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La educacion higienica en la lucha contra la poliomielitis

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Academic year: 2017

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LA POLIOMIELITIS*

POR EL DR. MANUEL GONZALEZ RIVERA

Profesor de Educación Higiénica en la Escuela de Salubridad e Higiene, México, D.F. ,P

La persona encargada de coordinar y dirigir la labor de educación higiénica en la lucha contra la poliomielitis deberá, como condición absolutamente indispensable, poseer amplios conocimientos sobre esta enfermedad y estar al día acerca de los adelantos alcanzados a este respecto.

Hemos dicho “coordinar y dirigir”, porque la campaña educativa en la lucha contra la poliomielitis, como la educación higiénica del público en cualquiera de sus aspectos, no puede, ni debe, ser obra de una per- sona o de un grupo determinado de personas solamente, sino que tiene que ser llevada a cabo por todos y cada uno de los elementos que toman parte en la campaña: médicos, enfermeras visitadoras, enfermeras de . hospital, trabajadoras sociales, todos tienen la obligación ineludible de hacer labor educativa, concomitante con el trabajo que cada uno tenga que desempeñar. Esto sin perjuicio de que haya otra persona o personas dedicadas a labores específicamente educativas, como dar pláticas o conferencias, elaborar textos para distintos materiales de publicidad educativa tanto oral como impresa, etc.

El coordinador y director de las actividades educativas y de los tra- bajos de publicidad y propaganda deberá ser médico, conocer el manejo y la aplicación de los principales medios de publicidad y propaganda, y saber sus indicaciones y contraindicaciones y lo que es posible esperar de ellos cuando se aplican a una campaña educativa de esta índole.

Por ningún motivo se dará principio a los trabajos sin elaborar o, cuando menos, sin haber esbozado, para ir precisándolo después, el plan general de la campaña. “Emprender una campaña de publicidad sin precisar sus objetivos, es como disparar un fusil sin apuntar al blanco”, ha dicho Herbert Baus.

Antes de dar un solo paso para la elaboración del programa de labores, es indispensable tener en la mano, si ya han sido recogidos, todos los datos geográficos, demográficos, estadísticos, etc., muy necesarios para poder tener conocimiento del medio ambiente, físico y social, en que se va a actuar, o practicar las exploraciones, encuestas o estudios nece- sarios para recogerlos.

Aparte de dicha exploración sanitaria previa y de los datos recogidos en la investigación epidemiológica del brote poliomielítico en cuestión,

* Trabajo leído en sesión plenaria de la X Reunión Anual de la Asociación Fronteriza Mexicana-Estadounidense de Salubridad, México, Monterrey, marzo 24-27, 1952.

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que deben ser ampliamente conocidos por el director de la campaña educativa, hay que llevar a cabo otras investigaciones o encuestas sobre los medios de publicidad existentes en la localidad o en la región, y sobre los elementos que la campaña va a tener a su disposición o que de alguna manera va a poder aprovechar: periódicos locales, revistas y otros materiales impresos; estaciones de radio; empresas cinematográ- ficas que puedan dar alguna ayuda; camionetas o autos con equipo sonoro; aparatos de proyecciones cinematográficas, pehculas, diaposi- tivas; materiales diversos para preparar exposiciones objetivas fijas o ambulantes, etc., sin olvidar la ayuda material y moral de diversas asociaciones o instituciones y toda la colaboración, de cualquier clase, que se pueda obtener de la comunidad.

Es igualmente indispensable saber de antemano con qué cantidad de dinero se va a contar, ya que todos los medios o vehículos de publicidad y de propaganda, aun tratándose de una campaña educativa, tienen un costo más o menos elevado. Es necesario calcular y estudiar muy bien el presupuesto, dividiéndolo en partidas que serán distribuídas entre los distintos medios o procedimientos de educación higiénica, proporcional- mente a su importancia y al rendimiento que razonablemente sea posible esperar de cada uno de ellos.

Formulado el plan general de la campaña, ésta se comenzará a desa- rrollar conforme a un programa que deberá comprender los siguientes puntos:

(1) Preparación del personal sanitario que va a tomar parte en la lucha contra la poliomielitis.-Todos los médicos, enfermeras, trabaja- doras sociales, etc., irán a la campaña convenientemente instruídos y adiestrados, y perfectamente conscientes de lo que rada uno de ellos va a hacer y por qué lo va a hacer. Esta preparación y estos conocimientos crean en el trabajador una firme confianza en sí mismo y le permiten actuar con mayor gusto y satisfacción, facilitando enormemente las labores y aumentando considerablemente su eficacia y rendimiento.

