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Carrera corpo-expresiva: transformación mediante actividades artísticas

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Academic year: 2021

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Carrera corpo-expresiva: transformación mediante actividades artísticas

Daniel Caballero-Julia1 y María Cuellar-Moreno2

1 Univ. Lille, EA 7369 – URePSSS – Unité de Recherche Pluridisciplinaire Sport Santé Société, F-590000 Lille, France.

daniel.caballero-julia@univ-lille.fr

2 Departamento de Didácticas Específicas Universidad de La Laguna, España. mcuellar@ull.edu.es

Resumen. La Expresión Corporal en España es una disciplina relativamente reciente con un papel

importante en el desarrollo del Sistema Educativo Español. El objetivo principal de este artículo es realizar un análisis sociológico de los recorridos de profesionalización y socialización de sus practicantes en España. Para ello, se han utilizado observaciones directas, entrevistas semiestructuradas y cuestionarios cualitativos. Los resultados y conclusiones, ponen en evidencia un trabajo de « transformación del yo », en el transcurso y desarrollo de una « carrera » (Becker, 1963 ; Darmon, 2008) propia a los practicantes de EC. Esta « Carrera Corpo-Expresiva », está formada por tres fases: Fase 1 de “cambio y/o descubrimiento »; Fase 2 de « búsqueda », donde la EC se convierte en una « Actividad Total »; y una tercera, aunque no obligatoria, fase en la que la EC deja de ser una « Actividad Total ».

Palabras clave: Carrera; Socialización; Expresión Corporal; Educación Física.

Corporal-expressive career: transformation through artistic activities

Abstract. Corporal Expression in Spain is a relatively recent discipline with an important role in the

development of the Spanish Education System. The main objective of this article is to perform a sociological analysis of the professionalization and socialisation pathways of its practitioners in Spain. To that end, direct observations, semi-structured interviews and qualitative questionnaires have been employed. The results and conclusions highlight a process of "self-transformation" in the course and development of the "career" (Becker, 1963 ; Darmon, 2008) of CE practitioners. This "Corporal-Expressive Career" is composed of three stages: The first stage entailing "change and/or discovery"; a second "search" stage in which CE becomes a "Total Activity"; and a third, although not compulsory stage, in which CE ceases to be a "Total Activity".

Keywords: Career; Socialisation; Corporal Expression; Physical Education.

1 Introducción

La Expresión Corporal (EC) es una disciplina relativamente reciente en España. Se ha desarrollado en tres etapas principales. En primer lugar, una generación de precursores de las Actividades Corporales Expresivas (ACE) que desarrollaron sus trabajos en el contexto de la Segunda Guerra Mundial y recogieron el testigo de innumerables artistas que apostaban por la vanguardia del siglo XIX. En segundo, una primera generación de defensores de la EC toma el relevo para organizar y promover el reconocimiento de la disciplina a partir de los años 1960 y 1970, abriendo la puerta a la institucionalización de la disciplina. Y en tercer y último lugar, una segunda generación que ha contribuido a dicha institucionalización aprovechando el contexto de la Transición a la democracia española y el desarrollo del Sistema Educativo Español (Caballero-Julia, 2018).

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Esta nueva disciplina muestra un desarrollo creciente y, sin embargo, un escaso estudio de su evolución y de sus autores. Su importancia e interés científico en sociología es destacable ya que representa una clara alternativa a la socialización corporal de la práctica deportiva (Montávez, 2012; Romero, 2015).

El presente artículo tiene como objetivo la descripción de una parte de los análisis realizados en el contexto de una investigación sobre la práctica de la Expresión Corporal (EC). Su objetivo principal es el análisis de las trayectorias de profesionalización de los practicantes españoles de EC, así como los modos de apropiación y socialización de la EC por parte de este colectivo. En él se cuestionan los distintos tipos de socialización de clase y género apoyándose en los trabajos que ponen el acento en la construcción social del cuerpo y la incorporación del habitus (Bourdieu, 1980; Court, Mennesson, Salaméro, y Zolesio, 2014; Darmon, 2008a; Détrez, 2002; Faure, 2000; Fraysse y Mennesson, 2009). Ello se combina con el análisis de las carreras de los practicantes (Becker, 1963) que permiten poner en evidencia los modos de compromiso, mantenimiento y salida de la práctica articulados con las socializaciones y las lógicas de institucionalización de la EC. En este artículo nos proponemos exponer las fases de la « Carrera Corpo-Expresiva ».

