MENORES INFRACTORES EN LA HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA MEXICANA
Alvarez, G. y Montenegro, M. C. (2010).” Menores Infractores en la Historia de la Psicología Mexicana.” en la Revista Mexicana de Psicología, Número Especial Memoria in extenso. pp. 851-854.
Alvarez Díaz de León Germán y Montenegro Núñez María del Carmen
Facultad de Psicología UNAM Se ofrece una panorámica acerca de los menores infractores y el tribunal de menores de la ciudad de México desde el porfiariato hasta los años veintes vinculando esa historia con la de la psicología dado que en la normatividad de dicha institución se incorporan los dictámenes psicológicos que durante las primeras décadas fueron elaborados por médicos – psiquiatras algunos de ellos y por maestros, dado que afirmamos, no existían psicólogos como tales, asunto en que diferimos de Valderrama y Jurado (1985).
1. Interés por los niños delincuentes
La niñez y/o la adolescencia son representaciones sociales que varían históricamente, ésta afirmación encuentra sentido en la lectura de las obras emblemáticas de autores tales como Ariés (1987) y de Mause (1982), ello podría explicar como han variado en el tiempo y los espacios las formas de relacionarse los adultos con ellos, y los papeles que jugarán en los ámbitos familiares o comunitarios, y ello incluye los espacios, educación vestuario o alimentos que se les asignan, y como señala Speckman (2007:97) también el carácter de las políticas públicas y de las leyes dirigidas a los menores en general o en específico hacia los que violan lo estipulado en la ley en asuntos –que interesaron a las incipientes psiquiatría, psicología y criminología del siglo XIX- tales como la edad
en que se pasa a la adultez, o cuando se es consciente y responsable de un delito. (cfr. Buffington, 2001, Speckman, 2002)
En nuestro país el interés por los niños y además delincuentes sucede por distintos motivos en el siglo XIX simultáneo al devenir de ciencias tales como la pediatría, la psiquiatría, la criminología y de la psicología en México. (Castillo, 1998, 2001; Sánchez-Santoyo, 2003)
En el porfiriato se interpretaba a la infancia, definida ésta en base a características orgánicas, intelectuales o psicológicas, como una etapa que llegaba hasta los 12 a 14 años, aunque dividida en dos bloques: el de la primera infancia hasta los 7 años y la segunda como ya señalamos hasta los 12 o 14, la mayoría de edad que implicaba plena conciencia y responsabilidad se adquiría hasta los 18 años.
2. Explicaciones de la delincuencia infantil
En México un raro trabajo de 1894 de Luis de la Sierra, dedicado a la delincuencia juvenil, sostenía que ésta se debía a la influencia social, que dividió en podredumbre física y podredumbre moral y concluye que los menores que han vivido entre el crimen, embriaguez, prostitución y malos ejemplos, no podían discernir entre el bien y el mal, estando en ellos sembrada la semilla de la criminalidad. Un célebre criminólogo del porfiriato, Carlos Roumagnac (1904:54) concluyó que entre las causas de la criminalidad se listaba el abandono de la niñez,
Los divorcios, los concubinatos, los hijos fuera del matrimonio, el hacinamiento y promiscuidad, la pobreza, la ignorancia, el analfabetismo, el alcoholismo, factores relacionados con la herencia o la imitación, son algunas de los factores que los estudiosos de la delincuencia infantil o juvenil han destacado como causas y efectos (Lima, 1926; Rodríguez C., 1931; Rodríguez M, 1971; 2004;Ruíz-F., 1953; Solis Quiroga, H. 1936, 1983; Solís Quiroga, R. 1930, 1932).
En la ciudad de México, los menores infractores hasta inicios del siglo XX fueron considerados y tratados como adultos pequeños, a los recluidos en la cárcel de Belén, en donde convivían con delincuentes adultos para diferenciarlos usaban uniforme verde y por ello los llamaban pericos.
