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órdenes mendicantes, a pesar de la situación de crisis que se vivía en aquellos

1.6 Convento de San Francisco

Santarém (Orden de San Francisco)

54

Respecto al convento franciscano de Tavira, (…) Luca Wadding, en sus

Annales Minoram dice que es obra de los Templarios, lo que concuerda con las tradiciones locales. VASCONCELOS, Damião Augusto de Brito. Notícias Históricas de Tavira (1242-1840). Tavira: ed. Câmara Municipal de Tavira, 1999,

p. 208. 55

La primitiva construcción del convento de los franciscanos claustrales de Loulé es atribuída (…) a los Templarios en opinión del autor de: Chorografia do reino

de Portugal. OLIVEIRA, Francisco Ataíde de. Monografia do Concelho de Loulé.

Faro: Algarve em Foco Editora, s.d. col. Temas y estudios Algarvíos, vol. 4, p. 97. 56

Más concretamente en la iglesia matriz, que estaba dentro del castillo, y que fue totalmente destruida por el terremoto de 1755. Cf. LOPES, João Baptista da Silva. Corografia ou Memória Económica, Estatística e Topográfica do Reino do

Algarve (1841). s.l.: Algarve em Foco Editora, s.d. Col. Temas e Estudos

Algarvíos, vol. 2, p. 391. 57

La fecha de fundación de esta comunidad ha suscitado algunas dudas (y también su presencia en este edificio), pensamos sin embargo que habrá tenido una presencia bastante breve en el comienzo del siglo XVI. Este tema lo desarrollaremos en el próximo capítulo.

Portimão, Silves, Loulé, Faro y Tavira). También dentro de la familia franciscana existieron, en esta región, dos comunidades de la rama femenina (una en Faro, de monjas clarisas58, y otra en Loulé, de monjas concepcionistas59) y otras dos pertenecientes a la tercera rama60, una en Silves y otra en Monchique.

La Orden de Santo Domingo no llegó a instalar ninguna comunidad en territorio algarvío hasta 1834, fecha de supresión de las órdenes61. Sólo más tarde, en 1879, una comunidad de monjas dominicas tomará posesión del antiguo convento de San José, situado en Lagoa.

La Orden del Carmen se encontraba representada en el territorio del Algarve con sus dos tendencias, calzados y descalzos, aunque en número bastante más reducido. Existieron una comunidad de carmelitas calzados62 en Lagoa y otra de descalzos en Tavira. Esta orden tuvo, también en esta región, dos comunidades de monjas, una en Lagos y otra en Lagoa63.

58

Sobre las monjas clarisas ver VIEIRA, Maria do Pilar. “Clarisas”. AZEVEDO, Carlos A. Moreira (dir.). Dicionário da História Religiosa de Portugal. Lisboa: Círculo dos Leitores, 2000.

59

Sobre las monjas concepcionistas ver VIEIRA, Maria do Pilar. “Concepcionistas franciscanas”. AZEVEDO, Carlos A. Moreira (dir.). ob. cit. 60

La Tercera Orden Regular tuvo su origen en comunidades de terceros seculares que posteriormente se unieron en vida comunitaria con votos religiosos. Ver MOREIRA, A. M. “Franciscanos”. AZEVEDO, Carlos A. Moreira (dir.). Dicionário da História Religiosa de Portugal. Lisboa: Círculo dos Leitores, 2000, vol. 2.

61

Por esa razón no la tenemos en cuenta en nuestro análisis. 62

Aunque diversos autores hacen referencia a la presencia de una comunidad de carmelitas en Faro, sustituyendo a los jesuitas en el antiguo colegio de la Compañía de Jesús, el hecho es que no hemos conseguido comprobarlo, ni a través de las referencias (pocas) dejadas por dichos autores, ni mediante las investigaciones efectuadas, principalmente en el Arquivo Distrital de Faro y en el

Instituto dos Arquivos Nacionais da Torre do Tombo. Hemos comprobado, eso sí,

que en la fecha de la supresión de las órdenes religiosas, en el edificio del antiguo colegio no se encontraba ninguna comunidad regular. Sobre este asunto ver capítulo 3, apartado 3.2.1.

63

Respecto a esta comunidad de Lagoa es importante decir que aunque se haya constituido en una casa convento, en realidad dicho espacio fue siempre entendido como recogimiento, porque dicha comunidad no llegaría nunca a estar integrada en la orden de las carmelitas descalzas, como era su intención.

Los Eremitas de San Agustín fundaron sólo dos comunidades de frailes calzados en este territorio: una en Tavira, y otra en Loulé64.

La Orden de los Eremitas de San Pablo conservó en el Algarve una única comunidad, que primero se instaló en los alrededores de Tavira y después se trasladó al interior de la ciudad.

