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La atención de enfermería en poliomielitis

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Academic year: 2017

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ENFERMERfA”

Los propbsitos del Programa de Enfermería de la Oficina Sanitaria Panameri- L cana consisten en estimular, promover y fomentar altos niveles de educacióny ,qervicio de enfermeras en todo el Continente Americano, mediante correspon- denda,publicaciones, conferencias, becas, servicios personales y asesoramiento.

LA ATENCION DE ENFERMERfA EN POLIOMIELITIS’

Por KATHLEEN NEWTON

Consultora Ayudante en Enfermeria Ortopédica de kz LZga Nacional de Educación y miembro del Servicio Conjunto Asesor de Enfermeriu

Ortopédica, Estados Unidos

Los últimos años han producido variadas teorfas sobre la causa, tratamiento y atención de los poliomielfticos. La diversidad de intereses, especulaciones y actividades seguramente han creado Ia actitud de las enfermeras y un sentido de tolerancia e imparcialidad hacia los diferentes métodos de tratamiento. Recuerda que una forma de tratamiento no es efectiva para todos los pacientes, que el paciente poliomielitico debe ser considerado especialmente como un individuo. La enfermera debe dar buena acogida a todo nuevo enfoque con espfritu de interés y co- operación hasta que se encuentre un tratamiento completo.

Sm embargo, en este conjunto de opiniones divergentes, ella debe preguntarse a si misma: ¿ CuáI es mi lugar en el plan total del cuidado del paciente con poliomielitis? ¿Qué conocimientos generales de enfermeria debo adquirir? iQu6 aptitudes especiales debería poseer o de qué debería estar consciente para confrontar con responsabilidad el cuidado de enfermerfa de una vfctima de poliomielitis? CCómo podrfa sentirme preparada para ello?

Como profesora de salud positiva en su comunidad cada enfermera graduada tiene la responsabilidad de explicar la importancia del informe precoz de la enfermedad. La fatiga y la resistencia a aceptar hospitali- zación oportuna parecen tener como resultado, en muchas ocasiones, la acentuación de los sfntomas. La enfermera debe estar familiarizada con las facilidades disponibles en caso de una epidemia. Debe saber qué hospitales en su comunidad aceptan los casos agudos de poliomielitis, cómo se delegan las responsabilidades en casos de epidemias y de qué modo se puede obtener ayuda en casos de emergencias. Estas informa-

ciones las puede obtener de las autoridades locales de salud.

*Esta Sección del Boletin est$ a cargo de la enfermera Srta. Hilda Lozier, de la Seccih de Enfermería de la Oficina Sanitaria Panamericana en Washington, D. C.

1 Traducido y publicado con 1s autorización del American Journa of Nurs- ing, junio 1947, phgs. 370-372.

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La enfermera deberá estar preparada por medio de la revisión de la literatura corriente en poliomielitis y por la utilización de los principios de salud pública aprendidos en la escuela, para enseñar, en caso de epidemia, la atención del enfermo en el hogar. Deberá ser capaz de señalar las medidas que ahorran tiempo a las madres que deben afrontar el prolongado cuidado de enfermos relativamente invalidados, y estar constantemente alerta para descubrir signos de vacilación o de desaliento de parte del paciente o de los padres para continuar el régimen prescrito por el médico.

Las epidemias ofrecen oportunidades para aprender; los procedi- mientos generales y especiales del cuidado del paciente de poliomielitis pueden ser aprendidos en el trabajo por las enfermeras interesadas, que voluntariamente, se prestan para este tipo de atención.

Las enfermeras están perfectamente acostumbradas a tomar en con- sideración al mBd.ico, a la asistente social, al técnico de laboratorio y a la dietista en la atención del paciente; en el hospital de poliomielitis deben reconocer, además, los servicios del fisioterapeuta como otro miembro importante del equipo que cuida del enfermo. La relación de trabajo es similar; en el cuidado del paciente poliomielítico el fisioterapeuta en realidad trabaja (en el área de ejercicios) con el paciente desde tan temprano en su enfermedad que la atención de enfermeria continúa regularmente dando ~610 la debida consideración a su programa.

Como las funciones a veces se duplican, se deben poner de acuerdo en sus respectivas funciones y plantear horarios que dén como resultado mejor y más completo cuidado del enfermo.

Consideraciones Generales de Enferrneria

El paciente está gravemente enfermo con una afección del sistema nervioso. Puede estar irritable y receloso, y sin embargo, por lo general, muy al tanto de lo que lo rodea. Apenas ingresa se le coloca inmediata- mente entre frazadas de lana o baño porque el enfermo se siente más cómodo cuando está caliente y en una cama dura con tableros de madera bajo el colch6n y a los pies de la cama.

