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Informe de las Actividades del Centro Latinoamericano de la Clasificación de Enfermedades en Relación con la Revisión de 1965

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Oficina Sanitaria Panamerícana

Año 42 b. Vol. TJV ,. Febrero, 1963 ,. No. 2

INFORME DE LAS ACTIVIDADES DEL CEXTRO LATII\:OAMERICA?;O DE LA CLASIFICACIOX DE ESFERMEDADES EX RELACION CO?S LA REVISIOI:

DE 1965*

DR. DAR10 CURIEL

Director, Centro Latinoamericano de la Clasi&ación de Enfermedades, Caracas, Venezuela

En los últimos tiempos se ha venido haciendo hincapié sobre la importancia que tienen para los países de la Región los problemas relacionados con las enferme- dades infecciosas, las diarreicas y las nutri- cionales, y sobre la necesidad de que sean adecuadamente tratadas en la ClasiJcación

Internacional de Enfermedades.

Los análisis de la mortalidad presentados en los “Seminarios sobre las Enfermedades Diarreicas”I han indicado que su clasifica- ción actual no es satisfactoria, pues las muertes debidas a esas enfermedades se encuentran esparcidas en diferentes sec- ciones y categorías de la CZasi$cución (por ejemplo, en las de las enfermedades infeccio- sas, del tracto gastrointestinal, de la primera infancia, de las mal definidas, etc.) y por lo mismo no se prestan fácilmente a un análisis de conjunto. Con el fin de entender mejor el problema que tales enfermedades represen- tan en los países de América Latina, pare- cería que esas muertes debieran ser agrupadas en conjul?to dentro de una sección de la ClasiJicación, probablemente

* Informe presentado a la Segunda Reunión del Comité Regional Asesor sobre Clasificación, Internacional de Enfermedades, celebrada en Washington, D. C., el 14 de junio de 1982.

1 Seminario sobre Diarreas Infantiles-Informe Final, Bol. Of. San. Pan., 49 (No. 2): 117, 1957.

en la de las “Enfermedades Infecciosas y Parasitarias” en combinación con las “Disen- terías”.

Otro de los problemas que, en atención a su importancia en la misma área, necesita ser clarificado y tratado adecuadamente en la Clasificación, es el de las enfermedades de la nutrición. La deficiencia proteínica, conocida con el nombre de kwashiorkor, constituye un serio problema y se dispone de pocos datos sobre ella. Lo mismo que en el caso de las enfermedades diarre.cas, las muertes debidas a la desnutriciórn están distribuidas en diferentes secciones de la CZa.si$cación actual, por ejemplo, en las del metabolismo y la nutrición, las de la primera infancia y las mal definidas. En conse- cuencia, se hace necesario el estudio de la terminología en uso y el desarrollo de una clasificación m$s apropiada de esas en- fermedades.

Por último, en América Lat.ina las en- fermedades infecciosas continúan siendo causa de numerosos casos y muertes, espe- cialmente en los primeros años de la vida. En este campo, lo mismo que en los ante- riores, el reagrupamiento de las enferme- dades infecciosas, con atención especial a las producidas por virus, es, por consiguiente, recomendable.

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Con el objeto de desarrollar un trabajo coordinado para encontrar solución a estos problemas con ocasión de la Revisión de 1965, el Director de la Oficina Sanitaria Panamericana-atendiendo a una reco- mendación de ‘la Comisión Asesora en Estadística de la Organización Panameri- cana de la Salud-constituyó un Comité de Expertos con el nombre de Comité Regional Asesor sobre Clasificación. En su primer Informe (de marzo de 1961)2, este Comité delineó un programa de trabajo para la Región, sujeto a un calendario de activi- dades, y ronsignó cierto número de pro- puestas tentativas para la clasificación de las enfermedades nutricionales, de las diarrei- cas y de las debidas a virus, en la nueva

Revisión.

