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Conocimientos del SIDA de la Población adulta de Managua

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Academic year: 2017

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C

ONOCIMIENTOS

ACERCA DEL SIDA DE LA POBLACIÓN

ADUL?IA DE MANAGUA1

Nkola Low,= Rita Arauz,” Annu Gm3

Marcos Gamara,4 Alfiiso González,4 Guaddupe Sequeira,

Nouman Mougaul,4 Rkarab Roch~,~ RonaM Sema,4

Alcides González5 y George Davey Smith6

Nkaragua tiene la preualencia de SIDA mas tija & Centroamévica. En otros países en los que la prevalemia de SIDA es mayon la pr?mera epidemia & infecciones asin- tomáticas por el virus de la inmunodejkiencia humana (VlH) y la segunda de casos clí- nicos de SIDA se han seguido de una tercera epidemia de temor y discriminación. En di- ciembrede 1989se investigaron los conocimientos y actitudesanteel SlDAen una muestra de 287 personas de la población adulta en Managua. La mayoría de los entrevistados había oído hablar de la

enfermeahd

en los pwiódicos y la televisión; más de 90% conocúm las principales vúxs de transmisión del VlH. Sin embargo, entre la tercera parte y la mitad de los entrevistados creían que el VIH puede transmitirse por contactos casuales como besos (53%), o por picaduras de mosquitos (49%). Ademas, la mayortá consideraba que el ais- lamiento de las personas infectadas por VlH y el control de la inmigración en el país sertízn medidas eficaces para evitar la difusión de la enfmahd. Los resultados son similares a los de otros estudios realizados en países de América Latina en los que las epidemias de VIH y SIDA son mucho más antiguas. Esto indica que la llamada tercera epidemia, de discriminación y temm está afectando a Nicaragua antes que las otras dos.

La primera persona con el sín- drome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) fue identificada en Nicaragua en jumo del ano 1988, siete años después de los primeros ca- sos detectados en los Estados Unidos de América (1) y cinco años tras el primer caso centroamericano, que se halló en Costa Rica

’ Informe financiado en parte por la Comunidad Econó- mica Europea, Fuerza de Tareas para el SIDA

2 Umdad Regmnal de Enfermedades Infecciosas. Hospital Fazakerley, Liverpool, Inglaterra.

3 Fundación Nimehuatzin, Managua, Nicaragua. 4 Colectivo de Educadores Populares para la Prevención de

SIDA, Managua.

5 Ministerio de Salud de Nicaragua, Complejo Nacional de Salud, Manazua.

6 Departamento de Epidemiología y Demografía. Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres. Dirección postal para la correspondencia: George Davey Smith, Depart- ment of Community Medicine, University College Lon- don, 66-72 Gower Street, London WCIE 6EA, Reino Unido.

(2). Actualmente, Nicaragua es el país cen- troamericano con menos casos diagnostica- dos de SIDA, solo nueve hasta fines de 1990 (3). La epidemia está en sus fases iniciales y es imposible saber la forma en que se desarrollará.

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Sin embargo, la naturaleza de la enfermedad y su principal modo de transmisión, las re- laciones sexuales, imponen grandes obs- táculos al trabajo educativo. A ello se aúna el conjunto de resistencias sociales y culturales que interfieren con una discusión abierta del problema. Este abanico de actitudes de dis- criminación y temor se ha llamado la “tercera epidemia” del SIDA. La primera habria sido la epidemia de infección asintomática por VlH, origen de la segunda epidemia de SIDA con manifestaciones clínicas (5).

En muchos países del mundo se han hecho encuestas para investigar el grado de conocimiento de la gente acerca del SIDA y planificar programas educativos para su control (6-8). En la mayor parte de esos paí- ses, el VIH ya constituye una infección endémica.

A finales de 1989, al inicio de una campaña educativa para la prevención del SIDA se realizó una encuesta a pequeña es- cala en Managua, la capital de Nicaragua. Los objetivos de la misma eran investigar el grado de conocimiento sobre el SIDA de la pobla- ción, sus actitudes hacia la prevención de la infección por VIH y la extensión del uso de condones entre adultos. Los datos de esta in- vestigación serían la referencia con la que se compararian los resultados de otra encuesta semejante realizada después de una cam- paña educativa. La hipótesis del trabajo era que, debido a la ausencia de campañas pre- vias contra el SIDA dirigidas a la población

2 general y el bajo número de personas afec- m tadas por la enfermedad, la gente solamente N

2 tendría un conocimiento superficial prove- ?!! niente de eventuales comentarios en los me- N dios de comunicación. En el presente artículo w

E se exponen los métodos que se usaron para s llevar a cabo la encuesta y se refieren y dis- $ cuten sus resultados.

