La educación higiénica y el radio

LA EDUCACIÓN

HIGIÉNICA

Y EL RADIO*

Por el Dr. MANUEL GONZÁLEZ RIVERA

Director General de Educacibn Higiénica, Secretada de Salubridad y Asistencia

Acerca de lo que debe entenderse por educación higiénica ha habido

varias explicaciones o definiciones; el concepto más generalizado en la

actualidad es el que la considera como “la suma de conocimientos y

pr&cticas adquiridos en la escuela y en cualquier otro lugar, que influencia

favorablemente los hábitos y las actitudes relacionados con la salud del

individuo, de la comunidad y de la raza.”

No consideramos necesario detenernos a explicar o a comentar, una

por una, las frases contenidas en esta defìnici&, que tiene el defecto de

ser un poco larga. Para nuestro propósito de encontrar las relaciones

que existen, o que se pueden establecer, entre la educación higiénica y el

radio, solamente haremos hincapié en la frase que dice “en la escuela y en

cualquier otro lugar,” para fmcar alli los fundamentos de nuestra división

de la educación higiénica, como la de la educación en general, en educa-

ción higiénica escolar y educación higihnica extraescolar.

EnlosEstados Unidos,yposiblementeen algunosotros países,laeducación sobre higiene ocupa en los programas escolares un lugar preferente y, en consecuencia, la educación extraescolar es, en cierto modo, secundaria y menos importante, como que 8610 viene a ser el complemento, la continuaci6n de la educación recibida en la escuela.

Entre nosotros, al contrario, por razones que no viene al caso señalar en esta ocasi6n, la educación higiiénica extraescolar ha venido acaparando hasta la fecha casi el ciento por ciento de las actividades de la Dirección General de Educación HigiBnica de la Secretarfa de Salubridad y Asistencia.

En tal virtud, creo que me ser8 permitido tratar, antes que nada, de la partici- pación del radio en la educación higignica extraescolar, para hablar despu& sobre el aprovechamiento de la radiodifusión en la educación higiénica escolar.

Laeducaci6nhigi6nicaextraescolarabarcamuy pocodeinstrucciónsobrehigiene y más bien comprende actividades diversas de información personal, de publicidad y de propaganda educativa. En estas condiciones es indiscutible que el radio puede desarrollar una labor muy interesante en la educación. Sin embargo, entre los mismos expertos en publicidad radiada se ha llegado algunas veces a discutir si efectivamente el radio puede considerarse como una agencia educativa digna de menci6n. Más de una persona de las que en MBxico son autoridades en la materia ha negado terminantemente que el radio seaun vehículo, ni siquieramedio- cre, para impartir educacibn al público. En cambio, otros publicistas, espe- cialmente de los Estados Unidos, se han inclinado mucho hacia el otro extremo, habiendollegado, seg6n la impresi6n de un gran educador norteamericano, a“sobre estimar” el valor educativo del radio. En España uno de los más grandes publicis- tas, autor de varios libros sobre publicidad, ha llegado a decir: “Señorea co- merciantes: anunciar es educar.”

* Trabajo presentado en la Primera Conferencia Nacional de Radiodifusión celebrado en la ciudad de MBxico.

Por lo que se refiere a la educación higXnica, es indudable que el radio

puede hacer, y de hecho hace, labor educativa en muchos programas

comerciales, sobre todo cuando la propaganda se refiere a ciertos artículos

como productos-alimenticios, medicamentos, jabones, pasta para dien-

tes, etc.

Pero haciendo a un lado esta propaganda educativa hecha de una

manera concomitante y en cierto modo secundaria y accidental, y

reftriéndonos concreta y únicamente a la labor educativa franca, inten-

cional y especifica, es necesario plantear el problema con precisión en los

siguientes términos: ¿Puede el radio ser aprovechado como medio para

impartir educación higiénica al público radioyente? En concepto de

la Dirección General de Educación Higiénica, la contestación categórica,

decidida y terminante es : i Si!

La educación higiénica por radio fu6 iniciada, según Huntington Williams, en

.

