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EL CONCEPTO DE JURISDICCION LABORAL

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EL CONCEPTO DE JURISDICCION LABORAL

E d u a r d o J . Co u t u r e

i — PLANTEO.

Cuáles son los elem entos que c a ra c te riz a n el acto ju risd ic cio - n al lab o rai? E s éste d iferen te dei acto ju risd ic io n a l com ún? Si no k> es cuáles son sus elem entos d iferen c ia les ?

P a ra c o n te s ta r estas tre s p reg u n ta s se n ecesita largo alie n to . E l concepto de ju risd ic c ió n es, ya de p o r sí, una p ru eb a d e fuego p a ra los ju ris ta s . Si a ello agregam os la n a tu ra l im p recisió n de los lim ites dei d ere c h o d eriv ad o — de la rela ció n de trab ajo , y el c a -rá c te r equívoco d e los órganos ad m in istra tiv o s o ju d iciales q u e di- rim en los co n flicto s laborales, la co m p lejid ad dei tem a acresce sen- sib lem en te.

Como es sabido, no siem pre es fácil d istin g u ir el acto ju ris - d ic cio n a l dei a d m in istra tiv o y dei leg isla tiv o . P ero la ca lificació n •s in d isp en sa b le. Son m uchas las so lu cio n es que d ep en d en de esa resp u esta. A títu lo de sim ple ejem plo, p u ed e se rv ir de re fe rê n c ia la rev isió n dei acto en estú d io .

Si el acto és ju risd ic cio n al no tie n e revisión en un p ro ceso u lte rio r, por a p lica ció n dei p rin c íp io de la cosa juzgada; si no lo és, siem pre p o d rá req u erir-se de los ju eces dei P o d e r Ju d ic ia l o dei C ontencioso A d m in istra tiv o la in te rv e n c ió n de c o n tra lo r. Si el acto es ju risd ic c io n a l req u ie re jueces co m p eten tes, idóneos, recu sab les, resp o n sab les y p ree x iste n tes al p ro ceso ; si no lo es, tales g a ra n tia s no son req u e rid a s, pues quedan rese rv a d as p a ra la rev isió n ju ris -d iccio n al u lte rio r. Si el acto es ju ris-d ic c io n a l, lo -d eci-d i-d o h ace

cosa juzgada y n o p o d rá m as ser m o d ific ad o ; si no lo: es, lo d ec id id o puede. ser sem p re objeto de m o d ificació n u lte rio r.

E sts estú d io es u n a ap ro x im ació n h ac ia ese tem a. T ra ta m o s en él de llev ar ad elan fe ciertas a p o rta c io n e s que la d o c trin a dei d erech o p ro cesal puede h a c e r en el cam po dei d erecho la b o ra i. Llevam os así a d e la n te an terio res co n trib u cio n e s a m atérias lim í-trofes .

E n ciecia, com o en el p ro v érb io , cu an to m ás en voz baja se h abla, m ay o r — c la rid a d . H ablarem os, pues, en el tono necesa- rio p a ra el e n ten d im ien to en u na m a té ria cuya d ificu ltad com en-ta m o s p o r re c o n o c e r.

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Capítulo I

EL PRINCIPIO DE UNIDAD DE LA JURISDICCIÓN 2. — Jurisdicción única y ju risd icció n m ú ltip le.

El d erecho constitucional h a procedido, en m atéria de ju-risdicción, en form a gradual.

Se conoce con el nom bre de p rin cip io de unidad de la ju -risd icció n el sistem a que co n c e n tra en un solo poder dei E stad» toda la función ju risd iccio n al. N orm alm ente, ese poder dei Estado es el ju d icial.

Pero la ex p erien cia dice que n i siq uiera los autores d e la teo-ria trad icio n al de la separación de p o d eres llegaron a concebir claram ente ese aislam iento de la fu nción jurisd iccio n al. ( 2 ).

En el extrem o opuesto a la llam ada u nidad de la ju risd icció n se encuentra el sistem a denom inado de la pluralidad ilim ita d a de ju risd icc io n e s. E n él, — la función ju risd ic c io n a l se d istrib u y e en tre los diversos poderes dei estado, — en razón de las diversas necesidades y conveniencias. (3 ).

T am bién aqui la experiencia red u ce las posibilidades de una calificación teó rica de esta índole. U na dispersión ilim itada de la función es poco fácil de concebir. Existe, si, una ten d en cia a dis-trib u ir este. com etido entre los diversos órganos dei p o d er público y, en p articu la r en la adm inistración, pero en los Estados m odernos no se da el caso de una dispersión ilim itada, esto es total. E n todos, la jurisdicción está asignada preferentem ente a un poder con facul- tades específicas. La dispersión no es, pues, ilim itada, sino lim i-tad a.

Q uedaria, así, como p rin cip io general en el derecho consti-tucional com parado m oderno, el de pliiraridad lim itada de juris-d ic cio n e s. ( 4 ) . E n él, el com etijuris-do ju risjuris-d ic c io n a l se asigna no rm al-m ente al P o d er Ju d ic ia l. P ero a al-m ed id a que — los requerial-m ientos de la ex p eriencia ju rid ica lo exijen, esa función puede asignarse a otros órganos, los que investidos de la función proceden dentro

de las form as y con Ia eficacia d eterm in ad a por la ley.

Es este, pues, fuera de clasificaciones puram ente teó ricas, el fenómeno — que se debe p ro fu n d iz ar: la atribución a órganos no jurisdiccionales, preferentem ente adm inistrativos, de la función

ju-risdiccional en m atéria de trabajo. ( 5 ).

3, — Jurisdicción laborai legislajliva.

La sola utilización de los térm in o s jurisdicción legislativa parece — u na antinom ia. Cuesta, em verdad, concebir que, dentro de las líneas dei sistem a tradicional de la división de poderes, pueda asignarse al parlam ento una función ju risd iccio n al.

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Pero los ejem plos de esta ín d o le son relativam ente frecuen- tes. B astaria tra e r a colación el ejem plo de la ju risd icció n de la Câm ara de los Lores inglesa (6 ). T am bién el Congreso de los Es-tados U nidos tien e com etidos que p o d ría n a calificarse como ju risd ic- cionales. En nu estro p ro p io sistem a constitucional, com pete — a la Asamblea G eneral el poder dei in d u lto y am nistia (art. 85, in c .

14); juzgar — politicam ente la co n d u cta de los M inistros de E sta-do (art. 85, in c. 19); y al Senasta-do co rresp o n d e a b rir juicio p ú b lico a los acusados p o r la Câm ara de R epresentantes o la Ju n ta D epartam en-tal, en su caso, y p ro n u n cia r sentencia al solo efecto de sep ararlo s

de sus cargos (art. 102). Muchas de estas funciones son ju risd ic - cionales o co lin d an tes con la ju risd icció n . (7).

No ha de ex tranar, pues, que m as de una vez el legislador se haya con sid erad o investido de facultades p ara d irim ir p o r acto legislativo conflictos de intereses lab o rales.

Tal es el caso de nuestras leyes 8.054; 8.645; 10.434; 10.489; 10.945; 10.544; 10.617; 10.693; 10.698; 10.722 en las cuales se fijaron escalas de salarios obreros, resolviendo asi d iferen cias

exis-tentes entre em pleadores y trab ajad o res.

Si dam os a las palabras su significado com ún y no su acep- ción estrictam ente técnica, podríam os h ab lar en esos casos de fun- ción ju risd iccio n al legislativa, por cu an to el parlam ento d irim e por

acto p ro p rio u n conflito de órdem p riv ad o cuyo conocim iento correspondia o rd in ariam en te a otros órganos y cuyo contenido se ap ro -xim a m as a la función jurisd iccio n al que cualquer o rta dei E stad o .

En o tra op o rtu nidad hem os denom inado a ese tipo de solu-ciones como de ca rácter político p o r oposición a ju ríd ico . ( 8 ). El ca rácter político dei órgano da a la solución todo el aspecto d e una m edida in sp ira d a em razones de o p o rtu n id ad -— y de conveniencia y no los ca racteres de una m edida ju ríd ic a, in sp ira d a en p rin cíp io s de derecho p reviam ente instituídos.

Hemos considerado, incluso, que en determ inadas co n d icio -nes este tipo de solucio-nes puede adolecer de in constitucionali- d ad . (9 ). No to d a ley jurisdiccional, llam ém os le asi, es necesaria- m ente in co n stitu cio n al; pero puede serio y frecuentem ente lo es.

Pero a los efectos de la exposición que venim os h aciendo, lo que corresp o n d e d ejar consignado, p a ra una visión coherente y uni- ta ria de todos los aspectos de la ju risd ic ció n laboral, es el hecho cierto de que el Parlam ento, mas de una vez, h a actuado en con-flictos de ó rd en particu lar, dirim ien d o la diferenciación un acto legislativo form al, con contenido p ro p io de la función ju risdiccio- nal.

La idea de jurisd icció n legislativa laboral parece u n a anti- ■omia, pero en la realidad de los hech o s no lo es. (10).

