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Las escuelas de salud pública : Documentos de trabajo

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Academic year: 2017

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LAS ESCUELAS DE SALUD PUBLICA

JAMES L. TROUPIN, M.D.

Director de Educación Profesional, Asociación Americana de Salud Pública

1. INTRODUCCION

La preocupación por la salud y la enferme- > dad ha sido, de antiguo, una característica

de la raza humana; pero los esfuerzos sani- tarios organizados de la colectividad se desta- caron, por primera vez, con los intentos realizados para controlar manifestaciones epidémicas, ampliamente extendidas, de las enfermedades. Durante los cien años, o más, transcurridos desde el comienzo del actual movimiento en pro de la salud pública, ha habido muchas modificaciones de su objetivo inicial, pero el denominador común siempre ha sido el “esfuerzo organizado de la colecti- vidad”. En realidad, esta es la frase utilizada por el Profesor Winslow en su definición de la salud pública, y que sirve, en opinión de algunos, para diferenciarla de las materias y campos afines.

De aquí se deduce que la salud pública puede abarcar aquellas medidas, programas o actividades que una colectividad deter- minada le asigne. Por ejemplo, en un pafs el programa oficial de salud pública comprende el diagnóstico y tratamiento de los pacientes, función que en muchos otros lugares se consi- dera como privativa de los médicos particu- ; lares y no de un organismo público. Por consiguiente, es inútil discutir si una activi-

dad determinada pertenece o no a la salud pública, ya que toda colectividad puede deci- dir, mediante resoluciones legislativas o ad- ministrativas, la inclusión o exclusión de dicha actividad en este campo. No obstante, el fomento de la salud y la prevención de las enfermedades han sido, en general, aceptados universalmente como misiones de la salud pública, si bien dándoles una interpretación que varía mucho de un país a otro.

Volviendo al punto de vista histórico, los primeros intentos realizados por las colecti- vidades para controlar enfermedades epidé- micas condujeron a la movilización de grupos de trabajadores sanitarios, que, en aquel entonces, se componían casi únicamente de médicos, ya que éstos eran considerados por la colectividad como los más expertos en la materia. Aunque ello es, indudablemente, cierto, debemos recordar el estado de los conocimientos médicos en aquella época. La etiología de las enfermedades transmisibles era, todavía, un misterio y, por tanto, no se aplicaban medidas de control del medio, excepción hecha del aislamiento y la cuaren- tena. En estas condiciones, el médico debía afrontar problemas cuya resolución no se encontraba, en principio, dentro del alcance de su preparación y experiencia personales. Este era el panorama general que el adveni- miento de la bacteriología cambió en el sen- tido que hoy conocemos.

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Y

nimo de medicina preventiva. Hasta fecha reciente no se ha llegado a comprender la medicina preventiva como actitud y como metodología, y la salud pública como activi- dad y como meta.

El segundo principio, surgido de los pri- meros balbuceos de la salud pública, se re- fiere al trabajo en grupo. A fin de llevar a efecto las nuevas medidas de prevención establecidas sobre una base colectiva, inge- nieros y químicos, y luego microbiólogos y sanitarios, se incorporaron a los programas de salud pública. Más adelante, el esfuerzo conjunto necesitó las aptitudes y conoci- mientos de enfermeras, estadfst)icos, dentis- tas, veterinarios y otros profesionales. De este modo, la labor de moldear el grupo en un todo único imbuido de un fin determinado se convirtió en misión importante del direc- tor del programa de salud pública. El cumpli- miento eficaz de esta tarea dio entrada en el cuadro general al proceso administrativo, como orientación que sirviera de ayuda a los individuos para trabajar juntos. Hoy en día, a consecuencia del naciente reconocimiento del papel representado por las ciencias socia- les y del comportamiento, se concede una mayor importancia a la acción recíproca de las personalidades en un “ambiente de tra- bajo”.

La salud pública es un esfuerzo que realiza la colectividad mediante el trabajo en grupo como estruct’ura, y la prevención como guía. Basado en estos simples principios se ha levantado un complejo de conocimientos y aptitudes que ~610 puede ser llevado a la práct’ica por personal debidamente adies- trado. Si bien las instituciones educativas profesionales básicas pueden formar buenos médicos, dentistas, veterinarios, ingenieros, enfermeras y otro personal, el trabajo de salud pública requiere un adiestramiento complementario, en las materias a que nos referimos aquí principalmente.

Por consiguiente, este trabajo tratará de la enseñanza que las antedichas personas necesitan, una vez terminada su preparación profesional básica. No se pretende incluir el llamado “adiestramiento durante el servi-

cio”, los cursos de ampliación dentro del curso profesional básico ni el programa para personal sanitario no profesional.

En las escuelas de salud pública se ense- ñan, generalmente las siguientes disciplinas fundamentales: Bioestadística, Saneamiento del medio, Epidemiología, Educación sani- taria, Higiene industrial, Práctica de la salud pública y Enfermería de salud pública. Otras materias que merecen especial atención- unas veces dentro de las disciplinas ante- dichas y en okas ocasiones como disciplinas independientes, según el interés de cada escuela o su ambiente cultural y social-son las siguientes: Odontología de salud pública, Administraci6n de hospitales, Higiene mater- noinfantil, Administración médica, Atencibn médica, Higiene mental, Nutrición, Higiene radiológica, Higiene tropical y Veterinaria de salud pública.

II. OBJETIVOS Y FUNCIONES

Los objetivos de toda institución docente son triples: educar y adiestrar a sus alumnos; extender las fronteras del conocimient,o y servir como repositorio del saber, y hacer que la colectividad pueda disponer de servicios de expertos. Una consideración de impor- tancia, en especial para las escuelas de salud pública, es que dichas funciones deben lle- varse a cabo teniendo en cuenta las carac- terísticas sociales, económicas, et,c., del am- biente cultural que rodea a cada escuela y del cual ésta forma parte.

La escuela de salud pública realiza, quizás, sus más altas funciones con la preparación del personal de salubridad, porque única- mente kansmitiendo los conocimientos del profesor al alumno pueden asegurarse las futuras conquistas de la salud pública. Du- rante el tiempo en que la escuela tiene al alumno bajo su jurisdicción educativa, debe formular y llevar a efecto las actividades que faciliten la formación profesional de éste. En resumen, se podría decir que el estudiante debe aprender “cosas”, adquirir “aptitudes” y adoptar “actitudes”.

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mentales de la salud pública. Debe saber cómo llegó a desarrollarse la salud pública, cuáles fueron los factores sociales y científi- cos que influyeron en su desarrollo y cómo pueden aplicareeen bien del público los cono- cimient)os adquiridos. Esta es la parte más pesada y lenta de las actividades del estu- diante.

