Bol OJSanti Panam 91(3), 1981
Editorial
LA SALUD DE LAS PERSONAS DE EDAD AVANZADA’
Por el Dr. Héctor R. Acuña
Director de la Oficina Sanitaria
Panamericana
La Asamblea General de las Naciones Unidas, además de reconocer la im- portancia universal que está adquiriendo en todas las sociedades el problema de las personas de edad avanzada, planteó desde comienzos del decenio de los setenta un desafío a los Gobiernos Miembros y a sus Organismos Especializa- dos. Mediante diversas resoluciones, se mostró la necesidad de formular políticas y desarrollar programas intersectoriales para este grupo de la pobla- ción, y en 1979 resolvió también, que los progresos alcanzados se discutieran en una Asamblea Mundial especial que se efectuará en 1982.
La Asamblea Mundial de la Salud, por su parte, acordó que la OMS asu- miera un papel importante en esta Asamblea Mundial de las Naciones Unidas, que debe ir mucho más allá de las necesidades tradicionales de atención médi- ca del anciano, destacando el papel del sector salud en el amplio contexto de la calidad de la vida. Por consiguiente, una reunión que trate problemas de las personas de edad avanzada es de singular importancia para la OMS, ya que define los marcos conceptuales en que basar su contribución a la Asamblea Mundial futura.
Cambios demográficos
En el año 1950 el grupo de población de más de 60 años de edad en el mun- do era de aproximadamente 200 millones. En 1970 esta cifra se había elevado a 307 millones y las proyecciones para el año 2000 permiten suponer que llegará a los 600 millones, es decir un aumento de casi el 90%, en circunstancias que la población total habrá crecido en solo el 70 % . El aumento proporcional de este grupo de edad en los países en desarrollo, en el mismo período, será aún más pronunciado, estimándose que mientras el crecimiento total de la pobla- ción será del orden del SS%, el grupo de 60 años y más aumentará en un 120%. En los países en desarrollo de la Región de las Américas, la tendencia demográfica se caracteriza por el importante crecimiento de la población, es- pecialmente el de los centros urbanos, y la disminución de la fertilidad y de la mortalidad. Como consecuencia, se estima que en el año 2000, la población de 26 de 29 países en desarrollo de América Latina y el Caribe tendrá una expec- tativa de vida al nacer de más de 65 años.
’ Discurso pronunciado en la Conferencia Preparatoria de la OMS para la Asamblea Mundial de las Naciones Unidas sobre las Personas de Edad Avanzada, celebrada en la ciudad de México, del 8 al 11 de diciembre de 1980.
190 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA Septiembre 1981
Los Estados Miembros de la Organización Mundial de la Salud han acorda- do que la principal meta social en los próximos decenios debe consistir en “al- canzar para todos los ciudadanos del mundo en el año 2000, un grado de salud que les permita llevar una vida social y económicamente productiva”. La característica principal de esta meta es su dimensión integral, que considera a la salud como uno de los componentes del nivel de bienestar de cada comuni- dad. Trasciende los límites del fenómeno enfermedad-no enfermedad, para constituirse en una resultante social, dentro del contexto del estilo, nivel y cali- dad de la vida. Por otra parte, todos los países han identificado a la atención primaria de salud como la estrategia más importante para alcanzar dicha me- ta. Esta estrategia conlleva la identificación de grupos prioritarios, tales como la madre y el niño. Sin embargo, los cambios demográficos señalados de- muestran cómo el adulto y el anciano están adquiriendo una importancia cada vez mayor como grupos humanos prioritarios.
Cambios de estrategia
Obviamente, en términos de prestación de servicios, las estrategias para es- tos grupos tienen matices diferentes por la naturaleza de sus necesidades. Los problemas de salud aumentan con el envejecimiento, especialmente las enfer- medades crónicas e invalideces, condiciones que exigen habitualmente la par- ticipación de niveles más complejos de especialización. En Estados Unidos de América, el 80% de la población de más de 65 años tiene uno o más padeci- mientos crónicos, y absorbe alrededor del 30% del total del gasto nacional en salud. Por otra parte, los patrones de morbilidad y mortalidad en el grupo de población de más de 65 años son semejantes en todos los países, cualquiera que sea su grado de desarrollo, a diferencia de lo que sucede con los grupos de edad más jóvenes, lo cual pone de manifiesto el importante aumento de los costos que el envejecimiento de la población significa para los servicios de salud y de seguridad social.
El proceso de envejecimiento de la población y las necesidades del anciano en los países en desarrollo deben relacionarse además con actitudes culturales también en evolución. Es el caso, por ejemplo, del impacto que la incorpora- ción de la mujer en las fuerzas de trabajo y el proceso de migración a las áreas urbanas está produciendo en la estructura tradicional de la familia.
Compromiso internacional