• Nenhum resultado encontrado

La formacion de la enfermera profesional

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2017

Share "La formacion de la enfermera profesional"

Copied!
7
0
0

Texto

(1)

LA FORMACION DE LA EKFERMERA PROFESIONAL*

AGNES W. CHAGAS

Asesora Regional en Educación de Enferme& de la Oficina Sanitaria Panamericana, OJicina

Regional de la Organización MuncZial de la Salud

INTRODUCCION

Existen aproximadamente 270 escuelas de enfermería en los países latinoamericanos. Los paises en que están situadas las escuelas, consideran como enfermeras a las gra- duadas de las mismas, aunque su prepara- ción sea muy incompleta. En realidad, cn un mismo país puede haber cnfermcras graduadas que, terminada la enseñanza se- cundaria, cursaron estudios a tiempo com- pleto durante 3 años, en una escuela bajo la orientación de una directora enfermera y de un cuerpo de instructoras preparadas para la enseñanza, y otras enfermeras que hayan obtenido un diploma a base de un curso consistente en dos o tres horas diarias de clase, sin práctica en hospitales o en salud pública y sin contar con las enseñanzas de ninguna enfermera en todo el curso. Tam- bién puede ocurrir que se consideren enfer- meras a personas que prestan servicios en hospitales y que no hayan recibido un verda- dero adiestramiento.

En las encuestas sobre enseñanza de en- fermería en la América Latina, la Organiza- ción ha seguido el sistema de t,ener sólo en cuenta las escuelas que reúnen las condi- ciones siguientes:

a) que sean reconocidas por el gobierno del país en que están situadas;

b) que para el ingreso exijan por lo menos el certificado de haber aprobado la enseñanza pri- maria (6 años) ;

c) que hayan establecido un plan de estudios de tres años a tiempo completo;

d) qur ofrezcan enseñanza práctica, bajo la supervisión de enfermeras graduadas, en hos- pitales generales que dispongan, preferente-

* Trabajo presentado en el Seminario de Direc- toras de Escuelas de Enfermería realizado en Pa- racas, Perh, del 3 al 19 de noviembre 1960, y en el de Directoras de Escuelas de Enfermería, cele- brado en Antigua, Guatemala, del 16 al 29 de julio de 1961.

mente, de 100 ó más camas, y en ningún caso de menos de 50, y

e) que cuenten con un profesorado donde haya por lo menos 3 enfermeras instructoras.

No sabemos todavía el número exacto de estas escuelas cn dos países (ArgenGna y México), pero, a juzgar por la información disponible, parece que en América Latina, en 1959, había 110 escuelas de enfermerfa poco más o menos q~lo se ajustaban a estas

normas. Esto rcprescnta un considerable aumento en comparación con las 41 escuelas que llenaban est,os requisitos en 1949, y refleja el gran interés mostrado por varios gobiernos en cl mejoramiento de la enseñanza básica de enfermería. Además, con cxccp- ción de Argentina, México y Venezuela, en que para cl ingreso en muchas de las escuelas ~610 se exigen 6 años de enseñanza primaria, otras escuelas exigen 8 años (Cuba), y entre 9 y 12 años, los demás países de la américa Latina.

Desde 1949 han variado considerable- mente las funciones para las qur hay que preparar a la enfermera, y las nuevas opi- niones acerca de lo que debe enseñársele difieren mucho de los programas realmente aplicados en las escuelas de enfermería.

Cuando se iniciaron las escuelas de en- fermería en la América Latina, inspiradas en modelos británicos y norteamericanos, se consideró que debían preparar a jóvenes para atender directamente al paciente, y que la enfermera interesada en trabajar en cl campo de la salud pública t,enía que seguir un curso adicional. Asimismo, la enseñanza para las actividades docentes y de supervi- sión debía ser postgraduada. No obstante, la experiencia ha demostrado que son muy pocas las cnfermcras graduadas que SC dcdi- can a los cuidados de cabecera, y que el pacientr sigue siendo atendido por personal de enfermería carente casi de toda forma-

(2)

57

CUADRO No. l.--Número de escuelas y de estudiantes de enfermería en América Latina, y distribución de aqukllas, según instrucci6n exz

Total. Argentina..

