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La solucion de mafarside-orvus en la profilaxis de la blenorragia en la mujer

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Academic year: 2017

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DE LA BLENORRAGIA EN LA MUJER*

POR EL DR. JUAN M. FUNES Y LA SRTA. CASTA LUZ AGUILAR

Jefe de la SecciBn de Venereologia y Laboratokta, respectivamente, de la Dirección

General de Sanidad Pública de Guatemala

En este trabajo se presentan los resultados del empleo de una solución de mafarside-orvus utilizada como profiláctico contra la blenorragia en un grupo de mujeres expuestas constantemente a infecciones venéreas. La profilaxis de la infección venérea consecutiva al contacto sexual con un sujeto infectado no ha recibido nunca la misma atención en la mujer que en el varón. Esto se debe sin duda a que resulta mucho más fácil aplicar tratamiento profiláctico al varón, utilizando preparados adecua- dos.

Sin embargo, ya se han publicado algunos trabajos sobre este tema. Sonnenberg (1) utilizó el bismuto con buenos resultados para la pre- vención de la sífilis en un grupo de prostitutas; Levaditi (2) obtuvo resultados semejantes en campesinos de la Indochina. Estos resultados fueron comprobados tanto por Moore (3) como por Hanzlik (4). En términos generales se conviene en que, aunque no todas las investi- gaciones han confirmado la facultad profiláctica del bismuto, el bien documentado trabajo de Sonnenberg constituye al parecer prueba ine- quívoca de la eficacia de dicho medicamento cuando se aplica por vía parentérica al varón. Asf también, el trabajo de Hanzlik (4) en la sffilis experimental del conejo, señala el valor del bismuto por vía oral. Se estima, sin embargo, que la inyección o la administración oral pro- longada del bismuto tiende a limitar su empleo como profiláctico.

Para la mujer se ha recomendado la solución argéntica y el ungüento mercurial, utilizados como profilácticos en la blenorragia y en la sífilis en el varón. Esta técnica es de utilidad limitada, según han hecho notar Vonderlehr y Heller (5), así como Stokes (6).

El principal problema con que se tropieza en los Estados Unidos no se relaciona con la profilaxis, sino más bien con el descubrimiento de las mujeres infectadas para someterlas a tratamiento. En varios de los países en que la prostitución está reglamentada y sujeta a un sistema de inspección médica, se ha prestado atención no sólo al descubrimiento y tratamiento de la mujer infectada, sino también a la prevención del contagio de o por la prostituta, mediante el uso de preservativos. Sin embargo, el sistema reglamentarista adolece de graves defectos, ya que existe un período latente de incubación entre el momento en que se adquiere la infección y la aparición de las manifestaciones clínicas,

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durante cuyo lapso ni el examen médico más cuidadoso permite es- tablecer el diagnóstico, pero durante el cual la mujer puede adquirir o transmitir una infección. Como no se puede confiar en el preservativo, debido a la renuencia del hombre para usarlo, es evidente que la protec- ción dela prostituta debe basarse en impedir que adquiera la enfermedad. El observador que conozca la ment’alidad de la prostituta corriente y las condiciones en que vive y ejerce su comercio sexual, se da cuenta de que para que resulte efectivo, todo método profiláctico debe ser de apli- cación extremadamente sencilla, de manera que pueda administrárselo la prostituta misma en condiciones sanitarias muy primitivas. Si el método ofrece además alguna ventaja como cosmético o desde el punto de vista estético, es más probable que sea aceptado y usado con regulari- dad y cuidado.

El profiláctico orvus-mafarside, preparado por Arnold y Mahoney (7), posee ciertas características indicativas de que podría ser utilizado ventajosamente por la mujer. Dicho profiláctico consiste en una solución acuosa de mafarside y orvus, con la cual se aconseja que los varones se laven los genitales y partes circundantes después del contacto sexual.

