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Conclusiones y recomendaciones del Grupo de Estudio sobre el Control de la Malaria

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I RESEÑAS 461

estos fines sin olvidar que hay que defender los logros alcanzados contra la malaria y con- tinuar con las operaciones, y si es posible me- jorarlas, en las zonas con transmisión de la enfermedad.

Junbas nacionales de malaria

En las Américas y en los primeros años de las campañas de malaria funcionaron los lla- mados comités nacionales para la erradica- ción de la malaria. El prestigio y la influen- cia de sus componentes contribuyeron para que los gobiernos declararan prioridad a estos programas y destinaran los fondos soli- citados. Posteriormente decayó el interés y actualmente ya no funcionan en la mayoría de los países.

En cumplimiento de lo solicitado a los Mi- nistros de Salud por el Director de la OSP en su comunicación D-DC/ME-50-3, del 16 de abril de 1976, es necesario que cuanto antes se lleven a cabo todas las acciones posibles para que se organice en los países americanos con problema de malaria, una junta de pre- ferencia interministerial, coordinada por el Ministro de Salud o un alto funcionario en

su representación, en la que figuren un repre- sentante del poder ejecutivo, y técnicos de salud, planificación, hacienda, educación, obras públicas y agricultura.

La creación de esta junta, la evolución del programa, la situación actual y muy espe- cialmente la capacidad para aplicar con flexi- bilidad otros métodos complementarios o sustitutivos y para redistribuir los fondos dis- ponibles a fin de apoyar las nuevas acciones se debe fundamentar ante los Ministerios de Salud. Estas juntas discutirán con el personal del programa de malaria los resultados de las evaluaciones periódicas o especiales para hacer recomendaciones al gobierno y estudiar las posibilidades de obtener fondos de proce- dencia nacional e internacional, de acuerdo con las necesidades y decisión de cada país. Sería conveniente que en las reuniones fronterizas que periódicamente celebran los programas de malaria de países limítrofes, coordinados por la OPS, se incluyeran tam- bién representantes del Ministerio de Salud Publica, de las juntas de los países partici- pantes, para estudiar la posibilidad de intro- ducir en el intercambio de información y en las discusiones de malaria, otros problemas prioritarios de salud en las áreas fronterizas.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES DEL GRUPO DE ESTUDIO SOBRE EL CONTROL DE LA MALARIA EN LAS AMERICAS

Se presentan a continuación las conclusio- tor salud se debe conceder elevada prioridad nes y recomendaciones que elaboró el Grupo a los programas para controlar dicha enfer- de Estudio y que sintetizan las directrices en medad. Los planes de salud, a su vez, deben

la lucha contra la malaria. formar parte de los planes nacionales de desa-

1. Considerando que la malaria influye en rrollo, por cuanto el objetivo de estos planes el rendimiento del ser humano y que aún es proteger al hombre, que es simultáneamen- constituye un importante problema de salud te el medio y el fin del desarrollo económico en las Américas, en la planificación del sec- y social.

2. La situación epidemiológica de la ma- laria en las Américas es potencialmente gra- ve. El análisis comparativo del progreso de los programas nacionales indica el estanca- miento en el progreso de la situación en va- rios países, por lo cual existe el grave riesgo

1 Tomado de: El Control de la Malaria en las Américas Inio~me de un Grupo de Estudio convocado por el Director de la OSP, Washington, D.C., 12-15 de abril de 1977 (DO- cumento mimeografiado.)

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de resurgimiento de la enfermedad, a menos

que se intensifiquen las medidas

3. El efecto perjudicial de la

malárica sobre la producción

y la expansión industrial es bien

de control.

morbilidad

alimentaria

conocido y

está enteramente documentado; se reconoce,

pues, la necesidad de ampliar y mejorar el

control de la malaria especialmente en las

áreas o emplazamientos incluidos en los pla-

nes de desarrollo (por ejemplo, ,los proyectos

hidroeléctricos, obras de regadío y de colo-

nización) .

