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Disentimiento cultural para el posconflicto colombiano: un reto entre la memoria y el perdón / Discordância cultural no pós-conflito colombiano: um desafio entre memória e perdão

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Academic year: 2020

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Braz. J. of Develop.,Curitiba, v. 6, n.5, p.28904-28922 may. 2020. ISSN 2525-8761

Disentimiento cultural para el posconflicto colombiano: un reto entre la

memoria y el perdón

Discordância cultural no pós-conflito colombiano: um desafio entre

memória e perdão

DOI:10.34117/bjdv6n5-368

Recebimento dos originais: 19/04/2020 Aceitação para publicação: 19/05/2020

Martha Liliana Leal Pulido

Doctoranda en Investigación y Docencia

Universidad Centro Panamericano de Estudios Superiores - CEPES Instituição: Institución de Educación Superior – Itfip

Endereço: Calle 18 Carrera 1ª Barrio/Arkabal Espinal, Tolima - Colombia E-mail: mleal84@itfip.edu.com

RESUMEN

Este artículo desarrolla un breve análisis para identificar cómo afectan las diferencias religiosas y políticas de la población colombiana en un proceso de posconflicto y de recomposición social como el que está viviendo actualmente; de igual forma, busca conocer en qué medida la memoria histórica y el perdón son factores relevantes en este reto. El trabajo se establece bajo una revisión teórica y empírica, con una metodología de naturaleza cualitativa de tipo exploratorio, a través de un marco teórico, normativo, conceptual y jurisprudencial. Así mismo, se toma como sujeto de estudio las víctimas del conflicto armado de Planadas –Tolima, Colombia y su paso al posconflicto. El acercamiento metodológico logró hallar que las concepciones e ideologías políticas y religiosas presentan un vínculo entre sí desde el siglo XVI marcando la identidad de la sociedad colombiana, generándoles división, rivalidad y en algunos casos odios, llevándolos al conflicto diario cotidiano, al conflicto armado y al conflicto social, aún más, transfiriendo sus efectos al proceso del posconflicto.

Palabras Clave: Disentimiento cultural, sociedad, posconflicto, memoria, perdón

RESUMO

Este artigo desenvolve uma breve análise para identificar como as diferenças políticas e religiosas da população colombiana afetam um processo pós-conflito e de recomposição social como o que estão ocorrendo atualmente; Da mesma forma, procura saber até que ponto a memória e o perdão históricos são fatores relevantes nesse desafio. O trabalho é estabelecido sob uma revisão teórica e empírica, com metodologia qualitativa do tipo exploratória, por meio de referencial teórico, normativo, conceitual e jurisprudencial. Da mesma forma, as vítimas do conflito armado em Planadas - Tolima, Colômbia, e sua passagem para o pós-conflito são consideradas objetos de estudo. A abordagem metodológica conseguiu descobrir que concepções e ideologias políticas e religiosas estão ligadas desde o século XVI, marcando a identidade da sociedade colombiana, gerando divisão, rivalidade e, em alguns casos, ódio,

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Braz. J. of Develop.,Curitiba, v. 6, n.5, p.28904-28922 may. 2020. ISSN 2525-8761 levando a conflitos diários diários, conflitos armados e ao conflito social, ainda mais, transferindo seus efeitos para o processo pós-conflito.

Palavras-chave: dissidência cultural, sociedade, pós-conflito, memória, perdão.

1 INTRODUCCIÓN

El postconflicto puede ser entendido como un fenómeno que plantea una serie de problemáticas y situaciones que deben ser tratadas adecuadamente para una verdadera construcción de paz (Galiano, 2003). En ese orden de ideas, debe establecerse un consentimiento cultural voluntario para la aceptación, fortalecimiento y consolidación de una cultura de paz para evitar el conflicto armado, en concordancia con la memoria y el perdón, que en palabras de Valcárcel (2010) la memoria puede ser entendida como “los recuerdos que se tienen en común, dice de nosotros de cada uno y su identidad, la tenida entre y por todos, la memoria común. Esa memoria es enorme”, en lo que tiene que ver el perdón debe ser visto como “tema de frontera de la ética y de la política, dado que solo dentro de ese marco de la moral es donde vive el perdón y donde habita su lenguaje activo” (Linares, 2012).

En tal sentido, la postura de Galiano, Lavalle, Valcárcel frente al posconflicto colombiano con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (de ahora en adelante FARC-EP) plasma una realidad que evidencia diversidad cultural en términos religiosos y aún más políticos que no fueron tratados adecuadamente, ni antes, ni durante el conflicto con este y otros grupos al margen de la ley. Además, se debe mencionar la huella irreparable que ha dejado en la sociedad los enfrentamientos violentos a los que ha sido sometida y de forma específica a las víctimas directas e indirectas de los mismos hechos, que al 31 de enero de 2018 según la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas (RUV, 2018) se registraron 8.801.000 personas objeto de un hecho victimizante.