Con el fin de poner en ejecución las recomendaciones del Comité, la Oficina Sanitaria Panamericana dio los pasos con- ducentes a la planificación del programa de trabajo que correspondía a los países, basado en una labor cooperativa de comités y subcomités nacionales de clasificaci6n y con indicación de objetivos y procedimien- tos, Al mismo tiempo-y de conformidad también con una recomendación del mismo Comité-comisionó al Centro Latinoameri- cano de la Clasificación de Enfermedades para diseñar las “pruebas” a que los paises debfan someter las propuestas del Comité Asesor antes mencionadas. El Centro se abocó a esta tarea, y preparó un documento contentivo de los procedimientos destinados a las “pruebas” incluyendo formatos de tabulaciones, listas, gráficos, e instrucciones para su uso, con el objeto de contribuir a organizar la experiencia de los países en el campo de la clasificaci6n y de facilitarle su presentación en relación con las propuestas en torno a la próxima Revisión.

De acuerdo con el informe de su primera sesión, tres fueron-según se dijo-los campos principales de estudio propuestos

2 Oficina Sanitaria Panamericana : Primer Informe del Comité Regional Bsesor sobre la Clasiji- cación Internacional de Enjermedades. Publicación Científica No. 53, marzo de 1961.

por el Comité Asesor para América Latina, o sea, cl de las enfermedades causadas por deficiencia nutritiva, el de las enfermedades diarreicas y cl de las enfermedades infeccio- sas, principalmente las causadas por virus. Un recuent’o de las actividades desarro- lladas en torno a las propuestas aprobadas por el Comité sobre esos aspectos, consti- tuye el objeto de este informe.

1. ENFERMEDADES CAUSADAS POR DEFICIENCIAS NUTRITIVAS

Los cambios en este campo aprobados por el Comité comprenden los tres grupos siguientes :

4. Desnutrición lnoteínica, calórica y no especificada;

13. Anemias por deficiencias nutritivas, y C. Avitaminosis,

los cuales son examinados a continuación. A. Desnutrición proteinica, calhica g no

especificada

Bajo este título las nuevas propuestas se refieren a las tres categorías siguientes:

280 Síndrome pluricarencial infantil (desnu- trición proteínica)

281 Marasmo o inanición (deficiencia calórica)

282 Desnutrición de otro til)o y no especificada

De acuerdo con las definiciones elaboradas por el Dr. ,J. M. Bengoa, Asesor de Nutri- ción de la Organización, los términos in- cluidos en estas categorfas se hallarían dispersos en diferentes rúbricas y secciones de la actual Revisión y-según se ha dicho- no tienden por ello a facilitar un estudio de conjunto de las enfermedades de la nutrición.

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aplicabilidad al material disponible en los países. De acuerdo con esto, ha parecido ser un método apropiado el “retabular” los datos sobre causas de muerte-y también los diagnósticos de las historias médicas en los hospitales-con arreglo al nuevo esquema propuesto. Un aspecto importante de este tipo de “prueba” es el análisis de la termi- nología médica local y el desarrollo de pro- puestas en los países para un Indice Alfa- bético en el cual los términos en uso se traten adecuadamente.

Uno de los formularios (el “A”) fue diseñado para las pruebas en este campo con recomendaciones al dorso para su uso. Los términos nuevos importantes están incluidos en la actual Revisión en las categorías 286.5, 286.6, 286.7, y 772; sin embargo, ot,ros términos están incluidos en 773, 790.1, 795.0 y E993. Esta prueba fue diseñada para ser aplicada tanto a los certificados de defunción como a las historias clínicas en hospitales. Una vez analizados los datos en el formulario “A” bajo la asesoría calificada de pedíatras y también de nutriólogos de experiencia local, los países habrían de est,ar en posición de enjuiciar las nuevas pro- puestas y de preparar recomendaciones para el Indice Alfabético.

