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Mujeres en la Reserva de la Biósfera Pantanos de Centla, México: Género, adaptación y variabilidad climática

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Mujeres en la Reserva de la Biósfera Pantanos de Centla, México: Género,

adaptación y variabilidad climática

Marcela Biviana Rivera Ospina1 e Dora Elia Ramos Muñoz2 1 El Colegio de la Frontera Sur - marce1183@gmail.com;

2 El Colegio de la Frontera Sur - dramos@ecosur.mx

Resumen. El propósito de este trabajo es visibilizar las acciones de las mujeres frente a los cambios en el

clima y entenderlos como esenciales en el proceso de adaptación, teniendo en cuenta que, de acuerdo con la división del trabajo en la comunidad, el de las mujeres tiende a ser menos valorado. A partir de entrevistas y etnografía, se analizan las respuesta al impacto, directo e indirecto, de la variabilidad climática de las mujeres maya-chontales en la Reserva de la Biosfera Pantanos de Centla en Tabasco, México. Para ellas, lo imperante del clima se encuentra en la salud o enfermedad de sus seres queridos. Para los hombres lo es la época de siembra, cosecha, pesca y en general, las actividades productivas. Así que los roles de género se encuentran claramente definidos en la comunidad maya-chontal de Quintín Araúz.

Palabras clave: Género, adaptación, variabilidad climática modernización.

Women in the Pantanos de Centla Biosphere Reserve, Mexico: Gender, adaptation and climate variability Abstract. The purpose of this work is to make visible the actions of women when face changes in climate

and to understand them as essential in the adaptation process, taking into account that, according to the division of labor in the community, women´s tends to to be less valued. Based on interviews and ethnography, the response to the direct and indirect impact of climatic variability of Maya-Chontal women in the Pantanos de Centla Biosphere Reserve in Tabasco, Mexico is analyzed. For them, the prevailing climate is in the health or illness of their loved ones. For men it is the time of sowing, harvesting, fishing and in general, productive activities. So gender roles are clearly defined in the Mayan-Chontal community of Quintín Araúz.

Keywords: Gender, adaptation, climate variability; modernization.

1 Introducción

La variabilidad climática es una de las presiones que encaran las comunidades de los territorios rurales. Esta variabilidad se presenta con efectos en la temperatura y en la frecuencia e intensidad de la precipitación durante el año. Una marcada época seca con altas temperaturas y luego una época de fuertes vientos y lluvias durante el resto del año. Éstas vicisitudes climáticas son más difíciles de afrontar para las mujeres, debido a las inequidades de género que se expresan en relaciones de poder desiguales, falta de acceso y control de los recursos, movilidad limitada y los bajos niveles de apoyo institucional (PNUD 2008; Skinner 2011). Las mujeres pobres que viven en áreas rurales, son aún más vulnerables, ya que dependen de los recursos naturales para sobrevivir, son ellas quienes por lo general garantizan el agua, los alimentos y el combustible para cocinar (Shiva 1998; Escobar 2008; Skinner 2011; Ulloa 2013).

2 Antecedentes

En este contexto es posible que muchas mujeres realizan diversas actividades para adaptarse a los cambios de clima, enmarcadas dentro de la cultura, las relaciones de género y las desigualdades

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sociales, lo que genera las siguientes preguntas: ¿Qué está pasando en el ámbito doméstico? ¿cómo se gestan otras adaptaciones que no necesariamente pertenecen a lo productivo? Las mujeres participan tanto en el ámbito productivo, reproductivo y comunitario: ¿De qué forma la sociedad se ha seguido adaptando en este sentido y cómo median las relaciones de poder y los roles de género en este proceso? Existen diferentes estudios que explican la diferencia del valor entre las labores que realizan los miembros de la familia (Agarwal, 1997, Benería, 2006), de los cuáles destacamos la postura de Skinner (2011) que evidencia de cómo los roles de género y las relaciones de poder median en actividades cotidianas de las esferas productiva, reproductiva y comunitaria; conteniendo los procesos de adaptación ante las vicisitudes del clima.