Es importante mencionar que, en el marco del postconflicto se debe tener en la cuenta las diferentes posturas culturales encontradas en los territorios, las cuales, están demarcados por hechos que necesitan ser articulados a través de la aplicación de la cultura de paz, pues con la reconstrucción de la memoria histórica colectiva se permite recordar los hechos, sentimientos y acontecimientos, cumpliendo las funciones que son determinantes y reparadoras para las víctimas, desde la pedagogía para la sociedad que aprende de su pasado y un juicio moral frente a los victimarios (Bello, 2015). Razón por la cual, el reto de la memoria histórica y el perdón de las víctimas en la sociedad colombiana son factores importantes para superar el sufrimiento y los daños que ocasionó el conflicto armado por más

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Braz. J. of Develop.,Curitiba, v. 6, n.5, p.28904-28922 may. 2020. ISSN 2525-8761 de 63 años con el grupo al margen de la ley FARC – EP, desde las perspectivas de víctimas, en la dimensión de victimarios dentro de una petición de disculpa política para reparar lo hecho y encontrar un perdón moral de los afectados.

Por tal razón, se requiere identificar sí el disentimiento cultural en la sociedad colombiana afecta el proceso del posconflicto y en qué medida la memoria histórica y el perdón que son factores relevantes en este reto. De manera que, en este artículo, se busca ahondar en relación a las teorías del conflicto y de la justicia, así mismo, en un escenario normativo, jurisprudencial y conceptual de la religión, la política, la memoria histórica y el perdón. En este sentido, se realiza a través de una revisión empírica y con una metodología que relaciona y explica el alcance y la frecuencia de algunos comportamientos frente a este hecho social, bajo la revisión de datos estructurados y no estructurados cuyos resultados serán expuestos de forma reflexiva a lo largo de este artículo. Por lo tanto, el objetivo de este artículo es identificar el nivel de impacto que presenta el proceso del posconflicto con el disentimiento cultural en términos políticos y conocer en qué medida la memoria histórica y el perdón son factores relevantes en este proceso que se inició después de la firma del acuerdo para la terminación del conflicto entre las Farc- EP y el Gobierno de Juan Manuel Santos Calderón.

2 ANTECEDENTES

2.1 CONTEXTO DEL POSCONFLICTO Y SUS MECANISMOS DESDE UN MARCO NORMATIVO

Se establece dentro del marco normativo del posconflicto todos los lineamientos en derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales en el escenario universal de los derechos humanos, iniciando con la Organización de las Naciones Unidas – ONU que refirió los derechos consagrados al Convenio De Ginebra de 1949, el Reglamento De La Haya de 1907 en cuanto a los DESC, así como los consagrados en la Declaración Universal De Los Derechos Humanos de 1948 en los artículos 22 al 27, y al Pacto Internacional De Derechos Económicos Sociales Y Culturales de 1966.

Del mismo modo, para el sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición se puede tomar como marco de referencia el indicado por la Organización de Naciones Unidas – ONU para Guatemala donde orienta a “Que se incorporen todos los instrumentos que protegen el derecho a la identidad cultural, como el Convenio N.º 169 de la OIT, la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos” (ONU, 2014, p,24 ). En lo que

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Braz. J. of Develop.,Curitiba, v. 6, n.5, p.28904-28922 may. 2020. ISSN 2525-8761 respecta a lo nacional, se inicia con la Carta Magna de Colombia en su Artículo primero, Artículo veinte dos y el Artículo noventa y tres. En el marco legal están, el Acto Legislativo 01 de 2012, las leyes 1424 de 2010 reglamentada por la Ley 2601 de 2011, la Ley 1820 del 30 de diciembre de 2016, el Decreto 277 de 2017, la ley de víctimas y restitución de Tierras 1448 del 10 de junio de 2011, el Decreto 4800 del 20 de diciembre de 2011, el Decreto 4829 y el Decreto 0790.

Otros Decretos con fuerza de Ley están los dirigidos para grupos étnicos, tales como los números 4633 del 9 de diciembre de 2011, el Decreto Ley 4635 del 9 de diciembre de 2011, y el Decreto Reglamentarios 4634 del 9 diciembre de 2011, donde se dictan medidas de asistencia, atención integral y restitución de tierras a las víctimas pertenecientes al pueblo Room y Gitano. Asimismo, la a Ley 4803 de 2011 por el cual se establece la estructura del Centro de Memoria Histórica en Colombia, el Decreto 4138 de 2011 que creó la Agencia Colombiana para la Reintegración de Personas y Grupos Alzados en Armas, la Resolución 0075 de 2016, la Resolución 0053 de 20016 en el que se reglamenta los requisitos y condiciones para el acceso y otorgamiento de los beneficios económicos del proceso de reincorporación a las personas desmovilizadas de las FARC-EP y el Decreto 1081 de 2015.