Cinco países (Argentina, Colombia, Pa- namá, Perú y Venezuela) han presentado resultados sobre este aspecto de las “prue- bas”. Los datos disponibles de los ubicados en el área del Caribe indican que éstos alcanzan índices de mortalidad por enfer- medades nutricionales entre 20 y 250 veces mayores que los de los países desarrollados, como Estados Unidos. En Argentina (Pro- vincia de Buenos Aires) fueron estudiadas 136 muertes por causas nutricionales, en Colombia 3.815 certificadas por médicos (amén de 2.633 suscritas por personal no médico), en Panamá 143, en Perú 513 y en Venezuela 751; en Argentina se analizaron, además, 63 casos de dos hospitales de la ciudad de La Plata, y en Panamá 272 egresos (causa principal), igualmente de dos hospitales de la Ciudad de Panamá. Los informes recibidos indican que, por lo

menos en cuatro de los cinco países, las adjudicaciones de la “retabulación” con arreglo al nuevo esquema propuesto, se hicieron con ayuda de especialistas en pediatría y en nutrición. Con excepción de Colombia, los términos analizados fueron admitidos exactamente igual a como se habían consignado en los certificados de defunción-o en las historias clínicas-en cada uno de los países; en Colombia se recurrió a los equivalentes en la CZasiJica- ción. Como resultado de las “pruebas”, los cinco países han hecho-o disponen de bases para hacer-propuestas provisionales para el Indice Alfabético.

La primera conclusión de las pruebas es que, en los cinco países, la nueva clasifica- ción trabaja al parecer satisfactoriamente, en particular en mortalidad, puesto que da lugar a frecuencias significativas bajo las tres categorías propuestas. En morbilidad, incidentalmente, de los 272 diagnósticos de egresos explorados en Panamá, ninguno pudo ser asignado a la categoría de “ma- rasmo o inanición”, pero el trabajo de “pruebas” puso de manifiesto los problemas que atañen al registro de los diagnósticos, y estimuló una serie de medidas dirigidas a corregirlos.

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fondo en este aspecto del problema es evi- dentemente necesaria.

En cuanto a la terminología, las pruebas han puesto de manifiesto que existe una rica variedad de términos usados en los documentos de registro, lo cual refleja la diversidad de escuelas y conceptos. En T,a Plata, de los 10 términos empleados en el conjunto de los casos, sólo tres coinciden con el significado local, y del mismo modo, en el Perú, seis de un total de 20 se hallaban en el último caso ; los términos restantes de ambos países, o no figuran en la actual ClasQkación, o tienen un significado distinto o condicionado. Es notable, en particular, que de los 44 términos usados en los certi- ficados de defunción en Panamá para de- signar enfermedades nut’ricionales, 25 no aparecen en la ClasiJicación, y que de los 60 aproximadamente hallados en Venezuela, ~610 18 aparecen en la misma, y coincidiendo además con ~610 14 el significado local. De consiguiente, por lo menos tres de los pafses (Argentina, Colombia y Panamá) han elabo- rado o sugerido propuestas para el nuevo Indice Alfabético, y otro (Venezuela) tiene el material listo para hacer sus propias pro- puestas tan pronto se llegue a un acuerdo regional definitivo sobre las proposiciones para la clasificación de las enfermedades de la nutrición.

B. Anemias debidas a d<ficiencias nutritivas

Las anemias ocupan una subsecciónde la Clasijicación Internacional de Enlermedades

(290-298). Constituyen una causa im- portante de mortalidad en los países de América Latina (los índices de mortalidad por anemias de Panamá y Venezuela son, respectivamente, diez y tres veces superiores a los de los Estados Unidos) y en particular de morbilidad (en Venezuela fue en 1960 la segunda causa de consulta en los dispensarios oficiales). ?Jo obstante, el grupo de anemias de origen nutricional no se halla-con excepción de la “ilnemia por deticiencia férrica”-suficientemente tratado en la pre- sente Revisión. Por otra parte, las rela- ciones que existen en los certificados médicos entre las anemias por deficiencia férrica y la

anquilostomiasis no están aún bien deter- minadas.

