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Wolf Eric_Las Luchas Campesinas Del Siglo XX

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Academic year: 2021

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siglo veintiuno editores, sa

lNDICE

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MPICO 12, D. F.

siglo veintiuno

de

espana editores, sa

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EMILIO RUBIN. 7

MADRID - 33, ESPAAA. AGRADECIMIENTOS

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siglo veintiu1W argentina editores, sa

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BIBllOTECA· FlAC50

1

CONCLUSI6N 373 BIBLIOGRAFIA

411

iNDICE ANALlnco

TRADUCCI6N DE ROBERTO REYES MAZZONI

428

MAPAS DE WILLOWN ROBERTS

Primera edicion en espafiol, 1972 (Mexico) Segunda edici6n en espafiol, 1973 (Espana)

© SIGLO XXI EDITORES, S. A. (Mexico)

Primers edici6n en Ingles, 1969

© 1969 by ERIC R. WOLF

Publicado por Harper & Row Publishers (Nueva York) Tlrulo original: Peasant Wars of the Twentieh Century

qERECHOS RESERVADOS CONFORME A LA LEY I. S. B. N.: 84-323·0083·7

Deposito legal: M. 37.660.-1972 Impreso en Espana por

ARTES GRAFICAS BENZAL -Virtudes, 7 - Madrid-3 Diseii6 la cubierta Diego Lara

(3)

68

henequen. Rebeldes agrarios incornodos, como los

que levantaron la bandera de la rebelion en Ternax,

£ueron encarcelados (Berzunza Pinto, 1962, p. 295).

No obstante, las resueltas re£ormas "desde arriba"

de Alvarado encontraron amplio eco en much as

partes de Mexico en que los peones esperaban con

ansiedad la hora de su Iiberacion.

Asi, se acumularon otras ventajas para los ejer­

citos constitucionalistas. A pesar de dominar 5610

posiciones periferlcas dentro del pais, en la costa

del Golfo y en el lejano noroeste, estaban en con­ trol de recursos convertibles en dol ares, con los

que se podian comprar armas: Tampico proporcio­

naba cantidades cada vez rnayores de petroleo, Yu­

catan tenia el henequen, Veracruz era un buen puer.

to de ingreso maritimo, que ofreda fondos prove­

nientes de los derechos arancelarios. Es interesante

observar en este respecto cuanto se pareda esta

victoriosa estrategia a la de Benito Juarez, tanto en su lucha contra los conservadores, primero, como

contra los franceses despues, EI dominio de Vera­

cruz, de hecho, le perrnitio impedir la consolidacion de sus enemigos en la meseta central. Ademas, Ca­ rranza y Obregon sabian como conducir un inteli­ gente curso medio entre las demandas de los Estados Unidos y las de Alemania, que pronto se enfrenta­

rlan en una gran guerra. Mientras que Zapata en,

tendfa poco de los asuntos internacionales, y Villa era un manifiesto partidario de los norteamericanos, los constitucionalistas podian hacer un juego nacio­ nalista, tomando una posicion independiente entre los dos campos rivales. Por ultimo, la capacidad militar de Obregon demostro ser superior a la de

Villa. La suerte de Villa quedo sellada en 1915, en

la batalla de Celaya, en la cual las tropas numeri­ camente inferiores de Obregon obtuvieron la victo­ ria aprovechando para su propia ventaja la predi­ leccion que Villa tenia par cargas en masa de

CAPITULO II

RUSIA

La comuna rusa, tal como existe en la antigua Moscovia, es de hecho un medio Iacil de obtener la posesion de la tierra en beneficio de las masas

(4)

El desarrollo de la servidumbre rusa tiene cierta semejanza con el desarrollo del peonaje en Mexico. En Rusia habia habido esclavos, pero para el si­

glo XVI su mimero era muy reducido. Durante ese

siglo, sin embargo. aparecio en la regi6n de la Ru­ sia moscovita un tipo de peonaje forzado pol' deudas, trabajadores de la tierra contratados bajo la forma de kabala kholop, que la laboraban a cambio de un

prestamo (kabala) 0 de alguna otra forma de ayuda,

A medida que crecio la extension de tierras cultiva,

bles en manos de los senores, estes empezaron a ejercer una mayor presion para obtener una fuente segura de mano de obra, induciendo a un numero

creciente de campesinos libres 0 semilibres a la

aceptacion de la servidumbre pOl' deudas. Esto 10

hadan usualmente prestando tierras mal as, junto con dinero y semillas pOl' periodos fijos que variaban

de tres a cinco afios, hasta 10 0 20, a cambio del

trabajo obligatorio en las propiedades del senor

(barshchina) y de pagos en especie 0 dinero (obrok).

Sin embargo, este sistema de mayor explotacion de los campesinos no podia funcionar mientras hubiera una expansion de las fronteras y el campesino fuera libre para abandonarel lugar de contrato, Tampoco podia remplazarse el sistema de cultivo migratorio pOl' el sistema mas productivo de tres campos en

tanto que el campesino conservara su movilidad. El

libre movimiento de un estado a otro 0 hacia la

frontera fue comun hasta fines del siglo XVI; los cam.

pesinos todavia podfan cumplir sus obligaciones y pagar sus deudas, Con frecuencia se les atrala me­ diante promesas que les hacian grandes terratenien­

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80

tes de otros lugares, a inc1uso se Ies llevaba por la fuerza. Las continuas guerras y hambrunas reforzaron adicionalmente esta tendencia migratoria del cam­ pesina ruso. Sir John Maynard ha dicho del campe­

)sino ruso (mujik) que siempre ha sido

un campesino diferente; un campesino en el mal sobre­ vivi6 el n6mada hasta hace poco. cuyo hogar estaba tanto en Europa como en Asia... Hayen el algo de navegante de tierra. con un gran horizonte de accion desde Minsk hasta Vladivostok. y algo de la flexibilidad mental que adquiere un navegante. La tierra Ie condujo, al igual que el mar interior conduce al navegante, de promontorio en promontorio [1962, p. si].

E interpreta el crecimiento de Ia servidumbre como

la historia de la limitaci6n de esta "fuga" y la orga­ nizacion del pueblo para el servicio, militar y agricola, bajo el control de una jerarquia de senores al servicio de la Corona [1962. p. 32]...

Cornparemos los dos aspectos de la vida rur-il rusa: el campesino que tenia 'Ia intranquilidad del n6mada en su sangre. y el Estado-policia que 10 hacia cumplir las obligaciones estaticas de la condici6n de siervo: el deseo de poder trasladarse Iibremente por una parte. y por la otra el pasaporte y la autoridad que 10 persegula: y

tendremos asl la clave para algunas de las contradic­ ciones de la historia rusa [1962. p. 33].

