• Nenhum resultado encontrado

ELCORONELNOTIENEQUIENLEESCRIBA

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2021

Share "ELCORONELNOTIENEQUIENLEESCRIBA"

Copied!
11
0
0

Texto

(1)

1

EL CORONEL NO TIENE QUIEN LE ESCRIBA

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

La historia cubre acontecimientos entre octubre y diciembre de 1956, es una historia en sí misma bastante lineal y es narrada por un narrador omnisciente. Como sugiere el título, la novela está dominada por la personalidad de un Coronel sin nombre, un veterano de la guerra de los mil días, la cual estalló en 1899 entre las facciones liberales y conservadoras causando muerte y destrucción en las provincias de Colombia. De acuerdo a los términos del tratado de paz de Neerlandia y los subsecuentes decretos firmados por el Congreso Nacional, los veteranos de esta guerra tenían derecho a ser indemnizados pero cincuenta años más tarde nuestro Coronel está todavía esperando pacientemente la carta que la autorice a cobrar su pensión de veterano de guerra.

La historia vital del Coronel es una frustración sin fin. Su pobre casa está hipotecada y sus ahorros están a punto de expirar, para colmo, su único apoyo y perpetuación de su nombre, su hijo Agustín ha sido brutalmente asesinado por sus actividades clandestinas en favor del movimiento revolucionario.

Aunque nunca sabremos el nombre del Coronel su personaje está tan vivamente retratado que el lector rápidamente tiene la impresión de conocerlo íntimamente. La humanidad de este Coronel lo convierte en uno de los más memorables personajes de Márquez. En él se une lo trágico y lo cómico. Como persona mayor demuestra un coraje moral que va más allá del coraje físico que demostró como militar.

La entera existencia de este anciano está dominada por dos factores. En primer lugar, su inexorable espera de la carta que finalmente le confirme su pensión de guerra: “Durante 56

años, desde que terminó la última guerra…” y en segundo lugar el gallo de pelea, cuya

presencia refuerza el significado de los últimos años del coronel y la muerte de su hijo. La futura pelea de gallos es la última oportunidad del coronel para poder pagar las deudas adquiridas en estos años y recuperar el respeto de la gente del pueblo.

Para complicar la situación ya existente, surgen otras dificultades a las que enfrentarse. Los largos años de miseria y pobreza han mermado la salud tanto del Coronel como de su esposa. La vida en ese Trópico lleno de plagas y enfermedades a lo que se le suma el clima caluroso y húmedo no es fácil. La lucha diaria por sobrevivir en estas condiciones se acrecienta con la llegada del mes de octubre con sus perpetuas lluvias y olores. Los desordenes de una naturaleza descompuesta y contaminada se reflejan en los curiosos físicos síntomas que experimenta el Coronel: “…el Coronel experimentó…”

Para el Coronel hay una humillación que va más allá de ese malvivir, hablamos de la inutilidad de su causa política que parece haber perdido cualquier ímpetu. Sin dinero y sin

(2)

2 prestigio o influencia cualquier sentido de orgullo o independencia es difícil de mantenerse cuando las circunstancias personales son tan vulnerables como las del coronel: “Tuvo que

apretar los dientes muchas veces para solicitar crédito…”

La carga psicológica que este matrimonio soporta desarrolla una gran cantidad de preguntas acerca del destino humano y el fundamental dilema sobre si la existencia del hombre debería ser vista con los ojos de la esperanza o de la desesperación.

Aunque el Coronel puede parecer una figura pasiva que es manejado por cualquiera:

“…péinate…, venda ese gallo…, no sea ingenuo…” él es, en verdad, un hombre de profundas

determinaciones y convicciones. Básicamente él es un inconformista en conflicto con su tiempo y los valores corruptos de su mundo. A él le quedan pocas ilusiones a cerca de la lealtad y el apoyo a los amigos, todavía él continúa buscando los valores genuinos en un ambiente social donde la integridad se ridiculiza y los ideales suenan vacios.

