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Espacios públicos en Bogotá. Limitaciones y potencialidades de la construcción de indicadores para su medición

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Espacios públicos en Bogotá. Limitaciones y potencialidades de la

construcción de indicadores para su medición.

Ana Marcela Ardila Pinto

Universidade Federal do Rio de Janeiro Doutorado em Geografia Bolsista Capes

Palabras claves:

Espaço público; indicadores urbanos; geografia urbana; Bogotá; política urbana

Resumen

El objetivo de este trabajo es adelantar un análisis de las potencialidades y limitaciones de los indicadores propuestos en el inventario de espacios públicos que sirvió como soporte para la formulación del Plan Maestro de Espacio Público en la ciudad de Bogotá, Colombia, en el año 2005. El documento presenta un recorrido crítico por aspectos tales como los criterios para la identificación de la unidad de observación, el espacio público; además de los aspectos que fueron utilizados para su localización en la estructura urbana de la ciudad. A partir de estas críticas, propone la inclusión de variables socioeconómicas como elementos claves para explicar la distribución de estos espacios, especialmente asociados al indicador de estratificación socioeconómica.

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Espacios públicos en Bogotá. Limitaciones y potencialidades de

la construcción de indicadores para su medición.

Ana Marcela Ardila Pinto

Introducción

Desde los primeros años de la década del noventa, la ciudad de Bogotá, capital de Colombia, ha sido escenario de una importante transformación en su ordenamiento urbana y gestión, producto en gran parte de la construcción de una política de más largo aliento en comparación con períodos anteriores.

Si bien existen diferentes ideologías, estilos, énfasis y estrategias entre estos alcaldes, lo cierto es que en conjunto sus propuestas se caracterizarían por un aumento de la intervención de la administración pública en el planeamiento, gestión, regulación, ejecución y control, como estrategias para organizar y ordenar la ciudad. Esta visión abarcaría los clásicos sectores de la salud, la educación, transporte urbano, seguridad, vías, la normatividad del suelo urbano o los servicios públicos, hasta preocupaciones políticas más recientes como el medio ambiente, el comportamiento de los ciudadanos y convivencia, la descentralización local o la modernización de administración pública y el mejoramiento de la relación entre los ciudadanos y las instituciones locales.

Algunos indicadores parecerían evidenciar los resultados de esta propuesta en las condiciones de vida de los bogotanos. Es así como la cobertura de acueducto en la ciudad legal alcanza el 100%, la de alcantarillado sanitario el 96,9% y el alcantarillado pluvial el 90%. (Cámara de Comercio de Bogotá). Con el desarrollo de un nuevo sistema de transporte, denominado Transmilenio, se ha disminuido el tiempo promedio de viaje en una hora (SUAREZ) y se mejoró levemente la calidad del aire (CHAPARRO). Y con respecto a la seguridad ciudadana, la ciudad pasa en 1994 de 80 homicidios por cada 100.000 habitantes en 1993 a 28,4 en el 2002(Bogotá).

Entre los gestores de esta propuesta usualmente se incluyen los nombres de los alcaldes: Jaime Castro Castro, Antanas Mockus Sivickas, Enrique Pelañosa Londoño y Luis Eduardo Garzón entre 2004 y 2006. Los altos índices de popularidad de los gobiernos distritales y los premios internacionales concedidos a la ciudad, tales como el León de Oro de Venecia en el año 2006, el de la ONU en el año 2002 y UN Hábitat en 2004, entre otros, apoyarían su reconocimiento local e internacional.

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Uno de los ejes centrales de esta propuesta política para la ciudad tiene que ver con el espacio público. La ciudad ha enfrentado problemas como déficit cuantitativo de espacios para el ocio, la sociabilidad, la circulación y el debate ciudadano, la degradación de espacios en el centro urbano, baja calidad del espacio público construido, además de la ocupación de andenes, parques y plazas por el sector formal de la economía, y por vendedores ambulantes, automóviles y grupos marginales y también, delincuenciales.