Despues de la aprobacion de leyes aun mas restric­ tivas del derecho que tenia el campesino para tras­ ladarse libremente, se le someti6 a una servidumbre

total en determinadas propiedades, mediante el co­

digo legal de 1649;

y

en 1658, se hizo a la fuga una

ofensa criminal. Existieron numerosas rebeliones con­ tra esta servidumbre, frecuentemente unidas a le­ vantamientos de los cosacos contra el centro politico. Los historiadores sovieticos tienden a poner en un

(6)

RUSIA

81

revueltas cosacas de Bolotnikov (1606-1607), Razin

(1667-1671), Bulavin (1707-1708), y Pugachev (1773­

1775): pero los principales instigadores de estos mo­ vimientos fueron cosacos que reaccionaban contra la mayor centralizaci6n del Estado, mas que los cam­ pesinos oprimidos. Ninguno de los movirnientos co­ sacos estuvo dirigido contra la institucion de la ser­ vidumbre; mas bien los campesinos de las zonas dominadas pol' cosacos ingresaban en las filas de estes, escapando asi de su condirion de carnpesinos, en vez de resolver el problema de la opresion cam pesina (vease Yaresh, 1957). A su vez, los Ievantamientos de cosacos se veian beneficiados pOl' los disturbios cam­ pesinos, y estes recibian par su parte el Impetu de la rebelion cosaca. Entre el termino de la rebelion

de Pugachev y el final del sigJo XVIII, se llevaron a

cabo cerca de 300 disturbios en 32 provincias (Liash,

chenko, 1949, p. 280), Y nunca hubo una epoca en

que los campesinos estuvieran total mente tranquilos. Entre 1826 y 1861 hubo I 186 levantamientos cam­ pesinos, mostrando cada lustro un incremento con­ tinuo (1949, p. 370). Tampoco olvido el carnpesino ruso su antigua condicion de libertad. Antes de la servidumbre, el 26 de noviembre, dia de San Jorge, habia sido el dia tradicional para cambial' duefios, Incluso ahora, despues de tres siglos de servidumbre, el

mujik no ha olvidado el dia festivo que en orro riempo

Ie devolvia su libertad: la fiesta de San Jorge esta incor­ porada en much as expresiones proverbiales de desilusion [Leroy-Beaulieu. 1962, p. II].

Para mediados del siglo XVIII los siervos formaban

la mayor parte de la poblaci6n: en 1762-1766. cons­ tituian el 52.4% de la poblacion rural total de 14.5 millones en la Gran Rusia y Siberia. Para finales

del siglo XVIII, el total de la poblacion masculina en

servidumbre llego a los 10.9 millones, cifra que casi 6

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82

RUSIA

no vario hasta la emancipacion de los siervos en 1861. En el momento de la emaneipaci6n, los siervos cons­ tituian mas del 55% de la poblacion rural en la region agricola central, en la Rusia Blanca oriental, la Ucrania occidental y la region del Volga medio: entre el 36 y el 55% en la Rusia Blanca occidental, la region de los lagos, la region industrial central, la Ucrania oriental y la region del Bajo Volga. En las otras partes el porcentaje era menor (Liashchenko, 1949, p. 311). Denrro de la poblacion en servidumbre, existian dos categorias principales: a finales del siglo XVIII cerca de la mitad de los siervos pertenedan a los distintos senores, en tanto que un poco menos de la- mitad perteneda al Estado. Los siervos del Es­ tado ten ian una situarion un poco mejor que la de los siervos de los senores: sus pages se hadan en

obrok, que se fijaba a niveles relativamente modera­

dos, y estaban menos expuestos a las diversas idiosin­ crasias personales de los senores. Sin embargo, cons­ tituian una reserva de mana de obra desde la cual los gobernantes podian hacer donaciones a los pro­ pietarios privados.

No obstante, la agricuItura de servidumbre rusa no tuvo un gran exito economico. Dependia por

completo de la tecnologia agricola tradicional y exten­

siva de los campesinos; los rendimientos continuaron siendo bajos y estacionarios durante la mayor parte

del siglo XIX. La tasa de rendimiento con. respecto

a la semilla era de ~.5 a I en 1800-1810, y ~.7 en

1861-1870 (Liashchenko, 1949, p. ~24). De esta ma,

nera, cualquier aumento en el ingreso derivado de la agrirultura se obtenla "mediante la expansion cuantitativa de la superficie y el cultivo extensivo de los cereales por medio de la intensificacion de la explotacion de la mana de obra campesina, esto es, oprimiendo aun mas a la familia campesina"

(1949, p. 32~). No existia una adecuada contabilidad

(8)

RUSIA

83

del mercado. La coaccion poHtica se apropiaba de 10

que el campesino podia producir.

Como ya se dijo anteriormente, los dos modos de

utilizar el trabajo de los siervos eran la barshchina, el trabajo tributario en los campos del senor, utilizando

los aperos

y

el ganado propios del campesino, y el

obrok, el pago en especie. Con Irecuencia estos modos

se presentaban en una variedad de combinaciones; sin embargo, los derechos sobre el trabajo prevale.

dan en la regi6n de tierras negras, en tanto que el

pago predominaba en las provincias septentrionales, con otro ti po. La regi6n de tierras negras era fer til,

y

en su mayor parte los excedentes provenian de ope­

raciones agricolas. A medida que crecieron las ex­ portaciones de cere ales los senores de esta regi6n intentaron extender al maximo sus 'tierras y aumen­ tar la cantidad de mana de obra carnpesina que la trabajaba. En consecuencia, la cantidad de tierra des­

tinada a la subsistencia del campesino tendi6 a ser

pequefia; la parcela asignada a cada siervo pocas ve­ ces excedia de 2.73 a 3.27 hectareas, Los senores teo nian mas del 50% de la superficie cultivable. Du­

rante todo el siglo XIX hubo una tendencia a inere­

men tar la cantidad de tiempo de trabajo en tierra de los senores, de tres dias a la semana a cuatro, cinco e incluso seis. Ademas, los campesinos tenian que trabajar en construcciones y en la fabricaci6n de ladrillos, en tanto que las mujeres produdan Iino

y

telas de lana. Los campesinos tambien tenian que

proporcionar carretas

y

mano de obra para condu­

cir los productos del senor hasta el mercado, una obligaci6n que consumia el 30% de su tiempo de

trabajo en el invierno,

y

el 8% en los meses de ve­

rano. En algunas propiedades agricolas los senores lograron incluso convertir el trabajo tributario en un trabajo asalariado, en el cual el trabajador no tenia acceso a la tierra, sino que recibia un pago en

(9)

r

84 RUsIA

alimentos

y

vestimenta a cambio de su trabajo en

los dominios del senor.

En contraste con el sistema de trabajo tributatio, el pago en especie 0 dinero predominaba en las pro. vincias septentrionales ya mencionadas en donde la

agricultura era a la vez menos productiva

y

menos

lucrativa, pero donde la ocupaci6n del campesino en artesanias dornesticas 0 en las industrias de la ciudad podia rendir pagos en especie. Como la tierra era menos valiosa que en el sur, los propietarios retu­ vieron s610 del 20 al 25% de la tierra cultivable y otorgaron mayores asignaciones por siervo, que en promedio varia ban entre las 4.37 y las 5.46 hectareas. Esta tierra le permitla al campesino alimentar a su fa­ milia, en tanto que el tributo en especie 0 dinero per­ mitia a los terratenientes apoderarse del excedente producido por el campesino mediante un mecanismo

de coaccion social y politica. Tales pagas aumenta­

ron continuamente durante el perfodo de servidum­

bre. Hacia finales del siglo XVlll eran aproximada­

mente de 10 a 12.5 rublos en promedio; en la se­

gunda decada del siglo XIX aurnentaron hasta 70

'rJb1os.

·En 1861 los siervos fueron liberados en una irn­ portante reforma agraria, estimulada por el temor expresado por el zar Alejandro II de que ICes mejor liberar a los campesinos desde arriba" que esperar a que conquisten su libertad con levantamientos "desde abajo", Las presiones para la emancipaci6n se expresaron de manera diferente en las tierras ne­ gtas del sur que en las tierras del. norte. En las zonas de tierra negra, en las cuales el cultivo era productivo

y

lucrativo, el interes de los terratenientes consistfa

en apropiarse de tanta tierra como fuera posible,

y

en dejar a los campesinos tan poca como pudieran, Iorzandolos asf a trabajar en las propiedades de los

nobles. En el norte la agricultura era pobre

y

la

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85

el excedente de los pagos de los derechos en especie

o en dinero y estaba interesado en deshacerse de tierra

improductiva buscando en cambio una maxima com­ pensacion por la libertad personal de sus siervos.

