• Nenhum resultado encontrado

Resenha de NUNN, John F. La medicina del antiguo Egipto. México, Fondo de Cultura Económica, 2002. ( trad. Marco Antonio Pulido) 288 p., ilustr. ISBN 968-166419- 12.

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2021

Share "Resenha de NUNN, John F. La medicina del antiguo Egipto. México, Fondo de Cultura Económica, 2002. ( trad. Marco Antonio Pulido) 288 p., ilustr. ISBN 968-166419- 12."

Copied!
6
0
0

Texto

(1)

NUNN, John F. La medicina delantiguo

Egipto. México, Fondo de Cultura

Económica, 2002. ( trad. Marco Anto-

nio Pulido) 288 p., ilustr. ISBN 968-16­

6419-12.

E s ta o b ra , tra d u c c ió n de A n c ie n t

E gyptian M edicine [London, British M useum

Press, 1996], está dirigida a una am plia gam a de lectores: doctores, biólogos, historiadores de la m edicina y egiptólogos y ha sido la in- tención del Dr. N unn, m édico de profesión, “escribir un libro que pueda ser inteligible a todos” (p. 8). Se puede decir que el autor ha logrado su propósito. Por la cantidad de in- form ación, la diversidad de enfoques y la abundancia de ilustraciones, la obra de N unn se constituye en una suerte de síntesis enci­ clopédica de los conocim ientos actuales so­ bre la m edicina de los antiguos egipcios.

El reco rrid o de N unn se inicia con consideraciones generales acerca de la g eo­ grafia y la historia de E gipto en relación con la alim entación y la m edicina, la producción y el consum o de alim entos y algunas breves observaciones sobre la constitución física de los eg ip c io s, su v estim en ta, esp eran za de vida, el lenguaje y la escritura. C oncluye que el m edio geográfico favorable, por su ferti- lidad y aislam iento, la invención tem prana de la escritu ra y la perdurabilidad de su so- porte, ju n to a la habilidad e inventiva adm i­ nistrativa y técnica de los egipcios, crearon un “am biente único en el cual la práctica de la m edicina pudo desarrollarse y ser conser­ vada en m an u scrito s” (p. 28).

El capítulo II analiza el conjunto de p a p iro s c o n o c id o s d e te m a s m é d ic o s: proveniencia, datación, formato y contenido.

En el capítulo siguiente N unn encara un aspecto im portante y com plejo de su tema:

la dilucidación de los conceptos de anato­ mia, fisiologia y patologia de los antiguos egipcios, sobre la base de las pruebas que aportan los papiros de tem a m édico. A qui no se pueden soslayar algunas observacio­ nes con respecto al m étodo em pleado. Como senala N unn, los egipcios contaron con un am plio vocabulario para denom inar las par­ tes internas y externas del cuerpo. El proce- dim iento del autor consiste básicam ente en buscar las posibles correspondencias entre los térm inos anatóm icos egipcios y los nues- tros. U no de los parágrafos del capítulo se titula “Los nom bres de los órganos internos” y se nos dice que “En algunos casos los nom ­ bres arrojan luz acerca de la com prensión que tenían acerca de la estructura, localización y funcionam iento de tales órganos” (pag. 64). (cf. tam bién las figuras de las pags 56-57). H ay un problem a en todo esto. N ada indica que los egipcios hubieran llegado a un con- cepto de órgano coincidente con el nuestro. Postular, por ejem plo, la identidad de ib o

haty (pero, ^,son sinónim os?) con corazón y r-ib con estôm ago es desconocer este hecho.

Del m ism o m odo, si analizam os los posibles conocim ientos de fisiologia de los egipcios partiendo de nuestra idea de sistem a (ner- vioso, circulatorio, respiratorio, etc.), la con- clusión que se im pone: “las ideas que tenían acerca de la fisiologia eran m uy rudim enta- rias y, con frecuencia, equivocadas.” (p. 65), es cuanto m enos anacrónica. C on respecto a los conceptos de patologia, el autor estable- ce la diferencia entre las lesiones traum áticas, cuyas causas resu ltab an claras al m édico egipcio, y las enferm edades internas, difíci- les de com prender y a m enudo atribuídas a causas sobrenaturales y resena las opiniones de los especialistas sobre el significado de algunos conceptos claves com o wekhedu,

setet y aaa. No se puede reprochar a N unn

que no haya alcanzado conclusiones claras en estas difíciles cuestiones, pero un estúdio

(2)

288

Resenhas.

de este tipo no debería pasar por alto el hecho de que las ideas egípcias sobre la anatomia, la fisiologia y las patologias configuran una constelación que responde a una lógica que no es la nuestra y que es necesario descubrir y com prender antes de juzgar.

