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BCG
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Derma~tosis por el verde de Pnr$s.-En
el personal que utiliza el verde
de París en la campaña antioanofélica,9* se han observado frecuente-
mente dermatosis en el cuello, en los dedos, en la región interna de las
piernas, y genitales.
En los ojos puede observarse conjuntivitis.
Las pequeñas escoriaciones de las narices y comisuras labiales, no
tienen mucha importancia
específica.
El aparato digestivo no se
trastorna,
ni tampoco el respiratoria,
salvo por leves y pasajeros
catarros laríngeos y bronquiales.
La orina no presenta albúmina ni
otros elementos patológicos.
El sistema nervioso tampoco acusa
trastornos.
Conocida la acción irritante
del arsénico, y visto que
puede ser transportado
mecánicamente con las manos a laa regiones
más variadas del cuerpo, es fácil comprobar la dermatosis descrita g
su localización en los individuos
que han tenido contacto con el verde
de París.
Como el verde de París representa una preciosa adquisición
en la lucha antianofélica,
debe inculcarse en los laboratorios un poco
más de disciplina y hacer observar rigurosamente las normas técnicas.
El verde debe ser preparado en centros técnicamente dotados, a fin
de evit,ar la preparación de la mezcla con la mano.
En vez de dis-
t.ribución manual, deben utilizarse
fuelles o pulverizadores.
Los
operarios también podrían utilizar
durante el trabajo máscaras.
No deben permitirse
comidas durante las horas de trabajo sin un
lavado preliminar
de las manos.
En las estaciones antipalúdicas,
de ser posible, debería haber bañps de ducha o por lo menos locales
destinados al lavado p al cambio de ropa.
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BCG Y LA CATÁSTROFE
DE LÜBECK
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Con motivo de los accidentes sobrevenidos en Lübeck al vacunar,
supuestamente con BCG, a un número considerable de niños (véase
el
BOLETÍNde julio, 1930, pág. 857), el Inst,ituto Pasteur de París
ha publicado dos notas explicando su participación
en el asunto.
La última (julio
2,1930) se expresa así:
La prensa francesa y extranjera ha propagado extensamente, a propósito del drama de Lübeck, la idea de que la vacuna preventiva de la tuberculosis, preparada por el Instituto Pasteur de Par& y conocida con el nombre de BCG, habfa causado en dicha poblacibn la muerte, por tuberculosis, de un gran número de lactantes. En la actualidad ya se ha establecido, por las encuestas oficiales hechas por el Gobierno del Reich, que esas defunciones se deben a un fatal error del laboratorio del Hospital Municipal de Liibeck, que ha sustitufdo al BCG inofensivo, con cultivos de tuberculosis virulenta. Es, pues, necesario informar por todas partes que la vacuna BCG de Calmette y Guerin se halla completamente exonerada, sin que tenga ninguna responsabilidad en dichos accidentes.
En una nota anterior (mayo 22,193O) el Instituto Pasteur apuntó que el 24
de julio de 1929 le habían solicitado el envfo de un cultivo de BCG a la CYf&na de Higiene Pública de Lübeck, y el 27 de julio fu6 enviado un cultivo que lleg6 a su
94 Di Mattei, G.: Riv. Malar. 8: 669 (nbre.-dbre.) 1929.
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OFICINA SANITARIA PANAMERICANA [Septiembre, 19301destino hacia el lo de agosto. La misma raza, utilizada en el Instituto Pasteur para la preparación de emulsiones de vacunas, ha sido distribuida en distintas regiones de Francia y servido para vacunar a 573 niños entre el 27 de julio y el 10 de agosto, sin registrarse ningún incidente. La misma raza fué también expedida el 27 de julio al Dr. Castrejón, Director del Instituto de Higiene de México, y el 7 de agosto al Prof. Kirchenstein, Director del Instituto Bacteriolágico de Riga, Estonia. En Lübeck, antes de utilizar el cultivo recibido en los niños, inocularon animales de control, y ~610 despues de comprobar que el cultivo no era patógeno, decidieron, solamente a partir del 28 de febrero de 1930, la aplicación de la vacuna a los niños. A partir del 26 de abril se produjo una muerte y varios niños presentaron signos morbosos. Se suspendió en seguida la distribución de la vacuna, pero siguieron produciéndose casos graves de infección tuberculosa de origen intestinal y aumentó el número de defunciones sin que las autopsias permi- tieran dudas acerca de la naturaleza tuberculosa de la enfermedad. La idea de que BCG haya podido transformarse bruscamente en virulento en el organismo de los niños es insostenible, sin que la justifique ningún hecho clfnico ni experi- mental. Las investigaciones realizadas en el Instituto Pasteur demuestran que, no solamente la raza enviada a Lübeck, sino las derivadas de nuevas siembras hechas con la misma, están desprovistas de virulencia y han conservado las propie- dades caracterfsticas del BCG sin ninguna modificación. Por otra parte, los resultados de las vacunaciones practicadas en Francia desde 1924 (242,250 hasta el lo de mayo de 1930) y en muchos otros paises, demuestran la inocuidad del método. En el Instituto Pasteur se toman t,odas las precauciones posibles para evitar contagios accidentales de los cultivos y cerciorarse de su avirulencia. Los cultivos de BCG son colocados en estufas especiales cerradas con candados, cuyas llaves solamente poseen los jefes del laboratorio. Las siembras, manipula- ciones y emulsiones se hacen en un laboratorio ad hoc, en donde nunca se intro- ducen cultivos de otros microbios. La cristalería e instrumental destinados a la elaboración del BCG se reservan exclusivamente para ese objeto. Las emulsiones, asf como las siembras, son siempre preparadas por los jefes de laboratorio y nunca por auxiliares. Para comprobar la pureza se efectúan periódicamente inocula- ciones experimentales y ademas controles bacteriológicos, antes de colocar la vacuna en ampollas y de remitir éstas a los destinatarios.
De las investigaciones
realizadas por las autoridades alemanas g5
se desprende que el cultivo de BCG obtenido del Instituto
Pasteur y
recultivado
por unos 9 meses por el Laboratorio
de Lubeck en varios
medios, no fué comprobado en animales antes de aplicarlo a los lac-
tantes; que la vigilancia
de los niños inoculados no fué adecuada;
que el Prof. Deycke destruyó el 26 de abril, es decir, después de
averiguarse la nocividad
de la vacuna inoculada, la cantidad que
quedaba en su poder, si bien la Oficina Federal de Salubridad pudo
obtener suficiente material para investigación;
y que las personas en-
cargadas de la aplicación de la vacuna, entre las cuales parecía existir
también falta de cooperación, no informaron
hasta muy tarde de lo
sucedido al centro de Lubeck al cual le correspondía la jurisdicción
de tales asuntos, en tanto que la Administración
Federal de Asuntos
Médicos no fué puesta al tanto hasta el 14 de mayo.
Las investi-
gaciones prosiguen en Alemania.
0s Carta de Berlín: Jour. Am. Med. Assn. 95:357 (agto. 2) 1930. Véase tambi& el BOLETÍX de julio,