col·lecció homenatges
Ex Baetica Romam
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Ex Baetica Romam.
Homenaje a José Remesal Rodríguez
Víctor Revilla Calvo, Antonio Aguilera Martín, Lluís Pons Pujol, Manel García Sánchez (eds.)
Universidad de Barcelona. Datos catalográficos Ex Baetica Romam : homenaje a José Remesal Rodrí- guez. – (Col·lecció Homenatges ; 58)
Inclou referències bibliogràfiques ISBN 978-84-9168-410-7
I. Revilla Calvo, Víctor, editor literari II. Aguilera, An- tonio (Aguilera Martín), editor literari III. Pons Pujol, Lluís, 1971- editor literari IV. García Sánchez, Manel, editor literari V. Remesal Rodríguez, José, entitat home- natjada VI. Títol VII. Col·lecció: Homenatges (Uni- versitat de Barcelona) ; 58
1. Remesal Rodríguez, José 2. Història antiga 3. Ar- queologia 4. Homenatges
© Edicions de la Universitat de Barcelona Adolf Florensa, s/n
08028 Barcelona Tel.: 934 035 430 Fax: 934 035 531 www.publicacions.ub.edu comercial.edicions@ub.edu
Montaje: Javier Heredero Berzosa y Jordi Pérez González Frontispicio: Fernando Martín González
ISBN 978-84-9168-410-7
Depósito legal B-2.825-2020 Impresión y encuadernación Gráficas Rey
La edición de este volumen forma parte del proyecto har2017-85635-p y ha recibido una ayuda del Área de Historia Antigua del Departamento de Historia y Arqueo- logía de la Universidad de Barcelona.
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Índice
Prefacio, por Víctor Revilla Calvo, Antonio Aguilera Martín,
Lluís Pons Pujol, Manel García Sánchez ... 13
Culturas y estados de Próximo Oriente Textos cuneiformes sumerios de la antigua ciudad de Irisaĝrig,
por Manuel Molina Martos... 17 Ciudad y metalurgia. La introducción del bronce en tiempos del primer
urbanismo en Mesopotamia, por Juan Luis Montero Fenollós ... 49 El valle medio del Éufrates y sus vinos antiguos y extintos,
por Ignacio Márquez Rowe ... 61
Grecia
Varios detalles sobre las funciones internas en una asociación mercantil de la antigua Grecia: μέτοιχοι y empleados, por Francisco Javier Fernández Nieto .... 73 Familia y propiedad en el derecho griego antiguo: los sellos anfóricos,
por Manel García Sánchez ... 95 El jardín de las Hespérides en tierras de la Cirenaica: revisitando viejos mitos
gracias a las nuevas tecnologías, por Francisco Díez de Velasco ... 115 En torno a los apoyos a la causa mitridática en Anatolia. Una reflexión sobre
las razones políticas, sociales y económicas, por Isaías Arrayás Morales ... 131 Controlling the Sea: Alcibiades and the Sicilian Expedition,
por Christoph Schäfer ... 171
Historia e instituciones políticas romanas; sociedad; religión El sometimiento de Roma a Porsenna: ¿historia o leyenda?,
por Jorge Martínez-Pinna Nieto ... 187 El pueblo, la aristocracia y la reconstrucción del recuerdo de los Gracos,
por Francisco Pina Polo ... 211 Alarma social y guerra de la desinformación en la Roma postanibálica (siglo II
a.C.): el caso del elogium de Polla (CIL I2 638), por Mateo González Vázquez 243 Lucio Marcio, dux tumultuarius y el prodigio de 211 a.C. en Hispania,
por Santiago Carlos Montero Herrero ... 259 Logística militar y espacios de integración en el NE de Hispania Citerior,
de Numancia a Sertorio, por Toni Ñaco del Hoyo, Jordi Principal Ponce ... 287 Vercingétorix et César: logistique et contre-logistique, por Yann Le Bohec ... 315 Gneu Domici Calví, fundador de la colonia Tarraconensium,
por Iban Cabrelles Albareda ... 329 Un pontufex Nemoris en la Bética, por Francisco Marco Simón ... 353 Los Ti. Claudii en la epigrafía de Pompeii, por Daniel J. Martín-Arroyo Sánchez .. 369 La legación de M. Licinius Crassus Frugui en Mauretania (CIL VI 31721),
por Lluís Pons Pujol ... 389 Tabernas, alimentação e humor: Os efeitos do vinho nas paredes de Pompeia, por Renata S. Garraffoni ... 409 Serie RRC 445 L.LENTVLVS, C.MARC.COS, en parte con Q,
por Luis Amela Valverde ... 433 Las cosas sujetos de uso, por José María Royo Arpón ... 447
La economía romana.
Interdependencia provincial entre la República y el Imperio
La navegación mediterránea de los Sestii de Cosa, por Marc Mayer i Olivé ... 461 A proposito della Q nei bolli di alcune anfore brindisine della tarda età
repubblicana, por Daniele Manacorda ... 473 Le lagonae del vino dei Mamertini e le loro imitazioni nella prima età
imperiale, por Giorgio Rizzo ... 491 Le anfore con bolli di Vespasiano dalle fornaci di Fasana (Istria). Nota
a margine di un’inedita coppia di bolli da Aquileia, por Claudio Zaccaria ... 533 Ipotesi su una serie di piombi monetiformi con la raffigurazione di una botte, por Giulia Baratta ... 563
Dos sellos inéditos sobre Dressel 20 del Museo Nazionale Atestino (Este, Véneto, Italia), por Joan Rodríguez Segura ... 577 Lucius Vibius Polyanthus, salsamentario, oleario y seviro augustal en Corduba,
por Antonio Aguilera Martín ... 585 Negotiator olearius: quelques remarques, por Patrick Le Roux ... 605 Entre las brumas de Germaniae y Raetia: el aceite de oliva bético,
por Cèsar Carreras Montfort ... 619 Nuevos sellos anfóricos hallados en Bregenz,
por Juan Manuel Bermúdez Lorenzo ... 647 Nemo Gallorum sine cive Romano quicquam negotii gerit... Comerciantes en la
Galia en el marco del expansionismo romano de finales de la República, por Pau Marimon Ribas ... 655 El comerç de les àmfores Dressel 20 a la Gallia Narbonensis,
por Eduard Garrote Sayó ... 667 La mecánica del sellado de las ánforas olearias béticas, por Juan Moros Díaz ... 681 O azeite da Baetica na Lusitania: reflexões sobre o actual estado dos
conhecimentos a partir das marcas impressas em ânforas Dressel 20 e 23, por Carlos Fabião ... 701 Élites y viticultura en Hispania Citerior: representación epigráfica y patrimonio,
por Víctor Revilla Calvo ... 737 Primera aproximación a O.Kellis 138 y a la naturaleza del δημόσιον ἔλαιον,
por Carlos Sánchez-Moreno Ellart ... 751 La tributación fondaria en la experiencia jurídica romana,
por Ana Zaera García ... 769 CIL IV 9591: Propuesta reconstructiva de una locatio conductio para
el transporte de mercancías por mar, por Emilia Mataix Ferrándiz ... 787 Depredadores romanos. En busca del oro, por Jordi Pérez González ... 821 Fouilles dans le quartier artisanal de Pheradi Maius / Sidi Khelifa (Tunisie):
résultats préliminaires, por Moncef Ben Moussa, Sonia Jebari, Maher Ferjani, Hédi Hajri ... 841 La villa marítima de Sant Gregori (Burriana, España). Algunas cuestiones por
resolver de un nuevo modelo de explotación del territorio en el ager
saguntinus, por Juanjo Ferrer Maestro, Josep Benedito Nuez ... 865 Instrumentum domesticum: Objetos de hierro encontrados en la villa romana
de «La Dehesa de la Cocosa» (Lusitania), por Felix Teichner, Robin Dürr ... 895 La figlina como ámbito de investigación cuantitativa de la economía romana.
