LAS VITAMINAS
Se ha dicho que “la mitad de la lucha del hombre es una contienda por la alimentación. ’ ’ Esto es esencialmente verdad y bajo todos aspectos el alimento que el hombre consume constituye un asunto de primera importancia. La comprensión de los principios generales en los cmales se basa la selección de una dieta bien equilibrada, desde un punto de vista inteligible, es evidentemente de sumo interés para cada uno.
En los últimos aííos ha aparecido una palabra nueva para definir una cosa esencial de la dieta del hombre, hasta ahora desconcida. En verdad la palabra ‘ ‘ vitamina ’ ’ es ahora de uso, completamente común y ha llegado a la escena donde puede verse expuesta en anuncios dudosos, los cuales ofrecen artículos que afirman contener esta sub- stancia maravillosa, la cual es tan necesaria para nuestra salud y vigor.
i En que consiste la substancia “vitamina” y que efectos produce? Esta palabra se ha formado de dos voces, “vita” que significa vida, > “amine” que es una expresión química usada para definir cierta clase particular de substancias, que son básicas en acción y contienen nitró- geno. En su origen la palabra se deletreó “vitamine” y aún hoy con frecuencia suele escribirse de la misma manera. Sin embargo, como no conocemos la composición química de las referidas substan- cias y como no podemos demostrar que están compuestas de ‘ ‘ amines” en ninguna forma, esa escritura debe censurarse.
Para tener cualquier idea clara sobre el carácter de estas snbstan- cias es necesario primero revisar una poca de historia, que es al mismo tiempo interesante é informativa.
Antes de los últimos años, y gracias principalmente a métodos labo- ratorios destinados al estudio de la nutrición, habíamos adquirido al- gunos principios básicos muy importantes con relacien a nuestras comidas, Estos principios son todavía fundamentales y exactos aún en la actualidad.
Habíamos aprendido que nuestro alimento debería componeras de hidratos de carbono, o almidones, y de grasas y proteínas, llamados colectivamente “alimentos nutritivos orgánicos.” Habíamos también sabido que estos diversos componentes deberían suministrarse en propias cantidades, ambas relativas y absolutas. Habíasenos enseñado que parte de nuestra provisión alimenticia era necesaria para la producción de energías, las cuales habíamos aprendido a medir por medio de calorías, palabra familiar para todo el mundo. Habiamos
adquirido también el conocimiento de que algunos de estos compo- nentes eran necesarios para sostener el crecimiento y mantener la nutrición del cuerpo. Habíamos aprendido igualmente la necesidad de varías sales minerales y conocido muchos otros factores de menor importancia.
En época más reciente hemos descubierto principalmente por medio de experimentación animal, otro hecho importante con relación a las proteínas en nuestra dieta. Averigubse que las proteínas difieren muchísimo en su valor nutritivo y de que no solamente debe tener el cuerpo su propia cantidad de proteínas por día, sino que es completa- mente delicado en la clase de proteínas que exige. Este es un hecho sumamente significativo que quizá no es apreciado por la generalidad.
Estos hechos y algunos otros de menor importancia, suponían hasta el año 1911, expresar completamente la base de guía para la selección de nuestros alimentos.
En seguida vino la introducción de la hipótesis vitamina, la cual no ha cambiado estos principios básicos; sino que ha aumentado nu- estro conocimiento y ha afiadido un factor adicional de gran ímpor- tancia.
i Cómo llegamos a la hipótesis vitamina? Nuestra primera sospecha sobre la existencia de tales substancias se derivó del estudio de una enfermedad, la cual especialmente prevalece y es de gran importancia en el Este, conocida con el nombre de beriberi. Se desarrolla entre gente cuya dieta consiste principalmente en arroz y su origen dietético se ha sospechado durante varios años. Cerca del año 1896, un médico holandcs llamado Eijkman, descubrió en Java más o menos accidentalmente, que los pollos alimentados con arroz pulimentado desarrollaban una enfermedad semejante, y más tarde determinó que esta enfermedad probablemente no se debía en gran parte a la comida del arroz, sino a la comida del arroz que había sido pulimentado, con la remoción dè su envoltura exterior color moreno. En otras palabras, fue la falta de alguna substancia ocasionada por el pulimento de arroz lo que hizo enfermarse las aves de un mal especial.