El Primer Congreso del Niño, celebrado en 1921 convoco a: “todas las personas que [desearán] estudiar la defensa y el desarrollo físico y moral de los niños.” En la sección de legislación, destacaron los trabajos presentados por Ramos Pedrueza, Sandoval y Torres T., quienes abogaban por la creación del Tribunal para Menores.
Como parte de las conclusiones del Primer Congreso del Niño, se propuso crear instituciones especiales para menores delincuentes. En la ciudad de San Luís Potosí en 1923 se inauguro el primer Tribunal para Menores del país, sucediéndole el de la ciudad de México en 1926. A ello contribuyeron también los cuestionamientos hechos en en siglo XX en cuanto a mantener en un mismo lugar a los menores y a los adultos delincuentes. Lo discutido y propuesto en el Segundo Congreso del Niño en 1932, sin olvidar que en el Congreso Criminológico de 1923 se presentaron trabajos acerca de los tribunales para menores.
4. El Tribunal de Menores de la ciudad de México
El Tribunal se creó en 1926 bajo la presidencia de Calles, quien menciono las razones que lo motivaron para la creación del Tribunal, se refirió “a la necesidad de dar una amplia protección a la infancia delincuente, moral y legalmente abandonada” (Azaola,1990:53) y fue debido a la iniciativa del Dr. Roberto Solís Quiroga y de los profesores Guadalupe Zúñiga y Salvador Lima.
Se cuenta con literatura acerca de los primeros años y el devenir del Tribunal (Bedolla, 1940; Bolaños, 1933-34, 1976; Castillo, 1940; Ceniceros y Garrido, 1936; González Enríquez y Dávila, 1936; González Tejeda, 1937; Llamosa, 1933-34; Marín, 1991; Santamarina, 1938; Santiago,2005; Solana, 1940; Solís Quiroga, 1952, 1965, Vela, 1934; Villalobos, 2003, Zúñiga, 1984).
En el Tribunal se le practicaban cuatro estudios al menor: el estudio médico, el estudio social, el pedagógico y el psicológico. Los cuatro estudios buscaban establecer de esa forma cuales eran las posibles causas de su comportamiento antisocial y cuál era la mejor forma de corregirlo.
El Tribunal estaba dividido en tres secciones: la sección médica, la sección psicotécnica (o como fue llamada un año después: la sección psicológica) y la sección de pedagogía.
El estudio psicológico se realizaba mediante la prueba B-S-T-M la cual se establecía la edad mental del menor, el retardo mental, su coeficiente intelectual, tiempo de reacción, tipo de reacción, atención, el tipo de adaptación que presentaba, su disposición, y se presentaban los datos sobre el carácter del menor.
En el México de los años veinte se intento establecer de manera parcial un modelo sobre lo que se creía era un niño normal y un niño anormal, según los parámetros del Tribunal para Menores. Este modelo de niño normal podía variar de acuerdo, en los resultados presentados por los diferentes exámenes que se aplicaban en dicho Tribunal.
En las décadas siguientes se proponen, reforman y derogan leyes, reglamentos y códigos, en los cuales varían las conceptuaciones acerca de los menores delincuentes, las edades de responsabilidad legal, las agravantes y atenuantes, los jueces y tribunales competentes y las instituciones de reclusión y su funcionamiento.
Por vez primera, en el año 1931, se establece la mayoría de edad penal a los 18 años en este tipo de instituciones se requiere de la participación de psicólogos para diagnosticar acerca de la personalidad de los infractores.
En el cardenismo se fundaron dos nuevas escuelas de tratamiento para menores infractores. Estas se sumaron a las dos ya existentes desde el porfiriato y a las que recientemente se les había cambiado el nombre de correccional (a la de varones) y Reformatorios (a la de mujeres) por el de Casas de Orientación una para varones y otra para mujeres. ”
En 1936 aparece por primera vez una Ficha Psicológica que durante años posteriores fue adecuándose hasta ser estudios psicotécnicos.
REFERENCIAS
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