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Vacunacion en masa con BCG en el Ecuador

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Academic year: 2017

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VACUNACION EN MASA CON BCG EN EL ECUADOR* Por el Dr. JORGE A. HIGGINB

Jefe del ServicZo National Antituberculoso del Ecuachn

Este trabajo tiene como finalidad describir sucintamente el resultado inmediato y presentar los datos provisionales obtenidos en un programa de vacunación en masa con BCG, que fué planeado para desarrollarse en la República del Ecuador en el periodo de un alio (junio 1950-julio 1951).

EI 28 de abril de 1950 se firmó en Quito un acuerdo entre el Gobierno del Ecuador y la entidad denominada “Joint Enterprise,” que era una empresa cooperativa entre la UNICEF, la OMS y la Cruz Roja de Dinamarca y Suecia y el Socorro Noruego para Europa.

Este plan debía desarrollarse bajo un sistema coordinado entre el Servicio Nacional Antituberculoso del Ecuador, dependencia de la Dirección General de Sanidad de ese país, y una misión de peritos ex- ’ tranjeros, compuesta por m6dicos y enfermeras con vasta experiencia

en este tipo de campañas en otros pafses.

Compartieron la dirección y responsabilidad del desarrollo del pro- grama el Jefe de la Misión del “Joint Enterprise,” que para mayor como- didad de lenguaje se denomina “Campaña Internacional Contra la Tuberculosis,” o con las siglas de su nombre en ingl& I.T.C., y el Jefe del Servicio Nacional Antituberculoso del Ecuador, representante es- pecial del Gobierno para el desarrollo y ejecución de este plan.

El objetivo del programa era ejecutar la tuberculinorreacción en toda la población de 1 a 20 afios de edad en las provincias de la costa ecuato- riana, y de 1 a 30 años en la sierra del pafs. Esta determinación se tom6 en vista de que diversas encuestas efectuadas hasta la fecha de iniciación de la campaña, habfan mostrado que en las provincias costaneras la infección tuberculosa llegaba a cifras muy cercanas al 100% a la edad de 20 años, mientras que en las provincias serranas sóIo alcanzaba ese porcentaje a la edad de 30 años.

No existiendo en la fecha de dar principio a los trabajos un censo nacíonal que indicara con exactitud la población del país, y tomando por base solamente los censos parciales y las cifras calculadas, con- sideramos que la población ecuatoriana sería de 3,500,OOO habitantes, y por lo tanto, de acuerdo con cálculos estadísticos obtenidos en otros paises, la poblaci6n comprendida en las edades mencionadas y que era la que se trataba de “probar,” la calculamos aproximadamente en un millón de personas.

* Trabajo presentado al IX Congreso Panamericano de la Tuberculosis, Guaya- quil-Quito, jul. 14-22,195l.

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Novie??zbTe f wi TIJl3ERCULOSIS: VACIJHACI6N 429 En

lo

que

se

refiere a

la

organizacidn del personal, de

acuerdo con b

experiencia de los técnicos escandinavos se estable& que para lograr nuestro objetivo en el periodo de un año, se necesitarían nueve equipos vacunadores y dos equipos dedicados uno a la propaganda y otro a planear el trabajo. Cada equipo vacunador estaría formado de un médico y dos enfermeras nacionales y un asesor técnico extranjero (médico o enfermera), que asistiría permanentemente a los equipos en relación con los diferentes aspectos de la técnica de la vacunación, organización de grupos, preparación del material estadístico, etc. Más adelante se darán otros detalles sobre el modo de operación de estos equipos.

En referencia al orden cronológico que debfa adoptarse en las diferentes regiones del país, se estableció que por razones de orden climático habría que iniciar la campana en las provincias de la costa, para aprovechar la estación seca, que comienza normalmente en junio y se prolonga hasta diciembre, de tal manera que fuera factible principiar en este ultimo mes los trabajos en las provincias de la sierra, en donde las inclemencias del clima y especialmente las lluvias son menos frecuentes en esta época y de características tales, que no interrumpen eI transito sobre las carre- teras sin pavimentar.

