos integrales de las escuelas de formación técnica en la provincia de Camagüey, Cuba, dirigida a la preparación con orientación científico-metodológica que necesitan para su mejor desempeño en los diferentes contextos de actuación. El abordaje metodológico estuvo en función de dar cumplimiento al mismo. Se destaca el empleo de la sistematización, para el análisis y la profundización en los referentes teóricos aportados en la literatura científica consultada, en especial, las fuentes relacionadas con los procesos de superación y preparación dirigidos al perfeccionamiento del desempeño, como manifestación práctica del modo de actuación de los profesionales, y los estudios del enfoque ciencia, tecnología y sociedad en la educación, por la importancia que tiene para el desarrollo de la cultura científica en los metodólogos integrales, en función de que apliquen de forma sistemática y consciente los resultados de las investigaciones propias y de otros autores en su actividad profesional, de modo que contribuya, desde el trabajo metodológico de los directivos, docentes y especialistas técnicos que orientan, supervisan y evalúan, a la calidad de los procesos que se ejecutan en los contextos formativos escuela-empresa, característicos de la Educación Técnica y Profesional. Como resultados, la sistematización aportó la necesidad de un modelo de preparación científico-metodológica, que aplicado a través de una estrategia de superación profesional, contribuya al mejoramiento del desempeño profesional de los metodólogos integrales de las escuelas de formación técnica en sus diferentes contextos de actuación, así como el impacto que puede tener en el desarrollo social y económico del país, a partir del egreso de profesionales técnicos más competentes.

Palabras clave: Educación Técnica y Profesional, desempeño profesional, ciencia, tecnología, sociedad.

Abstract: The aim of this article is to present the results of the authors' analysis, in relation to the professional improvement of the integral methodologists of the technical training schools in Camagüey province, Cuba, aimed at the preparation with scientific-methodological guidance they need to his best performance in the different contexts of action. The methodological approach was in order to of fulfill it. The use of systematization is highlighted, for the analysis and deepening in the theoretical references provided in the consulted scientific literature, especially, the sources related to the processes of improvement and preparation aimed at the proficiency of performance, as a practical

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manifestation of the way of professionals is performance, and the studies of the science, technology and society approach in education, due to the importance it has for the development of scientific culture in integral methodologists, in order to systematically and consciously apply results of the own research and of other authors in their professional activity, so that it contributes, from the methodological work of the directives, teachers and technical specialists who guide, supervise and evaluate, the quality of the processes that are executed in the contexts formative school-enterprise, characteristic of the Technical and Professional Education. The main finding is the systematization providing the necessity of a model of scientific-methodological preparation, which applied through a professional improvement strategy, contributes to the improvement of the professional performance of the integral methodologists in technical training schools in their different contexts of action, as well as the impact it can have on the social and economic development of the country, starting with the graduation of more competent technical professionals.

Keywords: Technical and Professional Education, professional performance, science, technology, society.

Introducción

El mundo actual se encuentra inmerso en crisis y problemas globales que demandan como necesidad imperiosa para su solución, desarrollar al máximo las potencialidades de los sujetos. Esta problemática tiene su impacto en la educación, la cual se refleja en la búsqueda del desarrollo de individuos más reflexivos y capaces de crear alternativas que permitan transformar los aprendizajes sobre la base de los avances científicos-tecnológicos, con valores humanos y comprometidos social y políticamente con su realidad.

Por ello en el contexto cubano actual, la Educación Técnica y Profesional (en lo adelante ETP), desempeña un importante rol en el desarrollo social y económico del país y su misión principal es la formación de profesionales técnicos de nivel medio superior y obreros calificados que sean capaces de aplicar, en la práctica social y los procesos productivos, los vertiginosos avances de la ciencia y la tecnología y los resultados de la investigación científica que desarrollan los directivos, docentes, instructores de las empresas y estudiantes, en función de alcanzar el desarrollo sostenible de la sociedad.

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Consecuentemente, entre los objetivos de trabajo priorizados por el Ministerio de educación se encuentra: “[…] elevar la calidad y rigor en la formación y superación permanente del personal docente que demanda cada territorio” (CUBA, 2012, p. 7).

En este contexto, uno de los principales retos de la ETP en Cuba se dirige a: “[…] garantizar una mayor calidad en la formación profesional de los obreros y técnicos”, según aparece en el Seminario Nacional de Preparación del curso escolar 2012–2013, organizado por el Ministerio de Educación (CUBA, 2012, p. 129), lo que demanda nuevas exigencias de la sociedad a su modelo actual.

En la última década, en la ETP se han operado cambios sustanciales, dados por el incremento de la matrícula y su orientación fundamental a la formación de obreros calificados, además de que se ha dado un giro sustancial en la relación escuela politécnica-empresa en la formación profesional, dado por la creación de las aulas anexas1.

Estos retos y cambios implican que sean mayores las exigencias sociales que tiene hoy la ETP, lo que requiere el perfeccionamiento del desempeño profesional de los metodólogos integrales, por la labor fundamental que desempeñan en las escuelas de formación técnica, al ser directo su accionar en la preparación de sus estructuras de dirección y docentes, y en consecuencia, de la calidad del proceso formativo, a partir de las responsabilidades y funciones establecidas en el Reglamento del Trabajo Metodológico para todas las educaciones en Cuba, aprobado por la Resolución Ministerial No. 200 de 2014 (MINISTERIO DE EDUCACIÓN, 2014, p. 1359-1360).

A partir de la sistematización realizada, los autores consideran que la superación profesional constituye una de las principales vías en el área educacional para contribuir a la preparación de directivos educacionales y docentes, en función del perfeccionamiento del desempeño profesional, a partir del criterio de varios estudiosos del tema en el mundo.