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(4. — Ju risdicción laborai adm inistrativa)

Mucho m as frecuente aún es la asignación a determ inados órganos dei P o d er Ejecutivo de la fu nción de d irim ir determ inados conflictos in d iv id u ales o colectivos derivados de la relación labo-rai.

En el U ruguay, donde no existe u na m agistratura ju d icial dei trabajo, con c a rá c te r especializado, (11) los jueces o rd in ário s re- suelven los conflictos individuales. P ero la ley 9.088, el D ecreto 25 de setiem bre 1936, y num erosas leyes particu lares como las 10.449

y 10.644 asig n an al Instituto N acional dei Trabajo y Servicios Ane-xados, num erosas funciones que si b ien no son ju risd iccio n ales en

un sentido rig u ro so y estricto dei vocablo, parecem caber d en tro d e

una configuración am plia de esse tip o de actos, con las reserva« que se form ularán mas adelante.

Pero el problem a que dentro de nuestro derecho h a ad q u iri-do m ayor im po rtan cia, dentro de este órden de cosas, h a siiri-do el derivado de la institución de Consejos de Salarios, creados p o r la ley 10.449, de 12 de noviem bre de 1943.

Esa ley tiene ya toda una lite ra tu ra pro p ia (12) y d en tro de ella corresp o n d e buena iparte al p u n to de saber si sus decisiones tie-

nem o no ca ra c te r ju risdiccional.

En tan to algunos autores les asignan tal calidad sin vacila- ción alguna, (13) rotundam ente, y extrayendo abundantes conclu- siones de esa calificación a priori o tros niegan, no m enos ro tu n d a-m ente, la calid ad jurisdiccional de los laudos, d(ecidiéndose p o r s h carácter puram ente adm inistrativo. (1 4 ). Otras opiniones se in-

clinan in d istin tam en te p o r una o tra solución, o por soluciones in -term edias, m as de una vez por inposiciones profesionales de defen-

sa de determ inados intereses o p ara llegar a conclusiones exigidas, m uchas veces, p o r la p ro p ia índole de los conflictos su rgidos. E ntre ellos, el de la retro activ id ad de los laudos ha exigido esfuerzos de construcción sistem ática, m uchas vsces n o ía b le s ... y casi siem pre contradictorios en tre sí.

P or las razones que se ex p o n d íán mas adelante, no conside-ram os que la función de los Consejos de Salarios conslitüya una ac- tividad puram en te ju risd iccion al. P ero seria c e rra r los ojos a 1* realidad negarse a reconocer que ellos desem penan un v erd ad ere subrogado de la ju risd icció n .

Si un o b rero acudiera a un juez dei P oder Ju d icial a pedirle la elavación de su salario por no llegar él al m ínim o v ital estable-

cido por el art. 54 de. la C onstitución como justa rem uneración, o al determ inado p o r el art. 1 de la ley 10.499, el juez no te n d rá m a s

rem edio que d ecirle que ese tipo de conflictos no ha sido asignad* a la jurisdicción com ún y que es a otros órganos, los Consejos de

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Salarios, los cuales funcionan por in ic ia tiv a de los grêm ios o por decisión dei P o d e r Ejecutivo, a qu ien es com pete d irim ir la dife-ren cia.

La ten d en cia a asignar a órganos adm inistrativos o aún a órganos que llam arem os para-estatales, distintos de los ó rg anos de la ad m inistración, el com etido de d irim ir este tipo de conflictos, tiene caráter u n iv e r. Se ha dicho (15) a m edida que el ó rden ju ríd ico autoriza a la adm inistración pú b lica a in terv en ir en form a m as extensa com sus actos específicos en la vida económ ica y cul-tural, surge la ten d en cia a otorgar a los órganos ad m in istrativ o s la función ju d icial que se encuentra organicam ente conectada con la función ad m in istrativ a específica.

El crecim ien to vertiginoso dei derecho dei trabajo, tiene su paralelo en u n a jurisd icció n ad m in istrativ a dei trabajo. (1 6 ).

5. — Jurisdicción laboral jud icia l.

Lo norm al, dentro de los ordenam ientos ju ríd ico s vigentes, es que los conflictos individuales dei trab ajo se confien, p ara su reso- lución, a los órganos dei P o d er Ju d ic ia l.

En algunos casos, es ésta la m ag istratu ra com ún; en otros, una m ag istratu ra especializada, pero dependiente de las auto rid ad es suprem as dei P o d er Ju d icial nacional; otras veces son m ag istratu ras locales que dep en d en de las au toridades de la P rovincia o dei Es-tado y no de la N ación o F ed eración; no falta el caso de ju d ic atu ra s dei trabajo de ca rácter m unicipal. (16-A).

En este caso, a pesar de ciertas incertid u m b res en las situa- ciones anóm alas, no puede dudarse dei carácter ju risd iccio n al de la función.

Solam ente acontece que, com o se decía, existen in terv en cio nes no ju risd iccio n ales a cargo de órganos ju risd iccio n ales. L a mas im portante de ellas esla conciliación, cúyo m étodo se preco n iza in -sistentem ente em m atéria laboral. O tras veces, esos órganos actúan en conflictos colectivos, ya sea con com etidos de policia ad m inis-trativa, ya sea provoncando el arb itra je de las partes, ya sea regu-lando por q u id ad y no por derecho estricto , determ inadas situacio- nes particu lares, com o h o rário s de trabajo, régim en higiénico de los locales, o p o rtu n id ad dei descanso, etc.

En todos estos casos, la naturaleza ju risdiccional de la fun-ción se atenúa visiblem ente; pero la generalidad de los casos hace prevalecer su im p o rtan cia y en el lenquaje de la ley de la d o ctrina se habla sin reticen cias de Ju sticia dei Trabajo, p ara referirse a esta ram a dei P o d er P úblico.

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6. — E slructura y función d e la aclividad ju risd iccio n a l. Este estado de cosas obliga a fo rm u lar de nuevo las pregun- tas iniciales: Cuáles son los elem entos que caracterizan el acto

ju-risdiccional lab o rai ? es este d iferente dei acto ju risdiccional

com ún ?; si no lo es cuáles son sus elem entos diferenciales ?

P ara in te n ta r una aproxim ación h acia la solución de estos puntos, es m en ester sentar previam ente ciertas ideas en to rn o al concepto de acto ju risd iccio n al. P ero este no puede ser exam inado globalmente, sin o distinguiendo en él, form a, contenido y fu n ció n ; o mas sim plem ente, estru ctu ra (ex tern a e in tern a) y función defl m ism o.

Es esta u n a antiga costum bre de doctrina, cuyas ventagens m etódicas no se han podido aún su p e ra r. Cuanto m as com plejos se presentan los hechos en la legislación m oderna, m as conveniente es la sistem atización trad icio n al. 17).

P rocurem os, pues, fijar ideas en al torno concepto de acta jurisdiccional, distinguiendo su contenido, su form a y su fu n ció n •

eficacia.

Ca p í t u l o II

E L CONCEPTO DE JURISDICCIÓN 7 — D efinición de la jurisdicción

Ju risd ició n es, en nuesfro concepto, una función pública dei E stado el cual, p o r in te rm ed io de órganos com petentes actuando

con arreglo a u n proceso adecuado, d e c id e co n flic lo s y causas m e-d ia n te resoluciones con efecto e-de cosa juzgae-da, asegurane-do c o n ello la co n tin u id a d necesaria dei derecho y la realización de sus fin e s propios.

Esta d efin ició n aspira a ab a rcar la form a, el contenido y la eficacia de la activ id ad jurisdicional.

T ratarem os, a continuación, de m o strar separadam ente los d istin to s elem en to s que la integran y re c o n s tru ir, m erced a ellos, el concepto de ju risd icció n .

8 — E lem entos de la ju risd icció n

Los elem entos que integran la jurisd icció n , en la d ifin ició » propuesta, se ag ru p an de la seguiente m a n eira:

E lem entos d e fo rm a s la realiz ac ió n de una función m edi-ante órganos - com petentes y Ia actuación de los mismos con

(7)

E lem en to s de co n ten id o : la decision, con arreglo a la ley, d« conflictos y causas en las cuales sea n ecesaria su in tervención, decisión que tien e la característica, sólo in h eren te al acto ju risd ic - Monal, de a d q u e rir au toridad de cosa juzgada.

E lem en to s de fu n c ió n o e fica c ia : el seguram iento de la oontinuidad n ecesaria dei derecho y con ello la realización dei fin

p rim ário dei E stado de afianzar já ju sticia entre los h ab itan tes dei

p a ís .

Esta som era enunciación de elem entos dei acto ju risd iccio - nal, requiere algunas puntualizaciones dirigidas a senalar el alcan-

e« de cada uno de elos. (18).

9 — C aracteres externos dei acto jurisdiccional

No h a n faltado corrientes de d o ctrin a que, en la im p o sib ili- dad de co n fig u rar la función ju risd ic io n a l por elem entos sustan- eiales, se h ay an atenido exclusivam ente a sus elem entos de form a. (19)

Tal concepción presupone u n a actitud escéptica resp e cto de la posibilidad de hallar una delim itación mas profunda dei con- eepto.

