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Si bien la estrategia de la atención primaria tiene una concepción global en cuanto a los distintos niveles de atención que requiere el individuo, existe con- senso de que a nivel de la comunidad debe atender los problemas básicos que la misma demanda. En general, ellos están determinados por los problemas de la mujer preferentemente en su período reproductivo, del niño en todas las etapas de crecimiento, de la nutrición de estos grupo de edad, de la inmunización contra las enfermedades infecciosas, de la eliminación de excretas y el aporte de agua potable, de la educación sobre los principales problemas de la salud y del tratamiento apropiado y precoz de las enfermedades comunes.
Todas estas actividades tienen indudables efectos sobre la mortalidad infan- til. Al analizar las acciones llevadas a cabo mediante tecnologías eficaces para el control de las principales causas de muerte en los primeros años de vida -va- cunaciones, control de las diarreas y de las enfermedades respiratorias- nos es- tamos aproximando al análisis de los efectos que la prestación de servicios bajo esta estrategia de atención primaria produce en la mortalidad infantil.
Pero, además de los efectos en mortalidad debe pensarse en el beneficio que se ha logrado con la reducción de morbilidad, teniendo en cuenta que por ca- da niño que muere hay ocho que padecen enfermedades que dejan secuelas en su crecimiento y desarrollo. De allí que podamos decir que la aplicación in ex- tenso de las tecnologías de atención primaria, no solo ha contribuido a reducir el dolor y la muerte en la población infantil, sino que además está haciendo un valioso aporte al desarrollo social de los pueblos, pues permitirá que una mayor proporción de los niños de hoy llegue a transformarse en seres adultos, econó- micamente productivos, psicológicamente equilibrados y socialmente integra- dos.
CONSERVAR CON VIDA A LOS NIÑOS
Horace Ogden
En los dos últimos decenios las Américas han presenciado grandes progresos en la reducción de las tasas de mortalidad de niños menores de un año y tam- bién de niños en edad preescolar. Como los niños de hoy representan la riqueza del futuro, dichos adelantos ofrecen una medida verdadera de la promesa que se está cumpliendo en nuestro continente. No se dispone de datos de todos los países y una parte de la información existente es incompleta. Con todo, en cuanto a la mortalidad infantil, es posible informar que de 19 países de las Américas, cuyas cifras comparables están disponibles, 18 notificaron reduc- ciones considerables de las tasas de mortalidad, que varían del 14 al 60% du- rante el período entre 1960 y finales del decenio de 1970.
BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA
Marzo 1984
de la Salud, estos métodos rápidamente
están pasando a ser disponibles. La in-
munización contra muchas de las antiguas enfermedades mortales e incapaci-
tantes ahora llega a los niños a tiempo para protegerlos.
Las enfermedades
diarreicas pueden prevenirse mediante el mejoramiento
del abastecimiento
de
agua potable y el saneamiento ambiental o tratarse con métodos tales como la
rehidratación
oral. Por tanto en los países en desarrollo, donde las muertes por
enfermedades prevenibles en la primera infancia representan más del 60% del
total, ha sido posible reducir la mortalidad
mediante
el empleo de estas
tecnologías.
En el decenio de 1970 se observó un progreso espectacular en la reducción de
las tasas de mortalidad
en los niños de 1 a 4 años de edad. Los 28 países de los
que se dispone datos notificaron reducciones entre 1970 y 1978, y el número to-
tal de defunciones en este grupo de edad descendió en un 37,60/, durante este
período. En cuanto a porcentajes, las reducciones más pronunciadas
se re-
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fue la causa principal de defunción y las enfermedades de las vías respiratorias tales como influenza, neumonía y bronquitis fueron la segunda causa principal de mortalidad, excepto en un país. En cambio, en los cinco países con las tasas más bajas, los accidentes ocuparon el primer lugar, y la enteritis figuró entre las cinco causas principales solo en uno de los cinco países.
Por consiguiente, es evidente que los grandes progresos que puedan lograrse en el próximo decenio para conservar con vida a los niños especialmente en los países con las tasas más elevadas de mortalidad, serán una continuación de la reducción de mortalidad por enfermedades diarreicas e infecciones de las vías respiratorias. Con la accesibilidad y el uso cada vez mayor de tecnologías mo- dernas para la prevención y el tratamiento de enfermedades, junto con las me- joras continuas en los índices de inmunización y nutrición, puede pronosticarse
que un número cada vez mayor de niños sobrevivirán sus primeros años con buena salud. Mientras tanto, en los países que ya han logrado reducir las en- fermedades mencionadas es preciso dar atención preferente a la protección de los niños de 1 a 4 años contra los accidentes que son la mayor amenaza para su sobrevivencia.
ENFERMEDADES
DIARREICAS. LAS PRINCIPALES
EXTERMINADORAS
DE LOS NIÑOS
Daniel Epstein
Uno de cada 10 niños nacidos en los países en desarrollo muere de diarrea antes de cumplir los cinco años. Cerca de 5 millones de niños mueren anual- mente por enfermedades diarreicas. Esas muertes innecesarias de centenares de niños cada hora del día podrían haberse evitado mediante un tratamiento fácil y de bajo costo de rehidratación oral. Prestando atención al problema de las enfermedades diarreicas como causa principal de la mortalidad infantil y poniendo en práctica soluciones como la de rehidratación oral que se en- cuentra ampliamente disponible, se puede ayudar a reducir el número de víctimas y proporcionar una vida más sana a los niños del mundo.