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“ PROFESOR DE CIENCIA Y AUTOSUGESTIÓN HIPNÓTICAS ”, SE FAZ ENTERRAR VIVO

Geralmente, é difícil, pela falta de registros, a descrição do ambiente físico das casas de espetáculos onde os Batutas se apresentaram, problema que se acentua quando se trata de cafés e outros estabelecimentos de menor importância cuja memória, quando existe, é muito fragmentada. Em Río Cuarto82, os Oito Batutas apresentar-se-iam inicialmente num local chamado também El Plata, homônimo daquele pelo qual passaram na capital da província. Temos do lugar uma pitoresca descrição que aparece numa reportagem intitulada “Notas de Río Cuarto”, publicada em La Voz del Interior, de Córdoba, em 23 de janeiro de 1923. Transcrevo a seguir o trecho onde o “enviado especial” da capital descreve o El Plata de Río Cuarto, onde poucos dias depois estariam atuando os Batutas.

“El salón El Plata – La nota triste – De la sencillez y poca aspiración por el lujo de los 'imperialistas', es un vivo ejemplo, un galpón de lata y madera, sucio y destartalado, a donde la gente asiste por la tarde y por la noche a ver los espectáculos del teatro y del cine. Este café es El Plata, situado frente a la plaza principal, y obligado centro de reunión. Realmente no existen ordenanzas municipales, o el señor intendente a

82 Em comparação com aquelas por onde os Batutas já haviam passado na Argentina, Río Cuarto, situada 260 Km ao sul da cidade de Córdoba, e apesar de ser já naquela época a segunda maior cidade da província, aproximava-se mais de uma pequena cidade do interior. Sua população, segundo e Censo Nacional de 1914, era de 29.574 hab. (INDEC, SD).

pesar de sus buenos propósitos, no ha hecho cumplir las existentes, pues, este café no solo es cine y teatro, sino que abarca todas las actividades posibles. Se requiere una ordenanza que rija su competencia, y otra que vele por su higiene. Es el salón de moda. Teatro de la sala de espectáculos – por las cuales se cobra subidos precios – se hayan distribuidas profusamente mesitas de servicio. Los mozos van y vienen sonando los platillos y las tazas sin cuidarse de las representaciones. La gente fuma, haciendose el aire irrespirable, y como no hay salivaderos...

Exactamente como en el Far-West” (La Voz del Interior, Córdoba, 23/01/1923).

Segundo Mayol Laferrere (sd., fasc. 05: 14), o Café El Plata – cujo nome mudaria para Cine El Plaza em 1928 – era freqüentado, nos anos 1920, por famílias, diferenciando- se de outros ambientes, como o Café y Bar España, de público majoritariamente masculino. Contrastando com a nota de La Voz del Interior acima transcrita, este autor situa a sala do El Plata como local de importantes acontecimentos artísticos na cidade durante aquela década: entre 1923 e 1929 atuaram em seu palco companhias como a Lírica Italiana, de Desidério Caravaglia, as teatrais de Luis Arata e José “Pepe” Podestá, a de Sainetes e Comédias de María Ester Podestá e Segundo Pomar, a Companhia Nacional, de Blanca Podestá e Mário Danieri; no mesmo período, apresentaram-se ali músicos como Pedro Maffia, Roberto Firpo e Libertad Lamarque.

É neste salão que os Batutas debutam em Río Cuarto em 1º de fevereiro de 1923, como nos dá conta o jornal local El Pueblo83:

“EL PLATA – El interesante debut de mañana – Un número que sin conocerlo ya ha conquistado generales simpatías, es el que debutará mañana en este favorecido salón. Tratase de un conjunto de cultores del arte nativo brasileño, que nos harán conocer con todo su sabor típico las canciones y danzas populares del país hermano.

La música brasileña y portuguesa, ya ha conquistado el éxito que merecía, pues se ha impuesto tras breve espacio de tiempo.