Su e rro r se advierte no bien se observe que existen procedi- m ientos que tienes todas las ca racterísticas form ales de la ju risd ic- oión y que, p o r carecer dei contenido y de la función específicas

de esta, no po ed en ser calificados com o actos jurisdicionales. Aso, p o r ejemplo, en el proceso simulado, que es una p u ra form a, sin contenido

mi función; los procedim ientos de. ju risd ic ció n voluntaria, que tienen

los elem entos form ales de la ju risd icció n pero que, en v irtu d de no a d q u irir au toridad de cosa juzgada, pertencen a la función ad m in istrativ a; el juicio arb itra i necesario, que tiene form a de p ro -ceso y órgano idoneo in dicado p o r la ley, pero no tiene n atu raleza jurisd iccio n al en razón de carecer los árb itro s dei im perium , que es uno de los atributos de la ju risd icció n .

En sen tid o contrario, existen actos ju risdiccionales sin for-m a de tales, cofor-m o acontece en el juicio en rebeldia en el cual no existe p ro p iam en te controvérsia en sentido form al y en el divorcio

p o r voluntad de la m ujer en al cual la ley quita al m arid o toda form a de in g eren cia y que tienen, sin em bargo, au toridad de cosa juzgada.

La form a, pues caracteriza norm alm ente a la ju risd ic ció n ; pero no es su solo elem ento in teg ran te. Solo cuando a las form as ju risdicionales se unen a los otros atrib u to s de esta función, puede hacexse de la m ism a una califi.cación correcta. A tenerse sólo a eUa, supone el riesgo de juzgar p o r ap arien cias y calificar tan solo por elem entos externos dei acto.

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10 — Caracteres internos de la jurisdicción

P or contenido de la jurisdicción se entiende la actividad di-rig id a a dirim ir conflictos y decid ir causas m ediante decisiones „..ceptibles de ad q u e rir autoridad de cosa jusgada. Es lo que ei d o ctrina se d enom ina el carácter m aterial dei acto.

Cuando bien se. m edita, se ad v ierte que este es el co n ten i-do im ediato a la ju risd icció n . Sus fines son su contenii-do m ediato y a ellos les denom inam os función: cu m p lir los fines propios dei Estado y asegurar a vigência dei derecho.

No han faltado escritores que, habiendo partido de nocio- ones~ puram ente form ales, han debido luego evolucionar hacia con-

ceptos mas com plejos que traten de a b a rcar form a y contenido (2 0 ). Outros, h an creído suficiente la determ inación dei co n ten i-do genérico de la función p ara caracterizar a esta*. (21) P ero en estos casos se advierte, tam bién, la suficiência de ese tipo de deli- m itaciones. Los actos que hem os denom inado mas arrib a (22) de jurisdicción lab o rai legislativa y ad m inistrativa, son verdaderos subrogados de la ju risdicción con su m ism o contenido; p ero no son jurisdicción, sino legislación y ad m inistración.

Pero esto conjunto de circu n stan cias no pueden hacer p e rd er rde vista que la rdelim itación rdei contenirdo im erdiato rde la ju -risdicción, es sin duda, el elemento m as im portante para resolver las cuestiones p rác tica s que este problem a propone. La ju risd ic

-ción es tal p o r su contenido im ediato. La form a es la envoltura; la función es el destino final de la acción hum ana que llam am os jurisdicción. Sólo el contenido caracteriza la función. (23)

Ese contenido ha sido delim itado, frecuentem ente, com o la reparación dei derecho lesionado, la tu tela dei derecho subjectivo, la restituición de los bienes despojados, etc. Pero toda esta co rrien- te de doctrina, en la que se hallan casi todos los rep resen tan tes de la escuela francesa, aún los mas prestigiosos (24) y no pocos de la escuela alem ana (25), no han rep arad o que la ju risd icció n no solo expide sentencias de condena, que son las que, efectivam en-te rep aran los derechos lesionados, tuen-telan el derecho su b jetivo, etc. Tam bién d ictan sentencias absolutorias, que se lim itan a relevar al dem andado de las im putaciones form uladas en la d em an -da; dietas asim ism o sentencias de m era declaración, en las que no h ay derechos conculcados ni violados; y dictan tam bién sentencias constitutivas que crean estados jurídicos nuevos, inexistentes antes de su em isión, que no contienen ninguna condena.

Tam bién se h a senalado como co n ten id o de la jurisdicción, su carácter sustitutivo. Se alude por p a rte de algunos escritore* al carácter necesariam ente sustitutivo de la actividad ju risd ic ci-

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de conocim ento, el juez sustituye con su voluntad la voluntad de Ias partes y de los. terceros; y en el proceso de la ejecución, la sus- titución consiste en que los funcionários dei Estado, actuando co- activamente. realizan los actos que debió h ab er realizado el obliga- do y de los cuales fué omiso, tales como la venta de bien es para p erceb ir el precio, el lanzam iento, la dem olición de las o b ras in - debidam ente realizadas, etc.

Pero el concepto, correcto en la m ayoria de los casos, en es-pecial en las sentencias de condena, no caracteriza a la fu n ció n ju- risd iccio n al en otros casos en los cuales no hay tal su stitu ció n : la sentencia penal, la sentencia de divorcio, la m ayoria de las sen-tencias in h e re n tes al estado civil.

El con ten id o necesario de la jurisd icció n es, com o se verá mas adelante, la cosa juzgada.

11 — Eficacia de la jurisd icció n

La eficacia de la jurisd icció n , sus fines m ediatos y últim os, es, decíamos, cu m p lir los fines p ró p io s dei Estado y aseg u rar la vi-gência dei derecho.

La atictiv id ad de d irim ir confiictos y decid ir causas es el cum plim iento de uno de los fines p rim ário s dei Estado. Sin esa función el E stado no se concibe com o tal. P rivado los in d ivíduos de la facultad de harcerse justicia p o r su mano, el órden ju ríd ic o 3es ha investido dei derecho d e acción y al Estado dei deber de la ju-risdicción .

E n tre la autoridad de la cosa juzgada y la efectiva vingen- cia dei derecho hay una relación d e m edio a fin. La cosa juzgada se concibe. sólo com o m edio de despejar la in certid u m b re dei de-recho y com o form a de harcelo coativo en los casos de resisten cia

u om isión de su com plim iento.

A d iferen c ia de lo que se cree, en el sentido de que la cosa juzgada es un elem ento connatural dei derecho, debe d ecirse que eso no es así. H istoricam ente ha h ab id o procesos sin cosa juzgada y

aún en n u estro titem po son m uchísim os los sistem as ju ríd ic o s en los cuales la revisión de la sentencia siem pre es posible y no

pue-de hablarse pue-de in n u tabilidad pue-de la m ism a. (2 7 ).

Pe,ro la cosa juzgada es in h e re n te a la jusdicción. E l carácter de irre v isib ilid a d que da a las decisiones judiciales la au to rid ad

de la cosa juzgada, no aparece en ninguno de los otros m odos de actuación dei p o d er público. U na C onstitución puede. ser sustitu- íd a por o tra C onstitución; una ley puede ser derogada p o r otra ley; un acto adm inistrativo puede ser revocado por o tro acto ad-m in istrativ o ; un acto jurídico p riv ad o puede ser ad-m odificado y re- em plezado p o r otro acto ju ríd ico ; pero una sentencia p asada en

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autoridad de cosa juzgada, no puede ser sustituída, derogada n i re- vocada por o tra sentencia.

C onsiderando este problem a en sentido teleológico, la ob- servación de que la cosa juzgada es un fin de la ju risdicción,

resul-ta lim iresul-tativa de los propios fines dei E stado. Esto es asi, porque

la cosa juzgada p o r si m ism a no se ju stifica; su singular energia

vale como m edio y no com o fin.

El fin 110 es, p o r supuesto, la in m u tab ilid ad . Lo es la justi-

cia, la paz el ó rd en , la seguridad, es d e c ir los valores a los cuales

el derecho accede y sirve.

La función ju risdiccional en su eficacia es, pues, un m edis

de asegurar la lex conlinuitatis dei derecho. Y el derecho, a su

vez, es un m edio de. acceso a los valores que son, esos si, los que m erecen la tutela dei Estado.

Capítulo III

FORMA, CONTENIDO Y FUNCION DEL ACTO JURISDICCI0NA1. 12. — Análisis de los elem entos dei acto ju risd iccio n a l. La sola enum eración de los elem entos que com ponen el acte jurisdiccional es insuficiente p ara desp ejar las num erosas in certi- dum bres que éste trae aparejadas,.

Es necesario, en consecuencia, p u n tu alizar el significado d« cada uno de esos caracteres.

Pero previam ente debe despejarse la duda de si la ju risd icció n es una facultad o u n deber, punto que ha provocado ciertas perp leji- dades de d o ctrin a.

13. — L a jurisdicción como fu n c ió n .