Por último, el Acuerdo de Paz, suscrito entre el gobierno y las FARC – EP, referido en la Sentencia C-370/06 del 2006 de la Corte Constitucional de Colombia; que estipula la necesidad de la verdad con la aceptación de los hechos y sus responsabilidades para que las víctimas perdonen y no se repita, cuando la víctima escucha la verdad por parte de su victimario, le permite sentirse aliviada, dando paso al perdón, por lo tanto, el Magistrado Alfredo Beltrán Sierra, toma en esta decisión el derecho a la verdad “como parte integral del derecho fundamental a la justicia y que está debe garantizarse individual y colectivamente. Su garantía es, a su vez, una forma de reparación, es obligatoria incluso en contextos en que se hayan producido leyes de amnistía” (Corte Constitucional, 2006)

Por su parte, la Sentencia C-017 de 2018 de la Corte Constitucional de Colombia asegura el desarrollo normativo del acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de paz en la que se establece la naturaleza de la comisión para el esclarecimiento de la verdad, la convivencia y la no repetición; el enfoque territorial y las comisiones para el esclarecimiento de la verdad, partiendo del reconocimiento de las víctimas como ciudadanos con derechos.

2.2 MECANISMOS DEL POSCONFLICTO

Si bien, todos los procesos de paz terminan en una negociación de forma diferente; cada uno en su desarrollo administra sus propios mecanismos que difícilmente pueden ser aplicados

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Braz. J. of Develop.,Curitiba, v. 6, n.5, p.28904-28922 may. 2020. ISSN 2525-8761 en procesos similares por el contexto poblacional, territorial, normativo y cultural. Lo que sí es claro, es que cada negociación deja una lección y éstas deben ser tenidas en cuenta como memoria histórica cultural. De igual forma Zielinski (2013, p, 102) establece:

…los ejercicios de memoria histórica favorecen la movilización de los colectivos. Es un ejercicio de lucha contra el olvido, protagonizado por las víctimas, como una manera de participar en la escena pública. Es la memoria histórica de las víctimas la que, activada y actualizada en cada una de las luchas por la liberación de la vida humana, nos sirve como dinamizador e interpelador continuo ante las formales declaraciones de las legislaciones dominantes.

En consecuencia, el relacionar los países que han cerrado sus diferencias de una forma pacífica genera un referente de gestión en la transición y el posconflicto para las sociedades donde el disentimiento se ha hecho presente. Siendo relevante relatar que, a nivel mundial se han registrado más de 50 conflictos armados que han finalizado sus procesos de forma pacífica a través de negociaciones en países como:

Afganistán, Armenia-Azerbaiyán, Burundi (FNL), Chechenia, China (Tibet), Chipre, Etiopía- Eritrea, Filipinas (MILF, NPA), Georgia (Abjasia y Osetia del Sur), India (NDFB), India- Pakistán, Israel Palestina, Israel-Siria, Kosovo, Moldova (Transdniestria), Myanmar (KNU, NLD), Nepal (Terai), Níger (MNJ), Nigeria (MEND), Pakistán (Frontera Noroccidental), RCA (APDR, FDPC), Sáhara Occidental, Somalia, Sudán (Darfur), Tailandia (Sur), Turquía (PKK), Uganda (LRA), y Yemen. (FISAS, 2010, p,).

En los anteriores países se han instalado más de 30 comisiones de la verdad desde 1974 e históricamente se registran algunas como la Comisión de Investigación sobre la Desaparición de Personas en Uganda, 1974, la Comisión Nacional de Investigación de Desaparecidos Forzados en 1982 en Bolivia, la Comisión Nacional sobre la Desaparición de personas en Argentina en el año 1983, en Uruguay Comisión Investigadora sobre la Situación de Personas Desaparecidas y Hechos que la Motivaron, 1985, en Alemania la Comisión de Investigación en el Bundestag alemán para Tratamiento del Pasado y las Consecuencias de la Dictadura del SED en Alemania, 1992, en Haití Comisión Nacional de la Verdad y la Justicia, 1995, en Sudáfrica Comisión de la Verdad y la Reconciliación 1995, la Comisión "Verdad y Justicia en Ecuador 1996, en la República Federativa de Yugoslavia se instaló la Comisión de la Verdad y la

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Braz. J. of Develop.,Curitiba, v. 6, n.5, p.28904-28922 may. 2020. ISSN 2525-8761 Reconciliación en el 2001, de igual forma, aparecen otras en Ghana, Indonesia, Liberia, Marruecos, Sierra leona la Comisión de la verdad y la reconciliación, y en Timor Oriental.

Estos mecanismos de carácter temporal, han servido como base para la paz y la reconciliación en los contextos donde se ha hecho presente la vulneración de derechos humanos a partir de las violaciones e infracciones cometidas por grupos al margen de la ley, quienes de forma individual y colectiva han dado a conocer la verdad de lo ocurrido en el marco del conflicto armado y han contribuido al esclarecimiento de los hechos mediante la explicación amplia y compleja de su accionar. En concordancia a lo anterior, la memoria es la clave “Pero no cualquier memoria, pues si ésta está adulterada, contaminada, sesgada, el relato final no será creíble, ni verosímil para una gran parte de actores que vivieron lo acaecido, con lo cual el conflicto volverá a estallar” (Roselló, 2015, pág. 327) y desempeña un papel central, pues la reconstrucción social requerida puede lograrse a través de su propósito de evocar el pasado reciente y a través de él, “construir un presente y futuro estable. Para ello, este tipo de memoria, trabaja conjunto a elementos como el recuerdo, el olvido y la oralidad” (Orellano e Ibarra, 2018, pág. 901).