Los 'fados' son tal vez las canciones y danzas que más nos han atraído, no obstante, a pesar de guardar cierta unidad de sentimiento, la música

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El Pueblo, alinhado ao partido democrata, era um dos principais jornais de Rio Cuarto desde a segunda metade da década de 1910. Quando da passagem dos Batutas pela cidade, este jornal mantinha uma relação de competição com outro, chamado Justicia, fundado em maio de 1921 (Mayol Laferrere, sd., fascículo 4: 10). Ambos deram cobertura aos Batutas e ao enterro de Josué de Barros.

brasileña gana a la portuguesa en vivacidad; tal ocurre con las canciones del Norte, tan variadas como deliciosas, de las cuales la Trope [sic] Guanabara nos dio a conocer un atrayente repertorio.

'Los Batutas' que tal es el nombre de la troupe que mañana hará su debut, está formada por diez artistas de ambos los sexos.

Desde ya le auguramos un éxito rotundo” (El Pueblo, Río Cuarto, 31/01/1923).

É interessante notar como aparecem no texto a música brasileira e a portuguesa: tratadas inicialmente no singular – “La música brasileña y portuguesa, ya ha conquistado...” – e logo depois diferenciadas, no momento em que o cronista pondera que, apesar de guardar certa unidade de sentimento com as canções e danças do fado, a música brasileira “ganha à portuguesa em vivacidade”, sendo as “canções do Norte” tomadas como exemplo de tal vivacidade. E aqui reaparece em nosso horizonte a Troupe Guanabara que, aparentemente sem acompanhar os Batutas neste trecho da viagem, já havia antes passado por Rio Cuarto dando a conhecer este repertório. Note-se também a informação de que a troupe é formada por dez artistas, o que permite supor, sem que se possa afirmar, que todo o grupo que desembarcara em Buenos Aires quase dois meses antes seguia na viagem para o interior. Além de El Pueblo, citado acima, o outro periódico local consultado, Justicia, também noticia a estréia de Los Batutas – sem “Ocho”, note-se – no dia 1º de fevereiro, publicando anúncios pagos. Justicia diz: “Teatro Cine El Plata – Hoy, Noche: Sensacional debut de la gran troupe Los Batutas”.

No dia seguinte à estréia, ambos os jornais dão conta do que teria sido um êxito. Em Justicia, os artistas brasileiros aparecem num anúncio do Cine El Plata nos seguintes termos: “Éxito por los aplaudidos Cantantes y Bailarines Los Batutas”.

El Pueblo se detém um pouco mais em comentar o acontecimento:

“El Plata – Debut de 'Los Batutas' – Anoche presentáronse ante numeroso público, este conjunto de cultores del arte nativo brasileño.

Con excepción de una maxixa y unos sapateados, el resto del programa lo ocupó la orquesta típica, cuyos números fueron muy aplaudidos.

Creemos que si esta troupe alternara la parte musical con un repertorio de danzas típicas, ganaría mucho, pues tal como se nos presentó, resulta un tanto chocante con nuestro ambiente.

Apesar de lo expuesto, si hemos de juzgar por los prolongados aplausos que se les tributaron, no cabe otra cosa que decir, que el éxito fue rotundo. 'Los Batutas' trabajarán hasta el domingo inclusive” (El Pueblo, Río Cuarto, 02/02/1923).

É de se notar o aparente desfalque com relação aos números de danças, que teriam sido limitados a “una maxixa y unos sapateados”. Pode-se inferir que, assim como aconteceu na estréia em Buenos Aires no dia 07 de dezembro, os músicos estrearam em Río Cuarto sem os dançarinos. A falta de danças no palco é lamentada pelo autor da nota jornalística que, contudo, registra os “prolongados aplausos” tributados pelo público. Assim, esta nota ecoa, sem o tom grosseiro e preconceituoso daquela, parte da frustração do cronista do portenho Última Hora em 08/12/1922.

O anúncio pago aparece pela última vez em Justicia no dia 03. No dia 04, domingo, aparece em El Pueblo o seguinte artigo, não assinado:

“Sobre la música típica brasileña – Los que hayan concurrido estas noches al café El Plata habrán tenido la oportunidad de escuchar, aires, música y orquesta típica brasileña. Como no hay nada mejor que refleje el carácter de un pueblo, que sus costumbres y manifestaciones del arte popular típico84, la orquesta 'Los Batutas' nos muestran [sic] detrás de sus ritmos, notas y contorsiones, el espíritu de aquel pueblo y su estado evolutivo social.