Com encemos p o r sentar la proposición inicial de que la juri*- dicción es, en si m ism a, una función. Las definiciones legales que la conciben como una potestad (28), son erró n eas. No se tra ta sokt- m ente de un co n ju n to de poderes o facultades, sino tam bién de *b conjunto de d eb e res. P rivados los in d iv íd u o s de la defensa p o r mismos, decíamos, la jurisd icció n es un d eber de los agentes dei Estado, p o r delegación dei órden ju ríd ic o . El conjunto de facultade* o poderes y obligaciones o deberes, constituye la función.

Esa función tiene carácter p ú b lica. El Estado m oderno a« conoce ju risd iccio n es p riv ad as. Da validez al derecho disciplinar»» in terno de las organizaciones privadas, tales como el derecho ecle-siástico, el derecho d e las associaciones a sancionar la conducta da sus m iembros, el derecho deportivo que rije el juego v d iscip lin a internam ente la activ id ad de los deportistas, etc. Esto acontece porque el mismo ó rd en ju ríd ico que q u iere el fin debe acep tar lo«

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m edios. La lib ertad de cultos trae consigo la organización in te rn a de las iglesias o com unidades religiosas de los que profesan cu lto s. El fomento de la cu ltu ra física supone la aceptación de las reglas in ter- nacionales que rijen el deporte y h asta el p o d er d iscip lin ario de los jueces del juego du ran te la duración de los encuentros y en el lugar de las contiendas deportivas. (29) L a libertad de asociación com-po rta el derecho de los asociados de gobernarse a si m ism os en el órden in tern o asociacional. Pero en ninguno de estos casos puede hablarse de ju risd iccio n eclesiástica, jurisd iccio n deportiva o ju rís- dicción asociacional, dando al vocablo el sentido estricto que le cor-responde. E n ningún caso la décision de esas Uamadas ju risd iccio n es obliga al E stad o . No hay mas ju risd iccio n stricto sensu que la ju- risdicción p ú b lica del poder estatal.

14. — Los órganos y agentes de la jurisdiccion.

A dm itido que la jurisdiccion es u na función y no u n a sim ple facultad del p o d er público, agreguem os que esa función se realiza m ediante órganos idóneos. El órd en ju ríd ico que regula la organi-zación estatal, crea los órganos adecuados p ara el ejercicio de cada u na de las funciones públicas.

N orm alm ente los órganos de la ju risdiccion son los del P oder Ju d icial; p ero esta circu n stan cia no excluye que funciones ju risd ic- cionales pu ed an ser asignadas a o tro s órganos : Corte E lectoral, T ri-bunal de lo Contencioso A dm inistrativo, etc.

En todo caso, la función se realiza, en el estado dem ocrático, por in stítu ció n del órden ju ríd ico . L a justicia no se em ite en nom -b re del Rey, n i del P residente de la Repú-blica, ni del pue-blo. Se em ite en n o m b re de la soberania, esto es, del órden ju ríd ic o de la N ación organizada como tal.

La id eo n eid ad de los órganos supone la idoneidad de los agen-tes que desem penan los com etidos del órgano.

Esa id o n eid ad exije, ante todo, Ia im p arcialid ad . El juez de-signado ex p ost fa d o , el ja d ex in h a b ilis y el ju d ex suspectus no son jueces idóneos.

Una g aran tia m ínim a de la ju risd iccio n consiste en p o d er ale- jar, m ediante recusación, al juez in id ó n eo . Los ciudadanos no tie- nen un d erecho adquirido a la sa b iru ría del juez, pero tien en un de-recho ad q u irid o a la in d ependencia, a la autoridad y a la responsa- bilid ad del juez.

Estos dos elem entos, órganos y agentes, son req u erid o s por disposiciones constitucionales. La in d ep en d en cia del juez está ase- gurada m ed ian te les requisitos p ara su eleceión p o r Ia S uprem a Corte

de Ju sticia o la Asseblea General, com p rescid en cia de P o d er Eje- cutivo (a rts. 236 y 237); sus pro h ib icio n es e incom patibilidades

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ti-empo de su buena com portación (arts. 237, 243 y 246); Ia incolum i- dad de sus h aberesy su fijación por ei P o d er Legislativo (a rts. 238,

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).

La autoridad de los jueces está asegurada por el art. 168 in c . 23 que obliga al P o d er Ejecutivo a p re sta r el concurso de la íuerza pública a todo requerim ento dei P oder Ju d ic ia l.

La responsabilidad de los jueces se halla expresam ente in s-titu íd a en los a rts . 23 y 24, que luego de establecer su responsabi-lidad personal afiaden a esta la responsabiresponsabi-lidad dei Estado.

15. -— L a jurisdicción y el débito proceso.

La ju risd icció n se cum ple m ed ian te un adecuado p ro ceso . El proceso es u n a relació n ju ríd ica continuativa, consistente en un método de debate con análogas posibilidades de defensa y de p ru e- ba p ara am bas partes, m ediante el cual se asegura una justa decisión suceptible de cosa juzgada.

No todo debate es un proceso. No lo es ni el debate p arlam en - tario, ni la tram itació n ad m inistrativa. EI proceso jurisd iccio n al debe ser bilateral, con garantias de ser escuchadas am bas p arte s y con posibilidades eficaces de p robar la verd ad de sus proposicio- nes de hecho. (3 0 ).

La idea de proceso es, además, teleológica: apunta n ecesaria- m ente a la cosa juzgada. En esto difiere dei procedim iento, que es sucesión de actos, sin estar necesariam ente ligados al fin de la cosa juzgada. Todo proceso es un pro ced im ien to . No todo p rocedim ien-to es un proceso.

La g arantia dei proceso adecuado, surje dei art. 12 y sus con-cordantes, según los cuales, nadie puede ser penado ni confinado sin form a de proceso y sentencia legal.

La idea de un debido proceso se halla de tal modo a d scrita a l concepto m ism o de jurisd icció n que b u en a parte de las v acila- èxones de la d o c trin a provienen, como se h a dicho (31), de co n ceb ir como térm inos id ênticos, jurisdicción y processo.

16. — L a jurisdicción como pro d u cció n jurídica.

La función ju risd iccio n al asegura la vigência dei d erech o . La obra de los jueces es, en el despliegue jerárq u ico de p recep to s ju -rídicos, en el o rd enam iento norm ativo, un grado avanzado de la obra de la ley.

Los preceptos legales serían ilusorios si no h icieran efectivos, en caso de desconocim iento o violación, en las sentencias de los ju eces.

Esto no significa asignar a la ju risd ic ció n un carácter nece-sariam ente declarativo, como erroneam ente se sostiene por m u ch o s. La jurisdicción es declarativa y constitutiva al mismo tiem po.

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De-clara el derecho preexistente y crea nuevos estados jurídicos de cer- tidum bre y de coerción inexistente an tes de la cosa juzgada.

El com etido im ediato de la ju risd iccio n es decid ir conflictos y causas.

P o r conflicto se entiende toda p retensión resistida o to d a p re- tensión in satisfech a. P o r causas se entienden todas aquellas cues- tiones de hecho o de derecho que, no pudiendo resolverse m ediante los procedim ientos de autotutela o autocom posición (32), reclam an un p ronunciam iento de los órganos dei Estado.

No todo la función jurisd iccio n al supone la existencia de un conflicto. H ay intervenciones ju risdiccionales necesarias. P uede no ex istir, por ejem plo, pretensión resistid a o insatisfecha en m atéria de divorcio. P ero el divorcio no puede lograrss por autotutela ni autocom posición. La jurisdiccion p en al no es, tam poco, ju risd iccio n de pretensiones resistidas o in satisfech as. Eis ju risd iccio n tuitiva, necesaria, d eterm in ad a p o r la ley

Ese contenido, decíamos, consiste en d irim ir conflictos y en d ecid ir causas. El órden jurídico p riv a a los indivíduos la ju sticia p o r mano p ro p ia y la reenplaza p o r la ju sticia de la au to rid a d . Es indiferente que esto ocu rra em m a téria civel o penal; a p etició n de p arte o de oficio ; en form a pública o p riv ad a; p o r m étodo oral o escrito; m ed ian te jueces únicos o colegiados. Lo esencial consiste en que el ó rd en ju ríd ico no arbitre, fuere de los m edios que hem os denom inado de autotutela o de autocom posición, otro m edio de zan- ja r la d ificultad creada por la p rete n d id a violación de un derecho o por un estado de in certid u m bre ju ríd ic a .

17. — La cosa juzgada com o fin inm ediato de la jurisdic- c i ó n .

El objeto propio de la ju risd iccio n es la cosa juzgada. Este contenido no pertenece ni a la fu n ció n legislativa ni a la función ad m in istrativ a. Toda ley puede derogarse p o r otra ley. T odo acto ad m inistrativo puede reverse en su m érito, sin perjuicio de los de- rechos ad q u irid o s. No hay cosa juzgada adm inistrativa, en el sentido estricto de los térm inos: irrev isib ilid ad e in m o d ificab ilid ad abso-luta dei acto . Los actos ad m in istrativ o s irrevisibles p ara la adm inis- tración pueden ser siem pre revisados en el contralor ju risd iccio n al de los actos de la A d m in istració n .