La adquisición de apt,itudes está en rela- ción, primeramente, con la habilidad para analizar e interpretar la información que él, como trabajador de salud pública, recibirá de determinado número de fuentes. La bioes- tadística y el manejo de dat,os epidemiológi- cos constituyen una parte importante de este aspecto de su adiestramiento. Otra aptitud de importancia se relaciona con la capacidad de organización y administración, ya que toda labor de salud pública requiere de quienes la practican que actúen en grupo y denko de unas relaciones mutuas organiza- das y formalizadas. Los términos en que pue- den establecerse est,as relaciones para que la labor resulte eficaz, constituyen el arte y la ciencia de la administración. Queda, sin em- bargo, otra aptitud que se relaciona con la educación, y debe ser adquirida en la escuela de salud pública. La labor de salud pública depende en tal medida de la comprensión de la colectividad, que la habilidad para comu- nicar ideas es de primordial importancia. Las aptitudes analíticas, administrativas y de comunicación se mencionan como ejemplo de las que un alumno debe adquirir en la escuela de salud pública, aunque, indudable- mente, no son las únicas.

Uno de los triunfos más importantes que un alumno puede conseguir en una escuela de salud pública, es el de cambiar su act’itud de individuo que trabaja en relación directa, de persona a persona, con el paciente o cliente, por la del enfoque colectivo de los problemas de salud pública. Debe ser capaz de concebir el estado de enfermedad en con- junto, en la población tanto como en el indi- viduo. La actitud prevent,iva ha quedado, desde luego, bien reconocida como la marca de calidad del profesional de salud pública y no hemos de insistir aquí sobre ello. Em-

pero, hay otra actitud sobre la que se ha dicho, en general, muy poco: la actitud del fomentador o promotor. En otras palabras, el profesional de salud pública debe ser un iniciador de sugerencias al público, en con- kaste con el médico privado que espera que acuda a él alguna persona que manifieste un síntoma. Toda la relación entre el profesional y sus “pacient’es” 0 “clientes” queda, así, completamente cambiada y requiere algunos reajustes de actitudes por parte de ambos. El profesional de salud pública lleva a efecto estos reajustes durante su adiestramiento; eI “paciente” los realiza durante el curso de las actividades emprendidas en la colectividad por los trabajadores de salud pública bien adiestrados.

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en un especialista de salud pública, sino, más bien, el de mejorar sus aptitudes para el ejercicio de su profesión.

En general, se reconoce que la labor de investigación es la “vida” y el “espfritu” de una universidad, y las escuelas de salud pública comparten en elevada proporción tan distinguida función. Entre los trabajos de investigacion emprendidos en los labora- torios de las escuelas de salud pública y sus instituciones afines figuran el descubrimiento de nuevos productos químicos y nuevas for- mas biológicas, el estudio de los ciclos vitales y de cómo pueden resultar afectados en sus distintas fases, y el desarrollo de vacunas. Sin embargo, la investigación de salud pú- blica no se limita al trabajo de laboratorio, ya que los aspectos prácticos de la salud pública requieren, asimismo, estudios en- caminados a incrementar los conocimientos y a mejorar los métodos. Por consiguiente, los miembros del profesorado deben con- siderarse autorizados a ver el mundo como su propio laboratorio y recoger, de cualquier fuente pertinente, datos para su análisis. Esta combinaci6n de actividades investiga- doras intra y extramuros es característica de una materia que, como la salud pública, es en realidad una combinación de arte y ciencia.

Como la salud pública es una disciplina aplicada, la escuela ha de mantener estrecha relación con la colectividad, lo que conduce a la prestación de servicios consultivos. Se debe poder contar con la escuela y su pro- fesorado para llevar a efecto encuestas y estu- dios relativos a los problemas sanitarios de la colectividad (diagnosis) y para que sugieran una campaña de actividades encaminada al mejoramiento de los servicios de sanidad

(terapia). No solamente se beneficia el “pa- ciente” (es decir, la colectividad) de tales servicios, sino que el consultor tiene oportu- nidad de mantenerse en contacto con el aspecto práctico de su profesión, lo que le permite conocer más a fondo las materias que enseña. Existe, además, la tendencia a man- tener un nivel más elevado en los servicios de campo cuando los miembros del profeso-

ejecutivos y su personal, ya que, con fre- cuencia, esas visitas vienen a ser cursillos individuales para postgraduados. Por tanto, las consultas constituyen el tercer punto de sustentaci6n de las funciones de una escuela de salud pública.

III. PROFESORES

Lo mismo que hemos dicho de la escuela en su conjunto, en cuanto a la enseñanza, investigación y servicio, puede decirse de los miembros del profesorado considerados in- dividualmente. Si bien la principal función de un profesor consiste en enseñar, hay muchos que afirman que un miembro del profesorado no es un verdadero “maestro”

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a tiempo completo tienden a concentrarse más en labores de investigación, mientras que el personal a tiempo parcial procura subrayar los aspectos prácticos de su ense- ñanza .

En los últimos años se han hecho algunas propuestas para que se facilite a los miem- bros jóvenes del profesorado adiestramiento en principios de enseñanza y metodología pedagógica. Queda por ver si este plan con- duciria a los resultados previstos, pero, en- tretanto, una pregunta razonable sería ésta: “ipor qué solamente a los profesores jóve- nes?“.

Con respecto a los profesores en general, inclusive los de las escuelas profesionales, debe señalarse su función social. Como repre- sentante de la colectividad en la tarea de moldear al futuro ciudadano (o al trabajador profesional, en este caso) el profesor recibe un reconocimiento cuya medida depende de la valía que la sociedad conceda a su trabajo. Una colectividad con miras a lo futuro apre- ciará este argumento y actuará en conse- cuencia. Determinadas prerrogativas relacio- nadas con remuneraciones, inamovilidad en el cargo, seguros sociales, etc., deben esta- blecerse a un nivel lo suficientemente alto para atraer al campo de la enseñanza a los mejores cerebros y a los individuos con mayor dedicación al trabajo.

IV. ALTJMNOS

Acuden a las diversas escuelas propor- ciones variables de médicos, odontólogos, veterinarios, enfermeras, ingenieros sanita- rios, estadísticos, educadores, nutricionistas, administradores de hospitales, técnicos de laboratorio y otros. El hecho de que cada uno de ellos llegue con diferente formación académica y experiencias de trabajo, plantea problemas que afectan a los programas de enseñanza tales como la profundidad de conocimiento en materias fundamentales científicas y técnicas, el grado de familiariza- ción con el medio social y cultural, y la cuestión de la categoría de cada individuo dentro de la profesión de salud pública, por no mencionar más que unos cuantos de los

citados problemas. Estos se agigantan si se trata de estudiantes extranjeros debido a que el nivel de preparación puede diferir mucho de un país a otro. Uno de los intentos reali- zados por las escuelas de salud pública para resolver tales problemas, ha sido el de in- crementar el personal docente a fin de que el número de profesores por cada 100 alum- nos sea más elevado que el de muchas otras instituciones de enseñanza, lo cual ofrece mayores oportunidades de un contacto perso- nal más estrecho entre profesores y alumnos.

En muchos lugares no se enseñan ciertos temas y materias fundamentales que se su- pone deben ser enseñados en las escuelas pro- fesionales para no graduados, y la escuela de salud pública se ve obligada, en ocasiones, a subsanar dicha carencia de conocimientos mediante cursos suplementarios que, en reali- dad, repiten temas elementales. Por consi- guiente, la escuela de salud pública ejerce, dentro de la colectividad, una función com- plementaria con respecto al fomento y estí- mulo de la elevación del nivel de enseñanza en las escuelas profesionales.