Bolivia. .

Brasil. . Chile. Colombia.

Costa Rica.. . . Cuba.

Ecuador. . El Salvador.. Guatemala. Haití. Honduras. México. . Nicaragua. . Panamá. Paraguay.

Perú.... . ..__..._ Rep. Dominicana. Uruguay Venezuela.. . . Ygit - -- -

fa para el ingreso, 1959.

Escuelas de enfermería*

Total

Respon- dieron al uestionariu

19.59

110** 105

9** 8

2 2

39 39

5 5

6 6

1 1

2** 1

4 4

2 2

2 1

1 1

2 2

10** 10

4 4

1 1

3 3

9 9

1 1

2 1

5 4

No. de studiant 5.770 418 94 1.516 341 379 116 180 190 177 132 86 33 522 91 97 61 780 19 118 420 -- es -- -

Instrucción general exigida para el ingreso

6 años 7-8 años

1

1

-

9-10 tios

70 3 38 2 2 10 2 2 9 1 1

Il-12 años

26 3 2 1 5 3 1 4 1 1 1 2 1 1

* Se ajustan al criterio establecido durante la encuesta de las escuelas de enfermería. ** Cifra estimada.

ción. Además, algunas escuelas han demos- trado que es posible incluir en los planes de estudios básicos la preparación para la enfermería de la salud pública y para las actividades docentes y de supervisión. En realidad, el concepto íntegro de la enfermería hace obligada esta preparación.

En todos los países latinoamericanos, el número de enfermeras profesionales es tan reducido en comparación con las que se necesitan en los hospitales y en los servicios de salud pública, que inmediatamente des- pués de la graduación pasan a ocupar puestos de supervisión y administración, aunque no posean preparación para estas funciones. El examen de las cifras que figuran en el cuadro No. 2 revelará las razones de esta situacibn.

En Perú, en 1957,109 de un total de 197 hospitales no disponían de efermeras gradu-

adas, y de los restantes sólo la mitad con- taban con los servicios de 3 enfermeras o menos.

(3)

58 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA

CUADRO iYo. 2.-Proporción* de enfermeras y parteras graduadas contratadas, con respecto al total cle

camas de hospital, en varios paises de América Latina.

Brasil.... Costa Rica.. Ecuador. El Salvador.. Haití. Panamk Paraguay.

! /

No. de enfer- Razón de

Número de Número de meras y enfermeras y

hospitales camas parteras

graduadas,

parteras

graduadas a servicio de

contratadas camas 24 horas

1.390 176.296 3.549 1:50 1:150

31 5.116 276 1:20 1:60

103 8.975 148 1:60 1:180

20 4.836 170 1:29 1:87

37 2.948 289 1:lO 1:30

21 3.543 383 1:9 1:27

82 3.195 45 1:71 1:213

* Representa las cifras totales correspondientes a 1955, excepto en el caso del Brasil, donde, en 1956, se hizo una encuesta de 1.390 hospitales de un total de 2.532.

‘ ** Si los turnos fueran de 8 horas, se requeriría un número de enfermeras tres veces mayor para cubrir las 24 horas, sin contar con los días de licencia semanal, anual o por enfermedad, ni otros muchos factores que harfan aún menos favorable la proporción.

la América Latina deberían procurar que sus graduadas est,uvieran en condiciones de de- sempeñar funciones docentes y de encargarse de la supervisión de un considerable número de auxiliares, que son las llamadas a ocuparse de la atención directa del paciente y de la colectividad. Actualmente, el cuidado de los pacientes en los hospitales de la América Latina está a cargo, principalmente, de un numeroso grupo de auxiliares, muchas de las cuales han recibido poca o ningulîa pre- paración. El aspecto que presentan los hospi- tales, incluso aquellos en que reciben adies- tramiento estudiantes de medicina y de enfermería-y que, por consiguiente, están mejor at’ endidos-dista mucho de ser sa- tisfactorio, salvo contadas excepciones.

