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Epidemiologia del mal del pinto, pinto o carate

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Academic year: 2017

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EPIDEMIOLOGIA DEL MAL DEL PINTO, PINTO 0 CARATE*

DR. GERARDO VARELA

Instituto de Salubridad y Enfermedades Tropicales, México, D. F., México

El mal del pinto es causado por el Trepo- nema carateum (l), germen que no es posible diferenciar morfológicamente del Treponema pallidum (22,25). No ha sido posible cultivar el T. carateum en medios artificiales, ni en la membrana corioalantoica, ni en el saco vite- lino de huevos fecundados. En cultivos de tejidos se ha logrado obtener desarrollos fugaces (20).

Mooser y colaboradores (ll) no pudieron trasmitir el mal del pinto a los animales de laboratorio. Turner y colaboradores (17), trabajando en el Laboratorio Internacional de Treponematosis, en Baltimore, Md., lograron inocular el T. carateum a hámsters (Mesocricetus auratus auratus) ; aparecen treponemas en los ganglios linfáticos, pero la cepa se pierde en pases posteriores.

La trasmisión experimental del mal del pinto al hombre fue realizada por Téllez (16). Padieha (13) infectó nueve enfermos de frambesia con T. carateum y piensa que hay cierta inmunidad cruzada.

Estudiamos 1.049 historias clínicas de en- fermos de mal del pinto en la zona de Arcelia del estado de Guerrero, México, en busca de antecedentes de sífilis y encontramos que el 0,5 % tenían los citados antecedentes (datos inéditos). Si comparamos esta cifra con la de Shattuck (15), que encontró en los campesi- nos mexicanos de Yucatán 4,5% con ante- cedentes sifilíticos, y con nuestros estudios (2), llevados a cabo en el valle del Usuma- cinta, donde apareció un 4,78 % con historia de sífilis, podemos pensar que entre los pin- tosos la sí6lis es escasa.

Desde Menk (10) sabemos que los pintosos tienen reacciones de Wassermann positivas en el suero sanguíneo. La prueba de la inmu- nización del Treponema pallidum (ITP) de Nelson y Mayer (12), usando suero san- guíneo de pintosos y T. pallidum, fue positiva (Turner, comunicación personal,

* Manuscrito recibido en junio de 1955.

Edmundson y colaboradores (3)). Varela y Olarte (23) descubrieron que el suero san- guíneo de los pintosos inmoviliza al T. carateum y que el suero sanguíneo de los si- fihticos también lo inmoviliza. Las reacciones luéticas de fijación del complemento y de floculación son negativas en el líquido cefa- lorraquídeo de los pintosos (18).

Varela y Palencia (24) demostraron que el líquido cefalorraquídeo de los pintosos con reacciones luéticas comunes negativas, in- moviliza el T. earateum, y que el líquido cefalorraquídeo de los sifilíticos lo inmoviliza en grado menor. Podemos decir que en los pintosos las reacciones serológicas lipoides son más constantes y más intensas que en la sífilis, y que, existen en el líquido cefalorra- quídeo de los pintosos reaginas que inmovili- zan el T. curateum. Tal vez sea ésta la explica- ción de que el padecimiento se localice en la piel, no afectando las vísceras o el sistema nervioso central, al revés de lo que pasa en la sífilis. Las discromías del pintoso pueden acompañar al enfermo que las padece por toda su vida sin causarle, al parecer, grandes molestias.

Los ensayos de trasmisión experimental del pinto por medio de artrópodos han fra- casado hasta la fecha (6,8). Se ha encontrado el T. carateum en el sudor y en la secreción de las fisuras de la piel (7), lo que hace pensar en la trasmisión por contacto directo.

Varela y Avila (20), estudiando 200 casos de pinto, encontraron que la lesión inicial eritematoescamosa del pinto, llamada “pin- tides” apareció en todos los casos en las regiones de la piel expuestas al contacto infec- tante, tales como la cara, antebrazos y pier- nas, respetando el tronco y muslos. Hemos repetido los experimentos de trasmisión del pinto por medio de simúlidos y garrapa- tas sin lograrlo. En las regiones pintosas, se encontró como condición indispensable para

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572 BOLETIN DE LA OFICIh-A SANITARIA PANAMERICANA adquirir la enfermedad, el vivir en condi-

ciones miserables, en hacinamiento y falta de aseo personal.