Frente a estas problemáticas, se han venido construyendo estrategias para su generación, gestión, mantenimiento y apropiación. Entre ellas encontramos la formulación del Plan de Ordenamiento Territorial, que impone reglas en torno a su generación, calidad y cobertura mediante la definición de disposiciones para limitar el crecimiento predio a predio de la ciudad y promover la urbanización de áreas más amplias que garantice la provisión de áreas públicas y equipamentos urbanos; la definición de estándares constructivos, mediante cartillas; la creación de instituciones locales para su construcción, regulación y mantenimiento; la realización de programas de educación, convivencia y apropiación cultural del espacio; y la ejecución de acciones policivas para la recuperación de áreas que habían sido apropiadas por particulares.

Paralelamente a la formulación e la implantación de estos instrumentos y acciones, han surgido y en otros casos, se han profundizado conflictos y tensiones entre diversos sectores de la ciudad, que expresan las fuertes divergencias entre visiones ideológicas, políticas y económicas de los diferentes agentes. Algunos de los ejemplos más significativos son por ejemplo: La invasión de calles y plazas por los vendedores ambulantes, que cuestiona el derecho al espacio público frente al derecho al trabajo; la prohibición del uso de vías para el estacionamiento de automóviles, medida ha generado pérdidas para muchos comerciantes; la eliminación de cerramientos de parques y otros espacios de uso colectivo que fueron instalados por parte de los habitantes debido a la inseguridad; la construcción de espacios públicos sin garantía de su sostenibilidad en el largo plazo.

Pero además de la gravedad e intensidad del debate político y económico que estos instrumentos y acciones encierran, su puesta en marcha enfrentó a la Administración y a los sectores interesados con un problema crítico: la ciudad no contaba con información sobre con qué tipo de espacios públicos contaba, cuántos tenía, dónde estaban localizados, quiénes eran los responsables, cuáles eran sus características, quiénes eran sus usuarios, cuáles eran las demandas actuales y futuras. Más de 14 instituciones que tenían que ver con esta problemática, se traslapaban en sus funciones, intervenían desordenadamente y desconocían sus mínimas características físicas, geográficas, ambientales y sociales.

Entre el año 2005, como desarrollo del Plan de Ordenamiento, la Administración Distrital, promulgó el Plan Maestro de Espacio Público, Decreto 215 de 2005. Este instrumento novedoso para la época, tiene la intención de establecer una política para la ciudad de largo plazo que garantice el aumento de la cobertura, calidad y accesibilidad al espacio público. Su objetivo es integrar un sistema urbano de espacio público que articule los diferentes sistemas urbanos de movilidad, servicios públicos y equipamientos, mediante de definición de políticas, estrategias y herramientas urbanísticas, jurídicas, de gestión. Los formuladores del Plan proponen el siguiente esquema sintético:

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Gráfico 1

Estructura del Plan Maestro de Espacio Público de Bogotá.

EJE SOCIAL GESTIÓN PÚBLICA HUMANA EJE URBANO REGIONAL

CONCORDANCIAS CON PLAN DE DESARR0LL0 DISTRITAL Fuente: Alcaldía Mayor de Bogotá. Departamento Administrativo de Planeación Distrital

Para su elaboración fue necesaria la realización de un diagnóstico de la situación actual del espacio público en términos de la cantidad de espacios existentes, así como también de su localización y estructura, con el fin de calcular el déficit actual y futuro de acuerdo con las demandas de la población. Para tal fin, se adelantó, entre otras varias actividades, un inventario de áreas existentes, con base en un análisis geográfico y morfológico de la ciudad.

El objetivo de este documento es exponer un análisis de las potencialidades y limitaciones de este inventario. Intentaremos realizar un balance sobre el alcance de sus resultados en términos de sus dimensiones territoriales, sociales y políticas y ofrecer algunas posibilidades que ofrece esta información para el conocimiento de las condiciones urbanas. Desde nuestra perspectiva, este instrumento provee información inédita de vital importancia para la determinación física y urbanística de las áreas existentes; sin embargo, presenta limitaciones para la determinación de las condiciones de distribución socioeconómica y acceso a estos espacios de acuerdo con las dimensiones sociales y económicas del territorio de la ciudad.