Mediando entre estos intereses divergenres, Alejandro

II

y

sus consejeros -actuando en in teres del Estado

como un todo- buscaron evitar una situacion en que los siervos ohtendrian su Iibertad personal pero per­ derian su tierra. Con la Iibertad en lugar de la tierra, el campesino hubiera recuperado su libertad 0010 para caer en una condici6n aun mas miserable que la sopor­ tad a durante la epoca de su servidumbre. Habria perma­ necido durante aiios, quiza durante siglos, totalmente privado de la posesi6n de la tierra. Toda esta hueste li­ bcrada se habrla convertido en una naci6n de proletarios... Mediante la entrega de tierra a los siervos se confiaba evitar la proletarizacion, y esto significaba alejarse de las conmociones sociales y politicas del Occidente [Leroy­ Beaulieu, 1962, pp. 27-8].

El resultado fue un compromise en el cual no se privaba totalmente al campesino de tierra, a la vez que se Ie hacia pagar por la Iiberacion de su persona. Para satisfacer las diferentes exigencias de los terra­

tenientes del norte

y

del sur, este compromiso se

aplico de distinta manera en las zonas de tierras negras que en las de otras tierras, En las provincias de tierras negras, la aslgnacion de tierra otorgada

por persona fue, por 10 general, mas pequefia de 10

que habia sido antes de la reforma; en 16 provincias de tierras negras la asignacion promedio antes de la

reforma era de ~.71 hectareas: despues de ella fue

de 2.73 hectareas, Por otra parte, en las provincias industriales con otro tipo de suelos, en donde habia

predominado el obrok, ocurrio 10 contrario, Los te­

rratenientes se beneficiaron deshaciendose de tierra

improductiva, transfiriendola a los campesinos sobre

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vincias, la asignacion por persona antes de la reforma habia sido de 4.04 hectareas en termino medio; des­ pues de la reforma fue de 4.69 hectareas,

La asignacion total solo se otorgo a los carnpesi­ nos con estipulaciones adicionales. Si poseian fondos suficientes, podian comprar su libertad inmediata­ mente. Para impulsar el proceso, el Estado anticipaba

el 80% de la cantidad necesaria y el eampesino

tenia que proporeionar el 20% restante, Estos antici­ pos del Estado los debian reintegrar los campesinos en el transeurso de 49 afios a una tasa anual de inte­ res del 6%. Por desgracia, esta empresa no tuvo exito, Incluso allf donde los eampesinos podlan reu­

nir el 20% que se requerta, eneontraron grandes di­

ficultades para haeer los pagos neeesarios y se atra­

saron en estos, El porcentaje de estos atrasos aumento desde el 22% de los pagos anuales totales en 1875, hasta el 119% para finales del siglo (Robinson, 1949, P: 96). Mas aun, otros eampesinos se convirtieron en personas "temporalmente dependientes" que tenlan que continuar pagando derechos de 12 rublos por

asignacion total a los senores en el pais del obrok 0

porporcionar 40 dlas de trabajo al afio para los hom­

bres y treinta para las mujeres, En 1881 quedaban,

en 37 provincias, mas de 3 millones de campesinos sometidos a tales obligaciones remporales, De este modo, su situacion social habta cambiado poco; un periodista ruso dijo con sarcasmo que necesitarfan todavia "otra emancipacion" (Leroy-Beaulieu, 1962, P: 43). Finalmente, hubo muehos campesinos que aeeptaron una asignacion pequeiia de tierras a earn­ bio de su libertad total, comprando esta al costo de su empobrecimiento economico,

Debido a 10 antes expuesto, la reforma fue una

gran desilusion para muehos.

Cuando se publico el manifiesto del 19 de febrero de 1861, estab1eciendo las condiciones de la emancipaci6n,

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RllSIA

87

los campesinos no ocultaron su desilusion. En las iglesias. donde se les ley6 el manifiesto imperial anunciandoles su libertad, se escucharon fuertes murmullos abiertamente: mas de uno sacudi6 su cabeza exclamando ",que tipo de libertad es esa>" [Leroy-Beaulieu, 1962, pp. 29-30).

En muchas localidades los campesinos se negaron a creer que el manifiesto era genuino. Hubo distur­ bios y se tuvo que Hamar a las tropas para dispersar a las furiosas muchedumbres.

En las aldeas se rumoreaba que el manifiesto leido en las iglesias era una falsificaci6n de los terratenientes, y que el genuino Acto de Emancipacion se anunciaria posterior­ mente; podria incluso haber carnpesinos que todavia es­ tan esperando que aparezca. Con toda seguridad hay mu­ chos que durante los largos inviernos suefian en una nueva emancipacion con redistribucion de tierras, en esta ocasion gratis [1962. p. 30].

Todavia varios afios despues, "ciertos profetas del pueblo... anunciaron que, por vol un tad divina, gra­ tuitamente la tierra pronto se entregaria a los cam­ pesinos" (1962, p. 3). Con notable vision, Leroy­ Beaulieu observo que estas agitaciones derivaban de premisas que ternan "un caracter semijuridico" (1962,

p.72).

Es evidente que en el pueblo, oscurarnente, pero con una gran profundidad, ha sobrevivido una tradici6n, el recuerdo

de una epoca en que la propiedad de la tierra no estaba, o cuando menos en gran medida no estaba en manos de los nobles, cuando en especial casi todas las praderas y todos los bosques eran usados indiscrimir.adamente y de cualquier manera por todos. Por un breve instaute el cam­ pesino habia tenido la vision del retorno a la benignidad de estos antiguos tiempos, e incluso ahora sostiene Iirme­ mente la convicci6n de que el gobierno, si tiene el de­ recho y el poder para suprimir la servidumbre, tam bien

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90

RUSIA

para cambiar todas las demas condiciones de propiedad de la tierra, cuando menos todas aquellas que son opro­ biosas para el campesino [1962, p.7S].

Asf, los ataques de los radicales sobre la inadecuada reforma

concucrdan con los instintos secretos del mujik, y luchan con energla para apoyarlos, dernostrandoles que otra expropiaci6n de los terratenientes nobles y una redistri­ buci6n de la tierra serla la secuencia natural y la cul­ minaci6n de la tarea que dejo incomplera la primera entrega [1962, p. 70].

Aunque la emancipacion convirtio al campesino en

el propietario legal de las tierras que se Ie asignaron,

transfiriendole los derechos de propiedad del terra­ teniente, no elimino a la vez, sin embargo, las nume­ rosas limitaciones que imponfan los demas campe­ sinos sobre el uso de su propiedad. La nueva tenencia, separada de sus ligaduras verticales con el terrate­ niente, segufa sujeta a las demandas de la comuna

aldeana, el

mir.

La nueva legislacion fortaleci6 asf

a la comuna como uno de los baluartes contra- la difusion del desorden social.

La persistencia del

mir

en Rusia -y de las formas

comunales de organizaci6n de los campesinos en otras partes, como en Mexico- inspire una cuantiosa lite. ratura romantica que ensalzaba la supuesta tendencia comunal de los campesinos, como si los campesinos individuales nunca trataran de obtener las maximas ventajas personales. Los antirromanticos, por otra parte, sefialaron los numerosos sintomas autocen­ tristas del carnpesino, para desacreditar csa imagen

de solidaridad y aprecio del grupo. En realidad, las

formas comunales de organizaci6n no eliminan la lucha individual; 5610 pretenden controlarla. Por otra parte, en algunas ocasiones un individualismo rampante puede someter a sus propios fines la orga­

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nizacion comunal, como ocurre euando una oligarquia de campesinos poderosos asume el control de una comuna y la utiliza para someter a los demas a sus

designios. Por 10 tanto, no debemos pensar (lue las

tendencias comunales y el individualismo se excluyen

mutuamente. Al contrario, son contingentes e1 uno

del otro; con frecuencia se oponen en una Iirnitacion redproca dentro de un ambiente comun.