2.3 OBJETIVO DEL ESTUDIO

Identificar el nivel de impacto que presenta el proceso del posconflicto con el disentimiento cultural en términos políticos y conocer en qué medida la memoria histórica y el perdón son factores relevantes en este proceso que se inició después de la firma del acuerdo para la terminación del conflicto entre las Farc- EP y el Gobierno de Juan Manuel Santos Calderón.

3 MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL

3.1 EL POSCONFLICTO, LA MEMORIA HISTÓRICA Y EL PERDÓN

Para logar el fin del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera se hace necesario cimentar a través de la historia del conflicto una forma de conciencia en la población colombiana, quienes de forma directa o indirecta han hecho parte, por lo que han heredado o adoptado sentimientos y acciones que los ha llevado a un disentimiento cultural que entrelaza un reto para el posconflicto.

En los procesos hacia la construcción de la paz de Colombia, se halla el cumplimiento del acuerdo, la reinserción de quienes estuvieron al margen de la ley (excombatientes), las víctimas, la educación, las instituciones y los mecanismos temporales y extrajudiciales entre otros, que

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Braz. J. of Develop.,Curitiba, v. 6, n.5, p.28904-28922 may. 2020. ISSN 2525-8761 para Rivera (2003) este periodo inicia desde el momento mismo en que los diálogos de concertación y negociación del conflicto armado interno adquieren un carácter de inalterabilidad, hasta cuando se llevan a cabo comicios sujetos a los distintos acuerdos y condiciones pactados en la negociación (citado en Martínez, 2015, p.9). Un ejemplo de lo anterior son los periodos de diálogos de concertación que Colombia evidencia en el 2005 con la desmovilización de los excombatientes de las AUC y en el 2016 con la reintegración de las FARC –EP, que en el caso de las AUC las hostilidades no se redujeron y por el contrario dio paso a el surgimiento de grupos delincuenciales que hoy día se conocen como las Bacrim (Bandas Criminales).

Para el año 2016, con la firma del acuerdo del fin del conflicto armado y la construcción de una paz estable y duradera entre el Gobierno de Juan Manuel Santos Calderón y las FARC-EP, el proceso que se desarrolló, ha evidenciado una reducción en las hostilidades y desde la creación de las Zonas Veredales Transitorias de Normalización, que una vez terminado el proceso de entrega de armas a la ONU pasaron a ser Espacios Territoriales De Capacitación y Reincorporación, cumpliéndose lo establecido para el caso, la afirmación de Fride (2008), quien determinó el postconflicto “Como el periodo de tiempo en el cual las hostilidades del pasado se han reducido al nivel necesario para que las actividades de reintegración y rehabilitación se puedan iniciar” ( citado en Infante, 2014, p.228).

Ahora bien, en un proceso o periodo de postconflicto se deben tener en cuenta múltiples factores que permitan la reconciliación y una de ellas es la reconstrucción de la historia en forma épica a través de la memoria de los hechos, dándole primacía moral a sus motivaciones sociales y a la libertad, haciéndose válido subrayar que “más allá de los temas de desmovilización, cese al fuego, reconciliación, entrega de armas o reincorporación a la vida civil, un proceso de construcción de paz tiende a entrelazarse estrechamente con el proceso de democratización de una sociedad posconflicto” ( Pérez, 2011, p.136).

Uno de los temas del acuerdo firmado por las FARC – EP en el año 2016 señala el abrir espacios para la participación ciudadana y romper el vínculo entre las armas y la política, pero no indica la construcción de una forma de conciencia dentro de esa nueva ciudadanía que se reincorpora a la sociedad colombiana, que le permita desatar esos vínculos de resentimiento que han dejado en ellos el combatir por un poder o una ideología política.

Siendo conveniente indicar que el disentimiento es “la antítesis del consentimiento, de tal manera que, si éste es la coincidencia voluntaria de la oferta con la aceptación, el disentimiento es la falta involuntaria de coincidencia entre la oferta y la aceptación¨ (Lavalle, 2008, p, 54) que

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Braz. J. of Develop.,Curitiba, v. 6, n.5, p.28904-28922 may. 2020. ISSN 2525-8761 después de pasar por una reyerta mediada por el daño, deben tratar de forma unida el rediseño de la situación vivida, replanteando su forma de verse y bajo el imperativo de un respeto empoderando los valores humanos, su ética y la moral. “Construyendo una sociedad bajo un espacio revitalizador para discutir, concertar e implementar iniciativas dirigidas a mitigar y/o solucionar problemas específicos de la población” (Salazar y Ortega, 2011, pág. 2).