La metodología ha sido concebida con el fin de analizar dicha carrera, así como las distintas disposiciones de una población formada por practicantes de EC de ambos sexos y cualquier edad. Para ello, hemos realizado observaciones directas de las prácticas corporales de los practicantes de EC, entrevistas semiestructuradas y cuestionarios cualitativos auto-administrados vía email.

Organizamos nuestro análisis poniendo en evidencia tres etapas de la carrera corpo-expresiva. La primera, es una etapa donde el practicante “descubre” la EC y donde éste identifica un “cambio personal”: una ruptura que supone el abandono (total o parcial) de la imagen de la actividad física como “Actividad de performance” en favor de una concepción de la actividad como “emocional”. Tal “descubrimiento”, lo encontramos principalmente en las mujeres de las clases media y superior (las cuales poseen gran cantidad de capital cultural). En la segunda fase, el practicante inicia un trabajo de transformación de sí mismo comprometiéndose con la EC (la cual desplaza los ideales corporal en torno a un “ethos” y modifica el “hexis” corporal de los practicantes) en forma de “búsqueda” activa de formación hasta hacer de su práctica una “Actividad Total”: tipo ideal inspirado en la noción de total institution (Goffman, 1968) donde la actividad es capaz de “romper las fronteras” entre las diferentes dimensiones de la vida del individuo sometiéndolas a su práctica. Finalmente, la entrada en la tercera y última etapa de la carrera corpo-expresiva supone el fin de la EC como “Actividad Total”.

En definitiva, en este artículo se muestran las fases de la carrera corpo-expresiva mediante la cual las personas practicantes de EC realizan un trabajo de transformación. Este colectivo está compuesto principalmente por mujeres de clase media y superior con un gran capital cultural que les permite implicarse, más fácilmente que los hombres, en un “trabajo emocional” (Hochschild, 1983).

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2 Marco teórico

En el presente artículo se combinan dos corrientes teóricas de la sociología que tradicionalmente han sido consideradas como incompatibles (Darmon, 2006). La sociología de la socialización de Bourdieu, donde se articulan los conceptos de disposición y espacio social; y el análisis en términos de “carrera” propuesto por Becker (1963). Sin embargo, como demuestra el trabajo de Darmon (2008a, 2008b), tal combinación ha demostrado ser posible y productiva a la hora de analizar procesos complejos de socialización y de entender las diferentes etapas que los caracterizan.

2.1 La incorporación de la estructura social

El presente artículo se encuentra anclado en la sociología de la socialización, concretamente en la sociología de la socialización corporal con una fuerte componente “bourdieusiana” desarrollada por autoras como Mennesson (2004), Faure (2000), Garcia (2011) o Détrez (2002). Desde esta perspectiva, la socialización es un proceso de transmisión desde una sociedad hacia el individuo que contribuye a la “incorporación” de las estructuras del mundo social.

Este proceso de incorporación implica un aprendizaje de las normas y valores de una sociedad donde el cuerpo juega el papel de receptor. De esta manera, el individuo es modelado por una sociedad a través de procesos que operan en él, sin que éste sea necesariamente consciente de ello. El comportamiento es, por tanto, constantemente reorientado a lo largo de este proceso que dura toda la vida y que se inicia en el seno familiar con la socialización primaria. De este modo, la socialización recibida en edades tempranas se ve enfrentada con el paso del tiempo a la “socialización secundaria” (Darmon, 2006).