El Coronel es un visionario político, como aquellos extravagantes héroes quienes persiguen su sueños, el legendario Coronel Aureliano Buendía y el Duque de Marlborough. Los grandes días del fervor revolucionario han terminado y la Asociación Municipal de Veteranos está obsoleta y sus miembros han muerto o desaparecido. Su propia contribución como tesorero de los fondos de los insurgentes enfrentándose al peligro durante aquella crucial fase de la revolución ahora parece remota y olvidada, todavía algo de aquel antiguo entusiasmo permanece en él. En verdad, él es el único sobreviviente de aquellos acontecimientos históricos. La soledad política del Coronel solo sirve para aumentar su sentido de responsabilidad y confianza. El abandono es un concepto que él encuentra inaceptable. Los subsecuentes acontecimientos le han traído una decepción tras otra, dañando así las pocas esperanzas de lograr aquella justa recompensa por su entrega militar, pero siempre queda en él su filosofía de vida “Nunca es demasiado tarde para nada”.

El Coronel todavía tiene alguna carta escondida. Un viernes la barca-correo podrá traer finalmente la carta deseada, el gallo de Agustín podrá ganar la próxima pelea de gallos y así tanto el Coronel como los amigos de su hijo obtendrán algo de dinero, de la misma manera las guerrillas clandestinas podrán obtener el éxito de su lucha hacía la democracia. Ciertamente cualquiera de estos hechos es difícil que ocurra pero el Coronel cree que su paciencia será recompensada al final.

LA ESENCIA DEL HEROISMO.

García Márquez ha explicado que el Coronel originariamente fue concebido como una figura cómica pero su personalidad gradualmente va cambiando durante la novela y adquiere una ambigüedad y digna de un gran personaje de novela.

El anciano preserva la inocencia y la pureza de un niño. Esta atractiva cualidad se ejemplifica por las cosas que excitan su imaginación, el circo ambulante, plantar rosas, o sus espontaneas canciones. A los ojos del Coronel, el mundo, con todas sus cosas desagradables, todavía está llena de posibilidades sorprendentes. El Coronel es tan curioso como un niño

(3)

3 acerca de las maravillas de un viaje en avión, su escritura es infantil con “sus garabatos

grandes un poco infantiles”.

El retrato físico del Coronel en un improvisado traje de chaqueta, que decide ponerse para el funeral de un músico local, resulta irrisorio. Frente al espejo, el Coronel intenta imaginarse el efecto total con su traje planchado y le dice a su esposa que debe parecer un loro. Ésta, examinándolo de cerca, aún reconoce en él a aquel soldado con quien se casó hace ya muchos años. El hombre que ella ve ante sus ojos no es un payaso, sino el bravo joven héroe quien luchó por sus ideales. Para su mujer, el Coronel es un hombre demasiado honesto y orgulloso para su tiempo, ella encuentra desesperante la actitud estoica de su marido ante las injusticias que ambos están sufriendo. Sus necesidades son verdaderamente modestas y él solamente se siente seguro en la privacidad de su casa, en la compañía de los pocos amigos leales que le quedan o en la tranquila conversación que mantiene con su gallo de pelea, el confidente de sus ansiedades y el único capaz de responderle con “un sonido gutural…..como

una sorda conversación humana”.

Ahora que la mayoría de sus correligionarios han desaparecido o se han exiliado y ya Agustín ha muerto sin perpetuar su nombre, el Coronel se siente más solo que nunca. Cansado de esperar y a menudo cerca de la desesperación, él continúa corriendo el riesgo de ser encarcelado por circular propaganda de la causa revolucionaria, como él tristemente dice:

“Era su único refugio…y él quedó convertido en un hombre solo sin otra ocupación que esperar el correo todos los viernes”.

