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infancia, es una manifestación paroxfstica de lloro intenso que se ha
supuesto, posiblemente sin que haya manera alguna de probarlo, que
se debe a dolor abdominal. Obsérvase en las criaturas que lo pasan
bien, asf como en aquellas que no aumentan de peso, en las amaman-
tadas así como en las alimentadas con biberón. El término es impropio,
pero lo ha sancionado el uso popular. Comprenderemos mejor el
cuidado de las criaturas si reconocemos que el estado constituye un
período hipertónico que atraviesan la mayor parte de los niños; su
naturaleza paroxística parece asociarse con el susto o el sobresalto.
El tratamiento recomendado es la instalación y mantenimiento de un
ambiente tranquilo, sedación médica por períodos de pocos días, y
utilización de más medicación cuando se necesita. Algún caso dado tal
vez necesitará un aumento bien definido de la ración alimenticia.
LA UNIDAD
SANITARIA
FRENTE
A LA
MORTALIDAD
INFANTIL*
Por el Dr. J. FERMOSELLE BACARDí
Director de la Unidad Sanitaria Louis Schapiro, Cantón de La Unión, Costa Rica
La mortalidad infantil constituye uno de los problemas más impor-
tantes para el país, como lo refleja el hecho de que año tras año mueren
alrededor de 3,698 niños menores de 1 año (promedio de los últimos 5
años), con un mfnimo de 3,267 en 1938, y un máximo de 3,914 en 1935.
En la gráfica puede constatarse la magnitud que ésta alcanza, tanto
en las cifras absolutas, como en las relativas, calculadas, como es norma
internacional, por 1,000 nacidos vivos. En los últimos años, el mejor
coeficiente lo ofrece el año 1938, con 121.7; y el más elevado el año 1935,
con 157.
En la clasificación que hacen Debré y Joannon’ para juzgar la in-
tensidad de la mortalidad infantil, la catalogan del siguiente modo:
CUAD~Q No. l.-Intensidad de la mortalidad infantil2 según la clasijkación
Debré y Joannon
(1) Débil: menos del 4%, es decir, menos del 40
por mil
(2) Moderada: de 4 a 6.99%, es decir, de 40 a 69.9 por mil (3) Fuerte: de 7 a 9.99%, es decir, de 70 a 99.9 por mil (4) Muy fuerte: de 10 y mhs %, es decir, de 100 y mSs por mill Trabajo presentado ante el II Congreso Sanitario Nacional celebrado en Sm JosB del 2 al 7 de diciem-
bre de 1940.
1 “La Mortal% Infantile et la Mortmat&t&” Pa&, 1933.
Como puede apreciarse en el cuadro No. 2 y en la gráfica, y de acuerdo
con esta clasificación, la mortalidad infantil de la República se cataloga
siempre como muy fuerte.
Parala capital, San José, el caso es mucho más favorable, especialmente en los tiltimos años, según expresa el cuadro No. 2 y la gráfica. En efecto, en los años 1934, 1935, 1936, 1937, 1938, 1939, los coeficientes son, respectivamente, de 94.4; 119.6; 97.9; 91.6; 70.2; 95.2. La Capital tiene, pues, una mortalidad infantil, que habiendo pasado ya en forma bastante estable del grupo muy fuerte al fuerte, se aproxima, sin haber llegado aun, a la categoría de moderada (año 1938).
En la grafica se pueden observar oscilaciones de la mortalidad infantil en todo el país, en la ciudad de San José y en el cantón de La Unión.
La mortalidad infantil del país es el promedio o resultante de todos
los cantones. El psis no puede progresar en este sentido, sino es por la
suma de los esfuerzos de cada cantón, y es indiscutible que a nosotros,
directores de unidades sanitarias y médicos oficiales, nos toca cumplir
un papel muy importante en esta sorda tragedia nacional. Debemos
empeharnos en estudiar la manera de hacerla descender.