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Constituyen contextos educativos ubicados en las empresas y organismos con el objetivo de contribuir a la formación de modos de actuación profesional en los estudiantes, a partir del empleo de los recursos materiales, áreas productivas, talleres, laboratorios y las tecnologías con que cuentan para el desarrollo de clases teórico-prácticas y teórico-prácticas, con la participación de los especialistas técnicos más integrales como profesores, y los docentes de la escuela como complemento (MENA; CORTEZA, 2010, p. 4).

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Por ello, la preparación de la estructura metodológica del Departamento de ETP de la Dirección Provincial de Educación (DPE) en Camagüey se desarrolla a partir del diseño de diferentes actividades de superación y su implementación a través de los espacios establecidos en el sistema de trabajo integrado con la universidad, que requiere la participación del claustro profesoral de las diferentes facultades.

No obstante, resultaría imposible el diseño y ejecución de una superación profesional dirigida a perfeccionar el desempeño de los profesionales de la educación, sin la participación activa y efectiva de las universidades, con su ciencia, su tecnología y su claustro profesoral, cada vez con mayor nivel académico y científico, avalados estos por los procesos de acreditación institucional.

De este modo, con el presente artículo, se persigue como objetivo socializar los resultados del análisis sobre la superación profesional dirigida a la preparación científico-metodológica de los metodólogos integrales para el perfeccionamiento de su desempeño profesional en las escuelas de formación técnica en la provincia de Camagüey, fundamentada desde las relaciones ciencia- tecnología-sociedad (en lo adelante CTS).

Ciencia-Tecnología-Sociedad y la educación

Toda sociedad tiene como objetivo esencial, formar y preparar al hombre para su plena incorporación a la vida social, lo que le permitirá cumplir cabalmente sus funciones y tareas en beneficio de ella. En este propósito, la educación juega un papel fundamental, porque al ser un fenómeno social históricamente desarrollado, y la médula del proceso de socialización, ejerce una influencia fundamental en el logro de su incorporación personal y social activa.

La ciencia y la tecnología en la actualidad constituyen una poderosa fuerza social transformadora que permite modelar las creencias y actitudes del hombre sobre el universo y sobre sí mismo. Desde la década del sesenta se ha tratado de integrar los estudios sociales de la ciencia y la tecnología en una perspectiva interdisciplinaria, que recibió diversas denominaciones.

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Los estudios CTS en estos momentos constituyen una importante área de trabajo en la investigación académica y la educación. En este campo se trata de entender los aspectos sociales del fenómeno científico y tecnológico, tanto en lo que respecta a sus condiciones sociales como lo que atañe a sus consecuencias sociales y ambientales, porque en los enfoques CTS “[…] los problemas de la tecnología y de la ciencia se examinan como procesos sociales con dimensiones de totalidad social […]” (MEMBIELA, 2002 citado por RODRÍGUEZ; PÉREZ, 2013, p. 2).

En Cuba, los estudios CTS se han nutrido de tradiciones de teorías y pensamiento social, así como de estrategias educativas y científico – tecnológicas que el país ha fomentado durante las últimas décadas. En particular el problema de las interrelaciones entre ciencia, tecnología, innovación y desarrollo social, con múltiples consecuencias en los campos de la educación y la política científico-tecnológica, merece colocarse en el centro de atención, por sus incidencias en los diferentes ámbitos económicos, sociales, ambientales y culturales (OSORIO, 2002).

Muchos son los autores que han analizado o aportado definiciones de la ciencia. En consecuencia, a lo largo de la historia, también son muy diversos los enfoques con que ha sido estudiada, como afirman Núñez, Alonso y Ramírez (2015) en su estudio sobre la evolución de la filosofía de la ciencia en Cuba.

En muchas de las definiciones de ciencia y tecnología, se pueden deducir las relaciones que existen entre ambas. No obstante, en esta investigación se asume la ciencia como:

“Aquella actividad que abarca tanto el proceso de investigación orientado por el método científico, como su resultado, expresado en un sistema teórico de conocimientos probados en la práctica que contribuyen al mejoramiento de la vida del ser humano y se caracteriza por la unidad entre el método, la teoría y la práctica” (DELER, 2006 citado por RODRÍGUEZ, 2008, p. 18).

En la educación, la ciencia se materializa en los resultados de la actividad científica educacional que se desarrolla en los contextos escolares, en la que se tiene en cuenta los fundamentos teóricos de las ciencias pedagógicas y técnicas, entre otras, según el tipo de escuela de que se trate.

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internalización de valores, creencias, desarrollo de estilos de pensamiento y actuación, de acuerdo con varios autores, por tanto, la ciencia también es cultura.

En tal sentido, se coincide en reconocer a la cultura como “[…] los conocimientos, habilidades y valores previos que posee el sujeto con respecto a los conocimientos, habilidades y valores que se incorporan a su acervo cultural en permanente desarrollo […]” (SALAS, 2008, p. 45). Por tanto, la autora referida no solo tiene en cuenta los conocimientos, experiencias e informaciones previas sobre el nuevo contenido a estudiar, sino también aquellos que de manera directa o indirecta se relacionan o pueden relacionarse con él.

Por otra parte, en las obras científicas de algunos estudiosos de la ETP (Torres, 2004; Gerabel, 2010; Milanés, 2011) se aprecia consenso respecto a la necesidad de que sus directivos y docentes se apropien de una cultura científica, cuyo desarrollo se expresa:

“[…] en los nuevos sujetos sociales que, habiéndose formado en todos los niveles de contacto con procesos de orden científico y tecnológico, muestran actitudes y conductas proclives a generar nuevas situaciones que les permitan resolver problemas para su entorno natural y social” (PINO y RIONDA, 2006, citado por RUBIO, 2011, p. 6).

Por consiguiente, el desarrollo de una cultura científica en la superación posgraduada de los metodólogos integrales de la ETP influye en el alcance y formación de los directivos y profesores que participan activamente en los procesos científico-tecnológicos avanzados, al resolver problemas pertinentes del proceso formativo y lograr con ello, el éxito del desempeño profesional individual y el crecimiento de la escuela donde actúan.

