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Los actuales problemas de la fiebre amarilla

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Academic year: 2017

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ItS ACSTITAULS PROBI3IAS DE I,. FIEBRE IJARILLA

Por el Dr. EGITGI S. CTM.ING

Cirujano General del Servicio de Sanidad Pública de los Estados Unidos y Director de la Oficina Sanitaria Panamericana.

Salvo como reminiscencia, la mayoría de los médicos rara vez hoy día prestan la menor atención a la fiebre amarilla y, sin duda, algunos de ellos creen que la enfermedad ha sido casi erradicada y pronto desapa-recerá del mundo entero.

Por eso mismo, quiero repetir ahora que ese flagelo no se halla ni mucho menos extinto, que tiene un inmenso reservorio en el Africa Occidental, y que todavía persiste en nuestro mismo Hemisferio, en

cicr-tas partes del Brasil, y ha reaparecido on fecha comparativoimente rocion-te en Colombia. No tan sólo es posible, sino sumamenrocion-te probable que, debido a los medios c:adri vez mayores y mars r~ápidos do comunicación, y en particular, al incremonto de la navegación nérea, la fiebre amarilla rea-parezc.a en muchos antiguos centros endémicos, y hasta se propague a

paí-ses indemnos hastea riora -- a menos que se mantonga lr mgs rígida vigilan-cia pare impodirlo.

El virus nmarílico est1. aun por descubrir. Esa. entidad descono-cida, pero viviento, cuando logra acceso por primera voz n la sangre hu-manea, produce fiebre marilla on la: mayor porte, de los adultos, y a me-nudo, evoca lr. muerte. En los niños, por regla general, y t-mbién en

mu-chos adultos de los centros endc&nicos, puedo hiallarso presente el virus y completar su ciclo biológico en el organismo sin producir manifestlacio-nes reconocibles; y de ahí el gran nmncro de casos desapercibidos o pas'a-dos por alto. IHast hace poco, croíirse que un solo mosquito (el Aedcs

oagypti) era el vector de la enfelrmedad, y que de no existir esa especie, que no cría en el agua del suelo, no podía difundirse la doleonci. Trm-bi'n se creía que ese mosquito no podía volar mas que a unos 200 metros de distancia. Ahora, se nos informa quo hay 13 especies do mosquitos que pueden transmitir la fiebre rmarilln, y que el Aedes negypti puede re-correr una distancia de 400 a 1,000 metros y, ademns, queo n el laborato-rio, el virus ?marílico puede sor transmitido do un mosquito a otro, y

que algunos de los vectores rocién descubiertos crían en el agua del suelo. Ciertas especies do monos cor.traen la fiebre nmarilla cuando los pic.n mosquitos infectados, y ha habido casos do laboratorio, en seres hurmanos, en los cuales podía, al parecer, excluirse del todo la infección por mosquitos, indicando, pucs, infección por contacto.

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-2-También, se estrn haciondo esfuerzos par. inmunizar contra lo fiebre omarilla, poro les resultados han sido hasta ahora variables y, en conjunto, poco satisfactorios.

En esta ocasión, apeons me es posible justipreciar los últimos conocimientos de la fiebre amarilla, o expresarlos en términos de profi-laxia y control; sin embargo, no oreo que la fiebre amarilla sea conta-giosa; dudo que la transmisión de la enfermedad de mosquito a mosquito

sea un importante factor en la rápida propagación do la enfermedad, aun-que puede serlo en lo tocante a mantenerla en existencia. También pongo en duda que los vectores que crian en el agua del suelo constituyan un factor epidemiológico de mayor importancia en este Continente; pero tam-poco podemos ignorar su existencia. Me aventuro a decir que el huésped humano (o animal) susceptible, es un eslabón forzoso en la continua

existencia de la fiebre amarilla, a pesar de haberse demostrado, aparen-temente, que un mosquito puode infectar a otro.

Recapitulando el efecto que estos nuevos conocimientos de la fiebre amarilla pueden ejercer sobro la lucha contra la enfermedad, cabe

decir que, aunque nos capacitan para combatirla con mayor eficacia, tenm-bién nos rrtvielinque la mota que nos h.ablomios fijado de la erradicación total, se halla, al parecer, bastante más lejos que lo que soe nos hicie-ra creer hace algunos años.