El condicionamiento de los roles de género frente a las acciones de las mujeres, está en el uso de la tierra, estudios de caso en comunidades rurales del sur de África y Suramérica, han mostrado que los hombres migran en tiempos de dificultad, mientras que las mujeres permanecen y se hacen cargo del hogar, labran una tierra cada vez menos productiva, y velan por el bienestar de sus familias (Ashwill et al. 2011; Petrie 2008 en Skinner 2011), muchas veces sin tener propiedad legal sobre la misma. Además, suelen ser excluidas de las capacitaciones o insumos agrícolas que les harían posible aumentar su resiliencia a impactos relacionados con el clima tales como inundaciones o sequías (FAO 2011 en Skinner 2011). Por esto, Alston (2013) y Skinner (2011), afirman que las desigualdades de género suelen ser un factor importante al determinar los tipos de estrategias de adaptación que las mujeres pueden elegir.

En el caso de las comunidades que se encuentran en la Reserva de la Biósfera Pantanos de Centla esta lógica probablemente esté presente y actúa en sinergia con la “adaptación cultural ” de las mujeres maya chontales asentadas en la reserva. Lo anterior, implica que las pobladoras al incorporar iniciativas que atienden la variabilidad climática, incluyen acciones para construir y fortalecer las capacidades adaptativas de individuos o grupos (Adger et al. 2005 en Ortega Argueta et al. 2017). De acuerdo con Ogra y Badola (2014), la capacidad adaptativa de las comunidades locales se rige por características culturales, sociales, económicas y políticas, que limitan o potencian la acción y se basa en el privilegio de decisión: una persona o comunidad que carece de opciones o alternativas en cualquier situación no tiene poder real (Ogra y Badola 2014: 1502).

Ante esta realidad, el presente estudio tiene como objetivo visibilizar las acciones de las mujeres frente a la variabilidad climática y entenderlos como esenciales en el proceso de adaptación, teniendo en cuenta que, de acuerdo con la división del trabajo en la comunidad, el de las mujeres tiende a ser menos valorado. El eje de análisis es reconocer la respuesta al impacto, directo e indirecto, de la variabilidad climática de las mujeres maya-chontales en Quintín Arauz en la Reserva de la Biosfera Pantanos de Centla, Tabasco, México. Ahí, hasta cierto punto, los roles de género se encuentran claramente definidos: para las mujeres el clima se relaciona con la salud o enfermedad de sus seres queridos. Para ellos con la época de siembra, cosecha, pesca y en general, las actividades productivas.

3 Metodología

Se partió del componente productivo para identificar las actividades productivas y reproductivas más afectados por las amenazas climáticas y que a la vez las mujeres mayas chontales (yokot’an) hacen actividades nuevas para adaptarse. El trabajo de campo se realizó entre los meses de enero y marzo de 2018, orientada bajo un enfoque cualitativo, se empleó el método etnográfico combinado con herramientas de campo tales como entrevistas semi-estructuradas, observaciones con registro en un diario de campo y fotografías. Se realizaron 25 entrevistas semiestructuradas a mujeres y hombres de la comunidad, la mayoría de ellas vinculadas a las actividades domésticas y en el caso de los

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hombres con experiencia en el trabajo de la parcela y el río. Las entrevistas fueron transcritas con ayuda del programa en línea O Transcribe. Se crearon 20 códigos a partir de los datos mediante la ayuda del software Atlas ti. El contacto con las y los informantes fue a través de la técnica de bola de nieve, en el que los informantes entrevistados inicialmente fungieron como informantes para identificar a otras personas con características deseadas (Lugo-Morin, 2014)