En vista de lo anterior, la Comisión Asesora aprobó provisionalmente una pro- puesta para la nueva Revisión relativa a un grupo de anemias de origen nutricional y recomendó que, entretanto se explorase el problema, se conservaran dichas anemias en la sección de las “Enfermedades de la sangre y de los órganos hematopoyéticos”. Considerando que las “pruebas” ofrecían una oportunidad para esas exploraciones, se diseñaron los formularios Bl y B2 desti- nados a tabnlacionrs cruzadas para causas conjuntas de certificados-c igualmente de historias médicas-en que las anemias y las causas nutricionales, así como también la anquilostomiasis, figuraran asociadas entre sí. El formulario Bl está destinado a con- signar los hallazgos partirndo de los certifi- cados cuyas causas básicas-o de las his- torias clínicas cuyas causas principales- corresponden a enfermedades nutricionales (categorías 286 y 772) o a anquilostomiasis (124), y el B2 a aquellos mismos documentos básicos en los cuales las causas mencionadas están constituidas por las anemias (290-293). Estas pruebas se llevaron a cabo en Panamá y en Venezuela sobre morbilidad y mortalidad, respectivamente. En Panamá de 272 egresos hospitalarios durante 1960, cuya causa principal correspondía a en- fermedad nutricional, el 37,õ% (o sea 102 casos) estaban asociados con anemias; a su vez, 38,3’X de egresos por anemia (o sea 74 casos) tuvieron como causa asociada un proceso nutricional. Parece, pues, que, desde el punto de vista de la morbilidad, existe en ese país una asociacií>n significa- tiva entre las enfermedades nutricionales y las anemias. Lo mismo sugieren las muy pequeñas cifras dc egresos por anquilosto- miasis (11 casos), en que la anemia asociada resultó muy frecuente (7 casos).

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ciadas con anemias; a su vez las muertes atribuidas a anemias, ullas 404, aparecieron, en un 13,6 % de los casos (o sea 55 muertes), asociadas a causas nutricionales. Aunque juzgando por lo anterior, una categoría como la “Anemia por deficiencia nutritiva” no daría lugar a más de ullas 60 muertes anuales en Venezuela, la proporción de las “Anemias asociadas con desnutrición” en relación con el cuadro total de las anemias es, sin embargo, alto (175 t 404 = 43,3 %) y parece tener significación dentro del pro- blema general de dichas enfermedades. Estos resultados, agregados a los ya in- formados sobre Panamá, parecen indicar la necesidad de seguir haciendo estudios exploratorios.

Los análisis de Venezuela indicarían asimismo que la idea generalmente admitida del papel de la anemia en las muertes por anquilostomiasis, parece tener considerable confirmación en los datos básicos de la mortalidad de dicho país, al encontrarse una asociación entre las dos afecciones de un 75 % de los certificados en que la anquilos- tomiasis figuraba como causa básica. Esta experiencia, agregada a la de Panamá, parece sugerir la conveniencia de una sub- división de la anquilostomiasis-según una modalidad usada frecuentemente en la

ClasiJicación-en: “Con anemia” y “Sin mención de anemia”.

C. Avitanainosis

Las nuevas propuestas relativas al capí- tulo de las avitaminosis, más que a un con- tenido nuevo, se refieren, en esencia, a una reordenación de las categorías existentes en la actual Clasi$cación. El objetivo-además del de estudiarlas como un solo grupo-es fundamentalmente el de disponer de cate- gorías de avitaminosis de mayor signifi- cación et.iológica. La deficiencia de vitamina C, por ejemplo, en vez de estar dividida en las dos rúbricas independientes (283 y 286.3) de la CZasiJìcación actual, es tratada bajo una sola categoría denominada “De- ficiencia de ácido ascórbico (incluido el escorbuto)“.

Con todo, en un país (Panamá) se hizo

un intento de “pruebas” de retabulación de datos de mortalidad y morbilidad. Se trató de una experiencia pequeña debido al número limitado de frecuencias encon- tradas, pero los especialistas asesores del estudio expresaron su satisfacción por el nuevo reordenamiento, que en su opinión sustituye con ventajas al de la Clasificación actual.

II. ENFERMEDADES DIARREICAS

En relación con la próxima Revisión, el problema de las enfermedades diarreicas presenta dos aspectos fundamentales: 1) el primero se refiere a la conveniencia de reunir en un sólo grupo las enfermedades diarreicas (las cuales, en la CZasiJicación

actual, se hallan esparcidas en diferentes categorías, pero principalmente en las 571, 572 y 764), y a la elección del lugar de

la ClasiJicación donde debe colocarse el nuevo grupo; 2) el segundo lo constituye la diversidad de la terminología usada en los diferentes países de habla hispana, y la necesidad de interpretarla e incorporarla a

la Clasijkación.