Un tablero firme es necesario para mantener el cuerpo derecho y evitar la tensión de algunos segmentos del cuerpo. El tablero de madera a los pies se usa para impedir la presión de las ropas de cama sobre los dedos de los pies, y también proporcionar un fh-me apoyo en el cual puedan presionarse las superficies plantares. La habilidad para hacerlo sentirse como en su casa por la cuidadosa explicación de las rutinas hospitalarias, tratamientos y procedimientos, tales como empaqueta- mientos calientes y punciones lumbares, ayudará notablemente a obtener su cooperación y su bienestar.

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del hospital y los extensivos tratamientos que recibe deben ser ordenados de manera que le aseguran períodos de completo reposo. El hecho de que mientras más grave está el paciente más tiempo se destina s su trata- miento, desafía la ingeniosidad de la más experimentada de las enfer- meras. Debemos notar si experimenta o no, reacciones enojosas con el tratamiento, tales como empaquetamientos calientes o baños calientes ordenados para reposo y relajación.

La cuidadosa observaci6n es importante; la irregularidad del pulso y de la respiración y los cambios en la presión sangufnea pueden indicar complicaciones craneanas. Los cambios en la voz, como ronquera, voz nasal o incapacidad para hablar, dihcultad en la deglución, excesiva secreción oral o contracciones de los músculos faciales pueden indicar complicación bulbar. Los pacientes con complicación bulbar o craneal nunca deben dejarse solos, porque pueden ocurrir cambios con sor- prendente rapidez. El aumento de las respiraciones superficiales con uso de los músculos accesorios de la respiración, desgano para conversar e incapacidad para dormir, pueden indicar complicación de los músculos de la respiración. Cualquiera de estos síntomas debe ser comunicado al medico inmediatamente.

Cuando hay complicación espinal, los líquidos son forzados; pero pueden estar limitados en las complicaciones bulbares o craneales cuando se desea deshidratar al paciente para combatir el edema cerebral. En estos casos se administran sueros hipertónicos por vfa venosa. Durante el periodo de convalecencia se debe dar cuidadosa atención a la dieta de manera que proporcione los requisitos del crecimiento normal. Si hay parálisis residual debe evitarse la obesidad porque somete a esfuerzos a los músculos débiles.

Como la parálisis temporal de la vejiga no es una complicación rara, se debe anotar rigurosamente la ingestión y la eliminación de lfquidos. La dificultad para orinar normalmente es muy aflictiva para el paciente y debe informársele que es un estado temporal. La eliminación m- testinal merece atención especial. Cuando hay mal funcionamiento de los músculos intestinales aparece la constipación; en estos casos los enemas de evacuación, precedidos por prostigmina, si ésta es prescrita, son usualmente efectivos administrados día por medio.

Los principios de correcta posición del cuerpo en la cama son aplicados mientras sean compatibles con el cuidado de los smtomas agudos que presenta el paciente. La enfermera experta estimula la circulación por medio de cambios frecuentes de posición sin causar ni agregar molestias a su paciente. Por ejemplo, ella puede dar vuelta a un paciente con aguda y extensa complicación muscular, de un lado a posición de decúbito dorsal, por medio de arregIo de almohadoues sin producir extension de la columna y dando comodidad a los músculos.

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tengan la movilidad y la amplitud normal, especialmente las articu- laciones; bajo la dirección y supervisión del médico ella puede dar movimientos pasivos a las regiones afectadas. En el curso del día sus actividades normales incluirán las de mantener al paciente en las posi- ciones indicadas por el médico y el fisioterapeuta, como contribución al uso de las partes afectadas.

Además de las consideraciones generales, la enfermera debe estar familiarizada con ciertas medidas más específicas. Debe conocer las técnicas de las enfermedades trasmisibles incluyendo la técnica del delantal y la mascarilla, el cuidado de los platos, del equipo especial y las excreciones. La tendencia presente es la de favorecer la estricta ad- hesión a un programa de aislamiento individual o de grupo por un perfodo de dos semanas. En la desinfección de excretas puede usarse cloruro de cal o liso1 por tiempo mucho más prolongado. Se debe dar cuidado escrupuloso al manejo del equipo de enemas porque se sabe que el virus puede vivir por meses en las deposiciones. La rutina práctica de hervir los utensilios por diez minutos debe ser llevada a cabo con estrictez. Las facilidades de atención de enfermos en tiempos de epidemias no son ideales para realizar técnicas efectivas, por esta razón el sólido conoci- miento de principios de aislamiento es esencial.