En ningún momento de la obra se menciona afiliación política y al mismo tiempo se subraya la naturaleza solitaria de las acciones del Coronel. La vaguedad en detalles de las actividades clandestinas se describen para reforzar la idea de inefectividad de la oposición es este status quo político en el que viven. El Coronel reacciona al caos sin esperanza, con resignación ya que él no puede enfrentarse a esa burocracia sin sentimientos, a sus ineptos abogados, al desinteresado correo, al avaricioso Don Sabas, a la negatividad de su esposa.

Aunque su sentido del humor ayuda al anciano a enfrentarse a la desesperación y a la infelicidad, también duda: “El que espera lo mucho espera lo poco”. Pese a la vida tan dura que ha vivido el Coronel, pese a sus amarguras, él es capaz de afirmar que “La vida es la cosa mejor

que se ha inventado”. Es interesante el verbo utilizado por Márquez en esta cita una vida

inventada más que creada, reforzando la idea de lo aventurado del destino humano cualquiera que sean los obstáculos a lo largo de la misma.

Pese a la deshonestidad reflejada por los enemigos políticos, el Coronel continúa practicando la compasión y la honestidad. Es consciente que las circunstancias adversas han influido en la degeneración de la sociedad, pero él siempre está preparado para ver algo bueno en los demás. Este aspecto se aprecia en su relación con Don Sabas quien se ha hecho rico gracias a las dudosas alianzas políticas y a sus métodos poco escrupulosos que son denunciados por el doctor cuando él asegura al Coronel que: “El único animal que se alimenta

de carne humana es Don Sabas”. El Coronel no responde ya que Don Sabas era el padrino de

(4)

4 El Coronel ha aprendido a reflexionar y resignarse pero el diálogo final con su esposa está lleno de amargura e intensidad.

-“No se te ha ocurrido que el gallo puede perder………….

-Se sintió puro, explícito, invencible en el momento de responder. Mierda.

La novela finaliza abruptamente con esta vulgaridad. La palabra “mierda” irrumpe con toda la agresión y puede parecer que el personaje estalla en mil piezas como si de un puzle se tratara, pero no es así, él está vivo y dispuesto a sobrevivir en sus condiciones.

LA MUJER DEL CORONEL.

La mujer juega un papel central en la historia, como la figura de contraste. Sus reacciones hacia la gente y sus situaciones varían con las de su marido, revelando un personaje atado a la realidad y mucho más práctica en sus esfuerzos por solucionar los problemas domésticos. Sus comentarios revelan un cariz cínico. La mujer del Coronel es mucho más sensible ante su situación humillante en una comunidad donde hay poca caridad o comprensión. Sus síntomas de asma crónica le hacen parecer un personaje mucho más sombrío de lo que es. Una vida de pobreza y enfermedad ha alterado su carácter: “endurecido

todavía más por cuarenta años de amargura”. Esta mujer torturada revela el lado más oscuro

de la psicología humana. Profundamente religiosa, ella se debate entre el temor a Dios y su justicia y la angustia ante la corrupción del mundo que le rodea.

Aunque tenaz en sus creencias religiosas, llega a dudar y a revelarse contra su cruel destino. La vida tan dura que ha sufrido y que parece que no tiene fin, le ha enseñado a no esperar de este mundo nada más que tristeza. Después de muchos años de hambre y pobreza solo puede decir que “Nosotros ponemos el hambre para que coman los otros”.

Varios hechos durante la obra nos hacen pensar que las preocupaciones y la falta de salud han convertido a esta anciana en una mujer incorregiblemente pesimista. El retrato que quiere plasmar el autor va más allá de esto. La mujer del Coronel es una señora mayor que bajo esa frágil apariencia:”Es una mujer construida apenas en cartílagos blancos sobre una

espina dorsal arqueada e inflexible” se esconde una mujer dura, de fuertes convicciones, que

es capaz de recuperarse de una crisis de asma a otra, probando que ella tiene un poder para sobreponerse ante una enfermedad crónica:”Cuando estoy bien, soy capaz de resucitar un

muerto”.