Teniendo como principal misión la redención de cautivos, la Orden de la Santísima Trinidad, tuvo en este último frente de la reconquista, dos comunidades, en las ciudades de Silves y Lagos65.

La Orden de San Juan de Dios, cuyos frailes se dedicaban al servicio hospitalario, también se instaló en el Algarve, más exactamente en Lagos, donde construyo dos casas.

Dentro de los llamados clérigos regulares, en el Algarve predomina la Compañía de Jesús con dos comunidades, una en Faro y otra en Portimão, esta última, tras la supresión de esta orden en 1759, fue substituida por otro grupo de clérigos regulares de la Orden de San Camilo de Lélis.

En el Algarve fue también frecuente la aparición de eremitorios en lugares aislados, fundados por comunidades que vivían bajo regla común, pero que no pertenecían a ninguna orden religiosa. Entre ellas destacamos la comunidad conocida como

Monjes de los Pegos Verdes [Pozos Verdes], que se instaló en el interior de la sierra algarvia66

Dentro de la amplia variedad de órdenes religiosas que dejaron huella en territorio portugués, constatamosque gran parte se encontraba representada en la región del Algarve por medio se

64

Otro grupo de agustinos, conocidos por descalzos o recoletos, instalaron un hospicio en Loulé, al cual nos referiremos más adelante en este capítulo.

65

Existen también datos sobre otra comunidad de trinitarios que fundó un hospicio en la ermita de San Pedro. (Cf. ALBERTO, Edite. "Trinitários". AZEVEDO, Carlos A. Moreira (dir.). Dicionário da História Religiosa de Portugal. Lisboa: Círculo dos Leitores, 2000.) Ver también el apartado 1.3.7. en este capítulo.

66

Cf. SILVA LOPES, João Baptista da. Ob. cit., p. 256. Sobre los Monges dos

Pegos Verdes ver ALMEIDA, Fortunato de. História da Igreja em Portugal.

sus diferentes ramas y tendencias. Entre ellas es perfectamente evidente la sólida presencia franciscana, tanto en el conjunto de sus diferentes ramas (masculina, femenina y tercera), como en lo que se refiere a sus distintas tendencias, entre las cuales, la de la “más estricta observancia”, concentra la mayoría, constituyendo, claramente, la congregación con mayor número de comunidades instaladas en esta región. Por el contrario, las órdenes monásticas son aquellas que se encuentran representadas en menor número67.

1.3.4.

Comunidades masculinas y comunidades

femeninas

Todavía dentro de una apreciación general de este vasto grupo, cabe distinguir entre comunidades masculinas y femeninas. En ese sentido elaboramos otro cuadro (cuadro de análisis 1.3.

Comunidades masculinas y comunidades femeninas) donde

destacamos, dentro del conjunto de las órdenes religiosas, sus diferentes ramas, y, donde constatamos que en un universo de treinta y tres comunidades, sólo cinco eran femeninas: una cisterciense, dos franciscanas (clarisas y concepcionistas) y dos carmelitas (calzadas y descalzas).

Las comunidades de monjas constituían generalmente un menor número (y existían institutos que ni siquiera tenían rama femenina) sin embargo su dimensión era con frecuencia bastante mayor que la de sus congéneres masculinos. Por ejemplo, la comunidad de monjas carmelitas de Lagos, estaba constituida en 1755 por un total de 125 religiosas, además de las educandas, de

las pupilas y de las criadas, con total de casi 300 personas68

mientras que en la, también carmelita, comunidad masculina de

67

Además de las razones obvias, de orden histórico, que se encuentran tras esta caracterización de la estructura monástico-conventual del Algarve, en el capítulo siguiente profundizaremos detalladamente en los factores que contribuyeron o determinaron su configuración.

68

SANTOS, Rossel Monteiro. História do Concelho de Lagoa. Lisboa: Edições Colibri y Câmara Municipal de Lagoa, 2001, vol.II, p. 228.

Lagoa, (…) en 1608 había 14 sacerdotes y hermanos legos; en 1674 residían en el convento 10 religiosos; en 1768, un sacerdote

y un hermano, llamado de vida activa69.

Esta “separación de sexos”, que procuraremos mantener presente en el análisis de este conjunto (y también a lo largo de toda esta investigación), nos es impuesta no sólo por la

especificidad tipológica de los edificios conventuales femeninos70,

sino principalmente, por la necesidad de entender el mundo que la determina: (…) un mundo de mujeres, donde éstas gozaban de un grado de libertad, de un poder económico, de una cultura y hábitos propios71.

Conventos femeninos (los símbolos de la clausura) 1.7. Antiguo convento de las monjas carmelitas de Lagos (la fachada de la iglesia)

1.8.

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