En cuanto a la tecnología en relación con la sociedad, se concibe como el “conjunto de instrumentos o herramientas materiales, conocimientos y habilidades utilizadas para proveer a todas las necesidades de la comunidad y aumentar su dominio del medio” (HERRERA, 1994 citado por CÁRDENAS; GUERRA; SOLER, 2017, p. 5).

Pero, se coincide en que mucho más que ciencia aplicada, más que como un resultado, único e inexorable, la tecnología debe ser entendida como un proceso social, como una práctica, que integra factores psicológicos, sociales, económicos,

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políticos, culturales, siempre influido por valores e intereses (NÚÑEZ, 1999, p. 35-45).

En cuanto a los conceptos de técnica y tecnología, en su relación con la ciencia, Núñez (1999) afirma:

“La técnica se refiere a procedimientos operativos útiles desde el punto de vista práctico para determinados fines. Constituye un saber cómo, sin exigir necesariamente un saber por qué. Ese por qué, es decir, la capacidad de ofrecer explicaciones, es propia de la ciencia” (NÚÑEZ, 1999, p. 15).

Por otra parte, existe gran polémica acerca de la relación ciencia-tecnología, pero se coincide en que: “[…] la primera influye en el aumento progresivo de la ciencia, y esta a su vez determina la amplitud y profundidad del desarrollo tecnológico” (CÁRDENAS; GUERRA; SOLER, 2017, p. 13). Por consiguiente, esta relación ejerce su influencia en la preparación de los sujetos para enfrentar, proponer y solucionar las diversas problemáticas que se presentan en los diferentes contextos donde actúan, sobre la base de los avances de la ciencia, la técnica y la tecnología, en función de impactar en la sociedad.

En cuanto a las relaciones de la tecnología con la sociedad, son consideradas muy complejas. Una fundamentación al respecto la expresa Núñez (1999):

“De un lado, no hay duda de que la tecnología está sujeta a un cierto determinismo social. La evidencia de que ella es movida por intereses sociales parece un argumento sólido para apoyar la idea de que la tecnología está socialmente moldeada (…) hay que detenerse en las características intrínsecas de las tecnologías y ver como ellas influyen directamente sobre la organización social y la distribución del poder” (NÚÑEZ, 1999, p. 43).

Por consiguiente, el desarrollo de la ciencia y la tecnología condiciona y a la vez determina el desarrollo social, y este a su vez impacta en el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Es decir, “[…] como toda actividad social, están condicionadas por factores económicos, políticos, éticos, culturales, y, a su vez, tienen profundas repercusiones en esos ámbitos” (VALDÉS et al, 2002).

Por otra parte, en las últimas décadas, al concepto de tecnología se le está dando un sentido plurivalente denominado tecno-ciencia, cuyo objetivo es enfatizar en su dimensión social, en la que se hace énfasis en los valores culturales. En tal

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sentido, es considerada por algunos autores como un “[…] recurso del lenguaje acuñado para fortalecer la conexión entre ciencia y tecnología […] al ser la tecnología cada vez más dependiente de la actividad científica y el conocimiento científico" (MEMBIELA, 2002; NÚÑEZ, 2007 citados por TERÁN; PEREIRA; DÍAZ, 2013, p. 304)

Existen otros autores que analizan la definición de tecno-ciencia de forma más amplia, como es el caso de Echeverría (2015), que considera:

La expansión de la tecno-ciencia, entendida como un nuevo modo de producción, distribución, almacenamiento y utilización de los conocimientos, ha ido más allá de las ciencias y de las ingenierías de los siglos XIX y XX, alcanzando a otras formas culturales, incluida la prensa, los libros, la política, la economía, las artes y los medios de comunicación. En una palabra: no sólo hay tecno-ciencia, también tecno-cultura” (ECHEVERRÍA, 2015, p. 113).

Lo anterior no está en desacuerdo con lo que se ha planteado hasta ahora, y sí permite valorar la estrecha relación que debe existir, en el contexto de la investigación, entre los conceptos ciencia, tecnología, superación, preparación, sociedad y cultura, como factores determinantes para lograr un desempeño profesional de los metodólogos integrales que les permita afrontar los problemas que se presentan en su actividad profesional mediante la aplicación de los conocimientos científico-metodológicos adquiridos, pero con una visión más amplia de su significado.

Es por ello que se hace necesario comprender las relaciones complejas que se establecen entre la sociedad en su conjunto y la ciencia y la tecnología en particular. En la sociedad el hombre crea un sistema de relaciones que le permiten vivir, trabajar y desarrollarse; a su vez, la ciencia y la tecnología, que son consideradas por muchos como el resultado del desarrollo de la sociedad, contribuyen con sus avances, al desarrollo social, y por tanto, también al de la educación.

Por consiguiente, en el análisis sobre la relación CTS, la sociedad debe ser considera como lo primero o rector, y dentro de ella, un lugar priorizado le corresponde a la educación, por el rol tan importante que desempeña en el logro del desarrollo social, cuya concepción está basada en la preparación del hombre para la

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vida.

A partir del análisis acerca de la educación como un fenómeno social, con funciones definidas dentro de la sociedad; la educación ha sido considerada por diversos estudiosos del tema como “[…] un sistema complejo de influencias sociales que no puede limitarse a cierto momento de la vida social, sino que transcurre, a su vez, por toda la vida y en la cual debe asumirse el contexto donde se desarrolla” (GARCÍA, 2010, p. 11).

La autora citada anteriormente, desde su posición teórica, reconoce la importancia de la actuación del individuo en el proceso, porque asume que estos no solo reciben las influencias de la sociedad, sino que inevitablemente “[…] transfieren a esa sociedad los conocimientos, habilidades y valores adquiridos con la educación recibida a lo largo de la vida, a partir de la relación hombre (profesional)-sociedad” (GARCÍA, 2010, p. 11), que por supuesto incluye la relación ciencia-tecnología.