Al dar su apoyo a la conservaci6n de la comuna como la unidad principal dentro de la estructura de la organizacion rural, el Estado convirti6 a cada co­ muna en un campo de batalla entre tendencias so­ dales mutuamente dependientes y sin embargo di­ vergentes.

,C6mo estaba organizado el mir y cuales eran sus

funciones? Por 10 general estaba formado por los an­

tiguos siervos y sus descendientes asentados en una sola aldea, aunque en ocasiones una aldea englobaba

mas de una com una 0 una comuna podia abarcar

varias aldeas. Dentro de la estructura de la comuna, cada familia tenia derecho a una asignacion de tie­ rras, Antes de la emancipaci6n, cada familia dentro. de la comunidad tenia derecho a una asignaci6n de tierras de la comunidad; ademas, cada familia poseia su casa y huerta como tenencia hereditaria, No exis­ tia el eultivo colectivo; cada familia eultivaba por sl misma su parcela. Los derechos a los pastizales, ,

y en algunas ocasiones los derechos sobre .praderas y

bosques, eran, sin embargo, propiedad conjunta de la

comuna. Por ultimo, en la Gran Rusia y en Siberia

la comuna tenia e1 poder de reasignar peri6dicamente

la tierra entre las familias que la constituian, Apro, ximadamente tres euartas partes de las familias cam­ pesinas en las cincuenta provincias de la Rusia europea -sin contar a Polonia y Finlandia- tenfan mas de las cuatro quintas partes de la tierra en po­ sesi6n "asignada" por la comuna. La tenencia here­

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92

~USIA

ditaria predominaba en Uerania y en las provincias

occidentales.

Los principios que regian el reparto diferian de region a region. Aunque era usual reasignar la tierra cada pocos afios, una determinada comuna podia abstenerse de la reasignacion en cualquier momento, conservando su poder para hacerla en el futuro. Se­

gun Lazar Volin (1940, pp. 125-7), el crecimiento

de la poblacion era un factor importante para la reasignarion. En la decada de 1880, el 65% de las 6830 comunas en 66 distritos dispersos de la Rusia europea no habian repartido su tierra; pero durante el periodo 1897-1902 solo 12% dejaron de hacerlo. La mayoria (el 59%) reasignaban la tierra sobre la base de los hombres de la familia, una: minoria la re­ asignada sobre la base de los adultos que trabajaban

(8%), y del numero de personas en familia (19%), mientras que el 2% 10 hacia s610 parcialmente. En

tanto que la comuna sostuviera los derechos de reasig­

nacion, imponia serias limitaciones a la libertad del

campesino para utilizar su tierra como le conviniera.

EI campesino no podia vender, hipotecar 0 heredar la tierra sin el consentimiento de toda la comuna, Tam­ poco podia rehusar una nueva asignacion, menos pro­ ductiva que la que tuvo antes. Las comunas tarnbien Iimitaban el derecho del campesino para cultivar las

cosechas que deseaba, imponiendo un rigido sistema

de cultivos. Los campos se dividian en franjas angos­ tas y largas con el fin de nivelar las oportunidades con

respecto al suelo, topografia 0 distancia de la aldea:

toda tenencia cam pesina consistfa en franjas en varios campos. En cada campu. estas se sembraban con la misma cosecha con una rotacion de tres campos. No

estaban separadas por cercas, y cuando el cultivo ter.

minaba, se las abrfa simultaneamente como pastizal

comun,

(17)

93

la mas completa autonomla, Wallace ha dicho que las autoridades superiores no solo se abstienen de toda interferencia en la asignaci6n de las tierras comunales sino que, ademas, ignoran profundamente los sistemas que habitualmente adoptan las comunas... A pesar de los esfuerzos sistematicos y persistentes de la burocracia centralizada para regular minuciosamente todos los as­ pectos de la vida nacional, las comunas rurales, que con­ tienen aproximadamente las cinco sextas partes de la poblaci6n, siguen en muchos aspectos completamente fue­ ra de su influencia, e incluso fuera de su campo de vision [1908, pp. 114-5].

Era regida por un consejo de todos los jefes de fa­

milia, denominado shkod, de shhodit', reunirse. A la

cabeza del consejo estaba el patriarca de la aldea 0

starosta, cuya Iuncion era formular el consenso de la asamblea aldeana y representarla en los tratos con personas de afuera.

Wallace nos ha descrito como funcionaba tal con­ sejo aldeano:

El procedimiento simple de las asambleas, 0 mas bien, la ausencia de todo procedimiento formal, ejemplifica ad­ mirablemente el caracter esencialmente practice de la institucion. Las reuniones se celebran al aire libre, debido a que en la aldea no hay un solo edificle -excepto la iglesia, que puede usarse unicamente con fines religiosos­ 10 suficientememe grande para contener a todos los miern­ bros; y casi siernpre se realizan en domingos 0 dfas fes­ tivos, cuando los campesinos disponen de mucho tiempo libre. Cualquier espacio abierto puede servir como foro. Ocasionalmente las discusiones son muy animadas, pero tata vez existen Tntentos de hacer un discurso. Si algun miemhro joven muestra alguna inclinacion para entregarse a la oratoria, casi con toda seguridad sera interrumpido en forma poco ceremoniosa por algunos miernbros mas viejos, que no tienen ninguna simpatfa por la oratoria.

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RUSIA

La asamblea presenta la apariencia de una muchedumbre que se ha reunido accidentalmente y que esta discutiendo en pequefios grupos ternas de interes local. Oradualmenre algun grupo. que incluve a dos 0 tres de los carnpesinos

con mayor influencia moral, atrae a otros y la discusion se generaliza. Dos 0 mas campesinos pueden hablar a la

vez, e interrumpirse el uno al otro Iibremente -empleando lenguaje claro, no rebuscado, y de ninguna manera par­ lamentario- y la discusi6n puede convertirse en un albo­ roto confuse, ininteligible; pero en el momento en que el espectador imagina que la consulta esta a punto de transformarse en una lucha libre, el tumulto se aplaca espontaneamente, 0 quiza una carcajada general anuncia que alguien ha sido vlctima de un firme argumentum ad hominem, 0 una mordaz pulla personal. En cualquier .caso no hay ningun peligro de que los contendientes llegllen a los golpes. Ningun tipo de hombre en el mundo es de mejor naturaleza y mas paclfico que el campesino ruso... En teoria, el parlarnento de la aldea tiene un portavoz en la persona del mas an ciano de la aldea. La palabra portavoz es erimologtcamente menos objetable que el ter­ mino presidente, porque dicho personaje nunca preside, sino que se mezcla con la muchedumbre como un miern­ bro cualquiera. Puede objetarse la palabra sobre la base de que el mas anciano de la aldea habla mucho menos que otros miernbros, pero tarnbien puede decirse 10 mismo del presidente: de la Camara de Comunes. Comoquie­ ra que 10 llamernos, el patriarca no es oficialmente el personaje principal del grupo, y lleva la insignia de su cargo en la forma de una pequefia medalla suspendida de su cuello por una del gada cadena de laton. Sus deberes, sin embargo, son pocos. No esta en sus funciones llamar al orden a los que interrumpen una discusion, Si llama a un honorable miembro "Durak" (estupidoj , 0 interrurnpe

a un orador con un laconico "[moltchit" (callate) , no 10

hace en virtud de alguna prerrogativa especial, sino sim­ plemente de acuerdo con un privilegio respetado a traves del tiempo, del cual disfrutan igualmente todos los pre­ sentes, y que puede emplearse impunemente contra el. De hecho, podria decirse en general que la fraseologta y el procedimiento no estan sujetos a ninguna regIa estricta.

