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Los aimarás del oeste de Bolivia: salud y enfermedad

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Bol OfSanit Panam 89(5), 1980

LOS AIMARAS DEL OESTE DE BOLIVIA: SALUD Y ENFERMEDAD’

Federico

Murillo,*

Sara A. Barton,3 Hernán Palomino,4

Vivian Lenart5 y William J. Schul16

Desde hace tiempo la comunidad médica mundial se ha interesado en las enfermedades y la incapacidad relacionadas con la altitud, entre los habitantes de las ciudades y poblaciones de los Andes. Sin embargo, con muy pocas excepciones, la información sobre este tema ha sido algo limitada. Para remediar esta situación, una serie de instituciones aca- démicas y gubernamentales de Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y los Estados Unidos, han aunado sus esfuerzos en un amplio proyecto de investigación, conocido como el Programa Multinacional Andino de Genética y Salud. Como parte de ese programa, este artículo comunica los resultados del estudio de 429 personas que viven en dos comunuia- des de los Andes del oeste de Bolivia.

Introducción

La zona occidental de Bolivia esta consti- tuida por una meseta muy elevada y ro- deada de montañas, el altiplano andino, que comienza cientos de kilómetros hacia el norte, cerca de la frontera con Perú y Ecuador, se extiende a través de Bolivia hacia el sur y llega a Argentina y Chile. En la mayor parte del territorio boliviano, al- canza unos 130 kilómetros de ancho y su altitud varía entre los 3,600 y los 4,500 me-

’ Ia presente investigación contó con dos subsidios (Nos. HL-15614 y lF05TW021-11-01) del Instituto Nacional de Corazón. Pulmón y Sangre, Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos. Se publica en inglés en el Bdletzn ofthe Pan Aneriazn Hedth Organization, Val. 14, No. 1, 1980.

2 Médico, Universidad de San Andrés, La Paz, Bolivia. 3 Investigadora Asociada, Centro de Demografía y Gené- tica de Ia Población, Centro de Ciencias de la Salud, Univer- sidad de Texas, P.O. Box 20334 Houston, Texas, 77025 EUA.

4 Profesor Asociado, Deparramento de Biología Celular y Genética, Universidad de Chile, Sede Santiago Norte, FacUt- tad de Medicina, Casilla 6556, Santiago, Chile.

* Médica, Universidad de San Andrés, La Paz, Bolivia. 6 Director, Centro de Demografía y Genética de la Pobla- ción, Centro de Ciencias de la Salud, Universidad de Texas, P.O. Box 20334, Houston, Texas, 77025 EUA.

tros. Desde el centro de esta extensión, el altiplano asciende hacia una cadena mon- tañosa situada al este (la Cordillera Orien- tal), y hacia otra situada al oeste (la Cordi- llera Occidental). Desde el lago Titicaca, al norte, la meseta desciende gradualmente hasta los llanos de las salinas del sur. Las noches son frías, aun en verano. Las lluvias son estacionales y la pluviosidad escasa, ex- cepto en las cercanías del lago Titicaca, donde llegan a caer hasta 100 cm anuales. La vegetación natural es rala pero se culti- van papas y cereales autóctonos en abun- dancia. Se cría ganado vacuno y también ovino, el primero con un éxito menor; la llama y la alpaca, animales autóctonos, sir- ven como bestias de carga y proporcionan carne y lana.

Dispersos en esta meseta, se encuentran las aldeas y poblados de grupos indígenas que hablan aimara, quechua y uru-chipaya (1). De los tres, solo nos ocuparemos de los aimarás. En la actualidad existe aproxima- damente un millón de aimarás, la mayoría de los cuales reside en los departamentos

(2)

de La Paz y Oruro (2). Es sorprendente lo poco que se sabe, o, al menos, lo que se ha publicado, acerca de la enfermedad e in- capacidad entre estos pueblos. Las eviden- cias sugieren que están mejor adaptados a la hipoxia de altura que los indígenas que habitan la costa, pero su adaptación (que facilita el transporte y utilización del oxí- geno) puede también tener consecuencias perniciosas con el tiempo. Así, por ejem- plo, la adaptación concerniente al aumento de la hematopoyesis puede conducir a una mayor frecuencia de enfermedades del hí- gado y la vesícula, y también a un nivel elevado de ácido úrico en el suero, como consecuencia de la mayor destrucción de eritrocitos. El índice elevado de ácido úrico en el suero parece ser un factor de riesgo coronario en algunas poblaciones, aunque se admite que esto no se ha confirmado. En Framingham, Massachussetts, se en- contró una relación entre el aumento de hemoglobina y hematócritos-caracterís- tico de los habitantes de zonas altas-y el mayor riesgo de afecciones de las arterias coronarias (3); se ha confirmado esta ob- servación en otras ocasiones. Además, se sabe que la policitemia predispone a los su- jetos a la formación de trombos y hay abundantes evidencias fisiológicas que su- gieren que el aumento de la viscosidad de la sangre, medida según los índices de he- matócritos, debe incrementar el riesgo de afecciones coronarias.