Aportación y potencial de la exploración georradar,
por Lázaro Gabriel Lagóstena Barrios, Jaime Molina Vidal ... 923
Modelización 3D de un dolium romano a partir de técnicas combinadas de metrología dimensional y fotogrametría digital,
por Antoni Martín i Oliveras, Bruno Parés Sansano ... 947
Estudios de epigrafía
Epigrafía 3D: posibilidades de la digitalización de inscripciones romanas en el marco de la Epigrafía Digital,
por Javier Andreu Pintado, Pablo Serrano Basterra ... 975 Dediche imperiali a Trebula Mutuesca: revisioni e novità, por Marco Buonocore ... 1013 M(a)elinum e thala(s)seros in un signaculum per collirio inedito,
por Alfredo Buonopane ... 1023 Ratio panis militaris? Rilettura di un timbro trovato a Gerusalemme,
por Ivan Di Stefano Manzella ... 1033 A Lusitânia e a cidade gaulesa dos Éduos, por José d’Encarnação ... 1045 Un’inedita dedica della Hispania Citerior al patrono Cn. Nerius Crispus
dall’Aventino (Roma), por Gianluca Gregori, Letizia Rustico ... 1061 Vilici e vilicae appartenenti alla familia Caesaris nelle proprietà imperiali del
mondo romano: alcune riflessioni, por Daniela Rigato, Manuela Mongardi .... 1071 Algunas observaciones sobre los epígrafes de las “barcas” de Alcolea
(CIL II 6328a y b), por Javier Velaza Frías ... 1097 Un caso de pseudo-escritura sobre cerámica pintada procedente de Tarragona, por Ignasi Garcés Estallo ... 1107 Más inscripciones de Hispania en el manuscrito RAH 2/Ms. 23,
por Helena Gimeno Pascual ... 1127 Sellos, tituli picti y grafitos sobre instrumentum procedentes de la ciudad
de Cara (Navarra), por Pablo Ozcáriz Gil ... 1155
Antigüedad Tardía
Die Christianisierung spätantiker Städte auf der Iberischen Halbinsel: Tarraco und Segobriga – wie die Metropole, so das Hinterland?, por Sabine Panzram . 1171 Los concilios eclesiásticos hispanos del Imperio Romano cristiano,
por Josep Vilella Masana ... 1197 Sur l’Eglise de Byzacène aux VI-VIIe s., por Abdellatif Mrabet ... 1219
El comercio con las reliquias de los santos: el caso de las reliquias de Esteban en Occidente, por Carles Buenacasa Pérez ... 1237 Aristocracias hispanas y pervivencias paganas durante la Antigüedad Tardía, por Juan Antonio Jiménez Sánchez ... 1257 La defensa del sector oriental de la provincia Tarraconensis en el Bajo Imperio, por Josep Maria Nolla Brufau ... 1279 Donaciones pías e integración germánica en la Italia bizantina del siglo VI,
por Pere Maymó Capdevila ... 1299 Producción y comercio de la purpura en los baphia imperiales del occidente
mediterráneo durante la Antigüedad tardía, por Carmen Alfaro Giner ... 1319 Os espetáculos e os teatros cobertos da Antiguidade Tardia: O caso do
bouleuterion de Antioquia de Orontes (século IV d. C.),
por Margarida Maria de Carvalho, Érica Cristhyane Morais da Silva ... 1353
Estudiar la Antigüedad: Historiografía y metodología. El patrimonio Mikhail Rostovtzeff: archaeology, past and present, por Pedro Paulo A. Funari ... 1385 La introducción del manuscrito de The Roman Revolution: algunos aspectos,
por Gustavo Vivas García ... 1403 La preparación del CIL XV y el Museo Británico: una carta de Heinrich
Dressel, por Rosario Rovira Guardiola ... 1427 Alexandre de Sousa e Holstein (1751-1803): o gosto pelas antiguidades e as
escavações de Arícia, por Amílcar Guerra ... 1439 O protagonismo da cultura material nos estudos sobre a economia romana
antiga: propostas e interpretaçoes,
por Cláudio Umpierre Carlan, Filipe N. Silva ... 1471 Los delitos contra el patrimonio histórico y arqueológico,
por Ariane Capdevila Sanz ... 1485
13
Prefacio
Imagen tomada el 28 de Septiembre de 2018 en la Facultat de Geografia i Història de la Universidad de Barcelona (Aula Magna) en el acto académico de homenaje
al Profesor José Remesal Rodríguez por su jubilación. Lectio Magistralis.
Suum cuique. Es justo loar la trayectoria académica de una persona que ha trabajado tanto. Andaluz de nacimiento, catalán de adopción y europeo por vocación, su vida personal y sus investigaciones discurren juntas: Sevilla, Madrid, Barcelona, Heidelberg y Roma le han visto trabajar, investigar, en definitiva, vivir Ex Baetica Romam. Este volumen recoge las contribuciones que colegas y discípulos han querido dedicar al profesor Remesal con motivo de su jubilación como Catedrático de Historia Antigua de la Universitat de Barcelona. El contenido es, forzosamente, heterogéneo, dada la cantidad de participantes y la diversidad de campos de conocimiento que abarca, desde la Historia del Próximo Oriente a la Antigüedad Tardía, de la historia económica a la social, pasando por las instituciones y el derecho.
Este hecho refleja la amplitud del magisterio del profesor Remesal, cuyos discípulos trabajan en ámbitos de investigación muy diferentes. Evidencia, igualmente, una constante de su actividad científica y de su personalidad: su curiosidad por explorar argumentos nuevos desde una perspectiva interdisciplinaria. Sea este volumen un merecido homenaje a toda una vida dedicada a la investigación y a la docencia universitaria. Todos los que hemos participado en él se lo ofrecemos con afecto.
Los Editores Barcelona, Noviembre de 2019
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Alexandre de Sousa e Holstein (1751-1803):
o gosto pelas antiguidades e as escavações de Arícia
Amílcar Guerra Universidade de Lisboa
Embora tenham já sido amplo objecto de estudo muitos dos elementos que alimentaram o gosto pelas antiguidades do Duque de Palmela e dos seus antecessores, são mal conhecidas as condições em que algumas delas, especialmente as de natureza arqueológica, passaram a integrar esse espólio.
Sendo inviável dar uma resposta a esta questão, coligem-se, todavia, alguns dados que permitem compreender algumas das formas como se manifestou o gosto pelas antiguidades romanas no âmbito familiar. Na Itália dos finais do séc. XVIII, D. Alexandre de Sousa e Holstein desenvolveu, a par de uma considerável actividade diplomática, um conjunto de escavações em torno à cidade romana de Arícia, com resultados apreciáveis. Esta vertente da sua vida ficou plasmada em alguma literatura da especialidade, em particular em obras de eruditos coetâneos, sendo possível traçar um breve panorama dessa sua acção. Coligem-se igualmente alguns dados sobre as relações com algumas figuras que se distinguem no estudo das antiguidades romanas, em particular Carlo Fea, com o qual estabelece uma colaboração muito profícua e uma boa amizade.
Preâmbulo
No momento de honrar quem assumiu a responsabilidade de dar continuidade à investigação arqueológica num dos sítios mais extraordinários da Itália romana, o grande repositório anfórico da Urbe, pareceu-me adequado alinhar uma notas sobre uma figura da nobreza portuguesa ligada aos primórdios das escavações nesse país. Ao contrário do amigo a quem se presta uma bem merecida homenagem, é pouco conhecida a sua actividade que esta personagem desenvolveu no âmbito arqueológico, ainda que se encontre já
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algo estudada a sua acção em outros domínios, nomeadamente no das Belas Artes. Este texto visa, assim, dar um contributo para conhecer os trabalhos pelos quais o diplomata português assumiu a responsabilidade, mas também dar conta do interesse manifestado pela mais importante pesquisa que se conduzia em Roma e no Lácio, nos finais do século XVIII, mesmo quando se encontrava longe da Urbe.
É bem notório e frequentemente sublinhado o papel preponderante que o seu filho, o primeiro Duque de Palmela, assumiu no desenvolvimento da arqueologia portuguesa numa das suas fases iniciais. A importância dessa figura no seio da Sociedade Arqueológica Lusitana e no estatuto de excepção que esta assumiu constituem uma das vertentes mais sublinhadas da história da actividade arqueológica em Portugal.