Otro problema de las escuelas de salud pública es el de que los médicos, cuando menos, integran un grupo de mayor edad que la habitual en el cuerpo estudiantil de una universidad. Aunque se dice que la “capaci- dad de aprender” declina con los años, debe también puntualizarse que los estudiantes no jóvenes poseen un concepto más maduro del trabajo, de la sociedad, de su responsabilidad individual y de las relaciones humanas en general. Sería de interés observar, e incluso estudiar, la medida en que la “lentitud en aprender” neutraliza los factores de la ma- durez, o es neutralizada por ellos, si se pu- dieran diseñar instrumentos para calibrar los factores más sobresalientes.

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la valía social y colectiva del adiestramiento en salud pública y han asignado para este fin considerables sumas de dinero. Si bien esto ha servido, indudablemente, para incre- mentar el número de futuros profesionales de salud pública, no se puede afirmar que haya resuelto el problema de la escasez de personal que afecta a todos los paises. Con- viene estudiar más detenidamente los fac- tores que influyen en la contratación de personal.

V. PLANES DE ESTUDIO Y METODOS DE ENSEÑANZA

El ambiente cultural, social y económico de una escuela de salud pública se refleja, más que en ninguna’ otra faceta, en las de- cisiones que adopte en cuanto a la clase de cursos que deben enseñarse, materias a las que ha de concederse mayor importancia y amplitud de la enseñanza dedicada a cada tema. Si bien la malaria o la bilharziasis pueden ser importantes en un determinado lugar, la contaminación del aire y la toxicolo- gla industrial pueden serlo más en otro. Por consiguiente, resulta relativamente imposible trazar un plan de estudios “standard”, más allá de las consideraciones generales ya trata- das.

Tal vez fuera más fructífero analizar al- guno de los métodos de enseñanza que, en ciertos casos, pueden resultar adaptables, por ejemplo : clases teóricas y otros procedimien- tos didácticos, por un lado, y los trabajos prácticos de laboratorio y sobre el terreno, por otro. Aunque todo estudiante necesita realizar algunos trabajos prácticos, la escuela debe intentar el establecimiento de un equi- librio en relación con futuras necesidades. Un profesional de salud pública que nunca será llamado a realizar determinadas tareas de laboratorio, pero cuya labor haya de consistir en interpretar informes de labora- torio a la luz de sus relaciones con la salud de la colectividad, no tiene por qué estar sujeto a las horas de “trabajo intensivo” de las intrincadas pruebas de laboratorio. Una buena demostración del método con que se realiza la prueba, le serviría de base para

una mejor comprensión de las complejidades inherentes a su interpretación.

De otro lado, el trabajo práctico sobre eH terreno es, a menudo, desproporcionada- mente escaso en relación con las necesidades del alumno. Aunque algunas escuelas están intentando resolver el problema facilitando a sus alumnos las prácticas de campo du- rante el año académico, el único resultado que suele obtenerse, con demasiada frecuen- cia, es un mero aumento del número de visi- tas de observación a organismos ejecutivos en donde alguien da, en esencia, una conferen- cia en una “oficina” en vez de una confe- rencia en un “aula”. Debiera permitirse a los estudiantes que observaran de cerca los problemas de salud pública y que partici- paran en la formulación de planes para re- solverlos. Puede tomarse como paralelo la experiencia educativa a que se somete un alumno de medicina u odontología cuando examina y trata a un paciente, en la clínica, bajo la supervisión de su profesor. Si bien la colectividad puede, en cierto sentido, com- pararse a un paciente, es más difícil incor- porar a un programa de salud pública la experiencia que un estudiante pueda haber adquirido sobre el terreno. El alcance satis- factorio de esta meta en todos sus aspectos, deberá ser un important’e objetivo docente para todas las escuelas.

Ninguna disertación sobre métodos peda- gógicos queda completa si no se menciona el empleo de la participación directa del alumno, como contraste con el método pa- sivo, o de mera asistencia a clases teóricas. Aun cuando los métodos de participación directa del alumno han ido creciendo en popularidad en toda clase de instituciones docentes, las escuelas de salud pública re- sultan especialmente aptas debido a que el relat,ivamente más elevado nivel de madurez de sus alumnos ofrece ocasiones favorables para experimentar con seminarios, ensayos de ejercicio de funciones, proyectos y otros medios semejantes.

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de ordinario, que el alumno lleve a efecto algún trabajo de investigación durante el año académico. Si bien en algunos casos la información así compilada ha merecido ser publicada como aportación al acervo general del saber, en la mayoría de los casos debe considerarse tal publicación como objetivo secundario. El valor de una tesis radica en que puede proporcionar al estudiante una experiencia que probablemente le inculcará un sentido de independencia de criterio, de disciplina intelectual y de anhelo de realiza- ciones mediante el propio esfuerzo.

VI. CONSIDERACIONES CUANTITATIVAS

Si una escuela de salud pública ha de servir como campo principal de adiestra- miento para los profesionales de la especia- lidad pertenecientes a uno o varios países, deberán estudiarse los procedimientos que permitan prever y calcular, con razonable precisión, sus necesidades a largo plazo. Asu- miendo que una persona pueda prestar servicio durante 40 años, las promociones anuales de reemplazo deberán sumar, aproxi- madamente, un cuarentavo del censo total de las distintas categorías de profesionales de salud pública. Desde luego, este cálculo

puede ser alterado por otros factores: la edad de los grupos actuales, el estado de desarrollo de los servicios de sanidad, las posibilidades de aumentar su extensión, los cambios de las condiciones sociales y econó- micas, etc. Por otra parte, la cifra anual de graduados en las escuelas secundarias deter- minará el volumen de la reserva de personal para las profesiones básicas de salud pública, que, a su vez, afectará las expectativas de la escuela de salud pública.

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Informe Final*

Objetivos

y

funciones

El propósito de una Escuela de Salud Pública es contribuir a mejorar la salud, principalmente mediante la capacitación de los miembros del equipo de salud pública en las diferentes disciplinas de esta actividad. Para desarrollar este propósito general las escuelas debieran desempeñar las siguientes funciones básicas :

c) Desarrollar actitudes destinadas especial- mente a lograr que los alumnos aprendan a servir

a su comunidad, a perfeccionarse predominante- mente a base del estudio permanente y de la in- vestigación, y a trabajar en equipo cultivando las buenas relaciones humanas.

A. Docencia B. Investigación

C. Servicio en colaboración

D. Difusión del concepto de Salud Pública Aunque en la actualidad la prioridad la tiene la función docente, todas las funciones descritas deben desarrollarse en forma con- junta y armónica de acuerdo con las condi- ciones locales y los recursos con los cuales trabaja cada Escuela de Salud Pública. Las condiciones sanitarias y socioeconómicas de los países no alteran los propósitos generales de una escuela, pero sí influyen en el conte- nido de la enseñanza, en las características de ésta y en las del personal docente.