Lo anterior cobra vital significado en las escuelas de formación técnica, al tener el encargo social de insertar en la sociedad a técnicos y obreros calificados de las diferentes ramas de la economía del país capaces de enfrentar satisfactoriamente los avances científico-técnicos que se incorporan constantemente a los procesos productivos de las empresas.

Que se logre concretar el vínculo educación–sociedad, con todo lo que lleva implícito, y en correspondencia con las exigencias sociales del contexto histórico cubano, depende en gran medida de que el metodólogo integral garantice formas dinámicas de pensar y actuar en su accionar en las escuelas de formación técnica, centradas en el logro de modos de actuación profesional, que integran “[…] los conocimientos de la profesión, las habilidades y los valores profesionales” ( GUZMÁN, 2014, p. 84); pero también de una cultura general, en todos los aspectos que atañen a la formación multilateral de los estudiantes, y al desarrollo de competencias en los docentes en la didáctica, la actividad-comunicación, la investigación, el trabajo metodológico y la superación, entre otros aspectos.

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La actividad científica y el trabajo metodológico orientados

hacia la calidad del proceso formativo en las escuelas técnicas

Las escuelas de formación técnica tienen una base teórico-metodológica esencial, que es aquella que concibe una formación dual (escuela - empresas productivas o de los servicios) de manera articulada y con objetivos comunes, con la flexibilidad que se necesita para la adaptación a las condiciones objetivas de cada lugar, en función de cumplir la misión de la ETP en el momento histórico por el que esté atravesando el país.

Se está de acuerdo en que el sistema de formación profesional técnica escuela-empresa trae aparejado importantes beneficios a la empresa, al estudiante y a la escuela, pero que su aporte fundamental va dirigido “[…] al desarrollo de las habilidades y competencias profesionales en los estudiantes” (GONZÁLEZ, 2015, p. 26), para lograr la calidad de los profesionales técnicos que demanda la sociedad al subsistema de la ETP.

Es por ello que la máxima aspiración de la formación profesional técnica, como parte del sistema educativo cubano, está en “[…] desarrollar una personalidad integral, que responda a las necesidades de la sociedad a partir de su protagonismo en todas las esferas de la vida social, productiva y familiar […]” (BARRIOS, 2005, p. 86).

En tal sentido, la ciencia y la innovación tecnológica en la actualidad desempeñan un papel decisivo para lograr una formación profesional técnica que tribute al desarrollo de la sociedad. Por ello, en Cuba, se ha adoptado una política educacional dirigida, en lo esencial, a la solución inmediata de los principales problemas que afectan la calidad del proceso formativo, a partir de los resultados científico-técnicos alcanzados por los directivos y docentes en su actividad científica educacional.

La política educacional cubana es desarrollada por el Ministerio de Educación (MINED), para lo cual regula y dispone una serie de acciones y normativas que influyen en el desempeño de los metodólogos, directivos y docentes. Estas exigencias se concretan en las estructuras metodológicas provinciales y municipales, las que actúan sobre las escuelas de los diferentes subsistemas

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educativos, representadas por la actividad pedagógica profesional de dirección2 a estos niveles.

La actividad pedagógica profesional de dirección en la escuela de formación técnica cubana adquiere un carácter singular, al tener en cuenta la conducción de disímiles procesos que la particularizan con respecto a otros subsistemas educacionales; entre otros: la dinámica gestión de interacción con la entidad productora o de los servicios para el cumplimiento de los planes de estudios, la conformación sociológica de los grupos docentes y de vida interna, las variadas especialidades a estudiar, la doble formación curricular para técnico medio y para obrero calificad, la capacitación a los especialistas técnicos de las empresas que se desempeñan como docentes de aulas anexas y tutores en las prácticas preprofesionales, así como la compleja gestión y control de los recursos destinados al proceso de enseñanza práctica en la propia escuela.

En esa búsqueda de la calidad del proceso formativo, acorde con las exigencias sociales que demanda el desarrollo ciencia - tecnología, se han ido transformando los propósitos y prioridades de la educación. En el subsistema de la ETP esta realidad está justificada, al ser la escuela de formación técnica reconocida como una institución educacional especializada, que tiene la responsabilidad de lograr en sus estudiantes:

“[…] la adquisición de conocimientos que sirvan como herramientas para aprender y para comprender el medio, familiarizarlo con las nuevas tecnologías, asegurar una base general con amplios conocimientos y despertar en ellos curiosidad intelectual, razonamiento lógico, iniciativa, creatividad y cooperación” (LEÓN, 2004, p. 6).

Lograr tal aspiración es una necesidad, pues al estar la profesión de los egresados de las escuelas de formación técnica tan estrechamente relacionada con la ciencia y la innovación tecnológica les permite interactuar con el entorno donde se desenvuelven y transformarlo en beneficio de la sociedad.

Por consiguiente, todas las acciones en función del cambio deben orientarse

2

Se coincide con (ALONSO, 2002, p. 53) al plantear que la actividad pedagógica profesional de dirección se distingue por el marcado carácter técnico-metodológico y científico-pedagógico con que se desarrolla el proceso de dirección y por su clara orientación hacia la transformación de la personalidad y el desarrollo profesional de los cuadros y docentes, en función de los objetivos que plantea el Estado a la formación de las nuevas generaciones.

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a garantizar la calidad del proceso formativo de los técnicos medios y obreros calificados, que precisa de la preparación de los directivos y docentes de las escuelas de formación técnica orientada a solucionar los problemas que se presentan en la práctica educativa desde el trabajo metodológico que realizan, a partir de la introducción de los resultados de la actividad científica educacional.

Por actividad científica educacional se asume la definición de Escalona (2008):

“Un sistema de acciones para la gestión de la investigación, la ciencia, la tecnología y la innovación, cuyos componentes son: la investigación educativa organizada en programas y proyectos a ciclo completo, la educación de postgrado, la gestión de la información científica y la socialización, publicación y reconocimiento de los resultados de investigación” (ESCALONA 2008, p. 32).