CUADRO No. 2-Mortalidad infantil de 19.28 a 1939
TT
Año Defun-
ciones 1928 3.841 1928 4.047 1930 3.783 1931 1932 1933 4.388 3.683 3.864 1934 1936 1936 3.236 3.914 3.891 1937 3.830 1938 3.207 1939 3.787
Rephblica de Costa Rica
-
-
-
Tasa por 1,000 nacidos vivos Anual Trienal -- 136.2 178.6 1 138.3 180.2 184.1 166.7 1 167.8 163.7 136.6 167.0 i 148.6 162.8 141.7 121.7 134.6 140.1
-i- Ciudad de San Jos6 D&Ul- CiOlWS 287 309 301 316 211 262 198 269 216 191 169 248 - - -
Anual Trienal -- 141.1 160.2 1 143 .l 138.0 143.3 101 .Q i 123.3 124.8 94.4 119.6 1 104.0 97.9 91.6
70.2 86.7 96.2
T
Cantón de La Unión Defun- ches 46 61 34 47 38 41 36 29 69 22 28 42 -- -- Anual Trienal 172.9 193.9 1 166.2 128.8 180.0 147.8 i 170.0 182.2 131.9 103.2 i 143.9 196.7 81.1
99.5 106.2 136.0
ISaa] MORTALIDAD INFANTIL
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de acuerdo con la importancia de cada una y las posibilidades nuestras,
que son las de la Secretaría de Salubridad Pública.
MORTALIDAD
INFANTIL (menores de un afro)
DE 4926 A +l939
‘/OO
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150
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50
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Cataloga Debré, adoptando la clasificación de Georges Mouriquand,
de Lyón, las causas de la mortalidad infantil, en tres grandes grupos:
(1) Peligro cong6nito (2) Peligro alimenticio (3) Peligro infeccioso
El primero está constituído por el peligro congénito mayor, que es la morti- natalidad (subdividida a su vez en obstétrica y no obstétrica), el peligro congénito menor, el que se refiera a la mortalidad infantil propiamente, comprendiendo traumatismos obstktricos y nacimientos prematuros.
El segundo, el peligro alimenticio, comprende las causas atribuibles, directa o indirectamente, a los trastornos digestivos, sean 6stos agudos o crdnicos, y a los trastornos de la nutrición consecutivos a éstos.’
El tercero, el peligro infeccioso, comprende las enfermedades infecciosas específicas y otras enfermedades infecciosas. En realidad, no están comprendidas en este grupo algunas enfermedades infecciosas, como la sífilis, cuando causa nacimientos muertos o prematuros vivos, que son agrupados en el peligro congé- nito. Lo mismo ocurre con algunas enfermedades microbianas que son causantes de elementos que intervienen en el peligro alimenticio.
Se refinen eti un cuarto grupo, bajo la rúbrica de diversas, enferme-
dades que no pueden ser catalogadas entre los grupos anteriores, tales
como: enfermedades no microbianas, accidentes y otras Gauss19
deter-
minadas, y causas desconocidas.
Las causas de muerte tambidn las clasifican estos autores en:
(1) Defunciones inevitables (2) Defunciones evitables
En las investigaciones por ellos realizadas, las causas evitables son las
más frecuentes, y las que tienen mayor inter6s práctico. Además,
hacen un tercer grupo para las calificaciones inciertas o dudosas.
Se consideran como causas fundamentales capaces de permitir o
proporcionar que los tres peligros actúen a tres factores:
(1) Causas fundamentales de orden económico (2) Causas fundamentales de orden psicológico (3) Causas fundamentales de orden sanitario
Estas causas se explican por sí solas, pero consideramos útil aclarar
las llamadas psicológicas. En ellas se agrupan la ignorancia, la negli-
gencia o indolencia, vicios como el alcoholismo, la avaricia, y hasta la
rudeza de carácter.
¿En qué medida actúan estas tres causas fundamentales frente a los
tres peligros?
Las causas fundamentales del peligro alimenticio son los factores sanitarios, económicos y psicol6gicos. Un factor económico desfavorable constituye un frente en los esfuerzos sanitarios, pero la ignorancia y el mal funcionamiento de las organizaciones sanitarias hacen que el peligro alimenticio resulte enorme.