.% 5 v, B õ cq

M

ATERIALES

Y MÉTODOS

Se diseñó un cuestionario estruc- turado que constaba de 21 preguntas cerra- das acerca de lo que el entrevistado conside- raba la causa, las vías de transmisión, las medidas de prevención y las fuentes de infor- mación sobre el SIDA, y el uso de preserva- tivos. Para cumplir con los objetivos del es- tudio se seleccionaron dos barrios marginales, San Judas y Villa José Benito Escobar, en fun- ción de sus características socioeconómicas y geográficas. El primer barrio se localiza en la región sur de la ciudad de Managua y el se- gundo en la zona norte. Se incluyó también el barrio de Altamira, habitado fundamental- mente por profesionistas. Los sujetos elegi- bles fueron todos los adultos de ambos sexos de 16 a 60 años residentes en el hogar el día de la entrevista. La recogida de datos se hizo sin aviso previo en los domicilios de los entre- vistados, en diciembre de 1989.

Las entrevistas fueron realizadas por miembros del Colectivo de Educadores Populares para la Prevención del SIDA (CEP- SIDA), un grupo de homosexuales involu- crado desde 1986 en la educación sobre el SIDA. Los entrevistadores recibieron en uno de los barrios (Altamira) un curso piloto de un día de duración sobre la forma de aplicación del cuestionario. En cada barrio, comen- zando en un sitio predeterminado, se visitó cada décima casa. Si no había nadie, se pa- saba a la décima casa siguiente. Cuando se encontraba gente se asignaba a cada persona un número, recibiendo el de mayor edad el número uno, y así sucesivamente hasta el de menor edad. Se seleccionó un individuo en cada casa utilizando una tabla de números aleatorios.

Durante la propia investigación, uno de los asesores revisó al azar una de cada 10 entrevistas para asegurar la consistencia con que los encuestadores rellenaron los cuestio- narios. Se analizaron los datos en lo referente a edad, sexo y nivel de escolaridad mediante el paquete estadístico SPSS.

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R

ESULTADOS

De las 287 personas localizadas en los tres barrios, solo dos se negaron a parti- cipar en la entrevista. Del total de las entre- vistas, 100 correspondieron a SanJudas, 82 a Villa José Benito Escobar y 103 a Altamira. El promedio de adultos residentes en cada vi- vienda fue cuatro. Del total de 285 personas entrevistadas, 53% fueron mujeres ~47% va- rones. En cuanto a educación, 12% carecían de formación escolar, 19% tenían educación primaria, 37% educación secundaria y 32% educación técnica o superior.

Casi todos los entrevistados (98%) habían oído hablar del SIDA. De estas per- sonas, 74% dijeron estar muy preocupadas por la enfermedad, aunque 65% no creían estar en riesgo de contraerla. Esta percepción fue independiente de la edad y del nivel de es- colaridad de los entrevistados, aunque más hombres que mujeres se consideraron en riesgo de infección (39% frente a 20%, res- pectivamente, P = 0,004).

Según las respuestas de la en- cuesta, la mayor parte de la información acerca del SIDA se recibió a través de la televisión

(79%) y de los periódicos (91%). Un 36% ex- presó haber recibido información en un cen- tro de trabajo formal y 21% a través de un sin- dicato (Ias empresas estatales y los sindicatos ofrecen educación sanitaria a los empleados y afiliados). Un 36% dijo haber recibido infor- mación sobre el síndrome a través de algún trabajador de salud. Esta fuente fue mencio- nada por 44% de los hombres y 29% de las mujeres (P = 0,03).

Del total de los entrevistados, 40% sabían que el SIDA es causado por un virus y 27% no tenían idea del agente etiológico. Una persona manifestó que el SDA era causado por las mujeres y otra expresó que aun no se había descubierto qué lo provocaba. Llama la atención que 12% dijeron creer que ya existe una cura para el SIDA.

Creencias acerca de la transmisión

del SIDA

Se preguntó si la causa del SIDA es transmisible, y de qué forma. La respuesta de 277 personas (98%) fue que sí es transmi- sible y de ellos 92, 98 y 93%, respectiva- mente, mencionaron que la causa del SIDA (VIH) puede ser transmitida por medio de transfusiones de sangre, relaciones sexuales e inyecciones. Además, 93% afirmaron que la infección se adquiere al efectuar una dona- ción de sangre.