4. El objetivo de un programa nacional de

control de la malaria debe establecerse con

metas identificables y cuantificables que no

deben limitarse a ,la reducción de la morbi-

lidad y mortalidad. Si bien puede resultar di-

fícil cuantificar el efecto de la mejor salud

sobre el aumento de la productividad del tra-

bajo, la disminución de los gastos en medici-

na curativa, el mejoramiento de la asistencia

escolar y el uso de tierras anteriormente sin

cultivar, se observará que casi invariablemen-

te esos efectos son benéficos una vez que se

ha controlado la malaria.

5. Los gobiernos deberían proceder a una

nueva evaluación de sus programas de con-

trol de la malaria a base de datos epidemio-

lógicos en zonas bien determinadas de sus

países y en la inteligencia de que esos pro-

gramas suelen ser a largo plazo. Además, de-

bido a algunas circunstancias técnicas y fi-

nancieras puede ser necesario examinar los

métodos aplicados a fin de complementarlos

0 sustituirlos por otros.

6. Los gobiernos nacionales deben conce-

der elevada prioridad a una planificación

realista del control de la malaria, habida

cuenta de la factibilidad técnica, administra-

tiva y financiera del mismo. Cada país de-

biera mejorar su capacidad de planificación

institucional a fin de poder determinar el gra-

do, la extensión, la celeridad, la modalidad

de organización y las consecuencias financie-

ras de los programas antimaláricos.

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a fin de obtenerla de quienes puedan propor- cionarla. Una fuente importante de recursos pueden ser los organismos financieros, como los bancos internacionales. La OPS debiera ayudar a los gobiernos a preparar las solicitu- des de fondos.

8. Habida cuenta de la necesidad de man- tener el interés de los gobiernos y de los orga- nismos internacionales de financiamiento para que den su apoyo a los programas de control de la malaria y, a fin de poder evaluar con- tinuamente el aporte de esos programas de control de la malaria al desarrollo socioeco- nómico de la población y la productividad del hombre, es imperativo alentar la investi- gación metodológica relativa al componente “beneficio” del análisis de costo-beneficio de los programas,

9. El costo de los programas de control de la malaria se ha elevado considerablemente en los tíltimos años como consecuencia de la crisis del petróleo y las tendencias inflaciona- rias generales. Aunque este costo es relativa- mente reducido en contraste con muchos gas- tos de salud ambiental de los países desarro- llados, y puede considerarse elevado en com- paración con los gastos presupuestados en salud per cápita en la mayor parte de los países en desarrollo de la Región, es indis- pensable prever en el presupuesto nacional una mayor asignación per cápita para Ia lu- cha antimalárica. Esto puede lograrse aumen- tando el porcentaje del presupuesto de salud en la mayor parte de los países tropicales en desarrollo de las Américas, en los cuales este porcentaje es sumamente bajo y oscila entre 0.1 y 1.7 del producto nacional bruto.

10. Debiera concederse prioridad más ele- vada ít la posibilidad de desarrollar mejores métodos combinados de lucha antimalárica en las áreas donde se plantean los problemas más difíciles. La investigación a este respecto debiera concentrarse en estudios de campo en las áreas pertinentes.

11. Debiera prestarse especial atención a la identificación del uso apropiado de diver- sos métodos de control, como sustitutivos o

complementarios de los insecticidas de acción residual, en distintas condiciones ambientales y epidemiológicas. Estos métodos compren- den los relacionados con la reducción del vec- tor en la fuente, mediante el uso de técnicas de tratamiento de aguas, incluso drenaje y relleno: la destrucción de larvas con sustan- cias químicas y peces larvívoros; la terapia profiláctica quimiosupresiva en masa en de- terminadas poblaciones y la protección del huésped! incluidos específicamente el uso de telas metálicas, repelentes y redes de tul.