1. El inventario de espacios públicos: algunos criterios para su elaboración

1.1. La definición de la unidad de observación: ¿qué es un espacio público?

El primer problema que se afronta cuándo se quiere establecer la cantidad de espacio público es la definición misma de la unidad de observación. El concepto de espacio público es en sí mismo muy problemático, porque encierra aspectos ligados a la propiedad del suelo, al acceso de la población, a la función que desempeña en términos urbanísticos y sociales. La primera distinción que se realiza en torno a esta temática tiene que ver con la diferenciación entre áreas públicas y áreas privadas desde la perspectiva de la propiedad del suelo.

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De acuerdo con algunos urbanistas y juristas, los espacios públicos se limitan a aquellos bienes que están reglamentados por el derecho público y que en la mayoría de los casos presenta limitaciones para la venta, embargo o extinción de su dominio. Mientras que los bienes privados corresponden a aquellos que son competencia del derecho privado y sus propietarios tienen el derecho a edificar, vender y disfrutar y gozar arbitrariamente, no siendo contra ley o contra derecho ajeno. (BORJA, 1998)

Esta distinción entre un bien público y un bien privado ha sido criticada ampliamente y fue matizada dentro de la legislación colombiana a partir de la supresión del término “arbitrariamente” y de la consideración de que si bien los propietarios privados pueden satisfacer sus necesidades, también tienen responsabilidades sociales y ecológicas. El espacio público fue entonces redefinido mediante la Ley 9 de 1989, la cual estableció en su artículo 5 que el espacio público es el conjunto de inmuebles públicos y los elementos arquitectónicos y naturales de los inmuebles privados, destinados por su naturaleza, por su uso o afectación, a la satisfacción de necesidades urbanas colectivas. Esta definición implica que el espacio público es público en la medida en que se destina a responder por las necesidades colectivas de la población de la ciudad, (Alcaldía Mayor de Bogotá. DAPD 24), y porque es el lugar donde tiene lugar la vida pública, la vida colectiva.

Esta definición tan amplia resulta de difícil operacionalización en términos empíricos, en la medida en que resulta complejo establecer con claridad qué significan las necesidades colectivas de la población, las afectaciones que un espacio tendría para la sociedad. Para superar esta limitación y para efectos de elaborar el inventario de áreas públicas, el Plan Maestro retoma el concepto de espacio público presentado en la legislación urbanística del Plan de Ordenamiento, que restringe el sistema de espacio público al

“...como el conjunto estructurado de las vías peatonales y andenes que hacen parte de las vías vehiculares, los controles ambientales de las vías arterias (ver el punto anterior), el subsuelo, los parques, las plazas, las fachadas y cubiertas de los edificios, las alamedas, los antejardines y demás elementos naturales y construidos definidos en la legislación nacional y sus reglamentos”. Alcaldía Mayor de Bogotá. Plan de Ordenamiento Territorial. Artículo 226 del Decreto Distrital 190 de 2004.

Encontramos aquí una primera dificultad para efectos del levantamiento de las áreas públicas. Si bien la legislación y las teorías urbanísticas mismas resultan demasiado amplias, la opción por definirlo delimitarlo a un conjunto de piezas físicas presenta varios problemas. El primero, el de la propiedad, en el sentido de quién es el responsable por su cuidado y mantenimiento, dado que en el inventario realizado no se establece con claridad la situación jurídica de las áreas y por lo tanto, no se avanza en la identificación de los bienes de propiedad estatal. Hasta ahora la ciudad no sabe con claridad cuáles predios no pueden ser apropiados y usufructuados por los particulares, o cuáles de los predios no edificados y que están actualmente abandonados, deberían ser asumidos por la Administración Local.

El segundo, el de la naturaleza de los bienes, corresponde de manera clara con el perfil de los diseñadores de estos instrumentos urbanísticos, ligados en su mayoría a la arquitectura y la ingeniería, en donde los espacios se restringen a una dimensión fundamentalmente física. El reconocimiento del uso público y de las necesidades colectivas requiere de un ejercicio interdisciplinario que debe involucrar a científicos de las ciencias sociales, jurídicas y económicas. En consecuencia, bienes privados que desempeñan funciones colectivas no son incluidos, y por lo tanto, no devienen objeto de política frente a su acceso, uso y

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mantenimiento. Conflictos diversos sobre el acceso de individuos a espacios de naturaleza “semipública”, tales como centros comerciales, cafés o alamedas no son evidenciados.