3.2 REFERENTE TEÓRICO

De acuerdo a tantas disimilitudes presentadas a lo largo de la historia, no solo en el entorno nacional colombiano sino global, se han posibilitado estudios sobre el conflicto enclave de los efectos dejados por la violencia, permitiendo entender plenamente cada colectivo y los procesos de reconciliación desde la memoria histórica y el perdón a través de un contexto teórico, conceptual y normativo. Por consiguiente, es posible brindar una explicación del conflicto a partir de las posturas realizadas por teóricos como Johan Galtung (2003), Amartya Sen (2009) y Jürgen Habermas (1981), en relación al modo de considerar la paz desde la memoria y el perdón en una sociedad que históricamente ha vivido en discordia a partir de influencias políticas y religiosas que han demarco en su contexto; odio, resentimiento y comportamientos que han llevado al sufrimiento y al disentimiento dentro de su pluralidad cultural.

Johan Galtung, máximo exponente de la teoría del conflicto que habla de la Lucha, dominación y resistencia, indicando que “para los estudios de paz en versión negativa como reducción de la violencia directa, del sufrimiento u ofensa, a mayor paz menor violencia y viceversa, afirmando la creación de paz con prevención y reducción de crueldad y tensión” (citado en Concha P.C., 2009, p, 66). Para el Galtung (2003) no hay una sola historia sino historias, en el que el ser humano es un ser con capacidad de paz. El teórico entrelaza la violencia cultural como aquellos que son materializados por medio de la religión y la ideología entre otros. Para Galtung (2003), el origen de la paz está en un mundo con globalización civil, en el que, serán mayores los niveles de justicia y equidad, destacando que cualquier religión es portadora de fe y no se puede exigir la misma fe en todas los seres o comunidades, incluso, alude a la expresión de ¨exigir la misma creencia de todo el mundo es como prescribir la misma talla de zapatos para todos¨ (citado en García, 2000, p.135), pero aclara que toda persona necesita de un mínimo de fe.

En ese orden de ideas, sí se interrelaciona la postura de Galtung con el perdón y con la memoria histórica se puede establecer que el autor enfoca la teoría del conflicto en las actitudes emocionales; en cómo sienten y perciben los seres humanos las partes del conflicto (odio,

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Braz. J. of Develop.,Curitiba, v. 6, n.5, p.28904-28922 may. 2020. ISSN 2525-8761 resentimiento u otros positivos), en el comportamiento sí buscan intereses comunes dentro de una acción constructiva, o sí tratan de realizar injuria al otro.

Las partes muchas veces difieren en su percepción en cuanto a la raíz del conflicto, sus creencias e ideologías los conlleva a arraigar de forma poderosa horizontes que influye a su vez el colectivo; los victimarios se refuerzan mutuamente en su lucha e ideología política y las víctimas en su religión y creencias bajo una fe católica, cristiana o fuera de ellas. Cabe en este punto entrelazar la postura del sociólogo Joel Best (1997) en cuanto al conjunto de reglas que hoy 21 años después se divisan con gran resistencia, entre las que se puede recalcar “es moralmente inequívoco el victimario es un explotador la víctima inocente” citado en Chica, 2009, p,26).

En la memoria histórica del conflicto de Colombia está contenida la verdad desde las dos orillas (víctimas y victimarios), siendo de gran relevancia frente a la teoría de Galtung (2003) en cuanto a los ciclos que tiene un conflicto, en el que alcanza un punto máximo y luego un punto intermedio y bajo hasta que desaparece, en el que interpone que la tarea de terciar la paz es difícil por los efectos visible y no visibles dejados por la violencia y que permanecen en la memoria de quienes la generaron y padecieron por un largo tiempo. Además, Galtung (2003) hace alusión a la reconstrucción en cuanto a curar las heridas abiertas y la reparación de los agravios materiales ocasionados; a la resolución que busca instaurar condiciones que solvente el conflicto que se originó y por último, la reconciliación que la lleva al punto de deshacer la violencia, resaltando que después de la violencia se deben constituir cimientos sólidos a partir de la reconfiguración de la estructura de paz y de la reculturización de la paz.

Ahora bien, al mencionar a Amartya Sen (2009) con la teoría de la justicia basada en los derechos humanos, se indica que, “lo que nos mueve, con razón suficiente, no es la percepción de que el mundo no es justo del todo, lo cual pocos esperamos, sino que hay injusticias claramente remediables en nuestro entorno que quisiéramos suprimir” tomado de (Esquivel, 2010).

En consecuencia, se puede construir una dialéctica de reconciliación social y del perdón que permita vencer la sensación que tienen los actores armados del conflicto, las víctimas y la sociedad civil, percepción que faculte a las partes a la comunicación y que validen las acciones realizadas por la otredad, dando crédito a su verdad sin discurrir en los hechos ni en las condiciones. Avalando lo establecido por Duica (2017):

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…Antes de pensar si el perdón es o no posible y bajo qué condiciones tanto para quien lo concede como para quien lo solicita, prefiero pensar que la relación de cualquier persona con él es y será tan contingente y tan situada como lo es la relación que ella ha establecido con el daño que se le ha causado (p.411).

Siendo uno de los retos, la memoria histórica de un dolor que pesa con un pasado violento, pero con una viabilidad dentro del posconflicto de cicatrizar heridas, resignificar a las víctimas y donde los victimarios asumen lo que hicieron, dejando a un lado la impunidad.

