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La Representación del Contexto de Interacción Entre Demografía y Género en las Telenovelas Catalanas

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Academic year: 2021

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La Representación del Contexto de Interacción Entre Demografía y

Género en las Telenovelas Catalanas

*

Marta Ortega

Universidad Autónoma de Barcelona

Maria do Carmo Fonseca

Universidad Autónoma de Barcelona

I. INTRODUCCIÓN

Este trabajo parte de la investigación para una tesis doctoral sobre demografía y telenovelas en el contexto catalán. La tesis se basaba de la hipótesis que las telenovelas son formas de cultura popular que representan comportamientos demográficos. Los productores y guionistas "beben" de la realidad para construirlos y seleccionan determinadas actitudes en materia socio demográfica y cultural; de forma que normalizan y democratizan comportamientos emergentes con una función moralizadora de la sociedad y creando unos referentes comunes sobre estos comportamientos, en los que los ingredientes de identidad catalana están siempre presentes.

El objetivo general al que respondía la tesis era estudiar de qué forma las telenovelas catalanas, concretamente Poble Nou (1994) y El Cor de la Ciutat (2000), representan los cambios demográficos recientes y el papel de hombres y mujeres en estos cambios en el contexto catalán. Pero además, la tesis se proponía cubrir cuatro puntos: primero, revisar la forma en que se han aproximado los académicos a las telenovelas desde la perspectiva de comunicólogos, académicas y académicos estudiosos desde la perspectiva de género en ciencias de la comunicación, y los demógrafos; segundo, profundizar en las características y contexto del nacimiento de las telenovelas catalanas; tercero, estudiar de qué manera las telenovelas catalanas de carácter más realista –concretamente Poble Nou y los cien primeros capítulos de El Cor de la Ciutat- construyen, en su forma de ficción verosímil de entretenimiento, los cambios demográficos más recientes ocurridos en la Cataluña de los años noventa en el marco de las transformaciones más nuevas; y cuarto, investigar si la emancipación de la

* Trabalho apresentado no XIII Encontro da Associação Brasileira de Estudos Populacionais, realizado

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mujer aparece representada como motor de cambio social, y de qué forma se la representa, si progresista o no. La investigación se ha realizado con una metodología cualitativa elabora ad hoc para los casos de estas dos producciones catalanas y se trata de una metodología con dos niveles de análisis. Por una parte, el análisis del contexto de producción y origen de las telenovelas, que se ha realizado a través de entrevistas a los productores y guionistas de estas producciones, así como a través de bibliografía especializada -a pesar de la escasez por la reciente historia del género en Cataluña- y a través del seguimiento en prensa del tema. Por otro lado, el análisis demográfico y desde la perspectiva de género de las dos telenovelas Poble Nou y El Cor de la Ciutat. En este sentido, nos hemos interesado por los cambios familiares recientes a través del análisis de la variables emancipación, formación y ruptura de uniones, maternidad y paternidad, sexualidad, salud sexual y reproductiva y métodos anticonceptivos. Para llevar a cabo el análisis de las variables, primero se ha reconstruido la biografía de los personajes protagonistas de las telenovelas, aislando de todo el material audiovisual, sólo los items de nuestro interés y siempre teniendo en cuenta la perspectiva de género en el análisis, la forma cómo hombres y mujeres negocian y resuelven en los conflictos y los papeles en la esfera privada y pública que ocupan.Tras la reconstrucción de la biografía y el aislamiento de los acontecimientos demográficos, también se construyó mapas de relaciones de personajes al inicio y final de la emisión de los períodos estudiados, en el caso de Poble Nou coincidiendo con el inicio y fin de la serie y en El Cor de la Ciutat correspondientes a los primeros capítulos y los diez últimos estudiados (del 90 al 100). De esta manera, se pudieron ver estructuras de los hogares y los cambios producidos en ellas a través de los acontecimientos estudiados. Las dos telenovelas escogidas son, respectivamente, la pionera, Poble Nou, y la más reciente, El Cor de la Ciutat, y se trata de dos producciones que, por sus características de concepción, son susceptibles de compararse.

Antes de nada, aclarar que en este trabajo de investigación se escogieron las telenovelas y no otro tipo de mensaje televiso para estudiar algunos aspectos demográficos porque las telenovelas, de forma tradicional, dan especial importancia a los temas familiares y personales, con atención destacada a las desigualdades de género y sociales. Recordemos que el origen de las telenovelas son las novelas por entregas que causaban furor en el siglo XVIII, y que trataban temas románticos. Más tarde, este género melodramático en forma escrita se transformó en lo que se conoce como soap

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radiofónica de Estados Unidos de los años cuarenta y cincuenta. Entonces, el género radionovelas se dirigía una mujer ama de casa y los argumentos principales daban consejos a estas mujeres a ceca de cómo ser buenas madres, esposas y amas de casa. Con el tiempo, la radionovela se transformó en soap televisada y se ha ido adaptando a la sociedad a la que se dirige. Así, hoy, el ama de casa no suele ser la heroína, sino que el protagonismo de las historias lo toman las mujeres trabajadoras, independientes económicamente de sus parejas y con una amplia gama de posibilidades en la esfera pública y en la personal.

Si bien es cierto que alrededor del mundo este género de ficción tiene características particulares, que podríamos calificar de “locales”, todas las soap, telenovelas, culebrones o fulletons –acepción con la que se ha bautizado a las telenovelas en Cataluña- tratan de la esfera privada y las mujeres son personajes de gran peso en la trama argumental, y sus acciones en la esfera íntima son valoradas y apreciadas. Sirva como ejemplo la cita de la investigadora Christine Geragthy (1995:83) acerca del género:

“Las familias son la base de los melodramas televisivos... La familia proporciona un marco estable que deja margen para las aparentemente infinitas variaciones de líneas argumentales y personajes de los cuales precisan los melodramas. Además, concentrar la atención en la familia implica que las mujeres tiene un gran papel en estas historias y que se pone el acento en temas emocionales y domésticos en los que las mujeres desarrollan un papel prioritario. Una de las características clave del melodrama es la distinción entre la esfera del trabajo pública y la privada; los seriales valoran las habilidades que se considera que desarrollan las mujeres, como personajes y como telespectadoras, en la forma de llevar las responsabilidades y emociones de la esfera personal”.