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RUSIA

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El patriarca solo surge al primer plano cuando es nece­ sario auscultar el sentir de la reunion. En tales ocasiones

podria alejarse un poco de la multitud y decir: "Bien,

jLadno! jLadno!", es dccir "[Aprobadol [Aprobadol" (1908, pp. 116-7).

Esta cita nos muestra tanto el espfritu igualitario de la comuna como su forma de obtener el consenso. El logro de la unanimidad producla

un pofundo sentido de satisfaccion y de solidaridad en la aldea, y no obstante que los miembros de la aldea reunidos en el mir se dispersaban sin que se hubiera hecho una

votacion, ni se formara algun cornice, sentfan que cada

hombre sabla 10 que se esperaba de el [Corer y Rockman,

1951, p. 233).

Adernas de las funciones relativas a la regulaci6n de la agricultura, la comuna tenia otras funciones. Elegia al patriarca, al recaudador de impuestos de la

comunidad, al vigilante de la misma y al pastorcillo.

Como era responsable conjuntamente por los impues­ tos desde 1722, supervisaba el cumplimiento de las obligaciones tributarias de sus miembros. Votaba la

admision de nuevos miembros, y emitia permisos para

los que deseaban emigrar, despues de asegurarse que estes daban una garantia para el cumplimiento de

sus obligariones, pasadas y futuras. Se los podia vol­

ver a Hamar si no pagaban sus impuestos: la comuna podia poner a su servicio a un miembro de la fami­ lia deudora para que trabajara por el equivalente a

la carga tributaria: 0 podia suspender a un jefe de

familia ineficaz y nombrar a otro para que ocupara

el cargo en su lugar. La comuna preparaba y firmaba

todos los contratos que hada con personas de afuera, o con cualquiera de sus miembros. Por ultimo, ejer­ cia un firme control social sobre la conducta de sus miembros, que abarcaba desde el castigo corporal en el caso de no pagar los impuestos hasta la deshonra

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96

RUSIA publica. "El espfritu de su comunidad... les daba fuerza a los miembros cuando estaban de acuerdo con ella, mientras que vivian en la miseria y el aisla­

miento cuando diferfan, en pensamiento 0 en senti­

miento, de la opinion y sentir de sus vecinos" (Go­ rer y Rickman, 1951, p. 59).

Pero el mir era mas que una forma de organizacion

social. Sus funciones como una especie de superego colectivo Ie daban una aureola verdaderamente reli­

giosa. EI termino mir significa tanto comuna como

universo, y es comparable a la palabra griega Kosmos. Sir John Maynard ha sugerido que no habrfa sido

equivocado traducir mir como "congregacion", y

dice:

La idea de que una congregaci6n de los Iieles, que no incluye necesariamente eclesiasticos, es la depositaria de Ia verdad, esta profundamente arraigada en el pensamien­ to ruso, es el origen del sobornost, quiza la doctrina mas caracterlstica y fundamental de la ortodoxia rosa, y ha pasado de manera extrafia e inesperada a la formaci6n mental del comunista modemo [1962, p. 40].

Contrastando con el concepto occidental de la ver­ dad como una serie de aproximaciones que permiten

negociaciones, se consideraba al mir como si estu­

viera en posesion de la verdad absoluta, representada por la practica de obtener decisiones unanimes en las asambleas de la aldea (Gorer y Rickman, 1951,

p.233).

Semisecular y semirteligiosa, la comuna funcionaba idealmente como un mecanismo para igualar las opor­

tunidades entre SQ.S miembros, Era, en palabras de

Leroy-Beaulieu,

una inexpugnable fortaleza para los pequefios propleta­ rios, La propiedad comun es inalienable y constituye asl una especie de vinculo. con la diferencia de que, mientras el vinculo familiar solo asegura el futuro del primogenito

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97

de la familia, la herencia comunal provee para todos los miembros de la comunidad. En ambos casos las generacio­ nes Iuturas estan protegidas contra el despil£arro de los vivos, los tipos contra los errores 0 imprevisiones de los

padres. Hay un grado de desamparo 0 desastre mas alla

del cual no puede lIegar el padre ni sus descendientes. El

mir ofrece protecci6n al desheredado. Es as! como yen el

problema los mismos campesinos, y es tambien la raz6n por la cual los que han logrado obtener propiedad indi­ vidual y un cierto nivel econ6mico vacilan en salirse de la comuna. Si no pueden atender su parcela, la arriendan o dan el usa de ella a otros, considerando a las tierras comunales como una salvaguardia para sus hijos 0 para

ellos mismos, en caso de perder sus fortunas privadas [1962, p. 173].

Ademas de dar un apoyo minimo para la subsisten. cia de un hombre, la comuna tambien igualaba las cargas tributarias, aplicando

las leyes a los ricos, forzandolos a tomar parcelas suple­ mentarias y obligandolos as! a pagar mas que su propor­ ci6n de los impuestos. En el norte, en donde los campe­ sinos se ganan la vida principalmente en la industria y

el comercio, no es raro que una comuna responsabilice a un artesano especialmente habil, 0 un comerciante de

exito con dos lotes, esto es, con una cuota doble de im­ puestos, 10 cual es otra forma de gravar el capital 0 el

ingresa [1962, p. 137].

Pero veinte afios despues de la emancipacion los mecanismos igualitarios de la aldea no pudieron de­

tener el proceso de diferenciacion, Los campesinos de

buena situacion, que representaban el 20% de todas las familias, habian logrado claramente una posici6n

dominante en la concentracion de las asignaciones

de tierra y en la compra 0 arrendamiento de tierra

adicionaI. Debido a que estas familias eran por

10

general mas grandes, englobando entre el 26 Yel 36%

de la poblacion rural, tambien recibian mayores 7

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RUSIA

asignaciones en donde estas se hadan en base al nu­ mero. Ademas, habian comprado tierra propia, con frecuencia a la nobleza, que entre 1877 y 1905 per· di6 a traves de ventas casi una tercera parte de su tierra (Robinson, 1949, p. 131). Este 20% de las fa­ milias campesinas tenia asl, a finales del siglo, entre el 60 Y el 99% de las tierras compradas en las dis­ tintas provincias. Asimismo, fueron los principales arrendatarios de tierras de sus compafieros aldeanos mas pobres, En las diferentes provincias Ilegaron a controlar entre el 49 y el 83% de toda la tierra arren­ dada, en tanto que los aldeanos pobres a su vez po. seian entre el 63 y el 98% de la tierra que se ofreda en arriendo. De este modo, para finales del siglo, los campesinos ricos utilizaban entre el 35 y el 50% de la tierra; los campesinos medios, que constituian el 35% de todas las familias campesinas, empleaban entre el 20 y el 45% de la tierra; y los pobres, que constituian el 50% de todas las familias campesinas, usaban s610 del 20 al 30% de toda la tierra. EI 20% superior, por ultimo, tambien poseia el 50% de to­ dos los establecimientos comerciales-industriales, y representaban entre el 48 y el 78% de todas las fa. milias que usaban trabajadores asalariados (Liash­ chenko, 1949 ,pp. 457.8).