Los datos sugieren que existe mayor incertidumbre acerca de la transmi- sión del VIH por contacto casual. De los que consideraron que la causa del SIDA es trans- misible, 53% creyeron que el VIH se trans- mite al besar, 49% atribuyeron la posible transmisión a la picadura de mosquito, 46% al contacto con inodoros, excusados y lava- bos, y 36% al uso común de platos y vasos. Estas creencias se dan más en mujeres que en hombres: así la posible transmisión por be- sos es creencia de 60% de las mujeres y 46% de los hombres (P = 0,005); por picadura de mosquito, 56 y 42% (P = 0,02); y mediante excusados y baños públicos, 55 y 36% (P =

O,OOS), respectivamente.

Los entrevistados con bajo nivel de escolaridad son quienes mayoritariamente respondieron que los contactos no íntimos pueden transmitir el VIII (cuadro 1). Se en- cuentran pocas diferencias en las respuestas de los grupos de distintas edades respecto a la transmisión del VIH. Parece que en los in- dividuos de mayor edad es mas habitual la idea de que el VIH se transmite al besar (65% de las personas de 45 a 60 años y 30% de los en- trevistados de 16 a 19 años).

Prevención del SIDA

De las 285 personas entrevista- das, 277 (97%) afirmaron que el SIDA es una enfermedad que se puede prevenir.

Se leyó a los entrevistados una lista de métodos potenciales de prevención del SIDA y se les pidió que señalaran cuales po- dían ser eficaces. La lista incluía el aisla-

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322

CUADRO 1. Respuestas según el nivel de educación a la pregunta “iCree usted que se puede transmitir el SIDA por medio de . . .” en una encuesta realizada en Managua, 1988

Wa de transmisión y respuesta

Total

(277) % Analfabeto %

Educación Primaria Secundaria

% % Superior % P”

Besos “SI” “No” “No sabe” Picadura de

mosquito “SI” “No” “No sabe” Lavabos y

excusados “SI” “No” “No sabe” Platos y

vasos “Sí” “No” “No sabe”

(147) 53 (113) 41 (17) 6

[i :“Gi

(25)

49 74 42 24

9 2

4;

7

36 58 6

74 21 5

2;

14

32 4;

6 9

74 22 4

ti2

5

3:

7

48 47 5

48 39 13

35 61 4

0,08 40

53 7

0,0001

6;t 6

0,0001

SS 7

0,0001 19

74 7

a Valor P (probabllldad de haber obtenldo estos valores u otros mas extremos si no hubiera diferenclas reales en las respuestas según el mvel educatwo) según la prueba de II cuadrado (x2)

ción del número de parejas sexuales, el uso de preservativos y el control de la inmigra- ción (cuadro 2). La mayoría de los entrevis- tados consideró que se puede prevenir el SIDA tanto reduciendo el número de parejas como mediante el uso de condones. Un porcentaje similar optó por medidas más radicales, como el aislamiento de la gente afectada (69%) y el control de la inmigración (86%). Estas creen- cias están generalizadas en la población en- trevistada, sin diferencias significativas por edades, sexo o escolaridad. No se preguntó si tales métodos deberian ser implementados, ni cómo hacerlo.

Uso de condones

Aunque 89% de los entrevista- dos manifestaron que los condones pueden prevenir el SIDA, los datos de uso real fueron más bien escasos. De las 276 personas, 67 (24%) dijeron haber usado condones al me- nos una vez (de estas 67, ll eran mujeres). Siete individuos decían usarlos siempre y 10,

generalmente (en total, 6% de los entrevista- dos); 48 personas (72%) habían usado con- dones como anticonceptivos, 36 (54%) para evitar enfermedades de transmisión sexual y 11 hombres dijeron haberlos usado con prostitutas.

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CUADRO 2. Respuestas a las preguntas “iCree usted que se puede prevenir el SIDA a través de . . .” en una encuesta realizada en Managua, 1988

Tema de la uregunta (metodo de p;ev&ción) Uso de condones Reducción del número

de parejas

Control de inmigración Aislamiento de las

personas infectadas

SI No No sabe

(fl) % 04 % m %

(246) 89 (25) 9 (6) 2

(241) (28) 10 3

(238) ii (33) 12 1;; 2

(191) 69 (83) 30 (3) 1

CUADRO 3. Respuestas a la pregunta “iPor qué no usa usted condones?” en una encuesta realizada en Managua, 1988

Motivos para

no usar condones n YO Baja percepción de riesgo

Una sola pareja Unión libre

Otra anticoncepción No es necesario Evita prostitutas Antipatfa

Antipatla general Reduce el placer No es natural Es antihigienico No es correcto Desconocimiento Otro motivo

Total

;s

16 14 6

20 13 5

; 12

7 130

15 12 12 ll

5

15 10 4

: 9 5 100

cionaron alguna característica “antipática” del condón como, por ejemplo, una reducción del placer, que no son naturales, son antihigié- nicos o no es correcto usarlos. Ninguna per- sona mencionó razones religiosas, o de cos- tos de los preservativos, específicamente.