La cosa juzgada es en, este ó rd en de elem entos, la p ied ra de toque dei acto ju risd iccio n al.

La d ificu ltad que existe, p o r ejemplo, en la d o ctrin a angloa- am ericana, d e configurar la noción de ju risdiccion (33), radica, en tre otras causas, en la in ex isten cia dentro de ese sistem a jurídico,

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los sistem as leg islativos que no tienen cosa juzgada, tam poco tien e» u n a id e a estricta de la función ju risd ic c io n a l.

Debem os afirm ar, rigurosam ente, y acep tan d o las co n secu en - cias de esta p ro p o sició n , que donde h a y cosa juzgada hay ju risd ic - ción y que d onde no h ay cosa juzgada no existe función ju risd ic c io -n al.

18. — C oncepción leleológica d e la ju risd ic tio n .

D eterm in ad a asi la estru c tu ra, e x tern a e in tern a, d el act» ju risd icio n al, falta to d av ia d eterm in a r sus fin es o efic iac ia : su fu n -ción . L a id ea de ju risd ic ció n , com o la de proceso, es esencialm ente

teleológica (34). L a ju risd ic c ió n p o r la ju risd ic c ió n no ex iste. Sók» existe com o m ed io de lo g rar su fin .

E l fim de la ju risd ic ció n es aseg u rar la efectiv id ad dei d erech o . En el despliegue je rá rq u ic o de preceptos, p ro p io de la n o rm ativ id ad , la ju risd ic ció n aseg u ra la co n tin u id ad d ei ó rd en ju ríd ico . Es, en ese sentido, un m edio de p ro d u cció n ju ríd ic a . E l derech o istitu id o en la C onstitucción se desenvuelve je rá rq u ic a m e n te en las leyes; el d ere-cho reconocido en las leyes, se hace efectivo en las sen ten cias ju d i- ciales. Esto aseg u ra no solo la co n tin u id a d dei derecho, sin o tam - b ién su eficacia n e c e s a ria .

Con ello, decíam os, el E stado cu m p le uno de sus fines p rim á -rio s. F u n ció n de la ju risd ic c ió n es, pues, re a liz a r el d erecho q u e el E stado debe a lo s in d iv íd u o s y aseg u rar su vigência en las situ acio - n es p a rtic u la re s.

P ara esto no se necesita, como se dice h abitualm ente, que el derech o hay a sid o atacado o violado. L as sen ten cias co n stitu tiv as y las de m era d ec la ra ció n no p resu p o n e n siem p re u n a v iolacion dei derecho, com o aco n tece en las sen ten cias de condena. Basta, pues, que la in te rv e n c ió n le los órganos co m p eten tes sea req u e rid a , p a ra que se cum pla la fu n ció n ju risd ic cio n al y sus fines se vean satisfe- chos. T am poco es n ecesario que la in te rv e n c ió n de la ju risd ic c ió n sea p ro ce d en te . E n num erosos casos, c u a n d o la sen ten cia d e fin itiv a rech aza la dem an d a, la ju risd icció n d e c la ra im p licitam en te q u e sa in terv en ció n era in n e c e sa ria y que la p rete n sio n del d em an d an te era in fu n d ad a .

S in em bargo en esos casos, aún cu an d o se d eclara q ue la in -terv en ció n de la ju sticia era in n e ce saria , la ju risd ic ció n cu m p le uno de sus fin es m as alto s: al actor de b u en a fe, le ha p e rm itid o agotar los m edios de que el derech o d isp o n e p a ra e je rc ita r su p r e -ten d id o derecho d án d o le la certeza de que sus razonez h an sid o es- cu ch ad as aunque no c o m p artid a s; al a c to r de m ala fe le h a b rá cas-tigado no sólo con el rech azo de la d em an d a sin o con el pago de los gastos que ella h a cau sad o ; al dem an d ad o , en uno y otro caso, le h a dado la certeza an siad a de su d ere ch o .

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Si estas h ip ó te sis se cum plen realm en te en la vida, es cosa d istin ta , de la q ue m as de u n a vez n o s hem os ocupado (3 5 ); pero p a ra el d erech o com o concepción sistem á tic a de un ó rden justo, estas pro p o sicio n es co n stitu y en u n a e s tru c tu ra n ec esaria.

C apítulo IV

E L ACTO JURISDICCIONAL LABORAL 19. — E l p roblem a de la ju risd icc io n laboral.

La d ific u lta d cien tífic a de d e lim ita r en sus ca racteres p ro p io s el acto ju risd ic c io n a l lab o ral, co n siste en que el derech o q ue rije

k>s fenóm enos dei d erecho dei trab a jo en las legislaciones m o d ern as

«o tien e aú n c o h e ren cia y u n id a d .

Las so luciones de em erg en cia p rev a lec en so b re las d e fin itiv a s ; la form a tu m u lto sa de p ro d u cirse el d erech o no siem p re co n sien te u n a visión c la ra dei m ism o; la n ec esid ad de alejarse de las solucio-nes co n sab id as dei derech o com ún, h ac e que se acuda n o rm alm en te a fórm ulas h íb rid a s, m ixtas de leg islació n , ad m in istra c íó n y ju ris- d ic c ió n .

El d e re c h o dei trab ajo se halla, en este sentido, en u n in sta n te h istó rico sem ejan te al que tuvo el d erech o civ il antes d ei siglo VI (527 a 565) d e la civ ilización ro m an a (3 6 ). En ellos, el d ere ch o p re- to rian o , esto es el d erech o a d m in istra tiv o local, d ab a so lu cio n es con v alo r de reg ia s g en erales. Sólo con el tran sc u rso dei tiem p o y al ser sistem atizad as esas soluciones y p u b lic a d a s m etodicam ente, el d ere-cho civil a d q u irió su actu al e s tru c tu ra ló gica. A ntes fué solo elabo- rac ió n e s p íric a de soluciones p a rtic u la re s .

El d ere ch o dei trab ajo m o d e rn o está fo rjando su m eto d iza- c ió n . Las ta re a s ya cu m p lid as son solo um m erito rio a n tic ip o de lo que sólo los siglos p o d rá n tra n s fo rm a r en d erech o co d ificad o , con e ierta validez g en eral y âm bito u n iv e rsa l de v ig ên cia (3 7 ).

D en tro de ese cuadro, la calific ac ió n de acto ju ris d ic c io n a l

e s u n a d ific u lta d re d o b la d a. Si b ie n es cierto que existen n u m ero sas

soluciones leg islativ as, no es p o sib le e x tra e r de ellas to d a v ia u n a n eta d istin ció n en tre ju risd ic c io n y ad m in istra c íó n . P o r lo dem ás, el âm bito d ei derech o ad m in istra tiv o lab o ral es am plísim o y en nu-m erosos casos él •constituye un v e rd a d e ro sqbrogado de la jurisdc-- c ió n .

Si a ello se agrega que en algunos sistem as ju ríd ic o s las so-luciones de la ju risp ru d ê n c ia tie n e n validez general, lo q u e asim ila v irtu a lm en te la ju risd ic c io n a la legislación, o cu rre que el esp íritu dogm ático d ific ilm e n te p o d rá h a lla r p u n to s firm es p a ra ap o y a r u n a

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concepción d o ctrin aria dei acto ju risd iccio n al en si mismo, in d is-pensable para p o d er elaborar num erosas soluciones p articu lares.

Procurarem os, en este capítulo, traz ar un cuadro general de los que denom inarem os, provisoriam ente, aclos jurisdiccionales m ix - tos, (38) es d e c ir, aquellos en los cu a le s la función ju risd ic c io n a l propiam ente dicha, in terfiere con la fu n ció n adm inistrativa y con la legislativa.

Esa tarea, apoyada necesariam ente en el derecho positivo uruguayo, p e rm itirá luego extraer algunas conclusiones ten d ien tes a delim itar los caracteres dei acto ju risd iccio n al laborai.

20. — P rocedim ienlos laborales sin juez p re e x iste n te . La g aran tia dei juez preexistente al proceso se halla in stitu í-da en el art. 19 de la C onstitución. L a p rohibición de juicios por com isión supone que todo un conflicto debe ser dirim ido p o r un juez designado antes dei mismo y no ex post facto.

Pero existen leyes que instituyen jueces con p o sterio rid ad al conflicto. Tal es el caso de la ley 9.910 que regula el trabajo a do-m icilio y que en su a rt. 6 instituye Codo-m isiones de Salarios p ara fijar retrib u cio n es al referido tipo de tra b a jo . D icha ley se halla vi-gente en lo p ertin en te, en v irtu d de lo establecido en el a rt. 36 de la ley. 10.449, que instituyó los Consejos de Salarios.

Tam bién la aludida ley 10.449 sobre Consejos de Salarios, in s-tituye jueces posterio res al conflicto, pues los Consejos de Salarios se instalan, precisam ente, para resolver las diferéncias que sobre salarios de trab ajad o res existan en los diversos grem ios del p ais.