El capítulo IV analiza, desde el punto de vista de la m oderna paleopatología, la gama de enferm edades que padecieron los antiguos egipcios. Las fuentes de este conocim iento son los estúdios de restos hum anos, actualm ente facilitados por los sofisticados m étodos de diagnóstico que se pueden aplicar a esquele­ tos, restos desecados y momias: tom ografía com putarizada, endoscopía de fibra óptica, m ic r o s c o p io e le c tr ó n ic o , e s tú d io de anticuerpos, A D N . Estos m étodos tienen la ventaja extra de que exigen una destrucción m ínim a o nula del m aterial. Para el m ism o fin es útil el estúdio de las representaciones hum anas (estatuas, relieves, pinturas); pero aqui el autor advierte sobre el grado de con­ vencionalism o presente en el arte egipcio que se h ace ev id en te en casos com o los de la acondroplasia de los enanos y la ceguera de los arpistas. U n ejem plo de particular impor- tancia por las interm inables discusiones que ha generado es el de las representaciones del período A m arna, especialm ente las del rey A khenatón, al que N unn le dedica un pará­ grafo en el apartado Enferm edades de la nu- tr ic ió n , e n d o c r in a s y m e ta b ó lic a s . L a conclusión es que “no hay justificación algu- na para hacer un diagnóstico con base sólo en las representaciones del rey ” . (p. 102). De especial interés es el análisis de las enferm e­ dades causadas por parásitos “uno de los prin- cipales problem as de salud en Egipto hasta nuestros dias” (pags. 82-88).

E l papel im portante que la m agia y la religión cum plieron en la m edicina egipcia constituye el tem a del capítulo V. C uando la causa del padecim iento era clara, com o en el caso de traum atism os, raram ente se

recu-rría a los encantam ientos m ágicos. A nte la etiologia desconocida de enferm edades in­ ternas se buscaba la curación en lo sobrena­ tural. N unn, com o m uchos egiptólogos, ve “una tendencia general en favor de la prácti- ca m ágica a expensas de un acercam iento práctico hacia la m edicina” (p. 118) a m edi­ da que avanzam os en el tiem po hacia la Épo­ ca Baja. E sta aseveración es hoy discutida. H ay especialistas, com o Ritner, que sostie- nen que sólo se trata de un increm ento cuan- titativo de la evidencia de prácticas mágicas; para otros, la em ergencia de nuevas concep- ciones ideológicas (lo que A ssm ann llama la ‘teologia de la voluntad’) a partir de épo­ ca ram ésida contribuye a la proliferación de las prácticas m ágicas, incluídas las curati­ vas. El autor pasa revista a las distintas cate­ gorias de m agos que practicaban la medicina, las divinidades intervinientes y la naturale- za de los encantam ientos utilizados. L aprác- tica de estos especialistas y sus hechizos no se contrapone a la tarea de los m édicos y sus m edicam entos, sino que am bos se comple- m entan. N unn advierte sobre el error que sig­ n ific a “ d e ja r de la d o la m a g ia co m o si careciera de im portancia en el proceso de curación, especialm ente en el alivio del do- lor, fenóm eno que es ahora conocido como el efecto placebo” (p. 118)

El capítulo VI está dedicado a los pro- fesionales de la m edicina: sunu. N unn reali­ za un análisis detallado de esta palabra y de lo s títu lo s je r á r q u i c o s , p a la c ie g o s y sacerdotales que la acom panaban. M uchos

sunu tam bién ostentaban títulos que indica-

ban su posición com o m agos profesionales. L a farm acopea egipcia, tem a del ca­ pítulo V II, estaba - e n opinión de N unn- “di­ rigida al alivio de los sintom as m ás que a la erradicación de la causa de la enferm edad” (p. 165). Incluía sustancias de origen m ine­ ral, anim al y vegetal, adm inistradas por vo- lum en y no por peso. U no de los problem as

(3)

que enfrenta el investigador es la identifica- ción de los productos vegetales: de un total de cerca de 160 m edicam entos obtenidos de plantas sólo aproxim adam ente un 20 % ha sido identificado con certeza.