En cambio, un individuo que ignora lo que hace, o por qué lo hace, mal puede llevar a otros al convencimiento o crear en ellos una con- fianza de que él mismo carece, sobre los conocimientos que divulga y las medidas profilácticas o procedimientos terapéuticos que reromienda.

Por otra parte, si el personal de la campaña no sabe todo lo que tiene obligación de saber, no ~610 no estará en condiciones de instruir o de informar al público en relación con esta enfermedad, sino que ni siquiera podrá contestar satisfactoriamente las preguntas que el público nunca deja de hacer, lo cual produce pésima impresión, y en vez de hacer nacer en su ánimo benevolencia y simpatía, provoca recelo y descon- fianza hacia una campaña en la que los mismos participantes no saben lo que traen entre manos.

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dad se dé cuenta de que existe un brote de poliomielitis, o de que hay poliomielitis en forma endémica en la localidad o en la región. En esta campaña inicial se emplearán aquellos medios de publicidad que, en la localidad de que se trate, lleguen al mayor número de personas.

Los textos que se elaboren para los diversos materiales de la propa- ganda inicial deberán ser redactados en forma tal que el público se dé cuenta, desde luego, de que no tratamos simplemente de darle una noticia “para su conocimiento”, sino de que vea claramente nuestra intención de hacer que todos conozcan el problema, se interesen en él y vayan pensando en la manera en que podrán cooperar con nosotros para su solución.

Para provocar el interés no es necesario ni conveniente, como algunos piensan, suscitar un estado de alarma entre el público. La propaganda educativa en ningún caso debe ser alarmista; el educador sanitario tiene que dar siempre ejemplo de cordura y de serenidad, exponiendo en todos los casos la situación tal como es, y planteando los problemas sin quitar ni poner nada que pueda hacerlos aparecer ante el público más graves, 0 menos importantes, de lo que son en realidad.

(3) Relaciones con los médicos residentes en la localidad.-La cam- paña educativa dentro de la lucha contra la poliomielitis no debe ignorar a los médicos de la localidad ni, menos aún, malquistarse 0 enemistarse con ellos. Muy por el contrario, se procurará entablar y mantener con ellos las más cordiales relaciones y provocar los mejores deseos de cola- boración y ayuda mutua.

En los lugares donde sean pocos los médicos residentes, será posible y, además, muy conveniente, hacer a cada uno de ellos una visita de cortesía. En las grandes ciudades se puede establecer contácto con ellos mediante una 0 más cartas circulares, 0 invitándolos a una serie de pláticas, conferencias, simposios 0 mesas redondas;’ en los que tomarán parte los técnicos mejor preparados de que disponga9la campaña.

Al hablar con los médicos, se aprovecharán todas’las oportunidades que se presenten para encarecerles la importancia que para nosotros, y para el buen éxito de la campaña, tiene la notificación de todos los casos L- de poliomielitis, de facilidades para la notificación y, por otra parte, toda la colaboración sospechosos o comprobados. Les ofreceremos toda clase

que nos sea posible darles para el estudio, control y tratamiento de los casos, y para la educación higiénica de los familiares y de los contactos.

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(4) Educación del público en general.-Se divulgarán entre el pú- blico los principales síntomas del principio de la enfermedad, tales como fiebre, dolor de cabeza, dolor de garganta, rigidez de la nuca, etc., a fin de que las gentes, especialmente en tiempo de epidemia, estén en con- diciones de “sospechar” el padecimiento y proceder inmediatamente a aislar al enfermo, a encamarlo y a consultar a su médico o hacer la no- tificación del caso a la oficina respectiva 0 a la jefatura de la Campaña.

Puntos muy importantes del temario para los materiales de publicidad que se elaborarán con este objeto son las ventajas del diagnóstico precoz y de su comprobación, y la necesidad de la notificación inmediata, no solo de los casos ya diagnosticados por el médico, sino también de los casos sospechosos, especialmente en tiempo de epidemia.