No hay que pretender juzgar a un pueblo sobre las obras de su elemento diferenciado, es grave error, pues es lógico que entre tantos millones de habitantes, haya un grupo sobresaliente. El mejor juicio es tomado del conjunto de su masa popular y como venidas de tal origen, tomamos las producciones que nos han hecho escuchar 'Los Batutas'.

Todo el programa que compone esa música típica, es un grito de vuelta al África. Es el canturreo monótono y primitivo mezclado de las contorsiones eróticas típicas de las crudezas africanas. No tiene nada esta música popular brasileña que refleje un estado de refinamiento del alma,

84 Note-se que a idéia de que nada reflete melhor o caráter de um povo do que seus costumes e a arte popular, de origens românticas, tinha pertinência num amplo horizonte cultural que se estendia em diversas direções no tempo e no espaço. No prefácio de Martins Castello ao livro Samba, de Orestes Barbosa, em sua primeira edição de 1933, lê-se, por exemplo, logo no início: “Porque nada melhor para definir um povo do que a sua música. É ela que nos mostra, através dos seus ritmos e dos seus motivos, a verdadeira alma da gente que a criou” (Barbosa, 1978: 09). É certo que, neste último caso, a alma do mesmo povo é valorada de maneira positiva, ao contrário do que faz o cronista rio-cuartense.

se concreta toda ella a un simple ritmo de candombe y de zapateado, unido a los gestos, contorsiones y muecas de los que ejecutan y bailan. La melodía no existe y hasta los sonidos sacados de los banjos son ásperos. Es verdad que el banjo es un instrumento difícil y que 'Los Batutas' lo manejan con suma habilidad, pero sus notas pueden arrancar solamente entusiasmo a los que tengan aún vibrante en su alma, el amor al

batucaje.

Nuestro tango, que aunque no lo sea, es ya considerado como una manifestación de la música típica de este país, es una danza agresiva y erótica, pero une a estos dos graves defectos el mérito de ser un manantial de melodía, pero la música que 'Los Batutas' nos muestran como típica de aquellos lugares, es simplemente una manifestación selvática.

En fin, nuetro pueblo que no tiene aún una música arraigada por largas generaciones y es un pueblo novelero, puede encontrar en esta mueca el placer que dan las cosas nuevas, y estos aires de 'jazz' despertar curiosidad momentánea o entrever en esta música sincopada las características de un pueblo vecino, pero que ella sea una manifestación de arte, hay mucho trecho” (El Pueblo, Río Cuarto, 04/02/1923).

De saída se vê que o artigo é permeado por um evolucionismo de cunho racialista que então marca boa parte não apenas das reflexões “intelectuais” sobre a sociedade e o homem de modo geral, mas boa parte do senso comum do Ocidente “civilizado”85. É neste sentido que se percebe a África – e o negro – como um ponto de origem que, irrompendo na arte dos Batutas – tento fixar-me aqui ao ponto de vista do cronista – não pode representar senão uma inversão de sentido na teleologia da civilização. Assim, “canturreos” monótonos e primitivos, contorsões eróticas, cruezas e selvageria são o pólo oposto, sensual, africano, de um “estado de refinamento da alma” que caracterizaria o ponto onde o próprio observador se coloca, ou que ao menos divisa como ideal. Deve haver, pondera o cronista, no Brasil, um “elemento diferenciado”, um grupo que se sobressaia – no sentido de uma elite que se afaste de tanto primitivismo –, mas o que mostram os Batutas, aceitos como legítimos representantes, é “o espírito daquele povo e seu estado evolutivo”. Note-se que tal estado evolutivo está presente, potencialmente, na sociedade do observador, considerando-se que aqueles sons podem arrancar algum entusiasmo dos que, ali, tenham

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“ainda vibrante em sua alma o amor à batucajem”. De certa forma, pode-se imaginar que o autor esteja contrariado diante do que pode ter sido um sucesso dos Batutas na estréia em sua cidade, pois parece ter de justificar a concorrência ao El Plata imputando uma espécie de ingenuidade e superficialidade ao público, atraído este por novidades e movido pelo que seria uma curiosidade momentânea, em nada comparável à capacidade de apreciar uma “manifestação de arte” legítima. Desponta também aí a palavra “jazz”, equacionada a este mundo percussivo, sensual, selvagem.