12. En algunos países que hacen frente a complejos factores epidemiológicos, que re- quieren un cambio radical de la estrategia y tácticas de control malárico, se podría consi- derar la conveniencia de encomendar a un grupo multidisciplinario de trabajo el estudio de métodos apropiados de control. La com- posición de ese grupo de trabajo se determi- nará por común acuerdo entre los países in- teresados y la OPS/OMS.

13. Debieran realizarse estudios epidemio- lógicos y ecológicos apropiados a fin de pre- cisar mejor los factores clave más susceptibles de solución o alivio, especialmente en zonas problemáticas y en desarrollo. Esos factores incluyen la resistencia a las drogas, la apari- ción de vectores secundarios y la bionomín de los vectores. Otros aspectos que merecen estudio son los métodos de costo-eficacia de adulticidas en rociamiento espacial y nuevas modalidades de participación de la comu- nidad.

14. Aunque la mayor parte de las necesi- dades de investigación fundamental relativa al descubrimiento de nuevos instrumentos científicos aplicables al control de la mala- ria está comprendida en el Programa Espe- cial de la OMS de Investigación y Adiestra- miento en Enfermedades Tropicales, se debe prestar especial atención a la evaluación de nuevas drogas y vacunas en seres humanos.

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nal auxiliar de campo. El adiestramiento debe ser suficientemente amplio, con el propósito de permitir la utilización de este personal cn otros rampos de la salud ptíblira, con miras a mejorar su estabilidad y sus perspectivas en la carrera en el campo de la salud.

16. Dado que la integración de distintos programas especializados en una sola estruc- tura administrativa constituye un procedi- miento factible para dar solución n los pro- blemas de salud, debiera considerarse la am- pliación de los programas de control de la malaria, con miras a incorporar el control de otras enfermedades transmitidas por vectores y otros programas de prevención de enferme- dades bien definidos, siempre que se cuente con recursos suficientes y no se menoscaben las actividades específicas del programa anti- malárico.

17. Dado que las actividades previstas en los programas de control de la malaria cons- tituyen en sí mismas una valiosa fuente de información para resolver importantes pro- blemas de salud que no se manifiestan en el laboratorio, se recomienda que se preste cui- dadosa atención a la planificación de los pro- gramas de modo que pucda aproverharse más a fondo esa información. Con tal finalidad. habrá que invcstignr cn forma rigurosa téc- niras de evaluación basadas en principios epi- demiológicos.

18. Habrá que estudiar la posibilidad de mejorar las actividades de control de la ma- laria si los recursos disponibles se redistri- buyen en función de la situación epidemio- lógica y se procura aprovechar mejor los servicios generales de salud.

19. Dado que la mayor parte de la pobla- ción de las áreas maláriras de las Américas habita en zonas rurales, donde no hay servi- cios de salud o estos son rudimentarios, los especialistas y generalistas disponibles debie- ran ser utilizados en lo pobible en las activi- dades de control de la malaria.

20. Hahrá que contar con una infraestruc- tura para dar cobertura a la población rural y garantizar cl txito del programa de salud, por lo cual debe darse máxima prioridad a la planificación de las actividades y a la am- pliación gradual de los servicios en todos los países de la Región. Esto depende de la vo- luntad política de acelerar esa ampliación.

A fin de aprovechar la infraestructura bá- sica de salud en las actividades de control de la malaria, debieran seguirse las directri- ces enunciadas en “Infraestructura de Salud”, del Noveno Informe del Comité de Expertos en Paludismo de la OMS (1962).

21. Por haber sido insuficiente el aliento y apoyo dados a la coordinación y coopera- ción entre los servicios antimaláricos y de atención primaria de la salud, los servicios de atención primaria de la salud no sienten el mismo grado de responsabilidad frente al control de la malaria que los servicios de lucha antimalárica. Para que ello ocurra, es indispensable programar ronjuntamente am- bas actividades, De este modo, rl personal tendrá conciencia de las responsabilidades que le incumben. A este respecto: la coope- ración, la coordinación y la responsabilidad deben ser el reflejo de una actitud análoga en los niveles más ele\,ados de los Ministerios de Salud.

Referências

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