Ao contrário, parece ter passado até agora praticamente esquecia a notável acção do seu pai neste domínio, exercida essencialmente por terras de Itália1. Como facilmente se deduzirá, esta tradição familiar deverá ser um aspecto decisivo para compreender todo o interesse e apoio que D. Pedro de Sousa e Holstein e o seu filho darão à arqueologia portuguesa nos seus primórdios, que se consubstancia, para referirmos apenas a vertente institucional, na sua acção decisiva na referida Sociedade Arqueologica Lusitana2. Ao mesmo tempo, compreender essa tradição familiar parece-me ser um contributo importante para perceber as condições em que se desenvolve entre nós essa vertente da descoberta e estudo dos vestígios materiais do passado3.
Este artigo propõe-se, deste modo, compreender especialmente a actividade desenvolvida por D. Alexandre Domingos de Sousa e Holstein na pesquisa das antiguidades romanas em terras de Itália. Este estudo é inseparável das relações que estabelece com alguns dos que se dedicam a buscar no subsolo os vestígios do passado com que ilustravam o passado e conferiam mais brilho e valor ao seu próprio património.
1. Note-se que na Itália de então, ainda não unificada, a sua acção se desenvolve essencialmente no âmbito territorial dos Estados Pontifícios.
2. De entre a bibliografia respeitante a esta instituição v. especialmente Carvalho 1896, Machado 1962; Fabião 1997: esp. 108-115; Martins 2104, esp. 207-210; Caetano 2017. A ligação aos Duques de Palmela mantém-se através do seu filho, D. Domingos, mas já numa fase crítica da Sociedade, que em breve levará à sua extinção (Caetano 2017, 59-60).
3. Sobre este aspecto Ventura 2001, 45.
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Esta tarefa é precedida de breves referências de natureza biográfica com que se pretende enquadrar esses interesses no âmbito da vida pessoal e das missões diplomáticas que lhe foram atribuídas. Por outro lado, impõe-se igualmente uma referência muito sumária ao seu papel no domínio das Belas Artes, vertente complementar e paralela ao gosto pelas antiguidades, delineando-se, desta forma, uma visão mais abrangente da sua personalidade cultural.
1. Embora o perfil biográfico de D. Alexandre de Sousa e Holstein não sirva, por si só, para justificar a especial atenção que dedicou ao estudo das antiguidades romanas da Itália, ocorrem duas circunstâncias que, de algum modo, criam condições especiais para que esta vertente se desenvolva: por um lado, a sua ascendência e as circunstâncias particulares de herança que lhe proporcionam, a partir de determinado momento, um considerável património; por outro, as vicissitudes da sua carreira diplomática, que concorrem para uma relação mais estreita com o ambiente cultural de Roma, particularmente propício ao desenvolvimento do interesse pelas antiguidades. São estas duas facetas que de seguida se analisam e que constituem o pano de fundo do que mais à frente se dirá.
1.1.
D. Alexandre de Sousa e Holstein é filho de D. Manuel de Sousa (1703-1759) e D. Maria Anna Leopoldina von Schleswig-Holstein-Sonderburg-Beck (1717-1789), união matrimonial habilmente negociada pelo tio, o 4º conde de Tarouca, e concretizada em Viena no ano de 1735. Com ela se alteraria substancialmente a situação económica do sobrinho que passaria a dispor de um amplo património da família da mulher, onde se destacava uma parte das propriedades piemontesas da casa Sanfré, na província de Cuneo4. Estas tinham sido vendidas, no longínquo período de 1571-1572, pelo conde Lelio Roero di Monticello aos Isnardi. Acontece que um membro desta última família, Maria Antonia Isnardi di Castello (Munique, 1692-1762), condessa de Sanfré, contraiu matrimónio com Federico Guilherme I (1689-1719), terceiro duque Oldenburgo, da casa Schleswig-Holstein-Sonderburg-Beck, e desse casamento nasceu Maria Ana Leopoldina, a mãe de D. Alexandre, e
4. Bonifácio 2010, 16-17.
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Joana Amabilia, que desposou o primo deste, D. Manuel Teles da Silva, conde da Silva-Tarouca, também em Viena, no ano de 1740.
Dadas as circunstâncias políticas particulares que se viviam no período pombalino e que levaram o seu pai e irmãos à prisão e o primeiro à morte, no Forte da Junqueira5, D. Alexandre passou, nesta fase crítica, um longo período fora de Portugal, em Malta e particularmente no Piemonte. A sua situação alterou-se substancialmente com a morte de D. José, criando-se então condições para o seu o seu regresso a Portugal e para o seu casamento, a 27 de junho de 1778, com D. Isabel Juliana Bazeliza de Sousa Coutinho Monteiro Paim6.
Apesar das alterações políticas referidas, a sua residência nessa região do Norte de Itália vai manter-se por mais alguns anos, uma vez que nesse período da sua estância piemontesa se encontra empenhado na complexa questão da herança do feudo de Sanfré. Após uma longa querela judicial em que diversas partes apresentaram as suas pretensões, o feudo passou, na sua quase totalidade, para os descendentes dos matrimónios negociados pelo conde de Tarouca, D. Francisco Estevão de Silva Tarouca e D. Alexandre de Sousa e Holstein. A decisão definitiva desta questão7, melhora substancialmente a sua condição económica e não pode desligar-se do seu interesse pelas Antiguidade e Belas-Artes e do patrocínio que ele lhes concedeu.
1.2. A carreira diplomática
Tal como na sua vida pessoal, também na sua carreira diplomática deve ter adquirido considerável importância o facto de seu tio ter sido um notável diplomata. Desaparecidos os constrangimentos vividos no período pombalino com a ascensão da rainha D. Maria I, a família ganha de novo uma elevada consideração no âmbito político português e uma estima pessoal da própria soberana. Um dos indicadores mais significativos dessa situação manifesta-se no facto de a madrinha do seu primeiro filho, o futuro duque de Palmela, ser precisamente a rainha de Portugal.
5. Carvalho 1898, 6; Dias 2017: 703.
6. As dramáticas peripécias por que passa antes do casamento com D. Alexandre de Sousa e Holstein são longamente narradas, de forma muito impressiva, em Carvalho 1898: 12-23.
7. Uma breve síntese da evolução deste processo, que só se encerra completamente a 20 de Maio de 1791, pode encontrar-se em Bona 2014: 4.
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Esse alto apreço em que é tido D. Alexandre não tem de imediato um resultado prático, uma vez que ele se encontra afastado do reino, para além disso envolvido na gestão de importantes assuntos familiares. No entanto, em 1786 é-lhe oferecida uma posição diplomática na Dinamarca, bastante condizente com a sua pessoa, pode dizer-se mesmo, particularmente adequado. De facto, a família Schleswig-Holstein-Sonderburg-Beck, a que se encontrava ligado pelo lado materno, estava estreitamente aos soberanos dinamarqueses, seus parentes. Esta circunstância facilitou particularmente a sua missão de ministro junto dessa corte.
Em 1789 é nomeado primeiro representante diplomático em Berlim, cargo que ocupa por um breve período8. Segue-se a missão junto da Santa Sé, iniciada nos finais de 1790, que se divide em dois períodos, separados por um hiato de 10 anos: o primeiro, como ministro plenipotenciário, decorre até 1792; o segundo corresponde ao retorno a uma idêntica missão, mas desta vez como embaixador9, que abarca os anos de 1802 e 1803.
Estes dois cargos diplomáticos em Roma constituíram uma circunstância decisiva para compreender em particular o seu interesse pelas antiguidades e todas as suas realizações neste domínio, vertente a que se dedica especialmente este contributo. Ainda que possa haver certamente antecedentes que justifiquem o desenvolvimento dessa sensibilidade e gosto na sua formação e na estadia piemontesa, o ambiente que vai encontrar na cidade eterna será particularmente propício a que se consolide nele a paixão pelos vestígios materiais mais nobres desse mundo clássico. A vivacidade cultural destes meios intelectuais e diplomáticos e o apreço de D. Alexandre por uma vida em ambiente cosmopolita e mundano associa-se com alguma frequência à sua pessoa e ao Palazzo Cimarra, a sua residência em Roma, mas também à sua villa de Frascati10. Aquele palácio, pela sua dimensão e pelo seu recheio, reflecte o requinte dos ambientes em que vivia a alta-roda romana, onde não falta, neste caso, um espaço em que se integram os objectos que expressam bem a sua sensibilidade cultural e artística.