Nadie h a planteado, que sepamos, hasta el m omento, la in- constitucionalidad de la ley 10.449 p o r violación de la g aran tia cons-titucional que p ro h ib e juicios p o r co m isió n . No creemos, p o r o tra p arte, que una tésis de esa índole llegara a p ro sp erar (39).

Pero a los efectos de este estúdio, debe registrarse la circ u n s-tancia singular d e que uno de los elem entos de form a propios y es-pecíficos de la ju risd icció n , desacarece en el caso exam inado.

No creem os que los Consejos de Salarios sean órganos de la ju risd icció n . C arecem de m uchos de los otros elem entos de sustan- cia y de función que aqui se vienen exp o n ien d o . P ero creem os que ellos son, en m a teria de salarios, subrogados de la ju risd ic ció n . Actúan en m ateria que la ley h a su straid o a la función ju risd iccio - nal (4 0 ).

C orresponde, en consecuencia, re g istra r la antinom ia, y la dificultad técnica in h eren te a ella, de que un órgano que, en cierta inateria sustituye a la ju risdicción del Estado, carezca, sin em bargo, de uno de los elem entos específicos de esa actividad estatal.

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21. — P rocedim intos laborales sin jueces idôneos.

A la g aran tia constitucional dei juez preexistente, se sum a la garan tia legal dei juez idóneo.

Los litig an tes tienen derecho a ser juzgado p o r jueces que no lengan causal de im pedim ento (judex inhabilis) ni de recu sacián

(ju d e x s u s p e c lu s ) .

Esa g ara n tia tiene un am plio estatuto legal, contenido en los arts. 783 a 827, C .P .C . (41).

Pero acontece que en m atéria laboral, las dos aludidas leyes 9 .9 1 0 y lo. 449, instituyen agentes subrogados de la jurisdicción, extraídos de las propias partes in teressad as. Los tribunales p arila- rios de salarios, cum plen su com etido no obstante ser jueces m anda- tarios de sus sectores sociales. Son, p o r lo tanto, jueces im pedidos por tener in te ré s directo en el asunto.

Debemos sostener aqui la m ism a tésis dei parágrafo prece-dente. No creem os que los Consejos de Salarios cum plan función ju risd iccio n al en sentido estricto n i que los m iem bros de los

Con-sejos sean jueces dei E stado. P ero no podem os negar que su o tra subroga o su stitu y a la jurisdicción o rd in aria y que h ab ría derecho a exigr que, en cuanto tales organism os reeplazan a la jurisd icció n , debieran rev e stir las m ism as g aran tias propias de esta.

Los delegados dei P oder E jecutivo en los Consejos. que tienen sobre sí la tach a de. jueces ex p.ost facto, no tienen en cam bio la de jueces inhabilis. Pero los delegados de los grêmios, adolecen de esta circu n stan cia.

Otro de los elem entos form ales de la jurisdicción com ún de-saparece así dei cuadro general de soluciones propias de la ju risd ic-ción loboral.

22. — P rocedim ientos laborales sin la garantia de debito p r o c e s o .

La g ara n tia dei debito proceso se halla consignada en diver-sas disposiciones constitucionales, de las cuales la fundam ental es la co n tenida en el art. 12

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U na larg a tra d ic ió n senala com o m ín im o de co n d icio n es p a r a

que. esta g aran tia se realice efectiv am en te en el ó rd en ju ríd ic o , l a

ex isten cia de u n a razonable p o sib ilita d de exp o n er las resp e c tiv as p retensiones ju ríd ic a s dei d em an d an te y d ei dem an d ad o y u n a o p o r- tu n id ad ad ecuada p a ra su m in istra r las p ru e b a s de esas p rete n sio n e s. No hay, p ara ello, fó rm ulas n ec esarias. E l concepto de la S u p rem a Corte de los E stad o s U nidos, h is day in Court, la po sib ilid ad d e d i s -

p o n er de un d ia p a ra que el trib u n a l escu ch e con calm a, vale com « fórm ula genérica, h a s ta tanto no se a d q u ie ra m ayor p recisió n (4 2 ).

P ero el d e re c h o dei trab ajo lu ch a con u n a ad v e rsid ad . M ien- tra s el em p lead o r puede, norm alm ente, esp erar, el tra b a ja d o r n a puede esp e ra r (43) .

De aqui su rje que el legislador frecu e n tem en te se lance a fó r-m ulas que ab rev ien los plazos procesales y frecuen ter-m en te h a s ts los su p rim a n . Más d e u n a vez no sólo se re d u c e n los térm in o s de ga-ra n tia dei proceso, sino que h asta se o m ite el proceso m ism o.

De aqui su rg en nu m ero sas c o n tra d icc io n e s con la n ec esid ad de aseg u rar la n e c e s a ria b ila te ra lid a d dei d erech o y el c a rá c te r fo r-m al dei debito p ro ceso , p ro p io de la ju ris d ic c ió n .

Valen com o ejem plo de este ú ltim o los num erosos casos ya citad o s en que se h a su p rim id o todo p ro ce so p a ra Ia d e te rm in a c ió a dei salario, y se h a p ro ced id o d irec tam en te a establecerlos p o r le y .

A título de sim p le en u n ciación, p u e d e n c itarse las leyes 8 .0 5 4 que fija salarios p a r a los cap ataces de a d u a n a ; 8.645 q ue fija u n sa-lario m ínim o p a ra los ob rero s de los frig o rífic o s encargados d e la descarga de b u q u es; 10.434 que fija sa la rio s p a ra los ob rero s d e la co n stru c ció n ; 10.489 que au m enta con c a rá c te r general, los sa la rio s

de los em pleados d e co m ercio ; 10.495, q u e da retro ac tiv id ad a la ley a n te rio r; 10.544 que fija salario s p a ra los o b rero s dei c a b o ta je; 10.617 que fija sa la rio s p a ra los ob rero s de la co n stru c ció n ; 10.693 que aum enta p ro v iso riam en te los salario s de los trab a jad o re s en m ad era de la co n s tru c c ió n ; 10.698, que fija salario s de clo aq u istas y plom eros; 10.722 que fija salario s de esq u ilad o res; 10.809 q u e fija salarios de los trab a jad o re s ru ra le s; 10.844, establece rem u n e - ració n p a ra esq u ilad o res; 10.874 d eterm in a salarios p a ra los o b re -ro s de la in d u stria frig o rífic a ; etc.

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C uando se slgue de ce rca la elab o rac ió n legislativa de estos textos, se ad v ierte que la m ay o ría de ellos h an surgido con ocasió n áe huelgas a las q u e el legislador h a p u esto fin satisfacien d o las de-m an d as o b re ra s. E n algunas o p o rtu n id a d es esa satisfació n es p a r-cial y la ley re su lta um v erd ad ero in stru m e n to de co n ciliació n e n tre las reiv in d ica cio n es de los trab a jad o re s y la ac titu d p a tro n a l. P ero en m as de un caso, la ley no es co n c iliato ria , sino q ue p u ra y sím - plem ente d irim e el con flicto accedien do a lo p ed id o por los obre- ro s.

E sta ú ltim a situ ació n crea pro b lem as de tal m agnitud q u e des- b o rd an los lim ite s de este ensayo.

P o r lo p ro n to es de todo ev id en cia que la solución co m p o rta la decisión de u n litig io en tre p artes, sin u n a sola de las g a ra n tia s de la ju r is d ic c io n . L a ex p e rien c ia d ic e que la situ ació n es, los he- ehos, m enos g rav e d e lo que p are ce p a ra el derecho,. Todos esos

au-m entos de sa lario s h an sido ab so rb id o s p o r el consuau-m o y no se re- g istra n casos im p o rta n te s de que las em p resas afectadas p o r ellos h ay an ido a la q u ie b ra . P ero el in stru m e n to es de ta l m an era peli-

groso que no se p u ed e ju rg ar con él. Mas de u n a vez el au m en to de salario s colide co n un p recio topo fija d o p o r ley e p o r d ec reto dei P o d er E jecu tiv o . T am bién la e x p e rie n c ia d ice que en m as de u n a •p o rtu n id a d el costo fijado p o r el sa lario excede dei p recio d e v en ta

fijado o ficialm en te. H ay entonces, v e rd a d e ra co nfiscación, ex p ro - p iació n sin in d e n iza ció n , en c o n tra de lo in stitu íd o p o r el a r t. 32 de la C o n stitu c ió n .

P ero no son estos los ú n ico s casos en los cuales el ap rem io legislativo y la n ecesid ad de quem ar etap a s en p ro cu ra de u n a solu-ción o p o rtuna, llev a a violar la g a ra n tia dei proceso debid o .

Las leyes q ue fija n los p ro ce d im ie n to s p ara la im p o sició n de m ultas, establecen m as de u n a vez so lu cio n es p riv ativ as de la g a ra n -tia dei debido p ro ce so . Así, siem p re a título de ejem plo, la ley 10.449 que estab lece m ultad a d m in istra tiv a s in ap elab les; 10.644 que fija el p ro ce d im ie n to dei a rt. 211, C PC . p a ra la ejecución d e los laudos de consejos de salario s y asig n acio n es fam iliares; d ec reto s de 24 de setiem b re y 10 de noviem bre de 1944, p a ra cobro de m u ltas p ro v en ien tes de in fra c c io n e s.

