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La peste humana en 1980

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Capacitación de personal

Anualmente se dictan cursos internacionales sobre epidemiología y control de la tuberculosis en Argentina, Brasil, Cuba, Chile, y México, y un Curso Regional sobre bacteriología de la tuberculosis en el Centro Panameri-cano de Zoonosis, en Argentina. En 1979 asistieron a estos cursos 235 profesionales, 29 de ellos procedentes de otros países. Además, en cada país se realizan periódica-mente cursos y seminarios sobre tuberculosis, según se necesitan, para el adiestramiento de personal y la evalua-ción de los programas. Todos estos cursos reciben apoyo de la OPS/OMS consistente en consultores y becas.

Supervisión y evaluación

Los programas de control requieren supervisión ade-cuada para asegurar la calidad y la eficacia de sus opera-ciones. En 1978, tres de 17 países indicaron que los servi-cios generales de salud no podían encargarse de supervisar el programa antituberculoso. De los restantes, nueve pla-nificaban los servicios de supervisión a principios del año y otros cinco la ejercían sin programación previa, según las necesidades del momento. En seis países el personal de supervisión estaba constituido por especialistas en tu-berculosis, en uno se utilizaba personal polivalente y en siete se disponía de ambos tipos de personal.

En la mayor parte de los países, los laboratorios de salud supervisan los exámenes de frotis directamente me-diante visitas del supervisor a los laboratorios locales o indirectamente, por envío periódico de portaobjetos del laboratorio local al laboratorio regional o central.

Por regla general, las evaluaciones del programa en los países se efectúan en seminarios nacionales o regionales con participación de varias unidades políticas de cada uno de ellos. En algunos se publica anualmente un

in-forme con datos y conclusiones. Sin embargo, la calidad de las evaluaciones y la importancia concedida al aspecto operativo o al epidemiológico varian de un país a otro y puede decirse que no existe un método uniforme de evaluación aceptado en las Américas.

Resumen

La integración de las actividades antituberculosas en los servicios generales de salud en la Región de las Amé-ricas progresa satisfactoriamente y parece haber tenido como consecuencia una extensión de la cobertura, un au-mento del diagnóstico bacteriológico y una reducción del tratamiento hospitalario. La introducción de medica-mentos nuevos y más potentes ha abreviado la duración del tratamiento. La administración supervisada de las drogas se ha reconocido como factible y útil para con-trolar el cumplimiento del tratamiento y reducir los costos de la quimioterapia de corta duración mediante esquemas intermitentes.

Actualmente, las deficiencias más serias del programa parecen hallarse en el abandono del tratamiento por los enfermos, la pérdida de contacto con pacientes por los servicios de salud, la capacitación inadecuada de perso-nal de los servicios generales periféricos y la carencia de supervisión. Hace falta una dirección más activa para supervisar y evaluar los programas y también es preciso adiestrar y apoyar al personal de los servicios generales de salud para conseguir que los programas de control de la tuberculosis sean más eficaces en un futuro próximo.

(Fuente: Programa de Control de la Tuberculosis, Unidad de Enfermedades Transmisibles, División de Prevención y

Control de Enfermedades, OPS.)

La peste humana en 1980

En 1980 se notificaron a la Organización Mundial de la Salud 505 casos de peste humana y 56 defunciones. En 1979 las cifras correspondientes fueron 881 casos y 30 de-funciones (figura 1).

En Africa se registraron casos en cuatro países: Angola (por primera vez desde 1975), Kenya, Madagascar y la República Unida de Tanzania. Los totales de 1980 (80 casos y 20 defunciones) fueron aproximadamente iguales

que en años precedentes, exceptuando 1979, cuando se notificaron 471 casos y 12 defunciones.

En las Américas se observó un aumento en el número de casos notificados, particularmente en América del Sur, donde se registraron 142 casos y siete defunciones, en comparación con 23 y dos, respectivamente, en 1979 (cuadro 1). Este aumento se debió principalmente a cam-bios en el criterio de diagnóstico en Brasil, donde se

regis-4

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Cuadro 1. Número de casos y defunciones por peste humana en las Américas, 1971-1980.

1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980

País C D C D C D C D C D C D C D C D C D C D

Bolivia 19 3 0 0 0 0 14 5 2 0 24 5 29 9 68 2 10 0 26 2

Brasil 146 2 169 13 152 ... 291 ... 496 5 97 ... 1 ... . 0 0 98 0

Ecuador 27 0 9 0 1 1 0 0 0 0 8 1 0 0 0 0 0 0 0 0

Estados Unidos

de América, 2 0 1 0 2 0 8 1 20 4 16 3 18 2 12 2 13 2 18 5

Perú 22 5 118 15 30 2 8 2 3 0 1 0 0 0 6 1 0 0 0 0

Total 216 10 297 28 185 3 321 8 521 9 146 9 48 11 97 5 23 2 142 7

C = Casos. D = Defunciones.

'Se encuentra la peste en roedores.

... No se dispone de datos.

Figura 1. Número de casos y defunciones por peste humana en

el mundo, 1971-1980. traron 98 Bahía, Ceará casos (y ninguna defunción) en los Estados de y Pernambuco, al nordeste del país. En Bolivia, el Departamento de La Paz notificó 26 casos y dos defunciones entre septiembre y noviembre, en las locali-dades de Mohíma (20 casos) y Culata (seis casos), de la Provincia Franz Tamayo; en esas zonas se observó una fuerte densidad de Pulex irritans. En los Estados Unidos se notificaron 18 casos y cinco defunciones en California, Nevada y Nuevo México; 13 de los casos se produjeron entre mayo y septiembre en seis condados de Nuevo Mé-xico.

En Asia se redujo la morbilidad en 1980, con 283 casos y 29 defunciones (en comparación con 387 casos y 16 defunciones en 1979). Vietnam notificó 180 casos y cinco defunciones (en comparación con 306 y ocho, respectiva-mente, el año precedente).

Se señala a la atención de las administraciones de salud las publicaciones Technical Guide Or a System qf Plague Surveillance y The Manual oln Plague and Plague Surveil-lance and Control (informe de una reunión consultiva ex-traoficial de expertos, celebrada en junio de 1979). Estos documentos pueden obtenerse del Servicio de En-fermedades Bacterianas y Venéreas, de la OMS.

(Fuente: OMS, Weekvly Epidemiological Record 35: 273-275, 1981.)

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Figura  1.  Número  de  casos  y defunciones  por peste  humana en

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