No obstante, este proceso no es recibido por todos los individuos de manera homogénea, ya que la socialización es eminentemente plural. Por un lado, un mismo individuo puede recibir múltiples influencias y mensajes -incluso contradictorios- a lo largo de su vida de parte de agentes sociales diversos. Por otro lado, dos individuos distintos pueden verse envueltos en contextos sociales muy diferentes a pesar de pertenecer aparentemente a una misma sociedad. Dos de los factores más importantes son la “clase social” y el “género”.

Cuando hablamos de socialización, hablamos necesariamente de la construcción del “habitus”, concepto central de la teoría de Bourdieu (1980). Su definición puede resumirse como: el “conjunto de disposiciones” a formas de ser, actuar, sentir y ver el mundo que son interiorizadas a partir de la práctica (haciendo) o de un agente concreto de socialización. Este “habitus”, se origina en el contexto de un espacio social concreto, el cual es determinado por la cantidad y tipo de capital que ostentan sus actores en un campo determinado. El hecho de que este espacio social esté jerarquizado da lugar a las clases sociales, las cuales transmiten su propio “habitus” de clase. De igual modo, podemos ver que la estructura social está principalmente organizada en términos de género. Como consecuencia, de la misma manera que podemos hablar de “habitus “de clase incorporados en “cuerpos de clases”, el proceso de socialización va a diferenciar por género incorporando el “habitus” en “cuerpos

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masculinos” y “cuerpos femeninos”. En suma, el proceso de socialización implica la construcción social del cuerpo, alejándonos de la concepción natural del cuerpo y del comportamiento.

2.2 La noción de “carrera” más allá del mundo laboral

Al hablar de EC en un contexto sociopolítico e histórico en el que reina el deporte, cabe preguntarse cómo se convierte alguien en practicante de EC y qué le lleva a elegir esta actividad física frente a otras. Para encontrar una respuesta, en este artículo se expone una reconstrucción de la “carrera” de los practicantes de EC. Cabe explicar entonces, que autores como Goffman, Becker o Hughes pertenecientes a la corriente sociológica conocida como “interaccionismo” desarrollaron esta noción prolongando la idea de “carrera profesional” hacia otros aspectos que van más allá del mundo laboral. Con ella, los autores han pretendido analizar y mostrar los distintos procesos de acción en los que se involucran los actores sociales. Se hace así referencia, no sólo a la situación oficial del individuo como dimensión objetiva de la “carrera”, sino también a los distintos cambios de significación y de imagen personal que tienen lugar en su dimensión subjetiva. Se trata, por tanto, de un análisis diacrónico en el que la “carrera” es vista como un proceso de acción en el que los actores anticipan, preparan y hacen frente a cambios y dificultades (Darmon, 2008b, 2008a).

De igual modo, autores más recientes (Darmon, 2008a ; Fillieule, 2001 ; Fillieule et Mayer, 2001) han desarrollado esta noción como el conjunto de procesos de entrada, mantenimiento y salida de universos prácticos en los que se implican los individuos. En consecuencia, la noción de “carrera” es convertida en un instrumento de investigación tanto teórico como metodológico. Éste instrumento combina el análisis comprensivo con la objetivación de las posiciones ocupadas de forma sucesiva por los individuos. Bourdieu (1986) proponía la noción de “trayectoria” explicándola metafóricamente como un viaje en metro. La noción de “carrera” supera esta idea al permitir acercarse al espacio local de las interacciones: pasajeros del vagón, agentes del metro, los conductores de la línea, los publicistas que han producido los carteles que ornamentan los muros de la estación y demás elementos de la estación (Darmon, 2008a). De esta manera, el uso de la noción de “carrera” nos permite dar cuenta de “aquello que hacen” los actores: compromisos, secuencia temporal, relación entre los actores, etc. A este análisis de la dimensión objetiva de la “carrera”, se añade el análisis de las “significaciones íntimas” propias de la dimensión subjetiva. Es así que, al combinarse con el análisis “bourdieusiano”, estamos en disposición de reconstruir el contexto que establece las condiciones sociales necesarias, pero no suficientes, para entrar y/o salir de la “carrera”.