E n algunas de esas leyes, com o la 10.644 no sólo se h a n re- áu cid o las etap as dei proceso de ejecución, sino que se ha su p rim id o todo el proceso de co n o cim ien to y re d u c id o el de ejecución a u n a sim ple en ag en ació n coactiva de los b ie n e s d ei d eu d o r sin u n a sola p o sib ilid ad de a u d iê n c ia p a ra d e fe n d e rse . E l p ro ced im ien to d ei a rt. 211, CPC. no es p ro p iam en te una via d e ejecución, en la cu al, p o r regia general, en n u estro d erecho, sie m p re existen p o sib ilid a d es de defensa en los casos ex trem o s. Es u n a sim p le v ía de desap o d eram i- •n to y venta co a ctiv a dei p atrim o n io dei d eu d o r.

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En n u estro concepto tam bién esta solución es in c o n stitu c io -nal .

A greguem os, luego de h ab er sen tad o la tèsis de d o c trin a que nos parece co rre c ta , que tam bién la ex p e rien c ia h a q u itad o en tid ad a esta situ ac ió n . No se h an p ro d u cid o , en los hechos, co n secu en cias irre p arab les d e la grave solución leg al. Mas grave h u b ie ra sid o p e

r-m itir al d e u d o r p ro lo n g ar in d e fin id ar-m e n te con recu rso s d ilato rio s la ejecución d e los laudos y el co b ro de salario s de los tra b a ja d o re s . P ero e1 h ec h o de que h asta a h o ra no se h ay a n p ro d u c id o casos de in iq u id ad , no sig n ifica que no p u ed en p ro d u cirse en el futuro. T o da ley in c o n stitu cio n a l es un a rm a carg ad a que ap u n ta al pecho de los c iu d a d a n o s. N adie sabe si no p o d rá un d ia d is p a ra r en su c o n tra . V elar p o r su co rrecció n an tes de que los m ales se p ro d u zc an irrem e d iab lem e n te, es un d eb er cív ico no solo dei ju rista, si no tam -b ién dei p ro p io ciu d ad a n o .

23. — P ro ced im ien to s laborales sin decision de c o n flic to s. El c o n te n id o n o rm al dei acto ju risd ic c io n a l es, d ecíam o s, di-rim ir co n flicto s y d e c id ir las cau sas en que la in te rv e n c ió n de los órganos ju d ic ia le s sea n ecesaria.

P ero o c u rre en m a teria del trab ajo , que en d e te rm in a d a s si- tuaciones, los órg an o s dei P o d er p ú b lic o deben p ro c e d e r e x o fficio aun cuando las p a rte s se hallen de acu erd o y ningún co n flicto apa-ren te existe e n tre ellas.

Así aco n tece con el a rt. 8 de la ley . 9.910 que reg u la la re- trib u ció n d el tra b a jo a d o m ícilo. D isp o n e diclio texto q ue las reso- luciones so b re salario s “p o d rán se r rev isad as de oficio”, lo que sig-n ific a que sig-n i siq u iera es sig-n ecesaria la d esig-n u sig-n cia o p etició sig-n de p arte in teresad a, p a ra que la C om isión de S alario s p ro ced a a d ism in u ir o au m en tar las retrib u c io n es de los tra b a ja d o re s.

T am b ién se p ro ced e de o ficio en m a teria de a c cid en te s dei trab ajo , en el a r t. 30 de la ley. 10.004 y en los a rts. 5 y 15 de la le y . 10.449 en m a teria de co n stitu ció n de Consejos de S alario s y au-m ento de sa lario s fijados p o r d ic h o s Consejos cuando, en concepto dei P o d er E jecu tiv o no alcanzan a c u b rir el salario m ín im o estable- cid o co n cep tu alm en te p o r la ley.

E sta c irc u n s ta n c ia no debe p ro d u c ir extraneza, y a q u e el p ro - ceso civil, la b o ra i, penal o de m en o res de c a rá c te r in q u isito rio , co

r-resp o n d e aú n en aquellos casos en que las p artes están de ac u erd o . E l precep to u b i partes su n t co n co rd es n ih il ad ju d icem p ro p io dei d erecho p riv a d o , no tien e in te rv en ció n en aquellos casos en los cuales existe un in te ré s social a tu te la r.

R egistram os, pucs, la au sên cia d e conflicto ap a ren te com o una anom alia dei acto ju risd ic cio n al lab o rai, en co m p arac ió n con el

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civ il. P ero no estraem o s de esa co m p arac ió n n in g u n a co n secu en cia especial, ya que esa solución debe re p u ta rs e n orm al y n ec esaria en esta clase de asu n to s.

24. — P ro ced im ien lo s laborales sin cosa juzgada.

Como lieinos ten id o o p o rtu n id ad d e su b ray arlo en o tra o p o r- tu n id a d (44), la cosa juzgada p ro p ia del p roceso civil, altera su sig-nificad o y ex ten sio n en m a teria de d ere ch o del trab a jo .

N a ley . 9 .9 1 0 en su a r t. 8 estab lece que “las reso lu cio n es sobre fijaciôn de salario s no cau sarán estad o y p o d rán ser re v isa d a s de oficio e a p e tic ió n de p arte in te re s a d a ” .

L a ley 10.449 in stitu y e p ara los lau d o s de los Consejos de Sa-lario s u n a cosa ju zg ad a p rovisional, con u n a d u rac ió n m ín im a de un ano.

E n m a teria de accid en tes del trab a jo , siguiendo u n a c o rrie n te legislativa u n iv ersal, las sen ten cias n u n c a h acen cosa juzgada en cuanto a im p e d ir la rev ision del fallo en caso de reag rav ació n del dano su frid o p o r el trab ajad o r, según e l a rt. 41 de la ley 10.004

E n todos esto s casos, cuando es po sib le h ab lar de cosa ju z-gada, sólo debe h a c e rse en el sen tid o de cosa juzgada form al, vale d ecir, la d ictad a rebus sic sta n tib u s. M odificada su stan cialm en te la situ ació n de h ech o s que se tuvo p rese n te al d ecid ir, co rresp o n d e la rev isio n del fallo, sin que la cosa juzgada sea un obstáculo p a r a su in o d ific a c ió n .

T am bién en esta m ateria, pues, un atrib u to p ro p io de la ju- risd ic ció n , ap arece gravem ente d efo rm ad o en el acto ju risd ic c io n a l la b o ra l.

C apítulo V

EL CONCEPTO DE JU M SDICCIÓ N LABORAL 25. -— E lem en to s de la ju risd icc ió n laboral.

L legada esta ex p o sició n a este p u nto, co rresp o n d e p o n erle fin volviendo a las p re g u n ta s in ic ia les.

Cabe p re g u n ta rs e o tra vez: Cuáles son los elem entos que ca- rac teriz an el acto ju risd ic c io n a l lab o ral ? E s este d iferen te dei acto ju risd ic cio n al com ún ? Si no lo es cuáles son sus elem entos d iferen - ciales ?

A m odo de co n clu sio n , resp o n d em o s que no existe d iferen c ia dogm ática en tre el acto ju risd ic cio n al com ún y el acto ju risd ic cio n al la b o ra l. Lo que ex iste es u n a d iferen c ia de estru c tu ra, de ex tension y de fu n ció n . P ero no v a ria n i la esen cia n i el fin ú ltim o .

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26. —- F orm a de! acto ju risd iccio n a l laborai.

N orm alm ente la ju risd icció n la b o ra i fu n cio n a con arreg lo « las form as de la ju risd ic c ió n co m ú n . Los órganos, los agentes y el procedim icnto son h ab itu alm en te los m ism os. Las dos m a n ifesta - ciones de la ju risd ic c ió n son, pues, en la g en eralid ad de los casos, iguales en tre s i.

Pero h a y p ro ced im ien to s la b o ra les sin jueces p reex isten tes, sin jueces id ó n eo s o sin p ro ced im ien to d eb id o . En este caso, si falta rad icalm en te u n o de esos elem entos, el acto no puede ca lific arse de ju risd ic cio n al y no co rresp o n d e a p lic a r e las decisiones que se em i- tan, los atrib u to s y consecuencias p ro p ia s de los actos de esta ín -d ole. P ara v o lv er sobre el ejem plo in ic ia l, la rév ision ju -d ic ia l -de los fictos ad m in istra tiv o s.

Debe lla m a rse la atención que en alguna o p o rtu n id a d , com o en el caso de lo s Consejos de Salarios, esos órganos no ju risd ic cio n ale s son v erd ad ero s subrogados de la ju ris d ic c ió n . T al com o decíam os, si un tn ib a ja d o r acr.diera a ia ju ris d ic c ió n o rd in a ria a p e d irle la révision de lo d ec id id o p o r el Consejo de S alarios de su grem io, la ju risd icció n o rd in a ria debe p ro cla m ar su in co m p eten cia ab so lu ta. E l Consejo de S alario s ac tù a com o v e rd a d e ro subrogado de la ju ris-d icció n y sus ris-decisio n es sólo aris-d m iten rév ision en los té rm in o s ris-de la le y . 10.449.