Los dos últim os capítulos del libro se ocupan de L a cirugía, el traum atism o y los anim ales peligrosos y de Las ram as especia­ lizadas de la m edicina. N o contam os con evidencias de instrum entos quirúrgicos de época faraónica. C on respecto al célebre pa­ nei de instrum entos grabados en relieve en­ contrado en una de las m urallas que rodea el tem plo de K om O m bo, el autor concluye que se trata ciertam ente, en la m ayoría de los casos, de artículos quirúrgicos, pero de ori- gen rom ano. En rigor de verdad, se conser- van m u y p o c a s p ru e b a s de tra ta m ie n to s quirúrgicos; uno de ellos es la escena de cir- cuncisión de la tum ba de A nkh-m a-hor (Im ­ pério A ntiguo), cuyas interpretaciones son tratadas en detalle. N uestra m ejor fuente para el tratam iento de traum atism os y fracturas es el Papiro E dw in Sm ith. U na im portante sección la co nstituye el análisis del sorpren- d e n te p a p ir o B r o o k ly n p u b lic a d o postum am ente por Sauneron com o traité de

ophiologie.

La repetida observación de Heródoto (II, 83) acerca de la especialización de los m édicos egipcios ha podido ser sólo parcial­ m ente corroborada. El capítulo de las espe- cializaciones lo dedica N unn a la ginecologia y obstetrícia, aunque el autor reconoce que no sabem os quiénes eran los practicantes en estos cam pos, a las enferm edades de los ojos y a los problem as dentales.

E l E p ílo g o re se n a el d estin o de la m edicina egipcia desde el fin de los tiem pos faraónicos hasta la época rom ana. El con­ tacto directo que se establece con los grie- gos desde su establecim iento en N aucratis durante la dinastia X X V I dió lugar a un “in­ tercâm bio considerable de inform ación y tec­

nologia” . N o obstante el autor no ingresa en el resbaladizo terreno de la determ inación de influencias (com o la frecuentem ente p ostu­ lada de la m edicina egipcia sobre la escuela cnidia). D urante la época de los tolom eos - nos dice- “parece m uy probable que la m e­ d ic in a g rie g a y la e g ip c ia s ig u ie ra n en principio rutas separadas” (p. 250), pero con el tiem po am bos sistem as aprendieron uno del otro. Con el establecim iento del cristia­ nism o prim ero, y luego con la llegada de los árabes, la lengua egipcia pasó al olvido y con ella el contenido de los papiros m édicos.

La claridad expositiva es una de las cualidades del autor de La m edicina del a n ti­

guo Egipto\ lam entablem ente esta versión

castellana adolece de descuidos de traducción y de innum erables erratas que deberían ser corregidas en una futura reim presión. Por ra- zones de espacio m encionarem os solam ente algunos

- La denom inación de las caras de un papiro es im precisa y contradictoria. Técni- cam ente se denom inan recto y verso (ya sea que se tenga en cuenta el sentido de las fibras o el com ienzo del texto principal) y estos tér­ minos pueden ser reem plazados por anverso y reverso respectivam ente.

- metu es una palabra plural y debe ser tratada como tal.

- En relación a la glosa B del Caso 7 del Pap. E. Smith, p. 61, ‘co rd ’ es la palabra inglesa ‘cuerda, cordaje’ y debería haber sido traducida.

- La parturienta del Pap.W estcar (p. 234) no es ‘la dam a roja djedet' sino la dam a

R(w)dddt, nombre que se transcribe Reddjedet

(en castellano se puede optar por Redyedet). - El contenido de los volúm enes del

G rundriss der M edizin der A lten À g yp ter es

correcto en el cuadro II.2, pag. 38, pero los núm eros de los volúm enes están equivoca­ dos en el texto, pag. 31.