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resultados con ~610 esta medida, unida, desde luego, a la propaganda necesaria para que la consulta prenatal y los servicios obstétricos sean usados.El peligro infeccioso es el de solución mas dificil por tener su base esencial en el factor econ6mico,3 y en especial, en el hacinamiento en las habitaciones que determina recíprocas infecciones y reinfecciones múltiples. Act6an tambibn los otros dos factores3 pero sin la solución del económico no es posible progreso nota- ble ni estable.
En
resumen, frente al peligrocongénito, medidas sanitarias; frente al
peligro alimenticio, medidas sanitarias y económicas; frente al peligro
infeccioso, medidas económicas. (Véase el cuadro No. 3.)
CUADRO No. 3 Eficacia contra
El peligro congénito. . . . +++ + El peligro alimenticio.. . . . . . . . . . . . . . ++
El peligro infeccioso3.. . . . _ . . . . _ . . . _ . . . + +f+f+
CCuál es nuestra situación frente a estos problemas?
La red de unidades sanitarias que ya existe constituye una amplísima base para satisfacer las necesidades sanitarias de las localidades, y ellas irradian su acción también en el aspecto psicológico combatiendo directamente la ignorancia. Sabemos que las unidades sanitarias brindan, desde el examen médico prenupcial voluntario hasta la consulta prenatal, servicio maternal, consultas para niños sanos y enfermos, así como la vigilancia que ejercen las visitadoras sociales. AdemAs, luchas especiales, como la antivenérea, antituberculosa, antipalddica y antiparasitaría, que influyen en este problema.
El Departamento de Protecci6n Maternal e Infantil acaba de organizar nuevos centros maternales con una orientación directa a combatir el peligro congénito, como causa de mortalidad infantil.
Los centros de nutrición, dependientes de1 Patronato Nacional de la Infancia, y su utilísimo servicio social, son otros elementos que en el orden econ6mico y moral tienen beneficiosa influencia sobre la protección materno-infantil; y finaI- mente, la organización hospitalaria del país, en la que tienen cabida las mujeres embarazadas, y en la que hay secciones para nidos.
Pareciera que estamos aun en la etapade seguir compIetando Ia red de unidades sanitarias o centros análogos encargados de la vigilancia sanitaria en general, y de ofrecer los servicios adecuados para la protección materno-infantil; y por otra parte, de perfeccionar los medios para un mejor rendimiento en los organismos existentes. La acción del Patronato Nacional de la Infancia debe ser m6s extensa, y los servicios hospitalarios para niños aumentados.
La mortalidad infantil ‘en la cantón de La Unión-Vamos a exponer lo
que en el cantón de La Unibn se ha logrado en los aííos 1937, 1938, y
1939, teniendo, tal vez, los mejores medios y acondicionamientos para
las labores sanitarias en general y materno-infantiles en particular,
exceptuando San José y algunas capitales de provincias. No esta en
en nuestro animo el ponernos como ejemplo, ya que los resultados no son
tan halagadores para ello, sino el de mostrar lo que la organización
sanitaria como factor de lucha contra la mortalidad infantil ha alcanzado
en nuestro medio. Tambien hemos tenido a nuestro favor la acción
económica del Patronato Nacional de la Infancia, aunque poco amplia
en relaci6n con las necesidades. Además, funcionaron casas-cunas
temporales durante los meses de la recogida de café en los tres años
aludidos.
Debo advertir que, aunque nuestra preocupación ha sido intensa
tratando de ir neutralizando los efectos perjudiciales del factor psicoló-
gico, no hemos logrado aun todo lo necesario.
Como elementos de juicio para juzgar las condiciones sociales y
sanitarias del medio ambiente, o como dice el Dr. Luros4 del ambiente
natural, social, en sus aspectos deficientes, diremos:
(1) Que los salarios corrientes oscilan entre 2.00 y 2.50 colones para un promedio de seis personas por hogar.
(2) Durante las recogidas de café hay un abandono casi general de la población infantil, porque las madres se dedican a este trabajo por ser la tmica oportunidad del año de aumentar las entradas para las necesidades imperiosas. Las casas- cunas, como ya dijimos, han tratado de remediar este mal.