Estudiamos 460 casos de pinto en el es- tado de Guerrero y encontramos, en relación con el hacinamiento, los siguientes datos (21) :

Grado de hacinamiento casos Porcen- taje

Nulo (1 a 3 personas por alcoba). 109 24 Relativo (4 a 6 personas por alcoba) 227 49 Mediano (7 a 9 personas por alcoba)’ 97 21 Grande (10 o más personas por al-

coba) 27 6

-- ~-

Total. . . . . . . 460 100

El 74,s % de los enfermos de pinto no han tenido instrucción alguna, relacionándose también esto con su estado económico e hi- giene.

Para adquirir el pinto parece que se re- quiere contacto intimo y prolongado con personas enfermas y, además, vivir en situa- ción de miseria y falta de aseo personal. En los pueblos estudiados en el estado de Gue- rrero se aprecia que el pinto existe en la periferia de la población, donde se vive sin higiene, y no se presentan casos en el centro de los poblados, lugar donde hay mejores posibilidades de aseo y menos hacinamiento (4, 1%.

El 95,6% de los pintosos que estudiamos son de raza indígena americana. El pinto es raro entre los blancos que habitan las re- giones afectadas por el mal, pero estos indi- viduos viven por lo general en buenas condi- ciones económicas e higiénicas y habitan el centro de las poblaciones.

En 805 pintosos estudiados (20) se encontró que el 56,2 % había tenido padres con pinto. No parece que el sexo afecte la aparición del mal del pinto. En el censo del Departamento de Salubridad Pública de México (1934), se encontraron afectados 139.438 hombres y 131.247 mujeres. Las reacciones serológicas luéticas de los hijos de madre afectada de pinto, son, en el momento de nacer, positivas

intensas (Varela, datos no publicados). Las lesiones cutáneas del pinto aparecen en los niños después de varios años de edad.

Existen en México alrededor de 270.000 personas ron mal del pint’o (20), sin contar las que presentan las lesiones iniciales 0 pintides, y aproximadamente 500.000 enfer- mos en el resto del Hemisferio Occidental, estando especialmente afectados Colombia (14), Venezuela (5), Ecuador (S), y la Amé- rica Central.

No parece que haya relación entre el clima y la aparición del pinto pues se encuentra desde lugares altos y fríos, como el valle de los Chillos, en Colombia, a 2.570 metros sobre el nivel del mar, hasta localidades situadas al nivel del mar y de clima tropical. En las costas parete que el pinto no existe, o es escaso, quizá por las mejores costumbres higiénicas de los pobladores de esos lugares, especialmente la facilidad del baño. Hemos investigado esto experimentalmente en dos voluntarios que inoculamos con linfa de pinto, rica en T. carateum. Una vez que aparecieron las lesiones iniciales, hicimos que se bañaran con frecuencia; las citadas le- siones desaparecieron, sin más tratamiento que el jabón.

RESUMEN

El mal del pinto es una enfermedad endé- mica treponematósica rural y suburbana que ataca a las personas que, por su extrema pobreza, viven hacinadas-en contacto físico las sanas fon las enfermas-y que pare- cen de aseo personal.

Se comprueba que, a pesar de vivir en puntos donde la enfermedad es endémica, las personas cuyo nivel económico les permite el disfrute de mejores condiciones higiénicas que las de los pintosos, no contraen la en- fermedad.

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Junio 19571 EPIDEMIOLOGIA DEL MAL DEL PINTO 573

REFERENCIAS (1) Brumpt, E.: Un nouveau treponema parasite

de l’homme Treponema carateum agent des carates ou “mal del pinto”, C. R. Soc. Biol. (París), 130:942, 1939.

(2) Bustamante, M. E., y Varela, G.: Investiga- ción serológica de fiebre tifoidea, brucelosis y sífilis y del tipo sanguíneo en el Valle del Usumacinta, Rev. Inst. Salub. y Enf. Trop. (México), 4:1-11, 1943.

(3) Edmundson, W. F.; López-Rico, A., y Olansky, S.: A study of pinta in the Tepal- catepec Basin, Michoacán, México. 1. Field identification of the disease, Am. Jour. Syph., 37:201-206, 1953.

(4) González Herrejón, S.: El mal del pinto, Leverkusen, Germany, 1938.

(5) Iriarte, D.: El carate en Venezuela, Bol. Lab. Clin. “Ruzetti” (Caracas), 1:17-23, 1940. (6) León Blanco, E.: La noción del contagio y la

idea del vector en el mal del pinto, Medicina (México), 20:162-169, 1940.

(7) León Blanco, F.: La presencia de Treponema herrejoni en la serosidad de las grietas, fisuras y rasguños de las lesiones cutáneas del mal del pinto, Rev. Kuba Med. Trop., 6:47-48, 1940.