Um gabinete de antiguidades antiquárias ganhou um lugar privilegiado no primeiro andar do palácio11, exibindo não apenas o fruto do seu poder aquisitivo, mas especialmente os resultados das suas próprias explorações.
8. Sobre esta missão v. Holstein 1919.
9. Para a estrutura dos cargos diplomáticos neste período v. Monteiro, Cardim 2005: 11-12.
10. Holstein 2010: 90; Degortes 2018: 320-321.
11. Degortes 2018: 321-322.
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2. O cultivador e protector das Belas Artes
A investigação em torno de D. Alexandre de Sousa e Holstein e dos seus interesses e actividade no domínio cultural, tem-se centrado particularmente na vertente das Belas Artes12, mais do que na das Antiguidades, ainda que ambas se encontrem, neste período, profundamente ligadas. Este contributo procurará mostrar em que medida o seu entusiasmo pela última se materializou, de forma notável, na personalidade estudada, sublinhando-se em particular o seu empenho na descoberta dos vestígios numa área circunscrita do Lácio.
Mas para compreender bem essa dimensão, importa recordar alguns dos aspectos essenciais do seu empenho no conhecimento, fruição, promoção e, especialmente, de protecção das Artes. A sua condição de diplomata em Roma, no grande palco cultural europeu e simultaneamente o centro de uma civilização que produziu grande quantidade de obras que serviam de paradigmas estéticos da época, era particularmente adequada ao desenvolvimento pessoal do gosto artístico. O ambiente elitista e requintado em que ele vivia e o permanente convívio com gente ilustrada apuraram a sua sensibilidade e estimulavam o seu prazer na aquisição de peças excepcionais, construindo uma colecção pessoal que sublinhava a sua sofisticada personalidade. Tudo isto pressupunha, todavia, uma considerável disponibilidade de meios económicos e também essa vertente se apresentou favorável em determinado momento.
A conjugação dos condicionalismos pessoais com o exercício de uma importante missão diplomática numa cidade em que muitos exemplos similares tinham florescido, criam as condições para dar uma nova dinâmica ao apoio aos que pretendiam desenvolver em Roma uma aprendizagem das Artes13, na instituição que é geralmente conhecida como Academia Portuguesa de
12. Sobre esta vertente V. Holstein 1875; Holstein 2010: 88-89; Martins 1942; Araújo 2008-2009; Degortes 2016.
13. A existência de uma instituição precedente, que prestava aos artistas e músicos que pretendiam aprofundar os seus estudos na cidade eterna, que remontava a D. João V, encontra amplo eco na tradição historiográfica (v. g. Martins 1942, 384; Passos 1956, 105; França 1966:
64; Delaforce 1995: 32, segundo a qual esta teria sido, no entanto, encerrada em 1728; Arruda 2016: 64). Questionou-se, todavia, a sua existência (Brazão 1977: 388, nota 13), discutiu-se a verdadeira natureza dessa iniciativa, o seu nome, bem a como as circunstâncias concretas em que se desenvolveu, os espaços que lhe correspondiam (Tocco 1995).
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Belas-Artes em Roma14. A vontade de D. Alexandre combina-se com a de Pina Manique15, criando-se deste modo, todas as condições políticas e económicas16 que permitem sustentar uma iniciativa deste género, com uma estrutura eficaz.
Ao primeiro cabem inevitavelmente muitas decisões importantes17, especialmente as que têm que ver com a logística e a escolha de quem pode ser responsável pela formação dos bolseiros enviados para Roma. Bem inserido no meio artístico da cidade eterna, o ministro plenipotenciário escolhe para dirigir a Academia Giovanni Gherardo de Rossi, uma figura multifacetada que cruza em si três vertentes aparentemente pouco compatíveis: a literato (poeta18 e dramaturgo), crítico e entendido em arte e homem de finança (chegou, por breve período, a ser ministro dessa pasta). Com a direcção desta figura complexa e o empenho dos dois principais responsáveis pela iniciativa, a academia tem uma fase de esplendor, mas uma vida relativamente breve e atribulada, desenrolada entre 1790 e 180319. Por um lado, circunstâncias pessoais afastam D. Alexandre da Itália durante um longo período (1792 a 1802); por outro, os condicionalismos políticos por que a Europa passa e os seus reflexos directos em Roma obrigam ao seu encerramento temporário em 179820. De qualquer modo, não deixa de ser sintomático que a sorte dessa
14. No entanto, as hesitações em torno da sua designação são substanciais (v. p. ex. Brazão 1942: 384-387).
15. V., em particular, Martins 1942, onde se apresenta também alguma correspondência sugestiva trocada entre ambos (p. 394-400); Degortes 2016; Pina Manique enviava já há alguns anos para Roma, ao que parece, nem sempre com os melhores resultados, bolseiros casapianos de arte e arquitectura, contando com a colaboração dos seus ministros em Roma, nomeadamente do antecessor de D. Alexandre, D. João de Almeida de Melo e Castro (França 1966: 70-71).
16. Para além dos custos que eram imputados a entidades de Portugal, em particular à Casa Pia, D. Alexandre dava a sua participação pessoal, “com dinheiro meu”, respeitante, nomeadamente, a “hum dos alunos que mantenho na mesma academia á mª custa” (carta dirigida a Pina Manique, de 28 de Dezembro de 1791, transcrita em Martins 1942: 398), cfr. Araújo 2008-2009.
17. Tendo em conta o que se dirá infra, não deixa de ser curioso verificar que algumas das diligências feitas neste domínio pelo ministro plenipotenciário sejam acompanhadas pelo seu inseparável amigo, Carlos Fea, como acontece na visita ao atelier do escultor Vincenzo Pacceti (Degortes 2016:140).
18. Uma das suas obras poéticas, com o sugestivo título de Scherzi poetici e pittorici (1794), é dedicada precisamente a D. Alexandre de Sousa e Holstein.
19. Estas datas, sintomaticamente, correspondem ao início da sua missão diplomática em Roma e à sua morte.
20. Para a história da instituição v. Degortes 2016.
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instituição artística se desenvolva em paralelo e coincida mesmo com a parte mais activa desse seu mentor, compreendida entre a tomada de posse como ministro plenipotenciário junto da Santa Sé (1790) e a sua morte (1803).
3. O antiquário ilustrado
Inserindo-se num contexto em que cada vez mais as antiguidades suscitam a admiração de eruditos e de grandes figuras políticas do tempo21 e em que estas dispensam um largo apoio material aos que lhes dedicam a sua vida, Alexandre de Sousa Holstein não destoa deste espírito22.
O seu genio per le antichità, no dizer de Fea, que mergulha numa tradição com as suas raízes nos alvores do Renascimento, enquadra-se bem nas tendências que tinham vindo a desenvolver-se especialmente a partir da primeira metade do séc. XVIII. Ganha um amplo espaço uma vertente particular, votada “al estudio y ilustración de las antigüedades halladas en aquelas excavaciones”, como sintetiza Fernández Murga23, a respeito da missão da Real Academia Herculanense criada para estudar em especial esse sítio vesuviano24. Tal como acontece neste caso com Carlos de Bourbon, o rei das duas Sicílias, que se projecta como paradigma, essa dedicação ao estudo vestígios do passado contou com o patrocínio de nobres ilustrados.
O impacto que tiveram na Europa culta os resultados destes trabalhos desenvolvidos com o patrocínio real foi enorme e serviu de modelo a uma vasta elite que centrava na Itália a sua atenção25. Por outro lado, as academias, como instituições patrocinadas ao mais alto nível, proliferam e afirmam- se, naturalmente, como organismos particularmente vocacionados para o estudo das antiguidades, como acontece no caso português.