Metodología

El estudio sobre la salud de los aimarás bolivianos

La investigación que describimos forma parte de un estudio más amplio, conocido como el Programa Multinacional Andino de Genética y Salud, que se inició en Chile en 1973 (4). En términos generales, la meta del programa es evaluar la contribu- ción de los factores genéticos a la adapta-

ción del hombre a la hipoxia. Específica- mente, tiene los cinco objetivos siguientes:

Primero, trata de evaluar los efectos de

las diferencias ambientales, en particular la presión de oxígeno, sobre la función pul- monar, las relaciones cardiopulmonares y las afecciones cardíacas degenerativas en- tre los aimarás, además de evaluar también la contribución de los factores genéticos a las respuestas anatómicas, bioquímicas y fi- siológicas de dicho grupo étnico.

Segundo, intenta evaluar la carga de en-

fermedad e incapacidad que prevalece en las poblaciones que residen en estas zonas altas y practican los tipos de cultivos y cría de animales antes mencionados.

Tercero, se propone medir algunos de los

elementos normales de la sangre de este pueblo (colesterol, glucosa y ácido úrico sérico), los cuales han sido asociados en otras ocasiones con un mayor riesgo de las afecciones de las arterias coronarias.

Cuarto, mediante la evaluación de la fre-

cuencia de una serie de antecedentes gené- ticos, bioquímicos e inmunológicos, trata de: a) identificar el grado de contribución no indígena, si existe, a la actual reserva genética, y b) aislar esas variantes bioquí- micas simplemente heredadas, que pare- cen responder directamente (en términos de frecuencia) a los cambios de la presión de oxígeno.

Quinto, intenta medir tantos productos intermedios de la glucólisis, que interven- gan en la regulación del transporte de oxí- geno, como sea factible.

(3)

Murillo et al.

SALUD Y ENFERMEDAD EN LOS AIMARAS

4

1\7

Diferentes escenas del ambiente aimará: una vivienda aimará, el

almacén, una calle típica, el

policlínica donde los autores practicaron los exámenes y un

(4)

productiva de la tierra parece inferior y, de hecho, la población es más escasa.

Además, existen diferencias en los patro- nes de asentamiento que pueden influir sobre el comportamiento y, en última ins- tancia, sobre la enfermedad e incapacidad. En consecuencia, pareció conveniente es- tudiar las aldeas del altiplano boliviano además de las del chileno.

La etapa boliviana del programa se cumplió en el departamento de Oruro, en las aldeas de Turco (3,980 m) y Toledo (3,752 m). Estas aldeas están, respectiva- mente, a unos 240 km al oeste y 40 km al sudoeste de Oruro, la capital del departa- mento. A su vez, Oruro esta a una altitud de 3,702 m y a unos 239 km al sudoeste de la capital de Bolivia, La Paz. Turco, que según un censo de la aldea tiene 314 habi- tantes, puede describirse como una tran- quila agrupación de casas sin gracia, cada una con su horno de pan, situada entre un pequeño río y la ladera de la montaña. Cuenta con una iglesia católica y un pá- rroco, generalmente canadiense o belga, que vive en la aldea. Los registros bau- tismales de la iglesia datan de 1580. En la escuela se imparte la enseñanza bási- ca (4 años), intermedia (4 años) y media (4 años), y también hay una clínica a cargo de una enfermera que atiende las necesidades médicas de la comunidad. Hay manantia- les que abastecen de agua a la aldea; no hay electricidad y los servicios de correos y transporte están restringidos a la estación seca.

Toledo, con una población de 7,000 ha- bitantes (que incluye a los del poblado principal y a los de las comunidades veci- nas) tiene escuelas con secciones de ense- ñanza básica, intermedia y media, una igle- sia con su párroco, dos practicantes,’ servi-

cio de correos y transporte regular con au- tobuses, además de líneas telegráficas. El

’ Miembros del cuerpo de auxiliares de enfermeras que han recibido adiestramiento corno paramédicos de parte del Ministerio de Salud Pública.

agua para abastecer a la población, por medio de un sistema colectivo, se extrae a mano de pozos abiertos. Las actas de ma- trimonio parroquiales datan de 1751 y los registros de bautismo se remontan a 1753. No se cuenta con electricidad.

Como es típico, muchos residentes de Turco y Toledo tienen hogares permanen- tes en la misma aldea y pequeños coberti- zos para refugio en sus tierras de labranza. Esto se aplica especialmente a las personas cuyos campos están alejados de la comuni- dad en cuestión. Como es habitual en la estación en que realizamos nuestros estu- dios, un gran número de habitantes de Turco y Toledo estaban ocupados en la co- secha de la papa y no se encontraban pre- sentes en sus hogares en la aldea.

Los habitantes de estas dos comunidades son heterogéneos en lo que concierne al aspecto sociocultural. Algunos no se consi- deran aimarás (es decir, solo reconocen an- tepasados españoles o de otros países eu- ropeos), muchos pertenecen a ese grupo indígena (5) y un número aún mayor se consideran mestizos o cholos. Estas últimas expresiones se usan indiscriminadamente no solo para caracterizar a individuos con una mezcla de antepasados indígenas y no indígenas, sino que también a menudo se refieren a aimarás que, gracias a la movili- dad social ascendente, han adoptado las costumbres, convenciones sociales y nom- bres españoles. Así, mientras que las cate- gorías de aimará y no aimará tienen algún significado biológico, los términos mestizo y

cholo proporcionan una identificación me-

nos precisa. Los datos disponibles acerca de los antecedentes biológicos e inmunoló- gicos heredados sugieren que los mestizos son, de manera apreciable, más aimaras que no aimarás.