Con la técnica de la observación se obtuvo información de los espacios de la vida cotidiana en que se desarrollan las actividades de las mujeres y conversaciones informales con ellas y ellos se registraron cada noche en el diario de campo. Aunque hay autores que analizan las relaciones de poder, dentro de la relación de las comunidades con la naturaleza (Aguilar et al. 2002; Ulloa 2013) y existen estudios sobre adaptación al cambio y a la variabilidad climática (Ashwill et al. 2011; Skinner 2011; Ulloa 2013). Este trabajo brinda evidencias particulares, pues no se reportaban estudios para las zonas pantanosas tropicales que den cuenta de la incidencia de los roles de género en la adaptación de mujeres indígenas ante la variabilidad climática. También se abona en el tema de cómo los cambios en el clima pueden ser exacerbar las desigualdades sociales en general, ya algunos autores mencionan que las mujeres y las niñas serán las más afectadas (Ashwill et al. 2011; IPCC 2014).

4 Resultados

En Quintín Arauz tradicionalmente se capturan peces y fauna asociada a ríos o pantanos, traspatio y milpa. Desde 1970 la ganadería se ha incrementado, resultado de diversos programas de gobierno. Es efecto de un proceso de modernización, ahí convergen comunidades cercanas para obtener servicios educativos, y de salud. Lo anterior, nos permite reconocer que Quintín Arauz, con 1505 habitantes según el censo de 2010, es un referente en la Reserva. Y que las dinámicas sociales y culturales y ambientales que aquí se desarrollan, tienen incidencia en muchas comunidades cercanas.

La gente de Quintín Arauz realiza en el traspatio actividades productivas y reproductivas. Mantienen árboles frutales de lima, limón, naranja, guayaba, guanábana, entre otros, diversidad de plantas para autoconsumo, y animales como pollos, pavos, patos, cerdos, que servirán a la familia para autoabastecerse. Adicionalmente, es un sitio de reunión en la época seca, puesto que el calor les impide estar dentro de la casa. Es en el patio, donde muchas casas: tienen la estufa de leña, el pozo (para cuando falte el agua suministrada por la planta de tratamiento), lavan la loza y la ropa y la secan. Este espacio está administrado principalmente por las mujeres, ellas llevan a cabo las actividades anteriormente descritas, donde también intervienen niñas, niños y hombres.

Además de las actividades productivas tradicionales, se realizan otras para generar más ingresos. Las mujeres administran pequeñas tiendas en las casas. También elaboran comidas (empanadas, tortillas, totoposte o dulces tradicionales), muchas venden productos por catálogo como Avon, zapatos, ropa, y pocas trabajan fuera de casa por un salario. Los hombres por su parte, arreglan cayucos o aires acondicionados, trabajan en taxis, la panga , o salen a vender a otras comunidades algunos de los productos que sus esposas cocinan.

La diversificación de las actividades productivas, se debe a que, aquellas tradicionales como la pesca, la milpa o el huerto, se han visto impactadas por la contaminación o los cambios en el clima. El funcionario de Protección Civil Tabasco experto en el área, describe la variabilidad climática en la zona en función de los nortes de septiembre a noviembre. Estos son vientos fríos provenientes de Canadá y Estados Unidos- que justo en la latitud de Tabasco, se encuentran con eventos meteorológicos de aíre caliente -tormentas, huracanes y depresiones tropicales - y chocan. Ninguno

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de los dos avanza, y generan altas precipitaciones, más el arrastre de descargas que el Usumacinta recibe desde Chiapas y Guatemala. Se gesta entonces una época de inundaciones o creciente. El agua, permite a la fauna acceder a árboles, raíces y zonas bajas, donde tienen lugar la reproducción y otros procesos ecológicos.