Con el fin de aliviar el dolor y las contracturas musculares y mejorar la circulación se prescribe corrientemente calor en la forma de baños calientes o aplicación de empaquetamientos o compresas calientes. Se hará todo esfuerzo posible para evitar flexiones o rotaciones de la columna cuando se coloca en el baño a un enfermo grave, en estado agudo. Si el baño es amplio se puede usar una camilla flotante o el enfermo puede ser trasladado sin alterar su posición, en este caso, y según sea el tamaño del paciente, esto puede ser realizado por tres o cuatro personas. Esto disminuye la irritación de los cordones medulares y previene la posición forzada de los músculos y posteriormente la agravación de la irritabilidad y dolor de los músculos.

El cuidadoso sostén de las partes paralizadas es necesario. Es de fundamental importancia que la movilización de las partes afectadas debe hacerse sosteniendo las articulaciones y sin tocar los músculos abdominales porque la contractura puede aumentar por la presión o la extensión de los músculos sensibles.

El método de aplicar compresas calientes es sumamente importante.’ La enfermera vigila al enfermo agudo grave con el fin de observar reacción favorable a la termoterapia, especialmente en lo que se refiere a mayor comodidad y relajación; con la autorización del médico la enfermera puede adaptar el procedimiento al paciente. Por ejemplo, un

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enfermo puede beneficiarse con empaquetamientos calientes cada dos horas durante el día. Otro paciente puede extenuarse por empaqueta- mientos muy frecuentes y reaccionar favorablemente a un baño caliente dos veces al día y con compresas aplicadas por media hora tres veces en los perfodos entre baños.

La tolerancia al calor debe ser aumentada gradua1 y cuidadosamente para evitar cualquiera respuesta psicológica desagradable. Las com- presas deben estar calientes al tiempo de su aplicación aunque no se desea calor continuo; deben exprimirse hasta que estén completamente secas para evitar reacciones desfavorables de la piel. Para que una compresa sea efectiva debe cubrir la totalidad del músculo.

Las compresas pueden ser de forma de adaptarse bien con alfiIeres de gancho, compresas pronas, y compresas simples. En algunas situaciones la enfermera puede encontrar que las aplicaciones calientes son con- sideradas formas de fisioterapia y quedan bajo la dirección de otros departamentos; en otras, encuentra que éstas son aplicadas por una enfermera durante el estado agudo y por una persona inexperta o una auxiliar en el perfodo de convalecencia. Su responsabilidad será entonces la de enseñar y supervigilar Ia aplicación de compresas.

Si la enfermera se enfrenta con el cuidado de un enfermo en el puhntin de acero2 su aptitud y sus conocimientos individuales contribuirán in- mensamente a la mejoría del enfermo. La prevención de la neumonla, ruptura de Ia piel y los cambios fisiológicos que resultan de la estricta y severa inmovilidad del paciente son importantes responsabilidades asociadas con el cuidado del enfermo en el respirador.

Cuando existe complicación bulbar o craneal puede ordenarse la administración de oxfgeno y cuando hay complicaci6n de 10s músculos de la respiración se usará el respirador. EI oxígeno se puede administrar por medio del catéter nasal, en una mezcla de 1 a 3% de dióxido de carbono o de una mezcla de helio. Como el peso molecular del helio es menor que el del nitrógeno con el cual se combina el oxígeno en la respiración normal, se necesita menor actividad inspiratoria.

La traqueotomfa puede ser practicada en pacientes con complicaciones bulbares en 10s cuales los espasmos laríngeos impiden el libre paso del aire. Los sfntomas que exigen una traqueotomía se presentan en el periodo de aislamiento de la enfermedad y, por lo tanto, complica el cuidado de enfermerfa. Es esencial la estricta técnica aséptica en el cuidado del tubo de traqueotomía y el catéter de succiha Se puede también administrar oxígeno después de la traqueotomía. La complica- ~~

2 Puede obtenerse, a petición, el folleto “Nursing Care of the Patient in a Res- pirator”, por Carmelita Calderwood, en el que se describe minuciosamente el cui- dado deenfermeriadelpacienteen el respirador. SoliciteelBoletín No. 49, National Foundation for Infantile Paralysis, 120 Broadway: New York 5, N. Y.

a Holmquist, Emily W. : “Nursing the Adult Tracheotomised Patient”, Am. J Nursing vol. 47, pp. 310-314 (mayo) 1947.