De esta forma, nuestro trabajo gira en torno a cuatro hipótesis principales: 1) la práctica de la EC se encuentra en un estado de inferioridad frente al deporte, cuyo modelo es dominante en los espacios públicos y en la Educación; 2) la jerarquización tradicional del “cuerpo masculino” sobre el “cuerpo

femenino” incorporado históricamente a través del “aprendizaje por cuerpo”1 (Bourdieu, 1980;

1 La expresión del francés apprendre « par cœur » (aprender de memoria) seria literalmente traducida como “aprender por corazón”. Jugando con las palabras, l’apprentissage « par corps » (aprender por cuerpo) hace referencia al proceso por el cual la socialización utiliza el cuerpo para « memorizar » la estructura social.

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Faure, 2000) facilitaría la práctica de la EC en las mujeres y la dificultaría en los hombres (al ser una actividad considerada como típicamente femenina); 3) la socialización de género se articula con la de clase social en el proceso de construcción social del cuerpo, necesitándose las condiciones materiales y temporales para la incorporación de un “habitus” proclive a las prácticas artísticas; y 4) la entrada en una carrera corpo-expresiva necesitaría de la presencia de una nueva socialización capaz de alterar el habitus inicial de los practicantes, una socialización de transformación tal y como ha sido definida por Suaud (1975) y Darmon (2006).

3 Metodología

3.1 Perspectiva, población y terreno

La metodología empleada en este trabajo es eminentemente cualitativa. La población objeto de estudio corresponde al conjunto de personas que practican alguna de las modalidades de EC en cualquiera de sus orientaciones (pedagógica y/o artística). La muestra está compuesta por 60 practicantes españoles de EC. Se ha realizado una triangulación de técnicas de análisis cualitativo para reconstruir los procesos de socialización en España. Así pues, se analizaron 16 entrevistas semiestructuradas (14 mujeres y 2 hombres), 38 cuestionarios cualitativos (17 hombres y 21 mujeres) y más de 200 horas de observación directa en distintas estructuras representativas en las que se practica la EC (donde se han observado diferentes sesiones impartidas por 6 docentes profesionales). En las dos primeras fuentes, se utilizó dos métodos indirectos junto con el criterio de saturación para seleccionar a los individuos: contactos institucionales e informadores individuales (Blanchet y Gotman, 2007).

3.2 Triangulación de técnicas cualitativas

Según Darmon, “la entrevista constituye sin duda una aproximación privilegiada de las carreras; trayectorias o de todo proceso individual que se extiende en el tiempo” (2008a, p. 104). Nociones como el “comienzo” (Darmon, 2008a; Ekins, 1997) implican la necesidad de recurrir a su reconstrucción a posteriori. Así pues, nuestra investigación utiliza la entrevista semiestructurada (Blanchet y Gotman, 2007) como un elemento principal para reconstruir las “carreras” de los practicantes españoles de EC. En total, se realizaron 16 entrevistas con un guion con cinco dimensiones: Formación, Vida Profesional, Actividades Extra-laborales, Vida Cotidiana y Cuerpo. Estas dimensiones sirvieron de base para su codificación generándose códigos ad hoc (33 de sentido y 17 de referencia) que recogían la historia vital de los entrevistados incidiendo en el papel de la EC. La gran dispersión geográfica de esta población objeto de estudio nos ha invitado a utilizar, como complemento, un cuestionario cualitativo (Álvarez y Jurgenson, 2003) cumplimentado a través de Google Forms®. Estos cuestionarios, compuestos de las mismas preguntas abiertas que la entrevista y con idéntica estructura, fueron analizados utilizando los mismos criterios.