Significa que la proyección de la actividad científica educacional garantizará la integración de cada experiencia a los proyectos investigativos, bien sean asociados a programas nacionales o territoriales, no asociados o institucionales, dirigida por una comisión científica creada a nivel de escuela, que es la responsable de crear las condiciones para el desarrollo de los eventos científico-metodológicos y la evaluación de los resultados investigativos, que luego se presentan en los consejos científicos municipales y territoriales para su acreditación y posterior introducción en la práctica educativa.

Por otra parte, el trabajo metodológico constituye una de las vía principales de preparación de los directivos educacionales y docentes para lograr la apropiación de su modo de actuación profesional, mediante la planificación de un sistema de actividades que se ejecutan de forma permanente, combinadas con las diferentes formas de superación profesional y la investigación (GARCÍA; CABALLERO, 2004, p. 16 y 18).

Por consiguiente, el trabajo metodológico en general se orienta a la apropiación de modos de actuación profesional que medien en el logro de la calidad del proceso formativo en las escuelas de formación técnica, siempre que se intencione con ese objetivo, mediante una concepción sistémica de las actividades de preparación metodológica, investigativas y de superación de los directivos, docentes y especialistas técnicos de las empresas, en estrecha interrelación,

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interacción e interconectividad entre todos sus componentes y de estos con el entorno.

En tal sentido, el trabajo metodológico posee dos direcciones para su realización: el trabajo docente-metodológico y el trabajo científico metodológico.

El trabajo docente-metodológico, según el Reglamento del Trabajo Metodológico del Ministerio de Educación (2014), es una actividad que se organiza mediante reuniones metodológicas, clases metodológicas, clase abierta, talleres metodológicos, visitas de ayuda metodológica, preparación de asignatura, controles a clases y a las actividades del proceso formativo, entre otras, y su objetivo se orienta a:

“[…] mejorar de forma continua el proceso educativo, a partir de la preparación metodológica de cuadros, funcionarios y docentes, basándose fundamentalmente en la preparación didáctica que poseen los educadores, cuadros y funcionarios en el dominio de los objetivos del año de vida, grado y nivel, del contenido de los programas, de los métodos y medios con que cuenta, así como del análisis crítico y la experiencia acumulada (MINISTERIO DE EDUCACIÓN, 2014, p. 1371).

Por otra parte, el trabajo científico-metodológico se organiza mediante seminario, talleres o eventos científico-metodológicos y tiene como objetivo:

“[…] perfeccionar el proceso educativo, desarrollando investigaciones o utilizando sus resultados o experiencias pedagógicas realizadas, que contribuyan a la formación integral de los educandos y a dar solución a problemas que se presentan en el proceso educativo” (MINISTERIO DE EDUCACIÓN, 2014, p. 1371).

Las direcciones del trabajo metodológico tienen cualidades que las identifican y diferencian; pero dentro del sistema de trabajo metodológico se complementan; una sin la otra carece de contradicción metodológica, porque “[…] las formas del trabajo docente-metodológico, en relación con las del trabajo científico-metodológico, les preceden, coexisten y retroalimentan a estas últimas” (RICARDO; ALMAGUER, 2013, p. 11).

En la actualidad, la introducción de la investigación por proyectos en las instituciones educacionales en Cuba ha favorecido su establecimiento dentro del contenido de la labor de directivos y docentes en el trabajo científico-metodológico,

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de ahí el lugar trascendente que puede tener este para la aplicación de los resultados de la actividad científica en los procesos característicos de las escuelas de formación técnica, en función de lograr la calidad del proceso formativo.

En tal interrelación, la actividad científica aporta las vías para introducir en la práctica educativa de las escuelas de formación técnica, mediante las direcciones del trabajo metodológico, los resultados de las investigaciones e innovaciones tecnológicas, en función de solucionar los problemas que se presentan en los procesos sustantivos que tributan a la calidad del proceso formativo.

Sin embargo, todavía en la ETP no se ha logrado una suficiente integración entre las direcciones de trabajo metodológico y la actividad científica, en función de alcanzar la aspirada calidad del proceso formativo, que requiere impregnar dinamismo a los procesos sustantivos que se ejecutan en sus escuelas.

Por consiguiente, se necesita que los metodólogos integrales garanticen el desarrollo integrado y sistematizado de las actividades científicas y metodológicas de los directivos, docentes y especialistas técnicos de las empresas para que los procesos sustantivos, que tributan al proceso formativo, se ejecuten con la calidad que demanda la sociedad al subsistema de la ETP. De ahí la necesidad de una superación orientada hacia su preparación científico-metodológica para perfeccionar su desempeño profesional en los diferentes contextos de actuación.

La superación de los metodólogos integrales de las escuelas de

formación técnica con orientación científico-metodológica

Los metodólogos integrales constituyen agentes mediadores entre la sociedad y la escuela de formación técnica, en la medida en que reciben demandas que conforman su rol social. En otros países se les denomina indistintamente asesores técnicos pedagógicos, orientadores de procesos educativos o supervisores educacionales, entre otras.

Los metodólogos en el sistema educacional cubano también se definen en el Reglamento del Trabajo Metodológico del Ministerio de Educación (2014). Así se asumen como:

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“Funcionarios del Estado que se subordinan a directores y jefes de Educación en el nivel nacional, provincial y municipal y responden por la calidad de la dirección de la educación general y del proceso educativo en las instituciones educativas, de acuerdo con el tipo de educación […] y la preparación de las estructuras de dirección subordinadas y de los docentes en las diferentes asignaturas y áreas de desarrollo” (MINISTERIO DE EDUCACIÓN, 2014, p. 1377).

En Camagüey, los metodólogos integrales de las escuelas de formación técnica se desempeñan fundamentalmente en el nivel provincial y son responsables de especialidades. Entre sus funciones metodológicas se encuentran: la preparación, orientación, supervisión y evaluación de los metodólogos de la estructura municipal y de las estructuras de dirección en las escuelas de formación técnica, así como la preparación, orientación y supervisión de los docentes y especialistas técnicos de las empresas productivas y de los servicios, con el objetivo de lograr el desarrollo óptimo de los procesos sustantivos, que tributan a la calidad del proceso formativo que la sociedad exige.

