necesarios para la salud maternal e infantil, y para asistencia médica y hospitalaria. Se necesita un estudio conjunto de parte de los grupos de sanidad, medicina y servicio social, unido esto a la cooperación inteligente de los profanos, habiéndose en muchos casos ya obtenido la sabia y profunda cooperación de personas eminentes, incluso, en particu- lar, los representantes de la profesión médica. La mayor difusión de esa cooperación es un factor vital en la obtención de nuestra meta común, a saber: el mayor grado posible de salud y bienestar social de la población en general, y sobre todo de los niños que dentro de pocos años tendrán que cargar con las obligaciones y que confrontar las dificultades que les leguemos nosotros.
ESTADO ACTUAL DE LA FISIOTERAPIA1 Informe del Consejo de Fisioterapia de la Asociación
Médica Americana
Hace 16 años al organizarse el Consejo de Fisioterapia de la Asociación Médica Americana, publicó un informe sobre el asunto. Hacia aquella fecha existfan ciertas condiciones en la rama fisioterápica que ponfan en duda su honorabilidad con la profesión en conjunto, habikrdose introducido muchos aparatos nuevos, y publicado muchas declaraciones exageradas por los interesados en una mecanoterapia aun en tela de juicio. En el informe primitivo se di6 una voz de alarma acerca de los abusos de la fisioterapia, y se presentaron indicaciones encaminadas a establecer una relación entre dichas ramas y las otras de la medicina. A tal punto se han cumplido las predicciones del Consejo y tanto ha mejorado el estado de la fisioterapia en la rama médica, y establecido sobre una base tan sólida, que el Consejo cree necesario publicar un nuevo informe.
<‘Fisioterapia” es el término empleado para definir el tratamiento de la enfermedad por varios medios físicos, comprendiendo el empleo del calor, el masaje, el ejercicio, la luz, el agua, la electricidad, y elementos mecánicos y físicos de otros géneros.
El empleo de estos elementos físicos está ya establecido perfectamente como parte integrante de la práctica médica, pero poseemos todavía limitados conocimientos acerca de sus exactos efectos fisiológicos, utili- dad terapeutica y técnica de aplicación de muchos de ellos. Ningún médico debe utilizar elementos físicos a menos que conozca a fondo la fuente de la energía fisica que utiliza y los efectos que produce, habiendo que condenar enérgicamente el empleo empfrico de esos dispositivos terapéuticos por el mero afán de producir efectos psicológicos.
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Como lo hiciera en su informe anterior, el Consejo desea precaver a la profesión en general contra la aceptación de las declaraciones entusiastas de los representantes de los fabricantes, por lo general vendedores sin la menor preparación en la ciencia médica, aunque en su mayor parte dichos representantes no están menos preparados, ni son más entusiastas que los de muchas casas de objetos quirúrgicos y medicamentos. Hay que poner en guardia, en particular, a los médicos contra esos vendedores optimistas y ardientes que encomian sus aparatos desde el punto de vista del rendimiento pecuniario, pues la elección de tales aparatos debe fundarse exclusivamente en su eficacia terapéutica.
En su informe anterior el Consejo hizo notar que, aunque la fisio- terapia no pasó a ocupar su puesto legftimo en la medicina hasta la Guerra Mundial, representa uno de los métodos más antiguos de tra- tamiento. Afirmó entonces que la fisioterapia iba gradualmente ocupando su sitio junto a los habituales procedimientos médicos y quirúrgicos. Hoy dfa podemos decir que ha tomado el puesto que le co- rresponde en la práctica médica honorable, habi&rdose convertido en parte bien definida de la medicina moderna, pero hay que reiterar que, a menos que nos resguardemos contra su empleo impropio, contra su uso en sustitución de cuidadosos procedimientos de diagnóstico y de métodos terapéuticos bien definidos pero menos teatrales, y sobre todo a menos que nos resguardemos contra su tendencia insidiosa a facilitar al dueño un medio fácil de ganarse la vida, la fisioterapia puede conducir al charlatanismo o a una práctica impropia.
La solución conducente al desarrollo de una legítima práctica fisio- terápica ha sido encontrada en la organización de los numerosos departa- mentos de fisioterapia en los hospitales de este país. Asf como el médico, aunque puede realizar en su consultorio algunas de las más sencillas pruebas de laboratorio, utiliza el laboratorio clfnico para las pruebas más diffciles,’ así también se atiene al departamento hospitalario de fisioterapia para muchos de los más complicados métodos fisioterápicos, aunque sin dejar de emplear en su propio consultorio algunos de los procedimientos más sencillos.