1.2. La definición de su localización

La localización de los espacios públicos ha sido uno de los aspectos más complejos para la determinación de la cantidad de espacio público en la ciudad en la medida en que involucra aspectos políticos, de gestión, financieros, administrativos y de equidad territorial. En el ordenamiento de la ciudad, se yuxtaponen lógicas de organización creadas en períodos, criterios y funciones no siempre compatibles, pero que en la práctica, se traducen en luchas por la apropiación de los beneficios del espacio y la responsabilidad de sus costos por parte de diferentes agentes urbanos.

1.2.1. Unidades territoriales no utilizadas en el Plan

Dos tipos de unidades fueron identificadas, pero no fueron empleadas como elementos claves para el análisis del inventario de espacio público: las localidades y las UPZ. Cada una de ellas presenta fuertes limitaciones, sin embargo aportan información de carácter político y de usos urbanos de la ciudad, que tienen un papel central en su configuración. Su poco empleo se traduce en una restricción del alcance del diagnóstico. Veamos algunas de sus características:

En términos políticos y administrativos la ciudad está ordenada en 20 localidades, que cuentan con territorios delimitados, alcaldías locales y juntas administradoras locales. Estas unidades territoriales presentan una gran variabilidad en términos de la cantidad de población, sus condiciones socioeconómicas y ambientales. Es así como algunas localidades cuentan con 26.000 habitantes, mientras que otras pueden alcanzar más de 800.000 y sus dinámicas de crecimiento poblacional presentan ritmos diversos. El empleo de esta unidad por lo tanto, limita el diagnóstico de las lógicas de localización de los espacios públicos en la medida en que no permite establecer patrones espaciales; aunque su importancia en términos de su planeación, gestión y administración no puede ser desconocida.

Tabla No. 1

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Fuente: Alcaldía Mayor de Bogotá. http://www.bogota.gov.co/portel/libreria/php/decide.php?patron=01.0103. Consultado en abril de 2008.

En términos de planeamiento, con la formulación del Plan de Ordenamiento Territorial se definieron Unidades de planeamiento de escala zonal con un menor tamaño conocidas como UPZ. En algunos casos, estas unidades presentan conflictos y pueden yuxtaponerse en varias localidades, además de generar problemas para establecer las demandas del espacio público, en la medida en que fueron creadas con base en criterios urbanísticos que no fueron aplicados de manera homogénea en todos los casos. Es así como en algunas se privilegiaron sus dinámicas de crecimiento (urbanización, incompleta, desarrollo o consolidación), y en otras de su uso (comercial, residencial, industrial, dotacional).

Tabla No. 2

Rangos de dimensión, cantidad y tipo de UPZ en Bogotá

CANTIDAD UPZ TIPO RANGOS DE DIMENSIÓN

Entre 80 y 250 ha Entre 250 y 500 ha Más de 500 ha 33 Residencial de urbanización incompleta 11 13 9 28 Residencial consolidación 9 16 3 12 Residencial cualificado 4 6 2 10 Desarrollo 5 5

6 Con centralidad urbana 6

6 Comercial 3 3 -

8 Predominio industrial 1 7 -

6 Predominantemente dotacional

4 1 1

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1.2.2. Unidades territoriales del Plan Maestro

Ante las limitaciones de las anteriores unidades territoriales y con el objetivo de identificar criterios específicos respecto a la configuración de los espacios públicos, se definieron 1800 unidades morfológicas. Estas unidades se agrupan en razón de las características de sus trazados urbanos en cuatro tipos: trazados fundacionales, caracterizadas por su forma ortogonal, heredados el período colonial; trazados barriales, resultado de la formación de barrios desde comienzos del siglo XX, que presentan trazados más complejos y discontinuos frente a las retículas fundacionales; aglomeraciones de trazados menores, que corresponden a los barrios de origen ilegal; y polígonos urbanos sin trazado, producto de urbanizaciones más recientes.