Se observará en cl cuadro KO. 3 que aun en los hospitales que sirven de centros de enseñanza clínica para estudiantes de en- fermería, la razón del número de enfermeras graduadas al de camas es de 1: 6, y hasta de 1:33. S610 en 3 de 19 hospitales esta rela- ci6n es más satisfactoria, de 1: 2 y 1:4. Se observará también que cn la mayoría de los hospitales la razón del número de las pro- fesionales al de auxiliares de enfermería es dc 1:4 ó más. Si la enfermera graduada estuviera preparada para las actividades docentes y de supervisión, y si el personal auxiliar poseyera cierto adiestramiento, esta

razón sería satisfactoria, pwo, desgraciada- mente, no ocurre así.

En resumen, se puede afirmar que el grupo de jóvenes preparadas para los cuida- dos de cabecera, tratan de ejercer funciones para las que no han sido preparadas y, en cambio, dichos cuidados están en manos de un grupo numeroso que tampoco ha sido preparado para sus tareas.

Durante los últimos dirz años, las diri- gentes dc enfermería de la América Latina han comprendido lo anómalo de esta situa- ción y poco a poco han tratado de resolverla. La mayoría de ellas habían rechazado siempre la idea de adiestrar personal auxiliar de enfermería, considerando que esta medida “ rebajaría el nivel de la profesión” . Sin embargo, desde 1949 a 19õ9, esa actitud ha experimentado un cambio radical, como lo prueban las discusiones habidas y las reco- mendaciones sobre el adiestramiento de auxiliares, formuladas en los Congresos Re- gionales dc Enfermería celebrados en este período.

(4)

CUADRO No. â.-Proporción de personal de enfermeria con respecto a hospilales, y de enfermeras Sra-

duadas en comparación con las auxiliares, en hospitales clinicos seleccionados de América Latina.

PaZs

Argentina Bolivia Colombia

Costa Rica Chile

Ecuador El Salvador Haití Honduras México Nicaragua PanamB

Hospital

H. Nacional del Centenario- Rosario

H. General de Miraflores Clínica Americana

H. Santa Clara Universitario H. Universitario “ Evaristo

García”

H. San Juan de Dios Clínica de la Univ. Católica H. J. Joaquín Aguirre de la

Univ. de Chile H. Carlos Van Buren H. Eugenio Espejo H. Rosales H. General

H. General San Felipe H. Evangdlico Siguatepeque Inst. Nacional de Nutrición Inst. Nacional de Cardiologia H. General de Managua H. Bautista

H. Santo Tomás

-

No. de camas

-

l

Razón de enfermeras

graduadas por:

Total Gr. Aux. * CaUlaS hxiliares

884 280 155 125 1:6 1:0,8

750 117 23 94 1:33 1:4

58 32 6 26 1:lO 1:4

192 77 15 62 1:13 1:4

300 227 45 182 1:7 1:4

1.402 545 122 423 1:ll 1:4

240 181 31 150 1:6 1:5

1.185 421 84 337 1:14 1:4

680 148 27 121 1:25 1:5

500 97 17 80 1:29 1:5

1.046 350 65 285 1:16 1:4

1.212 122 102 20 1:12 1:0,2

1.020 240 40 200 1:25 1:5

93 21 4 17 1:23 1:4

90 80 50 30 1:2 1:0,6

150 117 80 47 1:2 1:0,6

500 291 68 223 1:7 1:3

50 38 12 26t 1:4 1:2

1.411 475 180 295 1:8 1:2

Personal de Enfermería

-

-- * Aproximadamente dos terceras partes de este personal no posee casi preparación.