Después de esas lluvias normales en diciembre, enero, febrero, viene la época seca. Ésta es manejable cuando no están abatidas las lagunas y los ríos que circundan a Quintín. No obstante, según Segovia, el año 2017, fue el sexto con menos lluvia, en 50 años de registro. Eso incrementa la intensidad del calor de la época seca en los meses de febrero, marzo, abril y parte de mayo. Esta intensidad afecta principalmente la pesca. Así que, un mal año de precipitación implica que el siguiente año, los ríos y las lagunas contienen poca agua, y por la luz solar, altas temperaturas. Esto no es propicio para la pesca, los peces mueren, no hay diversidad, el nivel no permite navegar. Algunas familias han rellenado sus terrenos para evitar la entrada del agua durante la época de creciente, pero son pocos casos. Ciertas casas son de cemento, y el piso es de tierra, por lo que con la creciente se volverán un lodazal (Diario de campo, 24 de febrero de 2018). Durante la estancia en el mes de febrero fue notable cómo el viento sopla fuerte, es la época del sueste, como le llaman aquí (vientos del suereste). La casa se siente fresca a pesar de que el sol está calentando (Diario de campo, febrero 24 de 2018). En marzo el clima comienza a cambiar y el calor se guarda muy bien dentro de la casa, debido a los materiales de construcción (Diario de campo, febrero 9 de 2018). Frente a las crecientes y la sequía, las personas mencionan que no les preocupa la manera de hacer frente a la variabilidad climática. Adaptan sus casas, con tapanco y relleno:

es un entarimbado [dentro de la casa] que supongamos le siembras los palos y les pones las piedras encima y ahí vas a pasar y no pasa nada porque están bien cimentados, enterrados, y ahí vive la gente, arriba del tapanco y pues así se vivió en aquellos tiempos, nosotros aquí están las tierras rellenadas, tienen relleno, no tan fácil se nos mete el agua, pero la parte donde está abajo, ahí si la gente si se va al agua, hacen su tapanco y hasta donde les llegue (Hombre de 50 años).

Las personas mencionan que el tapanco es una solución que, viene de generación en generación y lo utilizan en los meses de inundación hasta que el agua baja:

[…]hacían un tapanco y ahí pasan la creciente, hasta que pase porque tiene que pasar. No va a durar todo el año como le digo puede durar dos meses, tres meses la creciente y ya, una vez que se vaya el agua ya, ya desaloja todo y no pasó nada, sí no pasa nada (Hombre de 50 años). En cuanto al relleno, no es claro si también es una adaptación de largo término en la localidad, o más bien remite a la integración reciente de ciertos materiales para la construcción (Block, cemento, varilla, lámina). Si bien la población resuelve o lidia con los momentos de sequías o inundaciones; las mujeres indígenas no siempre pueden enfrentar las vicisitudes climáticas.

La información cualitativa se organizó a partir de siete ejemplos en dónde las relaciones de poder restringen la adaptación de las mujeres. Los ejemplos muestran como ellas están principalmente en el ámbito reproductivo, siguiendo roles de género tradicionales. En resumen, el cuadro hace evidente que cuando Quintín enfrenta una inundación o sequía, las mujeres mayas intensifican su participación en lo productivo y comunitario; manteniendo sus labores reproductivas.

1. Las capacidades adaptativas son adquiridas desde la infancia

Las características sociales y culturales potencian o restringen ciertas acciones, las mujeres hacen lo que pueden para adaptarse con lo que aprendieron desde niñas.

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“Porque yo no me crié en la orilla del río, yo me crié así en la parte de allá atrás, y como antes esas viejitas eran tan delicadas, no te vayan a ver parado en la orilla del río, ya te van a ir a buscar, aunque seas una mujer grande, pero unos viejitos que eran delicadísimos. Los hombres sí, pero las mujeres no, algunas sí pero no todas, no todas las mujeres”. Mujer de 58 años. “Como yo tuve varones … tenía yo mucho que hacer en la casa y ella era la más chiquita, por eso ella … me ayudaba aquí [en la casa] y ya no salíamos, los chamacos eran los que llegaban con su papá a los terrenos y son los que iban en cayuco”. Mujer de 66 años - Marzo12 de 2018

La única niña que vive en la casa, tiene 7 años, hace mandados, pero tiene una función clave de cuidar a sus hermanitos. Juega mucho con el mayor de 4 años, y al recién nacido lo carga y le da la mamila. Los calma cuando lloran. Ella también atiende la tienda y le ayuda a su mamá dentro del hogar. Su primo de 10 años, en cambio, ayuda al abuelo en la tortillería y también hace mandados en el triciclo.