O tango argentino surge também, de maneira interessante, como ponto de comparação: mesmo sendo uma dança agressiva e erótica (e o autor é mesmo relutante quanto à sua representatividade enquanto música típica da Argentina), une a estes “graves defeitos” o mérito de ser um “manancial de melodia”, enquanto que na música dos Batutas, simplesmente “a melodia não existe”, não passando aqueles sons de uma manifestação selvagem. Diríamos então que há aí um sistema de oposições: de um lado estão categorias como melodia, branco, refinamento da alma, de outro, percussão, negro, sensualidade selvagem. Isto remete aos significados mapeados por Menezes Bastos (2002) na construção da própria memória da música brasileira, que elege seus elementos formadores também dentro de um esquema bipartido: de um lado, melodia, harmonia, inteligibilidade, “branco”, de outro, ritmo, sensualidade, “negro”, o “índio” ocupando aí um lugar meramente residual. Os Batutas mostram, então, desde o ponto de vista e de escuta manifestado na crônica, um Brasil essencialmente, e negativamente, africano. Resta aqui apenas um dos elementos da fábula das três raças, numa percepção diferente daquela manifestada pelo cronista de La Nación em 08/12/1922 que, recordemos, reservava o lugar do português – voluptuoso! – na formação da música brasileira. Note-se ainda que este último lia a sensualidade que percebia nos Oito Batutas numa chave antes sedutora e poética, muito

diferente de sua simples e pura negação, enquanto estado evolutivo inferior (atuando, é certo, como elemento fundamental na legitimação da posição desejada por aquele que o critica) manifestada pelo espiritualista rio-cuartense.

Não passe por alto, enfim, um interessante indício: apesar de não conseguir ouvir como melodias os sons que saem dos banjos dos Batutas, sem por isso poder deixar de se curvar diante da habilidade dos instrumentistas, a menção destes instrumentos – os únicos que nomeia – no plural aponta para a presença no gupo de pelo menos mais um banjoista além de Donga, sendo então um possível testemunho da efetiva presença entre eles do Moleque Diabo86.

Talvez não seja ocioso notar, antes de seguirmos, que de forma alguma a crítica da qual estivemos tratando representa de maneira unívoca o que seria um ponto de vista “argentino” sobre o “Brasil”. Trata-se, sim de um repertório de significados que podia ser mobilizado, e de fato fazia sentido, em largos setores sociais, tanto na Argentina, quanto no Brasil e alhures. Tenha-se em mente as críticas que os Batutas receberam de seus patrícios, muitas vezes em termos bastante parecidos aos do cronista rio-cuartense, com a diferença de se alocarem numa chave intra e não inter-nacional, diferenciadoras, neste caso, de outras coisas, que não brasileiros e argentinos. Neste sentido, a comparação que sugeri entre os pontos de vista expressos em La Nación (08/12/1922) e, agora, em El Pueblo, mostram matizes bastante diferentes na percepção e valoração argentina da alteridade brasileira, mesmo que sempre exótica e sensual (e, como também temos visto, às vezes meio misturada com a portuguesa).

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Tal era o apelido do banjoísta Aristides Júlio de Oliveira, cujo desembarque em Buenos Aires junto com os demais integrantes dos Oito Batutas em 07/12/192 está documentada pelo CEMLA (cf. acima).

Lembro o leitor de que a esta altura os Batutas estão há quase dois meses na Argentina, há mais de um mês circulando pelo interior, afastando-se sempre da Capital Federal. Mas, enquanto ainda labutam na distante Rio Cuarto, sua volta à província de Buenos Aires já vai, de algum modo, sendo arquitetada. É o que podemos saber se, seguindo a linha do tempo, dermos, num parêntesis, um salto no espaço, de quase 800 Km, para encontrar no dia 06 de fevereiro, na cidade de La Plata, capital da província de Buenos Aires, uma antecipação sobre a estréia a acontecer dali a quase duas semanas:

“En el Avenida Hall – Los ocho batutas – La empresa de este cine ha contratado por sólo cinco funciones a estos famosos artistas brasileños, los cuales presentan números de música típica brasileña. Completan el espectáculo que presentan cuatro personas que bailan y cantan al unísono de la orquesta, ofreciendo un espectáculo lleno de color y ambiente. Proceden de los principales teatros de Londres y París, habiendóse presentado últimamente en el Empire Theatre de la metrópoli, en donde conquistaron un sonado éxito.

