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Enfermedades de los animales transmisibles al hombre : I. Algunas enfermedades de animales que tienen importancia para la salud del hombre

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Academic year: 2017

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ENFERMEDADES DE LOS ANIMALES TRANSMISIBLES AL HOMBRE* 1. ALGUNAS ENFERMEDADES DE ANIMALES QUE TIENEN IMPORTANCIA

PARA LA SALUD DEL HOMBRE JAMES H. STEELE, D.V.M., M.P.H.

Consultor Jefe de Veterinaria del Servicio de Xalud Pública de los Estados Unidos y Jefe de la Seccidn de Veterinaria del Centro de Enfermedades Transmisibles, Atlanta, Georgia, E. U. A.

La relación que existe entre las enferme- dades de los animales y el hombre se citó por primera vez unos 2.000 años A.C. en el Có- digo de Hammurabí, rey de Babilonia. Du- rante el período de oro de Grecia, la medicina veterinaria adelantó a la par de la medicina humana. Hipócrates, el padre de la medi- cina, se ocupó de la influencia de la medicina y la patología comparadas y de su aplicación a la medicina humana. En sus trabajos describió la hidatidosis en los animales y los signos clínicos de la rabia y el ántrax. Los veterinarios del ejército romano reconocieron la naturaleza transmisible del muermo y el ántrax y prescribieron para combatirlo el aislamiento y la exterminación de los ani- males crónicamente infectados. Durante la Edad Media, si se exceptúan los médicos veterinarios árabes, la medicina veterinaria adelantó muy poco, aunque hay constancia de que los veterinarios de entonces reco- mendaban la adopción de algunas medidas en los casos de las enfermedades pestilen- ciales de los animales que afectaban al hombre. En el siglo XIII se aplicó la primera cuarentena a animales para evitar la propa- gación del Cercano Oriente a Italia de la viruela ovejuna.

Las primeras prácticas de veterinaria de salud pública de que se tiene noticia se aplicaron en Alemania, en el siglo XIV, para el control de la cisticercosis porcina, e incluían la inspección de carnes por personas que, aun cuando no eran profesionales, tenían alguna experiencia en enfermedades de animales. En las décadas siguientes, muchas otras colectividades de la Europa * Este articulo se publicó en inglés en la revista Nursing Outlook de marzo, 1956, y se publica en este Boletin con la autorización de dicha revista.

Occidental y Meridional adoptaron el sistema de la inspección de carnes. En el siglo XVI, la inspección de carnes se justifi- caba alegando que la sífilis se propagaba por medio de los animales infectados y de sus productos (1). Al demostrar Graumann que esta teoría era falsa se suprimió la inspección de carnes en muchos lugares de Europa Occidental. Sin embargo, la aversión a los cadáveres de animales subsistió hasta el siglo XIX. La inspección de carnes no volvió a establecerse hasta dicho siglo, cuando se demostró que la tenia del cerdo y la triquinosis se trasmitían al hombre por medio de los productos de cerdo contamina- dos.

En 1792, Jenner, en sus estudios sobre la trasmisión de la viruela (2) demostró que las enfermedades de los animales se propagaban al hombre por otras vías además de la bucal. En 1804, Zinke demostró que la saliva de los perros rabiosos era infecciosa (3). En 1849 Pollender confirmó que el ántrax era una enfermedad infecciosa tanto del hombre como de los animales (4).

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Salud Pública ~610 tuvo conocimiento de ocho casos; dos de las infecciones ocurrieron en personas que habían pasado gran parte de su vida fuera de los Estados Unidos, y otras dos en niños.

En cuanto al problema que actualmente representan las enfermedades de los animales se pueden dividir en tres categorías, de con- formidad con el efecto que tienen en el hombre :

1. Las enfermedades de los animales o zoonosis que son trasmisibles al hombre: Este grupo comprende más de 80 enfermedades, según se señala en el informe del Grupo de Expertos en Zoonosis de la OMS (5).