terap&ticos, incluso movimientos pasivos, movimientos de relajación, movimientos ayudados, movimientos activos, movimientos de resistencia activa, juegos correctores y terapéuticos y entrenamiento en la mecánica corporal apropiada; (4) la hidroterapia, incluso compresas térmicas, ‘duchas, pulverizaciones, baños de distintos géneros, incluso baños de contraste y torbellino, y otros, tanques para ejercicios subacuáticos y piscinas terapéuticas; (5) la energía radiante, ya natural como en la helioterapia, o artificial como la producida por las lámparas de arco de mercurio refrigeradas con aire y con agua, lámparas de calor radiante, generadores de rayos infrarrojos y otros dispositivos especiales para producir varias formas de irradiaci6n artificial, incluso el radio y los rayos X; (6) la electricidad en forma de corrientes galvánicas, faradicas, sinusoidales y de alta frecuencia (la corriente y la diatermia de onda corta) ; (7) las medidas mecánicas que utilizan aparatos de presión y de succión, y dispositivos mecánicos, hidroterapicos y eléctricos y (8) la ergoterapia, tanto funcional como afuncional, ofreciendo ejercicio por medio de trabajo tanto en forma de diversión como de faenas útiles.
En su informe anterior el Consejo afirmó que la fisioterapia se hallaba en época de transición y todavía “la condenaban violentamente y en absoluto algunos médicos.” Probablemente el mejor signo del adelanto obtenido en fisioterapia en los últimos 10 años radica en el hecho de que ya no tiene razon de ser dicha declaración, pues son pocos los médicos, si los hay, que condenen en absoluto la fisioterapia en estos dfas, y ningún mddico debe condenarla del todo como tampoco lo harfa con la medicina interna, la cirugia, la ortopedia, o la roentgenología. Aunque la fisioterapia se halla todavía en una época de transicibn en lo tocante a su establecimiento como rama reconocida de la práctica médica co- rriente, sin embargo, esa transición ha progresado en los últimos cinco años en el sentido de su consumación completa.
El Consejo indicó previamente que la fisioterapia debe s& considerada como coadyuvante de las demás formas de tratamiento, tanto mddicas como quirúrgicas, y desea ahora señalar que, en tanto que constituye un campo más limitado y menos desarrollado que la medicina o la cirugfa, y en tanto que constituye frecuentemente un mero coadyuvante de otras formas de tratamiento, es posible concebir casos en que su em- pleo constituirfa el m&odo primario de tratamiento y los procedimientos mklicos y quirúrgicos, la medida coadyuvante. En otras palabras, los procedimientos ffsicos deben emplearse exclusivamente cuando estén ’ indicados, ya primaria o secundariamente, en relación con otros métodos terapéuticos.
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de que la fisioterapia cientffica tenga más relación que otras ramas de la ciencia médica con el charlatanismo. Sí hay que precaver de nuevo contra declaraciones exageradas e hiperentusiastas acerca de nuevos métodos físicos de tratamiento y como ejemplo de ello tenemos la actual boga de la diatermia con ondas cortas y de los aparatos de presión positiva y negativa. Ambos procedimientos parecen tener una esfera de utilidad bien defkida, aunque limitada, y ambos se ven amenazados con la extinción, debido a la posibilidad de una reacción contra los asertos exagerados en pro de ellos. El Consejo desea abogar por que se hagan estudios clínicos cuidadosamente comprobados antes de publicar los resultados y espera que los fabricantes honorables atiendan a esta advertencia y elaboren sus dispositivos, basándose en el terreno sólido de los hechos científicos mas bien que lanzándose a competir con una legión de razones sociales de vida fugitiva.
Al crearse el Consejo, el hiperentusiasmo de algunos médicos con respecto a la actinoterapia, unido a la actividad de ciertos fabricantes, había verdaderamente inundado consultorios, hospitales, y en particular muchos hogares, con toda clase de lámparas, algunas eficaces y otras inútiles. El Consejo se tomó por lo menos cuatro años en desenredar la situación, hasta que por fin, rechazando muchas de ellas, enumerando las pocas enfermedades que se beneficiaban con la actinoterapia, y estableciendo patrones para el anuncio de los aparatos, esa forma de la fkoterapia alcanzó su actual situación honorable. Debemos evitar la exageración en todos los nuevos aparatos fisioterapicos si queremos evitar una repetición del fiasco ultravioleta.
otras especialidades médicas recalca su valor para la medicina en general. Conforme a nuestras ideas actuales, la declaración de que, antes de administrar esta terapéutica, deben hacerse adecuados exámenes físicos y de laboratorio, debe ser aceptada por todo médico moderno y reza por igual con todas las fases de la medicina. Ya se ha recalcado antes que los médicos deben estar completamente adiestrados en el empleo de los elementos físicos, pero se necesita obtener más preparación en este terreno no tan solo por medio de las facultades de medicina, sino también por medio de cursos de perfeccionamiento en los centros mhdicos, y por medio de las distintas sociedades medicas y revistas de medicina.