La funcion docente está destinada a:

a) Ayudar a los alumnos a adquirir principios, doctrinas, métodos y técnicas en diferentes as- pectos que incluyan la protección, el fomento, la recuperación y la rehabilitación de la salud, pro- porcionándoles conocimientos básicos que les permitan planear, ejecutar y evaluar los diferen-

tes programas de salud, trabajando preferente- mente en equipo. Se debe poner especial 6nfasis en que en la planificación se considere previa-

mente la investigación de la naturaleza y magni-

tud de los problemas de salud pública y los recur- sos existentes y la actitud de la comunidad en

relación con ellos.

Se conceptúa el último punto como el fundamental en el proceso docente, ya que en definitiva determina el éxito o el fracaso

en las acciones de salud pública.

Se estima que ocupa un lugar importante en el proceso docente el insistir en principios generales que puedan aplicarse a cualquier situación, utilizando técnicas representati- vas o demostraciones; haciendo comprender al estudiante que no es conveniente, además de ser obviamente imposible, enseñarle todas las soluciones para cada situación.

La investiga&ón es indispensable por cuanto perfecciona la labor docente de la escuela; relaciona al personal y alumnos de la escuela con los problemas de terreno y coopera en la solucibn de Bstos.

La función de servicio en colaboración con- siste, sobre todo, en asesorar a los organismos públicos y privados que lo soliciten -en el estudio y solución de los problemas especí- ficos de salud.

La escuela, al utilizar su influencia y sus recursos, deberá difundir ideas y conoci- mientos científicos que puedan influir en la orientación de la pol%&ca de salubridad del pa/is y en las actitudes de la comunidad.

Alumnado

b) Desarrollar en los estudiantes habilidades o destrezas para aplicar los principios y métodos aprendidos, al estudio y soluciones delos proble- mas más frecuentemente encontrados en la pr&c-

tica.

* Este informe se publica en inglés en el Amer- ican Journal of Public Health.

Las Escuelas de Salud Pública deben asu- mir permanentemente la responsabilidad de adiestrar a los miembros del equipo de salud pública de nivel universitario. Algunas es- cuelas creen que sólo transitoriamente tienen la responsabilidad de capacitar al resto del equipo, de nivel inferior al universitario, mientras los servicios de salud desarrollan instituciones capaces de tomar a su cargo este último adiestramiento.

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Selección de estudiantes

Para lograr una mejor selección de candi- datos a cursos que lleven a un grado de Maestro en Salud Pública o equivalente, se requiere un numero suficiente de aspirantes. Las Escuelas de Salud Pública deberán esti- mular a las autoridades sanitarias y al personal en servicio en los departamentos de salud para que haya el máximo numero de candidatos. El aumento en el numero y calidad de solicitudes se facilita cuando las autoridades sanitarias atribuyen un valor al grado de Maestro en Salud Pública para asuntos de nombramientos y de ascenso, cuando las Escuelas desarrollan programas de alta calidad.

Se reconoce que es difícil determinar un procedimiento dnico de admisión, pues éste debe variar de acuerdo con las condiciones locales. Varios factores se consideran en la actualidad, entre ellos :

a) edad

b) experiencia previa c) capacidad ftiica

d) capacidad intelectual y madurez emocional e) motivación, voeacion y conciencia social f) cargo a ser ocupado por el candidato una vez

recibido

g) que los candidatos sean patrocinados, de preferencia, por alguna institucidn nacional 0 internacional

h) exámenes de conocimientos

En lo referente al factor edad, se mani- fiesta preocupación sobre estudiantes de edad avanzada y se recomienda que el estu- diante no exceda de 45 años de edad, pero que en casos particulares hay necesidad de hacer excepciones.

En lo que respecta al factor experiencia previa, se estima que es difícil establecer criterio fijo, ya que no existen todavía ele- mentos de juicio para determinar ésta efi- cazmente y, a tales efectos, se recomienda que las Escuelas estudien objetivamente este asunto e intercambien su información.

Se expresaron opiniones recomendando que se establezca un mínimo de dos años de experiencia profesional previa, de preferencia en labor sanitaria.

Para determinar la motivación, vocación y conciencia social del solicitante se requie- ren entrevistas personales. Conviene apuntar que la entrevista personal requiere entre- vistadores experimentados y ésta, aunque no siempre provee toda la información desea- da, brinda sin embargo ciertos datos sobre el candidato que no es posible lograr por ningún otro método.

Se recomienda evaluar la preparación in- telectual del candidato mediante el análisis de sus antecedentes, habiendo opinión unánime de que un examen de conocimientos no es aconsejable como requisito de admisión.

En lo referente a la selección de los estu- diantes extranjeros, las Escuelas confrontan un grave problema, ya que están imposibi- litadas para evaluar debidamente a los can- didatos. Se reconoce que los organismos in- ternacionales podrían mejorar su ayuda notablemente en este particular si, cono- ciendo los criterios de las Escuelas, los utili- zaran estrictamente en la selección prelimi- nar de sus candidatos a ser presentados a las Escuelas. Se menciona, a la vez, la con- veniencia de que profesores de las Escuelas tengan la oportunidad, durante sus viajes de estudio, para orientar a los funcionarios in- ternacionales sobre las normas y métodos de selección de sus respectivas Escuelas y ayudar en las entrevistas de los candidatos ya pre- seleccionados.

La selección de los candidatos puede ser una labor conjunta entre las instituciones interesadas y la Escuela de Salud Pública, pero la decisión final es responsabilidad de la Escuela.

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ríodo previo de orientación de los alumnos. Para que las actividades académicas estén en armonía con las necesidades que plantean los problemas de salud, es aconsejable que las Escuelas, al preparar sus programas, se mantengan en permanente consulta con los organismos de salud pública.

Todo curso para Maestro en Salud Pública o equivalente, para médicos, debe incluir las siguientes materias consideradas esenciales: Administración Sanitaria

Epidemiología Saneamiento

Bioestadística

Deberán incluirse las siguientes materias en forma integrada o separada :

Ciencias Sociales Nutrición

Educación Sanitaria Iligiene Maternoinfantil Microbiología

Parasitología

Además, de acuerdo con los recursos, ne- cesidades de cada escuela y las condiciones propias de cada pais, puede incluirse la ense- ñanza, entre otras, de las siguientes materias:

Administración de Hospitales Atención Médica

Higiene del Trabajo Higiene Mental

Algunos participantes manifestaron que, en su opinión, la enseñanza de estas materias debe formar parte de todo curso de salud pública, en la misma forma que las materias enumeradas en segundo lugar.

Se señala que el papel de la enfermera en salud pública es actualmente tan importante en administración sanitaria, que esta última materia debe comprender la enseñanza en enfermería de salud pública. También Fe notó que la administración sanitaria debe comprender capftulos sobre administración pública, aunque algunos participantes opi- naron que ésta merece un curso separado. Debe considerarse la posibilidad de impartir materias selectivas tomando en

cuenta los siguientes factores: importancia de los problemas en el área que sirve la Escuela; disponibilidad de recursos docen- tes y capacidad e interés de los alumnos y su número.

En lo referente a la duración que el curso de Maestro en Salud Pública debe tener, existe el consenso de que no debe exceder un año académico. Sin embargo se reconoce que existen algunos factores que presionan para su prolongación, tales como: defectos y vacíos en la preparación médica y básica general de los estudiantes; necesidad de cubrir el programa de enseñanza en forma satisfactoria, e insuficiente experiencia previa de los alumnos. En contraposicibn a estos factores existen otros que obligan por el momento a que no se exceda el término de tiempo antes señalado. Algunos de estos factores son: la escasez actual de técnicos en salubridad; alto costo de los estudios; limitación de los recursos docentes y período que el estudiante está separado de su trabajo

habitual. .