Entre estos campesinos acomodados habia tambien muchos que se hadan presta mist as de dinero a los pobres. "Hayen estas aldeas rusas", dice Leroy. Beaulieu,

hombres que en el Occidente sedan llarnados exploiteurs, vampires: emprendedores, inteligentes, que engordan al costa de la comunidad. El mujik les da el horriblemenre expresivo nombre de "devoradores del mir" (miro-yedy). En muchas gobcrnaciones, las de Kaluga, Saratof y otras, las aldeas se encuentran bajo el control de dos 0 tres cam­

pesinos ricos que se apoderan engafiosamente de las me­ jores tierras de la comuna a carnbio de "una cancion 0 por

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RUSIA

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ninguna compensaci6n... usualmente los pobres caen en poder de los ricos a traves de las deudas. £1 varnpiro proporciona al carnpesino reducido a la miseria por im­ prevision, enfermedad 0 accidentes prestamos que este

no puede pagar. Los frecuentes fracasos de las cosechas en el sureste son un riesgo perrnanente para el necesitado, una pportunidad notoria para el rico sin escrupulos. £1 deudor insolvente se ve obligado a entregar a su presta­ mista, con frecuencia a un precio nominal, una parcela que ya no puede cultivar por carecer de los medios ne­ necesarios. £1 licor es el anzuelo mas usado, y el cantinero del kabak (expendio de Iicores) es habitualmente el "de­ vorador del mir", La usura es la ulcera que corroe las entrafias de los carnpesinos, y la tenencia colectiva no esta Iibre de culpa en esto [1962, pp. 137-8].

Como la tierra no podia hipotecarse u otorgarse como garantia por los prestamos, el credito seguia siendo personal. otorgado a la tasa del 10% mensual,

y

Ilegando con freeuencia al 150% anual (1962, pa,

gina 138).

Al igual que los "devoradores del mir" Ilegaron a

dominar cada vez mas las aldeas economicamente,

tam bien las dominaron social

y

politicamente. Se

convirtieron en los verdadcros "amos de la aldea". Las reuniones de la comuna daban reconocimiento formal a todos los miembros sobre una base igualita­ ria, pero los campesinos comprendian bien que el deseo del poderoso era mas importante que el deseo del pobre. Este desarrollo de la oligarquia aldeana coincidio, ademas, con el aumento del poder del patriarca de la aldea despues de la ernancipacion. Mientras que antes de la reforma habia sido un sim­ ple representante de la voluntad colectiva de la al­ dea, despues de 1861 se le subordino a los superin­

tendentes de poJida distritales, y se le dieron poderes

policiales en su aldea, Como Ia polida rural estaba

mal pagada, con frecuencia los "devoradores del mir"

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100

RUSIA asegurar el nombramiento de uno de sus secuaces para el cargo. En consecuencia la diferenciaci6n eco­ n6mica fue acompafiada tambien por la diferencia­ ci6n en la' capacidad para influir en las decisiones de la aldea.

Al concentrarse la poblacion cam pesina en peque­ fias superficies de tierra. las comunas empezaron a funcionar como verdaderas fuentes de presion para

las demandas y el descontento, Los campesinos co­

menzaron a comprar y arrendar tierra, con frecuen­ cia a los nobles. La participaci6n cam pesina en el total de propiedades agrarias aument6 del 32 al 47% entre 1877 y 1917, mientras que la parte de la no­ bleza disminuvo del 22% en 1877 al 11% en 1917, haciendo que Treadgold observara (1957, pp. 41·2) que, "si las g-randes propiedades fueron las principales culpables del problema agrario, entonces tal vez la Revoluci6n les dio el golpe de gracia pero ya se en­ contraban moribundas". Algunos campesinos corn­ . praban esas tierras individualrnente, pero mas de las dos terreras partes de tales compras entre 1877 y

1905 fueron hechas por las comunas, actuando a nom­

bre de sus miembros. Los campesinos tambien en­ contraron que con frecuencia no poselan suficientes

tierras de pastos y de bosques, las que a menudo segufan en manos de los senores despues de la ernan­ cipaci6n. De esta manera, los campesinos en beneficio propio, las asociaciones de campesinos y las comunas empezaron a arrendar tanto la tierra como esos re­ cursos adicionales y necesarios. Tales arrendamientos s610 aumentaron la impresi6n de los carnpesinos de que la nobleza no cumplfa ninguna funci6n util (Maynard, 1962, p. 71). En la primavera de 1902 y en 1905 los desordenes en las provincias de las tierras negras estallarfan con mas intensidad en las comunas que estaban junto a grandes propiedades y se encontraban ligadas a ellas por arrendamientos u otros nexos econ6micos (Owen, 1963, p. 8). No obstan­

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te, el comprar y arrendar costaban dinero y para rnu­

chos campesinos este seguia siendo muy escaso, La poblaci6n aurnentaba continuamente -tendencia re­ forzada en parte por el hccho de que los jefes de las familias mas grandes podian reclamar mayor parti. cipaci6n en las redistribudones- pero la cantidad de tierra disponible per capita para los, campesinos disminuy6 una tercera parte entre la emancipaci6n y

1905 (Owen, 1963, p. 6). Ademas frecuentemente los

campesinos s610 habian podido adquirir la peor tie­ rra. Muchos caredan de dinero para comprar y arren­ dar tierra y pastos, y se veian obligados en cambio a comprar lena y paja como combustibles, para le­

chos y para el techo, y heno para los animales ali­

mentados en los pesebres. Muchos renunciaron del todo a la cria de animales. A la vez, los impuestos continuaron aumentando, conduciendo a un creciente numero de campesinos a una economia monetaria,

en la cual, empero, su participaci6n se veia limitada

por la escasez de este raro recurso. Hubo un aumento continuo de las tenencias muy pequefias, justificando a los entices que condenaban las comunas como "asi­ los naciones agrfcolas de pobres" (Leroy-Beaulieu,

1962, p. 174).

Al mismo tiempo, la comuna sigui6 siendo para el campesinos a la vez un escudo contra los problemas del mundo exterior y un organismo corporative ca­

paz de actuar por el y en su beneficio. Al cam.

pesino, que soiiaba con mas tierra y recursos en su choza (izba). le empez6 a sugerir tambien la posi­ bilidad de una acci6n colectiva. "Incluso ahora", profetiz6 Leroy-Beaulieu en 1876.

en que hasta el momento no ha prestado atenci6n a todas las predicas "nihilistas", ~no esta el mujik predispuesto a considerarse desposeldo en favor del pomieshchik, a so­

nar, para el y sus hijos, con una nueva distribuci6n de las tierras? Asi que, en lugar de cerrar para siempre la

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RUSIA

puerta de la izba aldeana contra el revolucionario, el mir

bien podria abrirselas algun dia. En nombre del miT, que

se nos presenta como la salvaguardia de la sociedad, se invitara al campcsino a unificarse, a juntar todas las tie­

rras en un dominio comunal. La cornuna rusa, tal como

existe en la anrigua Moscovia, es de hecho un medio facil

de obtener la posesion de la tierra en beneficio de las rnasas , " [1962, P: 186].

Por 10 anterior se deduce que no fue una coinci­ dencia que, de las 20 gobernaturas en las cuales

las depradaciones contra los terratenientes fueron ma­ yores en el otofio revolucionario de 1905, 16 mos­ traran predominio de la tenencia por reparto sobre las tenendas hereditarias de familias individuales (Robinson, 1949, p. 153). Fueron mucho menos co­ munes en las zonas de tierras no negras, donde habia otras fuentes de ocupaciou en el trabajo artesanal e industrial, y se dieron con mayor fuerza en las provin­ cias de tierras negras que dependian de. la agricultura

(Liashchenko, 1949. p. 742). En 1905, el procurador de la Corte de Apelaciones de Jarkov, Hrulov, escri­ bi6 que

se puedc observar casi universalmente entre la poblaci6n campesina una conviccion, que llega a ser una leyenda popular, de que tiene una especie de derecho natural

sobre la tierra, la que tarde 0 temprano debed. pasar a

su posesion [citado en Owen, 1963, p. 2].