A pesar de sus quejas ante la “paciencia de buey” del coronel, del orgullo que éste demuestra para no pedir ayuda, ella admira profundamente la integridad de su esposo. Comparte muchas de las cualidades de su marido, su honestidad, su espíritu de independencia y su lealtad y compasión. Ella tiene infinitos dolores como para asegurarse que su marido tiene algo para comer o que va bien vestido. Está convencida de que al menos el Coronel sale a la

(5)

5 calle limpio y aseado. Es consciente de los equívocos e injusticias sufridos por su marido mucho más que los sin sabores que ella misma ha sufrido. Sus recuerdos del pasado son mucho más positivos que los del Coronel. La imagen obsesiva de la muerte de Agustín y los ataques de asma reducen su vida a los rezos en semi-inconsciencia, “la pedregosa

respiración…remota…navegando en otro sueño”.

Inconsolable, los momentos de respiro de la anciana son pocos y están distanciados entre ellos, pero, cuando ocurren, el lector rápidamente aprecia a una mujer bastante diferente. Se retoca su maltrecha ancianidad en el cuarto de baño, discute con el doctor y parece que vaya a comenzar una vida nueva justo cuando todo parece perdido. Ella es rápida a la hora de retomar su autoridad en la casa: “Un día de estos me muero y me lo llevo a los

infiernos”.

El misterio de la muerte está siempre presente en los pensamientos de esta anciana, por un lado la futilidad y la pérdida, por otro el punto de vista cristiano de lo inevitable y la aceptación de la misma. Incluso más solos desde la muerte de su hijo, ellos se apoyan el uno al otro lo mejor que pueden. Se cuentan inocentes mentiras y se sacrifican secretamente para aliviarse de su miseria diaria. Su juventud es momentáneamente recuperada en un espontaneo gesto de afecto, cuando el Coronel promete a su esposa llevarla al cine cuando termine el año de luto por la muerte de Agustín, en ese momento, los tiempos más felices vuelven a su mente intentando recordar los detalles de la última película que vieron en el 1931 significativamente titulada “La voluntad del muerto”. Lo que surge de estos episodios es una relación de amor y cuidado entre estos ancianos.

Aunque los problemas de la pareja sean serios y los momentos de tensión tormentosos, todo es provocado más por la desesperación que por un antagonismo de profundas raíces, su matrimonio es firme y seguro. En comparación, el lector encuentra a Don Sabas y su pobre esposa una caricatura de matrimonio.

POBREZA Y REDENCIÓN.

La pobreza parece ennoblecer la vida del Coronel y su mujer. El concepto social y el precepto cristiano se combinan en esta obra, hay algo decididamente evangélico a cerca de la actitud del autor hacia el sufrimiento de los pobres. La moral que Márquez incorpora recuerda un precepto bíblico: “Dios bendiga a los pobres de espíritu porque de ellos será el reino de los

cielos”. De la misma manera recordamos las advertencias de Cristo a los ricos: “Es más fácil que un camello pase a través del ojo de una aguja que un rico entre en el reino de Dios”.

Los ricos en esta obra transmiten cierta compasión. Don Sabas y su esposa pertenecen a este infeliz grupo. Él es un hombre hipocondriaco quien incesantemente se preocupa por temores imaginarios, fobias y miserias incurables. La descripción física de este personaje nos hace pensar en los excesos y la avaricia: “Un hombre pequeño, voluminoso pero de carnes

flácidas, con una tristeza de sapo en los ojos”, perdido entre los muchos papeles de su oficina.

Miserable e insatisfecho, su bienestar económico solo le ha traído a Don Sabas infelicidad y ningún amigo. Él constantemente necesita inyecciones para controlar su diabetes, pero

(6)

6 cuando el doctor le dice que: “La pobreza es el mejor remedio contra la diabetes”, sabemos que es la única cura que Don Sabas nunca buscará.