(5)

Murillo et al. SALUD Y ENFERMEDAD EN LOS AIMARAS 419

algoritmo empleado con este propósito (4, 6). Este tiende a subestimar el número de aimarás, muchos de los cuales se clasifican como mestizos-ya sea cuando su serie normal de nombres está incompleta o cuando (como es frecuente en Bolivia) adoptan conscientemente nombres espa- ñoles para ocultar sus orígenes.

Evaluación de las enfermedades

e incapacidades

La enfermedad e incapacidades entre los aimarás que viven en esas comunidades se evaluaron sobre la base de una detallada historia clínica y de los exámenes. El estu- dio incluía completar el cuestionario de Rose y Blackburn (7) para encuestas sobre enfermedades cardiovasculares, un exa- men físico, evaluación cardíaca y electro- cardiograma, pruebas de la función pul- monar, examen de la cavidad bucal y de la dentadura, pruebas de agudeza visual y vi- sión cromática, prueba de verificación de los reflejos motores finos (mediante la per- cusión), mediciones antropométricas y análisis de una muestra de sangre venosa. Además, se reunieron los antecedentes demográficos, de reproducción y sobre re- sidencia de cada persona examinada. Schull y Rothhammer (4) suministran una descripción completa de los detalles de cada examen, prueba y cuestionario, y también del equipo empleado en el estu- dio. La selección de los sujetos que se iban a examinar se basó en su disposición a par- ticipar. Se hizo una invitación general a to- dos los residentes de la aldea para asistir a reuniones con los dirigentes de la comuni- dad, maestros y eclesiásticos.

Este trabajo describe los resultados de los 429 exámenes físicos y dentales, com- pletados en las dos aldeas (Turco y To- ledo) durante el mes de abril de 1975. Los exámenes fueron realizados por un equipo multinacional, un cardiólogo, un dentista y varios médicos, técnicos y entrevistadores de Bolivia, Chile y Estados Unidos.

Los datos de los cuadros 1 y 2 señalan una serie de características de la población estudiada. Como muestra el cuadro 1, casi el 92% de los sujetos examinados habían residido durante toda su vida en el alti- plano. Además, se puede ver que se exa- minó un número casi igual de varones y mujeres (216 y 213, respectivamente), y de niños y adultos (214 y 215, respectiva- mente). Estas cifras reflejan la existencia de escuelas y la ausencia temporaria de adultos que estaban fuera de la ciudad, participando en la cosecha de la papa. El cuadro 2 muestra el número de niños de familias nucleares y el número de padres respectivos, también examinados.

Después de un examen físicwcon espe- cial atención a los pulmones-efectuado por el médico general, el cardiólogo hizo un detallado estudio cardíaco, tomó dos veces la presión sanguínea del sujeto sen- tado y obtuvo un electrocardiograma. Se tomó la presión sanguínea al paciente sen- tado, usando un esfigmomanómetro de mercurio y casi al terminar el examen fí- sico. Las mediciones se hicieron general- mente en el brazo derecho, excepto cuando existían circunstancias que lo im- pedían (por ej., lesiones en ese brazo). Se consideró que la presión sistólica era aque- lla en que se percibía el sonido por primera vez; se tomaron como presiones diastólicas de la cuarta y quinta etapas, que se regis- traron cuando se las oyó, aquéllas en las cuales los sonidos ya no se percibían como un golpeteo y se volvían apagados (en el primer caso), o desapareáan por completo (en el segundo). Las presiones diastólicas citadas en los datos que presentamos, son siempre presiones diastólicas de la cuarta etapa.

Se registraron los datos del diagnóstico para cada sujeto y luego se los codificó de acuerdo con la International Classifiation of

Di.sea.ses (8).

(6)

CUADRO l-Distribución de los sujetos bolivianos estudiados (en Turco y Toledo) según edad, sexo, grupo étnico y porcentaje de tiempo que habían residido en el lugar.

Tiempo de residencia en el lugar y grupo

étnico

Varones Mujeres Total

Niños? Adulto& Niñas Adultas Niños Adultos Total

CategorkS étnicas de aquellos que habían residido en el lugar toda su vida (100%)

Aimarás 39 41 33 53 72 94 166

Mestizos 73 41 63 42 136 83 219

No aimarás 3 2 1 2 4 4 8

Total 115 84 97 97 212 181 393

Categokas étnica3 de aquellos yue habían residido menos del 90% de sus vidas en el lugar

Aimarás Mestizos No aimarás

Total

7 9 1 17

12 13 1 26

13 14 1 28

Sujetos que habían residido en el lugar más del 90 y menos del 100%

desusvidas 0 8 0 0 0 8 8

Totales 115 101 99 114 214 215 429

216 213 429 429

a Nidos = sujetos menores de 15 años. b Adultos = sujetos de 15 arios o más.

CUADRO 2-Datos acerca del tamaño de las familias de los sujetos bolivianos estudiados.