Al investigar las revueltas campesinas de. 1902 y

1905, el gobierno comprendio que la comuna que

reasignaba sus tierras, lejos de ser una defensa efectiva contra el desorden social, 10 habia alentado. En 1906 empezo a actuar contra la comuna mediante un plan de reforma agraria, destinado a terminar con la tradicional estructura comunal. Las tenendas en las comunas que hablan renunciado a la redistribu­ ci6n de la tierra se transformaron en tenendas pri­

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103

vadas de familias individuales. En las comunas que siguieron redistribuyendo la tierra, se Ie dio el de­ recho a cualquier persona que tuviera una tenencia a exigir en cualquier momenta que la tierra que

habla obtenido por la redistribucion Ie fuera otor­

gada en .propiedad personal. Adernas, tenia el de­

recho de recibir esta tierra en una sola unidad, en lugar de una serie de franjas muy separadas la una de la otra, Por ultimo, comunas enteras podian adop­ tar la propiedad individual mediante. la votacion de sus miembros. La intencion era la de crear una vigo­ rosa clase de hacendados rusos construyendo -en las palabras de Stolipin, el autor de la reforma- sobre

los "fuertes y los parcos", con el fin de

alejar a los campesinos de la tierra de los nobles, dividien­ doles su propia tierra para beneficio de los mas prosperos de ellos [Paul Miliukov, citado en Volin, 1960, P: 303].

La reforma tuvo cierto grado de exito, en especial

en el occidente y en la region industrial central en

donde muchos vendieron sus tierras y se emplearon en la industria y en las tierras fronterizas esteparias del sur, en donde la comuna era debil y la agricul­

tura comereial floreda bajo el estimulo del mercado

de cereales de la Europa occidental. En total, cerca de 3 millones de campesinos abandonaron las co­ munas. Paradojicamente, sin embargo, la reforma no tuvo exito en la Rusia central; alli pudo haber for­ talecido a las comunas a traves de medidas destina­ das a obstaculizar a los disidentes potenciales. La reforma produjo una disminucion considerable en el numero de pobres de la aldea; cerca de 900 000 cam­ pesinos tomaron los titulos de sus tierras, los yen. dieron y abandonaron despues la aldea, Al mismo tiernpo, la reforma permitio a los mas prosperos "separarse" y establecer propiedades agricolas co­ merciales con exito fuera de los lfmites de la cornu­

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RUSIA na. El efecto neto fue dejar en las comunas cerca de 6 miIlones de campesinos que no deseaban 0 no podian hacer la transicion al cultivo individual in­ dependiente. En la mayoria de los casos no tenian los medios necesarios para adquirir la tierra y el equipo que se requeria para establecer una propie­ dad agricola independiente; 0 continuaron haciendo que su ganado pastara en las tierras comunales, una ventaja muy reducida 0 ausente en las propiedades agricolas independientes; 0 no deseaban renunciar a la seguridad que se obtenia con la tenencia de par­ celas en zonas dispersas como una proteccion contra

la sequia

y

los factores climaticos, mientras que una

tenencia consolidada significaba arriesgar todo en una sola parcela. As!, T. Tiumenev escribi6 en 1925: El igualitarismo comunal que Stolipin tenia y estaba de terminado a destruir persisti6 en partes del centro del antiguo Moscu donde no dej6 de amenazar las moradas

de los senores. La politica de Stolipin tuvo mas exito en

las areas marginales antes mencionadas, donde su obje­ tivo politico era menos evidente... fue la falta de dife­ renciacion del centro, el predominio de una falange com­ pacta del llamado "campesinado medio" 10 que aseguro

y aun asegura el poder al gobierno comunista [citado en

Owen, 1963, pp. 144-5].

AlIi la reforma no s610 trabaj6 para reducir la diferenciacion en las comunas sino tambien para en­ frentar a esa "falange compacta del lIamado 'cam. pesinado medio' .. contra los "separatistas" mas pros, peros. Exacerbo mucho la comparaci6n envidiosa en­ tre las tierrs de los pr6speros que estaban fuera de

la comuna y las condiciones dentro de ella: "Habfa

un resto de poblaci6n en las zonas rurales que ob, servaba con ansia las nuevas mejoras, pero que no tenia la posibilidad de participar en ellas" (Owen,

1963, p. 71). La envidia y el odio a los separatistas

RUSiA

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que le habian quitado a la comuna tierra que antes era accesible para todos y que la estaban usando para su beneficio propio originaria, en la Revoluci6n de 1917, movimientos de masas para quitar su tierra a los nuevos campesinos acomodados y hacerlos regre­ sar a la com una mediante el empleo de la fuerza y la violencia.

Asi, la comuna sobrevivi6 a las vicisitudes del

carnbio, al igual que 1a instituci6n del consejo al,

deano y de la aldea, un pequefio mundo autodeter, minante, basado en el consenso. Centralizada en la cima, en sus bases la sociedad era un agregado de innumerables comunas aidean as, en muchos aspectos mas alla de la influencia y la esfera de vision del Estado (Wallace, 1908, p. 115). Esta autonomia so­ cial se veia, ademas, reforzada por una considerable autonomia en el campo religioso. Stephen y Ethel Dunn han observado que

la religion oficial administrada por la Iglesia 01 todoxa

rusa y el cicIo campesino que se centraba en festivales de

origen pagano eran independienres funcionalmente. El sacerdote no tenia un papel prominente en ninguno de

los festivales populares, excepto en la Pascua, cuando ha­

cia un recorrido recaudando las contribuciones estipula­

das de cada familia [1967, p. 29]. Ademas:

Debido a dificultades organizativas y a la escasez de re­

cursos humanos, la Iglesia ortodoxa no pudo conservar un control efectivo sabre muchas zonas rurales que nomi­

nalmente eran ortodoxas. Por 10 tanto, independiente­

mente del problema del cicio de festivales campesinos y

de la influencia de las sectas, las practicas religiosas cam­ pesinas diferian de las ceremonias oficiales de la Iglesia. Estas desviaciones Hegaban al grado de que algunos cam­ pesinos que se consideraban a sf mismos ortodoxos eran

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les daba un trato concordante. Este es un ejemplo de especial importancia de la manera en que funciona la brecha cultural entre cl carnpcsino y cl rcsidcnte urbano. El funcionamicnto de esa brecha cultural en la Rusia prerrcvolucionaria produjo de hecho dos culturas ell un solo pais. tanto en el aspecto religioso como en otros aspectos de la vida [1967, p. 30].

Esta brecha entre la Iglesia y el creyente se vio

reforzada aun mas por el cisma religioso (raskol) que

en 1666 separo a los creyentes antiguos (raskolniki)

de la Iglesia ortodoxa. Afectados por las tendencias hacia la centralizaci6n y la ruodernizacion, los anti­ guos creyentes rompieron con la Iglesia ostensible­ mente por problemas de tan poca importancia como los de si el signo de la cruz se debia hacer con dos

o tres dedos, el "Aleluya" repetirse dos 0 tres veces,

y Jesus debia deletrearse ISUS 0 usus. Aunque algu­

nos nobles se unieron al movimiento, en su ma­

yor parte sigui6 siendo un movimiento "abrumado.

ramente campesino", con "un culto laico que depen, dla exclusivamente de los recursos intelectuales y morales del campo" (Vakar, 1962, P: 24). Los anti. guos creyentes se oponian energicamente al Estado, identificando al zar con el Anticristo. Llegaron a creer en un Reino de la tierra en las misticas Aguas

Blancas, regido par un zar blanco, que vendrta un

dia a regir sabre Rusia. Sin reconocer mas ley que sus propias creencias y costumbres, tambien estaban dispuestos a dar asilo a siervos fugitivos y a otras victimas del orden social. Sostenlan tam bien finnes ideas de un igualitarismo social y econ6mico que habrian de £1orecer en la Revoluci6n con el estable­ cimiento de comunas igualitarias de propiedad co­ mun, dedicadas a las alcgrfas del compartir (Wesson, 1963, p. 8). Aunque vivian "dentro del Estado ruso, no le pertenecian". Constituian una especie de anar­ quistas pasivos dentro del Imperio" (Vakar, 1962,

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RUSIA

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p. 24). No se conoce su mimero exacto antes de la Revolucion, Se caIcula que era una tercera parte

de la poblacion cristiana en el siglo XIX, y cerca de

una ruarta parte en la epoca de Ia Revolucion (1962, P: 24). En 1928, se creta que su numero era de 9 miIlones. No hay duda de que las creencias milena­ rias de sus campesinos fueron un importante factor en el exito de la Revolucion. Leon Trotski (1932,

Ill, p. 30) se refiere al

trabajo de las ideas de las sectas que habfan arraigado en millones de campesinos. "Conozco muchos campesinos -es­ cribe un autor muy conocido- que aceptan la Revolu­ cion de Octubre como la realizaci6n directa de sus espe­ ranzas religiosas."