Así pues, se decidió dar comienzo a los trabajos en la ciudad de Guaya- quil, la mayor del pafs, y en la cual se había localizado la Oficina central con sus diferentes secciones de Administración, Suministros, Estadística, etc. Se tomó esta resolución, entre otras razones, por ser Guayaquil la sede de1 Servicio NacionaI Antituberculoso y de la Dirección General de Sanidad. La iniciación de la Campana en el principal puerto ecuato- riano, permitiría indiscutiblemente resolver con facilidad los problemas imprevistos que se presentaran y adquirir la necesaria experiencia para cuando la Campaña comenzara a extenderse, y por lo tanto, a alejarse de la Oficina Central.

Preparación del personal nacional.-Como ya se ha indicado, el per- sonal encargado de este trabajo estaba formado por extranjeros (médicos y enfermeras), y por nacionales (también médicos y enfermeras), aparte del personal administrativo. En relación con el personal nacional, con- viene señalar que la mayor parte de los médicos fueron seleccionados de los grupos que en años anteriores habían obtenido título de especializa- ci6n en cursillo de tisiología que el Servicio Nacional Antituberculoso, en cooperación con la Liga Ecuatoriana Antituberculosa, había iniciado hacía algunos años. Las enfermeras, que con muy raras excepciones no tenfan título profesional, fueron seleccionadas de un grupo de muchachas jóvenes, con grado de bachiller al menos, y a quienes se dictó un curso de adiestramiento tres meses antes de comenzar el programa,

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430 BOLETfN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA sus diferentes métodos de aplicación y más tarde, tras un conveniente período de enseñamiento teórico, se realizó un curso práctico, tanto de la técnica de la intradermorreacción, como de la vacunación con BCG.

Teniamos planeado utilizar 18 enfermeras nacionales y tomaron el curso más de 60 voluntarias que aceptaron la condición de ser selecciona- das de acuerdo con su aprovechamiento y habilidad, sin recibir remune- ración alguna durante el periodo de adiestramiento.

Mensualmente todo el grupo fué sometido a pruebas de suficiencia y al final del trimestre, el número había quedado reducido a 40, que habian demostrado condiciones sobresalientes para tener opción a ser selec- cionadas.

La decisión fué entregada a los técnicos extranjeros, quienes se guiaron para esta selección, no solamente por la habilidad, sino también por las condiciones morales y espfiitu de trabajo que las candidatas demos- traron después de pruebas de muy diverso orden. El sistema di6 los más brillantes resultados, pues de una manera general fué posible contar para el trabajo con un grupo de colaboradoras que demostraron una gran capacidad y una preparación técnica excelente.

Fondos.-De acuerdo con el Convenio firmado por el Gobierno del Ecuador con la I.T.C., esta empresa internacional debfa aportar para el desarrollo del programa 300,000 dólares y el Gobierno 2,232,OOO sucres (aproximadamente 150,000 dólares), o sea un total aproximado en sucres de 6,975,000, tomando como promedio el cambio de 15.50 sucres por cada d6lar.

Como el presupuesto de Sanidad no contaba con el dinero para este aporte, fué solicitada a la Liga Ecuatoriana Antituberculosa (cuyos fondos proceden de impuestos nacionales), la asignación necesaria. Al finalizar la Campaña, sin embargo, ninguna de las dos partes había gastado lo presupuestado, pues la empresa internacional gastó 3,337,OOO sucres (aproximadamente 215,000 dólares) y el Gobierno empleó 2,197,OOO sucres (aproximadamente 142,000 dólares), o sea un total de 5,534,OOO sucres (aproximadamente 357,000 dólares). Todas estas cifras son provisionales.

Conviene recalcar que, de acuerdo con la empresa internacional, se estableció que el personal técnico (médicos y enfermeras) debía ser remunerado con sueldos y viáticos superiores a aquellos usualmente acostumbrados en el psis, por dos razones fundamentales: primero, por tratarse de un trabajo temporal y segundo, para tratar de tener asegurada la estabilidad del personal, condición de gran importancia para el feliz dxito de la Campaña.

