• Nenhum resultado encontrado

El regimen sanitario del Puerto de Montevideo

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2017

Share "El regimen sanitario del Puerto de Montevideo"

Copied!
6
0
0

Texto

(1)

EL RaGIMEN SANITARIO DEL PUERTO DE MONTEVIDEO

Un artículo qlie lleva como título el anotado anteriormente, escrit,o por el doctor Luis Brusco, Inspector dc Sanidad Marítima, cl cual aparece en la edición de septiembre del Boletín del Consejo Nacional de Higiene del TJruguay, contiene los signient,es párrafos, interesantes no sólo por la información que contienen, sino también por los con- ceptos que expresan sobre la administración de la cuarentena marítima de un importante puerto de tránsito y sobre la aplicación del Código

Sanitario Panamericano.

El estudio comparativo de los servicios sanitarios de todos los puertos y de sus legislaciones respectivas ; el examen de las con- clusiones y deliberaciones de las Conferencias y Congresos-donde técnicos especialistas de todos los países, dan orientaciones a la higiene internacional, en sus relaciones con la navegación y los intereses que ella sirve,-el conocimiento de las estadísticas sanitarias universales, con su estudio constante del derrotero de las epidemias y las formas .morbosas de los países extranjeros; la aplicación conveniente de las

resultancias de las experiencias del laboratorio y sus verdades etiológicas y patogénicas, en la forma de propagación y vehiculización de las enfermedades infecciosas, que pudieran alterar la salud pública ; en fin, las exigencias de esa nueva ciencia, llamada por algunos, medi- cina política o social, o dietética del Estado, que ha escalado ya la más alta representación en la administración pública, para llegar al bufete ministerial, reclamando las deliberaciones de los Altos Poderes

de la Nación, han sido y son las bases en que se debe fundar y se funda el régimen de nuestro puerto, al aplicar a él las medidas y procedimientos más liberales que la ciencia sanitaria aconseja, como necesarias a la conservación de la salud pública y a los diversos in- tereses que a ella están ligados.

Pa no son los estados sanitarios de los puertos extranjeros los que determinan medidas extraordinarias para la navegación que dc aquéllos procedan; la protiedencia es sólo una sospecha, que arroja una presunción que puede ser desvanecida por el estado del mismo buque a su arribo ; el estado sanitario del buque al llegar, es la realidad; por lo tanto, cuando éste está infectado es que se aplican las medidas y los procedimientos-con los pasajeros, el buque y su carga,-que aquellos estados reclamen, para evitar la invasión o pro- pagación al territorio nacional, de la enfermedad o epidemia que reinare a bordo.

(2)

EL R~~GIMEN SANITARIO DE MONTEVIDEO 155

permanentes de nuestro régimen sanitario : observación, dentro del período de incubación de la enfermedad exótico-pestilencial que reinare a bordo; y desinfección aplic-ble a todos los objetos que pudieran

retener o trasmitir contagio, al pasar del buque infectado al territorio indemne.

La observación sa.nitaria en aislamiento del buque y sus pasajeros, durante el período de incubación de la enfermedad reinante a bordo, es la medida profiláctica más necesaria e indispensable, que reclama la inmunidad de un país ; hasta que pueda ser una verdad la enfática frase de Barval : ‘iL’nssaikssement du pays jusqu’au fond du dernier

hameau.”

Llegado ese momento, esa generosa aspiración ideal, será entonces la hora de prever otras medidas; actualmente aquélla es la única que puede responder a las finalidades que se persiguen: la de evitar la introducción de enfermedades contagiosas a un territorio indemne.

Por otra part,e, la obsewación sanitaria, bien aplicada y cuando los casos lo reclamen, no impliea ningún perjuicio para la navegación, ni al comercio internacional, a los puertos como el nuestro, que es de tránsito ; pues los buques son despachados inmediatamente de de- sembarcar sus enfermos y pasajeros en la Estación Sanitaria de la Isla de Flores, sin someterlos a las desinfecciones generales que les correspondiera, dado que esas no se podrían realizar en el corto tiempo que permanecen en nuestras aguas. Aquéllas se llevarían a cabo en los puertos terminales de sus itinerarios de navegación ; limitándose nuestras autoridades a efectuar las desCnfec&nes parcz’ales del buque, y la de la carga, una vez desembarcada ésta en las lanchas, bajo vigilancia sanitaria.

Para los buques infectados por enfermedades infecto-contagiosas, nuestro régimen sanitario no aplica la observación en aislamiento para los pasajeros de esos buques; ésta es sólo aplicada para los enfermos de viruela; los que son desembarcados directamente del buque en la Estación Sanitaria de la Isla de Flores, para su aisla- miento y tratamiento correspondiente.

(3)

156 LA 01?rcr~a SANTARIA PANAMERICA~‘A

R 10s pasajeros procedentes de un buque infectado por ,I+weín se les practica la vacunación 0 revacunación antivariólica a todos los que deban desembarcar en nuestro pncrto; y cuando aquél no presentare aquella novedad sanitaria, la vacunación obligatoria sólo es para loa pasajeros de tercera. A todos los pasajeros procedentes de un buque infectado por enfermedad infecto-contagiosa, se les aplica en tierra la vigilancia sanitaria, por el tiempo correspondiente a la incubaci6n de la enfermedad que hubiere reinado a bordo.