No. de padres Se estudió uno Se estudiaron ambos

Número de estudiados de los padres padres Total

hijos estu-

diados en la No. de No. de No. de No. de No. de No. de No. de No. de

familia familia+ sujetos familia? sujetos f&iiliasa sujetos familia? sujetos

1 160 160 25 50 10 30 195 240

2 8 16 12 36 13 52 33 104

3 1 15 7 24 14 55 22 94

4 1 8 3 15 8 42 12 65

5 0 5 0 0 6 35 6 40

6 0 6 2 7 2 16 4 29

Total 170 210 49 132 53 230 272 572b

a El número de familias representa familias nucleares.

b Este número supera la cantidad total de individuos estudiados porque los 143 padres estudiados se contaron dos veces,

(7)

Murillo et al. SALUD Y ENFERMEDAD EN LOS AIMARAS 421

para la hipertensión. El criterio para codi- ficar la anemia fue una hemoglobina igual o menos de 12.00 g en los varones o igual a menos de 10.00 g en las mujeres; se de- terminó la hemoglobina usando un espec- trofotómetro para examinar una muestra de sangre venosa heparinizada, sin preci- pitar. Se codificó la hipertensión arterial cuando una persona de 15 años o más pre- sentaba una lectura sistólica igual 0 supe- rior a 160 mm de mercurio, o una presión diastólica igual o superior a 95 mm de mercurio. Se estableció como hipertensión marginal si la persona presentaba una lec- tura sistólica de 140 a 159 mm o una lec- tura diastólica entre 90 y 94 mm. Los cua- dros 3 y 4 muestran la distribución de en- fermedades y trastornos en la población estudiada, agrupada según la identifica- ción étnica y la proporción de su vida pa- sada en la actual zona de residencia. Los electrocardiogramas fueron interpretados por miembros del personal del Laborato- rio de Higiene Fisiológica de la Universi- dad de Minnesota.

Resultados

En los 429 sujetos estudiados se encontra- ron unas 145 enfermedades o “síntomas y estados poco definidos”, codificados de acuerdo con la ICDA.* Ia mayoría de ellos no afectaba más que a algunos sujetos; en consecuencia, no tendrían valor estadístico las comparaciones en cuanto a diagnósticos específicos entre las dos comunidades, o entre este y otros estudios sobre las enfer- medades de los indígenas del altiplano. Por lo tanto, hemos agrupado nuestros re- sultados en categorías de diagnóstico más amplias. Sin embargo, los párrafos siguien- tes señalarán los problemas que se encon- traron con mayor frecuencia en cada cate- goría, además de los diagnósticos especí- ficos mencionados en los cuadros 3 y 4.

’ Intemational Clacsjcication of Diseases Adapted for Use in the United Stutes (8).

Enfermedades infecciosas y parasitarias

Las enfermedades infecciosas observa- das más comúnmente fueron la tuberculo- sis (14 casos) y la tos ferina (4 casos). Este número de casos de tuberculosis no fue una sorpresa. Otros estudios (9) han obte- nido resultados positivos con el esputo de aproximadamente el 2% de los sujetos sometidos a las pruebas en las comunida- des del altiplano, y han informado que, al llegara los 20 años de edad, casi el 90% de las personas tienen reacciones tuberculíni- cas positivas. La enfermedad parasitaria de mayor prevalencia que se encontró fue la sarna (26 casos); sin embargo, no se realizaron exámenes de materia fecal y la experiencia obtenida en otros estudios su- giere que tanto el Ascati como el TrichurZF son frecuentes-de hecho están presen- tes en aproximadamente el 30% de los habitantes de esta región de Bolivia (9) (cuadro 4).

Neofdasmas

Se reconocieron clínicamente solo dos tumores malignos (no era factible obtener confirmación histológica). Uno de estos

afectaba una glándula salival y el otro la piel.

Enfermedades de IU sangre y de los órganos hematopoyéttios

(8)

CUADRO 3-Distribución, según el sexo y el grupo étnico, de las enfermedades y los trastornos en inte- grantesdelapoblacióndeldepartamentodeOruro,queresidieronenesazonadurantetodasuvida(100%).

Categoría de la enfermedad

Aimarás Mestizos No aimarás

Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres

Código - ~ - - - -

ICDA Na Ab N ANANANANA

Infecciosas y parasitarias 000-136

Neoplasmas 140-239

Malignos 140-209

Benignos o no ident~@ados 21 O-239 Endocrinas, de la nutrición,

metabólicas 240-279

Diabetes mellitus 250

Sangre, órganos hematopoyéticos 280-289

Trastornos mentales 290-315

Sistema nervioso, órganos

sensoriales 320-389

Sistema nertioso 320-358

Ojos 360-379

Oído, procesos mastaideos 380-389

Aparato circulatorio 390-458

Hipertensión aguda (a 160195) 401 Hipertarión marginal ( 2 140/90) 401 .O Infarto agudo del miocardio 410 Otras cardiopatias isquémicas 411-414 Todas h enfermedades