Igualmente, se definieron dos dimensiones más de observación. La primera de carácter eminentemente geográfico corresponde a las cuencas del sistema hídrico de la ciudad y al sistema orográfico. La segunda, asociada a la escala urbanística, tiene que ver con el tamaño de cada uno de los componentes del espacio público y la población potencial a la cual sirven. Las escalas consideradas son la escala metropolitana, urbana, zonal, y vecinal. En las siguientes tablas se presenta una síntesis de los análisis realizados, a partir de la densidad de espacio público de acuerdo con las diferentes dimensiones tratadas arriba: unidad geográfica, tipo de espacio, escala.

Tabla no. 3. Espacio público de escala metropolitana y urbana

Estructura funcional Espacio público Unidad geográfica Suelo rural Suelo urbano / de expansión (ha) Estructura ecológica principal (ha)/ (m2/hab.) Parques metropolitanos (ha)/ (m2 /hab.) Subsistema vial arterial (ha)/ (m2 /hab.) Población (2000) 1.308.01 2.357.95 2.87 1 Torca – Conejera 5.017.62 732.52 942.12 1.15 25.028 3.640.39 1.444.18 4.17 2 Torca – Molinos 1.304.33 -0- 24.58 0.07 587.526 3.511.45 283.31 6.16 3 Conejera – Juan amarillo 1.12 58.70 5.07 0.11 559.209 3.137.89 1.965.80 27.23 4 Molinos – Arzobispo 1.717.41 -0- 54.160 0.75 362.959 11.456.05 4.145.27 647.40 5 Juan Amarillo – Fucha 2.963.02 422.33 23.80 3.72 1.741.712 11.057.22 5.877.39 173.44 6 Fucha Tunjuelo 4.701.31 1.596.76 23.63 0.70 2.487.067 4 313.01 824.85 50.45 7 Tunjuelo – Sur 2.332.67 166.03 10.64 0.65 775.023 8 Cerros Orientales - Teusacá 3.186.02 -0- 3.186.02 -0- 18.037.4 7 20.102.80 911.71 1.965.94 Total 1.39 3.00 6.539.525

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Tabla no. 4. Espacio público de escala Zonal Estructura funcional Espacio público Unidad geográfica Suelo urbano / de expansión (ha) Área urbanizada neta (ha//hab./ha ) Área útil (ha./hab./ha ) Parques zonales (ha)/ m2/hab.) Equipamientos extensivos (ha)/(m2/hab.) Població n (2000) 1.308.01 4.066.66 2.526.99 5.44 465.12 1 Torca – Conejera 732.52 2.17 185.84 25.028 3.640.39 3.076.56 2.452.75 9.17 300.71 2 Torca – Molinos -0- 190.97 239.54 0.16 5.12 587.526 3.511.45 3.012.02 2.368.37 7.16 158.77 3 Conejera – Juan Amarillo 58.70 185.66 236.16 0.13 2.84 559.209 3.137.89 2.659.65 1.747.92 3.91 213.66 4 Molinos – Arzobispo -0- 136.47 207.65 0.11 5.89 362.959 11.456.05 9.626.57 7.349.74 90.81 991.79 5 Juan Amarillo – Fucha 422.33 180.93 236.97 0.52 5.69 1.741.712 11.057.22 8.937.20 6.057.88 90.50 196.35 6 Fucha Tunjuelo 1.596.76 278.28 410.55 0.36 0.79 2.487.067 4 313.01 2.719.54 1.839.48 19.62 34.20 7 Tunjuelo – Sur 166.03 284.98 421.33 0.25 0.44 775.023 8 Cerros Orientales-Teusacá 1.308.01 -0- -0- -0- -0- -0- 18.037.47 20.102.80 226.61 2.360.90 Total 0.35 3.16 6.539.525 Fuente: Alcaldía Mayor de Bogotá. Plan Maestro de Espacio Público. Bases para la formulación del Plan. Página 126.