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Noviembre 1961 TUBERCULOSIS: VACUNACIÓN 431 Plan geográfico de la Campaña.-La República del Ecuador se en- cuentra dividida polfticamente en 17 provincias y de acuerdo con lo mencionado anteriormente, la campaña comenzó por las provincias costaneras: Guayas, Manabí, Los Ríos, y El Oro, dejando solamente la de Esmeraldas para el final, pues su aislamiento por vía terrestre imposibilitaba la continuidad de la acción y el tiempo calculado demos- traba que al incluirla en el programa de trabajo a continuación de las otras, se corría el riesgo de arribar a ella en plena estación lluviosa.

De la Provincia de El Oro debíamos partir para el trabajo de las provincias serranas, comenzando con Loja y continuando con Azuay, Chimborazo, Tungurahua, etc. (ver mapas) para terminar con la Pro- vincia de Esmeraldas.

Respuesta del plibllco.-También conviene consignar que, salvo en una ocasión, la respuesta de la población de toda la República, frente al programa de vacunación fu6 por demás satisfactoria, y puede decirse que todo el público del país, supo dar su cooperación en una forma u otra, para el feliz desarrollo de la Campaña.

La respuesta favorable tuvo una excepción y deseamos hacer hin- capié en esta cuestión, porque el desarrollo de este acontecimiento tiene, en nuestro concepto, valor excepcional por la experiencia recogida.

De acuerdo con la técnica de trabajo, como acción previa a la vacuna- ción, se desarrollaba un plan de propaganda, que iniciaba un grupo designado “equipo preparador del terreno,” formado por un médico nacional (Sub-Jefe de la Campaña), un asesor extranjero (mklico) y uno o dos secretarios. Al arribo a cada lugar, el equipo se ponfa en con- tacto con las principales autoridades, el personal docente de las escuelas y colegios y con toda persona que por una u otra razón se estimara conveniente e importante para el éxito de este propósito.

Este primer contacto con la población, permitía darse cuenta, de inmediato, de la acogida que el Plan iba a tener en la localidad. Pues bien, al llegar a la ciudad aludida como la excepción, el equipo “pre- parador” pudo darse cuenta inmediata de que existía un ambiente adverso a la vacunación y una resistencia general para aceptar la cam- paña. Investigada la situación se pudo comprobar que la resistencia había nacido, como es experiencia universal, de un grupo de médicos opositores que de buena fe unos, con mala información otros, temían a la vacunación o pensaban arîn que podía ser perjudicial.

La oposición fu6 creciendo a medida que el tiempo transcurría y

cuando los equipos de vacunación llegaron a la población, se había producido una verdadera psicosis colectiva y fu6 muy fácil comprender que de no tomar una actitud definida y rápida, el problema podía agravarse más aún y dar al traste con el éxito del programa en esa ciudad y quizás en otros lugares del pafs, como una consecuencia lógica.

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432 BOLETfN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA

de referencia colocada geogr&ficamente, bastante al sur del

pals, se

decidió que todos los equipos se trasladaran inmediatamente al extremo norte del mismo, para de esta manera interrumpir o descontinuar la propagación de los falsos rumores, que como mancha de aceite se iban esparciendo hacia las poblaciones vecinas.

Es preciso mencionar que, como también ha sucedido universalmente, en esta ocasión la base de esos rumores se sustentaba en la inverosímil muerte de decenas primero y centenas después, de niños que habian fallecido de meningitis y de fantásticos cuadros de “tuberculosis ga- lopante,” al día siguiente o a las pocas horas de haber recibido la vacuna-

ci6n.

Desde luego que tales casos no existían sino en la imaginaci6n de

los que los inventaron.

Demás está, decir que antes de ordenar el retiro de los equipos de vacunación de la zona mencionada, se desplegaron todos los esfuerzos posibles y se emplearon todos los medios de propaganda y de persuasión para hacer que el público cambiase su manera de pensar, sin lograr dicho objetivo. Cabe mencionar que entre las medidas tomadas, se incluyó la convocatoria a una discusión de mesa redonda con los médicos de la localidad y en ella se produjo un verdadero debate, que natural-

mente result6

con un saldo muy favorable para el personal de la cam-

paña, pues mejor informado y documentado, estaba en posición de clarificar todas las dudas presentadas en la discusión.