cardiacas restantes 390-429

Enfermedades cerebrovasculares 430-438

Aparato respiratorio 460-519

Infec. re+. agudas excepto influenza, amigdalitis y sinusitis 460-466

Neumonía 480-486

Amigdalitis aguda, hzpertro3a de 1a.s

amígdalas y adenoidea 463,500

Aparato digestivo 520-577

Hernia inguinal 550,552

Colelitiasis, colecistitk 574,575

Aparato genitourinario 580-629

Hiperplasia de la próstata 600

Trastornos menstruales 626

Complicaciones del embarazo 630-678

Piel, tejido subcutáneo 680-709

Tejido musculoesquelético,

conectivo 710-738

Artritis, todas las formas 710-718

Anomalías congénitas 740-759

Síntomas, estados poco definidos 780-796

Accidentes 800-999

5 5 3 9 8 5 5 7

- 2- l- l - -

- I- I----

- l---l---

- - - -

-- 1

---

-- 1 2--- 1

---__ 1

l---- ll 4

---

- -

1 15 - 10 10 17 3 14

1 2-I-I--

- 5- 1 5 12 I 5

- 8- 8 5 4 2 9

- 12 2 9 - 9 4 7

- I- 2----

--- 4- 2 13

---___

- I-I- 2 - -

l- 1

--- I --

-- 1

--- - - - - -

- 7 2 1- 3 3 4 ---_

ll 4 3 7 9 3 5 1

- - -

---

II 1 3 5 9 2 4 1

---__

--- 1 l-

- 9- 8 16 4 5

- 2--- 3--

--- 2- 2- 3

--- 4- l- 8

---___

- ---

1 - - --- --- - - - - -

--- 3---- -

--- 2----

1 8 - 16 1 10 1 8

- ---

l- 1

1 3 1 4 3 9 1 4

- 1- 2- 3- 2

3 2-- 7 2 12

- 9- 6 6 9 2 4

---_ 2 2 - -

-- 1

-- 1

--- 1 - -

- - - - ---

Estados, exámenes sin enfermedad 793,YOO-Y 13 - - - 4 - - - 8-e--

Total de diagnósticos 23 69 10 82 47 75 27 73 - 4 - 4

Personas examinadas 39 41 33 53 73 41 63 42 3 2 I 2

(9)

Murillo et al. SALUD Y ENFERMEDAD EN LOS AIMARAS 423

CUADRO 4-Distribución, según el sexo y el grupo étnico, de las enfermedades y los trastornos en inte- grantesde la población del departamento de Oruro, que residieron en esa zona menos del 90% de su vida.

Categoría de la enfermedad

Código ICDA

Aimaras Mestizos No aimarás

Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres

- - - - -

Na Ab N A N A N A N A N A

Infecciosas y parasitarias Neoplasmas

Malignos

Benignos 0 no ident2gicados Endocrinas, de la nutrición,

metabólicas Diabetes mellitw

Sangre, órganos hematopoyéticos Trastornos mentales

Sistema nervioso, órganos sensoriales

Sistema nenioso Ojos

0220, procesos mastoideos Aparato circulatorio

Hipertensión aguda (ã I60195) Hipertensión marginal (5 140/90) Infarto agudo del miocardio Otras cardiopatías isquémicas Todas las enfermedades

cardíacas restantes

Enfermedades cerebrovclsculares Aparato respiratorio

Infec. resp. agudas excepto influenza amigrialitir y sinusitis

Neumonía

Amigdalitis aguda, hipertrofia de las amígdalas y adenoide Aparato digestivo

Hernia inguinal Colelitiasis, colecistitis Aparato genitourinario

Aparato urina&

Hiperplasia de la próstata Trastornos menstruales Complicaciones del embarazo Piel, tejido subcutáneo Tejido musculoesquelético,

conectivo

Artritis, todas las formas Anomalías congénitas

Síntomas, estados poco definidos Accidentes

000-136 140-239 140-209 21 o-239

240-279 ---___ -

250 ---____ -

280-289 ---_ -

290-315 --- 1 - - - -

320-389 - 2- 4- l- 2 - - -

320-358 ---

360-379 - I- 1- I- 2 - - -

380-389 - l- 3---

390-458 - l- 2- l- 3 - - -

401 ---___

401.0 - I---

410 ---____

411-414 --- 1 - I---

390-429 430-438 460-519 :> 460-466 480-486

463,500 ---____

520-577 - 3 - 3 - - - 2 - - -

550,552 ---__

574,575 - l- 2--- I---

580-629 --- 2 - - - 3 - - -

580-599 ---_

600 ---__

626 --- I---

630-678 ---____

680-709 - 3- 4- l- 2 - - -

710-738 710-718 740-759 780-796 800-999

- l- 3---

--- I--- 2---

---_

- l--- 2- 2---

- I - - - 2--- ---__

--- l--- --- l---

--- le----

--- 1 - - - -’ -_ _ _ --- l---

- - - - - - - 1 - - - - - - - 1 1

Estados, exámenes sin enfermedad 793,YOO-Y 13 - - - l---

Total de diagnósticos - ll - 22 - 6 - 17 - - - 3

Personas examinadas - 5 I7- 4 1 9--- I

(10)

Sisfema nervioso y órganos sensoriales

Las alteraciones del sistema nervioso ob- servadas con mayor frecuencia fueron las relacionadas con la vista, el oído, o ambos. Entre los problemas oftálmicos fueron comunes el pterigion, la conjuntivitis y la inflamación del conducto lacrimal. Colds- mith et al. (10) encontraron que estas afec- ciones eran también frecuentes en la sierra y el altiplano de Chile; se puede fácilmente adjudicar ya sea al polvo y al viento persis- tente que caracterizan a estas altitudes o bien a la negligencia. La otitis media era frecuente y se registró audición defectuosa en uno o ambos oídos de 33 sujetos. Es presumible que gran parte de ese dete- rioro de la audición fuera la secuela de in- fecciones crónicas del oído.