Tabla no. 5. Espacio público de escala Vecinal

Estructura funcional Espacio público Unidad geográfica Área útil

(ha) Área de tránsito vehicular local (ha. Y m2/hab.) Área de tránsito peatonal local (ha. Y m2/hab.) Subsistema vial local (ha.

Y m2 /hab.) Plazas, parques vecinales y de bolsillo (ha. Y m2/hab.) Población (2000) 2.526.9 9 38.87 27.28 66.15 1.74 1 Torca - Conejera 15.53 10.90 26.43 0.70 25.028 2.452.7 5 277.30 203.08 480.38 154.28 2 Torca - Molinos 239.54 4.72 3.46 8.18 2.66 587.526 2.368.3 7 270.22 190.12 460.34 123.14 3 Conejera – Juan Amarillo 236.16 4.83 3.40 8.23 2.20 559.209 1.747.9 2 309.99 229.31 539.30 104.93 4 Molinos - Arzobispo 207.65 8.54 6.32 14.86 2.89 362.959 7.349.7 4 1.030.69 721.73 1.752.42 422.99 5 Juan Amarillo - Fucha 236.97 5.92 4.14 10.06 2.43 1.741.712 6.057.8 8 1.284.13 891.44 2.175.57 434.03 6 Fucha Tunjuelo 410.55 5.16 3.58 8.75 1.75 2.487.067 1.839.4 8 412.46 274.76 687.22 97.14 7 Tunjuelo - Sur 421.33 5.32 3.55 8.87 1.25 775.023 8 Cerros Orientales - Teusacá -0- -0- -0- -0- -0- 20.102. 80 3.623.66 2.537.72 6.161.38 1.338.14 Total 5.54 3.88 9.42 2.05 6.539.525

Fuente: Alcaldía Mayor de Bogotá. Plan Maestro de Espacio Público. Bases para la formulación del Plan. Página 127

El ejercicio realizado por el Plan Maestro permite establecer un sistema de localización que involucra criterios geográficos y urbanísticos referentes a los trazados urbanos y permite superar la agregación que había caracterizado hasta entonces el dimensionamiento del área y la densidad de espacios públicos. Los resultados preliminares evidencian que existe una distribución desigual del espacio público en la ciudad. Hay una mayor concentración en la

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Unidad geográfica de Juan Amarillo Fucha, en donde se localizan los Parques metropolitanos más grandes de la ciudad. Las demás áreas presentan densidades muy bajas de espacio público por habitante. En esta misma área se concentra la mayor oferta de parques zonales y vecinales. En las unidades ubicadas al sur de la ciudad se observa una oferta bastante precaria, solo compensada por las vías locales, andenes alamedas y plazas.

Gráfico No. 3

Unidades de ordenamiento del Plan Maestro de Espacio Público de Bogotá Unidades morfológicas Unidades geográficas Parques Urbanos

Fuente: Alcaldía Mayor de Bogotá. Plan Maestro de Espacio Público. Bases para la formulación del Plan. Página 100.

Este sistema de localización sin embargo, desconoce elementos importantes de la estructura territorial de la ciudad, en la medida en que privilegia estos criterios físicos, en detrimento de aspectos centrales para la gestión de la ciudad. Es el caso particularmente de las localidades, unidades de gestión que controlan los recursos para la construcción y mantenimientos de los espacios zonales y vecinales. En el mismo sentido, se desconocen las UPZ como territorios centrales para la definición de las reglas de uso del suelo, de la edificación de la ciudad. Pero de manera más específica, el sistema de clasificación presenta dificultades para su apropiación para la gestión pública en la medida en que su lenguaje, estructura y contenido está ligado fundamentalmente a los criterios técnicos urbanísticos.

2. El problema de la desigualdad socio espacial

Si bien el plan maestro reconoce diferentes dimensiones sociales para su elaboración, su énfasis es fundamentalmente urbanístico. De manera tal, que no involucra en el análisis factores alusivos a las desigualdades en la distribución de los espacios públicos. Si bien definir las variables para tal efecto requiere de la disposición de información más amplia que la construida para el desarrollo del inventario, los indicadores aportados por el mismo plan permitirían adelantar un análisis más preciso de dichos elementos.