Pero

lo

que resulta interesante mencionar, es que la medida adoptada de retirar y alejar a los equipos de la zona “amagada” por la resistencia,

fuk

seguida inmediatamente de una intensa propaganda, especialmente periodística, con una orientación definida, mostrando al público los resultados obtenidos en otros paises, así como las recomendaciones de Congresos y calificados hombres de ciencia extranjeros a favor del BCG.

También hay que mencionar que algunos médicos de la localidad aludida, decididos propulsores de la vacunación con BCG y con una preparación y capacidad suficientes, desde el primer momento de la retirada de los equipos, plegaron a nuestro lado, poniendo mucho empeño y esfuerzo en pro de la campaña.

De esta manera, desde el momento en que abandonamos la ciudad hasta que los equipos estuvieron prontos a regresar, la campaña de propaganda fu6 sostenida de manera intensa y cuando todas las pro- vincias del norte habían sido vacunadas y lleg6 el momento de volver, fu6 muy placentero poder comprobar que el concepto general, la opi- nibn mayoritaria, estaba a nuestro favor y la campaña pudo desarrollarse con muy satisfactorios resultados.

(6)

Noviembre i961 TUBERCULOSIS: VACUNACI6N 433 buen resultado en un &ea en que se encuentra oposición para una com- paña de esta naturaleza.

Conviene dejar constancia de que la relaci6n de este incidente, ~610 debe considerarse como una enseñanza práctica recogida en el campo del trabajo, no se presenta como crítica agresiva hacia los oposicionistas, pues es sabido que todavía hoy, a pesar de toda la experiencia adquirida con el BCG y de los extraordinarios resuhados obtenidos con él, en muchos países del mundo existen opositores tenaces, que no desperdi- cian ocasión para desacreditarlo aun a fuer de argumentos infantiles o de la presentación de estadísticas poco estudiadas y lo que es peor, que hay revistas médicas de conocida reputación que dan acogida a ar-’ tfculos basados en hechos científicos poco s6lidos o que ~610 reflejan la opinión personal de los autores, que en muchos casos carecen de la necesaria experiencia en el terreno. No es de admirar pues, que en cualquier país, existan de vez en cuando brotes oposicionistas de esta naturaleza.

Datos estadfsticos generales.-De acuerdo con el censo nacional practicado en noviembre de 1950, la población total del Ecuador es de 3,076,933 habitantes, es decir una cifra, en aquella fecha, menor en medio mill6n de la que se había tomado en consideración para efectuar el calculo de la población que debía de ser probada en el programa.

De acuerdo con el mismo censo, la población de las provincias de la Costa arroja la cifra de 1,226,859 habitantes y la de 1,818,085 para las de la Sierra, siendo el resto de 31,989 correspondiente a la Regi6n Oriental, con sus dos provincias, Santiago Zamora y Napo Pastaza.

La experiencia demográfica demuestra que la distribución de la po- blacibn según las diversas edades, es un factor en extremo variable y que fluctúa en relación con una serie de elementos, que hacen imposible establecer un c&.~lo exacto. Así pues, mientras no se haya realizado la tabulación completa de las cifras del censo, resulta muy difícil poder apreciar cual-sería el monto de poblaci6n que se deberfa haber probado en la Campana. Sin embargo, de acuerdo con la experiencia adquirida en otros países, se estima que un cálcuIo de un 25% sobre la población total no es exagerado, ni demasiado conservador.

Así pues, aplicando este porcentaje a las cifras de población brindadas por el censo, se debían haber probado en cifras redondas 750,000 personas, de haber planeado la aplicación de la prueba tuberculínica en los pobladores comprendidos entre las edades de 1 a 30 años en todo el país, pero como se sabe que de acuerdo con el plan de trabajo habfa que probar a los habitantes de la Costa, únicamenta hasta los 20 años, resulta razonable aplicar el porcentaje de 25% solamente para los habitantes de la serranía y el de 20% para aquellos de la Costa.

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434 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA

450,000 personas a probar en la Sierra y Costa, respectivamente. Los resultados de la campaña muestran las siguientes cifras:

Número de personas probadas en la Sierra. ... 378,263 Número de personas probadas en la Costa. ... 264,709 Número de personas probadas en el Oriente ... 4,467 Ndmero total de probados en el pafs ... 647,369 Las cifras de Oriente no han sido incluídas en los cálculos estimativos, pues resulta obvio que dadas las condiciones especiales de esa región, sin facilidades viales y con un clima poco hospitalario, todo cálculo resultarfa imposible.