Aparato circulatorio

Tres de 177 adultos que afirmaban no haber vivido a otra altitud que la del alti- plano eran hipertensos, según los patrones convencionales; otros nueve tenían pre- siones diastólicas o sistólicas sufíciente- mente altas para ser clasificadas como “marginales”. Esta frecuencia de casos es más elevada de lo que a menudo se ha su- puesto, pero alcanza solo a la mitad de la frecuencia que hemos encontrado en la sierra y el altiplano de Chile (6). Las cifras son pequeñas, por supuesto, y las diferen- cias entre esta frecuencia y otras observa- das no son estadísticamente importantes. Sin embargo, si se consideraran las edades de los adultos (119 tenían entre 30 y 69 años) y se aplicara la frecuencia de la hi- pertensión específica para cada edad, que prevalece en la población blanca de los Es- tados Unidos, se podría haber esperado encontrar 14 sujetos hipertensos.

Las figuras 1 y 2 muestran la distribu- ción de las presiones sanguíneas sistólicas y diastólicas de varones y mujeres, según la edad (figura 1) y el peso (figura 2). Hemos reunido las mediciones efectuadas en las

dos comunidades, ya que existía solo una diferencia insignificante en los promedios obtenidos con los sujetos de Turco y To- ledo (cuadro 5). No se pudo detectar una dependencia evidente con respecto a la edad, ya sea entre los varones o las muje- res; sin embargo, la presión sanguínea se relacionaba claramente con el peso. En particular, la presión sistólica aumentaba paralelamente al peso, en forma casi igual entre los varones y las mujeres. En verdad, el peso solo explicaba aproximadamente el 22% de la variación observada en las pre- siones sistólicas de sujetos diferentes. Me- rece mencionarse que “peso” aquí es prác- ticamente un sinónimo de peso corporal deficitario; pocos de los sujetos examina- dos pueden incluirse en el vigésimo per- centil superior del peso para la estatura proporcional basada en los patrones esta- dounidenses. En general, esta elevación de la presión sanguínea al aumentar el peso, observada en Bolivia, está de acuerdo con lo que informamos antes con respecto a Chile (II). Es decir, la presión sistólica

aumentó aproximadamente 0.3 mm/kg de peso para ambos sexos en Bolivia y unos 0.4 mmlkg en Chile.

Entre otros problemas cardiovasculares, los más frecuentes fueron las alteraciones del ritmo-contracciones ventriculares prematuras (8 casos), fibrilación ventricu- lar ( 1 caso) y bloqueo de la rama derecha del fascículo de His (2 casos). La hipertro- fia del ventrículo derecho y el bloqueo de la rama derecha (completo o incompleto) se observan a menudo entre los indígenas de las zonas muy altas (12). La continua vigilancia cardíaca de esta población ha re- velado que la bradicardia es aún más fre- cuente de lo que generalmente se ha su- puesto sobre la base de los exámenes clíni- cos (13).

(11)

Murillo et al. SALUD Y ENFERMEDAD EN LOS AIMARAS 425

Aparato digestivo

Las caries dentales muy difundidas (I#), una gastritis no específica y la hernia in- guinal constituían la mayoría de los pro- blemas del aparato digestivo que encon- tramos.

Aparato genitourinario

Eran tres los trastornos más importantes del aparato genitourinario: alteraciones menstruales (5 casos), salpingitis (4 casos) y leucorrea (6 casos).

Piel y tejiafo subcutáneo

Las cicatrices (55 casos) y queloides (2 casos) constituyeron prácticamente todos

nuestros hallazgos relacionados con la piel y el tejido subcutáneo,

Tejidos musculoesqwi&ico y conectivo

La artritis reumatoidea era relativa- mente frecuente en los grupos de mayor edad y se observó cifosis y deformidad de las extremidades en sujetos de todas las edades.

Anomalks congénitas

Las anomalías congénitas observadas con mayor frecuencia fueron testículo no descendido (5 casos), tórax en quilla (6 ca- sos) y luxación congénita de la cadera (2 casos). Quizás deba mencionarse aquí que, en relación con casos de labio leporino

FIGURA l-Distribución de las presiones sistólica (arriba) y diastólica (abajo) entre los varones y mujeres de Turco y Toledo, según la edad en el momento del examen.

G AMano boliviano

= 120 u”

E 110

g .- =0 5

ro 5

20 30 40 50 60 70 80

(12)

FIGURA 2-Distribucih de las presiones sistólica (arriba) y diastólica (abajo) entre los varones y mujeres de Turco y Toledo, según el peso en kg en el momento del examen.