Otros temas para ser dados a la publicidad serán los siguientes : trans- misibilidad del padecimiento; cómo se contrae y de qué manera se pro- paga; las secreciones nasofaríngeas y las materias fecales de los enfermos, principalmente en el período de transmisibilidad y, en ocasiones, de personas aparentemente sanas, constituyen la fuente de infección. Se han registrado, aunque raramente, casos y aun brotes epidémicos ori- ginados por la leche, y también se han encontrado moscas contaminadas por el virus.

La boca y la nariz son la puerta de entrada para el contagio de la poliomielitis. Esta enfermedad es mucho más frecuente en los niños de 1 a 15 años de edad, pero puede atacar también a los adultos.

La importancia fundamental de la amplia divulgación de toaos estos conceptos estriba en que de ellos se derivan, y están en muy estrecha relación con ellos, las medidas de control que después vamos a implantar y, sobre todo, los consejos que vamos a dar al público para evitar el contagio y la propagacion de la enfermedad. Cuando el público ya sabe el cómo y el porqué de una medida profiláctica 0 de un consejo que le damos, lo acepta con mayor gusto, lo pone en práctica con mayor efica- cia o, en el peor de los casos, opone mucha menor resistencia a su reali- zación.

Todos estos temas deberán ser tratados precisamente al principio de la campaña, formando parte todavía de la propaganda inicial, y se em- plearán para ello los medios de publicidad que presten mayor garantía de rapidez y, al mismo tiempo, de amplitud de divulgación: radio, prensa, pantallas de los cines, carteles murales, propaganda impresa fijada en los lugares más visibles en la vía pública, cartulinas en los esca- parates de las casas de comercio, etc.

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Los materiales de esta fase post-inicial podrán ser de propaganda casi exclusivamente documental, es decir, encaminada a dar instrucción al público acerca de lo que más interesa que conozca sobre la poliomielitis.

Los temas tratados en esta fase 0 petiíod0 de la campaña podrán ser los siguientes: la poliomielitis es producida por un virus que tiene pre- dilección por el sistema nervioso central; el nombre de parálisis infantil no es del todo correcto, ya que no siempre existe parálisis, ni ataca sola- mente a los niños, aunque éstos sean las víctimas más frecuentes de la enfermedad; existen varios tipos o formas de poliomielitis: (a) forma abortiva, con una sintomatología vaga y sumamente benigna, como calentura no muy alta, dolor de cabeza, dolor de estómago y vómitos;

(b) forma no paralítica, en la que, además de los síntomas de la forma anterior, hay rigidez de la nuca y de la espalda y, en ocasiones, espasmos musculares en otras regiones del cuerpo; (c) tipo paralítico espinal, el más común de los dos tipos paralíticos, en el cual pueden ser atacados de parálisis los músculos de los brazos, de las piernas, u otros músculos del esqueleto y, a veces, los músculos del tórax que contribuyen a los movimientos de la respiración; (d) forma paralítica bulbar, la menos frecuente, pero la más grave de las formas de poliomielitis, en la que la parálisis afecta a los músculos de la cara, de los ojos y de la garganta, y aun al centro respiratorio.

Son mucho más numerosos los casos de las dos primeras formas, y como un ataque de poliomielitis en cualquiera de sus formas confiere generalmente inmunidad, se explica que esta enfermedad sea poco fre- cuente en los adultos, pues se cree que al llegar esa época de la vida ya casi todos la hemos padecido, aunque clínicamente no haya sido recono- cida.

Para tranquilidad del público y, sobre todo, para contrarrestar el terror pánico del vulgo, originado por publicaciones alarmistas que se empeñan en darle proporciones gigantescas al fantasma de la polio- mielitis, en muchos casos es muy conveniente publicar estadísticas de casos y defunciones, comparando las cifras que da la poliomielitis con las de otras enfermedades que atacan más frecuentemente a los niños, como el sarampión, la tos ferina, la difteria, las diarreas, etc.

Igualmente, contribuye mucho a calmar el pavor que el público tiene a la poliomielitis, el hacerle saber que de cada 100 personas atacadas de poliomielitis paralítica, 50 se restablecen totalmente; de 25 a 30 quedan con cierta incapacidad funcional, sin que, en rigor, puedan considerarse como inválidos; de 15 a 20% necesitarán aparatos ortopédicos más 0 menos complicados, y sólo fallece el 5%, 0 en las formas muy graves, el 10%.