t Estudiantes que trabajan a tiempo completo.

nivel educativo más débil fueron las más reacias a estudiar la posibilidad de adiestrar y contratar auxiliares de enfermería. En 1956, se aprobó una recomendación en la que se hace referencia a tres niveles de en- señanza de enfermería, el primero de los cuales se relaciona con el adiestramiento del personal auxiliar. A la aprobación de esta recomendación se opuso uno de los países. En cambio, en 1959 el tema se discutió normalmente, y ningún país se opuso a las recomendaciones referentes a personal auxi- liar de enfermería. Ahora se admite ya en toda la América Latina que este personal es indispensable en todos los servicios de salud, y que las enfermeras graduadas deben en- cargarse de su adiestramiento y supervisión.

En el Cuarto Congreso Regional de En- fermería, celebrado en México, D. F., en 1956, tras prolongada discusión sobre la

gran variedad de programas de enseñanza de enfermería en América Latina, se formuló una recomendación en el sentido de que se establecieran tres distintos niveles en la preparación del personal de enfermería:

1) Un primer nivel, de carácter eminente- mente práctico, destinado a formar personal ca- paz de auxiliar a la enfermera en sus actividades, trabajando siempre bajo la supervisión de ésta última.

2) Un segundo nivel, destinado a formar en- fermeras capaces de actuar eficientemente en un equipo de salud (con un mínimo de dirección) y cuyos requisitos de matrícula variarán de acuerdo con las posibilidades educativas de cada país, sin llegar nunca a ser inferiores al nivel secun- dario.

(5)

60 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA

CUADRO No. 4.-Nivel de educación de enfermeria en los paises de América Latina.

Países donde la enfermería está menr>s adelantada

Educación (general)

6 años 1 ó 2 años desconocido Auxiliares de enfermería 668

9 ó 10 11 ó 12

3 18 Enfermeras profesionales

3 76 a) diploma

364 31 b) universidad

Ensefiansa de enfermería

-

rota1 de escuelas Personal de enfermería

Según la definición de H. Lozier,” las enfermeras profesionales corresponden a los niveles segundo y tercero. Las necesidades de cada país y cl desarrollo de la educación de la mujer determinarán el nivel que debe adoptarse en él, pero cn los pafses de mayor población se observa ya una tendencia a establecer ambos tipos de adiestramiento, a veces en la misma escuela.

En el cuadro ?Jo. 4 se da el nivel de educa- ci6n de enfermería en los países de América Latina. Actualmente las escuelas de enfer- mería que s610 exigen la enseñanza primaria

(6 años) tienden a desaparecer o bien a exigir para el ingreso, 9 6 10 años completos de escuela (aproximadamente hasta el tercer o cuarto año de enseñanza secundaria). No se puede emitir ningún juicio acerca de la conveniencia de estos requerimientos para un país determinado mientras no se haga un estudio de los recursos y necesidades del mismo en materia de enfermería,t de sus posibilidades económicas y de su sistema

educativo general, así como de la condición de la mujer en el país.

A pesar de las actuales críticas sobre la excesiva educación de la enfermera, cabe preguntar si no ha llegado el momento de dejar de considerar como “ escuelas de en- fermería” las que no están dirigidas por una enfermera graduada con la debida prepara- ción, así como las que exigen para el ingreso menos de nueve años de enseñanza general.

* Lozier, P. Hilda: Definiciones de los nombres y de las funciones del personal de enfermerfa, Bol. Of. San. Pan., 39:219-228 (sbre.) 1955.

t Arnstein, Margaret G.: Guide Sor National

Studies of Nursing Resources, WHO, Supplem. 7, 1953.

- ~-

-

Países donde la enfermería está más adelantada ___

Educación Enseixmza de

(general) enfermería

9 años 1 año

ll 0 12 3ó4

Para responder a esta pregunta y a las otras que SC plankarán cn la discusión del problema de la formación de enfermeras profesionales en América Latina, hay que analizar el significado de diversos términos de uso común y que, al parecer, tienen di- versos sentidos en las dist,intas poblaciones.