Altidano boliviano

Peso (kg)

varones ,- mujeres F-llrr,

(con o sin paladar hendido), solo encon- tramos uno en los aproximadamente 2,500 exámenes realizados en Bolivia y Chile (.5), y que el niño afectado no llegó a sobrevivir un año.

Otros síntomas y estaohs poco definidos

Las palpaciones a menudo revelaron gan- glios linfáticos agrandados ( 15 casos), y fueron frecuentes las molestias relaciona- das con el aparato genitourinario (5 casos) y el segmento superior del tracto gastroin- testinal (5 casos).

Conclusiones

¿En qué medida estos resultados son re- presentativos, no solo de las enfermedades

e incapacidad en estas comunidades espe- cíficas, sino también en otras poblaciones del oeste de Bolivia? Intuitivamente ten- demos a suponer que el número de los en- fermos graves, los ciegos, los sordos y los lisiados ha sido subestimado, ya que pue- den haber estado físicamente incapacita- dos para presentarse en el sitio de los exá- menes.

(13)

Murillo et al. SALUD Y ENFERMEDAD EN LOS AIMARAS 427

CUADRO 5-Promedias de edad, peso y presión sanguínea de 320 sujetos a quienes se efectuaron las mediciones correspondientes.

Turco (No. = 218)

Varones Mujeres

(112) (106)

Toledo (No. = 102)

Varones Mujeres

(47) (55)

Total (No. = 320)

Varones Mujeres

(159) (161)

Edad promedio (en años) Peso medio (en kg) Presión sistólica media

(en mm de Hg) Promedio de la presión

diastólica de la cuarta etapa (en mm de Hg)

28.9 27.4 28.6 26.5 28.8 27.1

46.9 43.7 43.1 43.2 45.8 43.5

107.8 107.9 107.7 109.8 107.8 108.5

74.9 74.2 73.6 73.3 74.5 73.9

sabía de nadie que estuviese incapacitado para concurrir a la pequeña clínica donde se realizaban los exámenes. En segundo, las características demográficas y socioeco- nómicas de Turco son típicas de innume- rables aldeas pequeñas y semiaisladas del oeste de Bolivia. Suponemos, por lo tanto, que su carga de enfermedades e incapaci- dad es similar a la que prevalece en la ma- yoría de esas aldeas. Las mismas observa- ciones pueden hacerse con respecto a To- ledo, excepto que representa a un grupo algo más pequeño de comunidades m5s grandes. Parece entonces coherente que

nuestros resultados en estas dos comuni- dades sean muy similares a los que descri- bió Ia Misión de la Agencia para el Desa- rrollo Internacional (AID), de Estados Unidos, en Bolivia (15).

Resumen

El estudio de 429 habitantes de dos co- munidades del altiplano en el departa- mento de Oruro, en la región occidental de Bolivia, reveló una serie de individuos hipertensos, que generalmente se conside- ran raros 0 no existentes en alturas como esa, y una relación evidente entre la pre- sión sanguínea y el peso. Esta correlación fue sorprendentemente similar a otra ya descrita en la provincia de Arica, en el norte de Chile, donde el aumento de peso

en la zona muy elevada producía esencial- mente el mismo aumento de la presión sanguínea observado en los habitantes de la costa. Los promedios de la presión san- guínea fueron más bajos en las aldeas boli- vianas que los que generalmente se han encontrado en otros lugares, pero los habi- tantes de estas aldeas eran de menor esta- tura y peso. Estos efectos (estatura y peso medios menores) sin duda pueden adjudi- carse a la nutrición marginal y a los ante- cedentes genéticos de los sujetos; la obesi- dad era rara, pero también lo eran los sig- nos clínicos evidentes de malnutrición.

La mayoría de las otras enfermedades sobre las que informamos aquí parecen re- flejar las ásperas condiciones de vida en el altiplano. Las enfermedades respiratorias eran frecuentes y se observaron a menudo infecciones del oído medio y sus secuelas; las enfermedades de la piel eran una con- secuencia de la humedad y temperatura bajas, y los problemas oftálmicos daban fe de los efectos devastadores del polvo, el viento persistente y la negligencia. 0

Agradecimiento

Estudios tan amplios como este, realizados en

(14)

personas e instituciones de Bolivia, en el plano Carlock y Richard Allen, sin cuya ayuda quizás

nacional y local, especialmente con el Coronel no contaríamos para el análisis con los datos

Antonio Ovando de la Corporación de Desarro- que se consignan aquí. Finalmente, aprove-

llo de Oruro, con 10s Padres Emery Mulaire y chamos esta oportunidad para expresar nuestra

Santiago Monaste, con Gilberto Pauwels, Juan gratitud a los residentes de Toledo y Turco,

Capurate, Teófilo Ayma y cada integrante del quienes, con paciencia y buen humor, toleraron

equipo de trabajo. Estamos también agradeci- nuestras preguntas, indagaciones e intromisio-

dos al Dr. Merry Makela, Susan Seybold, Paula nes.