1921, en Denver, por la Sociedad Americana del Control del Cáncer. En el mismo año, el Servicio de Salubridad de los Estados Unidos comenzó una serie de pláticas semanales sobre temas relacionados con la salud, a travds de una estación naval de radio. De entonces a aca, se extendió rapidamente por toda la Unión Ameri- cana la costumbre de radiar programas educativos diversos sobre temas de me- dicina preventiva e higiene, patrocinados o producidos por los Departamentos locales de Salubridad, asociaciones privadas, compañías de seguros, sociedades científicas de médicos o dentistas, empresas comerciales o industriales, etc., habi6ndose radiado gran número de programas en serie, a cual más interesante, como dramas en el radio, la Familia Smithson, Los Cazadores de Salud, La lucha del Hombre por la Vida, La Familia Strong, Su salud, El Drama de la Salud, La Medicina en las Noticias, Doctores Trabajando, Médicos para la Defensa, y otros muchos.

En México, las estaciones radiodifusoras aceptan siempre “spots,” boletines, pequeñas platicas, dramatizaciones o noticias sobre temas de educaci6n

higibnica

o de simple información acerca de la medicina preventiva e higiene, y la Secre- taría de Salubridad y Asistencia aprovecha esta brillante oportunidad para agradecer debidamente, por conducto de la Dirección General de Educaci6n Hi- giénica, la valiosa colaboraci6n que siempre le han prestado la CAmara Nacional de Radio y todas las estaciones radiodifusoras del país, sin excepción.

Así pues, los hechos estan demostrando que, no ~610 en el extranjero, sino tam- bi6n en nuestro país, el radio puede utilizarse, y de hecho se utiliza, como vehículo de educaci6n higiénica. Pero independientemente del valor educativo real o actual que tenga el radio, lo que nos interesa sobre manera en este momento es estudiar su valor potencial como elemento de educación. Y se puede asegurar sin titubeos ni vacilaciones, que ese valor potencial es sencillamente enorme, con tal que, para obtener del radio la mayor utilidad, estudiemos previamente cuales son sus posibilidades y cuáles sus aplicaciones, para que no vayamos

a

pedir al radio más de lo que el radio puede dar.

700

OFICINA SANITARIA PANAMERICANA [Agosto

intensa, principalmente documental, a base de información oral de per-

sona a persona, de pláticas, de conferencias, es decir, de propaganda

“para ser escuchada,” o por medio de folletos, volantes, revistas, libros,

etc., es decir, de propaganda “para ser lefda.” Después viene la fase

recordatoria, de repetición, de sostenimiento, a base principalmente de

propaganda sugestiva, por medio de carteles o anuncios, o sea de propa-

ganda “para ser vista” o de frases breves, diálogos cortos, o pequeñas

dramatizaciones o “sketchs.”

Y aunque el radio en realidad puede prestarnos grandes servicios en las dos fases de la propaganda, es principalmente en esta segunda fase en donde encuentra su mejor aplicaci6n. Algunos publicistas han establecido una comparación feliz entre la publicidad radiada y el cartel : éste es un excelente material de propkganda sugestiva que tiene unaenorme fuerza publicitaria si se emplea como recordatorio. como propaganda de repetici6n. Si nosotros lanzáramos en estos momentos un cartel, aunque lo distribuyéramos profusamente, sobre tularemia o sobre fiebre manchada de Choix, es seguro que a nadie le interesaría en lo mds mínimo, no llamaría la atención y no se obtendría ningtin efecto publicitario, como el que resultara de un buen cartel sobre viruela, tuberculosis, prostitución, o cualquiera otro temaya conocido del pdblico. Lo mismo exactamente sucederíasi emprendié- ramos una publicidad radiada, especialmente si la hicitkamos a base de “slogans,” “spots” o diálogos cortos; esta clase de propaganda, que debe ser esencialmente sugestiva, necesita ser precedida de una propaganda documental, amplia e intensa, que instruya detenidamente al pfiblico y provoque su interés sobre la materia o tema de aquella publicidad.

Asi concebida la fuerza de la publicidad radiada, ésta puede prestarnos inesti- mables servicios en la propaganda educativa de repetición, de sostenimiento, de recordación, para llevar a todos los hogares de la república dia a día, insisten- temente, con tenacidad y constancia, nuestros breves mensajes de salud.

Entre otras ventajas, este medio de publicidad tiene las siguientes: el

radio penetra en todos los hogares, hasta la intimidad, hasta donde otros

medios de publicidad muchas veces no pueden llegar. Nuestros men-

sajes de salud pueden ser recibidos hasta por personas incultas, por los

analfabetos, pues para escuchar el radio no es necesario saber leer.

El radio puede ser escuchado a distancias fantásticas y con una rapidez

y oportunidad asombrosas, en lugares o en circunstancias en que falla

por completo o es muy deficiente cualquier otro medio de comunicación.