El asunto atrajo la atención, y más tarde un químico polaco llamado Funk, empleó mucho tiempo intentando aislar de los pulimentos de arroz la substancia pura que se suponía existía en ellos, y la cual impediría el desarrollo de la enfermedad. Después de mucho trabajo pensó que había obtenido esta substancia en forma pura y la llamcí “vitamíne.”
Describící tambien ciertas enfermedades (que eran bien conocidas) como ‘ ‘ las enfermedades de deficiencia,” porque pensó que estas
enfermedades eran orginadas por la falta de esta rara substancia en la dieta, a la cual llamó “vitamine.”
Entre tales enfermedades colocó el beriberi, el escorbuto, el ra- quitismo, y la pelagra. Pensaba que todas estas enfermedades se debían a la falta de una substancia determinada en la dieta de las personas que sufrían de ellas, y creyó que suministrando esta sub- stancia a los enfermos, podrían curarse ó evitar la enfermedad.
Las investigaciones hechas por Funk y por algunos otros posterior- mente, han demonstrado que sus ideas no eran completamente exactas.
En conexión con el estudio del beriberi de “las enfermedades de deficiencia ’ ’ se continuó otra serie de experimentos por varios investi- gadores, especialmente en este país, la cual consistió en la alimenta- ción de animales por medio de substancias alimenticias purificadas, la que teóricamente satisfizó todos los requisitos de la nutrición y del rrecimiento, pero que actualmente ha resultado deficiente. En otras palabras, descubrióse que la alimentación de animales en lo que se juzgaba como una ración bien equilibrada, no suministraba siempre todo lo necesario para la nutrición y el crecimiento. Estas investiga- ciones aumentaron el conocimiento adquirido del estudio del beriberi y de otras ‘ ‘ enfermedades de deficiencia. ’ ’
Como resultado de este estudio y de otros semejantes, descubrióse finalmente que existían ciertos factores dietéticos accesorios sin iden- tificación y enteramente indispensables para la nutrición y el creci- miento. Llámanse vitaminas. Estas substancias son completamente esenciales para la dieta del hombre. Todas ellas parecen ser seme- jantes por su gran potencialidad en cantidades muy pequefias. Hasta la fecha no ha sido posible su separación química en forma pura y no pueden identificarse, excepto por medio de efectos fisiológicos. Están esparcidas en la naturaleza y aparecen en un gran número de artículos alimenticios.
Hasta la epoca actual cuatro de estas substancias han sido conocidas, y es posible la existencia de algunas otras. No se les da ninguna denominación, sino que se clasifican alfabéticamente, y se llaman vitaminas A, B, C, y D. Por ejemplo, el escorbuto se debe, según se cree, a la falta de la vitamina C, la cual SC encuentra en abundan- cia en el zumo de la fruta nueva y en las legumbres frescas de muchas clases; el raquitismo cree deberse a la falta de la vitamina A, en la cual abunda especialmente el aceite de hígado de bacalao; el beriberi cree deberse a la falta de la vitamina B ; y así sucesivament,e hasta el final de la lista. No se conoce bastante acerca de estas substancias para que podamos justificarnos al hacer declaraciones bien definidas con relación a su carácter y a la exactitud de su acción; pero no puede
ponerse en duda por más tiempo el hecho de que tales substancias existen y de que son absolutamente necesarias para el bienestar del . hombre.
Su función es peculiar y quizá pueda comprenderse mayor por medio de una analogía mecánica que cierto escritor ha formulado. Puede compararse al cuerpo y a sus alimentos con una máquina de gaselina y su motor. Las substancias alimenticias org@icas, tales como grasas, azúcares, y almidones, corresponden al combustible de la máquina; las proteínas y algunas de las substancias minerales a los materiales de que se compone el motor; otras substancias minerales al lubricante; y la vitamina a la chispa encendida, cuya energía es in- significante, pero sin la cual la máquina no puede funcionar.
Permítasenos repetir, entonces, que la hipótesis vitamina no ha destrllído nuestras viejas teorías acerca de la selección de nuestros alimentos; sino que ha añadido simplemente un conocimiento adi- cional. Sin duda estas substancias son esenciales para nuestra dieta y sin ellas la nutrición y el crecimiento no pueden mantenerse. Sin embargo, están esparcidas en la naturaleza y debe encontrarse cierta abundancia de ellas en cualquier ración bien equilibrada. Es neces- sario solamente seleccionar el alimento adecuado para sustentarse, con el fin de obtener una provisión abundante de estas preciosas sub- stancias, las que deberían adquirirse de nuestras provisiones de víveres. Cualquier dieta que no las suministre es deficiente.