(4)

290

Resenhas.

- E l segundo título de la pag. 47 debe decir ‘L os papiros R am esseum III, IV, y V ’.

- E n las líneas 42-43 de la pag. 47 debe d ecir ‘(a princípios del Segundo P erío­ do In term ed io )’.

- E n la leyenda de la figura V.5, pag. 124, debe decir ‘T ercer Período Interm edio’. - En el encabezam iento del A pêndi­ ce B, pags. 256-57, debe decir ‘Im pério An- tiguo y P rim er P eríodo Interm edio’.

Juan Francisco Coletta

Departamento de Humanidades

Universidad Nacional del Sur

Argentina

OVÍDIO. A arte de amar. Tradução de

Dúnia Marinho da Silva. Porto Alegre:

L&PM, 2001, 167p.

O vídio é um dos autores latinos mais estudados atualm ente; parece que, perdido o preconceito contra o tão propalado aspecto “retó rico ” (entendendo-se por isso, m uitas vezes, coisas diversas) de sua poesia e in­ tensificado o interesse pela polifonia e pela intertextualidade (traços m arcantes em sua obra), pôde sua poesia provocar um crescente in te r e s s e e s u s c ita r e s tu d o s p o r to d o o m undo. N o B rasil, há trabalhos recentes so­ bre O vídio na pós-graduação das nossas uni­ versidades e se têm lançado, nos últim os anos edições de suas obras. P or outro lado, per­ cebe-se que, nas últim as décadas, não pou­ cas e d ito ra s b ra s ile ira s têm m a n tid o um interesse notável em editar clássicos latinos e gregos. D evem os saudar um fato e outro. Entretanto, deve-se advertir (e esta resenha,

no fundo, tem essa finalidade) para o fato de que, por vezes, as edições que se lançam não têm rigor filológico e/ou são traduções rea­ lizadas a partir do francês ou do inglês, sem os devidos cuid ad o s! Traduzir poesia já é um desafio arriscado e considerável, m as tradu­ zir poesia a partir de um a tradução, é mais do que isso. E scolhem os para com entar bre­ vem ente os perigos de um a edição menos rigorosa do que conviria, a tradução da Arte

de a m a r de O vídio publicada em livro de

b o lso p e la L & P M . O s liv ro s da coleção (L& PM Pocket) têm um aspecto simpático, preço cam arada, e a idéia em si é m uito boa, já que facilita a com pra de clássicos da lite­ ratura m undial aos leitores brasileiros, cujas agruras económ icas nem é preciso m encio­ nar! O livrinho ovidiano traz, além da Arte, dois outros opúsculos: Os rem édios para o

am or e Os produtos de beleza p a ra o rosto da mulher.

N ós nos centrarem os, aqui, na Arte de

amar, que dá título ao livro. Trata-se de uma

obra difícil de verter, e seu tem a ligeiro é en g a n a d o r; lid a n d o co m v á rio s reg istro s discursivos, por vezes, o poeta alça o tom e adota um tom religioso e elevado. Ora, tra­ duzir o “tu” do original sistem aticam ente por “você”, com o fez a tradutora, cria o proble­ m a do rebaixam ento de tom em português nessas passagens. M as este é um pequeno detalhe, de resto discutível, que apenas apon­ tam os de passagem . D eixem os de lado, tam­ bém , erros de revisão, com o se encontram no prefácio: “O v íd io ...m o rreu em 17, em Tomi (atual C onstanta, R om êm inia - sic !)'\ na página 13. O problem a m aior são, em al­ g u n s m o m e n to s , tr a d u ç õ e s c o m o e sta: “Q uirão foi preceptor do filh o p equeno de

E a q u e ” , na p á g in a 17. A re fe rê n c ia é a

A quiles, o Eácida, isto é, o descendente, o neto de Éaco. A im pressão que se tem é que a tradutora verteu do francês equivocada- m ente um “petit-fils d ’Eaque” ! N a página 46,