Su esposa, bastante simple y estúpida, es también un poco hipocondriaca “con su

manera de hablar que recordaba el zumbido del ventilador eléctrico”. Ella sufre de perpetuas

pesadillas y visiones terroríficas del mundo que despiertan nuestra curiosidad, pero no nuestra simpatía hacia ella. Igual que su marido, ella también, necesita de algún remedio para una enfermedad vagamente no diagnosticada descrita como “esas cosas que de pronto le dan a

uno y que no se sabe que es”. La vida doméstica de estas criaturas desafortunadas gira en

torno a sus quejas y lamentos sin fin, son víctimas de sus temores sin fundamento. En la obra de Márquez no hay una simple o directa explicación ante el destino del ser humano. Las curiosas paradojas subrayan la fortuna del rico y del pobre. En el análisis final descubrimos que ni el poderoso ni el oprimido son inmunes a la enfermedad o la muerte. Las injusticias y desigualdades son comunes en la sociedad primitiva que el autor describe. Las autoridades corruptas abusan de su poder mientras el pobre encuentra alivio en Dios y la Providencia.

EL PUEBLO

Los cuarteles militares, la iglesia, el cine y el salón de billar se agrupan alrededor de la principal plaza del pueblo y caracteriza la restrictiva atmósfera de esta vida provinciana. El cura y el Mayor representan la moralidad y el orden a los ojos de los habitantes del pueblo sin grandes convicciones morales mientras que las películas eróticas y las mesas de juego ofrecen más palpables diversiones.

Las medidas que representan las autoridades militares y eclesiásticas hablan de prohibición y censura. El Mayor es un hombre débil, más preocupado por las potenciales conspiraciones e insurrecciones públicas que por gobernar de una manera adecuada. Consciente de su propia ineptitud, sufre pensando en su futuro y que alguien lo saque de su oficina. En el otro lado de la plaza está el padre Ángel, quien también es consciente de su ancianidad y su vaga influencia en esa comunidad sin Dios. Él, también, tiene sus obsesiones al abandono de los sacramentos por los encantos del cine. El padre Ángel simboliza el declive de una iglesia que ha perdido credibilidad. El filántropo doctor y el abogado negro completan el cuadro de una comunidad tradicional de la provincia de Colombia. Igual que el mayor y el cura, ellos representan el prestigio en una pequeña ciudad.

El humor sarcástico del doctor, así como, su actitud políticamente radical le une al Coronel y su esposa. Su carácter abierto y jovial, sus ropas elegantes y sus cuidadas maneras nos sugieren la existencia de una minoría independiente en esa represiva comunidad.

El obeso abogado es de alguna manera el más típico representante de esta sociedad de lenta evolución: “un negro monumental sin nada más que los dos colmillos en la mandíbula

superior…rodeado de desorden en su silla… demasiado estrecha para sus nalgas otoñales.” El

retrato de este abogado nos hace pensar en incompetencia y abandono, el caos de su oficina nos transmite confusión más que solución de problemas.

(7)

7 La iglesia y los militares están desacreditados y la vida política es un callejón sin salida. El doctor resume con su realismo el sentido colectivo de frustración: “no sea ingenuo…ya

nosotros estamos muy grandes para esperar el Mesías”. La vida política ha llegado a ser una

farsa en esta ciudad, donde incluso el funeral de un pobre músico puede ser visto como un pretexto de revuelta. El abogado intenta paliar la desesperanza del Coronel con solemnes frases vacías: “Así es coronel…la ingratitud humana no tiene límites”, el mayor y el cura histéricamente tratan de llevar sus cargos recalcitrantes, el doctor castiga lo establecido, el coronel lucha con sus preocupaciones y su mujer reza. Pero la mayoría de los habitantes de esta ciudad enferma simplemente vegetan entre el fanatismo, los cotilleos, los placeres prohibidos y la incomprensión.

VISIONES

Los efectos combinados, en la novela, de fuerzas externas como el fiero clima, la represión política, el aislamiento y los temores tienen sus raíces en la superstición y las creencias religiosas ortodoxas que distorsionan la realidad.