La primera cuestión fue tratada mediante el estudio gráfico de ciertos términos no asignados normalmente por la Clasificación

a las categorías consideradas convencional- mente como “Gastroenteritis”, o sea a 571, 572 y 764. De un total de 855 muertes atribuidas a “Gastroenteritis” en Argentina (Provincia de Buenos Aires), se encontró que, al lado de 406 cuyos términos exactos- o bien equivalentes-correspondían por la CZasiJicación actual a “Gastroenteritis”, existían al mismo tiempo unos 449 más (52,5 %) declaradas en términos que la

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similar, se encontró que, además de 11.800 muertes que debían adscribirse a “Gastro- enteritis” según la terminología aprobada por la Clasificación, habían unas 2.665 nzás (o sea un 18,6 %l de la totalidad del fenó- meno) que deberían también figurar como dicha “enfermedad diarreica” y que no están en la actual Clasijcación 0 están

tratadas de modo distinto del que le asigna el lenguaje médico local. Estos términos- cuyas tendencias por estación y edades corresponden, por supuesto, a “Gastro- enteritis”-fueron los siguientes: “toxi- cosis”, “neurotoxicosis”, “diarreas en edades de 2 años o más”, “deshidratación”, “in- fección intestinal”, “acidosis” y “dese- quilibrio electrolítico”. En Panamá, tanto en morbilidad como en mortalidad, el número de términos que podrfan significar “Gastroenteritis” dieron lugar a muy pequeñas frecuencias y se refieren a “dis- pepsia”, “infección intestinal”, y “toxi- cosis”. Observaciones similares en Perú revelaron igualmente que cerca de la mitad de los términos atribuidos a la misma “en- fermedad diarreica” corresponden casi todos a “dispepsia” y “t’oxicosis”, y también, en grado menor, a “infección intestinal”, “deshidratación”, “trastorno digestivo”, etc. En Venezuela, por último, dos términos, el de “toxicosis” y el de “dispepsia’‘-los mismos que en el Perú-constituyen el ll ,4 % del total del fenómeno representado por las “enfermedades diarreicas”, y las gráficas anuales (con excepción de la “dis- pepsia” con relación a las estaciones) muestran las mismas tendencias de la “Gastroenteritis”. Queda un grupo limitado de términos (con pocas frecuencias) que, bien por su naturaleza, bien por las edades afectadas, han sido admitidos como “Gas- troenteritis” después de consulta especia- lizada.

La segunda cuestión, o sea el sitio que el nuevo grupo debe ocupar en la Clasifzcación,

ha sido explorada en cuanto a la mortalidad de Colombia y Venezuela durant’e 1960, mediante gráficas comparativas con diferen- tes tipos de “Disentería” en papel semi- logarítmico donde se relacionan con el sexo

y la edad. En todas las gráficas se observa un sorprendente paralelismo entre las curvas de las “Disenterías” y las de la llamada “Gastroenteritis”. En el caso de Venezuela, además, igual experiencia fue obt,rnida en un período anterior (1957~59), según se ve en la gráfica usada en el documento de diseño de las pruebas. De consiguiente, parece disponerse de reiterada evidencia, según la cual las oficinas nacionales de estadísticas de Colombia y Venezuela incluirían ccrti- ficados que corresponden exactamente a la misma afección clasificada en los términos- o sus equivalentes-de “Gastroenteritis” unas veces y de LLDisentería” otras. Siendo así, la colocación del conjunto de “Enferme- dades diarreicas” entre las “Disenterías” resultaría, desde el punto de vista de esos países, altamente deseable. La escasez de las cifras encontradas en Panamá no per- mitió el análisis dc esa materia para dicho país.