Debe indicarse que ademas de los antiguos creyen.

tes originales existian otras sectas que se habian se­ parado del grupo principal del movimiento Raskol,

como los molokani 0 bebedores de leche, los subbot­

niki 0 sabatarios, los skoptsy y los doujobors. A su

influencia se afiadia la de los bautistas 0 stundistas

que iniciaron sus actividades hacia 1824. EI numero de componentes de estas sectas ascendia a 6 millo­ nes en 1917 (Wesson, 1963, p. 71).

Las corrientes reformistas crearon otra fuente de

oposicion a la estructura centralizada del zarismo en

las instituciones rurales denominadas zemstuos. Segun el estatuto de 1864, estos zemstuos deblan ser orga­ nismos representatives invesridos de funciones locales, que antes eran efecruadas, en parte cuando menos, por los rerratenientes, tales como la construccion y con­ servacion de caminos, la creacion y la dotacion de personal para las instalaciones educativas y de salud y las funciones que ahora se engloban bajo el con­ cepto de servicios de extension agricola. La concep­ cion formal de los zemstuos estuvo en curiosa contra­ diccion con sus funciones reales. Debian ser organi­

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RUSIA zaciones representativas dentro de una autocracia centralisada sin constituci6n. POl' 10 tanto, el poder central trabajaba para limitar su funcionamiento po­ litico de todas las maneras posibles. Creadas en parte

para darle una VOz a los carnpesinos, esa voz fue li­

mitada pOl' reglas electorales que otorgaban repre­ sentacion mayoritaria a la nobleza y a la poblaci6n urbana, numericamerne inferiores -al principio los carnpesinos 5610 tenian el 40% de todos los repre­ sentantes, y esa proporci6n se redujo en 1890 a 30%. Creados para trabajar a nivel distrital, care­ dan de mecanismos para tomar decisiones en nive, les inferiores al distrital, para 10 cual ternan que basarse en los funcionarios publicos y la polida de la administraci6n central. De manera similar, po­ dian hacer al Ministerio del Interior solicitudes rela­ tivas a asuntos tecnicos, pero no tenian acceso directo al zar, y no podian tratar problemas politicos mas amplios. Los Iuncionarios que las presidian eran designados y ten ian el derecho de terminal' las dis­ cusiones y levantar las sesiones, una prerrogativa que llegaron a compartir con el gobernador provincial a quien se le dot6 gradualmente de poder no s610 para levantar las sesiones sino tarnbien para revisal' las

elecciones del zemstoo y nulificar nombramientos

hechos por medio de elIas, con el fin de librarlos de "personas malintencionadas", Asi, la estructura era representativa en forma, pero Iuncionalmente "no tenia cimientos, £lotaba en el aire" y "careda de techo" (Miliukov, 1962, p. 213).

Politicamente ineficaces, los zemstuos contribuyeron,

sin embargo, a varios servicios sociales vitales y atra­ jeron hacia estos servicios una parte entusiasta y capaz de la intelectualidad, POI' primera vez, se esta­ blecieron escuelas seculares en las aldeas rusas, y los profesores de escuelas rurales

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especie de deber social que debia cumplirse, no como un medio de vida 0 una profesi6n tecnica, sino como ele­

vada vocacion, elegida pOl' iniciativa propia, para el bien del pais [1962, p. 160].

Can el mismo espiritu trabajaban los medicos ge· . nerales, los cirujanos, los estadigrafos y los agr6no­ mos. No obstante; sus funciones eran necesariarnente

contradictorias. Los zemstuos, Islas de autogobierno

en un oceano de autorracia, no podian menos que amenazar a esta con el ejemplo mismo de su existen­ cia. Inevitablernente, los hombres lIegaron a esperar un aumento del gobierno representativo. Inevitable­

mente tambien, la intelectualidad de los zemstuos,

hombres que se ocupaban de la practica, relacionados por su trabajo diario con las clases mas bajas de la poblacion, conocedores de sus necesidades, cornpartlan sus pesares y

se hadan eco de todas sus miserias [1962, p. 212]. Se convirtieron en los principales portadores de esa esperanza, can su pramesa de un mayor provecho

de su trabajo. Igualrnente inevitable parece haber

sido la respuesta del gobierno cuando los zemstvos

se dirigian al zar con sus peticiones. "Estoy conscien­ te", dijo Nicolas II en 1895, poco despues de subir al trona, de

que en ciertas reuniones de los zemstuos se han escuchado las voces de personas arrebatadas por ilusiones absurdas ("suefios sin sentido.. .") con respecto a la participaci6n de los representantes del zemstuo en asuntos del gobierno interior. Sepan todos que, al dedicar mis energias al bie­ nestar del pueblo, tengo la intenci6n de defender el prin­ cipio de la autocracia tan firmemente y sin desviaciones como mi difunto e inolvidable padre [1962. P: 239].

Igualmente impresionante, par la perspectiva his­ t6rica que nos ofrece, es la respuesta de los libera­

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les que habian esperado una mayor autonomia para

el

zemstoo:

Si la autoeracia de palabra y hecho se proclama identica a la omnipotencia de la burocracia, si s610 puede existir mientras la sociedad carezca de voz, su causa esta perdida. Cava su propia rumba, y tarde 0 temprano -en todo caso, en un futuro no muy lejano- caera bajo la pre­ si6n de las fuerzas sociales vivas ... desafiasteis a los zemst­

vas y con ellos a la socicdad rusa, y nada les resta mas que

elegir entre el progreso y la fidelidad a la autocracia... Fuisteis los que empezaron la luella y la luella vendra

[1962. p, 240).

En esa lucha, muchos de los desilusionados "ter­

ceros elementos" del zemsiuo -como se denomin6 a

la intelectualidad de los zemstuos, como un tercer gru­ po despues de los burocratas del Estado y los repre­ sentantes electos- se unirian a los revolucionarios y a la causa de la Revoluci6n que habria de derribar al antiguo regimen.

Sin embargo, en el siglo XIX Rusia no era sola­

mente un pais de campesinos; tambien experimentaba una creciente tendencia hacia una industrializaci6n que se realizaba cada vez mas rapidamente. Para comprender el efecto total de este hecho, debemos saber que durante largo tiempo habia existido una estrecha relaci6n entre la industria y la agricultura

a partir del siglo XVII, en especial en las provincias

del norte que no tenian tierras negras. Alli la agri­ cultura habia rendido poco en los suelos predomi­ nantemente pobres, y su escasa producci6n tenia que complementarse con industrias dornesticas como las del tejido, trabajo de la madera, manufactura de

ceramica, cesterfa, trabajo de los metales, la ocupa­

cion estacional como lefiadores, mineros, vaqueros 0

changadores. A finales del siglo XVIII, entre una quin­

ta y una tercera parte de la poblaci6n masculina adulta de las provincias del norte habian encontrado

Referências

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