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Prevalencia del anticuerpo contra el antígeno central del virus de la hepatitis B (Anti-HBc) en personal hospitalario de Buenos Aires

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Academic year: 2017

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P

REVALENCIA

DEL ANTICUERPO CONTRA EL ANTÍGENO

CENTRAL DEL VIRUS DE LA HEPATITIS B

(ANTI-HBc) EN PERSONAL HOSPITALARIO

DE BUENOS AIRES

Betty Choc de Zanalda,l Alberto César Manterola,’

Marcelo Díaz Lestrem,3 Bernardo Frider,’ Gloria An

Hugo Fainboitq3 Graciela Inés Cha4 y Eduar

6: o Amor3 -

élica Zo~chi,~

Un grupo a’e 1 479 empleados de 19 hospitales de Buenos Aires se some- tieron a la detección del anticuerpo wntra el antígeno central del virus de la hepatitis B (anti-HBc) para seleccionar a los que debían vacunarse contra esta infección. La ehd promedio fue de 38,22 afios, 70,86% eran mujeres y 85,5% trabajaban en servicios donde es alto el riesgo de infectarse. Se utilizó la técnica del inmunoensayo enzirndtiw (ELISA) y los datos se analizaron mediante la prueba de ji al cuadrado. En total, 1 257 sujetos

(85,0%) carecíán a’el anti-HBc y, por tanto, se considwaron candidatos a la vacunación. Dicho anticuerpo estuvo presente en 222 individuos (15,0%). ,!A prevalen& del anti- HBc aumentó con la edad y con el tiempo de antigüedad en el sewisio y fue mayor en técnicos a!e laboratorio y

enfermeras,

asícomo en los se7vicios de alto riesgo; estas diferencias

fueron estadísticamente significativas @’ < 0,Ol). Se identificaron 23 portadores a’el antígeno superficial del virus de la hepatitis B (AgHBs). En grupos de alto riesgo, la vacunación wntra la hepatitis B debe ir precedida de la selección serológkx de los individuos susceptibles; el empleo del anti-HBc wn este propósito permite seleccionar y luego identifi~r a los portadores del AgHBs. La elevada prevalen& a’el anti-HBc en técnicos de laboratorio, enfermeras y auxiliares justificaría su vmdn sistemática.

Se estima que existen en el mundo alrededor de 300 millones de perso- nas portadoras del virus de la hepatitis B (VHB). La proporción varía desde 0,5% en América del Norte hasta 6% en Africa y 69% en Asia; en zonas endémicas como Taiwán

’ Secretaría de Salud Pública y Medio Ambiente de la Mu- rucipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, Departamento de hmwón y l’mtección de la Salud, Sección de !Znfer- medades no Transmis~%les. Direaón postal: Carlos Pelle- gmu 313, 100. piso, 1039 Buenos Aires, Argentina. * Hospital de Pediatría SAMIC Dr Juan P. Garrahan, Buenos

AkS.

3 Hospital de Infecciosas Dr. Francisco J. Muñiz, Buenos Aires. 4 Hospital General de Agudos Dr. Cosme Argerich, Buenos

AiES.

5 Hospital General de Ninos Ricardo Gutiérrez, Buenos Aires.

llega a 18%. En la Argentina, cerca de 1% de la población, aproximadamente 300 000 per- sonas, sería portadora del VHB (1, 2).

Por razones profesionales, el per- sonal de salud esta particularmente expuesto a contraer esta infección. El riesgo de que esto suceda se considera en general intermedio y aumenta conforme se tiene mayor contacto con la sangre y sus derivados (3-U).

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empleados de hospital la prevaLeka del AgHBs fue de 1,7%, y la del anticuerpo contra este antígeno (anti-HBs), de 12,6% (11). El AgHBs estuvo presente en 10% del personal de centros de hemodiálisis (1, 12).