Pensamos pues, que las cifras calculadas, resultaron de manera ge- neral bastante cercanas a las obtenidas.

Material estadístico.-La información estadfstica acerca del trabajo de pruebas tuberculínicas y vacunaciones efectuadas, se basaba en: (1) un informe diario con los datos de las labores desarrolladas y (2), en las tarjetas individuales de vacunación con las cuales era posible analizar el material de acuerdo con la edad, diámetro de induración de las reacciones tuberculínicas, etc.

Los informes diarios eran enviados por los equipos de vacunación a la Oficina Central de Estadística al final de cada mes, mientras que las tarjetas convenientemente clasificadas eran enviadas a la misma oficina, al finalizar el trabajo de cada distrito.

Con estos datos en mano, la Oficina Central de Estadística estruc- turaba informes completos y detallados que eran enviados a la “Oficina Central de Investigaciones sobre Tuberculosis y Estadística” de Copen- hague para su análisis y comprobación.

De estos informes suministrados a la oficina de Dinamarca, el prin- cipal estaba constituído por un formulario conocido con el distintivo de “formulario D,” el cual incluía el resumen de los trabajos efectuados en un área geográfica determinada, que en la mayor parte de las ocasio- nes, comprendía la extensión de una provincia, y en la que se dividían los grupos por sexo y también de acuerdo con las caracterfsticas de la población: en urbanas y rurales, siendo consideradas como rurales todas las poblaciones menores de 5,000 habitantes. Como ya se indicó, se probaron en el pais 647,369 personas y un poco más de la mitad de ellas fueron vacunadas; el grupo urbano estuvo representado por el 40% y de acuerdo con las cifras suministradas por el censo, la pobla- ción de las ciudades fu6 cubierta mucho mejor que la de la parte rural del país.

(8)

hoviembre 1961 TUBERCULOSIS: VACUNACIÓN 435 tos, pero como el censo de 1950 no ha sido tabulado de manera com- pleta, es imposible por el momento, hacer una apreciación aún cuando

Grttfica No. l.-Ntimero total de personas probadas por edad y sexo

PIPVI

.,.:...,‘,...:..., r

I 2 3 4 5 6 7 B 9 li, II 12 13 14 15 16 17 IB 19 20 * 5 EDRQ

ii 29

sea aproximada del porcentaje que fuera tomado en cada grupo de edad.

La distribución por grupos de edades del material muestra una línea irregular (ver Gráficas No. 1, 2 y 3), pero es notable la predominancia de las personas comprendidas en las edades de 8, 10 y 12 años, mientras

Gráfica No. 2.-Ntimero total de personas probadas en zonas urbanas, por edad y sexo

IO.?

9.

8. Nl?~CUI/tfO -

7. rEmEfitfi0 -- ----

%- I.

0 . . . : . . . , ; ., , , : *. ’

f 2 ? 4 5 b 7 8 9 10 II 12 15 14 15 16 17 18 19 20 :

fDWD 2%

z9

(9)

436 BOLETI[N DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA

de manera alguna que exista una mayor población de niños de 8, 10 y 12 años, sino que como ha sido demostrado por algunos autores, en este tipo de campañas de vacunación en masa existe la tendencia de parte

Gráfica No. 3.-Número total de personas probadas en zonas rurales, por

edad y sexo

de los examinados de declarar sus edades en cifras pares e igualmente cuando el examinado ignora su edad, el examinador generalmente la aprecia en cifras igualmente pares. Desde luego que este error puede ser corregido por métodos estadístico-matemáticos, lo cual deberá ser efectuado posteriormente por la “Oficina de Investigación y Estadística de Tuberculosis” de Copenhague.

(10)

Noviembre 1951 TUBERCULOSIS : VACUNACION 437

semejanza con la vacuna antivariólica a la cual están habituados) que c

-,

la Mantoux era la vacuna misma y por esta razón, casi desde el principio de la Campaña, la propaganda fué orientada hacia este aspecto y con una insistencia monótona, se repetía en panfletos, periódicos, radios, altavoces, etc. que la primera prueba aplicada no era la vacunación y que era necesario volver a los puestos a las 72 horas de haber recibido dicha prueba con el objeto de que los técnicos decidieran si era necesario recibir la vacuna o no.