Ambos están aprendiendo a nadar, pero al primo lo han llevado más veces a los terrenos donde está la milpa, lo que representa que podrá estar más en el agua, bien sea porque necesite nadar o para manejar el cayuco, actividad que su abuelo le enseñó desde hace algunos años.

No pescar ni usar el cayuco desde la infancia, impedirá muchas otras actividades productivas en el lugar y limitará el acceso a los recursos. Los aprendizajes de ellas, no obstante, en el tema reproductivo solventarán las actividades domésticas y es lo que reproduce al final toda la vida, la cultura.

2. Adquieren conocimientos orientados a la salud, la alimentación y los cuidados de la familia y de personas de la comunidad

Las mujeres conocen bien el clima, sus impactos y basadas en estos conocimientos, responden a las crisis climáticas ayudando a sus seres queridos, antes que nada.

“Si afecta porque luego viene la tos, la calentura, gripa para los niños o de grande a futuro también les pasa, a todos, es tiempo pues de cambio que se da. Porque hay veces el calor, otro día es el fresco y así, y ahí vienen las lluvias y así”. Mujer 43 años - Marzo 10 de 2918

Me he dado cuenta que las mujeres son muy cuidadosas en el almacenamiento del agua para la limpieza del hogar, el aseo personal y la alimentación. Hay agua corriente de 7.00 de la mañana a 1.00 de la tarde. Yenny (7 años) está aprendiendo cómo hacerlo. Febrero 24 de 2018

La niña, me cuenta que no van a la escuela cuando hay mucha lluvia, que incluso los maestros no llegan y los niños y las niñas se quedan en casa cuando está inundado, pienso que esto agrava las cargas para las mujeres en casa. Febrero 25 de 2018

Observo que las mujeres colaboran mucho entre sí. Esta parece ser una estrategia que les ha ayudado a superar dificultades como inundaciones, según me cuentan, pero además observo que resuelven de manera conjunta asuntos cotidianos. El cuidado de los niños prácticamente se lleva a cabo entre todas. Las actividades dentro del hogar de limpieza, cocinar y aseo de los pequeños, se las reparten. La alimentación de los animales del traspatio, las actividades en la iglesia y escuela también las distribuyen y resuelven de forma colectiva.

En los tiempos de sequía o inundación, se incrementan labores de cuidado de miembros de la propia familia, la familia del esposo, e incluso de vecinos. Esto hace que las mujeres se sobrecarguen. Los conocimientos sobre el clima permiten que ellas puedan organizar las cosas dentro de la casa para cocinar incluso cuando todo está inundado, y proteger también sus pertenencias. Les permite además adecuar actividades cotidianas, cuando hace mucho calor: levantarse más temprano para cocer el maíz, hacer todo más pronto, también deberán almacenar más agua para los baños constantes de los miembros de la familia, o saben que deben calentar el agua para los niños cuando

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hay nortes y hace frío a fin de año porque si no se enferman. Las mujeres saben qué platos hacer de acuerdo con la oferta de alimento, aprovechan el pescado, el maíz y otros productos de temporada para sus preparaciones, para el autoconsumo y la venta.

3. Acceso y control sobre los recursos

La incidencia de la estructura patriarcal en las decisiones económicas y el control de los recursos naturales condicionan el acceso a la tierra y la pesca:

“Sí, me dejó una parcela, pero esa parcela, este, no hay quién haga una milpa, por eso te digo que como no se quedaron ellos, se fueron, nada más lo único me dejaron fue… ella es la que se quedó… nosotras mujeres no somos como para que allá nos solearamos, nosotros no porque ese es asunto de hombres, de hombres porque saben que este como es el sol, andan allá trabajando en el sol, y nosotros de mujer no podemos tardar allá en el sol, al rato venimos a morir, más ahorita que está pegando mucho la presión que si esto lo otro, pa que yo vaya hasta abajo a la milpa, mejor me estoy en mi casa y ya… por eso no hicimos milpa, está retirado”. Mujer de 59 años.