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ci6n de los músculos de la respiración puede hacer necesario colocar al paciente en el respirador además de la traqueotomfa. EI curare ad- ministrado por vfa intramuscular, en cantidades terapéuticas, produce relajaciún muscular. Las dosis se calculan a base del peso, la anotación exacta del peso debe hacerse no ~610 al momento de Ia admisión del paciente sino también a intervalos regulares durante el perfodo de cuidado del enfermo. Los cambios de peso no observados durante Ia administración de curare pueden producir efectos tóxicos. La sobredosis puede producir parálisis de 10s músculos de la respiración que se mani- fiesta con disminución de la respiraci6n trabajosa. El curare debe ser administrado con extremo cuidado y en la dosis estricta. Al primer signo de respiración dificultosa se debe informar inmediatamente al médico. La cama oscilante ha resultado utilfsima para algunos pacientes con complicación diafragmática. Esta cama puede ser inclinada desde la cabeza a 10s pies con un nivel apropiado y un grado de inclinación regulado. No es necesario detener el movimiento de la cama para bañar, alimentar o administrar cuidados de enfermerfa al paciente. Todos los pacientes en cama oscilante deben ser vigilados cuidadosamente por signos de fatiga respiratoria. El médico puede también indicar que se alterne un período en Ia cama oscilante con uno en el respirador o de reposo en cama corriente; dependiendo, naturalmente, de la condición del paciente. Algunos pacientes permanecen en estas camas por varias semanas.

A 10s niños pequeños es diffcil mantenerlos en buena posición en la cama por su falta de cooperación y de comprensión. EI médico ocasional- mente indica ligeras inmovilizaciones en moldes de yeso o soportes que se usan durante los perfodos de reposo en Ia convalecencia. La enfermera debe entender que se usan para posiciones de reposo correctas y no para inmovilizar, en estos casos deberá observar frecuentemente su uso y cerciorarse que el enfermo esté cómodo mientras esta en ellos.

La responsabilidad de las enfermeras en Ia atención del enfermo poliomielítico no termina hasta que se ha logrado la recuperación máxima. Si el enfermo va a permanecer por meses en el hospital, Ia enfermera deberá conocer las facilidades de que se dispone para su educación, recreación y vocación. Si va a ser trasladado a su hogar relativamente temprano en su enfermedad, la enfermera debe conocer los medios por los cuales se obtiene la continuidad de su cuidado en la

casa. Si se Ie ha indicado el uso permanente o temporal de un inmoviliza- dor o aparato mecánico, Ie enseñará al enfermo o sus padres el uso y cuidado adecuados del mismo.

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dad para cumphrlas. Los padres deben recibir ayuda del personal de enfermerfa de1 hospital y de los servicios de salud pública.

La enfermera que está familiarizada con enfermería en poliomielitis tiene obligaciones defkitivas para con su comunidad; debe participar activamente en 10s planes locales así como tambi6n en Ia instrucción de enfermeras ayudantes y personal civil de ta1 manera que si se desen- cadena una epidemia los pacientes tendrán asignada una buena atención de enfermería.

BlBLI0GRAFi.A

(1) Greteman, T. J.: Nursing Care of Acute Poliomyelitis, Am. J. Nursing, Val. 44, pp. 929-933 (oct.) 1944.

(2) Wright, Jessie: Reasonable Treatment of Acute PoIiomyeIitis, Pub. Health Nursing, Vol. 36, pp. 519-515 (Oct). 1944.

SUPERVISI6N DE LA SALA DE POLIOMIELITIS*

Por HILDA M. BOERHAVE, R.N.

Presidente del Departamento de EducacGn en EnfermerZa del Colegio de Estado de Washington, Pullman, Washkgton, Estados Unidos

El cuidado de enfermeria que requiere el paciente de poliomielitis, crea res- ponsabilidades especiales a las enfermeras.

El año pasado, durante Ia epidemia más aguda de polio en el pafs, muchos hospitales instalaron salas para pacientes de poliomielitis sin proveerles adecuada supervisiión. Sin embargo, una sala de aislamiento debe contar con adecuada supervisión lo mismo que cualquier otra sala especial del hospital. Es de gran importancia proyectar con anticipación la instalación de esta sala, especialmente si el hospital no ha tenido anteriormente dependencias para enfermedades transmisibles. Lo que se necesita en primer término, es encomendar la tarea a una supervisora que tenga capacidad para organizar, centralizar y supervisar la sala de poliomielitis.

Ciertos hospitales de cada comunidad o zona, deberían organizarse para ofrecer los servicios necesarios a 10s pacientes adultos y niño que sufren de poliomielitis. EI lugar más indicado para el paciente que sufre de poliomielitis es el hospital general donde se cuenta con las facilidades necesarias para su cuidado. Los recursos, las facilidades y el personal deben estar preparados para este propósito.

La supervisión de Ia sala de polio no debe estar bajo el cuidado de enfermeras de1 hospital que no hayan tenido experiencia en esta espe- cialidad. En algunos casos, las enfermeras especializadas en cuidado de pacientes de polio, han tenido que dedicar su atención no ~610 al cuidado

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