CUADRO No. l.-Número de tuberculinorreacciones y vacunaciones: cifras

provisionales en miles sexo y Zona Pruebas de

tuberculina Positivos vacunados Negativos

Masculino

Urbana. . . . . . . . . . . Rural...

Subtotal . . . . . . . . . . Femenino

Urbana. . . . _ . . . . _ . _ Rural...

Subtotal . . . . . . . . _ . . . Por zona

Urbana. . . . . . . . . . _ _ . Rural...

Total. . . . . . . . .

148 128 64 64

182 151 44 107

330 279 108 171

144 127 60 67

174 149 43 106

318 276 103 173

292 255 124 131

356 300 87 213

648 555 211 344

, Por otra parte, como deducción lógica de lo anterior, puede asegurarse que el gran porcentaje de aquellas personas que no regresaron a la lectura de la Mantoux eran reactores positivos, que creyendo que la

“vacuna” había “prendido,” no estimaron que era necesario regresar a sus respectivos puestos.

73 /

Del total general de probados que completaron su prueba, es decir,

c

que regresaron para su lectura (comprendiendo todas las edades), el 38yo reaccionó positivamente, pero esta cifra por razones obvias no tiene importancia sino cuando se estudia debidamente clasificada por edades, como se verá más adelante (ver cuadro No. 2 y mapas).

La Gráfica No. 4 muestra que la curva urbana de positividad es más alta que la rural, para ambos sexos, y que la curva masculina es más alta en ambos grupos, urbano y rural, a partir de los 13 años.

(11)

Porcentaje de positividad a la Mantoux 5 en niños de 1 año de edad

Mapa No. 2: Zona Urbana

52.9 ~crhrros m3a 3.9 @f$jj4~ 4.9 m5 r.wb

(12)

Porcentaje de positividad a la Mantoux 5 en personas de 18 años de edad Mapa No. 3: Zona &-al‘

154.9 YNfMrn m55.464.9 lBgm§R 74.9

Mapa No. 4: Zona Urbana

n39.9 I fww5 m40a14.9 m45H54.9 55 YURS

(13)

440 BOLETfN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA

CUADRO No. 2.-Tuberculinorreacciones y vacunaciones expresadas en porcentajes

Sexo y zona % del total Leídos en yO Positivos en Vacunados en de probados de probados % de leídos % de negativos

Masculino

Urbana. . . 22.8 86.9 49.8 99.0

Rural... . . . . . . 28.1 82.9 29.1 99.7

Subtotal . . . . . . . . . 50.9 84.7 38.6 99.7 I Femenino

Urbana. 22.2 SS.4 47.4 99.6

Rural. . .

Subtotal. : : : 26.9 49.1 85.5 86.8 28.7 37.5 99.8 99.7 ----

Por zona

Urbana. 44.9 87.3 47.9 99.6 z-

Rural... . 55.1 84.1 28.9 99.7

- ___-

Total. , . . . . . . . . lOO.- 85.7 38.- 99.7

Nota: Cifras provisionales.

antes de la iniciación de esta campaña de vacunación en masa, y por lo tanto algunos positivos pueden corresponder a aquellas personas, es- pecialmente niños que habían sido vacunados con anterioridad.

Al comparar las curvas de las ciudades mayores, se observa que la de Guayaquil (260,000 habitantes aproximadamente) es más alta que la de Quito (210,000 habitant,es aproximadamente) y esta más alta que la de Cuenca, tercera ciudad del Ecuador (aproximadamente 50,000 habitantes) (ver Gráfica No. 5).

Gr&fica No. k--Porcentajes de positividad a ìa Mantoux 6

IOO- 90.

80. 70. n 60. % 8 50. $40. ì; 9" 30-

20.

(14)

Noviembre 1951

,

TUBERCULOSIS: VACIJNACI6N 441

CUADRQ No. 3 .-TubercuIinorreaccionee efectuadas en las cavitales de

provincias: cifras absolutas y relativas - Cuidada Número probados de

Guayaquil. . . . . Portoviejo.. . . . Babahoyo. _ . . . . PsIachala . . . . . . Esmeraldas. . . .