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recordatoria o de sostAn, tales como películas, libros, folletos, carteles y demás materiales impresos, en los cuales se tratarán los mismos temas que acabamos de señalar, pero de manera más formal, más técnica y más sistematizada, predominando en ellos el tipo de propaganda docu- mental.

Hay que conceder un lugar importante entre los temas de la publici- dad y propaganda sostenida o permanente, a todo aquello que se rela- cione con las actividades que desarrolla la campaña y, muy especial- mente, con los establecimientos en los que se atiende a los enfermos, como hospitales, clínicas y okas instituciones para el tratamiento de recuperación. Es absolutamente indispensable explicar al público qué es lo que en esos establecimientos se hace y qué servicios prestan a la comunidad, antes de solicitar ayuda para sostenerlos e impulsarlos.

Si se llegara a descubrir un procedimiento eficaz y práctico de in- munización contra la poliomielitis, u otra manera de prevenirla con mayor o menor seguridad, habría que darle un lugar preferente en el temario de la publicidad. Mientras esto no suceda, es nuestro deber darle toda la divulgación que sea posible al hecho de que hast’a ahora no existe ninguna manera de inmunizar a los niños contra este padecimiento. Es necesario, sobre todo, contrarrestar ciertas formas dolosas de pro- paganda comercial, con miras a la explotación de algunos productos.

(5) Educación higiénica escolar.-Un grupo de suma importancia para el desarrollo de las actividades educativas de la campaña es el que está formado por los escolares, sus maestros y las asociaciones de padres de familia, en cada escuela. En este aspecto tan interesante de la cam- paña educativa es de rigor el empleo de medios directos de propaganda: pláticas a los niños; pláticas y conferencias, ilustradas con proyecciones de películas o, por lo menos, de diapositivas, para los padres de familia y para los maestros. Para estos últimos, que fácilmente pueden conver- tirse en valiosos auxiliares nuestros en la educación de los niños, de los padres de familia, y aun de la comunidad en general, es conveniente la organización formal de una serie de conferencias o lecciones y aun la preparación de un folleto alusivo, a fin de darles toda la instrucción que sea posible sobre el particular. Las palabras infección, virus, incubación, contacto, portador, puerta de entrada, susceptibilidad, inmunidad y, en general, todos los términos técnicos que tendremos que emplear en nues- tras pláticas o conferencias, deberán ser definidos y explicados previa- mente, para continuar en seguida con la instrucción sobre poliomielitis, en la forma de conferencias o lecciones, o de capítulos de un folleto especial.

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poliomielitis y para impedir su propagación. Para ello se emplearán pre- ferentemente medios directos: propaganda oral directa, como contactos personales en la consulta o en las visitas domiciliarias; pláticas y con- ferencias a grupos homogéneos o clasificados de personas; diversos materiales impresos, como volantes, carteles y folletos; exhibición de películas; teatro humano, infantil de preferencia, o de marionetas.

Los temas que se tratarán en esta fase primordial y básica de la pro- paganda educativa serán los siguientes :

En tiempo de epidemia, los niños solamente deben tener contacto con las personas con quienes viven habitualmente y con sus compañeros de escuela, sin concurrir a lugares de reunión en que haya aglomeración de personas. Los niños menores de cinco años no asistirán al kinder, ni a la guardería.

Extremar los cuidados de aseo personal, de las ropas y de las habi- taciones; combatir las moscas y proteger contra ellas los alimentos, los juguetes y, en general, todos los objetos que los niños puedan llevarse a la boca.

Conservar las basuras y desperdicios, mientras se desalojan de la casa, en recipientes con tapa a prueba de moscas, para evitar que éstas los conviertan en criaderos; si es posible, incinerarlos diariamente.

Evitar toda fatiga física o mental excesiva, sobre todo a los niños, y enfriamientos intensos, así como una exposición prolongada al sol.

No tomar agua que no sea verdaderamente potable; a la menor sos- pecha de contaminación, o de que no haya sido bien esterilizada, lo mejor es tomarla siempre hervida, lo mismo que la leche. La alimenta- ción, en general, debe ser suficiente y adecuada.