Este número actuará en los cines Ideal y Avenida, posiblemente desde el miércoles 21 del corriente” (El Argentino, La Plata, 06/02/1923).

Note-se a reincorporação do “Oito” ao nome e a notícia de que o espetáculo é completado por quatro pessoas que bailam, indicando, talvez, uma renovada participação de Los Guanabarinos. De fato, estes números não serão o único indício de novas alterações na composição do grupo quando este desfizer o caminho que o levou até Córdoba. Pelo menos um de seus integrantes ficaria em Río Cuarto por um tempo mais prolongado, dedicando-se a outro ramo profissional. Precisamente naquele dia 21 de fevereiro, marcado como data do

debut dos Batutas em La Plata, o músico Josué de Barros, anunciado como “profesor de

ciencias y de autosugestión hipnóticas”, estaria se fazendo enterrar vivo na esquina das ruas Cabrera e Buenos Aires. Antes disso, no entanto, os Batutas ainda teriam um novo trabalho – musical – na cidade. O carnaval se aproximava e os bailes, ao que parece, absorviam a mão de obra de tantas orquestras quantas estivessem dispostas a animá-los.

As notícias sobre a atuação dos Batutas no carnaval da pequena Río Cuarto são as seguintes:

“Bailes de Carnaval - (...). Finalmente la empresa del Teatro Municipal87, a última hora también se ha animado a dar 6 bailes, empezando el sábado próximo.

Para dichos bailes ha contratado la orquesta típica brasileña que actuara recientemente en 'El Plata'. (...)” (El Pueblo, Río Cuarto, 07/02/1923)88. “Vida Social – Bailes de Carnaval

Teatro Municipal – La sala del Teatro Municipal ha sido debidamente arreglada para los bailes que se efectuarán en los 6 dias de carnaval. La orquesta típica 'Los Batutas' dejarán oír sus mejores repertorios.

También habrá valiosos premios a las mejores parejas de baile” (Justicia, Río Cuarto 10/02/1923).

No dia 15 de fevereiro, momento em que os Batutas, alguns deles, pelo menos, já estariam se despedindo de Río Cuarto, pois no dia 17 aparecerão novamente na Capital Federal – a 700 Km de distância, vencidos provavelmente de trem –, a sua iminente estréia em La Plata é novamente anunciada por um jornal local:

“CINE AVENIDA HALL – En breve: en el Ideal y Avenida Hall. Un sensacional debut – LAS OCHO BATUTAS. Una absoluta novedad para La Plata. Número formado por los ocho mejores directores de orquesta brasileños” (El Dia, La Plata, 15/02/1923).

Neste mesmo dia começa – enfatizo que isto se passa no mesmo momento em que os Batutas, desfalcados em pelo menos um membro, estariam deixando a cidade – a ser anunciada em Río Cuarto aquela que seria uma grande novidade. Sigamos a saborosa

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Não disponho da data de fundação do Teatro Municipal de Río Cuarto, que segue hoje funcionando no mesmo prédio. Mayol Laferrere (op. cit. fasc. 05: 14) informa que, já nos anos 1920, o palco do Municipal recebia importantes atrações, entre companhias líricas, de dramas e comédias, argentinas e internacionais. Segundo este autor, no Municipal, assim como no Café del Plata, também se projetavam filmes.

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A leitura dos jornais argentinos mostra que, na época, a realização de bailes de carnaval nos teatros era prática corriqueira em Buenos Aires e, como evidenciam estas citações de Río Cuarto, também no interior do país. No Rio de Janeiro isto também acontecia, se bem que eventualmente pudesse ter um caráter de novidade, como indica o seguinte anúncio da revista Gazeta Theatral, nº 561, de 22/01/1923: “Carnaval no