El clima, es descrito por el autor, como opresivo:”la incesante lluvia…llovizna…humedad…y calor” deprimen a todos y a todo, causando desordenes físicos y

mentales - somnolencia, amnesia, fiebre, malaria -. Los elementos se presentan con fuerza, incluso violencia, siendo el autor quien lo enfatice haciendo uso de fuertes verbos: “El pueblo

se hundió en el diluvio” y refiriéndose específicamente al coronel “la llovizna le maltrató los párpados”. Extrañas sensaciones en los intestinos del Coronel le anuncian los peligros futuros.

Él tiene la extraña impresión de que hongos venenosos y lilas crecen en su interior y que un animal se alimenta en sus entrañas. La fiebre hace que las visiones y apariciones pasen por su mente en una rápida sucesión imágenes grotescas. Los sueños y pesadillas de los habitantes del pueblo rozan el subrealismo. Bajo la luz reverberante, los objetos familiares de la vida cotidiana son redescubiertos en un mundo de fantasía donde asumen un nuevo significado. Las sensaciones físicas desagradables provocadas por el calor y la humedad invariablemente evocan aquellos tristes recuerdos. Así, en el calor de la tarde, el coronel revive con horror sus experiencias en Macondo, cierra los ojos y revive aquellos días de tormento físico y mental:

“En el sopor de la siesta vio llegar un tren amarrillo…Necesitó medio siglo para darse cuenta de que no había tenido un minuto de sosiego después de la rendición de Neerlandia”

La crueldad y la perversidad de la naturaleza y el hombre constituyen dos enemigos formidables. La atmósfera de intriga y desconfianza en la esfera política y social rápidamente extiende unas sospechas infundadas a nivel personal. Los enemigos imaginarios, los temores irracionales o vendettas, los absurdos prejuicios dirigidos a los extranjeros han reforzado la necesidad de una discreción y hermetismo que contribuyen a ese ánimo general de tensión y al mismo tiempo histeria. Las agitadas conversaciones que el Coronel mantienen en sueños con el Duque de Marlborough: “El inglés disfrazado de tigre que apareció en el campamento

del Coronel Aureliano Buendía” hace que reviva los recuerdos problemáticos del pasado. Las

voces interiores vuelven con insistencia, su mensaje confuso y ambiguo todavía no le ha hecho caer en el total pesimismo.

(8)

8

LOS SÍMBOLOS SILENCIOSOS

Hay dos dominantes símbolos/personajes en esta obra: el nombrado hijo fallecido, Agustín, y el gallo de pelea. Obviamente ninguno puede hablar pero su presencia es captada por el lector. Cuando la novela se inicia, el Coronel está ya resignado a la pérdida de su hijo. Pero la distribución de propaganda clandestina y la preparación del gallo para la pelea son los tributos que por la memoria de su hijo el Coronel quiere cumplir. Las referencias que se hacen de Agustín, nos describen a un joven lleno de vida, un sastre trabajador y un idealista liberal como su padre, popular en el pueblo, un hijo bueno y generoso que ayudaba en las necesidades de sus padres. Sabemos que cuando Agustín fue arrestado y brutalmente asesinado su madre no desprendió ni una lágrima, fue tal el trauma, en ningún momento de la obra el Coronel hace referencia a como fue la muerte de su hijo. El Coronel ha aprendido a suprimir los profundos sentimientos en el tenso encuentro que tiene con el asesino de su hijo. Pero la curiosidad y el rechazo pesan ante cualquier odio y amargura cuando el Coronel ve lo absurdo de la violencia del hombre que elimina al hombre: “El Coronel sintió a sus espaldas el

crujido seco…En un instante se sintió tragado por esos ojos, triturado, digerido e inmediatamente expulsado. Pase usted, Coronel…”

Este dramático episodio presenta al coronel en su más vulnerable situación. El repulsivo pequeño mestizo que se enfrenta a él representa a esa humanidad manejada por políticos, esa humanidad que ha llegado a ser monstruoso en la destrucción de todo lo que le rodea. Hay incluso un halito de compasión en el Coronel, cuando tiene ese desagradable encuentro, ya que entiende que ambos son víctimas de la triste historia de su país.