La prevención de la propagación de la fiebre amarilla, y su erra-dicacion, hoy monos que nunca pueden ser consideradas como mero aosunto individual de la nación en cuyo territorio la enfermedad existo, pues, en realidad, interesan al mundo entero. La presencia del flagelo en un país concierno inmeditmtamente a todos los países que pueda alcanzar la enfor-medad y, por razones humanitarias, conciorno colectivamente a todos los países civilizados. No debe haber retrocoso ni abandono de los esfuerzos

dedicados a contrclar y, per fin, a exterminar, ese peligroso mal. Por el contrario, debernmos asestar un ataque persistente y continuo contra cada foco latente, hasta aniquilarlos todos, oaunque se necesiten para ello de-cenios, y hasta siglos, do lucha.

Dado que un ataque de fiebre amarilla otorga inmunidad duradera, parece posible que algún dia logremos inmunizar contra la enfermedad, y

es de esperar que los investigadores continúeon sus esfuerzos en ese to-rreno, así como ef otros sentidos.

El problema mis importanto do la fiebre amarilla, el cual neso-tros, como higionistas, debemos encarar actualmente, reviste dos fases, a saber: primera, mantener la fiebre amarilla fuera del territorio que no se halla ahora infectado y, segunda, erradicarla dondequiera que

oxis-ta. A fin de conseguir los medios do cumplir esos prcpósitos, no debo dcjerso que el mundo olvide los estragos que ol flagelr causara en el pasado, ni taipoco, que la enfermedad continúu siendo para nosotros un peligro muy potencial, capaz de destruir vidas y do paralizar el

comer-cio, si no so le mantiene encadenado.

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-3-primero dóndo existe. Pcr lo tantc, es cbliga.ción sol=mn do todas y canda una. de las nr.cionos, invostigrr concicnzudlricnto todo brote, por pcqueZo que sea, si ofrece el menor parocido a ln ficbro ranrilln. Una voz descubierta In oenforneodad, tmu.bión os obligción do ceda Go-bierno imponor inracdirtorlxnte del hecho a otras na.cionos, y osn obli-gación ha sido roconceidar on ccnvonios intornr.cionalos vez tras voz, y es tan scnta hoy dír cmn cn nefos rnterioros, dosdo el punto do vis-ta do lr. honora.bilidad n-acionnl.

Hablando de lr notificación de la fiebre -marilla, c-be decir que bastantes vocces ha sucedido quoe la nfermedad pasrrt dosiapercibi-da. A rai entender, puedo aceptarso corn axiomar quo, si sólo so donun-ci- lg6unc que otrc casc espor-.dico do fiebreo namrilla, dobe haber nu-chos casos

mnfs

que no son reconocidos. Quiz'.s, lr rayrr p-rte do scs casos sern on niños, pero -ya sabeos que la enforrmodad puodo ser igurl-mente pasacda por aElto en los adultos. La.s pruobas biclóogics con

srn-gre que elaborra.n roeciontcrlente los invostig;.doros dc 1a Fundrcign Rockofoller y otros, deben sor utilizadas sixrapro que las circunsta.n-cias porezcan indicrr la existoncia do focos ocultos.

Cunando una nación denuncio fiolncnto sus casos de fiebre ama-rilln, y tratai onórgic;-cnto do cohibir la onformcda.d, lrs autori.da-dos sanitarir.s do otras nacionos, a su vez, no deben doj.rso llevar por el clarmlor público o imrponer irr.zcn-bles edidas cuaroenteon.riars. Tani-bién, deben desalentar toda publicidad exagerada en los diarios y, aun-que tomando precauciones razonables para proteg;er a sus propios ciuda-danos, deben limitarlas a lo necesario para impedir la entrada de la enfermedad, sin obstaculizar las relaciones comerciales más que en lo que sea incompatible con la seguridad.

Sin embargo, en tanto que la fiebre amnrillo. permanezca en el territorio de cualquior país dado, otras naciones cn quo haya territo-rio infectable deben, forzosanoento, ojercer el derecho do ln cuarontc-na contrn los sitios donde existo l. onfermedad. Las modidas cuaronto-nanris que otorgan orplia protección hoy di-, t;l vez resulten absolu-tamnntc inandocua.das m:ñan-a, a modidn que apa.rozca.n nuevos focos, y so creen nuevos y mfs rápidos modios de comunicación. Ln necosidad do osas modidas tnaíbi6n .umonta, soGún la proximidad al foco infeccioso, L

eCx-tcnsión do lo. infección, y la rpidoz do los vi.jes. Rocordomos que puertos y sitios do much-s partos dcl mundo, que so hallrban antigua-ronte a somanas de distancia, con los medios existentes de comunicación

quedan a.hora n pocos dírs do trr.vcsía. en noropla.no.