En la parte final del curso se puede ofrecer a los estudiantes la oportunidad de estudios diferenciados en ciertos campos de gran im- portancia en salud pública, como epidemio- logía, higiene maternoinfantil y adminis- tración hospitalaria, de acuerdo con las necesidades de los servicios, intereses de los alumnos y posibilidades de las Escuelas.

La especialización en un campo determi- nado exige la extensión del período de estudios.

Metodologiia

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y discusiones organizadas en grupos. Es aconsejable la utilización en estos ejercicios de material local que suscite un mayor inte- rés en los alumnos. A fin de enriquecer el material de enseñanza de las escuelas se recomienda su intercambio entre ellas.

Con respecto a la integración de la ense- ñanza, se insiste en la necesidad de elaborar unidades pedagógicas con temas en que par- ticipen los profesores de diversas asignaturas. Asimismo se debe procurar realizar la ense- ñanza alrededor de centros de interés ha- ciendo participar al alumno en el estudio de temas vivos de la comunidad. Para mantener esa integración es indispensable que el per- sonal docente se reúna en forma frecuente y regular.

Entre otros medios para mejorar el rendi- miento académico se mencionó: la distri- bución de guías con las materias a tratar; el suministro de listas de referencia biblio- gráfica; y la obtención de libros y otros materiales en español o portugués adaptados a las condiciones de América Latina. Se reco- noce que la carencia de publicaciones apro- piadas constituye un serio problema, ya que sólo una minoría de los estudiantes pueden leer otros idiomas. Por otra parte, los libros norteamericanos o europeos traducidos no se adaptan por completo a las condiciones prevalentes en Latinoamérica.

Tratándose de un problema que reclama urgente solución, se sugiere que la Oficina Sanitaria Panamericana estudie, en coope- ración con otras agencias internacionales, los medios de estimular la producción, traduc- ción y distribución de publicaciones adap- tadas a las necesidades específicas de los países latinoamericanos.

Trabajo de campo

En cuanto a las experiencias de campo, se reconoce que, a pesar de las dificultades que representa su realización, constituyen un valioso proceso educativo que tiene por objeto proporcionar al estudiante la oportu- nidad de observar y, si es posible, partici- par, en la aplicación práctica de los principios aprendidos. Para que dichas experiencias

rindan los resultados esperados son condi- ciones indispensables las siguientes :

La experiencia deberá ser planeada con sufi- ciente anticipación por la Escuela conjuntamente con los responsables en el campo, y precedida de

una explicación a los alumnos de lo que se pre- tende demostrar. Se deben llevar a cabo por pe- queños grupos de alumnos, supervisados estrecha y directamente por la propia Escuela en forma continua. Los alumnos presentarán un informe sobre sus experiencias, el cual será discutido en presencia de los supervisores y, en lo posible, con los directores de las oficinas de campo donde se realizó la experiencia. Estas discusiones pueden realizarse en el propio lugar de la experiencia o en la Escuela de Salud Pública, procurándose que los alumnos sugieran soluciones a los problemas en- contrados.

Las experiencias de campo constituyen

una responsabilidad primordial de la Escuela

con la colaboración del personal del centro de experiencia. En lo posible, es conve- niente que los profesores tomen parte en esta clase de actividad. Dada la importancia de la supervisión para el éxito de las expe- riencias de campo, se sugiere que los encar- gados de realizarlas sean preparados por la Escuela.

Tesis

Considerando las limitaciones de tiempo, pero reconociendo la conveniencia de esti- mular el desarrollo en el estudiante de acti- tudes y habilidades creadoras relacionadas con el estudio y resolución de problemas, se recomienda reemplazar la tesis académica tradicional por el estudio individual o colec- tivo de situaciones concretas a su alcance. Estos temas de trabajo conviene reúnan las siguientes condiciones :

Representar una experiencia de valor didác- tico que enfrente al alumno con situaciones rea- les, dándole la oportunidad de familiarizarse con todas las fases de una investigación.

Que la elección del tema se haga con asesoría del personal docente de la Escuela, el cual asi- mismo debe dirigir y vigilar su ejecución.

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Que pueda ser desarrollado en el tiempo dispo- nible durante el curso.

Ow-sos combG&os

Las modificaciones de los programas de estudio para hacerlos aplicables a los alum- nos no médicos, deben consistir sobre todo en una planificación de su contenido en forma jerarquizada, dividiéndolos en dos partes, una básica fundamentalmente en las materias generales esenciales ya enumeradas y otra específica para cada grupo profesional.

Se señala la ventaja de reunir a los diver- sos profesionales en el máximo de asignatu- ras donde sea posible impartir esa parte básica, reuniéndolos también en seminarios. Los cursos combinados presentan la ven- taja de crear condiciones básicas para esti- mular el aprendizaje del trabajo en equipo, facilitando la comprensión mutua y la crea- ción de criterios útiles para la salud pública; brindando oportunidad para el intercambio de experiencias y estimulando una mejor preparación del personal docente.

Entre las desventajas que este tipo de curso debiera superar, se señalaron: las limi- taciones impuestas por el desnivel de prepa- ración de los alumnos al profundizar los temas, y la aparición de problemas de adap- tación entre los alumnos y entre los profe- sores.

Algunos de los participantes manifestaron reservas en cuanto a la conveniencia de cursos combinados sobre materias tales como administración sanitaria, estadística y epi- demiología, para alumnos de diferentes ni- veles educativos.

Evaluación

La evaluación del aprovechamiento de los alumnos por medio de exámenes orales o escritos es un problema universal que no ha tenido solución satisfactorio en ninguna Es- cuela. Su dificultad estriba:

a) En que se está evaluando a estudiantes de nivel postgraduado que ocupan con frecuencia posiciones importantes en sus respectivas comu- nidades.

b) En que debe ser consistente con el principio de la enseñanza integrada.

c) En que se trata de evaluar no ~610 conoci- mientos sino también actitudes, habilidades y elementos de personalidad dificilmente pondera- bles.

Considerando esas dificultades y ante la necesidad de estimular al estudiante hacia el aprendizaje por medio de algún método de evaluación, se recomienda: que el proceso de evaluación sea continuo a lo largo de todo el periodo académico, mediante la aprecia- ción del trabajo de laboratorio, trabajo de grupo, seminarios, ejercicios, informes y tra- bajos de campo.

Exámenes parciales y de conjunto que procuren evaluar las actitudes y conocimien- tos adquiridos en el curso. En este sentido se señala que los exámenes orales por sí solos, realizados en forma tradicional, no llenan los objetivos perseguidos por el proceso de evaluación.

Se insiste, por otra parte, en que los pro- fesores deben tener una idea clara del pro- pósito que se busca con las medidas de evaluación y estar conscientes de las limita- ciones que involucran sus resultados, los cuales miden no ~610 a los alumnos sino tam- bién al cuerpo docente y sus métodos de enseñanza.