Dentro de una reconciliación, en la que las partes deseen adoptar posiciones de perdón y de convivencia pacífica, se alcanza la igualdad, asistida por un pacto social como lo expone Jürgen Habermas (1981) con el discurso “las normas éticas son presupuestos indispensables de toda acción consensual” (Citado en Estrada, 2005, p, 43) en donde todo acto realizado en la sociedad debe estar delineado con principios éticos y morales que germine la inclusión de las partes y asiente de esta forma, un diálogo con democracia que posibilite la paz. En ese sentido, la necesidad que tiene la sociedad colombiana de una reconciliación en el que cambien los juicios y las emociones bajo el perdón de las víctimas y la solicitud pública de perdón por parte de los victimarios en la limitante definición del sentido político es lo que debe tomarse en la cuenta.

4 METODOLOGÍA

La metodología que se utilizó partió de una exploración documental, la cual, se realizó bajo un enfoque histórico – hermenéutico, a través de información secundaria y terciaria con la que se hizo una comparación de tipo referencial. Para efectos de esta presentación se abordaron datos formales realizados hasta el momento y marcos teóricos, siendo relevante precisar que todos los recursos fueron de fuente secundaria y terciaria y la calidad de estudio es exploratorio.

De igual forma, la generalización sobre la que se trabajó fue modesta, limitada y circunstanciada dentro del saber histórico y social del conflicto y el posconflicto en referencia a la memoria histórica y el perdón. Por lo tanto, el recorte temporal fue de tipo sincrónico demostrado en un abordaje simultaneo de tiempo entre el análisis establecido. Por tal razón, la delimitación espacial se fija de tipo nacional al tomarse el conflicto colombiano y la normatividad asentada para el posconflicto. Igualmente, se realiza una revisión teórica del conflicto con definición espacial internacional, así como el marco conceptual que va más

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Braz. J. of Develop.,Curitiba, v. 6, n.5, p.28904-28922 may. 2020. ISSN 2525-8761 allá del conflicto, tomando nociones que se acercaron a las variables que definieron esta revisión.

5 RESULTADOS Y ANÁLISIS

Planadas - Tolima es un municipio donde las dinámicas de la violencia han sido no sólo de larga duración (como en todo el territorio colombiano), sino que, por su ubicación estratégica y como portadora del nacimiento del conflicto armado con las FARC-EP, su población está caracterizada entre víctimas y victimarios que históricamente por sus relaciones sociales y políticas implícitas han presenciado actos de violencia, confrontaciones y represiones. Por lo tanto, sus concepciones y su formación ideológica están determinadas por la forma individual en la que vivieron cada uno los acontecimientos en su diario vivir.

El conflicto y el paso al posconflicto en Planadas Tolima, en el Corregimiento de Gaitania, ubicado al sur del Departamento del Tolima, se inició con el grupo insurgente al margen de la ley las Farc-EP en el año de 1956, por sesgos políticos que se ocasionaron desde el asesinato del Charro Negro (Jacobo Prías Alape), amigo inseparable de Manuel Marulanda Vélez (alias Tirofijo) jefe de las Farc- EP y de la “Operación Marquetalia”. En 1964 aparecen las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) para combatir y exterminar a las Farc- EP, en consecuencia, comenzó la polarización social del pueblo campesino, que tuvo que empezar a determinar si querían ser guerrilleros, bandoleros o autodefensas.

Ya para el año 2001, los actos de sevicia, crueldad, crímenes de guerra, entre otros, se hicieron visibles en los pobladores por el recrudecimiento de la violencia entre guerrilleros y el Bloque Tolima de las Autodefensas. Desde ese momento, el conflicto armado se convirtió en un conflicto armado social, dando paso a cambios estructurales dentro de la población de Planadas – Tolima, puesto que, estaban quienes en su gran mayoría debieron confrontar el paso a paso de una y otra disputa hasta la desmovilización de las AUC Bloque Tolima el 31 de diciembre de 2005, de ahí en adelante, las FARC-EP en posesión del territorio sostuvieron enfrentamientos con el ejército y otros grupos al margen de la ley permitiendo que esta comunidad pasara a sufrir hechos victimizante caracterizados así:

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Figura 1. Caracterización Violencia Planadas Tolima.

Fuente: (RUV (Registro Único de Víctimas, 2018)

Unido a lo anterior, estaban los campesinos quienes a través de protestas determinaron alianzas en procesos urbanos y rurales que fueron construidos desde los años 70 y que confluyeron en la constitución de 1991 a partir de movilizaciones activas, buscando el cambio del contexto social de la población del suroccidente del Tolima.

5.1 EL POSCONFLICTO, LA MEMORIA Y EL PERDÓN

El 4 de septiembre de 2012— cuando los diálogos de negociaciones de paz entre el gobierno nacional (Juan Manuel Santos) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP) iniciaron en la Habana - Cuba y a nivel regional en el año 2013 con el establecimiento de las 18 Mesas Regionales del Tolima, lideradas por las comisiones de Paz con el apoyo de la ONU, se dio inicio al proceso de paz que se concretó con la firma del acuerdo de la terminación del conflicto armado y la construcción de una paz estable y duradera en noviembre de 2016.