La superación profesional puede favorecer en los metodólogos integrales de las escuelas de formación técnica el aumento de los niveles de satisfacción que experimentan por la actividad que desarrollan y el sentido de pertenencia hacia la misma; así como la conformación de una imagen positiva sobre su profesión, que a la vez contribuye a su realización personal.

Sin embargo, la profesión de metodólogo integral no tiene una formación inicial, para ejercerla se seleccionan profesores de las diferentes especialidades de la ETP, que reúnan determinados requisitos como: categoría científica, desempeño previo de funciones directivas, experiencia profesional, resultados evaluativos del desempeño satisfactorios, entre otros.

En el currículo de la formación inicial de estos profesores existen asignaturas que aportan contenidos básicos acerca del trabajo metodológico, la actividad científica y la dirección educacional; pero es en su desempeño profesional, en los diferentes contextos de actuación, donde verdaderamente se forman para la profesión, al tener que enfrentar y solucionar los problemas que se le presentan en la actividad diaria. Por consiguiente, se crea una brecha entre los contenidos adquiridos en la carrera y los que necesitan para desempeñar el cargo que se les asigna.

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Así, se hace necesaria la formación de la profesión de metodólogo integral de las escuelas de formación técnica, o su profesionalización, que significa formación, de acuerdo con (ODRIOZOLA, 2004 citado por PONCE, 2005, p. 32), y en el contexto que se investiga, constituye dotarlo de su modo de actuación profesional para contribuir a la transformación de su desempeño en los diferentes contextos educativos.

El logro de tal formación requiere estudiar la profesión de metodólogo integral de la ETP, desde su génesis, para llegar a determinar adecuadamente los problemas de la profesión, el objeto de la profesión (objeto del trabajo del profesional y los modos de actuación) y el objetivo del profesional (Barrios, 2005; Guzmán, 2014), necesariamente desde un enfoque CTS.

El objetivo general de la superación profesional en Cuba quedó establecido en su Reglamento de Educación de Posgrado, aprobado por la Resolución No. 32 del Ministerio de Educación Superior (2004): “[…] la formación permanente y la actualización sistemática de los graduados universitarios, el perfeccionamiento del desempeño de sus actividades profesionales y académicas […]” (MINISTERIO DE EDUCACIÓN SUPERIOR, 2004, p. 4).

Por consiguiente, la superación profesional es un proceso formativo que prepara a los profesionales para su mejor adaptación a las necesidades requeridas para el desempeño de sus funciones de forma correcta (PÉREZ, 2009, p. 44), que para esta investigación significa transferirles modos de actuación profesional, como manifestación práctica del desempeño profesional en diferentes contextos.

En la provincia de Camagüey los metodólogos integrales necesitan de una superación; pero no de una cualquiera, sino de aquella que los prepare desde la propia actividad profesional para solucionar los problemas que se presentan en los procesos sustantivos de los contextos formativos profesionales (escuela-empresa) y los propios de la profesión con una orientación científico-metodológica, sin obviar los conocimientos básicos y experiencias elementales previamente adquiridos.

El estudio sobre la superación profesional se ha convertido en un evento de suma importancia para el desarrollo científico-técnico, económico, social y político de la sociedad. En las obras científicas de destacados investigadores de la temática en la ETP (Torres, 2004; González, 2006; Rodríguez, 2008; Gato, 2012; Gamez, 2013;

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Portela, 2012; Martínez, 2015; Suárez, 2016) se utilizan las diferentes modalidades de la superación profesional para perfeccionar el desempeño de directivos, docentes y especialistas técnicos de las empresas, con un basamento esencial en los presupuestos teórico-metodológicos del Modelo de Escuela Politécnica Cubana (PATIÑO, HERNÁNDEZ; CONSUEGRA, 1996).

Por lo general, los autores consultados coinciden en considerar la superación profesional como un proceso formativo continuo, planificado, sistemático, integral, generador del cambio y direccionado institucionalmente; proyectado a partir del diagnóstico de las necesidades y potencialidades de los participantes, así como del contexto donde se desempeñan, con el propósito de actualizar y perfeccionar el desempeño del profesional, atender insuficiencias en su formación, completar conocimientos y habilidades no adquiridos anteriormente, así como consolidar los valores requeridos por la profesión.

En cuanto a la preparación, se relacionan con “[...] la internalización de los conocimientos y habilidades adquiridos en dichos procesos para demostrar, en su desempeño, lo aprendido” (CAIDANA; GUERRA, 2011, p. 8). Es decir, consideran que la preparación es el resultado de otros procesos, y no un proceso formativo en sí.

Desde otra posición, se reconoce la preparación como un proceso independiente de la superación y de otras formas de formación permanente, al ser: “[...] proceso y resultado, en correspondencia con las necesidades y potencialidades individuales, del centro y estrategia de desarrollo del territorio [...]” (PORTELA, 2012, p. 7).

Por otra parte, algunos autores consideran que una definición más precisa y utilizable de la preparación del profesional de la educación, es aquella que tiene en cuenta “[...] las particularidades de la actividad profesional pedagógica […] en tanto considere sus funciones fundamentales (docente metodológica, orientadora e investigativa), que se hacen inherentes a su actuación” (OQUENDO, 2015, p. 73).

En tal sentido, (Pérez, Véliz y Pardal, 2016), consideran que la preparación es un proceso formativo vinculado a la adquisición y desarrollo de capacidades específicas que permite la integración de los conocimientos, procedimientos, actitudes y valores a la práctica educativa de los docentes, y fundamentan, a partir

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de la posición asumida, que la superación profesional contribuye a esa preparación que necesitan. Sin embargo, no se refieren a la autopreparación, forma organizativa que le aporta a la preparación su carácter permanente e individual.