(3) Las viviendas son inadecuadas en su inmensa mayoria, por no reunir las condiciones sanitarias mínimas para la protección contra los cambios de tempera- tura, humedad, falta de ventilaci6n, de sol, con dormitorios inundados por el humo de la cocina, etc., y el hacinamiento a que obliga la falta de espacio.
(4) El peligro de plagas de la mosca domestica es siempre grande en Bpocas de recogidas de café, no obstante la colaboración que prestan los hacendados y la vigilancia que ejercen los inspectores sanitarios.
(5) El servicio de recolección y cremación de basuras existe para un área que , abarca la tercera parte, aproximadamente, de la población.
(6) En mayo de 1939, ~610 el 52% de las casas daban tratamiento correcto a las excretas humanes (pozo negro y tanque séptico).
(7) S610 el 33% de las casas tienen, actualmente, conexiones de agua potable. En las condiciones dichas, y con la organización sanitaria expresada, la mortali- dad infantil en La Unión durante esos tres años (1937-1938-1939) ha sido la que exponemos en el cuadro y grafica.
Los años 1937 y 1938 fueron mejores a todos los anteriores, con coeficientes de 81.1 y 99.6. No así en 1939, en el cual sube a 135, elevación que va tis alla que la de los más bajos de épocas anteriores (1930-1934-1935). Como explicación de este hecho, podemos decir que el año 1939 fué fuerte en enfermedades agudas del aparato respiratorio; gripes, bronquitis, bonconeumonías. Y ya vimos que contra el peligro infeccioso es muy difícil luchar cuando no se ha podido resolver el factor econ6mico. Mas diflcil aun, diríamos, cuando hay epidemias.
No obstante lo desfavorable del año 1939, si hacemos un resumen de
los años 1937, 1938 y 1939, tendremos un coeficiente de 105.2 para el
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trienio 1937-1939, contra 143.9, 170.6, 165.2, que corresponden a los
trienios anteriores, como se ve en las curvas de las tasas anuales y trie-
nales de la gráfica No. 2. Estos resultados de conjunto sí son alenta-
dores, y parecen demostrar que los esfuerzos sanitarios y de divulgacion
van logrando, aunque con dificultad (factores económicos y psicológicos
adversos), abrirse paso, en la dura tarea de descender la mortalidad
infantil. Y lo alentador de estos resultados lo ratifica el hecho de que
el año 1940, no obstante la tos ferina, va siendo mejor que 1939, por lo
que la lfnea ascendente de la mortalidad infantil se inclinará, hacia
abajo otra vez.
Conclusiones.-Estas ser&n’de dos aspectos: demostrativas, y tra-
bajos a realizar.
Primer grupo: Demostrativas.-Creemos haber puesto en evidencia
los siguientes hechos :
(1) Que la mortalidad infantil de la República es todavía muy eIevada, catalo- gándose, de acuerdo con la clasificación de Debré y Joannon, entre las muy fuertes. (2) Que la mortalidad infantil de la capital, San José, es aun fuerte, aunque por su oscilaci6n descendente del año 1938 (70.2) pareciera tender a moderada.
(3) Que la mortalidad infantil de La Unión, que había sido siempre muy fuerte, se clasificó dos años consecutivos (1937 y 1938), al iniciar sus trabajos la unidad sanitaria, como fuerte, pero que en 1939 volvió a ascender como consecuencia de una epidemia de enfermedades agudas del aparato respiratorio.
(4) Qua la mortalidad infantil de La Unión durante el trienido de 1937-1939, fu6 ostensiblemente más baja que durante los trienios anteriores.
Segundo grupo: Trabajos a realizar.---En virtud de 10 expuesto en
este trabajo y de las demostraciones anteriores, proponemos que se
resuelva realizar los siguientes trabajos:
(1) Organizar el estudio, en todas las unidades sanitarias, de las causas de la mortalidad infantil de acuerdo con la clasificación expuesta en este trabajo y la nomenclatura internacional vigente, con el objeto de conocer exactamente cuhles son los factores fundamentables dominantes en las distintas regiones del psis, para poder realizar, en forma científica, una lucha a fondo contra dicha mortalidad.
(2) Intensificar la propaganda de educaci6n sanitaria, y en especial, sobre puericultura, entre las mujeres de 14 años de edad en adelante, por todos los medios disponibles.