21. Para descrever esta realidade, alguns autores chegam mesmo a falar de uma “anticomania”
(Lourens-Pomian 1992), termo que poderia ser ajustado à personalidade aqui estudada.
22. Ele não é apenas mais um entre os raccoglitori e studiosi di antichità che andavano frugando con cospicui risultati tra le rovine dell’Aricela romana, in cerca di statue, mosaici, iscrizioni, monete, fregi architettonici, eloquenti testimonianze dell’antico splendore (Lefèvre 1960: 478, que refere explicitamente, entre os escavadores, os nomes de Antonio Despuigs e do Conte Don Alessandro de Souza, conferindo-lhes deste modo, um claro destaque).
23. 1989, 123.
24. Esclarece Castaldi (1840: 33) que a dita instituição, fundada a 13 de Dezembro de 1755, estava unicamente incaricata della illustrazzione di siffatti vetusti monumenti.
25. Sobre estas, em geral, v. Fernández Murga 1989; Ciardiello 2009.
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Mas as iniciativas particulares das elites assumem também uma considerável importância, como o demonstra o caso vertente. Para além do que se disse, também as circunstâncias peculiares que envolvem membros da hierarquia eclesiástica ao mais alto nível dos Estados Pontifícos, onde o apreço pelo colecionismo ilustrado tinha ganhado já uma considerável dimensão, partilham esse mesmo espírito que se estende igualmente ao ambiente da diplomacia. Tal como ele, José Nicolas Azara (1730-1804)26, também com importantes funções diplomáticas junto da Santa Sé, ou o clérigo Antonio Despuigs y Dameto, membro da Sacra Rota, para só referir duas personagens hispânicas coetâneas, partilham este espírito, desenvolvendo uma particular aptidão para o colecionismo.
Tal como este último, Alexandre de Sousa Holstein, não se afirma apenas como um apoiante dos que se empenham na descoberta desses vestígios do passado, como ele próprio conduz escavações em alguns sítios paradigmáticos da Itália27. Embora os interesses de ambos sejam variados, a sua atenção dirige- se em particular para uma zona do Lácio, a que se situa nas proximidades do Lago Albano e da cidade de Arícia.
3.1. As escavações em Arícia
A riqueza arqueológica desta região delle campagne Romane tinha já chamado a atenção de outros eruditos dedicados às pesquisas no terreno, nem sempre conduzidas com o maior sucesso. Entre os seus predecessores imediatos, o primeiro28 foi o pintor e negociante de arte escocês Gavin Hamilton (1723-1798), que levou a cabo diversas intervenções nessa área, mas as suas expectativas terão saído algo frustradas, pelo que rapidamente abandonou os trabalhos29. Estes foram continuados pelo já referido clérigo maiorquino, Antonio Despuigs y Dameto30, para os quais obteve autorização da autoridade
26. Sobre ele v. Corona Baratech 1948; sobre as colecções v. Cacciotti 1992; 1993; Léon 2000: 81-82.
27. O desconhecimento a respeito desta vertente da sua personalidade cultural levou Eduardo Brazão (1973, 21, nota 23) a pô-la em dúvida, considerando que por causa dos seus afazeres diplomáticos e pelo pouco tempo que esteve em Roma “não parece possível que /…/
tivesse tempo para se dedicar a escavações!”
28. Em período anterior, há notícia de trabalhos substancialmente mais antigos, conduzidos por Domenico Donati, a quem foi concedida licença para escavações no ano 1613 (Lilli 2002, 22).
29. Lucidi 1796, 225-226.
30. Lucidi 1796, 225-226; em geral, sobre as escavações deste em Vallericcia v. Moltesen 2003.
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competente31, tendo-se desenrolado num período que vai de 1779 a 1791.
Nesse ano teve de abandonar a sua empresa, circunstância que se deveu, segundo Lucidi, ao facto de este ter sido nomeado bispo de Orihuela32, em Espanha, o que o obrigou a deixar a Itália de forma algo improvisa. O mesmo autor italiano dá igualmente conta da promessa, que o mesmo lhe teria então feito, de que lhe enviaria documentação circunstanciada sobre os resultados dos seus trabalhos, lamentando não ter sido cumprida33.
Este incumprimento pode colocar-se em contraponto com o que se passa com D. Alexandre de Sousa e Holstein, elogiado com frequência pelo autor da erudita obra sobre Arícia, que manifesta o seu reconhecimento (a cui professo grandi obligazioni) por lhe ter disponibilizado os desenhos dos materiais que resultaram dos seus trabalhos34. Esta generosidade acabou por ser responsável pela divulgação dos resultados das suas escavações, quase exclusivamente conhecidas pelas notícias que Lucidi transmite. Dispomos, por esta via, de algumas notícias avulsas, proporcionadas em especial pelas suas Memorie storiche dell’antichissimo municipio ora Terra dell’Ariccia e delle sue colonie Genzano e Nemi.35 Publicada poucos anos depois dos trabalhos desenvolvidos em Arícia pelo nobre português, sumaria as várias intervenções e os principais achados que deles resultaram. Deixa, para além disso, transparecer a ideia de que não se explanam aí mais circunstanciadamente os resultados dos trabalhos da responsabilidade do sig. Conte Souza, porque se anuncia que tal tarefa deveria ser levada a cabo por uma personalidade em ascensão, amigo do diplomata português, o advogado, abade e antiquário italiano Carlo Fea36.
As notícias a respeito da sua actividade colocam um problema de natureza cronológica. Alguns autores sustentam que as intervenções por ele dirigidas
31. A licença é concedida “/…/a sua Ecc(elle)nza Mons(igno)r Antonio Despuig de la Sagra Rota suoi uomini e cavatori che possino cavare e far cavare col consenso puro dei suoi rispettivi padroni nel territorio di Albano tavolozze/…/” (Pasqualini 2003: 302, nota 42).
32. Lilli (2002: 22) refere que a sua frenética actividade se dispersou por vários pontos: na vigna d’Este di contro al Parchetto; entre a actual via Ápia e a via delle Vignole; e no anfiteatro e suas imediações. V. também Lanciani 2000: 227-228.
33. Lucidi 1796: 227; transcrito também em Pasqualini 2003: 302 nota 42.
34. Lucidi 1796: 227.
35. Lucidi, 1796. Complementarmente, são também interessantes ao tema as referências em Lilli, 2002: 22-23, 96, 105 e 310.
36. Lucidi 1796: 227: il ch. sig. avvocato Fea nel secondo tomo de’ Scavi ce ne darà tutto lo schiarimento insieme con le tavole, o stampe di quanto si è trovato ne’ scavi del prelodato sig. conte.
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decorrem, numa primeira fase, ao longo ano de 1777. A alusão vaga a trabalhos realizados na chamada villa di Vitelio, onde se pretendia que esse imperador tivesse passado algum tempo, de acordo com determinada interpretação de uma referência de Tácito, pode resultar de um equívoco que se desenvolveu em período relativamente recente37. O seu labor nesta estrutura, localizada na mesma zona de Arícia, teria decorrido muito tempo antes das escavações mais tardias, de que possuímos informação bastante mais circunstanciada.
Não deixa de ser estranho que medeie tanto tempo entre elas, sem que conheça uma acção similar de D. Alexandre num lapso de 14 anos.
Ao contrário, é bem conhecida e plenamente confirmada a considerável série intervenções que desenvolve nos anos de 1791 e 1792, mais propriamente entre o outono do primeiro ano e a primavera do segundo. O período de maior actividade do erudito português decorre no ano de 1791, em relação ao qual se identificou igualmente a autorização formal das escavações no Archivio di Stato di Roma - Camerlengato II, Antichità e Belle Arti, 1791, b. 1 fasc. 1138. Numa referência genérica a estas explorações arqueológicas, Lucidi precisa que elas se compaginaram com um período de férias em família, aproveitando a fama que essa região tinha então como lugar de veraneio39.