En este texto, primero presentamos el contexto de nacimiento, origen y evolución de las telenovelas catalanas, explicamos su concepción, características e impacto social, contextualizándolas en la realidad socio-demográfica catalana. Después, presentamos algunos resultados de las conclusiones de la investigación para la tesis antes citada, basada en el análisis de contenido cualitativo demográfico y desde la perspectiva de género de las telenovelas catalanas Poble Nou emitida durante el año

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1994 y de los cien primeros capítulos de la más reciente, El Cor de la Ciutat, que empezó su emisión en septiembre de 2000 y, en el momento de escribir este texto, continua en emisión con gran éxito de audiencia.

II. CONTEXTO CATALÁN DEL NACIMIENTO DE LAS TELENOVELAS

Durante décadas, los demógrafos han intentado explicar la transición demográfica y, en particular, la transición de la fecundidad, a partir de cambios en factores estructurales e institucionales tales como los procesos de urbanización o industrialización, y la implementación de las políticas públicas de salud o, más directamente, de planificación familiar. Sin embargo, paulatinamente, estudios de los medios de comunicación como posibles elementos difusores de nuevas ideas, tecnologías y comportamientos demográficos han ido ganando terreno.

Un ejemplo claro lo encontramos en algunos estudios realizados en Brasil. Allí se han llevado a cabo trabajos de investigación conjuntos entre diversas universidades y departamentos que han puesto de relieve la posible influencia de las telenovelas en el cambio de comportamiento demográfico de los hombres y mujeres brasileños, en concreto en cuestiones de fecundidad y de sus variables intermedias, como la contracepción y el aborto (ver Nota al final). En el caso que nos ocupa, la sociedad catalana ya había protagonizado cambios destacados en la esfera privada en relación a las uniones, rupturas, maternidad, paternidad, métodos anticonceptivos y sexualidad, sí como en el rol de la mujer, en el momento de emisión de la primera telenovela de producción catalana (año 1994). La situación socio-política y económica de Cataluña dista mucho de la de Brasil, pero, igual que allí, no puede negarse la fuerte presencia de la cultura popular, y en los últimos años de forma relevante en forma d telenovelas, en la vida de los catalanes.

Para empezar, destacar del caso catalán que, tras las Dictadura franquista (en 1975 muere Francisco Franco) y durante el período de transición se aprueba una nueva constitución (1979) con la que nacen también las Comunidades Autónomas. Algunas de éstas, son territorios con identidad cultural, lengua y tradición propias y distintas a las del Estado español, como Cataluña. A pesar de no contar con independencia política

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completa del Estado central, desde el establecimiento de la autonomía, cuenta con cierto grado de independencia del Estado central en algunas parcelas, y cuenta con un gobierno autónomo, la Generalitat, y medios de comunicación de masas propios de carácter público (en el caso de las televisiones, Televisió de Catalunya, formada por dos canales, TV3 y Canal 33). A partir de la constitución de la Comunidad autónoma catalana, un objectivo del gobierno catalán siempre ha sido la normalización lingüística del catalán (en una población que cuenta con un número importante de inmigración proveniente del resto del Estado) y el fortalecimiento de la construcción de la identidad catalana.

En cuanto a la demografía, si tuviéramos que resumir muy sistemáticamente los cambios más importantes acaecidos en el panorama familiar catalán de los años 90, diríamos que la nupcialidad se reduce y se retrasa -y surge y se expande la cohabitación y la semicohabitación-, la fecundidad se reduce –los métodos anticonceptivos se despenalizan en 1978 y a partir de 1985 el aborto está permitido en determinados supuestos-, y la inestabilidad de las uniones aumenta -las separaciones y divorcios cada vez son más frecuentes, el divorcio es legal desde 1981-. Como consecuencia, se incrementa el número de familias monoparentales y los hogares unipersonales y, en menor medida, aparecen las familias reconstruidas, éstas últimas hacen posible la convivencia y alternancia de la paternidad/maternidad biológica con la social (Solsona, 1996, 1998).

En este nuevo panorama familiar, con una gran variedad y complejidad de formas de convivencia y comportamientos -parejas de hecho no necesariamente heterosexuales, nacimientos fuera del matrimonio, matrimonios que deciden no tener hijos, entre otros- el matrimonio ha dejado de tener el monopolio tanto de las relaciones sentimentales como de la reproducción. En cambio, según el canon de familia burguesa, por cierto, muy bien representada en las películas de Hollywood clásicas y en todo nuestro cine de la época franquista, el matrimonio va unido, no sólo a la división sexual del trabajo (hombre proveedor, mujer cuidadora del hogar y de los hijos), sino que requiere corresidencia de los cónyuges y es el único marco en el que las relaciones sexuales y la reproducción (maternidad/paternidad) tienen, y deben tener lugar. En cambio, las telenovelas catalanas representan gente común, de barrios populares, con

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problemas económicos, laborales y familiares semejantes a los de la gran mayoría de la población. Y además, muestran los conflictos en la esfera privada en las relaciones de pareja y en las relaciones materno/paterno-filiales.

