relativamente constantes. Treinta gramos diarios de levadura desecada es con toda probabilidad la cantidad mínima que suministrará bastantes vitaminas para prevenir la pelagra, y SebrelY ha compilado en un trabajo reciente el tenor antipelagroso de todos los alimentos ensayados de- tenidamente.
Conclusiones.-De esta breve reseña cabe deducir que todavía con- tamos con muy pocos datos referentes a los requisitos vitamínicos del hombre, pues si bien nuestros conocimientos actuales ya bastan para precavernos contra graves deficiencias de estos principios, no nos capa- citan para la utilización máxima y económica de los alimentos, con la completa seguridad de obtener el desarrollo y mantener a los seres humanos en condiciones de conseguir un óptimo rendimiento de capa- cidad física e intelectual.
2 Vhse el BmmfN de mayo 1935, p. 478.
LA INFLUENCIA DE LA RAZA SOBRE LA
TUBERCULOSIS
Por el Dr. E. COCHRANE
Del Servicio Médico del Gobierno en la Guayana Inglesa, América del Sud
Es con cierta difidencia, como representante de un país fuera de la Unión Panamericana que me atrevo a llamar la atención sobre la necesi- dad urgente de proveer mayores oportunidades para obtener datos exactos acerca del desarrollo de la tuberculosis en la América del Sud.
La mayoría de los países sudamericanos, las Guayanas inclusive, comprenden que esta enfermedad dista mucho de mostrar la declinación observada en casi todos los demás pafses del mundo. Artículos tales como los de los doctores Rodríguez Pastor,l Vicente Mastellari,2 Lardé,3 y Ricardo,4 para mencionar solamente algunos, son de inmenso valor al revelar los problemas de administración y epidemiología que tanto llaman la atención de aquellos cuyos deber especial es el combatir esta enfermedad.
Hoy día es un hecho bien conocido y probado que la urbanización con su cortejo de pobreza y apiñamiento tiene la culpa del auge de esta enfermedad. En el siguiente sumario de investigaciones en este pafs he dado importancia al adicional coeficiente de la raza.
La Guayana Inglesa, lo mismo que casi todos los demás paises sud- americanos tiene una población compuesta de muchísimas razas. Entre los 310,000 habitantes las dos secciones principales son negros e Indios, en cifras casi iguales.
1 Pastor. J. R.,Bol. Of. San. Pan. 580, Za: 1933.
2 VicenteMaatellari, D. A., Bol. Of. San. Pan. 715,18: 1933. 8 Lard6, C. R., Bol. Of. San. Pan. 26, IS: 1934.
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Los Indios por lo general son descendientes de inmigrantes de la India Meridional, la mayoría de los cuales son Indostánicos con una minoría de musulmanes y cristianos. Los negros son hijos de grupos llevados del Africa occidental en los días de la esclavitud. Otras razas designadas en el orden de sus números respectivos mestizos son: Indios Aborígenes, Portugueses, Chinos e Ingleses.
Ha sido posible hacer una investigación de la manera en que la tuber- culosis ocurre entre estas distintas razas por medio de un censo que ha sido tomado cada diez años desde 1831, y un análisis exacto de la población, según raza, edad y sexo.
Además un reglamento muy riguroso en efecto desde 1914, exige que todos los casos de tuberculosis sean notificados, y además ha obtenido que 90% de los certificados de muerte sean firmados por médicos.
Como en otros ‘países las cifras notificadas apenas han excedido a las muertes, y en verdad durante ll años de los 20 transcurridos desde que la notificación tomara forma obligatoria las muertes han superado a las notificaciones. En Georgetown, la ciudad principal donde la norma de diagnostico es más alta, las notificaciones por lo general han excedido a las muertes y ahora la proporción respectiva viene a ser de 1.7: 1.
En Georgetown el coeficiente de mortalidad debido a la tuberculosis en 1930, tomando en cuenta un año promedio era de 160 por 100,000 habitantes, JO cual compárase favorablemente con el de casi todos los países sudamericanos, mientras para el país entero fué de 100.
Como de costumbre la urbanización desempeña el papel principal en la incidencia más alta en Georgetown, pero no cabe duda que la raza es además un factor de importancia.
Las razas numéricamente más importantes en la ciudad son los negros y mestizos, entre los cuales según veremos en la tabla siguiente, se muestra la frecuencia de la enfermedad mucho más en la ciudad que entre los Indios que residen en aldeas y haciendas.
Frecuencia de la tuberculosis por 100,000 habitantes entre las razas de la Guayana Inglesa:
(Basado en los datos de 10 años 1922-1931) :
Indios Aborígenes... 210
Negros... 140
Portugueses.. . . . 120
Chinos...,... 90
Indios Orientales... 80
un aumento muy insignificante entre los primeros, tal vez debido a que algunos de los enfermos formaron sus hogares en la ciudad para poder de esta manera obtener tratamiento médico con más facilidad. Los cifras más altas para todas las razas se encuentran entre los Indios Abotigenes, quienes viven solamente en el interior.
Las cifras en la tabla son las que pudieran esperarse al estudiar razas cuya exposición a la enfermedad varían desde dos generaciones, como sucede con los Indios aborígenes, hasta siglos tratándose de los descen- dientes de Asiáticos.