La disponibilidad de vacunas efi- caces e inocuas contra la hepatitis B constituye un instrumento decisivo para lograr el control mundial de esta infección, e incluso ofrece la posibilidad de erradicarla (23). En los grupos de alto riesgo, la selección previa de los can- didatos a vacunación mediante la detección de ciertos marcadores serológicos permite reducir los costos. El empleo de distintos mar- cadores para este propósito ha sido amplia- mente discutido en la bibliografía (10,13-26). En nuestra opinión, la detección del anti- cuerpo contra el antígeno central del W-03 (anti-HJ3c) permite seleccionar a los indivi- duos que deben recibir la vacuna, o sea, los que carecen del anti-HBc. Además, entre los que presentan este anticuerpo es posible estudiar e identificar a los portadores del AgHBs, lo cual es importante desde el punto de vista epidemiológico, sobre todo en grupos de alto riesgo (8, 9).

En 1986, en 19 hospitales de Bue- nos Aires se inició un programa de vacuna- ción contra la hepatitis B dirigido al personal de servicios de alto nesgo y a un grupo per- teneciente al resto de los servicios hospitala- rios no como grupo testigo sino con prop& sitos de comparación. Para seleccionar a las personas que debían ser vacunadas, se realizó la detección del anti-HBc en todos los que desearon participar en forma voluntaria. Ade- más, en los individuos que presentaron este anticuerpo se detectaron otros marcadores se- rológicos de la hepatitis B con el fin de conocer mejor la epidemiología de esta infección en la población estudiada.

MA

l-ERIALES

YMÉTODOS

El estudio se llevó a cabo entre el 8 de enero y el 16 de abril de 1986; partici- paron en él, de manera voluntaria, miembros del personal de 19 hospitales de la Mtici- palidad de la Ciudad de Buenos Aires. La muestra estuvo constituida por un total de 1 479 personas, con una edad promedio de 38,22 años (intervalo, 20 a 69); 1 048 (70,86%) eran mujeres y 431 (29,14%) eran varones.

Los servicios hospitalarios con una prevalencia de anti-Hf3c 310% se con- sideraron de alto nesgo (5, 20). Del total, 1 265 (85,5%) trabajaban en servicios consi- derados como de alto riesgo con respecto a la exposición profesional a la hepatitis B, a saber: cirugía cardiovascular, hemodiálisis, hemoterapia, hematología, laboratorio central y odontología de todos los hospitales. Este subgrupo representó 80% del personal de di- 0 chos servicios.

Los 214 empleados restantes (14,5%) laboraban en otros servicios: cirugía, 3 oncología, neonatología, anatomía patoló- b 3 gica, clínica médica, terapia intensiva y este- rilización de un hospital general de enfermos g agudos y de dos hospitales pediátricos. 2 Esta fue la composición de la 0 muestra según la ocupación de los indivi- 2 duos: 434 técnicos de laboratorio, 408 médi- 2 cos, 206 bioquímicos, 194 enfermeras, 117 odontólogos, 62 auxiliares (mucamas) y 58 5 empleados administrativos.

Para cada persona se elaboró una $ ficha en la que se consignaron el nombre del hospital, numero de orden de la persona, 3 nombre, edad, sexo, ocupación, servicio de . adscripción, antigüedad en este y anteceden- 2 tes de haber padecido o no hepatitis.

A cada individuo se le extrajo una muestra de sangre (10 ml) que fue sometida

i c: de inmediato a centrifugación para separar el

suero; este se conservó congelado a -20 “C ii hasta el momento de las pruebas serológicas, que se practicaron en los Laboratorios de1 Hos- 6 pital General de Agudos Dr. Cosme Argerich

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y del Hospital de Infecciosas Dr. Francisco J. MLIñiZ.

Todos los espeámenes de suero fueron sometidos a la prueba del anti-HBc. En 77,9% de los que dieron resultado posi- tivo, se practicó una serie de pruebas para identificar la presencia de otros marcadores serológicos de la hepatitis B, de acuerdo con esta secuencia (figura 1):

1) prueba del anti-HBs;

2) en los que daban resultado ne- gativo, prueba del AgHBs;

3) en los que daban resultado po sitivo, pruebas del AgHBe (antígeno e, estre- chamente asociado a la infección por virus de la hepatitis B).

Este orden se siguió por razones de economía, ya que al evitarse los resultados positivos falsos del anti-HBs se logra un ahorro en el numero de determinaciones. Conviene recordar que la presencia del anti- HBs indica inmunidad; la del anti-HBc, in- fección vírica actual o pasada; la del AgHBs, infección aguda o estado de portador crónico; y la del AgHBe, infección aguda con repli- cación del virus y gran infectividad (27-22).