2. Las enfermedades de animales que, aun cuando no se considera que constituyen un peligro directo para el hombre, afectan a su bienestar económico: En este grupo figuran la peste epizoótica, el cólera porcino, la pleuroneumonía infecciosa y la malaria aviaria. Estas enfermedades perjudican la producción de leche y huevos, y causan escasez de otros artículos de origen animal como la lana, cueros y substancias utilizadas en la manufactura de productos farma- céuticos.

3. Las enfermedades de los vertebrados injeriores que pueden adaptarse al hombre: Burnet ha expuesto la teoría, confirmada por Meyer (6,7), de que los microorganismos que pueden infectar a los animales inferiores están luchando por adaptarse a animales superiores. Si esos agentes de infección se adaptan a una mayor variedad de huéspedes, se le planteará al hombre un problema difícil.

Algunas de las características comunes de las enfermedades de los animales trasmisibles al hombre, son: 1) la infección en el hombre se limita, por lo general, al individuo enfermo y raras veces se trasmite a otra persona; 2) el carácter clínico y anatómico de la enfermedad en el hombre es semejante al que presenta en los animales, siempre que la vía de acceso sea la misma; 3) la incidencia es más elevada entre los individuos que, por su profesión, están en estrecho contacto con animales o productos animales, y 4) la inges- tión de carne procedente de un animal

enfermo o contaminado, o de otros productos animales, produce frecuentemente la enfer- medad en el hombre.

Las zoonosis se han dividido en grupos, según la clasificación de sus respectivos agentes etiológicos a saber: 1) virus, 2) rickettsias, 3) bacterias, 4) hongos, 5) pro- tozoos, 6) helmintos, 7) artrópodos, y 8) toxinas. A continuación se describe una enfermedad característica de algunos de los grupos mencionados, y se examinan los problemas que plantean desde el punto de vista de la salud pública.

RABIA

La rabia es una de las enfermedades virales más importantes, no en cuanto a la mortalidad o morbilidad en el hombre, sino por el temor y la preocupación que causa en toda colectividad donde es enzoótica o epizoótica. La enfermedad existe en todo el mundo, salvo en Australia, Nueva Zelan- dia, Hawaii, algunas islas del Pacífico y del Atlántico, Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Holanda y Escandinavia. En Norte América se ha observado rabia desde el siglo XVIII, en que se describió por primera vez en perros y zorros. Se ha erradicado en Gran Bretaña, Escandinavia, Holanda, Francia y Bélgica. Las islas del Pacífico y Australia se han mantenido libres de la enfermedad mediante la aplicación de rigurosas medidas de cuarentena.

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3) la inmunización de los perros domésticos, y 4) la eliminación de los reservorios de animales silvestres de donde pueden recibir la infección. La educación de la colectividad debe encaminarse principalmente a lograr su apoyo para los otros tres aspectos del programa. Para el control de los perros vagabundos se requieren personas capaci- tadas para esta labor, unidades móviles y un local adecuado de detención, con los medios necesarios para destruir a los ani- males sin hacerlos sufrir. Ningún programa de inmunización canina tendrá éxito donde queden muchos perros vagabundos.

La eficacia de la inmunización canina contra la rabia fue probada por Pasteur, pero su método de 14 inyecciones no resul- taba práctico para su empleo en gran escala (8). Umeno y Doi elaboraron la primera vacuna que pudo utilizarse en las campañas de inmunización de perros (9). En la tercera década del presente siglo esta vacuna, se utilizó con éxito en Japón y con buenos resultados en algunas partes de los Estados Unidos. Tras estos primeros éxitos, la vacuna produjo resultados variables, tanto en las investigaciones como en su aplicación prác- tica por las autoridades sanitarias. Dos décadas después se introdujo una vacuna fenolada inactivada, para los perros, que dio excelentes resultados. Por la misma época se descubrió una prueba del grado de pro- tección de la vacuna mediante su inyección al ratón, que permite determinar su valor. En 1945, Johnson publicó un trabajo des- cribiendo la eficacia de la inmunización canina en el control de la rabia (10). Desde entonces se ha ido generalizando el uso de este procedimiento, y se han obtenido muy buenos resultados con él.