Por consiguiente, en correspondencia con el estudio realizado, la preparación es un proceso intrínsecamente ligado al proceso de superación. Está necesariamente incorporada a la actividad profesional, al estar relacionada de forma más directa con la actuación de directivos y docentes en la dirección de los procesos de las escuelas en que intervienen. Incluye la autopreparación, que le confiere la forma individual de ejecución y su carácter permanente. Su objetivo esencial es aportar modos de actuación que perfeccionen o transformen el desempeño profesional de los responsables de la calidad del proceso formativo.

El término desempeño ha tenido diversas denominaciones en la literatura científica; así se concibe como desempeño profesional (Torres, 2008; Suárez, 2016); como desempeño profesional socialmente deseado (Torres, 2004; Portela, 2012); desempeño pedagógico profesional (Sisalima, Gómez y Santí, 2012), desempeño profesional pedagógico (Medina y Valcárcel, 2016); desempeño pedagógico profesional de dirección (Milanés, 2011); desempeño organizacional (Rodrigo; Rodrigo y González, 2015); desempeño exitoso o profesional integral (Horruitiner, 2009); desempeño idóneo (Machado y Montes de Oca, 2016); desempeño laboral (Nares, Ulloa y Gutiérrez, 2016) o desempeño institucional (Balseiro et al, 2012), según con el área laboral a la que se refiera el autor o a la finalidad de su concepción.

También algunos autores definen el desempeño como un proceso, que se manifiesta a través de etapas o fases sucesivas que posibilitan la transformación de los procesos que el profesional dirige o ejecuta y su propia transformación como ser humano, e impacta en la eficacia de su desempeño en los diferentes contextos de actuación. Por ello, se asume como definición de desempeño profesional la aportada por Portuondo (2016):

“Proceso desarrollado por el sujeto a través de relaciones de carácter sociotécnicas con los objetos y otros sujetos de la actividad profesional, que se establecen durante la aplicación de métodos, para el cumplimiento de los objetivos de la actividad en que participa y el logro de un resultado que evidencia el mejoramiento profesional del individuo, de la institución donde se desempeña y de la sociedad” (PORTUONDO, 2016, p. 7).

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En tal sentido, los metodólogos integrales son causantes de cambio en los escuelas de formación técnica, pues producen transformaciones en el proceso formativo y en los agentes socializadores que participan en él, por tanto, su desempeño profesional tiene repercusión en el impacto que se logre, tanto en el orden individual como social, porque contribuyen a los procesos de socialización, en los cuales se ejerce una influencia sobre los futuros profesionales técnicos y obreros que se insertan en la sociedad, transformándola y transformándose a sí mismos.

Así, la superación para la preparación científico-metodológica de los metodólogos integrales, basada en la relación CTS, cobra vital importancia: si se logra transformar su desempeño profesional, se logrará transformar también las escuelas de formación técnica donde actúan, sus directivos, docentes, estudiantes, especialistas técnicos de las empresas, la familia y la comunidad, que a su vez, impactará en el desarrollo socioeconómico del territorio camagüeyano.

Al respecto, Portuondo (2012), realiza un análisis sobre la interrelación que se establece entre la superación y el desempeño profesional, las que considera:

“Expresiones mucho más profundas, donde no solamente se tiene en cuenta a la actividad práctica sino también a la actividad cognoscitiva y la axiológica, aunque la práctica dado su carácter integrador cumple la función de núcleo del sistema de actividades mediante la relación sujeto-objeto a tal punto que su propia definición implica la determinación del sistema” (PORTUONDO, 2012, p. 2, párr. 6).

Todo lo anterior pone de manifiesto que el desempeño profesional y la superación están en una interrelación dialéctica que refleja la importancia de la actividad práctica, tanto en las actividades de superación que se diseñen y ejecuten para la preparación, como en el papel que juegan en las actividades que desarrollan el profesor y los estudiantes, que implican transformación del objeto de trabajo o de estudio y de los propios sujetos, sin dejar de tener en cuenta la importancia de la actividad cognoscitiva y de la axiológica para alcanzar el mejoramiento del desempeño profesional, desde una concepción integral de los conocimientos científicos y la actividad humana que los genera.

Entonces, se puede comprender que la superación para la preparación científico-metodológica de los metodólogos integrales de las escuelas de formación

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técnica es un proceso que está en constante transformación, acorde con los avances de la ciencia y la tecnología, sin dejar de tener en cuenta los factores subjetivos que influyen en el desarrollo a nivel individual y grupal, que repercute en lo social.

Por consiguiente, para esta investigación se define la superación para la preparación científico-metodológica de los metodólogos integrales de las escuelas de formación técnica, en el nivel provincial, como:

Proceso de preparación continua con una orientación científico- metodológica, que tiene carácter integrador, sistémico y contextualizado, planificado en base al diagnóstico de necesidades y potencialidades de los metodólogos integrales y de las escuelas de formación técnica y sus entornos, ejecutado a través de actividades teórico-prácticas de superación profesional, integradas con otras de carácter metodológico, investigativo y de autopreparación que faciliten la gestión de los conocimientos desde la propia práctica profesional, para la adquisición de un modo de actuación que se manifieste en un eficiente desempeño profesional en los diferentes contextos educativos, con el objetivo final de contribuir a la calidad del proceso formativo que exige el modelo socioeconómico y el desarrollo científico-tecnológico al subsistema de la ETP.

En consecuencia, los rasgos esenciales de la superación para la preparación científico-metodológica de los metodólogos integrales de las escuelas de formación técnica son el carácter continuo, práctico, profesional, autogestionado y autotransformador.

Para lograr tal aspiración, es necesario considerar la relación ciencia-tecnología y su impacto en la sociedad. Por ello, se propone un modelo teórico para la preparación científico-metodológica, que se aplica en la práctica a través de una estrategia de superación profesional orientada hacia la transformación del desempeño profesional de los metodólogos integrales de las escuelas de formación técnica, desde un accionar científico-metodológico.