Para la determinación de los mar- cadores serológicos se utilizó la técnica del ensayo inmunoenzimático (ELISA). Los reac- tivos comerciales espeáficos fueron el Corzyme para el anti-HBc, el Ausab EL4 para el anti-HBs, el Auszyme 11 para el AgHBs y el Abbott HBe EL4 para el AgHBe y el anti-HBe (Abbott Laboratories, North 0: Chicago, IL, EUA). Se empleó un espectro z fotómetro de 492-600 de longitud de onda. 4 La sensibilidad de la prueba del anti-HBc para c!

23 detectar infecciones es de 99%; según el fa- 77 bricante, la prueba del AgHBs detecta con-

8 centraciones >7ngknl.

3 .-et anti-HEk los sueros con una relación de posi- Se consideraron positivos para el c; tividad 32; dicha relación resulta de dividir el s valor hallado en la prueba por el valor límite õ Eq de la misma. Si dicho cociente era ~2, se repetía esta prueba por segundad y se investigaba tam-

bién la presencia del AgHBs, para descartar una hepatitis en curso, y el anti-HBs, para investigar 18 inmunidad, en esos sueros.

Los sujetos que presentaron el AgHBs se derivaron para su estudio clínico y los resultados de este no son evaluados en el presente informe.

Los datos sobre prevalen& del anti-HBc se analizaron mediante la prueba de ji al cuadrado (x2) con un nivel de significación de 0,Ol.

RE

SULTADOS

De los 1479 sueros estudiados, la prueba del anti-HBc resultó positiva en 222 (15,0%) y negativa en 1257 (850%). Las per- sonas con resultado negativo se consideraron susceptibles a la hepatitis B y, por lo tanto, candidatas a la vacunación. Setenta y uno (32,0%) de los 222 sueros positivos corres- pondieron a varones y 151 (68,0%) a mujeres. Teniendo en cuenta el numero total de in- dividuos, la prevalencia de este marcador fue mayor en el sexo masculino (16,5%, o 71 de 431) que en el femenino (14,4%, 0 151 de 1 W), pero la diferencia no fue estadís- ticamente significativa (x’ = 1,OO; ‘u [grados de libertad] = 1; P > 0,Ol).

El anti-HBc fue positivo en 206 sueros (16,3%) del grupo de 1 265 personas de los servicios de alto riesgo, y en 16 (7,5%) del grupo de 214 adscritas a los servicios res- tantes. La diferencia fue estadísticamente sig- nificativa (x2 = 11,13; n = 1; P < 0,Ol).

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CUADRO 1. Distribución de las personas que presentaron el anticuerpo contra el antígeno central del virus de la hepatitis B (anti-HBc), según la edad y la antigüedad en el servicio

Antigüedad en el servicio

4 aRos 3-5 años 26 años No se indicó Total

Edad Anti-HBc Anti-HBc Anti-HBc Anti-HBc Anti-HBc

(años) n No. % n No. % n No. % n No. % n No. %

20-29 331 19 5,7 123 12 9,8 20 7 35,0 474 38 8,0

30-39 120 10 8,3 110 14 12,7 128 26 20,3 358 50 14,o

40-49 30 7 23,3 39 6 15,4 254 45 17,7 323 58 18.0

50-59 2 1 50,o ll 5 45,5 236 55 23,3 2 1 50,o 251 62 24,7

260 10 0 36 9 25,0 1 1 100,O 38 10 26,3

No se

indicó 1 1 100,o 1 1 100,O 33 2 6,l 35 4 11.4

Total 484 38 7,9 284 37 13,O 675 143 21,2 36 4 11.1 1 479 222 15.0

La pmvalencia del anti-HEk fue mayor en los técnicos de laboratorio, enfer- meras y auxikes que en los odontólogos, médicos y bioquímicos (cuadro 2). En los cirujanos fue de 11,4% (4 de 35). Asiimo, el porcentaje más alto (22,4%) se observó en el servicio de cirugía cardiovascular y he- modinamia, seguido de cerca por el de hemodiálisis (20,5%) (cuadro 3). Cabe señalar que en los servicios de hemodiálisis de adul- tos la prevalencia fue de 31,4%, mientras que en el servicio de hemodiálisis pediátrico fue de 10,5%. La diferencia fue estadísticamente significativa ti’ = 8,80; z> = 1; P < 0,Ol).