La vacuna fenolada de Semple, preparada en tejido nervioso, no es un agente inmuniza- dor ideal, razón por la cual se han llevado a cabo intensas y prolongadas investigaciones para hallar otros agentes más eficaces. Entre las vacunas importantes que se han elabo- rado recientemente, figura la de virus vivo, preparada en embrión de pollo. Este virus se atenúa mediante 40 a 50 pases en embrión

de pollo, hasta que resulte no infeccioso para el perro. Este agente parece que tiene muchas ventajas, la más importante de las cuales es que puede proporcionar una inmunidad mucho más duradera que la vacuna prepa- rada en tejido nervioso. Según recientes experimentos realizados por el Centro de Enfermedades Trasmisibles, del Servicio de Salud Pública, esta vacuna protege a los perros por un período superior a 39 meses (ll). Investigaciones llevadas a cabo me- diante pruebas de aplicación práctica indi- can que proporciona muy buena protección. La eficacia de esta vacuna ha quedado con- firmada en Israel y en Malaya, donde se ha erradicado la rabia mediante el empleo de la misma, el control de los perros vagabundos y la eliminación de los reservorios de ani- males silvestres.

Para conseguir el control de la rabia es preciso inmunizar, por lo menos, al 70% de los perros domésticos, a fin de evitar la aparición de nuevos brotes. Hay que tener en cuenta, además, que no todos los animales inmunizados logran resistir a la enfermedad, especialmente si están expuestos a múltiples mordeduras de otros animales rabiosos. Todo animal así expuesto debe ser sometido a observación durante un período de seis meses, para cerciorarse de que no prende la rabia. El período de incubación en los perros suele durar de 15 a 50 días, pero puede llegar a 200 días o mas.

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México, mientras otros se inclinan a creer que ha existido en los murciélagos de Estados Unidos desde hace muchos años.

Cuando los animales silvestres son el origen de un brote de rabia es preciso elimi- narlos a fin de evitar una epizootia. Para ello se suelen emplear trampas, escopetas 0 rifles o el envenenamiento, bajo la dirección de personas especializadas en esta materia. Es posible erradicar la rabia en las zonas urbanas de los Estados Unidos; pero el control de la forma selvática de la enferme- dad es más difícil y requiere métodos dis- tintos de los que se utilizan actualmente.

FIEBRE Q

La fiebre Q es una de las rickettsiosis trasmisibles de los animales al hombre más interesantes y constituye un peligro, tanto para la salud de la población civil como de las fuerzas armadas, en varias regiones del mundo. Durante la segunda guerra mundial ocurrieron tres brotes graves entre las tropas alemanas en Grecia y entre las tropas aliadas en Italia. Esta enfermedad es de poca signifi- cación económica debido a que no produce signos apreciables en los animales y no interfiere ni con su lactancia ni con su reproducción. En los Estados Unidos, el ganado vacuno, las cabras y las ovejas se infectan naturalmente; fuera de este país la lista de animales e insectos infectados es bastante larga. El microorganismo causal, Coxiella burneti, se encuentra en la leche, en la placenta y en las secreciones vaginales de los animales domésticos. Uno de los micro- organismos más tenaces que se ha estudiado, sobrevive en un medio que contenga un 0,50% de fenol y se halle a la temperatura de 4’ C. durante 96 horas, y algunos sobre- viven a la temperatura de pasteurización, 143” F., durante 30 minutos. Investigaciones hechas sobre la temperatura mortal indican que a la de 145” l?. mueren los microorganis- mos de este grupo que se hallan en la leche. Hay pocas pruebas de que los artrópodos hematófagos desempeñen un papel impor- tante en la trasmisión de esta enfermedad entre los animales o el hombre, aun cuando

se han encontrado garrapatas infectadas en el oeste de los Estados Unidos. Se cree que el aire es uno de los medios más comunes de propagación en las diversas zonas enzoóticas del mundo.