Las telenovelas catalanas, sobretodo la primera, han tenido gran impacto en la audiencia, en los medios de comunicación y han motivado debates en radios y televisiones, incluso se han calificado como el primer gran fenómeno de la sociología de la comunicación de masas catalana. Son productos altamente atractivos por la calidad de la realización, la cuidada puesta en escena, los buenos guiones y la música. Las audiencias en las dos telenovelas han sido muy altas. Poble Nou se despidió con un 46.7% de cuota de pantalla y durante la emisión de los cien primeros capítulos de El Cor de la Ciutat la media de cuota de pantalla es de 36.4%. Y no se trata de productos de consumo exclusivamente femenino. En el primer caso la audiencia se repartía entre el 62% de mujeres y el 38% de hombres; mientras que en el segundo caso estudiado los datos de audiencia se corresponden con un 67% de espectadoras frente a un 33% de espectadores. Tampoco son producciones consumidas principalmente por clases humildes sino que el grueso del público es la clase media en los dos casos, y entre la clase alta la siguen más de una de cada cuatro personas de la audiencia. De hecho, son buenos muestrarios de firmas y de distritos de barrio, lo cual significa negocio y dinero para la producción. Por tanto, en la producción y emisión de estos productos confluyen intereses varios, además del ya nombrado antes de “fer país” a través de la normalización lingüística.

El impacto de Poble Nou, mostrando el proceso de independencia del hogar y del marido de una ama de casa fue tal que llegó a motivar reacciones en el Opus Dei de Catalunya, grupo católico religioso que hizo declaraciones negativas sobre la telenovela. También el arquebisbado de Barcelona manifestó críticas al modelo de familia que transmitía la telenovela a través de una de sus hojas parroquiales.

En cuanto a los objetivos de los productores (Joan Bas, a Voltes, 1994) en la época de emisión de la telenovela son los siguientes: 1) que la duración de los capítulos fuese de treinta minutos con un único corte publicitario (a diferencia de los culebrones sudamericanos que duran cuarenta minutos y tienen dos cortes para publicidad); 2) debía ser un producto para todas las edades, que juntase delante del televisor a todas las

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generaciones de un hogar familiar; 3) debía mostrar gran variedad de conflictos amorosos, familiares, generacionales y socioeconómicos; 4) se debía buscar la identificación con la mayoría de la audiencia creando unos personajes de clase media-baja como punto de partida; 5) debía ser un producto apto para consumo propio, pero no tan localista como para impedir su venta a otras televisiones; 6) se debía cubrir la demanda costumbrista detectada a través de la emisión de "La Granja", pero sin caer en excesos; 7) ofrecer una estructura abierta y sujeta a cambios según la reacción y evolución de la audiencia, algo que finalmente no se llevó a cabo ya que se mantuvo la estructura inicial; 8) dotar de personalidad a TV3 de forma que la simple mención del título no dejase lugar a dudas sobre la cadena que la emitía; 9) motivar al personal de TV3 haciendo un producto totalmente de elaboración propia, con la gente y los recursos de la casa. Detrás de todos estos objetivos, el de “fer país” –construir país, diferenciado política y culturalmente del Estado español central-, es decir, crear identidad nacional catalana, tanto a través de la normalización lingüística como de mostrar una cultura y unas tradiciones que son diferentes a las del Estado español. No se puede olvidar que Poble Nou y El Cor de la Ciutat son productos elaborados en el marco de una televisión autonómica, dependiente de un gobierno moderado y nacionalista, cuya principal intención a través del uso de la televisión es, precisamente, esa normalización ligüística. Las telenovelas catalanas son producciones culturales relevantes socialmente, lejos de algunos tópicos que las consideran producciones de ficción mediocre, lejos de la llamada “alta cultura”. Las telenovelas analizadas toman en serio los problemas de los grupos no dominantes socialmente: las amas de casa, personas de más edad, las madres cabeza de familia monoparental, los inmigrantes o los enfermos de sida, por poner algunos ejemplos destacados. Además, se reprensentan temas de interés público, como el acoso sexual, el consumo de drogas y el sida. Por todo ello, nos parecen muy adecuadas para el estudio de la representación de los temas de nuestro interés. A continuación relatamos algunos de los resultados del análisis demográfico y desde la perspectiva de género de las dos telenovelas estudiadas.

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El origen de las telenovelas catalanas, pioneras en el Estado español, se sitúa en 1993. Cuando finalizaron las Olimpiadas de 1992, de las que Barcelona era anfitriona, Joan Bas era el director de dramáticos de TV3 (canal autonómico catalán) y junto a Jaume Banacolocha y Eugeni Margalló empezaron a pensar en la producción de una serie de ficción de emisión diaria. Sin embargo costó que la idea tomase cuerpo real. Antes, el programa "La vida en un xip" que dirigía y presentaba el periodista Josep Maria Puyal, ofrecía una breve serie costumbrista titulada "La Granja", escrita por Jaume Cabré, que obtuvo buena aceptación. En una reposición estival se emitió "La Granja" de forma independiente al programa para el que se había creado y de manera seriada, obteniendo gran éxito de audiencias. Este éxito propició que los altos responsables de la cadena autonómica dieran la oportunidad de crear una telenovela de producción propia a Joan Bas.

El dramaturgo Josep Maria Benet i Jornet, conocido por su autoría en piezas teatrales y por su ideología política progresista, fue el padre de la historia de lo que se convirtió en la primera telenovela catalana y estatal. Este escritor formó un pequeño equipo de trabajo sobre el guión de la historia original formado por Toni Cabré, Enric Gomá i Gisela Pou. La fórmula que debía funcionar tenía ingredientes de "La Granja", de las soap operas importadas de Gran Bretaña como EastEnders y de los culebrones brasileños y venezolanos que estaban obteniendo buena respuesta de la audiencia en las otras cadenas estatales. La biblia, o texto básico de la historia, estaba concebida para la emisión de 120 capítulos que debían emitirse entre enero y junio de 1994. La buena acogida del público provocó que se alargase después de aquel verano hasta el capítulo 191. En este sentido, en cuanto al impacto social que supuso la emisión de Poble Nou, primero hay que destacar que la telenovela alcanzó una cuota de pantalla del 47.6% y que entre sus seguidores se encontraban mujeres y hombres, jóvenes y niños. En cierto modo, se convirtió en una forma de relación social porque fue tema de conversación habitual en la sociedad catalana, y se le dedicaron programas, espacios en diarios y revistas, entre otros.