La esposa del Coronel no es tan filosófica y está mucho menos resignada por la muerte de su hijo. Ella ve en la pérdida de Agustín un castigo de Dios. Conforme la novela avanza, llega a ser más evidente que la muerte del hijo ha dejado un residuo no solo de sufrimiento sino también de deudas. ¿Mártir o loco? La pregunta no tiene respuesta. Su muerte no ha solucionado nada para sus padres moribundos, todo lo contrario, ha empeorado su situación. A través de la novela encontramos como la madre une la muerte de su hijo a la mala fortuna en la que viven. Ella ve un sacrificio sin fin, el alimentar al pájaro con la ración diaria de grano que le pertenece a ellos, es enfrentarse a su propia dignidad como si los afectos del Coronel hacia ella hubieran sido antepuestos por el gallo: “Toda una vida comiendo tierra para que

ahora resulte que merezco menos consideración que un gallo”. Ella se queja a su marido con la

firme creencia de que no se gana nada manteniendo al gallo vivo. No puede esperar ver la marcha de “ese pájaro de mal agüero”.

Para los ojos del Coronel y los amigos de su hijo, sin embargo, el gallo es el símbolo del optimismo y el deseo, para luchar en contra de los fuertes. Como la esperada carta, el gallo está rodeado de especulaciones e incertezas, pero vale la pena cada uno de los sacrificios que por él se hagan hasta el día de la pelea. La esposa del Coronel encuentra al gallo algo feo y desagradable, “tan feo….un fenómeno…la cabeza muy chiquita para las patas”, pero el Coronel cabezonamente ignora cualquier comentario negativo. Para él, el gallo tiene un inestimable

(9)

9 valor: “Es un gallo contante y sonante”. Él está secretamente animado por el interés que despierta en la vecindad y por los pronósticos optimistas que dicen los amigos de Agustín que el gallo tendrá en la pelea. El Coronel solo necesita mantener la posesión de su premio en sus brazos y sentirlo, “caliente y profunda palpitación”, para convencerse a sí mismo de su triunfo. De alguna manera misteriosa, el pájaro ha sufrido una metamorfosis, de ser la posesión más preciada de Agustín a símbolo de esperanza colectiva. Su victoria (si así ocurriera) no solo significaría la solución a los problemas económicos del Coronel y su esposa, sino que también este recuperaría su honor maltrecho: “gallo…casi humano”.

EL CAMINO DE LA SUPERVIVENCIA

El Coronel no es ciego ante la seriedad de su situación, pero sabe que si trata de enfrentarse a la realidad él puede perder sus nervios y deprimirse. Es mejor reírse a la cara de las miserias que él no puede cambiar. Su mundo interior de esperanzas secretas e ilusiones también contribuyen a su supervivencia como así le dice a su esposa: “La ilusión no se

come…pero alimenta”. La capacidad de amor y de sacrificarse son las salvaguardas de la

felicidad del hombre, armado con estas cualidades, el Coronel puede sobrevivir espiritualmente.

LA TÉCNICA LITERARIA

Los siete capítulos son de igual extensión y están entrelazadas por un patrón de temas recurrentes, la carta, el gallo, la muerte de Agustín, los años perdidos. El angustioso diálogo entre el Coronel y su mujer en el capítulo cuarto, revela la verdadera urgencia de su situación cuando ellos revisan todas las estrategias que han intentado sin éxito en su lucha contra la pobreza.

Al inicio del capítulo final encontramos a un Coronel virtualmente terminando sus recursos, sólo, humillado, sus pensamientos están nublados por la fiebre y las alucinaciones. Una segunda confrontación con su esposa provoca las mismas voces recriminatorias que en el capítulo cuarto con incluso más vehemencia, este momento culmina en una agresión física y verbal cuando los ancianos pierden el control. Finalmente, el Coronel opta por la solución más arriesgada, mantener al gallo.