BRUCELOSIS

La brucelosis, una de las más importantes zoonosis bacterianas, es la enfermedad más común, entre las que se trasmiten de los animales al hombre, en muchas partes del mundo. En los Estados Unidos la incidencia fue en constante aumento hasta 1948, en que se observó una notable disminución. En la última década, el número de casos huma- nos varió entre 3.000 y 7.000. La prevalencia en el ganado vacuno, determinada mediante la prueba de aglutinación de la sangre, descendió del 14 %, en 1935, a menos del 3 % en 1953. El índice de hatos infectados tiene mayor importancia, desde el punto de vista de la salud pública, que el índice de animales infectados, puesto que revela la distribución del peligro de infección al hombre.

La enfermedad se trasmite al hombre al consumir leche, productos lácteos y carne de animales infectados. Con mayor frecuencia, sin embargo, resulta del contacto directo con animales que acaban de parir o han abortado. La manipulación del ternero o del animal abortado, de la placenta y de las secreciones vaginales son las formas de exposición más peligrosas. Según Jordan, en Iowa, el índice de infección entre los trabajadores varones de las granjas es cuatro veces mayor que el de las mujeres o los niños que trabajan en el mismo lugar (12). También los veterinarios presentan altos índices de infección asf como los empleados de empresas empacadoras y de las instalaciones de extracción de grasas. Se calcula que unas tres cuartas partes de las infecciones de brucelosis humana se pueden atribuir a exposición profesional.

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porcina en los Estados Unidos, pero estudios recientes indican que es común en los Esta- dos centroccidentales y en algunos del sur. La brucelosis en las cabras y ovejas es rara en los Estados Unidos, aunque común en México, Argentina, Africa del Norte, Francia, España, Italia y Malta. En los Estados Unidos se ha notificado a veces la presencia en el ganado vacuno y porcino de una infección del tipo que ocurre en las cabras. Huddleson ha señalado que tal vez la infección se introdujo en la región centroc- cidental por ganado procedente de México 03).

Todo programa de control debe compren- der: 1) la pasteurización de la leche y pro- ductos derivados, incluso el queso; 2) la aplicación de las pruebas necesarias y la separación de los animales infectados de los hatos; 3) la inmunización de los terneros entre los 6 y 12 meses de edad; 4) la rigurosa identificación de los animales infectados para evitar que se vendan al público y asegu- rar la destrucción de los mismos; 5) la com- probación de que los animales que se ofrecen a la venta estén libres de la enferme- dad, y 6) adecuada instrucción de cuantos trabajan con animales sobre la forma en que se trasmite la enfermedad al hombre y las medidas de higiene personal que deben tomar.

El control de la brucelosis en el hombre depende de su erradicación en los animales. La pasteurización ha reducido la prevalencia de la enfermedad en la población urbana, pero la incidencia de la brucelosis en los medios rurales y entre las personas que trabajan con animales sigue siendo alta.

TIÑA

Los aspectos médicos y de salud pública de las enfermedades causadas por hongos van adquiriendo cada vez mayor importan- cia. Se han descrito muchas enfermedades de este tipo en el hombre y en los animales, pero resulta difícil determinar si existe alguna relación entre todas ellas. Uno de los hongos comunes, trasmisible del animal al hombre, es el que causa la tiña, del cual