El principal indicador empleado en la ciudad para el ordenamiento urbano, el cobro de servicios públicos el acceso a los programas sociales es la estratificación socioeconómica. Su

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ingreso de la población, en la medida en que expresa el tipo de vivienda a la cual tienen acceso los ciudadanos.

Este indicador fue empleado en el inventario como un elemento puramente descriptivo, sin profundizar en su potencialidad como elemento explicativo. Consideramos que su escasa visibilidad expresa una fuerte concentración de los esfuerzos en las variables urbanísticas, frente a las asociadas a factores socioeconómicos.

Esta estratificación es elaborada a partir del análisis de las condiciones urbanísticas de cada uno de los lados de los cuadrados que conforman una retícula, conocido como lado de manzana. Para su cálculo, se emplean la zonificación en términos urbanísticos (uso urbano, estado de desarrollo y presencia de usos incompatibles), planeación del asentamiento, materiales de construcción, densidad inmobiliaria, estado de culminación del desarrollo, entorno inmediato de la vivienda, calidad del espacio público, grado de deterioro de la edificación, en general, paisaje urbano.

Para el análisis de las características externas de las viviendas y su entorno se utilizan variables como vías de acceso a la vivienda, tamaño del frente del predio, presencia de andenes en el frente, existencia de antejardines y garajes, además de materiales de construcción de la vivienda, material de las fachadas, de los techos (Planeación). Para la discriminación de la población, se determinaron seis estratos: uno, muy bajo; dos, bajo; tres, medio bajo; cuatro, medio; cinco, medio alto; y seis, alto.

Con base en la información aportada por el Plan, procedimos a realizar un análisis preliminar de la distribución de los espacios públicos, teniendo en cuenta esta variable de estrato y de esta manera aportar en el debate alrededor de su cobertura y accesibilidad. Empleamos dos indicadores del Plan: el área en hectáreas de espacio público para cada una de las unidades morfológicas de acuerdo con el estrato socioeconómico, que corresponde al espacio que ha sido intervenido por algún agente mediante procesos de adecuación; y la densidad del espacio público total existente en cada unidad morfológica según el estrato socioeconómico.

Tabla No. 6

Espacio público local construido y

densidad de espacio público por habitante en Bogotá

Espacio público local en Has.

Espacio público por habitante m2/hab

Estrato socioeconómico Media

Desviación estándar Media Desviación estándar 1 6.04 7.69 67.85 278.05 2 5.28 6.56 18.31 42.89 3 5.71 5.58 13.23 20.19 4 5.24 5.85 19.04 36.21 5 5.00 5.98 18.07 20.59 6 5.23 7.73 61.33 275.87

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Para establecer las diferencias de las medias por estrato socioeconómico, realizamos pruebas T, con 95% de confianza. Con base en estas pruebas encontramos que el estrato socioeconómico permite comprender aspectos centrales de la distribución de los espacios públicos. Entre las tendencias más importantes que identificamos en este pequeño ejercicio, podemos mencionar las siguientes:

Con respecto al espacio público construido:

No existe diferencia significativa entre las medias de los grupos más bajos y más altos de la población de la ciudad en términos de la distribución de las medias de áreas. Es así como el espacio público construido es similar para los estratos 1 y 6, los cuales tienen la menor participación en términos del total de la población. Tampoco existe. Tampoco existe diferencia entre las medias de los sectores medios, expresando una homogeneidad relativa entre ellos.

Sin embargo, existe una diferencia significativa en el área de espacio público construido entre los grupos 1 y 2 frente al 3. Es posible observar que existe un salto cualitativo importante en la ciudad en las áreas donde predomina el estrato tres, frente a las áreas de estrato 2 y 1, es decir, hay una mayor disponibilidad de espacio público para el sector medio bajo de la población, que para el sector bajo, y bajo - bajo a pesar de que la participación poblacional de los dos últimos es importante.