Deve sublinhar-se que esta associação entre lazer e pesquisa antiquária se constituía quase como uma regra e, deste modo, com frequência sublinhada pelos que se lhe referem. Por essa razão Lucidi se faz eco da proverbial qualidade dos ares e beleza desta região como factor que, conjugado com a riqueza arqueológica, atraía ao local estas personagens que se distinguiam pelo seu apreço pelas Belas Artes e Antiguidades.
37. A informação é transmitida por Lilli (2002: 310, nota 1063), o qual remete para Lucidi, 1796, 208. No entanto, nada se detecta, neste passo ou em qualquer outro da obra, que permita pensar que as escavações desse ano lhe devem ser atribuídas. Em 1777 realizaram-se escavações na área de Arícia, nella sua vigna scendendo dalla Stella, a Vallericcia, mas da responsabilidade de G. B. Stazi (Lilli 2002: 22).
38. Pasqualini, 2003: 301, nota 39; Lilli 2000: 22-23, nota 56, que transcreve os termos da autorização …di cavare, col consenso dei respettivi padroni de’ feudi [che?] sono nel territorio dell’Ariccia… qualsiasi sorta di Pietre, Sassi, Peperini, Travertini, Selci, Tufi, Tavalozze ed altri Materiali Rustici, purché nel cavare si stia lontano dal Cemetero e qualunque Luogo Sacro, Condotti di Fontane, Muraglie, Edifici Antichi e Strade Publiche.
39. Lucidi, 1796: 219 esclarece que os trabalhos se desenrolaram no outono de 1791, in tempo che trattenevasi con la sua famiglia a respirare l’aere salubre dell’Ariccia.
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A acompanhar a sua presença nestas paragens se encontra uma que pessoa que se tornará uma das figuras mais revelantes da arqueologia romana do tempo, com quem o diplomata mantém uma relação científica estreita, o advogado Carlo Fea40. É ele que dá conta de uma visita ao Lago de Nemi, em que ambos participam, realizada no mês de Outubro de 1791, precisamente no período em que decorrem escavações na zona de Arícia. Numa breve descrição dessa expedição, esclarece como atravessaram esse lago de barco e visitaram o que se supunha serem os vestígios do templo de Diana Nemorense41, na área sagrada que desempenhou um papel essencial nas origens da Liga Latina, cuja importância numa fase precoce da História de Roma era bem conhecida.
Não deixa igualmente de fazer algumas observações de natureza mais geral, sobre a altitude dos lagos dessa área, do emissário de origem romana e da utilização da água como força motriz de um moinho42.
Como se disse, Alexandre de Sousa e Holstein dá continuidade às escavações de Antonio Despuigs em Vallericcia, junto da Via Ápia, onde se situava a antiga Aricia, dispersando os seus trabalhos por diversos pontos, nem sempre fáceis de identificar. Junto ao anfiteatro, onde se localizaria, segundo uma tradição recolhida por Lucidi, o forum da cidade, nos terrenos que correspondiam então à vinha dos herdeiros de Gian Pietro Melchiorre, e se podia observar la mina de altra maestosa fabbrica, realizou uma das suas mais importantes escavações, de cujos materiais dá esse autor um elenco sumário. Ressalta um conjunto de marcas figulinas, de cronologia bastante ampla, entre as quais sobressaem as que atestam os praedia de Faustina Augusta, a esposa do imperador Marco
40. Esta figura, cujo nome a responsável da transcrição não conseguiu identificar, merece uma larga referência nas Memórias do Duque de Palmela, identificando-o como “primeiro antiquário de Roma”. Recorda o prolongamento desta amizade, uma vez que, como diz, “com ele, tanto em vida de meu pai, como depois do seu falecimento visitei frequentes vezes as ruínas, museus, igrejas, e monumentos mais interessantes daquela cidade, distracção esta que preferia a quaisquer outras, e de que só se pode gozar naquela terra clássica” (Holstein 2010, 92).
41. Para uma breve síntese dos trabalhos e dos resultados de recentes escavações no santuário v. Ghini, Diosono, 2012.
42. Fea 1820: 3: Io non ho giammai dubitato dell’altezza maggiore del lago di Nemi, ossia di Genzano, sopra l’altro, da quando nel mese di ottobre dell’anno 1791. in compagnia di S. Ecc. il signor Conte D. Alessandro de Sousa e Holstein, Ministro plenipotenziario di S. M. Fedelissima presso la Santa Sede, esaminai a parte a parte il lago, traversandolo in barchetta; osservai il meschino Emissario del medesimo; I supposti avanzi del Tempio di Diana Nemorense sull’ orlo basso del lago; e la bocca, fuori la quale nella valle dell’Ariccia l’acqua fa girare la macina del grano.
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Aurélio43, circunstância que se enuncia na parte inicial do texto epigráfico, com a sequência opus doliare ex praed(is) Faustinae Aug(ustae) n(ostrae). A estes praedia pertencem dois exemplares com uma primeira parte muito similar, a qual vem seguida da referência aos diversos officinatores. Num deles se indica a sua origem ex figlinis Pont(iculanis) Lan(ius) Festus44; o outro corresponde às figlinae Faunianae, representadas numa marca em que se assinala que esse material laterício provinha ex figl(inis) Faun(ianis) Iul(i) Pris(ci)45.
Regista-se igualmente a impressão figulina modelo CIL XV 374 L(ucii) Brutidi Augustalis opus / dol(iare) ex fig(linis) Ocea(nis) min(oribus) / Cae(saris) n(ostri)46, reportando-se a um officinator que está activo a partir dos inícios do principado de Trajano47, ainda que a este selo em particular se atribua uma datação bastante precisa, centrada em torno ao ano 123 d. C.48 A mais antiga das marcas apresentadas por Lucidi corresponde à figlina de C.
Naevius49, integrada genericamente nas oficinas que recebem a designação de Naevianae50, que produzem entre os finais do período republicano e os inícios do principado de Tibério.
Num período em que o interesse do coleccionismo se centra especialmente em objectos de particular relevo artístico, merece referência o facto de
43. Lucidi 1796: 219, que dá uma breve descrição das peças, acompanhada da sua interpretação.
44. CIL XV 399 var., 15, onde se refere a recolha de dois exemplares por Alexandre de Sousa e Holstein. Corresponde-lhe uma cronologia situada entre 161-175 d. C., respeitante ao período em que as produções laterícias em nome de Faustina Augusta se desenvolvem (Steinby 1974-75: 72).
45. CIL XV 211, 16 exemplar já referenciado por Dressel. Trata-se de uma produção que se tem situado igualmente entre 161-175 d. C. (Steinby 1974-75: 41; Steinby 1973: 118) e cuja produção se tem localizado em Capena ou Lucus Feroniae (Bukowiecki, Wulf-Rheidt 2015: 27)
46. Inventariada por Dressel no CIL XV 374, com o n. 16.
47. Steinby 1974-75: 70; Bianchi 2003a: 97; Vigliarolo 2017: 37.
48. CIL XV, 373; Steinby 1974-75: 71.
49. CIL XV 1315, onde tem o n. 3.
50. São bem conhecidas as figlinae Naevianae que, na sua generalidade, Steinby (1974-75: 67- 68) situa no período augustano ou em momento um pouco posterior, mas que devem estar já activas em período tardo-republicano (Nonnis 2015: 299). A actividade produtiva dos vários Naevii costuma situar-se na área do Célio, onde existiriam barreiros de certa importância (Manacorda 2007: 202, nota 63) e põe-se geralmente em relação com inscrições funerárias de libertos de Gaius Naevius, que assinalam campos sepulcrais que se desenvolveriam junto à via Latina, em cujas proximidades se deveria situar as figlinae (Nonnis 2006: esp. 132 ) Sobre esta questão v. também Manacorda 2007, 201, que as aponta para a área de via Gallia; Stanco 2014: 571-572.
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registar já um interesse mais alargado, que engloba vestígios de natureza muito diversificada, partilhado por D. Alexandre de Sousa e Holstein51. Compreende-se particularmente que a componente epigráfica associada a estas marcas, que por vezes atesta a actividade económica de importantes figuras, algumas dos quais membros da família imperial, constituísse um motivo suficientemente válido para a sua recolha.