existen muchas especies entre una variedad de huéspedes animales. Se cree que el hombre puede trasmitir estos hongos a los animales del mismo modo que los recibe de ellos. No es raro que los veterinarios observen en los dueños de animales domésticos y en los agricultores lesiones similares a las que presentan los animales. Los agricultores que ordeñan vacas pueden adquirir ciertos tipos de tiña bovina en la frente o en la cabeza, al apoyarla contra el costado de animales infectados. Las infecciones más comunes observadas en los trabajadores agrícolas son las causadas por Trichophyton verrucosum y Trichophyton mentagrophytes. El primero es la causa más común de tiña del ganado vacuno en los Estados Unidos. El segundo puede también producir tiña en dicho ganado, pero se encuentra con mayor fre- cuencia en los perros, gatos, conejos y otros animales pequeños. En muchos casos, los perros y los gatos han sido causa de brotes de tiña en seres humanos. Cuando se encuentran infecciones humanas, se deben investigar los reservorios animales, ya sea en el hogar o en los lugares de trabajo.

PROTOZOOS

Son pocas las enfermedades protozoarias observadas, tanto en los animales como en el hombre, en los Estados Unidos. La infec- ción causada por el Balantidium coli es común en los cerdos, pero sumamente rara en el hombre. La toxoplasmosis, la giardiasis y la disentería amibiana se encuentran en los animales y en el hombre, pero, con la excepción de la toxoplasmosis, no existen pruebas concretas de que sean trasmitidas por los animales al hombre.

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resistencia natural del huésped. La distribu- ción de la infección humana corresponde geográficamente a la de los animales infecta- dos. No se conoce aún la relación que existe entre la infección del animal y la del hombre, ni la forma de su trasmisión en la naturaleza. Tampoco se ha determinado el ciclo de vida del microorganismo. Es un problema que pone a prueba los recursos del veterinario de salud pública y de sus colegas.

HELMINTOS

Hay muchas helmintiasis de los animales que se encuentran en el hombre. En los Estados Unidos, la más importante es la triquinosis, que es más frecuente en este país que en ningún otro del mundo. Se puede controlar siempre que se adopten disposi- ciones rigurosas para impedir que se ali- mente a los cerdos con desperdicios crudos (14). La incidencia de triquinosis en los cerdos alimentados con desperdicios excede del 10%. En los cerdos alimentados con granos es inferior al 1 %, y en los que se alimentan con desperdicios cocinados es insignificante. La mayoría de los brotes de triquinosis en los individuos se producen entre los que comen productos de cerdo crudos o casi crudos. Con bastante frecuencia se infectan familias enteras como conse- cuencia del sacrificio de cerdos y la prepara- ción de embutidos en el propio hogar. La costumbre de probar los preparados de cerdo crudos para ver si están bien condimentados es una de las formas más frecuentes de infec- ción en el hombre. La rigurosa observa- ción de medidas higiénicas, tales como la cocción perfecta de los productos de carne de cerdo y el abstenerse de probar la carne cruda de dicho animal, contribuirían mucho a reducir la incidencia de la enfermedad en los seres humanos.

En los Estados Unidos se ha notificado la existencia de diversas especies de tenia, pero por fortuna éstas no son de mayor impor- tancia para la salud humana, aunque en algunas partes del mundo, especialmente en América del Sur, Australia, Africa del Norte y el Oriente Medio, constituyen un problema

de salud pública. En los Estados Unidos, las tenias que se han encontrado en el hombre son la de la rata (Hymenolepis nana y H. diminuta), la del ganado bovino (Tuenia saginata) y la tenia de los peces (Diphyllobo- thrium Zatum); ninguna de ellas es corriente. A veces la Echinococcus granulosus produce la hidatidosis en el hombre. Recientemente se han notificado casos caninos en Missi- ssippi. Hacía casi cuarenta años que no se había notificado como infección canina. En los Estados Unidos se encuentran a veces ca- sos de infección en el ganado porcino, bovino y ovino. En los últimos años se ha descu- biert,o la presencia de la enfermedad entre pequeños roedores de Alaska. Estos roedores son ingeridos por el perro y el zorro, que, al quedar infectados, trasmiten la enfermedad al hombre. Para el control es imprescindible la eliminación de los perros vagabundos, el tratamiento de los infectados, la inspección de las carnes, y la eliminación de los despojos de los animales infectados, que constituyen una fuente de infección para el perro y el gato, así como para otras especies silvestres, tales como el zorro, el lobo y el coyote.