Proceso de paz, cuyo objeto buscó que las exclusiones políticas y los desequilibrios sociales marcados por la historia dieran paso a un costado y se recuperará la inteligencia emocional de las personas que sufrieron algún hecho victimizante, en donde la memoria y el perdón tendrían como norte la recuperación, la transformación y la reconstrucción de entornos de conflicto en sitios de paz, como lo es un sitio de paz como Planadas – Tolima que sin duda está determinado por una ideología a partir de la percepción en el momento en que vivió y cómo vivió el conflicto cada uno de sus pobladores, sus hechos y las interrelaciones contenidas, referentes que serán determinantes en la construcción de la memoria colectiva.

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Braz. J. of Develop.,Curitiba, v. 6, n.5, p.28904-28922 may. 2020. ISSN 2525-8761 De ahí, la importancia que tiene el buscar la reflexión de las víctimas, victimarios y la población de Planadas en general, para una historia sin resentimiento, ahora bien, se debe subrayar que para ninguno de ellos la historia se puede reversar, pero la narrativa o mejor la forma como se realice ésta, demarcará la diferencia y el horizonte final de este proceso que tiene como clave la memoria de estos actores activos o pasivos. Dejándose entrever en muchos de ellos, un resentimiento más heredado que por lo padecido, pero que los dispuso a odiar, a la agresión y a herir teniendo en la cuenta que la memoria es emocional. Por lo tanto, la “memoria e historia constituyen dos modos de registro de la experiencia temporal que sitúan el pasado cercano como una referencia de reflexión y crítica” (Rubio, 2017, pág. 165).

En ese sentido, es necesaria la reconciliación que depende de una solicitud de perdón pedido por los victimarios a las víctimas y que éste sea otorgado a los victimarios por parte de las víctimas; proceso que conllevará un amplio tiempo acompañado de esfuerzos, entendimiento y compromisos, así como de un perdón para toda la sociedad y no desde la postura de Rubio (2013, p, 172), “como una imposición moral para la restitución de la convivencia y la reconciliación, viniendo a reafirmar el quebrantamiento de la ciudadanía y la institucionalización de una verdad arqueológica de la cual no se puede hablar”, sino desde la que les permita ser agentes de cambio que alimente y enriquezca los espacios formales de participación ciudadana, donde la violencia no tiene cabida y donde se generen oportunidades para todos los actores, en el que los sentimientos negativos acepten el pasado y den una mirada hacia el futuro y se transformen en sensaciones positivas, de esta forma construyéndose la paz.

5.2 HALLAZGOS RELEVANTES

Teniendo en cuenta que la memoria histórica puede llevar a reflexiones que conduzcan al perdón, se iniciará esta revisión documental con la investigación realizada por Uribe (2017), “Construyendo Memoria En Medio Del Conflicto” cuya misión fue producir un informe sobre los orígenes y las causas del conflicto armado en el país por las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y la justicia transicional, a través de la Ley 975 del 2005. También abordaron el problema a partir del estudio de casos emblemáticos mencionados paralelamente en el informe general titulado “Basta Ya. Memorias de guerra y dignidad” tomando algunos repertorios de violencia empleados por los actores, se realizó a través de métodos cualitativos, interactivos y de trabajo de campo, complementándolo con la lectura de expedientes judiciales y disciplinarios, desarrollando bases de datos y arrojando reflexiones sobre la generación de una nueva trama narrativa sobre el conflicto en Colombia.

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Braz. J. of Develop.,Curitiba, v. 6, n.5, p.28904-28922 may. 2020. ISSN 2525-8761 En cuanto al reto del perdón que conlleva una complejidad emocional en el proceso de paz, determinada por la configuración psicológica de la población víctima y victimaria, dentro de alguna ideología moral del perdón y política del mismo que da paso a la configuración de su realidad interpretada está Piedrahita (2017), que realizó una investigación sobre “el valor del perdón en el proyecto del posconflicto colombiano”, cuyo objeto fue plantear una discusión a la reconciliación con un eje principal como lo es el perdón y el sistema de justicia en el proceso de transición, demostrando la importancia de elaborar interpretaciones políticas y sociales, llegando al análisis de tres limitantes que tiene el perdón dentro de escenarios con diferentes perspectivas en un proceso de reconciliación y transición.

Por último, se tomará la postura de Parra (2005) en la investigación de la memoria, el perdón y la reparación en los acuerdos de paz, cuyo objeto fue analizar la manera como se manifiestan éstos en los acuerdos de paz suscritos entre los años 1902 y 2003 en Colombia, tomando como enfoque metodológico el análisis de discurso, la información de un Decreto de amnistía e indulto y documentos de carácter histórico, sociológico, político y cultural, utilizando como instrumento recolector y categorizador las fichas analíticas y el uso de matrices de sistematización de datos, concluyendo que los acuerdos son un instrumento de olvido social ya que excluyen los antecedentes del conflicto presentándose como una disputa elemental que no da cuenta de la complejidad del mismo.