De los 198 individuos que decla- raron el antecedente positivo de hepatitis, 70 (35,4%) presentaron el anti-Hf3c; de los 1248 que teman antecedente negativo, 149 (11,9%) albergaban dicho marcador en el suero. La diferencia fue estadísticamente significativa

(2 = 72,92; u = 1; P < 0,Ol); se restaron los

que no consignaron este antecedente. De los 33 en quienes no se consignó el antece- dente, 3 (9,1%) dieron positiva la prueba del

CUADRO 2. Distribución de las personas que presentaron el anticuerpo contra el antígeno central del virus de la hepatitis B (anti-HBc), según la ocupación y la antigüedad en el servicio

Antigüedad en el servicio

<3 años 3-5 años ~6 años No se indicó Total

Anti-HBc Anti-HBc Anti-HBc Anti-HBc Anti-HBc

Ocupación n No. % n No. % n No. % n No. % n No. %

Técnicos de laboratorio Enfermeras Auxiliares Odontólogos Médicos Bioquímicos Empleados

administrativos

119 10 8,4 80 9 11.3 222 62 27.9 13 2 15,4 434 83 19,i

73 9 12,3 38 7 18,4 78 17 21,8 5 1 20,o 194 34 17,5

$2 2 0 91 9 12 3 25.0 25 3 0 0

si 10 21 183

12 5 20,o 14,6 1:: 10 15 16,l

12,8

155 ll 7,l 31 16.9 5 0 408 52 12,7

71 4 5,6 68 4 5:9 64 14 21,9 3 0 i 206 22 10,7

22 2 9,1 8 1 12,5 21 2 9,5 7 1 14,3 58 6 10,3

484 38 7,9 284 37 13,O 675 143 21,2 36 4 ll,1 1479 222 15,o

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CUADRO 3. Distribución de las personas que presentaron el anticuerpo contra el antígeno central del virus de la hepatitis B (anti-HBc), según el servicio hospitalario

Anti-HBc

Servicio n No. %

Cirugía cardiovascular y hemodinamia Hemodiálisis

Hemoterapia Hematología Laboratorio central Odontología Terapia intensiva Otros serviciosa

155:

165 86 544 152 109 214

;; 32 88 20 6 16

22,4 20,5 19,4 18,6 16,2 13,2 535 785

Total 1 479 222 15,o

a La dlferencla entre los serwc~os de alto nesgo y los servicios restantes fue estadísticamente signhcativa (x2 = 27.64. v = 7; P -=z 0,011.

anti-HEk. Por otra parte, de los 222 individuos con anti-HBc, 70 (31,5%) tenían antecedente positivo y 149 (67,1%), negativo; en 3 (1,4%) no se consignó.

La prevalencia del anti-HJ3c re- sultó sistemáticamente mayor en los servicios considerados como de alto riesgo, con inde- pendencia de la ocupación (cuadro 4). Esta diferencia fue estadísticamente significativa (x’ = 11,13; U = 1; P < 0,Ol).

En los hospitales generales de adultos, la prevalencia del anti-HBc fue de 17,7% (130 de 735); en los pediátricos, de 10,4% (53 de 510); en el de enfermedades infecciosas, de 47,4% (18 de 38); en el odon- tológico, de 11,5% (15 de 131); en el de pa- cientes quemados, de ll,l% (2 de 18); y en una maternidad, de 8,5% (4 de 47).

Por razones técnicas, de los 222 sueros positivos para el anti-HBc tan solo 173 pudieron ser sometidos a la detección de otros marcadores serológicos de la hepatitis B; los resultados correspondientes se RSU-

CUADRO 4. Distribución de las personas que presentaron el anticuerpo contra el antígeno central del virus de la hepatitis B (anti-HBc), según la ocupación y el servicio hospitalario

3 Servicios de alto riesgo Servicios restantes w

4 Anti-HBc Anti-HBc

c

8 N Ocupación n No. % n No. %

5 Auxiliares Enfermeras 113 50 25 10 22,1 20,o 81 12 i ll,1 0 e Técnicos de

.-e laboratorio 417 4: 19,4 10: 2 ll,8

8 Médicos 307 5

s

15,3 530

Odontólogos 12,8

Bioquímicos 204 117 :2 10,8 2 0 0 õ m Empleados

administrativos 57 6 10,5 1 0 0

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men en la figura 1. Cabe destacar que 25 su- jetos presentaron el anti-HBc como único marcador y que 23 dieron positiva la prueba del AgHBs. Estos últimos se deri- varon para su estudio clínico y los resul- tados del mismo no se incluyen en este informe.