Margaret Arnstein afirma que la enfer- mería “ es el arte de hacer sentir mejor a los individuos” . Otra definición propuesta por un grupo de enfermeras de la Región del Pacífico Occident,al* dice así:

“ El Arte y la ciencia que considera al paciente en su totalidad, es decir, como una síntesis de cuerpo, mente y espíritu; fo- menta su salud física, mental y espiritual con la enseñanza y con el ejemplo; promueve la educación sanitaria y la conservación de la salud, asf como el cuidado del enfermo; se ocupa del medio que rodea al paciente, tanto social y psicológico, como material; y atiende la salud de la familia, de la co- lectividad y del individuo.”

La Asociación Americana de Enfermeras define el ejercicio de la profesión de enfer- mería en los siguientes términos: “ La ejecu- ción remunerada dr cualquier actividad de observación, atención y asesoramiento de los enfermos, de los lesionados o débiles; de conservación de la salud o prevención de las enfermedades de los demás; de supervi- sión y enseñanza de otro personal; de ad- miniskaci6n dc medicamentos y trata- mientos prescritos por un médico o dentista autorizado . . .”

(6)

También define el ejercicio de la enfer- mería auxiliar como “ la ejecución remune- rada de actividades limitadas a la atención del enfermo, del lesionado o débil, bajo la dirección de una enfermera profesional di- plomada o de un médico o dentista autori- zado, sin que requieran la important’ e pre- paración, criterio y conocimientos exigidos de la enfermera profesional” .

En la América Latina, la enfermería tiene un sentido más amplio, pues comprende una serie de funciones entre las que figuran, en primer término, el análisis de las medidas necesarias para el restablecimient,o o fo- mento de la salud del paciente, de la familia y de la colectividad, y la provisión de servi- cios para el cuidado de su salud, física y mental, bajo la dirección de otros profesio- nales o confiando el servicio a otros grupos. A su vez, el concepto de enfermería auxiliar

también es más amplio, pues significa la ejecución de actividades de atención directa al enfermo y a la familia, bajo la dirección de una enfermera profesional.

El descontento de la profesión médica en relación con el mejoramiento del nivel de la preparación de las enfermeras, se funda en una situación objetiva. Mientras la enfer- mera era estudiante, trabajaba en las salas y atendía directamente a los pacientes, pres- tando excelentes servicios; pero en cuanto se graduaba y pasaba a otro hospital donde ella iba a ser la única enfermera graduada, o a lo sumo con dos o tres colegas más, sus servicios consistían en actividades de super- visión y, en consecuencia, tenía que de- sempeñar funciones para las que no había sido preparada. Fueron muy pocas las en- fermeras dotadas de condiciones naturales para sobreponerse satisfactoriamente a este cambio tan repentino; la mayoría no pudo hacer frente a la situación y se refugió en la sala de operaciones, donde conocía las técnicas y donde, además, los médicos re- clamaban sus servicios, quedando el resto del hospital en manos de personal sin adies- tramiento. La situación de los cuidados de cabecera no mejor6 y se criticaba a la escuela por dar a la enfermera Lrna preparación superior a la que le correspondía. La culpa

era de las escuelas de enfermería, sin duda, pero por otra razón: por no analizar la situación con que se encontrarían las gra- duadas y no proporcionarles una prepara- ción todavía mejor para hacerle frente.