REFERENCIAS

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(2)

(3)

(‘0

(5)

(6)

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(15)

Murillo et al. SALUD Y ENFERMEDAD EN LOS AIMARAS 429

The Aymará of Western Bolivia: Health and disease (Summaty)

Examination of 429 residents of two altiplano

communities in Westem Bolivia3 Oruro De-

partment disclosed a number of hypertensive

individuals, generally thought to be rare or non-

existent at these altitudes, and a clear correla- tion between blood presure and weight. This

correlation was surprisingly similar to one pre-

viously dexribed in the north Chilean Province

of Arica, where high-altitude weight gains pro-

duced essentially the same blood pressure in- creases seen in coastal residents. Mean blood pressures were found to be lower in the Bolivian villages than commonly reported elsewhere, but

the inhabitants of these villages were both

smaller and lighter. These effects (smaller aver-

age size and weight) are undoubtedly ascribable

to marginal nutrition as well as to the subjects’

genetic backgmund; obesity was rare, but so too

was dinically frank evidente of malnourish-

ment.

Most of the other disorders reported here

seem to direcdy reflect the rigors of life on the

altiplano. Respiratory diseases were common,

and middle ear infections and their sequellae

were often seen; diseases of the skin reflected

the diminished moisture and increased cold;

and ophthalmic problems attested to theravages

of dust, persistent wind, and neglect.

Os Aymaras da Bolívia Ocidental: Saúde e doerqa (Resumo)

0 estudo de 429 residentes de duas comu-

nidades do Departamento de Oruro da Bolí-

via Ocidentai revelou urna quantidade de in-

divíduos hipertensos surpreendente, pois se

considerava que a essas altitudes haveria pou- cos ou nenhuns. Observou-se também que exis- te urna rela@o evidente entre a tensáo arterial e o peso. Esta rela@o foi supreendentemente

semelhante a outra descrita anteriormente na

província setentrional de Arica, no Chile, onde

o aumento de peso na zona de grande altitude

produzia essencialmente o mesmo aumento de

tensáo arterial observado nos habitantes da

costa. Descobriu-se que a tensáo arterial média era mais baixa nas aldeias bolivianas que a re- portada noutros lugares, mas os habitantes des-

tas aldeias eram mais baixos e mais leves. Estes efeitos sem dúvida se podem atribuir a má ali-

menta@0 e aos antecedentes genéticos dos

indivíduos. A obesidade era rara mas raros

eram também os casos de clara evidência clíni- ca de desnutrigo.

A maoiria das outras doencas referidas aqui parecem ser um reflexo directo das difíceis con-

di@es de vida no planalto. As doencas respi-

ratórias eram comuns, e com freqüência se en-

contraram infec@es do ouvido médio e suas

sequelas; as doenps de pele eram conseqiiência da pouca humidade e do frio intenso, e os pro- blemas oftálmicos eram prova da acgo do pó, do vento persistente e da negligência.

Les Aymara de la Bolivie de I’Ouest: Santé et maladie (Résumé)

L’examen de 429 résidents de deux commu-

nautés de l’altipho de la Bolivie de I’Ouest,

dans le Département d’oruro, révéla la pré-

sence d’un certain nombre d’individus hyper-

tendus, chose que I’on pensait rare ou inexis- tante à cette altitude, et montra une corrélation

claire entre la pression artérielle et le poids.

C’est avec surprise que l’on nota que cette corré-

lation était similaire à une corrélation décrite

antérieurement dans la Province dArica, au

Nord du Chili, où I’augmentation du poids à

haute altitude produisait les mêmes augmenta-

tions de la pression artérielle que celles obser-

vées chez les résidents de la côte. On constata

que les pressions artérielles moyennes étaient

plus basses dans les villages Boliviens que celles

communément mentionnées ailleurs, mais les

habitants de ces villages étaient à la fois plus

petits de taille et d’un poids inférieur. On peut,

sans aucun doute, attribuer ces effets (taille et

poids moyen inférieurs) à une nutrition insuffi-

sante de même qu’à I’histoire génétique des su- jets; l’obésité était rare, mais rares aussi étaient les signes cliniques clairs de malnutrition.

La plupart des autres troubles rapportés ici

semblent refléter directement la rigueur de la

vie sur l’altifduno. Les maladies respiratoires

étaient fréquentes, et l’on observa souvent des infections de I’oreille moyenne et leurs séque- lles; des maladies de la peau étaient consé-

quence de la faible humidité et du froid in-

tense; des problèmes ophtalmiques témoig-

Imagem

CUADRO  l-Distribución  de  los  sujetos  bolivianos  estudiados  (en  Turco  y  Toledo)  según  edad,  sexo,  grupo  étnico  y  porcentaje  de  tiempo  que  habían  residido  en  el  lugar
CUADRO  3-Distribución,  según  el  sexo  y  el  grupo  étnico,  de  las  enfermedades  y  los  trastornos  en  inte-  grantesdelapoblacióndeldepartamentodeOruro,queresidieronenesazonadurantetodasuvida(100%)
CUADRO  4-Distribución,  según  el  sexo  y el  grupo  étnico,  de  las  enfermedades  y  los  trastornos  en  inte-  grantesde  la  población  del  departamento  de  Oruro,  que  residieron  en  esa  zona  menos  del  90%  de  su  vida
FIGURA  l-Distribución  de  las  presiones  sistólica  (arriba)  y  diastólica  (abajo)  entre  los  varones  y  mujeres  de  Turco  y  Toledo,  según  la  edad  en  el  momento  del  examen
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Referências

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