En el informe anterior se afirmó: “El tratamiento de la enfermedad, por medio ya de medicamentos, cirugía o elementos ffsicos, pertenece exclusivamente a la rama de la medicina. Aunque ningún médico enviarfa a un enfermo a un técnico profano para que lo tratara con medicamentos o cirugía, sin embargo, no faltan médicos que envían a sus enfermos a técnicos (masajistas o enfermeras), que no han recibido preparación en fisioterapia y hasta a miembros de varias sectas que cultivan la fisioterapia . . . Por lo tanto, la fisioterapia debe ser reconocida como parte integrante de la medicina, y los enfermos que la necesitan deben ser enviados únicamente a médicos adiestrados en esa especialidad. En esta forma se eliminará, en gran parte el empleo de esos métodos por los charlatanes.”
Esa parte de la memoria anterior debe ser ampliada, explicando que existen técnicos honorables que trabajan en varios hospitales e institu- ciones bajo la dirección de médicos, y a veces como auxiliares técnicos de médicos que se especializan en dicha rama. Asf como enfermeras y laboratoristas honorables trabajan bajo la dirección de médicos, asf también los técnicos fisioterápicos compenetrados de la moral médica resultan lógicamente de utilidad para ejecutar los pormenores mecánicos de la administración de la fisioterapia bajo vigilancia mtklica.
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necesidad de esos técnicos debe alentarse su preparación, con tal que comprendan que van a trabajar bajo vigilancia médica directa.
Se reitera textualmente la última parte del informe anterior, “3. Visto que la fisioterapia constituye una parte bien definida de la medicina, toda facultad de medicina debe ofrecer preparación completa en esa materia. La escasez, en nuestras facultades de medicina, de clases de preparación y perfeccionamiento en medidas físicas ha re- dundado en desventaja de la profesión, a pesar de los muchos esfuerzos hechos para remediar esa situación. Una materia tan intrincada como la fisioterapia necesita más estudio que mera aceptación literal de las declaraciones de los vendedores, en el sentido de que el girar un con- mutador o apretar un botón aliviarán seguramente cualquier estado patológico.”
“Hay que condenar la formación de fisioterapeutas por medio de cursos de una o dos semanas, a menudo saturados de comercialismo. Los cursos de tres a seis semanas patrocinados por colegios médicos honorables son a las claras expedientes, mas sirven por lo menos para revelar la amplitud de la materia y para hacer comprender que apenas bastan para establecer los cimientos puramente mecánicos de la técnica y la base fisiológica más amplia, sobre la cual, con la ayuda de los conocimientos y el sentido común, puede tratarse de erigir el edificio de la fisioterapia. El remedio consiste en facilitar una enseñanza mejor a los estudiantes de medicina. En los últimos tres años del curso deben dictarse clases que comiencen con la bioffsica. En las escuelas de perfeccionamiento los cursos deben ser más intensos y prolongados. Las sociedades médicas deben invitar a los médicos que se especializan en la fisioterapia a que dicten a los miembros cursos científicos y mesurados en fisioterapia. Cierta proporción de los programas cientifícos de las sociedades de medicina debe dedicarse a discutir las medidas ffsicas de tratamiento.”
revista cualquiera o tomo de dicho fndice de hace cinco años; por ejem- plo, en el número del 4 de abril de 1936 de The Journd of the Amerkan Medical AssociatZon, la palabra “fisioterapia” aparece no menos de 79 veces en trabajos, avisos, informes, anuncios, etc.
En la memoria anterior se anunció que el Consejo “procuraría mantener a la profesión al tanto de las extensiones y limitaciones del valor terapéutico de los métodos antiguos y nuevos, y de la eficacia y peligros de los aparatos ofrecidos por los fabricantes a la profesión y al público.” Ya se puede conseguir por conducto de la Asociación Médica Americana la segunda edición de “The Handboolr of Physical Therapy,” colección de trabajos dedicados a varias fases de la fisio- terapia y previamente publicados bajo los auspicios del Consejo. Como gufa al médico al comprar instalaciones, puede servir el folleto en que aparecen enumerados los aparatos aprobados por el Consejo de Fisio- terapia, el cual puede obtenerse dirigiéndose al “Secretary of the Council on Physical Therapy, 535 North Dearborn Street, Chicago, Illinois, U. S. A.”
Desde la publicación del informe anterior ha mejorado mucho el estado de la fisioterapia en relación con la medicina en general, y los médicos en conjunto comprenden mejor dicha rama en general, y el Consejo debe considerarse recompensado por la acogida que han obtenido sus esfuerzos en el sentido de diseminar información fidedigna sobre dicho tema. Sin embargo, todavía se necesita mayor cooperación entre los investigadores y los médicos consagrados a la clínica, en un lado, y en el otro, el pequeño grupo de médicos adiestrados que tratan de dotar de una base más cientifica a esa rama de la medicina.