Se exploró también la tercera cuesti6n, o sea la de la terminología. Ya se ha señalado la existencia en Argentina y Colombia de cuatro y siete términos principales con sus muy numerosas variantes, c11y0 conjunto representa, respectivamente, cerca del 50 y el 20 91 de las muertes por “Gastroenteritis” en esos países y que no figuran 0 figuran impropiamente asignados en la CZasiJca- ción. En Panamá, la experiencia revela un número limitado de términos de la misma índole que, además, tiene11 escasa frecuencia tanto en morbilidad como en mortalidad. En Perú se ohser& un fenómeno parecido, con el predominio considerable de dos términos principales no tratados apropiada- mente en la CZasiJcación y cuyas frecuencias alcanzan cerca del 45 % de la totalidad del fenómeno. En cuanto a Venezuela, se en- contri> que casi todo el grupo de las “En- fermedades diarrekas” fue informado en 8 términos principales (subdivididos en un buen número de decenas por adjetivariún). De esos 8 términos principales (incluyendo sus subdivisiones), 2 no son adsrritos dircc- tamente a “Gastroenteritis” por la Clasi- Jicación. Representan, sin embargo, más del

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en Venezuela, y por tradición vienen siendo “codificados” en 571, 572 y 764 en dicho país. Los 8 términos principales se subdivi- den-como se dijo-en una serie de otros términos derivados (principalmente por adjetivación) cuyo uso en relación con la estación y la edad se ha estudiado, y con excepción de la tendencia estacional atípica de dos o t’res de ellos (conducta que exige mayor exploración), todos corresponden a las curvas características de “Gastroenteritis”.

Colombia, Panamá y Argentina (Pro- vincia de Buenos Aires) han preparado, o sugerido, algunas propuestas para el Indice Alfabético en relación con las “Enfermedades diarreicas”. En Venezuela, la adjetivación o combinación de términos ha dado lugar a unas cuantas decenas de adiciones que se proponen para las “Enfermedades dia- rreicas” en la próxima Revisión.

III. OTRAS ENFERMEDADES

Las propuestas sobre las enfermedades atribuidas a virus fueron objeto de comen- tarios-en general favorables-de cuatro países. En tres de ellos (Argentina, Perú y Panamá) se llevaron a cabo “pruebas” comparando la nueva clasificación propuesta con la vigente actualmente en la CZasiJica- ción. Se analizaron 2.047 casos y 912 muertes en el conjunto de los tres países, procediendo las experiencias de dos de ellos de la mor- bilidad de 1960 de un hospital de niños de La Plata y de dos hospitales (uno de niños y el otro general) de la Ciudad de Panamá, y de la mortalidad de la Provincia de Buenos Aires (oct. 1960-sept. 1961) y de la República de Panamá (años 1959, 1960 y enero-junio 1961).

El resultado general de las “pruebas” indica que la nueva clasificación propuesta parece funcionar satisfactoriamente, pues de las 43 categorías de tres dígitos que con- tiene, 23 exhibieron frecuencias significa- tivas-en su mayor parte en morbilidad-y el resto (20) en que no se demostraron frecuencias, corresponde, en 17 casos, a enfermedades cuya importancia epidemio- lógica o clínica es generalmente reconocida en todas las latitudes y cuya necesidad de ser

mantenidas en la Clasificación es, de con- siguiente, obvia.

Una experiencia en mayor escala, exten- dida a países más desarrollados y también de mayor población, es evidentemente deseable para juzgar otros aspectos del nuevo esquema, en particular en lo tocante a las subcategorías de cuatro dígitos. Sólo 10 de éstas fueron utilizadas en las “pruebas”, del total de 53 de las contenidas en el esquema. Como era de esperar, una buena parte (13) de las 43 subcategorías vacantes correspon- dían a “tipos de virus identificados” y otra (10) a “modalidades epidemiológicas de transmisión”, ambos aspectos sujetos, res- pectivamente, a facilidades de diagnóstico de laboratorio y a factores que influyen fuertemente en la información que cabe esperar del carácter individual de los docu- mentos de registro (certificados de defun- ción o fichas clínicas). En el caso de las 20 subcategorías restantes, sin embargo, debe confiarse en la posibilidad de su adaptación en el futuro, pues corresponden a diversas formas clínicas de una misma enfermedad, o bien a un buen número de enfermedades virales clínicamente distintas.