La solución que ofreció mayor protección en conejos sifilíticos contenía 0.2% de mafarside y 1 yo de sulfito de alquilo-aril. En el estudio se aplicó una suspensión de emulsión testicular de T. pallidum, durante una o dos horas, sobre la mucosa intacta del pene del conejo. Se procedió conforme al siguiente procedimiento :

“Se sujetó firmemente a conejos machos normales, de genitales bien desarrollados, sobre soportes adecuados. Los genitales se limpiaron con torundas de algodbn embebidas en solución salina normal. Se empaparon pequeños trozos de algodón absorbente con la suspensión de espiroquetas, que luego se insertaron en el saco prepucial, a lo largo del pene. Se mantuvo ocluído el orificio del prepucio por medio de una pinza hemostática. Los trozos de algodón fueron humedecidos nuevamente cada 15 minutos, depositando una gota de la sus- pensión en la bolsa prepucial. La exposición al contacto se continuó de una a dos horas. Después de sacar el algodón, se buscó evidencia macroscúpica de traumatismo de las membranas, y de ser hallada, se eliminó al animal del ex- perimento.

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“Los cinco animales de control utilizados en cada experimento, fueron devuel- tos a sus respectivas jaulas sin tratamiento, y todos desarrollaron lesiones sifilfticas, positivas al fondo obscuro. A los otros animales expuestos se les administró tratamiento profilactico con aplicación local del medicamento en estudio. El prepucio fu6 retrafdo; los genitales y el área circundante, que pudieron haber sido contaminados fueron cuidadosamente remojados con la solución profiláctica y sometidos a masajes durante un minuto. En el proceso, el pene fu6 sumergido en un frasco de Erlenmeyer (25 CC) que contenía la solución. Utilizando la presión de la abertura del frasco en contra del cuerpo, se produjo una erección temporal, de manera que la solución alcanzara toda la superficie”

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Los estudios llevados a cabo en animales de experimentación han demostrado la efectividad de la preparación de orvus-mafarside en la prevención de la sífilis. La solución debe usarse de preferencia dentro de las 12 horas a partir de su preparación. Aunque se obscurece rápida- mente, no manifiesta pérdida de efectividad notable dentro de las primeras 12 horas. La pérdida completa de potencia toma por lo menos , dos semanas. Las investigaciones de laboratorio demostraron su efec- tividad in vitro en contra del gonococo (8). La fórmula ha sido extensa-

mente ensayada en mujeres, usándola como ducha en el tratamiento de las infestaciones por tricomonas vaginales (9). En el tratamiento de este tipo de vaginitis se usaron 500 CC de la solución con una composición de 1% de orvus y 0.1% de mafarside, como ducha de aseo, dos veces al día y durante una semana. Al mismo tiempo se practicó lavado cuida- doso, con la solución, de los genitales externos y las regiones perineales y púbicas. En cerca de 100 pacientes tratadas así, por lo menos la mitad manifestó evidencia clínica y microscópica de mejoría.

El efecto más notable consistió en la propiedad de la solución para disolver las secreciones mucoides y para limpiar el tracto genital y la mucosa vaginal, dejándolos completamente libres de secreción. Al mismo tiempo, la preparación obra como un buen desodorante de los genitales. La experiencia de Edwards (lo), quien usó la preparación para tratar éste y otros tipos de vaginitis, demostró la misma capacidad para disminuir el mucus, y para asear y actuar como desodorante. Estos estudios revelaron la falta de toxicidad por la ausencia de manifestaciones locales de sensibilidad tisural. Los únicos inconvenientes encontrados fueron la coloración pardusca que adquieren las toallas y otras clases de tejidos cuando entran en contacto con la solución, y que la mujer algunas veces nota sequedad genital excesiva.

Estas propiedades sugirieron que la fórmula podría ser de valor como profiláctico para la mujer, después de exponerse al contagio. La pros- tituta corriente debe hacer algún esfuerzo para asear por lo menos sus genitales externos después de cada contacto, y muchas prefieren apli- carse una ducha vaginal. Los encargados del control de las enfermedades venéreas en varias partes del mundo, han notado que los cuartos habi- tados por las prostitutas siempre cuentan, a falta de agua corriente, con un depósito y un recipiente de agua, suficientes para propósitos de lim- pieza. Se consideró, por consiguiente, que la solución mafarside-orvus, que tiene apariencia de jabón y actúa como detergente y desodorante eficaz, y cuyo uso permite las acostumbradas maniobras de lavado, sería aceptada sin vacilación.