Também junto à via Ápia, no lugar conhecido como o “Orto dei Torrioni”, onde se encontravam vestígios de um antigo templo, terá procedido a várias intervenções, com sucesso distinto. Aparentemente este nome do sítio derivaria da existência de várias estruturas circulares, uma delas interpretada como um templete, mas que Lucidi52 considera relativamente recente. Numa das propriedades dessa área, pertença do cónego Felli Silveri, realizou piccoli scavi, os quais, todavia, não proporcionaram resultados dignos de nota, uma vez que se teriam identificado apenas “muros e pedras”53.
Ainda nessa mesma área, mas na “vigna di Clemente Cianfanelli” realiza uma escavação que pôs à vista uma sequência de três pavimentos, todos eles constituídos por placas de mármore, mas a respeito dos quais se sublinha, mais uma vez, a sua má qualidade54. Não deixa de ser curiosa uma referência de natureza estratigráfica, apresentando-se as medidas que separam cada um deles, o que, no seu conjunto, dá uma ideia da profundidade que poderiam assumir estas escavações55. Atendendo a que entre o primeiro e o segundo níveis se medem 4 palmos e entre este e o terceiro distam 6 (num total que corresponde a mais de 2 metros), imaginando ao mesmo tempo o que se encontrava baixo do piso (uma espécie de cloaca) e o que cobriria todos os depósitos arqueológicos, facilmente se deduz que se atingiria uma profundidade considerável.
Nos trabalhos na Vigna di Gian Antonio Minelli (também estes realizados junto da sustruzzione della via Appia) recolhem alguns elementos mais estranhos, tendo
51. A respeito do colecionismo neste período e em particular no âmbito desta família, v. Serrão 2001, onde se alude às vicissitudes dos seus acervos artísticos nesta fase e do ambiente cultural em que se movimenta D. Alexandre e em que se vai formar D. Pedro de Sousa Holstein (p. 82).
52. 1796: 220.
53. Lucidi 1796: 220.
54. Lucidi 1796, 220
55. Parece claro que a documentação disponibilizada por Alexandre de Sousa e Holstein, os disegni di quanto ha egli trovato de que fala Lucidi (1796: 20), não respeitavam apenas aos materiais encontrados, mas genericamente à documentação gráfica relativa aos trabalhos, que poderia eventualmente incluir aspectos descritivos.
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em conta o que geralmente se esperava destas pesquisas: a parte terminal de um obelisco que apresentava alguns caracteres (hieróglifos), anotando Lucidi, que se tratava de um monumento em mármore e não no habitual suporte de granito;
para além disso, um prato com baixo relevo, onde, seguindo Fea, se representava da eccelente mano inciso, un Titiro, o Coribante. 56
Na mesma área de Aricia, e sempre junto à via Ápia, na contrada detta delle Cese, na vinha de Gian Battista Mancini regista Lucidi o achado de um pavimento de mármore de diversas cores, com motivos florais. Para além disso, detectou estruturas ainda com estuques pintados, ainda que bastante alterados, nos quais destaca a representação descrita como um bove marino. Mas os achados mais destacados desta escavação correspondem a esculturas de mármore. A primeira representa um Sileno coronato d’ellera in atto forse di versare colla sinistra in alto del vino in un cratere che avesse nella destra abbassata verso la tigre accanto, lavorata con somma maestria57. Esta peça constitui certamente um dos elementos mais destacados do seu Gabinete de Antiguidades Antiquárias que se exibia na sua faustosa residência romana do Palácio Cimarra58. Com a sua morte, em 1803, será usado como pagamento a António Canova pela da obra de arte que constitui o seu cenotáfio59. Essa estátua de excepcional qualidade foi posteriormente integrada no Museo Chiaramonti60, pertencente ao núcleo dos Museus do Vaticano. A outra, mais vistosa, na opinião de Lucidi, é um fragmento de uma cabeça, de que se conserva a parte acima do lábio superior e que poderia eventualmente representar Meleagro, obra d’insigne greco artista61.
Por fim, dá conta de uma fistula de chumbo com várias marcas, numa das quais se leria P(ublii) Memmi Regul(i), o nome que Fea62 identificou com
56. A interpretação de Fea (1792: 313) é seguida por Lucidi 1796: 220.
57. Lucidi 1796: 227.
58. Degortes 2018, 321.
59. Como se refere nas memórias do filho (Holstein 2010: 91 cfr. Carvalho 1898: 91; Rocca, Borghini, Ferraris 1992: 11) aceita-se o original teria sido colocado numa das capelas laterais (a de S. Catarina) da igreja de S. Antonio dei Portoghesi, em Roma, e o próprio Canova teria produzido igualmente uma cópia, inicialmente conservada na casa de família e depois integrada no jazigo da mesma, no cemitério dos Prazeres (ao invés, Degortes 2018: 323, nota 34).
60. Visconti, Guattani 1820: 295-300; Fea 1833: 9; Lefèvre 1977: 90; Lilli 2002: 23.
61. Lucidi 1796: 227.
62. 1832: 53, esclarecendo que a fistula pertenceria a una fonte di magnificentissima villa, propriedade desta personagem. Não deixa de ser muito sugestivo que Fea se referia, desta vez,-
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a personagem frequentemente referida nos Acta Arvalium63, cônsul sufecto em 31 d. C., a quem Tácito (Ann. 14.47) se refere, recordando um episódio próximo da sua morte, que ocorreu no ano de 61 d. C. O nome dessa figura pública repetir-se-ia noutro ponto da canalização de chumbo, mas aí seria possível ler apenas a sequência [.] MEMMI RE[---]. O mesmo tubo registaria uma outra marca, com o nome do fabricante: [An]tistius fec(it)64.
Um outro ponto de intervenção situar-se-ia junto da via Ápia, no que se define como a vigna di Tommaso Mollo. A respeito dos achados provenientes deste sítio preciso se estabeleceu alguma controvérsia envolvendo a descoberta de um rosto feminino65, uma das peças mais notáveis de entre as que aqui se tratam. Enquanto alguns autores a atribuem às escavações de Despuigs, Lucidi66, cuja informação se considera bastante fiável, adscreve-o aos trabalhos realizados pelo diplomata português neste ponto. Pasqualini67 sugere que essa peça deve corresponder a uma bem conhecida cabeça arcaica actualmente conservada na Ny Carlsberg Glyptotek de Copenhaga68. O facto de este objecto ter integrado, em determinado momento, o Museu de Palma de Maiorca, poderia contrariar esta informação de Lucidi, admitindo Pasquilini, todavia, que a troca de materiais entre os dois antiquários poderia ter gerado esta situação algo complexa e estar na causa da divergência referida.
Depois dos trabalhos realizados até a uma fase já avançada do ano de 1791, retoma as escavações em Arícia, na primavera de 1792. Como informa de novo Lucidi, o diplomata português (il soprallodato sig. Conte di Souza) regressa à área do “Orto dei Torrioni” para realizar uma intervenção nella vigna del sig. Filippo Pesoli69. Nesse mesmo lugar tinha já escavado também Antonio Despuigs, poucos anos antes, mas como não encontrou nada digno de registo, recobriu o espaço escavado, como era habitual nestes processos, uma vez que o objectivo não era expor as estruturas, mas recolher o mobiliário arqueológico relevante do ponto de visto artístico e do colecionismo coetâneo. D. Alexandre
a escavações que ele próprio realizou, omitindo qualquer referência ao diplomata português.
63. CIL VI 2028, 2037, 2039, 2040, 2041, 2042a.
64. CIL XIV 2174; CIL XV 7842.
65. Lucidi 1796: 228, onde a peça é descrita como uma piccola maschera di metallo rappresentante un volto di donna, ma lavorata con somma maestria, ed eleganza.
66. 1796: 227-228, v. tb. Pasqualini 2003: 301, nota 39.
67. 2003: 301, nota 39.
68. Sobre ela v. Moltesen 1997: 128.
69. Lucidi 1796: 220.
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de Sousa e Holstein obtém, no entanto, resultados distintos dos do prelado maiorquino, identificando uma cabeça de mármore e estátua feminina sem cabeça, obras que Lucidi qualifica, no entanto, como di cativa sculttura70.