El modelo se estructura en tres subsistemas, que se corresponden con los vacíos teóricos constatados en diagnósticos realizados por los autores del artículo.

Subsistema I: Proceso de preparación para el trabajo metodológico, en función de la contextualización de la gestión metodológica de los metodólogos integrales.

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función de la organización del trabajo metodológico para el desarrollo social.

Subsistema III: Preparación continua para el desarrollo del desempeño profesional, en función de la integralidad del desempeño profesional del metodólogo de las escuelas de formación técnica, desde el nivel provincial.

Con el modelo se pretende lograr la cualidad: Calidad de la preparación de los metodólogos integrales de las escuelas de formación técnica para la gestión del trabajo científico-metodológico, desde el nivel provincial.

La estrategia debe corresponderse con el modelo. Para ello consta de cuatro etapas:

Etapa I: Diagnóstico y sensibilización para acometer la estrategia

Tiene como objetivo sensibilizarlos con la necesidad social e individual de resolver los problemas que se presentan en los procesos que tributan al proceso formativo en las escuelas de formación técnica, en función de transformar la práctica educativa y su impacto en la sociedad. Ello comprende la búsqueda de información sobre el nivel de preparación que tienen los metodólogos integrales, sus potencialidades y las del contexto donde se desempeñan, así como los recursos materiales necesarios para implementarla.

Etapa II: Planeación y organización

Su objetivo es proyectar y organizar la superación para la preparación científico-metodológica, a partir de las necesidades básicas de superación en relación con las insuficiencias fundamentales diagnosticadas, teniendo en cuenta las potencialidades de cada contexto a utilizar para las actividades de preparación, como oportunidades para alcanzar la superación esperada.

Etapa III: Ejecución

Su objetivo es implementar el sistema de acciones que sustentan la preparación científico-metodológica, mediante diferentes criterios de agrupamiento de los metodólogos: por especialidades, por las escuelas que atienden o por afinidad, en aras de propiciar la dinámica grupal y la contextualización especializada.

Etapa IV: Evaluación

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práctica y el nivel de preparación alcanzado por los metodólogos provinciales de la ETP para la orientación científico-metodológica.

El impacto social que se espera con la implementación de la superación para la preparación científico-metodológica de los metodólogos integrales de las escuelas de formación técnica, se puede explicar para las diferentes esferas de la sociedad que directa o indirectamente están implicadas en el proceso.

Para los metodólogos, la calidad de su preparación para lograr su desempeño profesional desde una orientación científico–metodológica, en función de aumentar la sinergia entre las actividades metodológicas y científicas de los directivos y docentes y los procesos sustantivos que se ejecutan en las escuelas de formación técnica, que potencie la calidad del proceso formativo.

Para los directivos y docentes, la transferencia de modos de actuación profesional para la introducción de los resultados de sus investigaciones o de otras ya validadas, por la vía del trabajo metodológico, en función de solucionar los problemas que se presenten en los procesos sustantivos de las escuelas de formación técnica que tributan a la calidad del proceso formativo.

Por consiguiente, existirá un mejoramiento en la gestión de la información para la construcción de conocimientos científicos y metodológicos, mayor participación de los docentes en proyecto de investigación, mejor preparación del docente para aplicar alternativas de solución a problemas formativos en los contextos escuela-empresa, desde el trabajo metodológico.

En consonancia, se contribuirá a que los egresados de la ETP sean más aceptados por la sociedad en general, y en particular, por las entidades de la producción y los servicios. Al estar mejor preparados para incorporarse al trabajo, podrán optar por mejores plazas y producir bienes materiales con independencia y creatividad.

Conclusiones

Este artículo muestra una aproximación a las necesidades de los metodólogos integrales de las escuelas de formación técnica para la solución de los problemas,

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que se presentan en los procesos sustantivos que tributan a la calidad del proceso formativo, desde una orientación científico-metodológica basada en la relaciones ciencia-tecnología-sociedad, a partir de la sistematización de los datos recogidos por los autores durante las actividades de superación profesional, metodológicas y de investigación realizadas como docentes universitarios con el equipo metodológico provincial y subordinados, así como del estudio teórico sobre el tema.

Las reflexiones que aparecen en el artículo, y la sistematización teórica realizada, contribuyeron a profundizar en los principales retos a enfrentar para lograr una superación de los metodólogos integrales, dirigida a su preparación científico-metodológica, atemperada a las exigencias del constante desarrollo tecno-científico que incide en las escuelas de formación técnica del subsistema de la ETP

La concepción integradora de la superación profesional con el desempeño profesional, desde el punto de vista de su interacción e interrelación dialéctica, revela la importancia que tiene la actividad práctica en cada forma de superación seleccionada, para lograr transferir un modo de actuación científico-metodológico a los metodólogos integrales que se manifieste en función de la calidad del proceso formativo durante las actividades que desarrollen con directivos, docentes y especialistas técnicos de las empresas, que es donde se evidencia si de verdad ha ocurrido una transformación, un cambio positivo en su desempeño.

La superación profesional constituye una vía que posibilita unificar dinámicamente el conocimiento teórico con la actividad práctica, mediante una preparación que se oriente hacia lo científico-metodológico enfocada en las relaciones ciencia-tecnología-sociedad, en función de lograr un desempeño profesional eficiente de los metodólogos integrales en los contextos escolares de formación técnica, ante las exigencias sociales, económicas y pedagógicas actuales que tiene la ETP.

Por todo lo planteado, se considera que este artículo es uno de los puntos de partida para la estrategia de superación profesional, que basada en un modelo de preparación científico-metodológica, contribuya al mejoramiento del desempeño profesional de los metodólogos integrales de las escuelas de formación técnica en los diferentes contextos de la ETP en la provincia de Camagüey, a partir del enriquecimiento del marco teórico-conceptual y metodológico que sustentan las

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ideas expresadas, incorporando otros elementos de orden teórico y los aportes derivados de la aplicación en la práctica.

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