Algunos otros vehfculos o medios educativos requieren que lapersona a

quien estitn destinados tenga que arreglarse, salir de su casa, abandonar

sus quehaceres, tal vez hacer gastos y quizá resignarse a soportar algunas

incomodidades o molestias; el radio va hasta su casa; no necesita ínte-

rrumpir sus labores para escucharlo, quizá cómodamente instalado en su

habitación, sin ninguna molestia o incomodidad y sin gasto alguno extra

absolutamente.

El decir que el radio tiene todas eslas ventajas y

otras

muchas no

que todos son mejores, cuando se utlizan con habilidad y prudencia,

dándoles precisamente la aplicación &e cada uno de ellos debe tener.

Es una torpeza crear rivalidades y celos entre los vehículos o medios de

publicidad entre si, cuando, al contrario, deben darse la mano unos a

otros y trabajar por el progreso de la humanidad en intima y estrecha

relación.

Por lo que atañe al aprovechamiento del radio en la educaci6n higi&ica, al elaborar nuestros materiales de propaganda, al formular nuestros programaa, es decir, al tratar de utilizar el radio en nuestra labor educativa, no debemos perder de vista, ni por un momento, lo siguiente:

La gente compra su aparato receptor de radio, fundamentalmente para di- vertirse, tal vez para escuchar noticias de interés; pero nunca para instruirse, ni mucho menos para adquirir conocimientos o para recibir consejos, aunque aquéllos y éstos se relacionen con su salud. Diariamente, al conectar el radio, el ptiblico est& dispuesto a oír; pero a oír canciones, mtisica, dramatización, noticias de filtima hora, no propaganda comercial, ni de ninguna otra; en principio, la publi- cidad abierta y descarada molesta al radioescucha; mucho menos est8 dispuesto a soportar, de buenas a primeras una conferencia, pl&ica o lección. De aquí que la educación higi6nica por radio tiene que ser breve, tiene que ser muy inte- resante; pero, sobre todo, tiene que ser amena y divertida.

Las mejores formas de llevar a cabo la educaci6n higiiénica por el radio son los “Elpots”: breves, claros, enérgicos, significativos y precisos; los diálogos, las dramatizaciones, las narraciones amenas, los cuentos, los chistes o anécdotas sobre temas de higiene, todo esto repetido varias veces, en distintas estaciones, a distinta hora, y procurando que los temas escogidos tengan la debida opor- tunidad: oportunidad en el tiempo, para no ir a aconsejar medidas contra una epidemia cuando el brote epidémico ya pasõ; oportunidad en el espacio para no ir a ensefiar la manera de resolver un problema determinado en una regi6n en donde tal problema no existe.

Sería interesante la organización de programas educativos para grupos

clasificados de personas, como madres de familia, obreros, deportistas,

ganaderos, campesinos, soldados, etc. Asi se podrfan tratar en forma

concreta asuntos que seguramente interesarfan y aprovecharian a grandes

grupos de población.

Uno de los principales escollos con que se tropieza en la práctica es la

escasez o la carencia completa de materiales, especialmente de diálogos

y dramatizaciones. En la primera Reunión Intersecretarial de Edu-

cación Higiénica, celebrada en esta Capital a fines de agosto pr6ximo

pasado, se acordó hacer una excitativa a los maestros de todo el pafs y

a los mgdicos y enfermeras de Salubridad y Asistencia y de Asuntos

Indigenas, para que elaboren dichos materiales y los remitan a la Direc-

ción General de Educación Higiénica de la Secretaría de Salubridad y

Asistencia.

El periódico “Salud,” órgano de la Secretaría, cumpliendo por su parte con

una

702

OFICINA SANITARIA PANAMERICANA [Agosto Por otra parte, en la Dirección General de Educación HigiBnica se han escrito ya algunos diálogos y pequetias dramatizaciones y se ha iniciado la grabación de discos para formar programas mixtos, de música y texto, con una duración de quince minutos.

El programa grabado tiene la ventaja de que puede ser lanzado al aire en cual- quier tiempo, en cualquier lugar, a cualquiera hora, sin tener que estar reuniendo a los artistas, ni andar buscando la manera de conciliar los intereses de todos y cada uno de ellos; pueden hacerse varías copias para ser remitidas a las estaciones foraneas y que sean pasados varias veces en cada estación, con un costo relativa- mente insignificante por cada programa.

Como se ve, el radio tiene, dentro de la educacibn higiénica extraescolar, un papel principalísimo.

Por lo que se refiere a la educación higiénica escolar, no es menos importante la participación que el radio puede tener en la educación y aun en la simple ins- trucción de los niños y de los jóvenes que asisten a las escuelas y a la Universidad.