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Finalmente, con el fin de aportar un análisis sincrónico de las socializaciones de transformación vividas por los profesionales de EC, se describieron las prácticas y situaciones en su contexto original así como los elementos biográficos más importantes a reconstruir (Garcia, 2015). Esta reconstitución ha sido elaborada por un investigador a partir de descripciones, conteos, crónicas de actividad, retrato de actores, léxico indígena y todas las anotaciones realizadas sobre el terreno de observación. Para ello, a la recogida de datos discursivos se suma el empleo de la observación directa (Arborio y Fournier, 2015; Laplantine, 2015) de las prácticas corporales de EC en entornos educativos. Estos entornos son representativos de dos zonas geográficas en las que la EC presenta diferencias históricas: EC del Noreste y la EC del Centro-Suroeste de España (Caballero-Julia, 2018). Los datos discursivos han sido analizados mediante el análisis de discurso propuesto por Murillo y Mena (2006), diferenciando entre sentido (unidades de significado) y referencia. Los datos obtenidos mediante observación directa han seguido el proceso de descripción expuesto por Laplantine (2015), donde resaltan los recursos que los actores movilizan en sus prácticas (verbales y no verbales), así como el sentido que estos dan a dichas prácticas y los modos de ocupación del tiempo y el espacio.

4 Resultados y discusión

En este apartado se exponen los distintos procesos vividos por los sujetos estudiados. Sin embargo, la heterogeneidad que caracteriza a esta nueva disciplina está también presente en la diversidad de sus actores, así como de sus orígenes. Como ya habíamos previsto, nuestra muestra está casi íntegramente formada por mujeres, demostrándose la importancia del género como categoría de análisis. De este modo, hemos identificado tres etapas de lo que hemos llamado “carrera corpo-expresiva”. Siendo éste un modelo ideal (Weber, 1965) que resume las múltiples “carreras” posibles. Las tres fases marcan, a grandes rasgos, la entrada, el desarrollo de las transformaciones y la estabilidad en esta “carrera”.

4.1 Fase I: El descubrimiento de la EC como pistoletazo de salida

En cuanto a la primera fase, podemos decir que se trata de una corta etapa en la que el practicante descubre verdaderamente la EC. En este periodo, se identifica un momento de cambio que supone el inicio de la carrera corpo-expresiva. En torno a este momento encontramos la presencia del reclutador, una figura crucial para la concepción de dicho cambio. Se trata de un profesional ya iniciado en la EC que transmite consciente o inconscientemente los nuevos valores de la práctica. De la interacción entre el reclutador y el practicante nace este descubrimiento de “otra forma” o de “algo nuevo” generándose la ruptura necesaria para iniciar una “carrera”.

Las características de este cambio son múltiples pudiendo ser resumidas como la evolución hacia un “cuerpo expresivo” desde un “cuerpo eficiente”. Esto supone el abandono (total o parcial) de la actividad física como actividad de performance a favor de una nueva concepción de la actividad

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como emocional. Esta evolución implica el paso de una “ideología de la eficiencia corporal” a una “ideología de la interioridad” (García, 2011a).

Se constata, por tanto, que las personas que han iniciado su carrera corpo-expresiva son aquellas que habían incorporado en el transcurso de su socialización primaria un conjunto de disposiciones constituidas principalmente por la práctica corporal artística. Estas disposiciones son el resultado de un gran volumen de capital cultural (Bourdieu, 1979) propio de las clases medias y superiores. En cuanto al género se refiere, vemos que son principalmente las mujeres quienes desarrollan el gusto por estas prácticas.

Se concluye que los profesionales de EC incorporaron prácticas corporales artísticas provenientes del capital cultural de las clases media y alta. En relación al género, se aprecia que son las mujeres las que principalmente desarrollan el gusto por las artes prácticas.

4.2 Fase II: búsqueda de una transformación profunda

La implicación con esta carrera conlleva a un verdadero trabajo de transformación del yo. Éste se inicia durante los primeros compromisos contraídos con la EC en forma de búsqueda muy intensa de formación. La necesidad de “aprender más”, de “saber más” sobre la EC y todo aquello que pueda estar asociado a ella, lleva al practicante a seguir un gran número de formaciones tanto de tipo formal como informal.

El trabajo de transformación del yo contribuye a construir un nuevo habitus incorporando, a través de la práctica constante de la EC, un ethos ascético fundado principalmente en el autocontrol de sí mismo, propio de la cultura burguesa (Darmon, 2006) y un hexis corporal resultante del enderezamiento y moldeado a los que son sometidos los cuerpos de los practicantes españoles de EC a lo largo de esta etapa.