Aplazar toda intervención quirúrgica en la boca, la garganta y la nariz, salvo en caso de extrema urgencia.

En tiempo de epidemia poliomielítica, siempre que una persona, sobre todo si es niño, presente síntomas sospechosos, se le debe aislar inmedia- tamente, meterla en cama y llamar prontamente al médico, prohibiendo toda clase de visitas durante todo el tiempo que tenga fiebre, y hasta que el médico diga que ya puede ser visitada.

Reducir al mínimo el número de personas que tengan entrada a la pieza y que manejen al enfermo durante el período febril; proteger con- tra las moscas las ropas sucias con las secreciones nasofaríngeas 0 con excrementos; hervir las ropas de cama y los pañuelos antes de mandarlos a lavar, así como los cubiertos y las tazas, vasos, etc., en que el enfermo toma sus alimentos.

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En el desarrollo de todos los temas de la campaña de educación hi- giéncia dentro de la lucha contra la poliomielitis, hay que tener presente en todo momento los requisitos, absolutamente indispensables, que deben caracterizar siempre la materia o tema de la publicidad educativa: verdad, utilidad, buena presentación y oportunidad.

En este caso el concepto “verdad” implica ineludiblemente la idea de uniformidad. Es indispensable que las enseñanzas que todos los miem- bros del personal de la campaña impartan al público, especialmente en lo que se refiere a profilaxis y tratamiento de la enfermedad, coincidan absolutamente entre sí. De otra manera, si por ejemplo un médico re- comienda como eficaz tal o cual medida preventiva, y otro da a la publi- cidad declaraciones totalmente adversas en relación con dicha medida, la desorientacion que esto hace surgir entre el público da origen a la desconfianza, y ésta, a su vez, fácilmente llega a traducirse en resistencia pasiva y aun en manifiesta hostilidad hacia las actividades de la cam- paña.

Los temas de la publicidad educativa deben ser bien meditados y discutidos previamente. Al público hay que darle siempre lo cierto y definitivo como cierto y definitivo; lo probable como probable, y lo dudoso como dudoso; pero el público no debe darse cuenta de las dis- cusiones ni de los ataques que se dirijan contra procedimientos de pre- vención o de tratamiento que ya se le habían dado como buenos y efica- ces. Peor impresión aún deja entre el público, y mucho más graves consecuencias, si las discusiones degeneran en diatribas y ataques per- sonales, velados o directos. Procuremos encauzar siempre la labor de publicidad y educativa dentro de las reglas de la técnica y, sobre todo, de la ética profesional, como corresponde a todo buen educador.

HEALTH EDUCATION ON POLIOMYELITIS (Xummury) Poliomyelitis educational programs should be directed and coordinated by a specialist in control, prevention and development of campaign activities against the disease. If possible, a sanitarp survey to obtain al1 necessary geographic, demographic, statistical, physical and social environment data shoulcl precede any campaign planning. This should be followed by a study of al1 publicity

media available. Campaign funds should be budgeted according to activities which will yield greatest returns in terms of population educated. Objectives should be clearly defined and the plan to achieve them should be comprehensive but flexible. Personnel should be imbued with the underlying principies of the campaign and be fully aware of their respective duties and responsibilities.

Initial publicity should make the public aware of existing poliomyelitis en- demicity or outbreaks in the community or region and create public support of campaign activities without causing alarm.

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of the nape of the neck are common symptoms of the disease and that suspects should be put to bed and isolated. Literature should stress the importance of early diagnosis and case reporting, particularly during epidemics; it should explain susceptibility and portal of entry, duration of contagious period, pro- phylaxis and immunization through a previous attack, and possibility of people becoming carriers; that the causative agent is a virus which also attacks adults, and that the disease manifests itself in different forms: abortive, non- paralytic, paralytic, and bulbar. To eliminate hysteria, the author suggests Publishing comparative statistics of cases and deaths from poliomyelitis, measles, whooping eough, diphtheria and diarrhea.

Hospitals, clinics and other’ institutions where poliomyelitis victims receive specific treatment should be publieized to enlist economic support. Teachers can serve as liaison for campaign instructors by learning, through lectures or literature, the meaning of technical terminology and later teaching it to their pupils, and parents at parent-teacher association meetings, to give them a foun- dation for further information.

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