Cuerpo docente

El cuerpo docente debiera estar consti- tuido por:

a) Personal docente de dedicación exclusiva b) Personal docente a tiempo parcial c) Colaboradores y profesores visitantes Se recomienda que los profesores de mate- rias esenciales sean de dedicación exclusiva.

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Abril 1960] CONFERENCIA SOBRE ESCUELAS DE SALUD PUBLICA 295

La participación de los profesores en vi- sita y colaboradores de campo es útil cuando se dispone de tiempo para planificar las se- siones y se les entrega un esquema del curso para que su exposición se ajuste a los obje- tivos de él.

Como todo cuerpo docente de una escuela universitaria, conviene que, cuando menos, el personal de planta a cargo de la enseñanza reúna los siguientes requisitos:

a) Vocación por la enseñanza.

b) Conocimiento académico y experiencia de campo adecuados a los distintos niveles de la salud pública con capacidad para la investigación.

c) Capacidad para transmitir sus conocimien- tos y experiencias.

d) Conocimiento de los principios de aprendi- zaje y destreza en los métodos de enseñanza.

e) Conocimiento de los objetivos y funciones de la Escuela, y, de ser posible, de los servicios, las condiciones sanitarias, socioeconómicas y cul- turales de los países de donde provienen sus estu- diantes.

f) Una amplia cultura general.

g) En lo posible, poseer el grado de Nlaestro en Salud Pública, o su equivalente.

La Escuela debe proveer al personal do- cente de facilidades para su mejoramiento profesional, motivarle hacia la investigación y proporcionarle los medios de aumentar su capacidad en la docencia mediante cursos internos de adiestramiento, seminarios, con- ferencias y viajes de estudio.

Se reconoce la utilidad de establecer un sistema de intercambio de profesores entre las escuelas.

Se considera que no es posible ni conve- niente establecer una proporción fija de tiempo dedicada por el cuerpo docente a las labores de investigación, de enseñanza y asesoría, pero sí que estas tres funciones deben estar equilibradas dentro de las posi- bilidades económicas, administrativas y de personal que tenga la Escuela.

Local y equipo

Toda Escuela requiere un local propio y adecuado, provisto de auditorio, biblioteca,

laboratorios y oficinas suficientes para los diferentes departamentos, así como de salo- nes para seminarios y clases.

En cuanto a equipo, se requieren los correspondientes laboratorios de mierobiolo- gía y parasitología, estadísticas, ingeniería sanitaria y otros para las prácticas de los alumnos, y los especiales de investigación. Se sugiere, además, dado el alto costo del equipo de laboratorio, la posibilidad de labo- ratorios de tipo polivaIente. Esto a su vez puede ser un factor que ayude a la coordina- ción de la enseñanza. Se señalan también como de gran importancia elementos de transporte, equipo de secretaría, equipos au- diovisuales y para la colección de especfme- nes, equipos para imprimir material biblio- gráfico.

En cuanto a la biblioteca, se sugiere que ésta sea centralizada, accesible a los estu- diantes y que esté a cargo de una persona debidamente preparada. Es fundamental que disponga de suficientes ejemplares de publicaciones para consulta que puedan ser utilizados simultáneamente por alumnos de diferentes cursos.

Se sugiere que las escuelas se ayuden mu- tuamente por medio de un intercambio de publicaciones nacionales.

Areas de adiestramiento

Las Escuelas de Salud Pública deben uti- lizar la comunidad como un laboratorio para la preparación de personal profesional a tra- ves de visitas de observación, períodos de práctica, ensayos de técnicas, estudios de programas e investigaciones en progreso, prestación de asesoría y servicios directos a la comunidad.

Existen dos tipos de áreas de adiestra- miento, uno propio de la escuela y otro perteneciente a los servicios sanitarios; uno no excluye al otro. Por el contrario, pueden satisfacer perfectamente las necesidades de la enseñanza, siempre que haya buen enten- dimiento para su utilización como campo de práctica para la observación, interpretación e investigación.

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296 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA

cuela de Salud Pública el poseer un área de adiestramiento son:

Permitir a los estudiantes observar más fácil- mente la aplicación de los principios y técnicas enseñados.

Es más factible establecer en el área ciertas normas bkicas que aseguren un mejor ambiente para el adiestramiento práctico.

Un área que hace trabajo de alta calidad eons- tituye un ejemplo para los otros servicios de los países.

Ofrece un ambiente más adecuado para que el personal docente pueda realizar labores de in- vestigación.

Los inconvenientes de un área de demos- tración son :

Puede constituir una situación artificial que no represente la organización del país.

Generalmente posee un personal más nume- roso, mejor preparado y mejor pagado que el del resto de los otros servicios locales, lo cual hace que sus experiencias administrativas no sean siempre aplicables en otros sitios.

En ocasiones se provoca una reacción antagó- nica de los servicios similares que no gozan de las ventajas citadas.

Se recomienda que la cooperación entre escuela y servicios se lleve a cabo a tra- vés de convenios escritos que estipulen las bases acordadas y los beneficios a que ambas partes podrán aspirar.

Se considera que las áreas de adiestra- miento deben ser representativas de la rea- lidad social y sanitaria del pais o región; ofrecer un programa de salud pública poli- valente e integrado; tener personal bien ca- pacitado y en número suficiente, que de algún modo forme parte del cuerpo docente de la Escuela y que sea remunerado por ella, y que se mantenga en contacto permanente con la Escuela.

Con el objeto de ofrecer al alumno am- bientes más característicos, se hace necesa- rio que se utilicen otras áreas representa- tivas de la realidad local, así como áreas escasamente desarrolladas en el aspecto sa- nitario.

Al considerar los beneficios que una comu- nidad puede obtener utilizando sus servicios para la enseñanza se reconoce que todo pro- ceso de docencia aplicado a terreno mejora los niveles de atención y por consiguiente la calidad de los servicios rendidos a una co- munidad. La asesoría otorgada a programas, los resultados de los trabajos de investiga- ción o análisis, el ensayo de nuevas técnicas y métodos, el aumento de prestigio del per- sonal, redundan en beneficio de la comuni- dad atendida por ese servicio.

Además, por el hecho de que cada año las escuelas preparan personal destinado a terreno, los servicios se enriquecen con pro- fesionales mejor preparados. Sin embargo, la realidad revela que el exceso de visitas a áreas de demostración puede traer dificul- tades.

Financiamiento

Una Escuela de Salud Pública es una empresa de alto costo y su sostenimiento debe ser hecho fundamentalmente a través de recursos financieros públicos suficientes en un presupuesto propio que no sea interve- nido y permita flexibilidad en su manejo. En adición a estos recursos puede haber aquellos provenientes de convenios interna- cionales y particulares que faciliten equipo, materiales, becas para profesores, consulto- res y otros. Además, la recaudación prove- niente de la matrícula de alumnos, especial- mente los extranjeros, resulta otra fuente de ingresos. Se estima necesario que los organis- mos internacionales que envíen estudiantes extranjeros a las escuelas, compensen por ellos en la cuantía de los costos reales en que se incurre en el adiestramiento.

En lo que respecta al financiamiento de actividades de investigación se enumeran dos fuentes: el presupuesto propio de la Escuela y donaciones de particulares y de instituciones nacionales e internacionales, públicas o privadas.