(5)

diga-se, quando o epíteto reaparece, verte- se corretam ente “neto de É aco ” . N ão se avi­ sa o leitor a respeito da edição que se seguiu, por isso não podem os afirm ar que se tradu­ ziu a partir do francês, m as esse procedi­ m e n to (e u m a fa lta de rig o r filo ló g ic o ) explicaria expressões com o as da página 20: “Pórtico de P o m p éia” , ao invés de “Pórtico de P o m p eu ” e “o Pórtico que tem o nom e de L ívio” , por “ ...o nom e de L ívia” , além de “arm ada” m ais de um a vez traduzindo algo cujo equivalente aproxim ado seria “exérci­ to” (por influência do francês arm éel). Como apon tarem o s m ais abaixo, um dos senões fatais de traduções que procedem de outras traduções (e não são subm etidas a um a rev i­ são técnica) é a adoção de nom es próprios equivocados ou injustificáveis em português. D e m ais a m ais, há frases que recebem tra­ d u çõ es sim p le sm e n te in ex p lic áv eis: “Foi você, R ôm ulo, quem prim eiro jo g o u a em o­ ção nos o lh o s ” (p á g in a 22) p a ra P rim us

sollicitos fe c isti, Rom ule, ludos (verso 101),

is to é, lite r a lm e n te , “T u, p o r p rim e iro , R ôm ulo, tornaste preocupantes os jo g o s” (em referê n cia ao rapto das sabinas, praticado num teatro, na versão ovidiana). U m a outra p a s s a g e m q u e a p r e s e n ta tra d u ç ã o injustificável se encontra nas páginas 38-39: “Todo o resto abandone ou às jo v en s lasci­ vas, ou aos hom ens que, contra a natureza, procuram o am or de um hom em ” . O origi­ nal tra z C etera la sc iu a e fa c ia n t concede

p u e lla e / et si quis m ale uir quaerit habere uirum , ou, aproxim adam ente, “O resto co n ­

cede que façam as m oças lascivas ou quem , não m uito hom em , procura ter um outro ho­ m em ” . E m sum a, onde se foi buscar aquele “contra a n atu reza” , sério de consequências para a interpretação? N um outro m om ento, a tradução cria um absurdo desm entido pelo próprio contexto. O vídio aconselha que o interessado na m oça que já tem am ante finja em briaguez ao se expressar de form a um tan­

to mais ousada na presença do am ante (ou m arido!, já que o original traz uir) e da m u ­ lher cobiçada, de form a que este últim o atri­ b u a ao s e f e ito s do v in h o u m c e rto atrevim ento: “Diga: “Saúde àquela que eu am o; saúde àquele que partilha seu leito” , mas interiorm ente deseje “M orte a seu am an­ te”” (página 42). Ora, o preceptor da A rte, m estre nas estratégias da dissim ulação, não incitaria o discípulo a se entregar dessa fo r­ ma... O original diz E t bene dic dominae,

bene cum quo d o rm ia t illa ,/ se d m ale sit tacita m ente precare uiro (I, v. 601-602), ou

seja: “E diga “saúde!” a tua senhora, “saú­ de!” àquele com o qual ela esteja dorm indo/ mas silenciosam ente am aldiçoe o seu hom em (ou ‘m arid o ’)” . Ou seja, em O vídio, o d iscí­ pulo apenas saudará com um brinde àquela a quem am a sem revelar que a ama, logica­ m ente...

P oderíam os ap o n tar ou tro s senões. M as gostaríam os de concluir apontando ou­ tras duas obras de O vídio traduzidas, m ais ou m enos explicitam ente, de outra tradução, um a do francês, outra do inglês:

O V ÍD IO . C a r ta s d e a m o r. A s

H eróides. Tradução de D únia M arinho S il­

va. São Paulo: Landy, 2003.

OVÍDIO. M etam orfoses. Tradução de Vera Lucia L eitão M agyar.São Paulo: M ad- ras, 2003.