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viamente durante largo tiempo por el primero de los autores. Tomando por base la asistencia a la clfnica para los exámenes regulares, se dedujo que cooperarían con la mejor voluntad para los fines del experimento. A cada una de ellas se le entregó una pera para duchas vaginales, así como ei equipo necesario para preparar la solu&in. Se proporcionó el profiláctico en frascos pequeños con tapcíjl de caucho, con la mezcla orvus-mafarside en forma de polvo. Al contenido de cada frasquito se . agregaban 500 CC de agua, formando una solución de 0.02% de mafarside y 0.2y0 de orvus. La solución se preparaba inmediatamente antes de emplearla, instruyéndose a la mujer para que usara 500 CC como ducha vaginal después de cada contacto, y que se lavara los genitales externos y partes vecinas frotando de manera que se formara espuma. Esta solución es mucho más diluída que la empleada en el tratamiento de las tricomonas (9) y que la reconocida como eficaz para la profilaxis de la sífilis experimental (7). Anteriormente se habfan observado casos de dermatitis localizada, debida al parecer al contact,o de la solución (9), y como este estudio necesitaba múltiples aplicaciones diarias durante un período indeterminado, se consideró que esta solurión disminuiría las probabilidades de reacciones indeseables de Ia piel y mucosas.

Las seis voluntarias usaron la fórmula cuidadosa y regularmente del 15 de junio al 15 de diciembre de 191-8. Aunque no se practicaron ohser- vaciones exactas, cada una de las mujeres tuvo por lo menos tres con- tactos sexuales diarios, siete días a la semana, y con frecuencia algunos más. Las mujeres fueron examinadas cuidadosamente dos veces por semana, tomándose frotis del cuello y cultivándose la secreción cervical una vez por semana. Se extremaron las precauciones para tomar muestras de lo más profundo del conducto cervical, antes de cualquier ducha matutina, para aminorar el efecto de la preparación sobre el cultivo del gonococo. Las seis mujeres se mostraron satisfechas con la preparación, sobre todo como agente de aseo íntimo y desodorante. Los únicos in- convenientes consistieron en una sensación ocasional de sequedad ex- cesiva de los genitales y en la acción de la solución sobre la ropa, que se tiñe ligeramente.

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En lo que respecta a ingresos por sífilis, no existen pruebas de que las integrantes del grupo se contagiaran con dicha enfermedad durante el períoda de ensayo de la solución profiláctica, aunque dos de las mujeres habían sido previamente infectadas y tratadas. Es manifiesto, pues, que la aplicación de la ducha de orvus-mafarside después del contacto, produjo un descenso de la incidencia de blenorragia en el grupo de seis prostitutas que lo usaron durante seis meses. El método fué bien aceptado por las interesadas, y ofrece al parecer un medio sencillo y efectivo para la profilaxis de la blenorragia en la mujer.

REFERENCIAS

(1) Sonnenberg, E.: Die anwendung des wismuts als prophylactische konzeption enganzende experimente, Dermant. Wchnschr., 92:655, 1931; Neuf ans de traitement-preventif bismutique de las syphilis; Bul. Atad. Med.,

París, 114:374, 1935.

(2) Levadity, B.: Bismuth prevention in syphilis, Bull. Soc. Path. Ezot., 30:849, 1937.

(3) Moore, J. E.: “The Modern Treatment of Syphilis,” C. C Thomas, Spring- field, 1943, p. 566.

(4) Hanzlik, P. J.; Lehman, A. S., y Van Winkle, W. Jr.: Protective value of bismuth in syphilis, Am. Jour. Syph., Gon. & Ven. Dis., 24:468,1940.

(5) Vonderlehr, R. A., y Heller, J. R. Jr.: “The Control of Venereal Disease,” Reynal & Hitchcock, New York, 1946, p. 173.

(6) Stokes, J. H.; Beerman, H., e Ingraham, N. R., Jr.: “Modern clinical syphil- ology,” W. B. Saunders, New York, 1944, p. 1226.

(7) Arnold, R. C., y Mahoney, J. F.: Local prophylaxis in experimental syphilis of the rabbit, Jour. Ven. Dis. Inf., 138, mayo 1948.

(8) Thayer, James D. : Observaciones inéditas.

(9) Arnold, R. C.; Cutler, J. C.; Nimmelman, A., y Thayer, J. D.: Observaciones inéditas.

(10) Edwards, Waldo B.: Observaciones inéditas.

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