D

ISCUSIÓN

Es menester apuntar que la alta proporción de profesionistas (32%), prove- nientes sobre todo del barrio Altamira, no es representativa de la composición socioedu- cativa de la población de Managua. El pro- pósito del estudio era conseguir una muestra que incluyera los distintos niveles educati- vos, aunque no fuera representativa de la proporción real de cada uno de ellos.

A pesar del pequeño tamaiio de la muestra, se pueden desprender algunas observaciones interesantes. Casi todos los entrevistados habían oído hablar del SIDA y sabían que su causa es un agente transmisi- ble, pero se detectaron muchas ideas erró- neas sobre las vías de transmisión y una baja percepción del riesgo personal.

La gran mayoría de las personas entrevistadas reconocieron las vías principa- les de transmisión de VIH, lo que sugiere que, al menos en Managua, se han recibido men- sajes educativos acerca del SIDA, principal- mente a través de los periódicos y la televi- sión. Sin embargo, el alto porcentaje de entrevistados que dijeron que se puede transmitir el VIH por lavabos, excusados u otros medios por los que la transmisión no es posible indica que los mensajes no han he- cho que la percepción del padecimiento vaya más allá de la de otra enfermedad conta- giosa. Ello influye en las actitudes hacia la

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En los países latinoamericanos con mayor número de casos se han realizado encuestas similares entre 1985 y 1987 (6). Aunque las muestras de entrevistados y las preguntas valían entre países, cabe anotar al- gunas comparaciones generales. En primer lugar, las encuestas en México, Brasil, Haití y la República Dominicana fueron realizadas cuando ya se habían visto muchos casos de SIDA, mientras que en Nicaragua se han de- tectado solamente nueve casos hasta finales de 1990, de los cuales seis fueron personas infectadas fuera del país (3). Además, la edu- cación sobre la enfermedad, realizada por CEP-SIDA en Nicaragua en la comunidad homosexual, empezó en 1986, antes de que se hubiera identificado ningún afectado.

Los resultados de las encuestas citadas revelan que el grado de conocimiento de la población acerca del SIDA es muy simi- lar entre países diferentes, independiente- mente de la etapa de la epidemia. Mas de 90% de los entrevistados en nuestra encuesta re- conocieron las vías principales de transmi- sión del VIH. El porcentaje es similar al de los países latinoamericanos mencionados y al de algunos países africanos en donde se han lle- vado a cabo estudios similares (5: 8). Los con- ceptos erróneos se hallan en los distintos paí- ses, independientemente de la prevalencia del SIDA. En encuestas realizadas antes de co- menzar una campaña educativa, entre 30 y 50% de las personas entrevistadas en Mana- gua, la ciudad de México y Santo Domingo manifestaron creencias incorrectas acerca de 52 la transmisión del VIH a través del contacto N

4 casual. En nuestra investigación, entre las 2 mujeres fue más habitual esta creencia. Sm 2 embargo, había más mujeres en el grupo de H

E analfabetos, lo cual puede explicar la diferen- ct

E cia. La gran cantidad de encuestados que s consideraron que la infección puede adqui- .z rirse al donar sangre puede explicarse por el

s

m hecho de que muchos confunden donación o- con recepción de una transfusión.

õ Un alto porcentaje de los encues- m tados en Managua consideraron eficaces me- didas radicales para la prevención del SIDA, tales como el aislamiento de las personas in- 324 fectadas por el virus y el control de la inmi-

gración. No obstante, no se preguntó espe- cíficamente si se deberían imponer leyes restrictivas para las personas con SIDA. Estas creencias reflejan la influencia en los medios de comunicación de Nicaragua de la infor- mación sensacionalista de las agencias inter- nacionales con respecto a las medidas adop- tadas en otros países como los Estados Unidos, donde no se otorgan visados a las personas seropositivas (5) o Cuba, donde se aísla a las personas con infección por VLH (9).

En un pafs como Nicaragua, con un bajo número de casos de SIDA y de per- sonas infectadas con VIH, muy poca gente conoce a alguien afectado. En Nicaragua no se mega la entrada alas personas con SIDA o infección por VII-I, ni se aísla a los diagnosti- cados como seropositivos. Sm embargo, tanto los médicos y las enfermeras como la pobla- ción en general temen cualquier contacto con personas infectadas, por falta de entendi- miento de la naturaleza de la enfermedad y por informaciones periodísticas que aumen- tan los prejuicios.

