Posibilidades del bacteriófago

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opinión pública es necesaria. Es necesario informar a la gente de los peligros que entraña el casamiento fn ciertas circunstancias, y de la responsabilidad contrafda al casarse si su estado de salud no es absolutamente perfecto, recordándoles la descendencia. Una vez preparado el terreno, exíjase, para conseguir un permiso de matri- monio, la presentación de un certificado de salud como se hace con la fe de bautismo. Dicho certificado sería preparado por dos médicos en representación de las dos familias y los dos individuos que van a unirse. En los numerosos casos en que no hay reparo, todo marchará bien; por el contrario, cuando en una de las familias existe una tara o una dolencia, un médico avisará al otro y se interrumpir8 el matri- monio sin quebrantar el secreto médico. Quizás no baste todavía - eso, pero de todos modos, será una etapa más hasta llegar a un período más avanzado. Desde luego, habrá ciert,o beneficio pues se informa y prepara la opinión pública para los avances subsecuentes.

Un punto que deben considerar con toda seriedad los interesados en tan magna y altruista empresa es, si en el actual estado de la opinión pública, no sería mejor concentrar los esfuerzos en otros problemas para los cuales el campo está mejor labrado, y cuya solución permitiria abordar luego la importantísima cuestión eugénica, tan erizada de dificultades, no sólo higiénicas y médicas, sino sociológicas, económicas y administrativas.

POSIBILIDADES DEL BACTERIÓFAGO

En el fenómeno descubierto por Twort y mejor estudiado por d’Herelle, quien le diera el nombre de bacteriófago, cifráronse al principio muchas esperanzas, bastantes de ellas defraudadas. En favor suyo y aceptado su valor terapéutico, existían ciertas grandes ventajas: baratura; disponibilidad; falta de reacciones consecutivas a su empleo; y variedad de estados a que podía aplicarse. Como se sabe bien, el bacteriófago, y de ahí su nombre, en un tubo de ensayo mata a los gérmenes disolviéndolos, y su designador esperaba que haría lo mismo con los microbios en el organismo humano, aportando así un arma sencilla y poderosa contra las enfermedades infecciosas. En la práctica, sin embargo, ha obrado de WC modo algunas veces y otras no.

Según d’Herelle, el método ya ha sido utilizado ron 6sito cn millares de casos, principalmente de disentería bacilar. En la India los ensayos realizados contra el cólera por dicho autor en 1927 parecieron rendir resultados alentadores, y Doorenbos, el Jefe del Servicio Bacteriológico del Consejo Sanitario de Egipto, mostróse favorable a su empleo en la peste, declarando que la inmunización natural puede i ser acentuada por los productos bacteriofágicos. En el mismo Egipto,

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y experimentalmente notó efectos a,lentadores en la peste cuando la sustancia erainyectada enlas ratas cuatro días antes del bacilo pestoso. Flu también ha empleado experimentalmente con éxito un lisado bac- teriofágico como vacuna antipestosa en las Indias Holandesas. En el Brasil, Pereira lo ha utilizado desde 1924, en particular en la di- sentería bacilar, y de Araujo y Torres comprobaron cierto efecto profiláctico contra la misma enfermedad en un manicomio. En Indianápolis, E. U. 8., Rice ha utilizado los filtrados con resultados excelentes en unos 300 casos de lesiones supuradas de distintos géneros. Algunos hasta lo han empleado para el diagnóstico diferencial, por ejemplo, del bacilo paratifoideo B, o para descubrir si un agua dada se halla o no contaminada, guiándose para ello por su presencia.

Para Larkum, del Departamento de Sanidad del Estado de Míchi- gan, E. U. A., que ya discutiera el asunto a fondo ante la Asociación Americana de Salud Pública en 1928, los fracasos, por lo menos en

gran parte, proceden de no emplear debidamente el bacteriófago. GEste quizás sólo sea potente en cierto período de su desarrollo, punto ese hasta ahora no tomado en cuenta, como tampoco se ha prestado atención a la antigüedad del material. En la administración casi siempre se trata de poner la sustancia en contacto con las bacterias, pero Larkum indica que tal vez sea mejor el contacto con los tejidos susceptibles del cuerpo, a fin de inmunizarlos y poner término a la propagación intraorgánica de los gérmenes. También habría que determinar más científicamente la dosis, la cual hasta ahora ha sido puramente arbitraria, y los fracasos acaso dimanen tanto de la híper como de la hipodosificación.

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nación del valor de la bacteriofagoterapia, en particular en el cólera y la disentería, hasta realizar más experiencias y observaciones.

Al considerar el asunto, los higienistas templarán sus entusiasmos recordando los muchos puntos como, por ejemplo, la duración de la inmunidad bacteriofágica y la dosis, que todavía permanecen en duda. Tampoco olvidarán los muchos medicamentos, incluso vacunas, que parecían eficaces al principio. Antes de aceptar el método con toda la fe abrigada por sus partidarios, precisan pruebas en mucho mayor escala, y en muchos diversos brotes y países. Manwaring, el profesor de bacteriología de la Facultad de Stanford, ha calculado que, mate- máticamente hablando y tomando en consideración sólo los datos de laboratorio y no los clínicos, lo mas probable es que, de 30 estados patológicos en que los laboratoristas esperarfan instintivamente obtener resultados curativos, sólo habría un efecto clínico suficiente- mente notable que justificara la adopción oficial del bacteriófago como tratamiento de elección. Por supuesto, agrega, que la obtención de un tratamiento de superioridad comprobada a todos los métodos anteriores, aun limitado a un microbio u órgano dado, constituiría en si recompensa suficiente.