Cuenca. . . . . . . Guaranda. . . Azogues. . . Tulcãn. . . < . . . Latacunga. . . . . Riobamba. . . . _ d Ibarra. . . . .

Loja. . . . . , . Quito. . . . . , . . . Ambato . . .

... 70,382 26.8 84.9 59.-

... 7,467 41.2 89.4 36.-

... 3,115 34.4 77.4 50.9

... 2,884 38.4 93.5 53.5

... 4,633 32.9 80.6 45.5

... 10,399 22.2 86.0 44.9

... 3,705 50.8 84.8 47.3

... 2,890 43.9 86.1 37.2

... 6,343 59.5 89.5 47.2

... 5,917 57.2 89.2 41.5

... 16,013 54.1 86.6 48.8

... 7,659 53.8 87.6 43.8

... 8,243 45.2 93.6 44.3

... 75,992 35.6 90.9 50.5

... 18,627 54.9 87.5 52.3

-

Probados por

:ada 100 hab. Leldos en 70 de probados -

kmentajes de positividad

Técnicas empleadas.-Conviene ahora exponer cuáles han sido las t&nicas empleadas y especialmente discutir nuestra experiencia con las pruebas tuberculínicas.

lObl

CMka No. 5.-Porcentajes de positividad a la Mantoux 6 en las ciudades

mayares del Ecuador

(15)

442

BOLETfN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA

<‘parche” y la Mantoux, utilizando en esta última

10

unidades y

em-

pleando PPD .

En 23,400 personas se ejecutó esta doble prueba de manera simultánea, habiéndose obtenido el siguiente resultado, que se resume más abajo, tomando a la “Moro” como el 100ojO:

Negativas a la Moro Negativas Mmtoux 10 u. ~1 la

6 afios o menos. . . 7-12 afios . . . . . . 13-18 afios...

19ymásaños . . . .._...

4

100 97.3%

100 83.1%

100 48.0yo

100 26.0yo

Se puede pues observar muy claramente que salvo en las edades

comprendidas entre 1 y 6 años en que los resultados fueron bastante * cercanos, en las otras edades la discrepancia fu6 muy notable y en los

jóvenes adultos la disparidad fu6 enorme, por lo que se decidió abando- nar la prueba del “parche.”

Descartada la prueba del “parche”, se procedió a hacer un estudio comparativo entre la Mantoux con 5 y 10 unidades.* Es muy lamentable el no poder presentar las cifras exactas sobre este estudio, debido al escaso tiempo transcurrido desde la terminación de la Campaña y la presentación de este trabajo al IX Congreso Panamericano de la Tu- berculosis, pero puede decirse que la diferencia entre los reactores con ambas pruebas fu6 menor de un 10%. Pero hay algo muy importante que mencionar respecto a este asunto y es que, cuando se empleó la Mantoux 10 u. se observaron muchos casos en que las reacciones posi- tivas fueron excesivamente intensas con vesiculación y necrosis de la piel, y en muchos de ellos la eliminación de tejido fu6 tan grande que la úlcera resultante pasaba de 4 cm de diámetro. Estos hechos hicieron desistir completamente de la Mantoux 10 y se procedió más adelante a usar ~610 la Mantoux 5, lo que di6 un resultado excelente, pues no se observó nunca un solo caso de reacción severa y en muy excepcionales circunstancias, fenómenos de Koch.

Este hecho es digno de mención, porque es muy conocida la impor- tancia de contar con una prueba tuberculínica que, llenando los requeri- mientos de suficiente sensibilidad, no produzca reacciones extremada- mente severas.

Pruebas post-vacunales.-A

partir de los tres

meses

posteriores a la

vacunación, un nuevo equipo de técnicos escandinavos, especialmente adiestrado para este tipo de trabajo, se encargó de probar con tuber- culina, con la dosis de 5 u. (Mantoux) a grupos organizados con la finali- dad de determinar el porcentaje de virajes. El cuadro No. 4 da una clara idea de los resultados, los que se consideran por demás satisfac-

(16)

Notiembre 1961 TUBERCULOSIS: VACUNACION 443 torios, pues puede observarse que la “muestra” que di6 más bajo re- sultado fu8 de 95% de positividad y el mas alto de 99%, con un promedio general de 97.5%.