La baja percepción de riesgo per- sonal lleva a un bajo nivel de protección per- sonal, especialmente en el uso de preserva- tivos. El conocimiento y uso de condones es en general bajo en América Latina (XI), aun- que la falta de reconocimiento del riesgo se observa tanto en países como Nicaragua con muy pocos casos, como en los Estados Uni- dos, donde la incidencia es muy alta (12). Esta percepción social contribuye a que se culpe a los grupos minoritarios más afectados por el SIDA, e impide los esfuerzos educativos.

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necesitan campañas de educación que hagan hincapié en los comportamientos que no transmiten el VR-I y en las medidas eficaces para la prevención de la infección. Hay que reconocer que es imposible restringir el flujo de información sensacionalista deseduca- dora que llega por los medios de comunica- ción. Es necesario desarrollar un programa de educación apropiado para los nicaragüen- ses, que parta del reconocimiento de los com- portamientos y las actitudes de la gente acerca de la sexualidad, el uso de condones y el pro- pio sexo. A pesar de la dificultad de trata- miento de estos temas, se han efectuado tra- bajos etnográficos con la comunidad homosexual (12), que indican que los men- sajes de materiales educativos útiles en los Estados Unidos o en Europa no son aplica- bles en Nicaragua, por las profundas diferen- cias en las ideas referentes a la sexualidad. Pretendemos usar los mismos métodos an- tropológicos en la población heterosexual para investigar la lfnea de la educación cultural- mente apropiada.

A

GRADECIMIENTO

Los autores agradecen a Juan del Llano y Jorge Ramírez sus comentarios y co- laboración en la traducción del texto original.

R

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S UMMARY

KNOWLEDGE ABOUT AIDS

IN THE ADULT POPULATION

OF MANAGU&

Nicaragua has the lowest preva- lence of AIDS in Central America. In other countries where AIDS is more prevalent, the first epidemic of asymptomatic infections with human immunodeficiency virus (HIV) and the second of clinical cases of AIDS have been followed by a third epidemic of fear and dis- crimination. In December 1989 a study was conducted to investigate knowledge and at- titudes about AIDS in a sample of 287 adults in Managua. Most of the interviewees had heard of the disease from newspapers and television, and more than 90% understood

how HIV was principally transmitted. How- ever, between one-third and one-half the in- terviewees believed that HIV could be trans- mitted by casual contad such as kissing (53%) or by mosquito bites (49%). In addition, the majority considered that isolation of HIV- infected persons and control of immigration into the country would be effective measures for preventing the spread of the disease. These results are similar to findings from studies carrled out in other countries of Latin Amer- ica where the HIV and AIDS epidemics started much earlier. This would suggest that the so- called “third epidemial of discrimination and fear is affecting Nicaragua in advance of the other two.

Vida y muerte en la Bpoca de la conquista

“El pensamiento médico universal tiene que ver con el pensamiento filosófico y con la vida de los pueblos El pensamiento religioso predominaba en los tiempos de la conquista; los Reyes Catókos [ ] claramente ordenaban sus políticas de conquista basándolas en el propósito de ‘crlsbanizar a los habitantes de Las Indias. = Asimismo, de conformidad con el pensamiento religioso dominante, la wda era una forma de expiar los pecados [,..]. Se consideraba que al finalizar la existencia terrena, el alma disfrutaría de la paz eterna. Por lo tanto, morir tenía otro slgnlficado, el cuidado de la vida tal como lo conceptuamos ahora no existía, y los artífices para conservarla estaban un tanto relegados en el contexto social. = Había situaciones místicas en las que, según se creía, la plegaria salvaba al individuo poseso, o ahuyentaba la enfermedad. Y en caso de que esto no ocurriera, muchos creían que era porque el pecador tenía culpas que habían desatado la ira dwna.

“Con semejantes ideas, el conquistador se mostró decidido a aumentar el número de cristianos, por la persuasión o por la espada Además, su instinto de conservación dependía de una fllosofia diferente, para la cual, recibir o dar muerte no tenía la misma importancia que en nuestros dias = Esto explica también el lugar en que el grupo social había colocado a los médicos’ eran seres charlatanes por completo, inseguros sobre la eficacia de las medicinas y convencldos de que la enfermedad era un castigo de Dios causado por los pecados”.

Imagem

CUADRO 1.  Respuestas según el nivel  de educación a la pregunta “iCree  usted que se puede  transmitir  el SIDA por medio de
CUADRO 2.  Respuestas a las preguntas “iCree  usted que se puede prevenir el SIDA a través  de

Referências

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