Desde la emisión de Poble Nou hasta hoy, TV3 ha emitido tres telenovelas más, siempre de lunes a viernes en franja de mediodía (15.40-16.20 p.m. aproximadamente) con un corte publicitario. Y de forma condensada el domingo por la noche, con la

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repetición de todos los capítulos semanales, lo cual favoreció la discusión colectiva, familiar, sobre el contenido y el curso que iba tomando la telenovela.

El género telenovela en Cataluña evoluciona así: Poble Nou se desarrollaba en un barrio de Barcelona y las características principales son el costumbrismo, los problemas de la clase trabajadora y las relaciones sentimentales y familiares. La segunda telenovela, Secrets de Família, ambientada en Girona, capital de la provincia con mejor nivel de vida del Estado español, próspera y receptora de inmigración, tiene una atmósfera más intimista y en ella se apuesta de forma más explícita por profundizar en la psicología de los personajes y en las complejidades de su mundo interior.

En 1996 TV3 estrenó la tercera telenovela catalana, Nissaga de poder, con la que obtuvo el mayor éxito de audiencias en la historia de la ficción catalana. Esta vez la historia tenía como protagonistas a una familia de ricos y poderosos de las tierras del cava, en el Penedés, una zona agrícola dedicada sobretodo a la producción de esta preciada bebida. Los protagonistas eran la familia Montsolís, que proporcionaba constantes sorpresas a la audiencia, desde incestos a amores y odios dentro de los miembros de la familia, tópicos parecidos a los de la clásica comedia griega. La penúltima de las producciones es Laberint d’Ombres, ambientada en una ciudad industrial, tradicionalmente téxtil, del área metropolitana de Barcelona. En ella la intriga y la proximidad al género policiaco eran las características más destacadas respecto al resto.

La nueva telenovela, El Cor de la Ciutat, que ha empezado su emisión en horario estelar de noche el día de la celebración de la Diada naciaonal de Cataluña (11 de septiembre) vuelve a la línea de Poble Nou, tanto por su concepción costumbrista como por su ambientación con el regreso a un barrio barcelonés, en este caso Sant Andreu. Es por este motivo que la hemos escogido para ofrecer una comparativa en el tiempo de la representación de los acontecimientos demográficos de nuestro interés y del rol de hombres y mujeres en la ficción, partiendo de la base que la cultura popular es un factor relevante en la construción del imaginario colectivo. En el dosier de prensa (2000) repartido a los periodistas durante la presentación pública de El Cor de la Ciutat se la presentaba del siguiente modo:

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“...con esta nueva producción Televisión de Cataluña aborda el género realismo, y se aproxima más a Poble Nou que a cualquiera de las otras telenovelas. El Cor de la Ciutat deja de lado intrigas y perversidades para mostrar la vida de un conjunto de personas que viven en la parte antigua de un popular barrio de Barcelona y que tienen problemáticas mucho más próximas al conjunto de la sociedad... Historias y situaciones versemblantes, facilmente identificables en cualquier lugar de la sociedad actual”

Los guionistas calificaron Poble Nou como "ficción naturalista", que bien podría llamarse también ficción de lo cotidiano. Poble Nou era un híbrido entre costumbrista y folletinesco: se presentaron personajes cercanos al público, con los que éste se pudiera identificar, pero a los que les ocurrían muchísimas cosas. Es interesante destacar lo que el equipo de trabajo intentó transmitir con la concepción de Poble Nou y que, según sus palabras, tiene que ver con valores tolerantes a través de las historias de los personajes. En este sentido, Benet i Jornet decía:

"Presentamos una mujer que es capaz de vivir sin depender del marido, una pareja homosexual que no está mal vista y se comporta como cualquier otra, un chico y una chica que se van a vivir juntos sin que pase nada, lo hacemos conscientemente, pero también tenemos que tener en cuenta no ofender una parte del público que no responde a estos parámetros y también tiene derecho a ver Poble Nou "(Balló, 1994).

IV. DEMOGRAFÍA Y TELENOVELAS: EL CASO CATALÁN

Las telenovelas catalanas Poble Nou y El Cor de la Ciutat pensamos que son, de todas las emitidas hasta el momento, las que mejor pueden reflejar los cambios de comportamiento en cuanto a las formas de convivencia que se están produciendo en la sociedad catalana, pues se trata de telenovelas muy cercanas al realismo social, con un contenido próximo a la vida cotidiana de la gente y sin caer en demasiados excesos dramáticos, cosa que ocurría en Nissaga de Poder o Laberint d'Ombres. Además, la intención de "fer país" también tiene interés, no tanto desde el punto de vista de la normalización lingüística, sino porque muchos estudios han constatado la existencia de dinámicas demográficas regionales diferentes, que sin duda deben explicarse también

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por la coexistencia de diferentes "culturas". Además, en el caso de Poble Nou, no hay que olvidar que es la pionera de producción propia, tanto en Cataluña como en el resto del Estado, y que fue calificada por la prensa como el primer gran fenómeno de la sociología de la comunicación moderna en Cataluña. Y tras el impacto televisivo se podrán apreciar cambios en la propia sociedad catalana.

El argumento principal de Poble Nou es el proceso de emancipación de una mujer que toda la vida ha sido ama de casa a tiempo completo. A medida que avanzan los capítulos, la protagonista empieza a trabajar fuera de casa y al final tiene un negocio propio, a la vez que se separa del marido, que siempre que ha podido le ha sido infiel y le ha faltado el respeto en no pocas ocasiones. A esta historia principal se unen otras en las que aparecen temas relacionados con la familia y con las relaciones sentimentales. Del mismo modo, El Cor de la Ciutat tiene como principal argumento los temas de la esfera privada, pero en este caso, desde el principio aparecen en un primer plano diversas historias que se cruzan y que tejen la historia de todo un barrio de clase obrera situado en el corazón de Barcelona.