En relación con la densidad del espacio público por habitante

No existe diferencia significativa entre la media de la densidad de espacio público si comparamos los sectores más homogéneos, así: más pobres entre sí, es decir, estrato 1 y 2; entre los sectores medios, es decir, 3 y 4; y entre los más altos, 5 y 6. Sin embargo, las diferencias en relación de la cantidad de habitantes de las unidades morfológicas que pertenecen a los estratos 2 y 3, con respecto a los más ricos del estrato 6, son bastante importantes.

Estos resultados nos permiten atrevernos a plantear algunas tendencias

Existe una mayor disposición de espacios públicos en términos del área construida para los sectores medios de la población, mientras que la disposición es menor para los estratos más pobres y más ricos. Este resultado es de vital importancia, en la medida en que una proporción importante de la literatura sobre el espacio público busca evidenciar que existe una mayor concentración de la inversión en los sectores más ricos propiciando una mayor acumulación y desigualdad social, en detrimento de los pobres. Desde otra perspectiva de análisis, podríamos proponer que los sectores medios tendrían una afinidad por vivir en sectores con mayor disponibilidad de estas áreas frente a los ricos y los más pobres.

En segundo lugar, existe una diferencia fuerte entre los sectores más pobres y los sectores de grupos medios más populosos, que entre ricos y los más pobres. Las causas de estas desigualdades podrían encontrarse en las lógicas políticas que orientan la inversión pública,

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privilegiando aumentar la cobertura y por lo tanto, la legitimidad política entre los sectores medios. Sin embargo, este aspecto requiere de más indicadores y estudio.

Resulta entonces necesario adelantar un análisis más exhaustivo de las condiciones socioeconómicas de la población como elementos centrales que explicarían el acceso al espacio público. Aspectos como la demanda actual y futura, las condiciones de acceso por restricciones presupuestales, la distribución de las tendencias políticas y las preferencias de los agentes podrían ser analizados con mayor profundidad con el uso de técnicas estadísticas y teorías económicas y sociales. Este análisis permitiría establecer cuál es el peso de las variables urbanísticas, frente a las sociales, relativas a las dinámicas del ingreso y renta de la población, sus condiciones de calidad de vida y sobre todo, sus valoraciones y expectativas frente al uso de estos espacios.

3. Breves anotaciones finales

El breve recorrido que hemos presentado aquí, ha intentado exponer algunas de las problemáticas que los investigadores y planeadores de la ciudad de Bogotá han enfrentado para la elaboración de un inventario de espacio público y para la construcción de una política pública consistente con las demandas de la población. Este estudio constituye un esfuerzo pionero en la ciudad y prácticamente en América Latina, dado que es la primera experiencia de construcción de un instrumento de esta naturaleza.

Su puesta en marcha nos deja varias inquietudes. La primera, queda en evidencia la necesidad de desarrollar procesos de investigación para la construcción de políticas públicas. La experiencia de Bogotá en el desarrollo de indicadores y la formación de investigadores ha permitido integrar en mayor medida la gestión pública para la toma de decisiones con el estudio sistemático de las dimensiones urbanísticas y sociales de la ciudad. El estudio del espacio público nos permite entender su papel en la calidad de vida de la población, en las relaciones entre los diferentes agentes urbanos y en el fortalecimiento de lo público.

La segunda, que es necesario ampliar las miradas urbanísticas hacia dimensiones sociales. En Bogotá, el planeamiento urbano aún es una actividad ligada fundamentalmente a los arquitectos y urbanistas, y en muy pocos casos cuenta con la participación de economistas y profesionales de las ciencias sociales, tales como la demografía, la sociología, la geografía y la antropología.

Y la tercera, como consecuencia de la anterior, las variables urbanísticas tienen un peso importante en la estructuración de los espacios públicos y en general, de los bienes y servicios urbanos. Sin embargo, y ante todo, la forma física de la ciudad está en estrecha relación con la estructura socioeconómica, las actividades económicas y sobre todo, con las dinámicas políticas y las elecciones de los agentes individuales y colectivos que viven en la ciudad. Esta lucha contra el determinismo físico todavía está por realizarse.

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4. Bibliografía

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Referências

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