RESPONSABILIDADES DE LOS VETERINARIOS

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A gasto 19571 CONTROL DE

El veterinario puede desempeñar sus funciones de diversas maneras: como pro- fesional dedicado a la práctica privada, que asesora a los clientes 0 notifica las enferme- dades; como funcionario de sanidad pecuaria que realiza investigaciones 0 instituye pro- cedimientos de control; como investigador; o como funcionario de salud pública, intere- sado en la protección de la salud humana.

En su carácter de funcionario de salud pública, le incumben las siguientes funciones:

1. Participar en la investigación de las enfer- medades humanas que se puedan atribuir a cier- tas especies de animales o a sus productos. En algunos casos, las enfermedades humanas pueden ser trasmitidas a los animales, lo que también requiere estudio, por ejemplo: las tenias del ganado bovino y del de cerda; las salmonelosis y las infecciones estreptocócicas.

2. Fomentar y participar en el control y erra- dicación de las enfermedades de los animales trasmisibles al hombre.

3. Supervisar la inspección y la higiene de los alimentos de origen animal.

4. Consultar a los organismos privados u ofi- ciales interesados en estas actividades y servir de enlace entre ellos.

5. Hacer trabajos de investigación sobre los problemas de salud pública.

La Organización Mundial de la Salud ha señalado que estas actividades constituyen

LAS ZOONOSIS 169

funciones del servicio de veterinaria de salud pública, independientemente de la institución u organismo que las asuma 0 a que se encomiende su ejecución. El Grupo Mixto de Expertos en Zoonosis de la Or- ganización Mundial de la Salud/Adminis- tración de Operaciones en el Extranjero ha declarado que, en su opinión, esas funciones pueden ser desempeñadas con mayor efi- ciencia por unidades administrativas espe- cíficas, dentro de los organismos oficiales de salud pública, tanto en los países económica- mente adelantados como en los que lo están menos.

La eficiencia de los servicios de veterinaria de salud pública depende de que se emplee personal debidamente capacitado y prepa- rado para trabajar como parte integrante de una organización de salud pública. Por esta razón, es muy conveniente que los veterina- rios que se dediquen a estas actividades hayan seguido cursos de ampliación de estu- dios en salud pública. Para que el veterinario realice una labor eficaz es preciso que exista la debida compenetración dentro del equipo de salud pública de que forma parte; de manera especial, es muy importante que el veterinario y la enfermera tengan conoci- miento mutuo de sus respectivos programas, porque de este modo podrán realizar una mejor labor de equipo y de administración de salud pública.

REFERENCIAS

(1) Myers, J. A.: Man’s Greatest Victory over (7) Meyer, K. F.: The animal kingdom; a reser- Tuberculosis, Springfield, Ill., Charles C voir of human disease, Ann. lizt. Med., Thomas, 1940, pág. 199. 29:326-346 (agto.) 1948.

(2) Mettler, Cecilia C.: History of Medicine, (8) Hull: op. cit. pág. 181.

editado por F. A. Mettler, Filadelfia, (9) Johnson, H. N. : Rabies. En : Vira2 and Rickett- Blakiston Co,, 1947, págs. 421-423. sial Infections of Man, editado por T. N. (3) Hull, T. G.: Diseases Transmitted from Ani- Rivers, 2a. ed., Filadelfia, J. P. Lippincott

mals to Man, 3a. ed., Springfield, Ill., Co., 1952, págs. 267-299.

Charles C Thomas, 1947, págs. 179-211. (10) -: Experimental and fieldstudies of canine

(4) Ibid. pág. 60. rabies vaccination. En: Proceedings of the

(5) World Health Organization, Joint WHO/FOA 49th Annual Meeting U. S. Livestock Sani- Expert Group on Zoonoses: Report on the tary Association, Trenton, N. J., The Asso- First Session. (Technical Report Series ciation, 1945, págs. 99-107.