AZimentación.-He tomado también en cuenta la dieta de los Indios al estudiar las cifras. La mayoría de los Indios son indostánicos, y en consecuencia son vegetarianos, mientras que la minoría, 0 sea 20% son Musulmanes y Cristianos, y por hábito carnívoros. Quedó probado que la tuberculosis afectó igualmente a ambas secciones.
Edad.-El estudio de las edades en cuales la enfermedad se muestra en las razas diferentes ofrece las siguientes comparaciones interesantes. Entre los Indios varones el primer aumento notable ocurre entre el período de 2530 años de edad, y otro aumento, aunque más pequeño a los 3540 años, mientras que el mSls grande aumento se manifiesta entre las 4530 años. En las mujeres indias ocurren tres aumentos similares, pero el mayor de ellos aparece durante la edad 3540. Es digno de nota que las muertes de tuberculosis entre las mujeres indias son dos terceras partes de las que se observan entre los hombres.
En los negros la mayor frecuencia ocurre en las edades 2530 en los hombres, ya la edad 20-35 años en las mujeres. Después de estas edades viene una gran rebaja en el número de casos, con un pequeño aumento a la edad de 3540 años para los hombres, pero ningún aumento para las mujeres.
El aumento principal en los hombres mestizos es evidente a los 2530 años seguido de otro pequeño aumento a la edad de 45-50 años. Las mujeres acusan una cifra alta a la edad de 20-25 años, pero ésta aumenta considerablemente a los 3540 años, cuando la enfermedad llega a su más alta cúspide.
El efecto de la raza no se limita a la frecuencia de la enfermedad, sino que sin duda ayuda muchisimo en el tratamiento.
Desgraciadamente, el autor solamente ha vivido en la América del Sud por dos años y no ha podido obtener cifras fidedignas en las cuales pudiera basar un promedio exacto de la tuberculosis en distintas razas. De sus propias cifras copiadas durante su permanencia aquí, puede deducir con toda confianza que la duración de la vida después de la notificación es mucho menor entre los indios aborígenes y los negros que en cualquiera de las otras razas.
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esta enfermedad infecciosa en dichas razas susceptibles influye sobre el tipo de tratamiento, y mientras que parece que los métodos conser- vadores de descanso, y una dieta bastante abundante pueden beneficiar al indio, sobre todo al de edad mediana, únicamente lo que puede salvar al negro, ya joven o de edad mediana, cs un riguroso y activo tratamiento quirúrgico.
Al presentar este pequeño artículo deseo aprovechar la oportunidad de explicar las dificultades que rodean al médico anti-tuberculoso en los trópicos. Por lo general ha recibido su educación en Europa, o los Estados Unidos donde ha tenido de maestros hombres sin experiencia de las condiciones tropicales, donde sus libros y revistas han tratado casi exclusivamente de los aspectos del mal en los climas templados y ha tenido por supuesto poca oportunidad de cambiar impresiones con otros tisiólogos. Muchos de los países de Centro y Sud-América en las zonas tropicales pueden ofrecer datos epidemiológicos, patológicos, y clínicos con referencia especial a las condiciones tropicales.
Esperemos que muy pronto haya oportunidades para más cooperación y frecuente cambio de opiniones, de manera que podamos competir con nuestros colegas de los climas templados.
Deseo agradecer al Dr. J. 8. Henderson, Cirujano General de la Guayana Inglesa, el permiso de pub!icar este artículo.
Razas europeas.-En su obra dedicada a los problemas étnicos en Europa, Huxley, zoólogo, Haddon, antropólogo, y Carr-Sanders, sociólogo, discuten los principios de la herencia humana, las bases de la clasificación étnica, y los prin- cipales grupos étnicos en Europa. Hoy día se emplea el término “grupo étnico” mas bien que raza, por no existir ésta en su verdadera acepción en Europa. Cierto es que hay diferentes tipos físicos, pero los cruces han sido tales, que ya no existe raza pura. La unidad en que se fundan las naciones, es cultural y no étnica, y en cada nación figuran muchos tipos físicos, incluso numerosos inter- medios y algunos aberrantes. Refiriéndose a la llamada raza nórdica, los autores hacen notar que los descubrimientos fundamentales de la civilización son la escritura, la agricultura, la rueda, y las edificaciones de piedra, y todos ellos procedieron del evante, debiéndose a individuos a quienes no cabe llamar nórdicos en modo alguno. En la antigüedad, Aristóteles ofreció razones que, para él, impedían que los bárbaros nórdicos, así como los asiáticos, se elevaran a la altura de los griegos, diciendo que les faltaban inteligencia y destreza a los primeros, aunque tenían suficiente valor, sucediendo lo contrario con los asiáticos, poseyendo ~610 los griegos ambas clases de cualidades. Los mismos alemanes son una mezcla de razas nórdicas y alpinas (eurasiaticas), predominando las últimas, y los mas grandes alemanes, incluso Beethoven, Kant, Schiller, Liebnitz y Goethe, tenían cabezas típicamente alpinas. Para el etnólogo Keith, la civiliza- ción en Europa ha desintegrado las razas, sustituyéndolas las nacionalidades, y