P o d rá, en cam bio, ser objeto de c o n tra lo r ju risd ic c io n a l a cargo del T rib u n a l de lo C ontencioso A dm inistrativo, la d écisio n fin al que p ro fie ra el P o d er E jecuiivo cu an d o se h u b iere ap elad o el laudo del C onsejo de S alarios, p o rq u e esa d écisio n es u n acto tip i-cam ente a d m in istra tiv o . Pei’O la d éc isio n del Consejo de S alarios tom ada p o r u n an im id a d , es in ap elab le y no tiene m as p ro c e d im ie n -to de rév ision q u e el establecido en la ley cuando el salario n o cu b re el concepto d e salario m ín im o . P ero a los efectos de la d ism in u ció n

del salario, e d e su elavación en o tro s casos, la ju risd ic c ió n o rd in a -ria es ab so lu tam en te in co m p eten te ra tio n e m ate-riae.

Es d u d o sa, decíam os, la c o n stitu c io n a lid a d de sem ejan ie so- lu c ió n . P ero diez afîos de vigencia de la m ism a hacen v irtu a lm en te im pqsible la rév isio n de este co n c ep to . Las razones de esta co n clu

-sion p erte n ce n m as a la sociologia que al derech o (4 5 ).

Esta c irc u n s ta n c ia no s lleva a co n clu ir, resp o n d ie n d o al p ri- m ero de los p u n to s que nos hem os p ro p u esto contestar, que a p esar de las a p a rien c ias, no ex isie d ife re n c ia de form a en tre el acto ju ris -d iccional com ún y el acto ju ris-d ic c io n a l la b o ra l. Las fo rm as -de este últim o son m as ex tran as, a veces ex tra v ag a n tes; pero ello acontece porque aún no nos hem os fam iliarizad o b astan te con ellas. Ya nos irem os ad a p ta n d o . P ero en el ex ám en de las m ism as, no se puede olvidar que siem p re será in d isp en sa b le u n m in im u n de g a ra n tia s.

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P artic u larm e n te en cuando atane al d eb id o proceso, es m e n ester con-c lu ir que n a d a deroga el precon-cep to con-co n stitu con-c io n al que lo exige antes de toda p ena, cond en a o c o n fin a c ió n .

No h ay , p a ra el d ebido p ro ceso , com o queda diclio, form as sacram en tales; p ero h ay form as.

Al ex ám en de esas form as d eb e ap licarse cu id ad o sam en te el jtirista p a ra estab lece r si, m ed ian te su supresión, se h an v io lad o las g ara n tias m ín im as que el ó rden ju ríd ic o procesal req u ie re p a ra que h aya ju risd ic c ió n p ro p iam en te d ic h a .

Si esas g ara n tias h an sido su p rim id as, es m en ester c o n c lu ir: o que el acto no es ju risd ic cio n al, sino ad m in istrativ o y en to n ces siem p re se rá ad m itid a la rev isión ju risd ic c io n a l p o ste rio r; o que, su p rim id a esa rev isió n , la ley que d a validez al acto sin las g aran -tias form ales m ín im as de jueces p ree x iste n tes, idóneos, in d e p e n d ie n - tes y resp o n sab les y sin debido p ro ceso , es in c o n stitu cio n a l.

27. — C ontenido dei acto ju risd iccio n a l laborai.

T ainpoco existe, en nu estro con cep to , d iferen cia de co n ten id o en tre los acto s de la ju risd ic ció n lab o rai y los de la ju risd ic c ió n o o m ú n .

Lo q ue el in té rp re te debe c u id a r es no a trib u ir sig n ific ad o ju risd ic cio n al a todos aquelios p ro ce d im ie n to s de tipo a d m in is tra -tivo o aún leg islativ o que d iriin en co n flicto s dei trab ajo sin las ga-ra n tia s de la ju risd ic c ió n .

Esos acto s no son ju risd ic cio n ale s, sino ad m in istra tiv o s. E n todo caso, la d ecisió n ad m in istra tiv a p u ed e ser som etida al p ro ce - d im ien to de re v isió n a cargo dei T rib u n a l de lo C ontencioso A dm i-n istrativ o , ii-n s titu íd o ei-n los a rts. 307 a 321 de la C o i-n s titu c ió i-n .

A esto se re sp o n d e rá que m u ch as veces ese recu rso a p o sterio

-ri es ta rd io y q u e la eje c u c ió n dei a c to p r o d u c ir á c o n s e c u e n c ia s ir re -

p ara b les. A es a objeción puede co n testarse ad u cien d o q u e todas la leyes esp eciales de esta m atéria p ro v ee n la solución n e c essaria de la

suspensión p re v e n tiv a dei acto a d m in istra tiv o en casos graves.Y si a esto se c o n te sta ra en nom bre dei h ec h o cierto de que n i lo s jueces o rd in á rio s ni el T rib u n al h an h echo uso de esa p rerro g a tiv a , debe- rá resp o n d erse, p a ra co n cluir, que es esa u n a de las tan tas falias de Ia org an izació n ju ríd ic a dei E stado y que, en el sistem a d em o crático de gobierno, el in d iv íd u o iien e en las u rn a s y en las trib u n a s lib res, un m edio leg ítim o de lucha co n tra el ó rd e n in stitu cio n al v ig en te que c o n tra ria sus sen tim ien to s elem entales de ju stic ia . P or o tra p arte, la falta de uso o el uso ex cesivam ente cauteloso de u na p re rro g a ti-va p o r p arte d c los trib u n ales, sie m p res es un m al m en o r que el que su rg iria de un uso excesivo de esa facu ltad que eje rc ita d a en form a d esm esu rad a, p o d ría llegar a p a ra liz a r la acción a d m in istra

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-tiva. Seria esa una nueva forma de g o b ie r n o d e los jueces m u ch o

más grave que cualesquiera otra de las que le procedieron. 28 — F ujición dei acto ju r is d ic c io n a l laborai.

Tampoco existe diferencia de fu n ció n entre la jurisdicción com ún y la la b o r a i.

Ambas sirven a valores tutelados por la Constitución y ambas aseguran la “lex co n tin uitatis dei” derecho en sus respectivas sendas. Fin mediato de la jurisdicción común es asegurar el patrimonio, la familia, la libertad ind ividu al y ciertos b ien es inmateriales c o n s ig -nados como objeto de protección jurídica en los arts. 7, 11, 15, 17, 32, 33. 40 y 41 de la Constitución. La jurisdicción laborai, p or su parte, tutela el trabajo, que según cl art. 53 de la Constitución “es-tá bajo la protección de la le y ” a los efecto s de asegurar la libertad dei m ism i, sudistribución imparcial y equitativa (art. 55), la organi- zación de los trabajadores (art. 57), la in d ep en d e n c ia de la c o n c ie n - c ia moral y c ív ic a dei trabajador (art. 5 4 ), el derecho de huelga (art. 57), e t c . ( 4 6 ) .

Ambas ju risd ic c io n e s apuntan, pues, a un fin que es el de afianzar la justicia, asegurar la paz, el orden, la seguridad, com etid o s prim ários dei E stado, en sus respectivos sectores.

Acaso si alguna diferencia de jerarquia hubiere de advsrtirse entre uno y otro órden de funciones, siem pre la supremacia será en el órden trabajo. La propiedad se pierde y se recupera; pero el tiem po de vida d e d ica d o al trabajo es irrevelrslble y la injusticia que durante él se co m eta es injusticia que dificilm en te la vida reparará mas tarde.

El acto ju risd iccio n a l laborai y el com ún constituyen, pues, dos esp ecies de un m ism o género: la ju risd icció n . Sus caracteres d ife- renciales son de carácter externo, no su sta n cia l. Sólo la forma va-ria, no se alteran, en cambio, nila sustancia ni la fu nción.

En el tumulto dei mundo contem porâneo, frente a la febril elaboración de este nuevo derecho, sólo las formas nos d e fie n d en . Elias son, como d e c ía (Ihering 47), las herm anas gernelas de n u es- tra libertad: d ie rÁ e id d in g s sc h w e ste r d e r F reih eit. De aqui fluye la conclusión de que la inisma estructura que oprime es la que libera. En la vida libre, las formas son una o p resió n ; en la vida de opre- sión por violentas realidades econ óm icas y sociales, son las m ism as formas el instrum ento de nuestra lib era ció n .

N O T A S

(1) A sí, en A l g u n a s n o c io ii e s f u n d a m e n t a l e s d e i d e r e c h o p r o c e s a l d e i t r a b a j

u ltim a m e n te en E s tú d i o s d e derecho p ro c esa l c iv il, t. I, p . 271 y sig ts. j tu

S o lu c iò n p o l í t i c a y s o l u c i ô n j u r i s d i c c i o n a l d e l o s c o n f l i c t o s d e i t r a b a j o , e n 1»

R e v ista — Derecho L a b o r a i , t . I, p . 8 . E ste t r a b a j o a p a re c e re p ro d u c id o ?n E s tu-

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