E1l tiempo de que dispongo no me permite entrar en pormenores relativos a las medidas de cuarentena contra la fiebre amarilla, pero,

en general, dependerán do si las personas pueden pasar de la zona in-fectada inmediatamente, a pie, en nnimales, por automóvil, por tren, por buque, o por aeroplano.

A fin do evitar la introducción de la fiebre motrilla dc un país a otro, hcay que impedir que las porsonas infectadas penotron on

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-4-mantenerlas en cuarentena hasta que su sangre ya no resultc&. infecciosa para los vectores. Adenás, los vehículos, tales como buques y aerona-ves, deben hallarse libres de vectores infectados a su partida, o hay

que desembarazarlos de dichos vectores inmediatamente a su llegada.

En la practica, lo cxpuosto presupone la detonción de las porso-nas expuestas, bajo protección perfecta, en el puerto de pnrtida

--pro-cedimionto 6se dificil siempre do aplicar, y quo resulta inútil si no so realiza debid.omento-- o cl cunpimiento dol periodo infeccioso en ruta,

en un ombiente libro do mosquitos, o si no, en el sitio do destino. Los buques doben pormaneocr rlejados do la costa, o hay que do-scmbarazarlos do los vectores en el punto do partida, o si no, en cl puerto do llegada. Si so han prosentado vectores infcctdos . bordo cn ruta, hay que doetener al personal.

Lns noronavos deben porm"noccr en naorodromos libres do vectoros en el sitio de partida, o hay quo desembr.rzrrl..s do los mismos en el sitio do llcgada, dot&niondo al porsonaL.

Esas disposiciones representan la sustarncin do la protección, y para mi, constituyen t^mbi6n la baso do los procedimientos do cu--ron-tena, dejandc a vucstra imnaginación que llonóis los permenoros y com-pletóis la estructura. Dobo agrogar que las medidas cuarontonarins no deben ser tan rígidas que paralicen el comorcio intornacional, y h.y que tener presente que nuostro objoto es obtoner un máximum do protec-ción, con un mínimo de restricción. La extinción do 1a ficbr amari-11a de los centros endómicos ccnstituye nuestra taroa mnxima, poro al mismo tiempo, debo soer nuostra meta definitiva.

A posar de la posibilidad del paso directc dcl virus amanrílico do mosquito a mosquito, me pareco que tod-vía podcmos dar por sentado, como base de trabajo, que a fin do que exista ondemicidad en fiebre amarilla., debe haber constanntemonte presentes los siguiontes factoros, a sabor:

(1) El agonto cusrnto do la onformodad, csdocir, el virus ,naarílico;

(2) Vectores funcionalmonte activos; y

(3) Seres humanos (o especies animalos muy afinos) suscepti-blcs.

Siondo así, a fin do erradicar 1a fiebreo nmrilla de los fo-cos ondémifo-cos, tenemos que destruir los mosquitos voectoros o, por lo menes, merma;r su número a una proporción incoripatible con la

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que es infccioso. La oxpcriencia tmbióln nos onsona que no resulta factible exterriinar a nin{;una especie de insecto atacando únicumonte a los miembros ndultos. Por osas razenes, pareco lógico .tenerse a dos mredidas principales y tres auxiliares parr la: erradicación do la fiebre amarilla. Hclas aquí:

Medidas principales:

(1) ~Encuestas cuidadosass para deteminor la existencia de la fiebre malrilla; y

(2) Prevenci6n eficaz do la cric do mosquitos voctores de fiebre armarilln.

MIedidas auxiliares:

(1) Alarbrado de la casa ocupadn por la víctirim do la enfermedad;

(2) Dcstrucci6n de los mosquitos .ldros prosuntrloente in-foeccioss; y

(3) Alambrado universal do todos los edificios en que mr.o-ran seres hum anos.

No trataré de doscribir cl riétdor de hacer ox-monos sanguíneoos ^1 estudiar localidades dr:ds, parr. dotermino.r la presoncia de fiebre amarillr. Baste con decir que la sannre de los que tuvieron lA onfer-medad, aunque hayan transcurrido muchos nñaos desde ontoneos, prctego-rá a los monos susceptibles, contra la incculación del virus de la fiebre oamarilli. Tribión hay una diferencia en la reacci0n y en el aspceto autópsico de los ratones blancos inoculadrs cen el virus =oa-rílico, a los que se inyocta suoro de unal porsrna o mnimal que han te-nido la enfermedad, y de otrr-s ratones que, inoculados con el virus, no reciben la inocultcion protectora del suero inr.lme.