D

ISCUSIÓN

En la actualidad se discute si la vacuna de la hepatitis B para proteger al per- sonal de salud debe aplicarse en forma uni- versal o mediante la selección previa de los individuos susceptibles. Sin embargo, en gru- pos de alto riesgo la vacunación de los indi- viduos seleccionados previamente mediante la detección de un determinado marcador se- rológico constituye una opción más econó- mica que la vacunación indiscriminada de todas las personas en riesgo (17-22). Te- niendo en cuenta que la vacunación de una persona cuesta aproximadamente $US 100, vacunar sin selección previa a un grupo de 100 personas costaría $US 10 000. Por el con- trario, si suponemos una prevalencia de 10% y se decide hacer la selección previa, se va- cunará tan solo a 90% y se gastaran única- mente $US 9 000; con los $US 1 oo0 ahorra- dos alcanza para comprar dos estuches de reactivos para hacer las pruebas de selección mencionadas.

Alafecha,el marcador mas utili- zado con este propósito ha sido el anti-HBs, debido a que su presencia indica inmunidad y es más barato (15, 16). No obstante, usado

como único mamador tiene el inconveniente de que los sujetos con títulos bajos de este anti- cuerpo (prueba positiva débil) a veces no pre sentan el anti-HBc, de manera que, cuando son vacunados, no se produce en ellos una res-

puesta anamnésica; es decir, deben ser consi- derados como no reactivos o susceptibles. Ade- más, se han descrito portadores positivos falsos del anti-HBs (23) y se sabe que algunas per- sonas contraen la infección pero no producen estos anticuerpos (18). Estas consideraciones se- ñalan la necesidad de vacunar a los sujetos con

títulos bajos de anti-HBs o con anti-HBs como único marcador (18).

Por otro lado, la presencia del anti-HI% es constante, tanto en caso de in- fecciones pasadas como actuales, de manera que constituye una opción valida y mas se- gura para la selección de personas suscepti- bles (las que carecen del anti-HBc) que son candidatas a recibir la vacuna contra la he- patitis B. Además, tiene la ventaja agregada de que permite identificar a los portadores del AgHBs, especialmente en poblaciones de alto riesgo (14, 17, 18).

El predominio de mujeres en la muestra estudiada se explica porque estas suelen representar la mayoría en los grupos de enfermeras, técnicos de laboratorio y au- xiliares.

La prevalenti de 15,0% de anti- HBc encontrada en el personal hospitalario estudiado coincide con las cifras de 14 a 17% observadas en hospitales de los Estados LJni- dos (15,23), lo cual indica igualdad del nesgo de contraer la infección. Por otro lado, equi- vale a mas del doble de la citÍa de 6% esti- mada en 5 000 donadores de sangre de la ciudad de La Plata (J. A. Basualdo, comuni- cación personal) y es algo inferior a la obser- vada en otros grupos de población general de nuestro país (22). Es decir, el nesgo de infectarse es dos veces mayor en el personal de hospital que en los donadores de sangre. Asimismo, la prevalencia de dicho marcador vario según la especialización de los hospitales y el tipo de pacientes que estos atienden; en general, fue mayor en los de adultos que en los pediátricos. Esta dife- rencia puede explcarse por la menor preva- lencia de infecciones por VHB entre la pobla- ción infantil.