Cambios en la familia: tipos representados, separaciones y divorcios

Tanto Poble Nou como El Cor de la Ciutat podríamos decir que son escaparates socio-demográficos al recoger buena parte de los temas emergentes en demografía de la familia. Las telenovelas catalanas estudiadas presentan morfologías de hogares “convencionales” al lado de innovadores, familias nucleares de matrimonios con hijos al lado de familias monoparentales encabezadas por mujeres, por ejemplo. Debe destacarse, sin embargo, que en el caso de la primera producción, Poble Nou, la variable clase social influye considerablemente a la hora de representar actitudes. Así, en el caso de las familias monoparentales encabezadas por mujeres, si la mujer tiene formación y pertenece a una clase social media-alta, el comportamiento no se penaliza, mientras que si se trata de un personaje de baja extracción social la actitud es penalizada.

En este periodo de tiempo entre una emisión y la otra hemos visto diversificar las formas de los hogares representados y cómo se han normalizado determinadas actitudes y comportamientos. Y a veces viejas formas de unión como el matrimonio, se llenan de nuevos contenidos conviertiéndolos en una manera de relación equitativa entre hombres y mujeres. Se observa que la cohabitación se democratiza y se normaliza,

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dejando de ser una situación exclusiva para personajes de determinadas características socioeconómicas y de formación o con imposibilidades legales de matrimonio, consecuencia de una separación en la que se espera el divorcio o de una pareja de homosexuales que, en Cataluña, no pueden casarse. Por tanto, se legitima totalmente la cohabitación como marco para la convivencia y la reproducción.

En las dos telenovelas, sea cual sea la forma de relación escogida por los personajes, se apuesta claramente por representar como deseable un modelo en que los dos miembros de la pareja están en igualdad de condiciones para tomar decisiones y negociar en los conflictos; y en muchas parejas representadas en la última producción, el trabajo doméstico es compartido por mujeres y hombres. La formación de uniones, en ningún caso, representa que tenga como finalidad la procreación, de manera que, contrariamente a lo que era habitual en las parejas de prototipo patriarcal, el hecho de constituir una unión o tener hijos son dos decisiones independientes. Y respecto al rol de cabeza de familia, asimilable al del patriarca, se representa como una característica asumida exclusivamente por hombres de más de cuarenta años, y un papel que desaparece en las familias formadas por parejas jóvenes.

Destaca que el matrimonio convencional representado en El Cor de la Ciutat siempre es un matrimonio donde los dos miembros de la pareja trabajan fuera de casa, aunque sea la mujer la principal responsable y ejecutora de las tareas reproductivas. Y en ningún caso aparecen amas de casa full time, como si las amas de casa a tiempo completo no existiesen en Cataluña. La representación que se hace de este territorio es el de una sociedad de trabajadores, matrimonios donde trabajan los dos miembros de la pareja, es decir, que no se representa a la familia tradicional normativa estricta con división de rol por sexos en el hogar.

Las rupturas de las uniones aparecen como opciones legítimas cuando la pareja no funciona en las dos producciones. Llama la atención que algunas parejas de las telenovelas rompen en el momento en que esperan una criatura. Se podría decir que, comparando en el tiempo, el colectivo de separados o divorciados de las producciones de ficción ha dejado de estar feminizados, y que tampoco es exclusivo de personajes de determinadas características. Por tanto, el fenómeno se ha democratizado. Lo que no ha cambiado es el hecho que los hijos de separados vivan siempre con las madres.

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No aparecen muchas familias reconstruidas fruto de separación o divorcio en ninguno de los casos estudiados. Y en las pocas ocasiones en que se representan van acompañadas de situaciones conflictivas que se resuelven sólo si la familia se transforma en “normal”, por ejemplo, haciendo que una hija social se independice de la familia de origen a la vez que la madre y la nueva pareja esperan un hijo.

En general, cabe destacar en la representación de estructuras y dinámicas demográficas que, ni Poble Nou ni El Cor de la Ciutat, lo hacen de forma transgresora, sino que se apuesta por hacerlo de manera continuista y en la línea de lo que se considera políticamente correcto, como dicen los catalanes, “amb molt de seny”. Por tanto, desde el punto de vista demográfico, parece que una función relevante, aunque involuntaria, de las telenovelas es la de difundir patrones de comportamiento que, de manera indirecta, llevan a una aceptación o rechazo por parte de determinados subgrupos sociales.

Vemos que hay temas en que los guionistas y productores son más discretos y otros en que toman una actitud más valiente. Y esta aparente contradicción se produce tanto en la representación de los procesos como en el desenlace final en el caso de Poble Nou. En esta telenovela, los capítulos de la cual hemos podido analizar de principio a fin, uno por uno, hay una representación del día a día de los protagonistas que nos parece más alentadora de cambios que lo que se representa como final de la telenovela. En el último capítulo encontramos soluciones de las historias de los personajes bastante conservadoras y los protagonistas que salen de la norma aparecen penalizados. Por ejemplo, en relación a las uniones, sólo toman la forma de cohabitación las que no pueden transformarse en matrimonios. A través de un análisis de las biografías de los personajes de Poble Nou hemos podido apreciar que algunos personajes salen castigados mientras otros aparecen como héroes y heroínas de las telenovelas. Los primeros tienen actitudes y comportamientos transgresores de la norma social y los segundos, en cambio, en líneas generales, la siguen. Lo que viene a ser lo mismo a decir cuáles son las actitudes adecuadas, actitudes a seguir, recomendables, y cuáles no.