La decepción de la enfermera graduada que ha pasado a ocupar puestos de adminis- tración se debe también a otra circunstancia. En América Latina el médico ha sido, tra- dicionalmente, el maestro y supervisor del personal de enfermería. En los últimos 30 años, el médico ha delegado en la enfermera algunas de sus funciones en materia de enseñanza y de dirección de las escuelas de enfermería; en cambio, en el campo de la supervisión, la delegación de autoridad en las enfermeras se ha producido mucho más lentamente e incluso ha tropezado con la firme oposición de gran número de médicos en muchos países. En consecuencia, las enfermeras sólo pueden esperar una mayor ayuda por parte de la profesión médica si están bien preparadas en este campo y si, mediante sus propios esfuerzos y la ayuda del personal auxiliar, pueden demost,rar su capacidad para ofrecer el buen servicio de enfermería que los médicos desean.

Las escuelas de enfermería tienen la obli- gación de velar muy especialmente para que sus graduadas tengan la preparación sufi- ciente para analizar las necesidades exis- tentes y proporcionar los medios necesarios para atenderlas, de suerte que pueda lograrse un verdadero mejoramiento de la atención de los pacientes y de ‘ la colectividad. La de- mostración satisfactoria de que el paciente recibe la debida atención, que es el objetivo final de los médicos y de las enfermeras, contribuirá más que nada a estrechar la colaboración entre las dos profesiones.

(7)

62 BOLETIN DE LA OFICIiYA SANITARIA PANAMERICANA

generales en el campo de la salud; para de- finir y estudiar los problemas; para preparar programas de cuidado de la salud a largo y a corto plazo, bien sea personalmente o como miembro de grupo constituido por el médico, la auxiliar y otros trabajadores de salud pública; y para aplicar métodos en- caminados al restablecimiento o fomento de la salud. Más aún, la enfermera ha de saber cultivar excelentes relaciones personales, puesto que ha de colaborar constantemente con otras personas en situaciones muy di- versas: actuará bajo la dirección de ciertos profesionales; tendrá a su cargo la supervi- sión de otros trabajadores; formará parte de un equipo y aconsejará a pacientes, fa- milias y colcct’ ividades a las que hay que ayudar a valerse por sí mismas.

Imagem

CUADRO  No.  l.--Número  de  escuelas  y  de  estudiantes  de  enfermería  en  América  Latina,  y  distribución
CUADRO  iYo.  2.-Proporción*  de  enfermeras  y  parteras  graduadas  contratadas,  con  respecto  al  total  cle
CUADRO  No.  â.-Proporción  de  personal  de  enfermeria  con  respecto  a  hospilales,  y  de  enfermeras  Sra-  duadas  en  comparación  con  las  auxiliares,  en  hospitales  clinicos  seleccionados  de  América  Latina
CUADRO  No.  4.-Nivel  de  educación  de  enfermeria  en  los  paises  de  América  Latina

Referências

Documentos relacionados

Nessa perspectiva, buscamos, como objetivos específicos: comparar a vivência lúdica do cotidiano entre uma Creche Pública e uma Escola Particular; refletir sobre a minha

Foi criada em 1118, em Jerusalém, uma Ordem de Cavalaria chamada de Ordem dos Pobres Cavaleiros de Cristo e do Templo de Salomão, famosa como Ordem dos Templários.

Além disso, o ponto de tangência pode ser obtido pela interseção da reta que passa pelo centro (incentro) e é perpendicular a reta suporte de um dos lados e o lado.. 2ª

A Tabela 5 mostra uma projeção da quantidade de resíduos que são encaminhados desnecessariamente para tratamento e disposição final, a partir de um balanço que utiliza à

Portanto, o Anuário traz em seus relatórios os dados de como está se desenvolvendo a educação, de acordo com cada dependência administrativa: Federal, Estadual,

O candidato deverá encaminhar até o dia 05/03/2020, exclusivamente para o e-mail do PPEA-UFOP (acima identificado) com assunto: PROCESSO 2021 – PPEA/UFOP,

vermelho sólido O controlador detectou uma falha não recuperável, portanto, ele removeu o projeto da memória.. Mude para o

Effectiveness of two-dose monovalent rotavirus vaccine in preventing hospital admission with rotavirus diarrhea was high, lasted for two years and it was similar against both G1P[8]