No hubo diferencias de prevalen- cia del anti-HBc atribuibles al sexo. En cam- bio, su aumento con la edad, independien- temente de la ocupación y en íntima relación con la antigüedad en el servicio, coincide con

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RGURA 1. Secuencia y resultados de la detecci0n de distintos marcadores serológicos en los sueros que presentaban el anticuerpo contra el antigeno central del virus de la hepatitis B (ant¡-HBc)

Sueros con antl-HBc

Prueba del anti-HBs n=173

Posltlva Negativa

125 (72,3%) 48 (27,700)

Negativa 25 (52,Wo)

Prueba del AgHBe y el anti-HBe

n=23

AgHBe negativo y antl-HBe negativo

13 (56,5%)

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otros estudios (17, 23, 24). Con el paso del tiempo aumenta la exposición al agente in- feccioso y las personas tienen más desapren- sión en el cumplimiento de las normas para el control de las infecciones.

El hecho de que la mayorfa (67,1%) de los individuos con anti-HBc po- sitivo hayan declarado que no tenían ante- cedentes de hepatitis puede considerarse in- dicativo de la gran frecuencia de infecciones asintomáticas por el VHB (16). Por el contra- no, 64,6% de los individuos con antecedente positivo de hepatitis no presentaron el anti- HBc; probablemente padecieron hepatitis A.

El mayor contacto con la sangre de técnicos de laboratorio y enfermeras ex- plica la mayor prevalencia en estos profesio- nales, en relación con los médicos y bioquf- micos (22, 2.5).

La prevalencia de anti-HBc en médicos (12,7%) y odontólogos (12,8%) muestra una relación de 2:l con respecto a la del grupo de donadores de sangre (6%) an- teriormente mencionado (2, 26); es decir, en estos profesionales se duplica el nesgo de infectarse. No hay diferencias con investiga- ciones de otros paises en cuanto a la mayor prevalencia en los servicios de cirugía cardio- vascular y hemodinamia. La menor tasa en- contrada en los servicios de hemodiálkis, en relación con otros estudios argentinos y ex- tranjeros, se puede explicar porque se incluyó un centro de hemodiálisis pediátrico con una prevalencia de 10,5%. No obstante, si se con- sideran por separado los centros de heme diálisis de adultos, la prevalencia (31,4%) coincide con estimaciones anteriores (22, í6, 27, 28).

La prevalencia de anti-HBc en los servicios de hemoterapia (19,4%) y hemato- logía (X$6%) es tres veces mayor que en los donadores de sangre; esta relación es un poco mayor que la informada por otros autores (12, 29). Es decir, en esos servicios el nesgo de infección se triplica.

La prevalencia en el personal del laboratorio central (16,2%) es menor que la notificada por otras investigaciones f30), pro- bablemente porque las normas de biosegu- ridad se cumplen con mas rigor en algunos hospitales.

El hecho de que el anti-I-I& haya sido el único marcador de la hepatitis B iden- tificado en 25 personas no es de fácil ex@- cación, y es incierta la necesidad de vacunar a estos sujetos sugerida por la ausencia del anti-I-B, que es el que confiere la inmuni- dad. Algunos de ellos podrían estar cursando por el período “de ventana”, o sea, el lapso entre la desaparición del AgHBs y la aparición del anti-HBs durante el cual hay un solo mar- cador, el anti-HBc (2). Para confirmar esta po- sr&ilidad se podrfa haber efectuado la deter- minación del anti-HBc de IgM (31), lo cual no fue factible por motivos económicos. Desde luego, los pacientes que atraviesan por dicho período no se vacunan porque padecen he- patitis, solo que aun no se sabe si presentaran

0 no el anti-HBs. 0

Otros sujetos podrfan ser porta- dores del VI-IB con títulos no detectables del 9 k AgHBs pero que albergan el virus en el l-ú- 3 gado; como los anteriormente mencionados, g tampoco responderían a la vacunación.

Algunos más serían personas re- ? cuperadas de una infección por el VHB pero 5 con títulos bajos del anti-HBs; al ser vacu- 2 nadas, estas presentarían una respuesta 2 anamnésica del anti-HBs.

Por último, existe la posibilidad de 5 que unos cuantos individuos hayan dado re- sultados positivos falsos, y estos reationanan $ a la vacunación con una respuesta primaria similar a la que presentan los sujetos que ca- s . nacen de marcadores de la hepatitis B (18).

El numero de portadores del -Ei z AgHBs identificados en la presente investiga-

ción fue de 23, que corresponden a 13,3% de los 173 con anti-HBc y a 1,6% del total de la muestra; este porcentaje es semejante al de 1,7% encontrado en estudios anteriores (ll, 32).