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Abril 19601 CONFERENCIA SOBRE ESCUELAS DE SALUD PUBLICA 297

escuelas profesionales, deben orientar a estas últimas en lo que se relaciona con el estudio de los problemas de salud pública. La interre- lación debe establecerse a través de un estu- dio en conjunto de los problemas comunes y de buenas líneas de comunicación entre el personal docente. Para lograr esto es indis- pensable que la Escuela de Salud Pública mantenga una corriente de pensamiento con otras escuelas de formación profesional y por ello es recomendable que las Escuelas de Salud Pública formen parte de una uni- versidad o se relacionen íntimamente con ella. Formar parte de una universidad puede significar autonomía en su manejo interno, prestigio, estabilidad, calidad universitaria del profesorado, derecho de otorgar títulos universitarios y mayor posibilidad de interre- lación con las otras escuelas universitarias o centros de investigación.

La colaboración de la Escuela de Salud Pública con otras instituciones le es útil para desarrollar sus programas de enseñanza e investigación; y, a su vez, estas otras ins- tituciones enriquecen la capacidad docente de la Escuela de Salud Pública aportándole su colaboración, principalmente en cursos especiales 0 electivos.

Utilización de los egresados

Las instituciones que emplean 0 utilizan los egresados de las Escuelas de Salud Pú- blica, pueden hacer mejor USO de éstos de las siguientes maneras :

Ubicando a los egresados en puestos ade- cuados y progresivos de acuerdo a su expe- riencia y preparación; planeando con su- ficiente anticipación y comunicando a las Escuelas de Salud Pública las futuras necesi- dades de personal, en cantidad y calidad, con objeto de que la Escuela, en lo posible, tome las medidas necesarias para formarlos; eva- luando y discutiendo con la Escuela los servi- cios que presten sus egresados; promoviendo reuniones periódicas entre el personal de los servicios y de la Escuela, y dando apoyo para los trabajos de investigación.

Es desde todo punto de vista recomenda- ble que un individuo adiestrado después de

un proceso largo y costoso, sea utilizado por los servicios en cargos de responsabilidad, o por la Escuela en cargos docentes o de investigación. Se considera que a los estu- diantes que ya sean funcionarios debe ase- gurárseles, por lo menos, que después del curso en la Escuela de Salud Pública vuelvan al mismo puesto que ocupaban. Si este meca- nismo no se establece, es posible que se malgaste tiempo y esfuerzo. Por ello parece extraordinariamente importante, en el caso de alumnos extranjeros, que los organismos nacionales respeten los compromisos de los diferentes gobiernos con las organizaciones que otorgan las becas, en el sentido de ase- gurar a los egresados un cargo en Salud Pública.

Carrera en salud pública

La responsabilidad principal de hacer de la salud pública una carrera recae en el Mi- nisterio de Salud Pública; sin embargo, las escuelas pueden colaborar para el estableci- miento y fortalecimiento de estas carreras perfeccionando sus métodos de trabajo e imponiéndose por su eficiencia y autoridad científica y moral, dando así prestigio a sus diplomados, de manera que sean reconocidos sus derechos en los concursos de admisión y promoción.

Por último, la Escuela puede asesorar en los estudios de leyes y reglamentos para establecer un escalafón de carrera que ase- gure la estabilidad y una renta adecuada al personal a tiempo completo.

Se considera que las responsabilidades adi- cionales de los servicios sanitarios son: con- tribuir a un financiamiento de áreas de práctica y dar facilidades a sus funcionarios para que participen en los programas de

enseñanza, promoviendo que éstos se ins- criban en los cursos de Salud Pública.

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298 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA

de Salud Pública. Algunas de estas normas serían :

a) Un presupuesto suficiente y propio, libre de interferencias y que permita flexibilidad en su manejo.

b) Desarrollar regularmente cursos para maes- tro en Salud Pública o sus equivalentes, con las características recomendadas en este informe.

c) Servir a una área nacional 0 internacional que justifique su existencia,

d) Contar con personal adecuadamente prepa- rado y de dedicación exclusiva por lo menos en las materias esenciales.

e) Tener local propio y debidamente provisto para la enseñanza e investigación, inclusive una biblioteca adecuada y laboratorios suficientes.

f) Posibilidades de adiestraamiento práctico en centros preseleccionados.

Se decide invitar a la Oficina Sanitaria Panamericana a que considere el estudio de este importante asunto.

NOTAS ESPECIALES

Reuniones futuras

Se estimó conveniente que la Oficina Sani- taria Panamericana haya considerado cele- brar una próxima Conferencia sobre Escue- las de Salud Pública de América Latina para el año 1961.

Se presentó una invitación en nombre del Gobierno de Venezuela para que dicha Con- ferencia se lleve a cabo en Caracas, Vene- zuela, la cual fué recibida con simpatfa. Igualmente se acordó que este tipo de reuniones se celebren de una manera perió- dica.

Obtención de servicios docentes

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CONFERENCIA

SOBRE ESCUELAS

DE SALUD PUBLICA

(Cel’ebrada en San Miguel Regla, Estado de Hidalgo, México, del 2 al ‘? de noviembre de

1969)

Vista parcial de una sesión plenaria

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Anexo 1

PREGUNTAS QUE SUGIERE EL TEMARIO

A. Objetivos de una Escuela de Salud Pública. 1. iCuáles deben ser los objetivos de los programas de educación profesional en una Escuela de Salud Pública,

a) en lo que respecta a preparación de profesionales?

b) en lo referente a programa de investi- gación?

c) en los aspectos de servicio a la colec- tividad?

2. ¿En qué forma son estos objetivos in- fluenciados por condiciones sanitarias y so- cio-económicas de los países?

3. iCómo se interrelacionan los objetivos de las Escuelas de Salud Pública con los ob- jetivos de otras ,instituciones educacionales en el campo de la salud?

4. ¿Qué element’o humano deberá ser adiestrado en una Escuela de Salud Pública? B. Contenido, amplitud de la enseñanxa y

metodologia.

1. Tratándose de médicos en el curso de Maestro en Salud Pública o equivalente:

a) iCuá@ son las materiss~esenciales que debe: cpmprender el programa de es- tudios?

b) iCuáles son las materias electivas? c) ¿Qué duración deberá tener este curso? d) iQué medios y métodos de enseñanza conducen a un mejor aprovechamiento del contenido del programa de ense- ñanza?

2. iQué estructura se debe dar al programa

de estudios para que FCU aplicable a los nlum- nos no médicos?

3. ¿Qué cursos se podrán dar en forma com- binada a alumnos de diferentes campos, p.ej. médicos, enfermeras e ingenieros?

4. ~Qué características deberán tener las visitas de campo para que ofrezcan una máxima oportunidad de aprendizaje?

a) Visitas cortas de demostración b) Trabajo práctico de campo

5. iCómo se puede supervisar adecuada- mente el trabajo de campo de los alumnos?

31

6. iQuién deberá ser responsable, adminis- trativamente, de las visitas de campo?

7. iQué medios se deben utilizar para evaluar el aprovechamiento académico de los alumnos?