6 CONCLUSIONES

Las concepciones e ideologías políticas y religiosas presentan un vínculo entre sí desde el siglo XVI marcando la identidad de la sociedad colombiana, generándoles división, rivalidad y en algunos casos odios, llevándolos al conflicto comunitario, al conflicto armado y al conflicto social. Aún más, transmitiendo sus efectos al proceso del posconflicto. Efectos que se denotan por las condiciones y relaciones de poder estructurales y socio políticas cohesionadoras, con una base histórica de conflictos en las que se revelan procesos de marginación y desigualdad.

Por otro lado, se reconoce la necesidad que tiene la sociedad colombiana de la reconciliación, del perdón de las víctimas, de que cambien los juicios y las emociones de los actores, para que el pensamiento crítico de la sociedad aflore y por ende la convivencia pacífica, y para que no se desdibuje más su historia y su cultura a partir del conflicto, sino que se haga presente la cosmovisión, el reconocimiento de la diversidad y de la pluralidad.

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Braz. J. of Develop.,Curitiba, v. 6, n.5, p.28904-28922 may. 2020. ISSN 2525-8761 Se identifica que el quebranto del tejido social colombiano se ha dado a partir de miles de muertos, heridos y de la destrucción al bien y al daño a la institución familiar, por tantas disimilitudes a lo largo de la historia en el que la religión y la política han sido los actores principales.

La memoria histórica y el perdón son instrumentos importantes en el proceso del posconflicto colombiano porque permiten entender históricamente a cada colectivo, sus conductas emocionales positivas o negativas, dando paso a la reconciliación pacifica con la satisfacción de todos los derechos de las víctimas del conflicto, de los niños, niñas y adolescentes y el derecho fundamental de cada individuo y de la sociedad en general, pero tal intensión ha sido parcialmente incumplida por las visiones diferenciales y en ocasiones contradictorias de los responsables de su evolución. Las teorías que sustentan las diferencias culturales en el posconflicto son; las de Johan Galtung con la teoría de los conflictos para los estudios de paz, enfocando las actitudes emocionales y las diferentes percepciones que se materializan por medio de la religión y la ideología, tomando como raíz del conflicto la violencia cultural. Por otro lado, la teoría de la justicia basada en los derechos humanos con Amartya Sen indicando que hay injusticias que no debieron suceder, llevando la percepción que faculte la construcción de una dialéctica de reconciliación social y de perdón.

En cuanto a la normatividad, el contexto histórico y jurisprudencial del posconflicto se puede establecer que, en referencia a lo mundial, más de 50 conflictos finalizados de forma pacífica que van desde Afganistán, Etiopia hasta Guatemala, con más de 30 comisiones de la verdad instaladas, ninguna se puede comparar con la otra por las diferencias de contextos, pero se deben revisar para adoptar pautas de la historia del conflicto para que este no vuelva a suceder nunca más. Con respecto al marco referencial y conceptual entrelazan un sistema coordinado y coherente por medio del cual, se puede demostrar que el posconflicto en medio de diferencias políticas y sociales a nivel mundial ha sido analizado y ha dejado contenidos y conceptos que sustentan y fortalecen este instrumento contribuyendo al estudio y al debate dirigido con el tema objeto en cuestión.

En relación a las víctimas del conflicto de Planadas – Tolima, como actores sociales y políticos dentro del empoderamiento y fortalecimiento que les da el paso del conflicto (a través de la violencia y la victimización) al posconflicto (Factores sociales y emocionales, bajo una conciencia de colectividad e integralidad) se establece la memoria histórica y el perdón como factores fundamentales para el logro de la paz. Así mismo, dentro de la memoria del conflicto en el Municipio de Planadas, la identidad social y las concepciones e ideologías de las víctimas

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Braz. J. of Develop.,Curitiba, v. 6, n.5, p.28904-28922 may. 2020. ISSN 2525-8761 se han marcado dentro del ángulo en el que vivieron cada una los acontecimientos, algunos, dentro de los actos de sevicia y crueldad, otros, desde la construcción transmitida pero no padecida, pero, aun así, víctimas que al 2016 fueron más de 7.469 dentro de un contexto de exclusiones políticas y desequilibrios sociales.

El norte de la memoria histórica y del perdón es la recuperación emocional de la población y bajo esta plataforma se busca evitar las negaciones, se cambian las narrativas del pasado, se rescata la historia fortaleciendo la democracia y la reconciliación. Por último, subrayar que el pasado no se puede reversar, pero la narrativa demarcará la diferencia y el horizonte final de este proceso, por lo tanto, la solicitud de perdón y la aceptación de éste por parte de víctimas y victimarios, alimentará los espacios de participación con agentes de cambio positivos bajo una reflexión crítica, aceptando las diferencias entre unos y otros, obligados a no olvidar para que la historia no se repita.

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Figura 1. Caracterización Violencia Planadas Tolima.

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