(9)

deben preceder a cualquier campana de va- cunación contra la hepatitis B en cada país y en cada localidad en particular, especial- mente en grupos de alto riesgo (33, 34).

Creemos que el numero de per- sonas con anti-HBc y AgHBs identificadas en la muestra justifica que, en grupos de alto nesgo de la ciudad de Buenos Aires, la va- cunación vaya precedida por la selección de las personas susceptibles mediante la detec- ción de marcadores serológicos de la hepatitis B. En estas circunstancias, el costo de los reac- tivos de las pruebas de detección se compensa con el ahorro de vacuna. Por otra parte, esta estrategia permite detectar portadores del VI-B, lo cual tiene importantes implicaciones diagnósticas, terapéuticas y epidemiológicas. Por ejemplo, ayuda a detectar portadores cró- nicos asintomáticos, prevenir el contacto con individuos infectados y controlar y seguir a los pacientes.

Por el conimrio, en grupos de riesgo mediano y bajo, el alto costo de los reactivos y la baja prevalen& esperada jus- tificarían la vacunación masiva.

Finalmente, pensamos que la ele- vada tasa de anti-HBc identificada en los téc- nicos de laboratorio, las enfermeras y las au- xiliares es motivo suficiente para recomendar la vacunación sistemática, previa detección de marcadores serológicos, de este tipo de per- sonal, con independencia del área o servicio hospitalario en que trabajan.

R

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(11)

S

UMMARY

PREVALENCE

OF ANTIBODY

TO

HEPATITIS B CORE

ANTIGEN (ANTI-HBc) IN

BUENOS AIRES

HOSPITAL PERSONNEL

A group of 1 479 employees in 19 Buenos Aires hospitals were tested for antibody to hepatitis B core antigen (anti- HBc) to identify those who should be vac- cinated against this infection. The average age of the subjects was 38.22 years; 70.86% of them were women and 85.5% were working in services where the risk of in- fection was high. The enzyme-linked im- munosorbent assay (ELISA) was used, and the data were analyzed by the chi- square test. The results showed that 1 257

Precaución en el uso

de la mefloquina

subjects (85.0%) did not have anti-HBc and thus were considered candidates for vac- cination. The antibody was present in 222 individuals (15.0%). The prevalence of anti-HBc increased with age and with length of service, and it was greater in lab- oratory technicians, nurses, and those in high-risk services. These differences were statistically significant (P < 0.01). A total of 23 carriers of hepatitis B surface antigen (AgHBs) were identified. In high-risk groups, vaccination against hepatitis B should be preceded by serological screen- ing of susceptible individuals; the use of anti-HBc for this purpose allows carriers of AgHBs to be identified. The high prev- alence of anti-HBc in laboratory techni- cians, nurses, and nurses’ aides might jus- tify their systematic vaccination.

En pruebas clínicas y de campo se ha demos- trado la eficacia de la mefloquina contta la ma- laria causada por Plasmodim hkipamm. La

Organ’baci~n Mundial de la Salud (OMS) re- comienda que se use solo contra los parásitos resistentes a múltiples fármacos, por ej., clom- quina y pirfmetamina-sulfadoxina, con objeto de retrasar la selección de parásiios resistentes al nuevo medicamento. Además, es preciso usarlo con cautela, pues la mefloquina puede pmducir mareos, náusea, vómito y dianea. Reciente- mente se ha informado de reacciones neuroló- gicas graves hasta 2 ó 3 semanas después de su administración. la OMS está colaborando con los fabricantes y con instituciones nacionales en el estudio de los efectos neumlógicos y pide a los que estén al tanto de reacciones similares que lo notifiquen prontamente a la autoridad nacional apropiada o al Programa de Acción Antipalúdica de la OMS.

Imagem

CUADRO 2.  Distribución de las personas que presentaron el anticuerpo contra el antígeno central  del virus de la hepatitis B (anti-HBc), según la ocupación y la antigüedad en el servicio
CUADRO  3.  Distribución de las personas que presentaron el anticuerpo contra el antígeno central  del virus de la hepatitis B (anti-HBc), según el servicio hospitalario

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