(3) Prestar el mayor apoyo y ayuda a las visitadoras sociales y obstétricas para que difundan conocimientos prácticos de puericultura a las madres que visiten y asistan.
(4) Incrementar u organizar consultas en las unidades sanitarias de niños sanos a cargo de enfermera competente y entusiasta, o del médico mismo.
(5) Solicitar al Patronato Nacional de la Infancia que procure organizar centros de nutrición en las cabeceras cantonales donde no existen, y que previo estudio social en los existentes, se aumente la protección al mayor número de niños que la necesiten.
cumplan las leyes existentes en esta materia, y difundirlas como medida preventiva.
(7) Tomar todas las medidas que la unidad sanitaria o el médico oficial tenga a su disposición capaces de influir en la disminución de la mortalidad infantil.
(8) Solicitar a la Secretaría de Salubridad Pública que siga ampliando el ndmero de centros maternales por considerarlos de acción directa contra el peligro congénito de la mortalidad infantil y dotando a las unidades sanitarias y medi- caturas oficiales del equipo adecuado para este fin,
Nota.-La resolución No. 22 del II Congreso Sanitario Nacional (véase Salud, eno.-mzo. 1941, p. 23) dice así:
Mortalidad infantil.-El II Congreso Sanitario Nacional recomienda que se organice el estudio, en todas las oficinas sanitarias, de las causas de la mortalidad infantil de acuerdo con la clasificación de Debré y Joannon, y la nomenclatura internacional vigente, con el objeto de conocer exactamente cuales son los factores fundamentales dominantes en cada región del país y poder asimismo realizar en forma cientifica, una lucha a fondo contra dicha mortalidad.
INFANT MORTALITY IN COSTA RICA
\
1941) HIGIENE INFANTIL
439
maternity centers of the Ministry of Public Health. The II National Sanitary Congress of Costa Rica adopted a resolution (no. 2) recommending a study in al1 health offices of the causes of Child mortality so that the fight against it may be planned on a scientific basis.
PLAN DE TRABAJO Y LABORES REALIZADAS
POR LA
DIVISI6N
DE HIGIENE
DEL NIÑO DE EL SALVADOR
Por el Dr. MARCO TULIO MAGMA San. Salvador, El Salvador
Compenetrada la Dirección General de Sanidad de la imperiosa necesi-
dad de proteger a la infancia, y especialmente de reducir la mortalidad
infantil, lleva a cabo esta labor por medio de su División de Higiene
Materno-Infantil,
dependencia del Departamento de Enfermedades
Prevenibles. Sus funciones están distribuídas en las Secciones de
Higiene Prenatal, Higiene Infantil, Preescolar y Escolar. De este
modo aspiramos a atender al niño en todas sus edades, abarcando todos
sus aspectos.
El Salvador adolece de las causas que universalmente dan mayor
mortalidad en el recién nacido: nacimiento prematuro, traumatismos
en el momento del parto y sífilis. Natural es que contra ellas oponga
la campaña prenattal, con sus dos fases, preconcepcional e higiene del
embarazo y parto.
No hay hasta la fecha verdaderos centros que se dediquen precisamente a la higiene preconcepcional; pero en el ambiente sanitario se siente su necesidad y el boleto sanitario que se exige para el ejercicio de muchas actividades públicas y privadas, nos permite descubrir afecciones que, como la sffilis, obligan al trata- miento y favorecen el consejo oportuno. La enseñanza sanitaria trata de demos- trar lo importante que es la buena salud preconcepcional, a fin de evitar esos embarazos que hacen perder el fruto antes de tiempo o que obligan despu& a vacilar el rítero.
A cargo de las clfnicas prenatales, la higiene del embarazo se encamina prin- cipalmente a evitar el aparecimiento de la eclampsia en las mujeres bajo su control y a descubrir la s%lis, de preferencia en los primeros meses del embarazo, para tratar en forma intensa y apropiada a las embarazadas con cualquier sospecha clfnica 0 serológica, y mayormente aquellas en quienes se reconoció la sffilis con anterioridad, aunque ya hayan sido tratadas, especialmente en casos de sffilis congénita.