LA LEPRA EN LAS FILIPINAS
Cuando los Estados Unidos ocuparon el Archipiélago de las Islas Filipinas hace veinticinco años, las autoridades militares, y más tarde las autoridades civiles, se vieron con(rontadas por problemas sanitarios de agudeza y magnitud desconocidas.
Pronto se hizo patente el hecho de que la lepra prevalecía en todas las islas y no se pudo disponer de un censo exacto de morbi- dad, el cual quizá no habría podido lograrse. Aunque los cómputos sobre el número de casos de lepra variaron desde pocos cientos hasta varios miles, el problema de contrarrestar la diseminación de la enfermedad, con la mira dc erradicacibn final, se emprendió con entusiasmo y fe.
La Isla de Culión con un grupo de otras islas pequeñas destinóse por orden del poder ejecutivo para el establecimiento de una colo- nia de leprosos, y el 27 de mayo de 1906 fueron aislados los prime- ros leprosos en la colonia de Culión. .
IIan pasado diez y nueve años desde que principió la segregación cn Culión y durante esta época ccrca de 1,000 leprosos, por término medio, han sido llevados anualmente a dicho lugar donde per- manecen aproximadamcntc 5,000 leprosos vivos, habiendo sido puestos en libertad bajo palabra unos pocos cientos de ellos durante los últimos años pasados. Un simple cálculo aritmético revela la mortalidad entre los casos conocidos, pero no puede tomar en con- sideración los fallecimientos de leprosos ocultos o sin ser diagnosti- cados en el resto del archipiélago.
A primera vista uno se ve inclinado a poner en duda la utilidad final de la segregación, si cada año, durante una generación, pueden encontrarse mil leprosos para aislamiento. La respuesta no clara al principio, se manifiesta sin embargo por el hecho de que durante la última década se ha notado un cambio gradual en el carácter de los pacientes aislados. Antiguamente la gran mayoría de los leprosos segregados eran del orden avanzado, mutilados, y un gravamen tanto para la familia como -para la comunidad; mientras clue en los años recientes un número siempre creciente de casos primarios pueden verse entre los recién llegados-evidencia incon- testable de que la segregación se hace efectiva y de que unos pocos años más de vigorosa observancia detendrá la corriente.
Los que se han interesado en la organización original de la Colonia de Culión determinaron sabia y juiciosamente sobre el esta- blecimiento de una colonia de una naturaleza no muy diferente a la
de los alrededores, a los cuales estaba acostumbrada la mayor parte de los pacientes, y eligieron un promontorio en la Bahía de Culión donde desde entonces ha sido fundado un pueblo filipino típico. Se han hecho algunas otras mejoras de cuando en cuando, de tal ma- nera que, en la actualidad, cuenta con un excelente abastecimiento de agua de fuente montañosa y de agua artesiana, un sistema de cloacas, un incinerador, luz ebktrica y plantas de hielo, escuelas, iglesias, y un teatro.
El alojamiento de este número tan vasto-de indigentes se ha efec- tuado proporcionando grandes dormitorios en los cuales los grupos de niños y los adultos jóvenes que no han contraído aún matrimonio son atendidos, y permitiéndoseles a las familias o a los grupos de adultos construir casas a su propio gusto con los materiales suminis- trados por el gobierno,
Los leprosos incapacitados víctimas de manifestaciones agudas o crónicas de esta cnfermcdad o de afecciones intercurrentes son atendidos en enfermerías modernas de concreto reforzado, asistidos por pacientes compañeros que han sido educados como practicantes bajo la superintendencia de las Hermanas de la Caridad.
El hecho de que la Colonia de Leprosos de Culión pudiese muy bien servir como un modelo de sanidad se demuestra claramente por medio del descenso gradual de la proporción de mortalidad, la cual ha disminuido constantemente desde cerca de 500 por mil al año en 1908, hasta un punto en que se compara favorablemente con la de la mayor parte de las ciudades o pueblos filipinos,
La función original de la Colonia de Leprosos de Culión consis- tió en la segregación dc los leprosos dara la protección de la salud pública ; pero en vista de que durante los años recientes los resul- tados dc métodos dc tratamiento mejorados parecen justificar la opinión de que muchos casos de lepra son curables, ha cundido un nuevo rayo de esperanza entre los leprosos de Culión, así como en otras partes del mundo, y la colonia asume el aspecto de un sana- torio donde los pacientes esperan recobrarse y volver a su familia y amigos, en vez del de una colonia de individuos que voluntariamente o en otra forma cualquiera han hecho a un lado todos los lazos sociales.
Sc han recibido informaciones de la Colonia de Culi3n descri- biendo experimentos terapéuticos llevados a cabo con bastante extensión para justificar la inferencia de importantes conclusiones después de haber transcurrido suficiente tiempo. De la gran abundancia de material ciinico han sido escogidos más de 2,000 leprosos para tratamiento con los éteres etílicos de aceite de
chaulmoogra únicamente-un experimento que, por sí mismo, aclararía considerablemente la oonfusión que existe ahora debida a los informes contradictorios con respecto a la eficacia de esta re- finación moderna de aceite de chaulmoogra.
Se han recibido consistentes rumores de la prensa indicando el deseo de ciertos filipinos para suspender la segregación de los le- prosos en la Colonia de Leprosos de Culión y construir un gran número de hospitales de menor dimensión en todas las islas; proyecto que, bajo el punto de vista económico y sanitario, no debería ser recomendado, puesto que sería susceptible a abusos que tenderían a frustrar el objeto de la segregaiión, cuyos beneficios surgen ya a la vista.