IV. RESUMEN Y CONCLUSIOXES

Como efecto de ciertas “Propuestas” aprobadas por el Comité Regional Asesor sobre Clasificación-en su primera reunión de febrero de 1961-destinadas a servir de base a las propuestas regionales para la

Revisión de 1965 de la ClusiJicación Inter-

nacional de Enfermedades, se llevaron a cabo experimentos en ciertos países latinoameri- canos (de los cuales, hasta ahora, cinco de ellos han informado resultados) con el fin de determinar la aplicabilidad de los cam- bios propuestos a los datos disponibles de los países y de estudiar el reconocido pro- blema de terminología común a las esta- dísticas de causas de enfermedades y de muertes.

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fecciosas-incluyendo las producidas por virus.

Las principales conclusiones a que han dado lugar las “pruebas” llevadas a cabo hasta hoy, se resumen a continuación.

1) El esquema propuesto por el Comité Asesor en relación con las enfermedades nutricionales es aplicable a los datos dis- ponibles en los países, pues funciona satis- factoriamente en relación con los datos de mortalidad y con buena parte de los de morbilidad

2) La experiencia ha demostrado que, con adecuada asesoría, es posible desarrollar un sistema consistente de “codificaci6n” de causas nutricionales.

3) El número de términos encontrados en los países ha sido importante, y las pro- puestas en relación con ellos para el nuevo Indice Alfabético han de representar una contribución significativa para la precisión y la uniformidad de las estadísticas sobre enfermedades nutricionales en los países de América Latina.

4) El papel de las anemias en relación con las muertes producidas por anquilostomiasis está bien reflejado en los datos, y esta cir- cunstancia indica las ventajas prácticas que pudieran obtenerse subdividiendo las an- quilostomiasis en las siguientes subcate- gorías: “Con anemia” y “Sin mención de anemia”.

5) La frecuencia de una anemia de origen nutricional está fuertemente sugerida tanto por los datos de morbilidad como por los de mortalidad, y parece ser además una causa importante entre el conjunto de las anemias. Debe, sin embargo, precisarse mejor la re- lación de causa y efecto entre las dos, de- ficiencia nutritiva y anemias, antes de for- mular conclusiones definitivas sobre la constancia en los datos básicos y la impor- tancia de la anemia por deficiencia nutritiva.

6) La experiencia de los países coinciclib en que las enfermedades diarreicas-como aparecen en los certificados médicos-están dispersas en varias secciones y categorías de la Clusi$cución, y que el grupo que cons- tituyen es mucho mayor que el usado con- vencionalmente hasta ahora formado por la

suma de las tres categorías 571, 572 y 764. La necesidad de agrupar todas esas causas bajo una sola categoría es, pues, no ~610 indudable sino también imperativa.

7) La experiencia de los países en donde pudo estudiarse, fue igualmente conteste en que la tendencia de las causas de mortalidad, analizada en relaci6n con la estación y la edad, son prácticamente idénticas al com- parar la “Gastroenteritis” con las diferentes formas de “Disentería”. Hay, pues, escasas dudas de que en esos países una misma en- fermedad SC informa unas veces como ‘<Gas- troenteritis” y otras como “Disentería”- o en los términos equivalentes de ambos-y por lo mismo deberían ser colocadas juntas en la ClusiJcación.

8) La terminología usada para informar la “Gastroenteritis” revcló dos hechos: primero, la necesidad de incorporar una importante cantidad de términos (probablemente en el Indice Alfabético) que actualmente son inexistentes o se tratan de manera inapro- piada en la presente Revisión; y segundo, la necesidad de continuar explorando la terminología con el fin anterior y de este modo contribuir a aumentar la precisión y la uniformidad de las estadísticas de esa importante causa de mortalidad y morbili- dad en América Latina.

9) Las “pruebas” han permitido a los países preparar, o sugerir, un conjunto de propuestas para el Indice Alfabético de la próxima Revisión que abarcan una buena cantidad de términos, partictikwmente en el campo de las enfermedades diarreicas y de la nutrición.

10) El grupo de las enfermedades virales fue objeto de pruebas en cierto número de países. Las conclusiones son definitivamente favorables al nuevo esquema de tres dígitos. Se cree, sin embargo, que es necesaria una experiencia más amplia en relación con una parte de las subcategorías de cuatro dígitos.

No se hicieron-ni habla lugar además- las “pruebas” en relación con el nuevo esquema de “Avitaminosis”, pero se ha considerado que aventaja al de la actual

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