Las tierras se ubican en zonas lejanas y es necesario ir en cayuco a sembrar la milpa. No todas aprendieron a manejar el cayuco o pescar, porque se consideran actividades masculinas. Aunque algunas lo hayan aprendido, la milpa y la pesca no fueron nunca actividades asociadas a las mujeres, por lo tanto, ellas dicen no tener la obligación de sembrar la milpa y tienen una visión negativa de las mujeres que pescan. Por lo anterior, cuando muere el esposo o migra por diferentes razones, las mujeres no tienen acceso y control de las tierras, dejándolas en condiciones de mayor vulnerabilidad. No obstante, acceden a la tierra mediante los huertos y en pocos casos algunas hacen milpa, aun siendo estereotipadas por llevar a cabo actividades “tradicionalmente masculinas”.

4. Trabajo productivo dentro del hogar

Actividades realizadas por las mujeres que generan ingresos, son esenciales no solo para enfrentar momentos de sequía sino en general a lo largo del año.

“Sí aparte de que son amas de casa, muchas personas igual tienen su changarrito, una tiendita, aja, algunos venden pollo o venden fruta, o muchas mujeres venden eso que Avon, o que venden perfumes, cosas así, otras que venden zapatos, o así, también, para que genere un ingreso más”. Mujer de 34 años

“pues gracias a dios pues, a veces yo hago 40, 50, totoposte de esos y ya pues, ya tenemos un dinerito ahí para pasar así, para comprar los gastos que se necesitan en la casa y lo hago también porque como mi hijo también está estudiando pues ya viene a buscar a veces el dinero, pues ahí lo reunimos nosotros para darle a él, pues en el estudio como dicen se necesita el dinero”. Mujer de 46 años

Aunque la sociedad patriarcal restringe la movilidad de las mujeres al hogar, las mujeres idean: hacer comidas de temporada como panuchos, totoposte, tamales, empanadas y dulces para la venta, tener una pequeña tienda en la casa, vender zapatos, etc. Lo cual termina siendo crucial para la supervivencia de la familia.

5. Trabajo productivo fuera del hogar

Las mujeres, deberán resolver las vicisitudes del clima en el hogar, en la comunidad y en sus trabajos locales.

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“Bueno, cada quién, al menos yo de mi parte yo me despierto a las 5 de la mañana, tengo que lavar ropa de mis hijos, dejarles listo la comida, la tortilla porque es a mano. Si hay de fábrica, pero sale mejor a mano, la cocemos en unos comalitos de barro”. Mujer de 46 años

E:¿nadie te ayuda?

L: No, porque no tengo hija.

M: “Nuestros hijos se van a la escuela, los vestimos y luego se van. Ya lo tenemos todo listo y preparado”. María del Carmen 36 años.

En ese momento, a mujer sale a trabajar como bibliotecaria del pueblo, tres veces por semana, con un salario que destina a las necesidades de su hijo en la escuela (Diario de campo, marzo de 2018).

“Porque antes de esa inundación se había inundado el pueblo, pero sí se fue al agua la biblioteca también, pero lo que pasa cómo estábamos nosotras, le buscamos mil maneras y lo subimos en las mesas, estaba una mesa así y subimos a la otra y ahí la colocamos toda y ahí lo guardamos todo. La computadora por eso teníamos bien”. Mujer de 46 años

Es una triple carga laboral, además del estrés y la preocupación adicionales. No obstante, ellas no lo perciben así, mas bien creen que “es su deber ayudar” con un ingreso económico, así como también lo es alimentar a la familia y cumplir con las labores domésticas.