No. 40), Ginebra, Suiza, OMS, 1953. (11) Tierkel, E. S., et al: A brief survey and prog- (6) Burnet, F. 111.: Virus as Organism (Monograph ress report of controlled comparative ex- in Medicine and Public Health No. 8) periments in canine inmunization. En: Cambridge, Mass., Harvard University Proceedings of the Ameritan Veterinary

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(12) Jordan, C. F.: The epidemiology of brucello- mals, Edición revisada, Nueva York, sis. En Brucetlosis (Collection of Papers Commonwealth Fund, 1943.

Presented at the Ameritan Association for (14) Wright, W. H., y Bocizevich, John: Experi- the Advancement of Science Centennial, ments in the cooking of garbage for the Washington, D. C., sbre. 13-17, 1948), destruction of trichinae in pork scraps, Washington, D. C., The Association, 1950, (15) Steele, J. H.: Animal disease of public health Pub. Health Rep., 58:396404 (meo. 5) 1943.

pág. 98. significance, Ann. Int. Med., 36:511-524

(13) Huddleson, 1. F.: Brucellosis in Man and Ani- (fbro.) (pt. 2) 1952.

II. LAS FUNCIONES DE LA ENFERMERA DE SALUD PUBLICA EN EL CONTROL DE LAS ZOONOSIS

L. DOROTHY CARROLL, B.S., M.P.H.

Ex Consultora Jefa en Enfermeria del Centro de Enfermedades Transmisibles, del Servicio de Salud Pdblica de los Estados Unidos

Las funciones de la enfermera en la pre- vención y control de las enfermedades trasmitidas por animales son idénticas a las que desempeña en los programas de control de otras enfermedades trasmisibles agudas, a saber:

1. Prestar, o contribuir a prestar, los cuidados de enfermería que los enfermos en estado agudo o crónico requieren como conse- cuencia de infecciones trasmitidas por ani- males.

2. Participar en las actividades de control y prevención, encargándose de:

permitan determinar la fuente de la infec- ción, es preciso que tenga conocimientos sobre los reservorios del huésped y sobre los modos de trasmisión. También debe tener experiencia sobre la forma de obtener ante- cedentes detallados del contacto del paciente con animales o con productos animales. Debe estar igualmente intormada de todas las epizootias de importancia para la salud pública que ocurren en la zona, y sospechar de todos los casos no diagnosticados que presenten síntomas e indicios de infecciún trasmitida por animales.

a) la investigación de los casos humanos noti- Una importante función de la enfermera en ficados, a fin de verificar el diagnóstico y deter- el control de las enfermedades trasmisibles minar el origen y la forma de propagarse la in- es la de explicar los detalles de las medidas

feccibn. de control a los individuos y grupos influ-

b) la explicación de las medidas de control, yentes de la colectividad. Su frecuente colaborando en su aplicación, y contacto con las cabezas de familia y con

c) la dirección de la labor de educaci6n sani- las esposas y madres, en los hogares donde taria en la familia y en la colectividad. los animales enfermos constituyen una

Durante el período agudo de las enferme- dades trasmitidas por animales basta, por lo general, la aplicación de los principios de buena enfermería y la adopción de medidas generales de higiene personal, puesto que no son trasmisibles de una persona a otra.

LABOR DE INVESTIGACION

Con frecuencia se encomienda a la enfermera de salud pública la tarea de investigar las enfermedades humanas trasmi- tidas por animales que ocurren en la zona de su jurisdicción. Para obtener los datos que

amenaza efectiva o posible para la salud, les permite contribuir a eliminar esta amenaza haciendo comprender a los interesados la necesidad de que se sometan a tratamiento o se elimine el reservorio de la enfermedad.

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