El autor repite las palabras como ansiedad, desilusión y nada para crear una atmósfera de tensión. Del mismo modo usa frecuentes grupos de nombres, adjetivos y verbos para intensificar las descripciones de personalidades individuales.

“El Coronel se sintió puro, explícito, invencible”. “Eres caprichoso, terco y desconsiderado, repitió ella”.

(10)

10

“El Coronel observó la confusión de rostros cálidos, ansiosos, terriblemente vivos”.

O bien para crear una nota de crisis y suspense:

“En un instante se sintió tragado por esos ojos, triturado, digerido e inmediatamente expulsado”.

Los conceptos de tiempo y espacio son de especial importancia en la novela. Ciertas fechas están firmemente grabadas en la mente del Coronel y su esposa, como son las fechas de los tratados, campañas, la salida de Macondo, la fecha de nacimiento y muerte de su hijo Agustín, pero muchas fechas son vagamente recordadas como décadas y son las que hacen referencia a su mala fortuna:”diez años de historia” “veinte años de recuerdos” “cuarenta años

de amargura”.

La obra es cíclica, volviendo a los viernes y al mes de octubre. Las horas del Coronel, días, semanas y meses son medidas como unidades de esfuerzo sin fruto. La idea del tiempo cíclico se refuerza con las acciones repetitivas como la circulación de la propaganda clandestina.

García Márquez apenas describe el paisaje, se centra más en la atmósfera, el calor y la poca luz refuerzan la sensación de ahogo en los personajes. Se describe un ambiente denso que dificulta la respiración de los personajes, y el sabor de una taza de café deja su saliva

“impregnada de una dulzura triste”.

El espectro de colores del autor es igualmente sombrío. Don Sabas lleva una sortija de piedra negra sobre el anillo de matrimonio, podría compararse con su negra alma, de la misma manera, el amarillo es el color de la enfermedad y decadencia.

La montaña de tensión que mantenemos durante la obra finaliza en una dramática confrontación entre la anciana pareja, dejándolos a ellos y al pueblo exactamente donde lo habíamos encontrado, todo queda inconcluso.

El último mensaje de “El coronel no tiene quien le escriba” no es político sino moral. Cuando el Coronel protesta y dice “Nunca es demasiado tarde para nada”, él no solo quiere reafirmar su confianza en la vida y su defensa de su integridad, sino que también quiere transmitir la necesidad de hacer lo mejor de un mundo imperfecto y desagradable.

(11)

11

Referências

Documentos relacionados

Nessa perspectiva, buscamos, como objetivos específicos: comparar a vivência lúdica do cotidiano entre uma Creche Pública e uma Escola Particular; refletir sobre a minha

As coleções ali contidas são formadas por peças de diversas tipologias constituídas por diferentes materiais, mobiliário, cerâmica, documentos gráficos, têxteis e pintura , e

The aim of this study was to assess whether NLR at admission is able to predict severity of AP and some associated outcomes (need for ICU admission, in-hospital mortality, length

Entre la II Guerra Mundial y la década de 1970 se produjo un predominio del poder político sobre el financiero, no solo en los países centrales, sino asimismo en los periféricos que

Neste estágio, pude constatar que a Medicina Geral e Familiar é a base dos cuidados de saúde, pela sua abrangência e pelo facto de intervir ao longo de toda a vida do

As interfaces possíveis estão aqui caracterizadas enquanto sentido de diálogo entre a democracia ateniense, as avaliações em larga escala presente na realidade escolar e a

Para alem dos dados cientificos, que poderao ser objecto de publicacao, sera igualmente elaborada uma monografia sobre a Ilha de Sa~ta ~ria, com especial relevo

Así, traer a la pauta de discusión las teorías de enfermería y su aplicabilidad a la investigación y a la atención en enfermería; los enfoques conceptuales y epistemológicos de