Un abasto adocuado de ,agua corriente es del mrayor valor, puos capacita a los departamentos do sanidad para abelir los recipiontes artificialos, en que crian los Aedos aeg7ypti, y do faltar dicho abas-to, hay que recurrir al enrojado perfecabas-to, continuo y eficaz do los recipientes que sean indispensables, y a la elirinación de los que no lo senn.

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z.-

-6-Aunque el alarmbrado univorsal nc os, en nmodo alguno, indispcnsable para el óxito en lan luchr contrn la fiebre m.arilla, no cabe duda, r. mi cntonder, de la convenioncia. de implantr.rlo en la mayor escala. posible, siempre que pueda hncerso bien. EI habido personas qua han vividc en zo-nas endénicas de la fiebreo mr.arillr. por nuchos anios sin ccntraer la en-fermcdad, mrientras ocupabnn apesontos debidam.iente rosguarda.des cen tcla mrcttlica contra lrs mosquitos.

Para torminnr, porliticlrle que mo dirijra de nuovc: prirnoro, a to-da la cla.s nédica y, despu6s, a los prcfan.ns, y en p.rticula.r a los honbres do ncgocios, cuyos intereses comercitles ser'.n los que sufrira'n m.s, prara que no tosfallczca: su interós en la erradicr.ción permanentc

de la fiebrc Larilla. La coeperr.cicn univorsa.l cs improscindible para. el 6xito de esta gran am.presa,

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PRESS RELREASE P-- AI' AiL.RICA T'. `AITMiRY BUREAU

FIRST .PAIN ,IERICAN IHFILTH DA.Y

TO BE OBSERVED BY ALL THE AiERICAN REPTBLICS

The signing by President Roosevelt on Saturday, November 23, of the proclamation designating December 2 as Pan American Health Day, thus assuring the official cooperation of the United States, completed the unanimous response of the m.erican Republics to the proposed celebration. All the Latin ..,merican countries have already issued decrees designating Deceniber 2 as Parn American Health Day, in keeping with a Resolution of the IV Pan 'Armerican Conference of Nation-al Directors of HeNation-alth, held in VWashington in May, 1940.

Elaborate ceremonies have been rrrangcd throughout Latin monerica, with the participation of health authorities, schools, radio stations, the press, and other organizations. In some localities, dispensaries and hospitals will be opened as part of the celebration. Special sessions of A.cademies of Medicine and other medical and scientific societies are to be held.

The celebration is on a threc-fold basis,: commemoration of Pan American public health coopcration, medical progress, and public health workers of the past; emphasis on nroblems and activities of the present; and announcoment of plans for the futuroe The date selectod, December 2, is th.t of thc opening of th, First Pan

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2,

the Pan American Sanitary Bureau, official international health organ of the Americas, and the oldest international health organi-zation in the world, was established.

December, 1940, also marks the 2Cth anniversary of the appoint-ment by the Sixth Pan American Sanitary Conference, Montevideo, 1920, of Dr. Hugh S. Cumming (Surgeon General, retired, U. S. P. H. S.), as Director of the Bureau.

Plans which have already been announced for the cclebration in the United States include an exchange cf letters or messages between State and City health officers of the Tnited Stnites and their Latin American colleagues, and special prograls in a number of rmedical

schools. In this connection, the Director of the Pan .merican Sani-tary Bureau has reported that in cooperation with the United States Public Health Service, the Bureau has recently grptted public health scholarships to over twenty Latin Americans, representinl twelve different countries, in the folloving branches: medicine, surgery, bacteriology and biochemistry, nursing, and sanitary engineering,

A number of national scientific societies, including the

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`merican Foundation for Tropical Medicine, have announced their in-tention of cooperating in the celebration.

In honor of Pan American Health Day, the Pan American Sanitary Bureau is issuing a special number of its Bulletin, containing messages from imerican health authorities regarding thc significance of Pan i.merican Health Day; a history of international cooperation in public

health in thc himericas; biographies of public health pioneers; an article on public health cnd medicine in Anmerican stamps; photographs of early public health conferences, national directors of health, hospitals and health institutions, Latin Aimorican recipients of public. health scholorships, and so on. A Pan merican iHealth and LIedical Quiz is also being issued by thc Bureau for the occasion.

Referências

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