En 1924, la Radio Sociedade del Brasil comenzó a utilizar el radio como medio de instruir a los escolares. En 1925 seicomenzó en Cleveland a ensenarmúsica por radio,pasando despu6s poco apoco,aIa enseñanza de otrasasignaturas. Actual- mente son muchos los Estados de la Unibn Americana que aprovechan el radio, en combinación con la escuela, para instruir y educar a los escolares, siendo dignas de menci6n principalmente la labor de la W.B.O.E. de Cleveland, Ohio, como tipo de labor desarrollada en una población importante, y la desarrollada, como ejemplo de lo que puede hacerse en una pequeña localidad, por la Sociedad Médica del Condado, la Junta de Educación y la estación local de radio, en Denville, Illinois.

Hemos dicho que en la labor educativa escolar el radio trabaja en

combinación con la escuela, porque nunca podrá el radio, como nunca

han podido los discos fonograficos, como no podrán las películas sonoras,

como no podrá seguramente la misma televisión, substituir o desalojar

por completo al maestro en la educación de la niñez. El radio, como el

disco y la pelfcula, solamente viene a ser un auxiliar, un instrumento nn&

en las manos del maestro, el cual tiene que ayudar a los alumnos a inter-

pretar y asimilar las enseñansas del radio, adaptándolas a las necesidades

de cada grupo escolar y a su nivel cultural medio.

Desgraciadamente, hasta ahora, en México el niño solamente escucha

el radio fuera de la escuela: en su casa, en la del vecino, en la tienda, la

cantina, el restaurante, o el puesto de la esquina, donde siempre se estan

escuchando los programas menos a propósito, no digamos para impartir

instrucción o educación, sino aun para desarrollar un poco el gusto

artfstico del niño. Urge, pues, organizar todo un plan de instrucción

y educación a través del radio, para que pueda aprovecharlo el niño en

las horas de clase.

18461

De cualquier modo, sin perjuicio de seguir estudiando la manera de resolver el problema rural, sería conveniente que de esta Conferencia resultara el primer impulso para que la educación en general, y la educación higiénica muy particular- mente, comenzara a ser impartida por radio en las escuelas de la Capital y de las ciudades donde haya estaciones radiodifusoras.

Es cierto que en la Capital, y más afin en las ciudades de provincia, las escuelas también carecen de aparatos receptores de radio; pero a reserva de que, como se asegura, los receptores abaraten considerablemente al terminar la guerra, y mien- tras es posible dotar de aparatos de radio a todas las escuelas, se podría comenzar a planear la labor educativa y a formar los programas, horarios, etc., y hasta se puede comenzar a trabajar, haciendo previamente

una campaña entre los padres

de familia para que, en días determinados, prestaran su radio por algunas

horas

ala escuela en donde se educan sus hijos, de manera de que se pudiera disponer de un aparato de radio en cada sal6n de clases.

Aparte de los programas esencial y propiamente instructivos, que podrian radiar a hora fija la Secretaría de Educación o la Universidad,

se pueden

organizar otros programas instructivo-recreativos que radiarían otras difusoras y que podrías ser patrocinados por diversos anunciantes comerciales. Se pueden dedicar algunos programas a determinados grupos de planteles o a ciertas insti- tuciones educativas tanto oficiales como particulares, pudiendo llegar hasta la formación de programas enteros con números desempeñados por los mismos estu- diantes, tal como se hace actualmente en algunos programas de aficionados, no ~610 de jóvenes o adultos, sino de niños de

edad escolar.

Lo que urge es comenzar, siquiera para ir acostumbrando a los maestros

y adiestrándolos en la utilización del radio como medio de educación

escolar, pues esto exige grandes cuidados, una buena preparación y una

técnica de aplicación que entre nosotros se desconoce por completo

todavía.

Con estas condiciones, la educación por radio tiene un porvenir bri-

llante y prometedor, sobre todo el dia, no muy lejano, en que la televisión

llegue a ser una cosa común y corriente como es ahora el radio; necesi-

tamos irnos preparando para estar en condiciones de utilizar esta arma

formidable para la educación en general, y principalmente para la edu-

cación higiénica, que debe ser esencialmente objetiva y práctica.

Funcióh social.-La actividad de la enfermera en el campo social exige deter- minadas condiciones, entre otras, las siguientes: vocación, espíritu de sacrificio, abnegación en el trabajo, conducta social, cankter y disciplina profesionales e