A prim eira, realizada a partir do fran ­ cês, ao que parece (em bora a edição traga apenas “T ítulo da versão francesa: Lettres d ’am our - Lês H éroides” e “prefácio e n o ­ tas de Je a n -P ie rre N é ra u d a u e É d itio n s G allim ard”, podendo dar a entender, pois, que a tradução para o português propriam en­ te dita é original), é m aterialm ente bem cui­ dada e agradável. N ão a podem os exam inar aqui, m as logo no prefácio, vê-se um “vet” ao invés de ut: vale a advertência para que as editoras se preocupem m ais com a rev i­

(6)

292

Resenhas.

são. Q uanto à segunda, que tem um a capa d e g o s to d u v id o s o (ía m o s d iz e n d o “b reg a...”), feita a partir do inglês, traz no­ m es próprios com o O cean (por “O ceano” ), M enad (por “M ên ad e”), Sibil (por “Sibila”). F altou, pelo m enos, um revisor técnico que corrigisse essas grafias inadm issíveis. M as a tradução j á se inicia de form a pouco feliz:

“M in h a in te n ç ã o é c o n ta r h istó rias sobre corpos que

A s s u m e m d if e r e n te s f o r m a s ; os deuses,

Q ue prom ovem essas transform ações M e a ju d a rã o - p e lo m en o s, assim espero - com um longo poem a Q ue discorre sobre o início do m undo e se e s te n d e a té os n o sso s d ia s ” , (página 9)

N ote-se o espaçam ento canhestro dos versos, a pontuação deficiente; e nem toca­ m os na questão da qualidade poética, lite­ rária, pois que esta sim plesm ente evaporou- se. A liás, na consideração das três obras aqui m encionadas, não discutim os a qualidade li­ terária das traduções. A nosso ver, existem traduções que, apesar de não terem preten­ sões de c ria r tex to p o ético em português, ju stificam -se pelo objetivo da divulgação; se

forem bem cuidadas, solidam ente fundadas no estu d o filo ló g ico do tex to de partida, am paradas por notas e com entários explica­ tivos, cum prem seu papel, por m ais que só transm itam ao leitor um a pálida som bra do valor estético do original, ou nem isso. Que as editoras continuem investindo nos clássi­ cos! S audem os esse m o v im en to editorial benéfico não apenas para o nosso cam po de estudos com o tam bém para a vida cultural do país, já que se está com eçando a reverter a notória escassez de traduções das obras g reco -latin as p ara o p o rtu g u ês brasileiro. E n tretan to , d ev e-se in v e stir tam bém num cuidado criterioso com os aspectos propria­ m ente científicos ou filológicos das edições. Q ue se tenha m aior rigor, em sum a, neste m om ento em que já existem , pelo m enos, a boa vontade e as boas intenções.

PAULO SÉRGIO DE

VASCONCELLOS

Departamento de Linguística do

Instituto de Estudos da Linguagem

Universidade Estadual de

Campinas

Referências

Documentos relacionados

Este trabalho buscou, através de pesquisa de campo, estudar o efeito de diferentes alternativas de adubações de cobertura, quanto ao tipo de adubo e época de

Os maiores coeficientes da razão área/perímetro são das edificações Kanimbambo (12,75) e Barão do Rio Branco (10,22) ou seja possuem uma maior área por unidade de

09:15 - 10:00 Aula híbrida sobre: Para os alunos presenciais: atividade prática – E-Class Não é necessário enviar atividade Dodgeball e Rouba-bandeira. Para os alunos

O objetivo deste experimento foi avaliar o efeito de doses de extrato hidroalcoólico de mudas de tomate cultivar Perinha, Lycopersicon esculentum M., sobre

17 CORTE IDH. Caso Castañeda Gutman vs.. restrição ao lançamento de uma candidatura a cargo político pode demandar o enfrentamento de temas de ordem histórica, social e política

2 - OBJETIVOS O objetivo geral deste trabalho é avaliar o tratamento biológico anaeróbio de substrato sintético contendo feno!, sob condições mesofilicas, em um Reator

1.1.12 Demonstração de que possui, o PROPONENTE, em seu quadro permanente de pessoal, na data da entrega das propostas, profissional(is) de nível superior, a

Com o objetivo de compreender como se efetivou a participação das educadoras - Maria Zuíla e Silva Moraes; Minerva Diaz de Sá Barreto - na criação dos diversos