A lo largo de esta fase, múltiples dimensiones de la vida cotidiana (vida profesional, ocio, vida familiar, etc.) se articulan alrededor de la EC hasta hacer de su práctica una “actividad total”. Una actividad tal, para convertirse en “total”, debe ser capaz de “romper las fronteras” entre las dimensiones de la vida cotidiana del individuo, sometiéndolas a la práctica de dicha actividad. Así pues, vemos como la EC es capaz de hacerlo y de potenciar el proceso de transformación mental y corporal de estos actores. La segunda etapa de la carrera corpo-expresiva de los practicantes españoles de EC es un periodo de transformación que desplaza los ideales corporales y modifica los cuerpos de los practicantes. Estamos pues, ante un proceso de apropiación no sólo de la actividad física, sino también del ideal corporal (Détrez, 2002). Un cuerpo que ya no es eficiente, sino emocional-expresivo.

Además, en el marco de estas transformaciones, el nuevo practicante pasa a formar parte de un grupo de practicantes. Tal grupo pasa de ser un grupo de referencia, en el que el nuevo practicante veía un modelo a seguir, a un grupo de pertenencia donde el principiante se sentirá identificado.

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97 4.3 Fase III: la EC deja de ser una “Actividad Total”

La entrada en la tercera y última de las etapas de la carrera corpo-expresiva, supone el fin de la EC como “actividad total”. Esta fase tan sólo se encuentra en casos de relativa madurez física, personal y profesional. Tiene además, la particularidad de no ser de paso obligatorio para todos. El practicante español de EC podría así continuar en un estado de transformación y búsqueda constantes a lo largo de toda su vida. Sin embargo, hemos podido identificar dos situaciones que favorecen el paso de la segunda etapa a la tercera. En primer lugar, para aquellas personas que han vivido cambios importantes en sus vidas (embarazo y nueva descendencia, lesiones graves, etc.) constatamos una relajación progresiva de las ganas de “hacerlo todo”. La familia ocupa un espacio vital cada vez más importante. Esto ocurre especialmente en el caso de las mujeres que tras el parto descubren un nuevo cambio en sus roles. En segundo lugar, esto mismo ocurre entre quienes experimentan una cierta mejoría y estabilidad profesional con una posición relativa más ventajosa en la estructura de poder laboral interna.

5 Conclusiones

Las características de la población estudiada representaban uno de los límites más importantes a la hora de construir nuestra metodología. La gran heterogeneidad de prácticas consideradas como ejemplos de EC y la gran dispersión geográfica nos ha obligado a adaptar nuestros instrumentos y modos de selección de los participantes. De esta manera, las técnicas cualitativas se han demostrado no sólo pertinentes sino eficaces a la hora de analizar la “carrera corpo-expresiva”.

La articulación de los análisis sincrónicos y diacrónicos propuestos nos han permitido identificar los recorridos de profesionalización de los practicantes españoles de EC, reconociendo un “tipo ideal” de carrera válida para el conjunto de la población.

Hemos visto cómo nos enfrentamos a una disciplina, relativamente reciente, en teoría capaz de enfrentarse a los modelos de actividad física preexistentes (principalmente, en el seno de las instituciones educativas), proponiendo una nueva forma de apropiación del cuerpo y de la actividad física.

La noción de carrera nos ha permitido dividir en etapas los diferentes procesos de compromiso y de acción. El inicio, a partir del momento de ruptura, solo es posible gracias a procesos de socialización corporal de clase y de género preexistentes: mujeres de clases medias y superiores con un gran volumen de capital cultural.

La EC, al convertirse en “actividad total”, demuestra que es posible la conversión. Sin embargo, estudiar los efectos socializadores de la EC requiere la consideración de los extremos de “conversión” y “confirmación” definidos por Bourdieu y Passeron (1970) y Suaud (1975).

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