En general, podemos afirmar que lo que destila de las dos telenovelas es una ideología que respeta todo tipo de relación personal y actitud íntima, sentimental o

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sexual siempre que esté fundada en la sinceridad, la honestidad, la tolerancia y la comprensión hacia los demás, aunque se trate de relaciones poco frecuentes en la sociedad catalana y, por este motivo, a veces estén estigmatizadas, en particular en el caso de las relaciones homosexuales. Al aparecer en la pequeña pantalla en personajes próximos a la audiencia y queridos por ellos, estas actitudes y comportamientos poco aceptados tomas unas características más personales porque la manera de aproximarlos al público no cae en tópicos fáciles, sino todo lo contrario, hace parecer que lo que pasa a los personajes puede estar pasando a nuestro propio vecino o amigo. Y siempre se representan algunos personajes en clara oposición a la homosexualidad, la estupidez de los cuales queda totalmente en evidencia. Las dos telenovelas se enmarcan en el tiempo presente de la audiencia y esta característica provoca una relación especial, cercana, entre los espectadores y los personajes protagonistas y produce entendimiento y comprensión hacia las actitudes sexuales de los personajes protagonistas en relación a la audiencia.

Reproducción

Respecto a la reproducción, las telenovelas catalanas la representan claramente separada de la sexualidad y no se representa como exclusiva del matrimonio, ni tan siquiera de la pareja. En las dos telenovelas aparecen hijos nacidos fuera de una situación de pareja, pero siempre la vida de las madres tiene un final triste por diferentes circunstancias cuando no ha vuelto con la pareja que es el padre biológico del hijo que esperan (en Poble Nou una muere por suicidio y en El Cor de la Ciutat por enfermedad). Podría afirmarse que la maternidad en solitario, a pesar de aparecer como opción posible, siempre acarrea pagar un alto precio a las mujeres que deciden llevarla a cabo.

Salud sexual y reproductiva, planificación familiar y aborto

Las telenovelas catalanas estudiadas hacen alusión a los métodos anticonceptivos. En general, los casos de embarazo representados son no deseados, por tanto, ocurren porque ha fallado la planificación familiar. Los espectadores sabemos esta circunstancia, pero los creadores de las telenovelas no dan alternativas. El aborto siempre es rechazado, sin tampoco dar explicaciones de motivos, por muy difíciles que sean las circunstancias que viven las mujeres embarazadas. Tampoco se profundiza

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sobre el porqué fallaron los métodos anticonceptivos, lo cual, claro está, tampoco es una función de los guionistas.

Cabe señalar, para dejar constancia, que en un capítulo fuera del cuerpo de análisis de El Cor de la Ciutat, aparece un aborto voluntario protagonizado por una joven protagonista. Ella lo lleva a cabo sin el consentimiento de su pareja y renuncia a la maternidad en aras de mejorar su carrera profesional. En este caso, la valoración que puede hacer un espectador de la decisión es negativa por llevarse a cabo por motivos egoístas.

La presencia de algunas representaciones más atrevidas o fuera de la normativa, cuando aparecen, dan credibilidad al discurso “oficial”, otorgando a la telenovela de verosimilitud y autenticidad. Pero sin traspasarse ciertos límites para no convertirlas en productos desagradables para el gran público.

Por tanto, parece que las telenovelas que estudiamos aquí son un medio de cierta influencia social, y de paso, se pueden utilizar como didáctica moral. Pero es evidente también que existe cierta presión social que determina el contenido de las historias que se explican en cierta medida.

Sexualidad y sida

En cuanto a la sexualidad en relación al género, hay un cambio notable de la representación entre la primera telenovela y la última. En el primer caso, las mujeres casi nunca hablan del tema y pocas veces los espectadores somos testigos de conversaciones íntimas de las parejas protagonistas. En algunas ocasiones, las mujeres maduras de la telenovela manifiestan la necesidad de sentirse deseadas por parte de los hombres para conseguir su realización personal. En cambio, en El Cor de la Ciutat, el tema de la sexualidad está en boca de hombres y mujeres indistintamente y ninguna mujer manifiesta la necesidad de sentirse deseada por el sexo contrario para sentirse mejor. Además, las conversaciones entre amantes son corrientes y se representa el tema con bastante normalidad. En ninguno de los dos casos se representa una pareja haciendo el amor explícitamente, pero en El Cor ya aparecen momentos de escenas de parejas en la cama en posiciones íntimas. Incluso, los espectadores asistimos al primer desnudo -aunque no integral- en una telenovela catalana.

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El acoso sexual es un tema destacado en diversas ocasiones en Poble Nou. Siempre es un hombre que acosa a una mujer y algunas veces, a la suya propia, como si el hecho de ser su marido le otorgara potestad sobre el cuerpo de la mujer. En la telenovela los dos casos de acoso siempre son valorados negativamente por los personajes protagonistas. En relación a El Cor de la Ciutat, la emisión coincide con un período en que la población está muy sensibilizada con el tema –circunstancia propiciada por una fuerte campaña mediática-, sobretodo en el caso de hombres que maltratan a sus mujeres. En cambio, en esta nueva telenovela sólo se muestra un caso de acosador verbal en el rol de un encargado de un taller de confección y nunca llega a consumar físicamente sus palabras, en parte por la oposición valiente de dos de las protagonistas femeninas; y no se muestra ninguna otra ocasión donde ocurra maltrato de una mujer o de un hombre, y menos dentro de la pareja.

En cuanto al sida, en las dos producciones se trata de forma muy respetuosa y con gran sensibilidad. En Poble Nou los guionistas hacen que todos los personajes crean que un homosexual la padece y eso no es así, pero el se niega a desmentirlo en solidaridad de los que la padecen; y en El Cor de la Ciutat, en cambio, nadie piensa que el personaje contagiado pueda padecer sida porque se trata de una joven encantadora, fuera del “grupo de riesgo” –no es homosexual, prostituta, heroinómana ni promíscua-. De esta forma, a través de las dos representaciones del tema, se rompen tópicos y, en parte, se representa el problema del sida de manera contraria a la corriente de opinión pública mayoritaria cuando el virus comenzaba a afectar a personas de la sociedad occidental.