(8) León Blanco, F., y Soberón-Parra, G.: Nota acerca de la transmisión experimental del mal del pinto por medio de una mosca del género “Hippelates” (Nota preliminar) Cac. Méd. Méx., 71:534-539, 1941. (9) León Luis, A.: El carate en Venezuela, Bol.

Lab. Clin. “Razetti” (Caracas), 1:17-23, 1940.

(10) Menk, W.: The percentages of positive Wassermann reaction found associated with various diseases. En: United Fruit Co. Fifteenth Annual Report, Medical Report, Boston, págs. 168-170, 1926. (ll) Mooser, H.; Varela, G., y Vargas, L.: Experi-

mentos de transmisión del mal del pinto, Bol. Inst. Hig. Méx., 2~224-226, 1936. (12) Nelson, R. A., y Mayer, M. M.: Immobiliza-

tion of Treponema pallidum “in vitro” by antibody produced in syphilitic infection, Jour. Esp. Med., 89:367-393, 1949. (13) Padieha, A.: Sobre la transmisión de pinta

experimental a frambuésicos, Bol. Soc. Cub. Derm. y Sif. 3:169-176, 1946. (14) Peña Chavarría, A., y Shipley, G. P.: Con-

tribución al estudio de los carates de América Tropical, Rev. Estudios de los

carates, Med. Latinoam. (Buenos Aires), 10 :648-721, 1925.

(15) Shattuck, G. C.: The peninsula of Yucatan, Washington, D. C., pág. 257, 1933. (16) Tellez, G.: El mal del pinto. Secretaría de

Fomento; Colonización, Industria y Co- mercio de la República Mexicana, Oficina Tip. de la Sec. de Fomento, 1889. (17) Turner, T. B.; Hollander, D. H., y Shaeffer,

K. : Biological investigation on treponemes. En: First International Symposium on Yaws Control, Geneva (World Health Organiza- tion: Monograph Series, No. 15, págs. 7-16, 1953.

(18) Varela, G.: Estudios serológicos y cardio- vasculares de un grupo de enfermos de mal del pinto, Rev. Inst. Salub. y Enf. Trop.

(México), 6:163-166,1945.

(19) Varela, G.: Problemas en relación con el pinto, pian y bejel, Pren. Méd. Mez., 17: 119-122, 1952.

(20) Varela, G., y Avila, C.: “Mal del pinto” or “carate” and its treatment with chlorhy- drate of 3-amino-4-oxiarsenobenzol (Ma- pharsen), Am. Jour. Trop. Med., 27:663- 672, 1947.

(21) Varela, G.; González Rivera, M., y Barriga Vázquez, F.: Algunos datos epidemiológicos y estadísticos del mal del pinto, Medicina (México), 23 :73-76, 1953.

(22) Varela, G., y Nieto, R. D.: Nota acerca de la morfología del treponema del mal del pinto, Ann. Inst. Biol. Univ. Méx., 11:35-39, 1940.

(23) Varela, G., y Olarte, J.: Anticuerpos contra el Treponema carateum del mal del pinto en el suero sanguíneo de pacientes de esta enfermedad, Medicina (Mexico), 30:34, 1950.

(24) Varela, G., y Palencia, L.: Estudios de in- movilización del Treponema carateum con sueros sanguíneos y líquidos cefalorraquí- deos, Re:jT-Inst. Salub: y Enf. Trop. (México); 15:103-109, 1945.

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574 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA

EPIDEMIOLOGY OF PINTA (MAL DEL PINTO) OR CARATE (Summary)

Pinta is an endemic treponematosis found in hygienic conditions than pinta patients, do not both rural and suburban areas; it attacks in- develop the disease. We have been able to prove dividuals living in conditions of want, lack of

personal cleanliness, and overcrowding, involving

this experimentally,

close contact between healthy and infected per- There is evidente that the transmission of pinta

sons. takes place by direct contact. There is no proof

It is found that persons living in the endcmic that arthropods play any part in the trans- pinta eones, but under better economic and mission.

VACANTES DE INSPECTORES

SANITARIOS

En la América Latina y en el Area del Caribe se encuentran

vacantes varios puestos de Inspectores Sanitarios para trabajar

en programas de salud pública rural y de erradicación de la ma-

laria y del Aedes aegypti. Los aspirantes a estos puestos deben

poseer adiestramiento en salud pública y cierta experiencia en

los mencionados campos. Para algunos de los puestos es conve-

niente el conocimiento del inglés. El sueldo varía de 3,600 a

4,800 dólares anuales, más subsidios de familia y por destino en

el extranjero.

Referências

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