6. Actividades y conocimientos sobre traspatio

“[...]Y nosotros como madres de familia a la casa que nuestros hijos van a la escuela, no tenemos para darle ¿qué hacemos? Criar una gallinita, un pavito, un patito, para que haya esa producción, un huevito para darle a nuestros hijos. Porque aquí, ni para comprar el frijol, el frijol ahorita ya está caro. Ese que era anteriormente el más barato, pero ya subió. Mujer de 57 años

“Ah, pues cuando hay creciente pues da mucha molestia, porque es que ese no es na más el río. Cuando hay muchísima creciente, porque eses son solares, terrenos que dicen, esos son solares, este no es terreno grande si no que es solares, el agua se mete […]¿de pollos y pavos? Bueno te digo, si no hay tanto la creciente, no me molesta, ahora si es mucho la creciente, muchísimo, muchísimo la creciente, nosotros salimos acá a la calle a dejarle su seco a los animales, porque nos salva a nosotros ese terraplén, aquí nos salva a nosotros ese terraplén” . Mujer de 60 años Ellas son quienes organizan y limpian el espacio, además de velar porque los animales estén bien durante estas épocas difíciles. Todo el lugar debe ser seguro para la familia tanto en la época de creciente como durante la época seca. Por eso, durante este tiempo, aumenta el trabajo doméstico y las responsabilidades de las mujeres.

7. Actividades productivas tradicionales masculinas (milpa, pesca, ganadería)

Acá las mujeres se dedican a ayudar al esposo en la agricultura, en la siembra de maíz, sembrar calabaza, sandía, buscar leña, miles de cosas, hacen la milpa, comales, a hacer cosas, muchas cosas… hacen abanicos, sahumerio, hacen tortillas, muelen pozol, historias, puedes preguntar… tantas cosas, a veces como cuando las mujeres tienen necesidad agarran su carnada, agarran una lancha, agarran sus cayucos, lo que sea y se van a pescar, y a buscar leña y a buscar cosas, hay muchas cosas porque hay mucha necesidad, hay mucha actividad, muchas cosas, lo que no vemos en otros lugares, aquí nosotros lo podemos hacer todo. Mujer de 59 años

El rol de género condiciona a las mujeres a las labores de cuidado y por lo tanto a preocuparse por las actividades de todos los miembros de la familia, ellas expresan preocupación frente al ámbito doméstico y frente a las actividades productivas consideradas como “de los hombres” tales como la pesca o la milpa. Pero hay algo más, podría ser que ellas muestran una preocupación por las

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actividades productivas y domésticas, porque su participación es relevante en ambas, pero lo que hacen dentro de las actividades productivas, es considerado poco o nada importante, de esta manera las mujeres niegan o subvaloran su propia participación.

Llego a este análisis, ya que varias mujeres dijeron participar de la pesca o la milpa, a la vez afirmaron que su contribución era más bien una “ayuda” en actividades que realizan sus esposos. Los amplios conocimientos que demostraron tener las mujeres sobre las fechas de siembra, cosecha, lugares de pesca, especies, entre otras cosas, me llevan a pensar que su participación en estas actividades es mucho mayor de la que dicen. La escasa valoración de las labores realizadas por las mujeres y la percepción negativa que se tiene de que una mujer trabaje en actividades que se consideran “de hombres”, invisibilizan e impiden el reconocimiento de estas tareas dentro de la comunidad y para las políticas públicas.

5 Conclusiones

Las relaciones de género en Quintín Araúz están mediando actividades realizadas por las mujeres maya-chontales que contribuyen al proceso de adaptación a la variabilidad climática. Esto significa que las decisiones, las acciones y los procesos llevados a cabo por mujeres para enfrentar las vicisitudes del clima, se ven condicionados por la subordinación que viven dentro de una sociedad patriarcal, que se suma a condiciones de clase y etnia.