Mantenemos, por lo tanto, en nuestro régimen sanitario, la observa- ción y la vigilancia; la observación sanitaria, para todos los buques infectados por enfermedades exótico-pestilenciales, y la vigilancia sanitaria para los de enfermedades infecto-contagiosas : dos trata- mientos previsores y de alta finalidad-observación y vigilancia-que

siempre hemos sostenido como los más indicados para la defensa sanitaria del país y de facilidades a la navegackín que arriba a nuestro puerto.

Estos dos tratamientos no siempre han sido sostenidos por nuestras autoridades, en algunas de las Convenciones Sanitarias que se han celebrado ; pero siempre los hemos mantenido en nuestro Reglamento de Sanidad Marítima, como una poderosa arma de ataque contra las enfermedades exótico-pestilenciales, y de legítima defensa para nuestros puertos indemnes amenazados.

El Código Sanitario Panamericano, sancionado en la Conferencia de La Habana el año anterior (1924) establece en toda su integridad aquellos tratamientos,-observación sanitaria Ij vigilancia-reaccio- nando contra el modernismo (porque también en la higiene interna-

cional, las modas tienen su 6poca) de algunas de las Convenciones anteriores que las habían abandonado, en parte, en sus procedimientos profilácticos y precaucionales.

Aquella reacción, que ha iniciado el referido Código, con los trata- mientos sanitarios, también se ha extendido a los establecimientos para tratar en aislamiento-los lazaretos-a los enfermos de un buque infectado y sus pasajeros ; primando, en esa forma, los grandes in- tereses de la salud pública sobre los secundarios, que se habían casi impuesto en el régimen sanitario de algunos países.

(4)

EL RÉGIMEN SANITARIO DE MONTEVIDEO 157

aquéllos fueran dotados de todos sus medios-defensivos y ofensivos- estufas y aparatos de desinfección, salas de asistencia para enfermos,

locales de aislamiento, con todos sus servicios sanitarios e higiénicos correspondientes, laboratorios bacteriológicos, crematorios, etc.,-para que aquellos establecimientos volvieran a figurar como útiles y necesarios en la organización eficaz de la defensa sanitaria de un país. Nuestras autoridades, concordantes con estas ideas, han mantenido siempre el Lazareto de la Isla de Flores-hoy Estación Sanitaria-- como auxiliar poderoso de profilaxis, dotándolo de todos aquellos elementos que la higiene moderna reclama para sus fines, con su personal completo, para poder funcionar en todo momento, cuando el estado sanitario de un buque lo reclame al llegar a nuestros puertos. No son, pues, nuevas ideas lo que el Código Sanitario Panamericano va a incorporar al servicio de nuestra Sanidad; son nuestras propias disposiciones, las que siempre hemos puesto en práctica, las que se confirman, como tratamientos modernos de profilaxis; y al darles carácter de obligación internacional, en aquel Código, nos muestra la previsora orientación sanitaria, que siempre han llenado nuestras superiores autoridades de higiene, en la organización de los servicios de Sanidad Marítima.

Este establecimiento fué construído el año 1868 y a pesar de los largos años que han pasado por él, aun se encuentra en buenas con- diciones para prestar sus servicios sanitarios a los pasajeros, a 10s

enfermos y a los buques; teniendo departamentos o pabellones inde- pendientes y separados, que pueden servir para cumplir diversas obsewaciones, según el tiempo que a cada uno de aquéllos les corres- pondiera, dentro de la incubación de la enfermedad que reclamare ese aislamiento.

Un lazareto marítimo es el ideal, en profilaxis sanitaria, de esta clase de establecimientos: sólo los países que no tienen islas, en COII-

diciones de ser aprovechadas para ese objeto, es que han fundado sus lazaretos terrestres para la navegación.

El mantenimiento de nuestra Estación Sanitaria se ha considerado y se considera un deber, para cumplir los compromisos que nuestro país ha contraído y pueda contraer, al suscribir tratados o conven- ciones sanitarias internacionales; a fin de encontrarse en condiciones de poder llenar debidamente las cláusulas en aquellos tratados estable- cidas y las finalidades que se persiguen en favor de los intereses de la sanidad nacional e internacional que con los mismos se defienden.

(5)

158 LA OBICINA SANITARIA PANAMERICANA

“Todas las medidas y procedimientos que se establecen en las con- venciones sanitarias internacionales son fundamentales y necesarias para los fines que con ella se persiguen-defender la salud pública y los intereses de la navegación y comercio internacional;-por lo tanto, al ratificar los países aquellos tratados, deben ponerse en con- diciones de cumplirlos en todas sus partes.