8. iCuáles son las ventajas de que los alumnos lleven a cabo un trabajo de tesis en relación con los objetivos principales del curso, antes de graduarse?

C. Normas administrativas de la enseñanza, investigación y servicio a la comunidad. 1. j,Qué política deberá seguirse en lo re- ferente a la admisión de estudiantes a una Escuela de Salud Pública? y zqué medios y procedimientos para aplicar esta política?

2. iQuiénes deben constituir el cuerpo do- cente de una Escuela de Salud Pública y cr>mo deben prepararse para est’a tarea?

3. iCuánto t,iempo debe dedicar el perso- nal de una Escuela de Salud Pública a adivi- dades docentes? ia investigación?

4. 2,Cuáles wn los requerimientos básicos de una Escuela de Salud Pública en lo refe- rente a equipo,

a) de enseñanza? b) de investigaci6n?

5. iCómo puede la Escucla de Salud Pú- blica utilizar las facilidades sanitarias lo- cales existentes?

6. iQué normas deben regir el estable- cimiento .y funcionamiento de un centro de adiestramiento?

7. iCómo pueden las Escuelas de Salud Pública uiilizar la wmunidad como lahora- torio para la preparacibn de personal pro- fesional?

8. 2,Cuáles son los beneficios que la co- munidad puede obtener al utilizarse sus ser- vicios para la enseñanza?

9. ;,En qué forma deben financiarse las actividades de una Escuela de Salud Pública,

a) en lo referente a enseñanza? h) en lo que respecta a investigaci6n? 10. ¿En qué forma puede la Escuela de Salud Pública colaborar para el estableci-

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Abril 19601 CONFERENCIA SOBRE ESCUELAS DE SALUD PUBLICA 301

miento o fortalecimiento de un servicio de carrera en salud pública en los Ministerios de Salud?

ll. iCuál es la responsabilidad de las ins- tituciones encargadas de la salud de los paf- ses, en lo referente a dar facilidades para me- jorar las condiciones de la enseñanza de salud pública en las escuelas?

12. ~Qué medidas deben tomar los “con- sumidores” del producto de las Escuelas de

Salud Pública, es decir, los Ministerios de

Salud Pública de los países, para hacer el mejor uso del material formado en dichas escuelas?

13. iSería conveniente asegurar al alumno una posición oficial en un servicio de salud, o en la Escuela de Salud Pública en caso de terminar satisfactoriamente sus estudios?

14. iDeberán los Ministerios de Salud in- tervenir en la selección de estudiantes o de- berá ser esto función exclusiva de la Escuela

de Salud Pública?

Anexo II

LISTA DE PARTICIPANTES

ARGENTINA

Dr. Honorio Candebat

Secretario Técnico, Escuela Nacional de Salud Pública,

Ministerio de Asistencia Social y Salud Pú- blica,

Buenos Aires Dr. José Coll

Director y Profesor de Bioestadística, Es- cuela Superior de Sanidad,

Universidad Nacional del Litoral, Rosario

Dr. David Sevlever

Encargado de la organización de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Buenos Aires

BRASIL

Dr. Augusto L. Ayroza de Galváo

Director y Profesor de Epidemiología, Facul- dade de Higiene y Saúde Pública, Universidade de Sáo Paulo, Sao Paulo

Dr. Marino Mendes Campos

Profesor de Epidemiología, Escuela de Saúde Pública de Minas Gerais,

Belo Horizonte

Dr. José de Oliveiro Coutinho

Profesor de Parasitología e Higiene Rural, Faculdade de Higiene y Saúde Pública, Universidade de Sáo Paulo,

Sao Paulo

Dr. Cid Ferreira Lopes

Director y Profesor de Administración Sani- taria, Escuela de Saúde Pública de Minas Gerais,

Belo Horizonte

Dr. Rodolfo do Santos Mascarenhas

Profesor de Técnica de Saúde Pública, Facul- dade de Higiene y Saúde Pública, Universidade de Sâ;o Paulo,

Sáo Paulo

Dr. Paulo C. A. Antunes

Faculdade de Higiene y Saúde Pública, Universidade de Sao Paulo,

Sao Paulo

CHILE

Dr. Rolando Armijo

Profesor de Epidemiología, Escuela de Sa- lubridad,

Universidad de Chile, Santiago

Dra. Victoria García

Profesora Auxiliar de Administración de Salud Pública y Profesora Encargada del Curso de Educación Sanitaria, Escuela de Salubridad,

Universidad de Chile, Santiago

Dr. Hernán Urzúa

Director y Profesor de Administración de Salud Pública, Escuela de Salubridad, Universidad de Chile,

Santiago

ESTADOS UNIDOS

Dr. Nelson Biaggi

Profesor de Saneamiento Ambiental, Escuela de Medicina,

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302 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA

Dr. John C. Cutler

Assistant Surgeon General for Program, United States Public Health Service, Washington, D. C.

Dr. Edward Grzegorzewski

Director, Departamento de Medicina Pre- ventiva y Salud Pública, Universidad de Puerto Rico,

San Juan

Dr. E. Harold Hinman

Chief, Technical Resources Division, Office of Public Health, U. S. International Cooperation Administration,

Washington, D. C. Dr. Luis Sánchez Meana

Profesor Asociado en Prácticas de Salud Pública, Departamento de Salud Pública y Medicina Preventiva,

Universidad de Puerto Rico, San Juan

MÉXICO

Dr. Carlos Díaz Coller

Director, Dirección de Estudios Experi- mentales,

Secretarfa de Salubridad y asistencia, México, D. F.

Dr. Daniel López Ferrer

Profesor de Administración Sanitaria, Escuela de Salud Pública,

Secretaria de Salubridad y Asistencia, México, D. F.

Dr. Pedro Daniel Martínez

Director, Escuela de Salud Pública Secretarfa de Salubridad y Asistencia, México, D. F.

Dr. Rolando Neri

Profesor de Epidemiología, Escuela de Salud Pública,

Secretaría de Salubridad y Asistencia, México, D. F.

PERO

Dr. Mario León Ugarte

Profesor de Medicina Preventiva, Facultad de Medicina,

Universidad Mayor de San Marcos, Lima

VENEZUELA

Dr. Alfredo Arreaza Guzmán Director de Salud Pública,

Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, Caracas

Ing. Fernando Núñez Calderón

Jefe, Departmento de Saneamiento Ambien- tal,

Escuela de Salud Pública,

Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, Caracas

Dr. Aníbal Osuna

Jefe, Departamento de Epidemiología, Escuela de Salud Pública,

Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, Caracas

OFICINASANITARIA PANAMERICANA,~FICINA RE- GIONAL DE ZA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE USALUD

Dr. Myron E. Wegman Secretario General Washington, D. C.

Dr. Ramón Villarreal (Coordinador de la Con- ferencia)

Oficial Médico Washington, D. C. Dr. James L. Troupin

Consultor

Dr. Wilson G. Smillie Consultor

Dr. Jorge Castillo (Coordinador Asociado de la Conferencia)

Oficial Médico, Zona II México, D. F.

Dr. H. Eduardo Sarué Oficial Médico, Zona II México, D. F.

Sr. Emmet F. Horine Oficial Médico, Zona II México, D. F.

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