Os trabalhos em Arícia são interrompidos abruptamente, parecendo claro que na sua origem estiveram motivos de ordem pessoal: a frágil saúde de sua mulher, cujo estado se agravou consideravelmente, tendo decidido que ela seria levada para Genebra para aí ser submetida aos cuidados médicos, os quais não impediram que ela viesse a falecer pouco depois71. Por outro lado, podem ter pesado também as mesmas razões que o levaram a pedir ao governo do reino autorização para se deslocar a Lisboa: o facto de, por falecimento dos seus irmãos, ter de tratar dos assuntos de heranças, tomando posse dos seus bens72.
As várias circunstâncias pessoais mantêm-no, durante cerca de uma década, afastado de Roma73, mas também, durante uma parte desse período, dos seus filhos. Em 1801, regressa ao exercício efectivo da actividade em que tinha estado, a representação diplomática junto da Santa Sé, mas agora como embaixador. Em certa medida, tem oportunidade de voltar ao convívio dos seus velhos conhecidos, dos seus interesses antiquários, mas já não retoma, de quanto se sabe, os trabalhos de campo, nem em Arícia, nem em outro lugar.
Ao contrário, a vertente artística, em particular o seu empenho na Academia
70. Lucidi 1796: 220.
71. Carvalho 1898: 44; Dias 2017: 705.
72. Este assunto, no entanto, não se revelava tão urgente: tendo solicitado “uma licença a que as circunstâncias fatais da minha Casa me obrigam a pedir para ir a Portugal”, em Dezembro de 1790, só obtém autorização para essa deslocação dez meses depois (19 de Outubro de 1791). Mesmo assim, embora anuncie que “tendo alguns negócios em Turim, partirei para aquela Cidade no corrente Inverno, e de lá para Portugal no princípio da Primavera” (v. Dias 2017: 705 esp. notas 11 e 12), sabemos que não só acompanhará a sua mulher a Genebra, como realizará ainda escavações, nessa primavera de 1792, e que só partirá para Lisboa a 26 de Junho (Brazão 1977: 394).
73. É neste período, em outubro do ano de 1799, que Cornide visita a Quinta do Calhariz, na Arrábida, como se conta nos seus relatos de viagens, à sua passagem por essa propriedade da Arrábida, situada entre Santana e Azeitão. Como nesse momento preciso não se encontrava aí D. Alexandre, foi recebido por um italiano que se encontrava a fazer o levantamento topográfico da dita quinta, uma vez que a propriedade estava então a ser submetida a melhoramentos (Abascal, Cebrián 2009: 559). De entre as várias informações, revela interesse antiquário a referência às pinturas e esculturas trahidas de Roma por un arzobispo de Braga e à biblioteca do mesmo. Das peças pertencentes a esta colecção se fez uma lista num documento ms. (RAH-9- 3900-17 - Carta do doutor António Ribeiro [dos Santos] sobre as estatuas q(ue) vi no Palácio do Calhariz).
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portuguesa em Roma, não se atenua. No entanto, a sua vida pessoal sofrera uma profunda transformação74 e em breve chegará o seu fim.
3.2. A relação com Carlo Fea e outras personalidades da arqueologia romana
Apesar de se ter afastado por um longo período de Roma, o diplomata manteve os seus contactos com uma parte das figuras que bem conhecia, muitas deles personagens de relevo do panorama cultural da cidade eterna, especialmente durante o momento inicial. No que diz respeito à vertente arqueológica destaca-se, como já se disse, Carlo Fea, com quem desenvolvera uma relação científica muita estreita, circunstância que acaba por se reflectir de forma particular na obra deste.
A natureza da relação não transparece completamente na correspondência, mas uma análise da situação não parece deixar muitas dúvidas. A posição do diplomata, o tratamento reverencial da parte do seu correspondente, acompanhando quase sistematicamente o seu nome dos títulos de nobreza que ostenta, e, por fim, a alusão que o advogado faz à sua generosidade75 querem certamente dizer que este tem no primeiro um dedicado patrono76, que apoia de alguma forma as actividades em que ambos se envolvem.
Nesta altura Carlo Fea encontra-se na fase inicial da sua carreira, marcada por uma larga actividade editorial, onde assume importância a tradução, tanto de autores clássico como modernos, entre os quais se encontra Winckelmann.
Entre as suas primeiras incursões no âmbito arqueológico encontram-se precisamente as que se realizam na área de Arícia.
Numa primeira observação, não é claro o papel que ele desempenhou.
Ao ler-se a obra do coetâneo Lucidi, deduz-se que a única pessoa associada às escavações é D. Alexandre, não se fazendo referência, nos diversos lugares em que houve trabalhos de campo, à responsabilidade ou mesmo à participação do abade. Nessa fase, nem mesmo o próprio Fea, que alude na sua obra com alguma frequência à partilha de experiências arqueológicas
74. Entretanto o senhor de Calhariz tinha casado com a sua sobrinha D. Balbina de Souza. D.
Pedro de Souza Holstein, já adulto, acompanho-o, como conselheiro da embaixada, com a restante família, agora mais alargada, mas esta circunstância e a sua idade já não oferecem as mesmas condições que tinha tido há cerca de uma década, especialmente no que ao trabalho de campo diz respeito.
75. Fea 1802: 4.
76. Esta interpretação foi já claramente enunciada por Ridley 2000: 57.
Alexandre de Sousa e Holstein (1751-1803)...
1457
com o nobre português, como se verá, se atribui responsabilidades específicas nas escavações realizadas na área de Arícia. No entanto, transparecem alguns sinais de que ele está presente, pelo que se torna viável que ele tenha, de facto, participado nesses trabalhos na condição de colaborador. Dada a sua condição de erudito, Ridley vai mais longe, atribuindo-lhe mesmo a responsabilidade pelos trabalhos77, situação que só não emergiria nas notícias sobre os trabalhos por causa da sua situação de dependência.
O testemunho mais elucidativo desta relação reside na correspondência que Fea lhe dirige e na qual se esclarece que o arqueólogo italiano tinha prometido manter informado il conte di Sanfrè e Mota Isnardi, na altura da sua partida para Lisboa, “das mais interessantes escavações que se realizassem no termo de Roma” e dos achados mais raros78. Desta forma, são-lhe dedicadas algumas das notícias, em forma de missiva, que em boa parte decorrem dessa promessa.
A obra do “arqueólogo do Papa”79 encontra-se pontuada por frequentes alusões a trabalhos e visitas que realizaram em conjunto, sendo patente a diversidade e importância dos lugares que suscitaram a curiosidade dos dois companheiros de muitas passegiate.
Duas das cartas referidas, formalmente dirigidas a Alexandre de Sousa e Holstein encontram-se compiladas no número XII da Miscellanea filologica critica e antiquaria dell’avvocato Carlo Fea che contiene specialmente notizie di scavi di antichita, publicada em 183680.
A primeira respeita às antiguidades de Ardea, especialmente ao que Fea considerava ser81 o templo de Vénus dessa cidade do Lácio, conhecido das fontes literárias (particularmente Str. 5.3.5.) e que se celebrizou com o nome grego de Aphrodisium. Dada a sua convicção sobre essa identidade, era natural que considerasse de elevada pertinência informar o seu correspondente dos trabalhos que Robert Fagan conduzia no chamado campo Jemini, graças
77. Ridley 1995: 375.
78. Fea 1836: 186 (publicado inicialmente em Fea 1794).
79. Desta forma Ridley (2000) qualifica Carlo Fea.
80. Inicialmente em Fea 1794.
81. A identidade referida por Fea não foi confirmada pela investigação posterior e ainda hoje se discute a localização precisa desse santuário (uma recente abordagem da questão pode encontrar em Di Mario 2007: 105-110). Em determinado momento, Collona (1995: esp. 48- 50) sustentou a hipótese de ele corresponder ao depósito votivo identificado no Colle della Bantinella, em particular pelas escavações de 1852, mas essa proposta tem sido ultimamente questionada (Ceccarelli 2010: 319).