El valor de las actividades que realizan las mujeres en función de enfrentar la variabilidad climática, está atravesado por las relaciones de poder. En este sentido, sus actividades se consideran menos importantes o se invisibilizan, lo cual no solo entorpece los procesos de adaptación que las mujeres llevan a cabo, sino que limita el beneficio para las comunidades y así mismo la construcción de políticas públicas. Las acciones que se consideran “propias de las mujeres”, son las que se encuentran más en los ámbitos doméstico y comunitario, o en el reproductivo, pero que la comunidad las percibe como “una ayuda” o no se mencionan porque no se consideran relevantes. Visibilizar estas acciones, describirlas y reconocerlas como importantes, es un gran paso para la orientación de esfuerzos hacia la adaptación a la variabilidad climática, el empoderamiento de las mujeres y el bienestar de las comunidades.

La participación de las mujeres se da más en el ámbito reproductivo (donde de acuerdo con los roles tradicionales de género tienen más injerencia), no obstante, cuando enfrentan una inundación o sequía, las mujeres pueden intensificar su participación en lo productivo y comunitario, lo cual implica una sobrecarga de trabajo, ya que no se disminuyen sus labores en el hogar, lo que hace que estén expuestas a una mayor presión, estrés y por lo tanto sean más vulnerables. Más allá de esto, es pertinente reflexionar en la forma cómo se pueda equilibrar la participación de hombres y mujeres en todos los ámbitos (productivo, reproductivo y comunitario) y se orienten políticas hacia la participación conjunta de hombres y mujeres en cada uno de ellos.

El solar como espacio físico y simbólico de adaptación, está a cargo de las mujeres. De su funcionamiento, administración y cuidado depende el que la familia pase una época seca mucho más amena y llevadera pese a las altas temperaturas. Las actividades de autoconsumo, enseñanza y trasmisión cultural que aquí se desarrollan, son vitales para el sostenimiento de la familia. Estas labores que realizan las mujeres en el solar, permitirán la reproducción de la sociedad y la conservación de los saberes, por ende, la supervivencia en el pantano y la adaptación.

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Las acciones invisibles que se dan en el ámbito doméstico son cruciales para la continuidad de la cultura, el bienestar de la comunidad y el sostenimiento económico de las familias. Las labores que las mujeres realizan como el cuidado de los niños, la alimentación y la limpieza, entre otras, son necesarias para que quienes realizan actividades que generen ingresos económicos directos, puedan llevarlas a cabo y se mantenga así el funcionamiento de la economía. Así que el contexto descrito, muestra sus valiosas labores, vistas como gratuitas.

El bajo reconocimiento de las labores realizadas por las mujeres en el hogar, contribuye a que haya una doble y triple carga en aquellas que llevan a cabo tareas remuneradas fuera del hogar, aquellas que venden productos o hacen alimentos para vender y aquellas que realizan actividades en al ámbito comunitario. Durante las épocas de crisis climáticas, las cargas se incrementan, aumentando el estrés y la vulnerabilidad de las mujeres. No visibilizar esta triple carga, impide tomar acciones en este sentido.

La percepción que se tienen de las mujeres que realizan actividades consideradas tradicionalmente como masculinas, tales como la pesca y la milpa, es negativa, lo cual dificulta su valoración y reconocimiento. Muchas no las practican por lo que se dice sobre quienes las llevan a cabo, además, aquellas que son pescadoras o que trabajan en la milpa, no se refieren a estas actividades con detalle, no consideran importante su participación y prefieren no hablar del tema. Esto dificulta el reconocimiento del valor que tienen y además el direccionamiento de políticas orientadas a estas labores que incluyan a las mujeres que las realizan.

Es clave en este documento está en visibilizar, reconocer y documentar detallada y rigurosamente del importante trabajo que realizan las mujeres en Quintín, sus actividades son clave para la supervivencia de sus familias y la continuidad de su cultura. Es imperante que se realicen acciones que conlleven al reconocimiento de estas labores. Para incidir en la distribución de las tareas en el hogar más equitativa y el empoderamiento de las mujeres para un mayor acceso y control de sus recursos y una toma de decisiones más real que repercuta en su bienestar y la disminución de su vulnerabilidad.

Agradecimientos. A quienes vive en Quintín Arauz y compartiron su tiempo con las autoras y a Miguel Angel Díaz Perera y Armando Hernández de la Cruz.

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Referências

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