Conflictos y negociaciones de género

Las telenovelas analizadas contribuyen a la creación de identidades de género, siendo las mujeres los personajes más fuertes y los hombres más débiles. Las mujeres de las dos telenovelas, tengan la edad que tengan, suelen conducir sus vidas y están abiertas a cambios de tipo profesional, en las relaciones de pareja, y en relación a los hijos. Se muestra como si la vida fuese una aventura de constantes transformaciones a las que estos personajes se deben adaptar, pero también son los propios personajes los que cambian sus vidas transformando las circunstancias.

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En las dos telenovelas las mujeres maduras, con más de cuarenta años, aún tienen mucha vida por delante: salen protagonistas femeninas que tienen hijos o se casan a esa edad o aún mayores, que empiezan negocios, que ponen fin a relaciones sentimentales poco satisfactorias para tener vidas más agradables, y sus opiniones son valoradas y escuchadas con atención por los personajes jóvenes. Buenos ejemplos en Poble Nou son Helena, embarazada y casándose cerca de los cuarenta años; Rosa, que empieza un negocio cuando siempre ha sido ama de casa y rompe con el marido; Cristina, que rechaza su apellido de casada y comienza a trabajar montando una perfumería. Mientras que en El Cor de la Ciutat, Paquita prueba mil trabajos antes de continuar en paro; y Cinta comienza a estudiar, a cuidarse, a dar un nuevo sentido a la relación con su marido; y Vicenta decide tener un hijo en solitario. Todas estas mujeres aprovechan las segundas oportunidades que les ofrece la vida y, en caso que no les salgan bien, siempre esperan a las terceras.

Por tanto, desde el punto de vista sociodemográfico, las telenovelas analizadas representan bien el nuevo ciclo de vida de las mujeres en el que se retarda la nupcialidad y la reproducción, y a veces no se tiene hijos porque su función principal ha dejado de ser la reproductiva. Este nuevo ciclo vital de las mujeres es vida familiar más vida activa o profesional. Pocos años antes, en nuestra sociedad era frecuente tener sólo una vida reproductiva y, raramente, sólo una activa; en aquel caso para las mujeres tener cualquiera de las dos excluía la otra. La posibilidad de una vida activa más una reproductiva, evitando las desastrosas consecuencias de la doble carrera, sólo es factible para la mayoría de la población si los hombres también cambian su actitud y asumen responsabilidades en la esfera privada. Desde este punto de vista, podríamos decir que las protagonistas femeninas de Poble Nou hacen una “acción” para provocar un cambio de comportamiento en las relaciones sociales de género y en El Cor de la Ciutat ya se puede apreciar una reacción de los personajes masculinos, porque ya son hombres implicados en la vida privada y en las tareas reproductivas y que respetan y apoyan la vida activa y profesional de sus compañeras.

Destaca que no todos los personajes femeninos de las dos telenovelas son madres. Ni siquiera todas las mujeres maduras. Y se representan como mujeres realizadas, con un proyecto de vida profesional, y para nada amargadas, sino todo lo

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contrario, satisfechas de su vida y, en general, sin sentirse frustradas por el hecho de no tener hijos.

El control de la reproducción como el poder de decisión sobre tener o no hijos se representa, tanto en Poble Nou como en El Cor de la Ciutat, como exclusivamente femenino. Los personajes masculinos de las dos telenovelas deben aceptar la decisión que tomen sus parejas sentimentales, quieran o no convertirse en padres. De manera que se representa una gran desigualdad de géneros en este sentido y los hombres aparecen como débiles frente al poder de las mujeres.

Estos personajes masculinos de las dos telenovelas son hombres bastante más débiles que sus compañeras, aunque en algunas ocasiones la apariencia superficial sea la de fortaleza a través de imposiciones irracionales y otras actitudes fruto de la herencia del machismo. Sobretodo en El Cor de la Ciutat, el sexo masculino se muestra y actúa como desconcertado ante el poder de decisión de las mujeres protagonistas, y en no pocas ocasiones las acciones de los hombres van a remolque de las acciones de las mujeres.

Algunos personajes masculinos de las dos telenovelas provocan inestabilidad en las uniones por la voluntad de hacer su vida, porque en realidad no quieren a su pareja y no han sido ni honestos ni coherente con los sentimientos y la acciones llevadas a cabo. En este sentido, las mujeres aparecen como responsables de las decisiones de vivir en pareja y luchan por conseguir estabilidad y que la unión dure, pero no a cualquier precio –en general son ellas las que ponen fin a las relaciones.

En general, los personajes femeninos son los que parece que controlan sus vidas, mientras que hay personajes masculinos no satisfechos de la relación de pareja que prefieren dejarse llevar antes que poner fin a la relación. Sólo un personaje masculino rompe con la pareja por propia iniciativa y su actitud de pareja se representa como irresponsable, inmadura, caprichosa y, por tanto, la mujer no tiene culpa de la ruptura.

El intérvalo de tiempo que pasa entre las emisiones de las dos producciones que hemos analizado –Poble Nou (1994) y El Cor de la Ciutat (2000)- no es muy largo – seis años- pero sí suficiente como para apreciar notables cambios en las

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representaciones de las tendencias demográficas y de las relaciones sociales de género, en el sentido de una progresiva desaparición de las marcas sociales de género.

En Poble Nou se describe la emancipación de una mujer como argumento principal y su progresiva entrada en el ámbito público, en El Cor de la Ciutat hombres y mujeres tienen preocupaciones similares en el ámbito profesional y en el personal y las esferas en que se mueven son compartidas. Pero en los dos casos hay desigualdad de género en el poder de decisión sobre la reproducción ya que siempre son las mujeres las que la controlan, como hemos apuntado antes.