CUADRO No. 4.-Muestras de pruebas post-vacunales: porcentajes de positividad de acuerdo con el tiempo transcurrido después de la

vacunacidn

Localidad Número probados de Porcentajes positividadl de de la vacunación Meses después Guayaquil ... 966 96 9 Salinas. ... 897 98 9 Manabí ... 1,192 99 9 El Oro. ... 436 97 6 Loja ... 748 95 4) Imbabura ... 917 98 3

Total. ... 5,156 97.5 1 Positivo 5 mm de induración y r&.

Otro hecho que hay que destacar es la calidad de las reacciones positivas, pues generalmente ha sido establecido y puede decirse que en muchos aspectos fue declarado como clásico que las reacciones tuber- culfnicas, producto de la vacunación con BCG, eran reacciones hipo- érgicas y que debido a esta circunstancia, en un momento dado, era posible diferenciar la alergia producto de la vacunación de aquella re- sultante de la infección espontánea.

Al estudiar el Cuadro No. 5 y la Gráfica No. 6, se observará que en general las reacciones post-vacunales fueron intensas y que más del 50% de ellas presentaban un edema mayor de 10 mm.

CUADRO No. 5.-Diámetro de la induración post-vacuna1 en diversas localidades (muestras): porcentajes

Indurach en mm

Localidad

Guayaquil 1 Salinas 1 Manabf

. ~-

04 3.2 1.4 0.9

5-9 36.2 45.2 44.4

10-14 41.7 41.3 41.5

15-19 15.7 ll.3 12.0

20-27 3.2 0.8 1.2

Total.... 100.0 100.0 100.0

___ Promedio

El Oro Loja Imbabura

~___ --

2.1 6.7 2.3 2.5

41.9 32.3 37.2 39.7 44.7 42.5 42.6 42.4 10.1 15.6 16.8 13.6

1.2 2.9 1.1 1.8

._ ~___ ~-

100.0 100.0 100.0 100.0 -

(17)

444 BOLET’IN DE LA OFICINA SA.NITARIA PANAMEltICANA

sufrirán modificaciones de importancia, debido a haber sido preparadas muy cuidadosamente por nuestra sección de estadística, hasta que no sean confirmadas por la Oficina de Investigaciones de Copenhague, deben seguirse considerando como provisionales.

Antes de terminar conviene hacer algunas observaciones por no constar en el texto y considerarlas de interés.

El costo per capita de los vacunados fu6 de 8.60 sucres o sea aproxi- madamente 0.55 de dólar.

La dosis de BCG empleada en todo el programa fué la de 0.1 CC de una suspención de 0.75 mg por CC de diferentes cepas del Instituto de

Gráfica No. ô.-induración post-vacuna1 en mm (muestra)

.

BCG de México y conservada en refrigeración constante desde su preparación hasta el momento de su empleo.

Para terminar puede decirse que la Campaña de Vacunación en Masa con BCG en el Ecuador tuvo gran éxito, que cumplió completamente con su finalidad y que a no dudarlo, el éxito obtenido se debe entre otros factores al hecho de existir en la época de iniciación de la Cam- paña una organización antituberculosa convenientemente distribuída en la mayor parte de las localidades; igualmente debe atribuirse una buena parte del éxito al hecho de que durante los 10 años anteriores a la campaña, aunque en pequeña escala, se había estado vacunando con BCG y en el público existía ya la necesaria ‘Lconciencia” sobre el asunto y finalmente, no se puede dudar que la eficiente preparación y experiencia del grupo de técnicos extranjeros y la buena selección del nacional, contribuyeron grandemente para el feliz resultado obtenido.

Imagem

CUADRO  No.  l.-Número  de tuberculinorreacciones y vacunaciones: cifras
CUADRO  No.  2.-Tuberculinorreacciones  y vacunaciones expresadas  en  porcentajes
CUADRO  No.  5.-Diámetro  de  la  induración  post-vacuna1  en  diversas

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