Establecer medidas en el papel, y no darle a 1aS autoridades 10s

medios indispensables para cumplirlas, estará muy bien para decorar estas convenciones y llenarlos de orgullo o satisfacción, por haber in- corporado a ellas los procedimientos más adelantados, en nuestro constante deseo de seguir siempre adelante, como país joven, que quiere asimilarse todos los progresos. Pero desde el punto de vista de la utilidad práctica y de su verdadera finalidad, en esa forma, sGlo servirán para demostrarnos nuestra falta de previsión o la poca fe que pudieran inspirarnos dichas medidas o procedimientos.

Las convenciones se hacen para cumplirlas en todas sus partes, porque las medidas que se incorporan a éstas, siempre son indispen-

sables; por lo tanto, cuando son ratificadas, deben los países ponerse en condiciones también de cumplirlas honradamente, dotando a SIIH

respectivas autoridades de todos los elementos en ellas establecidos, para la correspondiente defensa, no sólo del país propio, sino también de los demás países contratantes, porque éste también es el objeto y fin de esos tratados.” (Convenciones y Acuerdos Sanitarios del Uruguay, año 1919. Luis D. Brusco.)

Las consideraciones anteriores creemos de oportunidad puntuali- zarlas nuevamente, porque en el cumplimiento de los tratados sani- tarios que nuestro país ha celebrado, no siempre se ha tenido en cuenta el dar a la autoridad correspondiente todos los medios de desin- fección y profilaxis en aquéllos establecidos, sino también porque en el Código Sanitario Panamericano, que hemos suscrito, se determina que serán pzwrtos de prkwa clase (clase A) aquellos que tengan un personal de sanidad competente y adecuado, medios de desinfección,

uu laboratorio bacteriológico y patológico, un abastecimiento de agua

potable pura, medios para la recolección de datos sobre la mortalidad y morbilidad, locales para efectuar el nGlarniento de’pacientes 21 pasa- jeros sospechosos y para el tratamiento de las enfermedades infecciosas.

(6)

Er, RÉGIMEN SANITARIO DE MOITTEVIDEO 159

Oficina Panamericana deberán inscribirse los puertos que se encuen- tren dentro de aquella clasificación, por haber dado cumplimiento a las cláusulas que el mismo Código determina. ¿ Se encuentra nuestra Sanidad Marítima en condiciones para que nuestro puerto conserve su categoria de primera clase, como establece la Convención Sanitaria de La Habana en su Código Panamericano ?

Puntualicemos.

Nosotros tenemos casi todos los servicios e instalaciones sanitarias que aquél reclama, como condición para obtener aquella clasificación- servicios sanitarios urbanos (cloacas y aguas corrientes), estableei- mientos de aislamiento para enfermedades infecto-contagiosas rein- antes en la ciudad, laboratorio de bacteriología (el Instituto de Hi- giene) , oficinas de estadísticas y vacunaciones profilácticas, servicio de sanidad marítima bien organizada-en 6n, todos los medios que pueden combatir la aparición de enfermedades contagiosas o su desa- rrollo epidémico, pero esos medios los debemos mantener y progresiva- mente aumentarlos, para que siempre estemos en condiciones de de- fensa de nuestra inmunidad sanitaria y la de los buques que arriban a nuestros puertos y que han de seguir viaje para otros países adherentes a la Conven$ón de La Habana, y a los cuales se deberán aplicar las medidas establecidas en el referido Código, como defensa mutua inter- . nacional de todos los puertos, porque también ese es el fin de los tratados sanitarios.

Sólo necesitamos completar, para eso, algunos servicios, y la instala- ción, en nuestro puerto, de medios modernos para la desinfección de los buques ; tal como lo reclaman los adelantos, que en esa materia nos proporciona la higiene práctica en su verdadera misión, de encontrar los procedimientos más rápidos y poderosos para que la Sanidad marí- tima pueda destruir los parásitos de un navío, sin peligro para los pasajeros, la inalterabilidad de las máquinas y de las mercaderías que transporta en sus bodegas.

Referências

Documentos relacionados

Argumentam estes que o ensino do português e dos conhecimentos da sociedade envolvente, por serem muito importantes para que as novas gerações possam enfrentar em melhores

O primeiro problema referente ao tema das empresas públicas no direito francês corresponde à sua conceituação. Há empresas públicas que constituem pessoas jurídicas de

El higienista, ya concentrado en sus trabajos corrientes, tiene forzo- samente que aceptar para ejecución otros elementos del programa que representan la

el Código Sanitario, y en general, todos los servicios de higiene, asis- tencia y previsión sociales ya existentes o establecidos en el futuro.. 19??d.-Al

ha encomendado a una comisión, formada por el Director de Salubri- dad Pública, por un delegado de la Facultad de Medicina, por dos delegados de las Sociedades

He notado, sin embargo, una tendencia, que no es raro encontrar en servicios de gobierno, consistente en pagar sueldos rela- tivamente buenos a ingenieros

Pero la preparación técnica no basta para hacer una enfermera completa cuando no se apoya en esas cualidades espirituales, como la abnegación, el altruísmo, la

Unidades sanitarias.-La coordinación de los servicios sanitarios está encomendada a la División de Unidades Sanitarias, que fue reorganizada durante el año con un