Mientras que todas las mujeres que aparen en El Cor de la Ciutat son independientes económicamente, dejando de lado su situación personal y de pareja, en Poble Nou muchos de los personajes femeninos deben luchar por conseguir un trozo de parcela profesional en el ámbito público y eso suele comportar costes personales. En el inicio de Poble Nou se representaban personajes femeninos amas de casa exclusivamente –aunque después cambiaron su situación- y algún caso de mujer ocupada. En cambio, en El Cor de la Cituat, todas las mujeres trabajan, sea cual sea su situación sentimental, económica y su formación; en caso de quedar en paro, también todas encuentran una ocupación rápidamente y las jóvenes estudiantes proyectan trabajar (en ningún caso se plantean vivir en pareja para que el compañero sentimental les solucione la cuestión económica en el papel de proveedor).

En cuanto a los hombres, ningún hombre dependía económicamente de sus parejas en Poble Nou –excepto Ferran y de forma muy circunstancial y breve- y, en caso de perder el trabajo, representaba que se sentían frustrados. En la última de las producciones audiovisuales seriadas algunos hombres dependen durante un tiempo del sueldo de sus mujeres, mientras ellos asumen las responsabilidades domésticas sin que represente que se sienten inferiores respeto a sus compañeras o frustrados. Y en general, son hombres vulnerables, sensibles, implicados en la vida doméstica y preocupados por las relaciones con los hijos y con las parejas. Así, en El Cor, la precariedad laboral va más asociada a la edad, la formación y al hecho de ser inmigrante que al género. En realidad, las discriminaciones de género han desaparecido casi totalmente en la reproducción de El Cor y hombres y mujeres son actores activos en la esfera privada y en la pública indistintamente: por un lado, vemos a Quim trabajando en el taller, a Cinta

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en el bar, a Clara en el pub, a Paquita en el taller de confección, por ejemplo; y por otro lado, vemos a Santi preparando la comida, a Jordi cocinando o poniendo la mesa, a los hijos de Montse ayudando en la cocina, doblando ropa o limpiando la casa. Las redes de solidaridad femenina que se apreciaban en la primera telenovela se han extendido al género masculino en la segunda.

También destaca de esta segunda telenovela analizada que se representa el mundo de las relaciones privadas como más complejo que en Poble Nou. En El Cor de la Ciutat hombres y mujeres son individuos solitarios que, a veces, encuentran una pareja con quien compartir su soledad.

En la segunda producción a estudio, también cabe resaltar que aparece, aunque fuera del contexto de los capítulos analizados, un caso de monoparentalidad masculina. Pero en ningún caso, las madres se despreocupan aquí del cuidado de sus hijos, como sí ocurría en ocasiones con los padres separados en Poble Nou. En general, la población femenina separada o divorciada de El Cor se representa como valorada, con oportunidades personales y profesionales después de la ruptura y contando con el apoyo y amor de los hijos.

IV. PARA CONCLUIR

El caso es que si una persona no catalana observara la serie, imaginaría una sociedad de ficción que no se corresponde al cien por cien con la real. Por ejemplo, en cuanto a la división del trabajo entre los miembros de la pareja, en las telenovelas catalanas estudiadas se representa una sociedad muy equitativa: hombres y mujeres trabajan fuera del hogar y la figura del ama de casa a tiempo completo, muy frecuente en la realidad, prácticamente no la encontramos en la pequeña pantalla. Además, mientras que en el contexto europeo Cataluña y el Estado español se caracterizan por una emancipación muy tardía de los jóvenes –siempre relacionada primero a la formación de pareja y, más tarde, a la constitución de una familia con hijos- en las telenovelas algunos jóvenes se emancipan del hogar familiar muy jóvenes, ya sea para constituir una familia o para formar hogares unipersonales o compartir casa con amigos. En cambio, en la sociedad catalana, los jóvenes conviven con los padres hasta edades muy avanzadas, de manera que la corresidencia intergeneracional es una marca diferencial, no sólo en Cataluña, sino en toda la Europa mediterránea.

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Es indiscutible que las telenovelas crean un clima de opinión sobre determinados temas y son mucho más que un simple entretenimiento social y femenino. Estos dos productos de ficción audiovisual son un espejo, aunque a veces deforme, y un reflejo social; los guionistas se nutren de la opinión pública para crearlas, pero también alimentan conversaciones y debates públicos sacando a la luz temas poco publicitados por considerarse menores, pero que a mí me parecen los mayores: la representación de la desigualdad de género y social y los problemas de las personas y no de los grandes personajes.

Y en general, las dos telenovelas estudiadas muestran un panorama con marcas de identidad catalana cultural y lingüística, y también a través de comportamientos demográficos determinados y diferenciados del resto del Estado español. Más allá de los comportamientos sociodemográficos, estas producciones junto con otras de la cadena autonómica donde se emiten, refuerzan un modelo de cultura donde cuestiones como la música que escuchan los jóvenes el paisaje urbano y rural en el que viven, la lengua de comunicación y la que los inmigrantes que llegan deben aprender, entre otros muchos temas, están estudiados al milímetro y no causan interferencias relevantes con el discurso políticamente correcto.

Ahora faltaría determinar el grado de influencia de estos productos en el comportamiento de la población a través de estudios de audiencia cualitativos –los cuantitativos han demostrado ya su gran aceptación popular. Lo que sí hemos demostrado aquí es que las telenovelas catalanas representan identidades de género en las que se tiende hacia la equidad, la igualdad de oportunidades y un similar grado de decisión entre hombres y mujeres. Y esta representación incluye las dificultades que implica introducir a las mujeres en la esfera pública sin renunciar a una vida privada plena, y las dificultades de los hombres para disfrutar también de algunos aspectos a los que siempre han quedado relegados en la esfera personal. Personajes femeninos y masculinos construyen una sociedad entonces más igualitaria, aunque para ello deban pasar por momentos difíciles de adaptación. En este sentido, nos parece que las telenovelas catalanas, con sus historias y protagonistas, contribuyen a hacer deseable un mundo más justo para hombres y mujeres.

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Notas al final

De entre los estudios más destacados, se encuentran los siguientes:

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-(1997)”La telenovela brasileña: un género en desarrollo” en Verón, E. Y Escudero, L. (comp.) íbid, pp.153-168.

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