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Así, el inicio del gobierno de la Alianza Cambiemos no vino a interrum-pir una buena relación de las revistas culturales con el Estado. Por el contrario, la interlocución con el Ministerio de Cultura ya era exigua y el proyecto de ley impulsado por el sector estaba paralizado en el Congreso desde hacía tiempo.

No hubo expectativa de tiempos mejores, pero tampoco había mucho que per-der. A comienzos de 2016, incluso, la interlocución con el Ministerio de Cultu-ra podría definirse como más fluida que un año antes, aunque los resultados, en términos de políticas concretas, fueron nulos.

El escenario para las revistas nucleadas en ARECIA en veinte meses del gobierno de Mauricio Macri podría definirse por tres características sobresa-lientes: el esfuerzo de la acción conjunta por mantener algunas conquistas de los años anteriores; la solidaridad con sectores afines explícitamente afectados por el cambio político, que llevó a una mayor articulación intersectorial y la emergencia de situaciones que, cada vez con mayor claridad, evidencian la im-portancia del periodismo autogestionado.

En relación con los “beneficios” para el sector, el balance es dispar. Por un lado, se perdió la difusión de las revistas en Radio Nacional y se discontinuó el acuerdo con Télam –que permitía a los editores un acceso gratuito a la cablera de la agencia oficial–. Por otro, se pudo renovar e incluso ampliar el convenio con el correo oficial. Finalmente, la principal conquista fue –tras varios meses de pujas–

el acuerdo por la pauta publicitaria oficial que, si bien inicialmente no logró au-mentar los montos (congelados desde 2013 hasta enero de 2018, cuando se logró un aumento del 20%), sí pudo incorporar nuevas revistas. El monto total recibido por las revistas culturales es una porción ínfima de la torta8, pero implica ingreso de dinero nada despreciable para muchos editores independientes. Y todos tienen en claro que sin la presión y la gestión colectiva, ninguno tendría pauta.

En términos generales, como se definió en la última asamblea de ARE-CIA realizada en septiembre de 2017, “las gestiones del último año fueron más

8 En el primer semestre de 2017, lo que recibieron las revistas nucleadas en ARECIA representa el 0,18 por ciento de la pauta total otorgada por el Gobierno nacional. El grupo Clarín recibió en ese periodo 110 veces que el conjunto de las revistas culturales.

de reducción de daños que de otra cosa”. Si bien la Asociación acercó distintas propuestas al Ministerio de Cultura y hubo numerosas reuniones, el mayor lo-gro fue sostener algunos acuerdos previos. Como signo distintivo de la nueva administración política, una de las personas que participó por ARECIA de la interlocución con los nuevos funcionarios caracterizó: “El trato es muy amo-roso y muy amable. Es una forma muy perversa. No te basurean. Se reúnen muchas veces, te prometen y después no cumplen. Por otra parte, no es gente que no conozca el sector, como pasa en otras áreas”.

Por otro lado, vale mencionar la proximidad –sobre todo en los prime-ros meses del nuevo gobierno– con redes de radios, televisoras y productoras comunitarias y cooperativas. En diciembre de 2015, frente a las embestidas por decreto del gobierno recién asumido de Mauricio Macri, se formó un es-pacio de articulación –Interredes– que nucleó a las distintas redes: allí, ARECIA coincidió con el Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO), la filial ar-gentina de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC), la Red Nacionales de Medios Alternativos (RNMA), la Red PAC, la Red Colmena y una incipiente coordinadora de canales alternativos, hoy llamada CONTA.9

En esos días, ARECIA se acercó también a la Coalición por una Comuni-cación Democrática, espacio multisectorial nacido en 2004 en la lucha contra la Ley de Radiodifusión de la dictadura, que a través de un consenso de 21 Puntos básicos, sentó las bases de la Ley de Servicios de Comunicación Au-diovisual aprobada en octubre de 2009. Con los decretos de Mauricio Macri, la Coalición tuvo un reimpulso y volvió a reunir a múltiples actores sindicales, universitarios, de medios pyme y cooperativos, organizaciones de derechos hu-manos, entre otros. Propuso Nuevos 21 Puntos por el Derecho a la Comuni-cación que aprobó en un encuentro nacional realizado el 2 de marzo de 2016.

A diferencia de los primeros, los Nuevos 21 Puntos incluyeron demandas del sector gráfico, en buena medida producto de la participación activa de los re-presentantes de ARECIA en esas deliberaciones.10

9 Los primeros meses también participó la Red de Carreras de Comunicación Social y Periodismo (RedCom), por lo que Interredes se pronunciaba en nombre de los “medios comunicación y carreras de comunicación”; pero con el tiempo su agenda de trabajo se fue centrando en las necesidades de los medios y productoras, y RedCom acompañó sus iniciativas como un adherente, pero sin participación activa.

10 El documento consensuado por un centenar de organizaciones amplía el horizonte comunicacional y destaca: “La comunicación es un derecho humano que incluye todos los soportes y plataformas”. Luego reconoce: “No alcanza con reglas de defensa de la

Por último, hay un aspecto no menor del escenario abierto por el triunfo electoral de la Alianza Cambiemos, relacionado con la profundización de la crisis de los medios comerciales (Lavaca, 2006). El avance de la concentración –horizontal, vertical y conglomeral– en el sistema de medios y las notorias operaciones que bastardean el ejercicio del periodismo, enfatizaron más que nunca el rol de los medios comunitarios, independientes y autogestionados.

En ese sentido, uno de los momentos centrales del último Foro de Revistas Culturales –tal como se denomina el encuentro en el que ARECIA realiza su asamblea anual– fue un panel sobre la desaparición forzada de Santiago Mal-donado. Las revistas Crítica y Mu, junto al diario cooperativo Tiempo Argentino, fueron medios que hicieron una cobertura ejemplar del tema. Además, ARE-CIA promovió una declaración junto al Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA) y la Asociación de Reporteros Gráficos (AGRA) para denunciar “el peligro que representa que las empresas de medios de comunicación se con-viertan en una herramienta del gobierno para montar indignantes operacio-nes de encubrimiento” y explicitar su “repudio a las operaciooperacio-nes montadas por el gobierno para encubrir las responsabilidades de funcionarios y del Estado en la desaparición forzada de Santiago Maldonado”.11

Así, diciembre de 2015 puede no señalar un corte abrupto en términos de la situación estructural del sector, pero sí implica una transformación del contexto político y social que resaltó la importancia de los medios autoges-tivos y los enfrentó a nuevos desafíos. No es casual que, entre las líneas de acción más inmediatas acordadas en la última asamblea de ARECIA, se haya

competencia: la comunicación es un bien social “no privativo de empresas, medios o periodistas” y debe garantizarse una distribución adecuada de facilidades, recursos e infraestructura esenciales (frecuencias radioeléctricas, papel y otros insumos básicos, mecanismos de distribución de las publicaciones impresas y contenidos, acceso a re-des”. Más adelante, el documento vuelve a referir al “acceso a facilidades esenciales para la comunicación, incluido el soporte gráfico”, considerando que “debe ser consi-derado de interés público”. El cuarto punto, que refiere a las políticas públicas dirigidas a la sostenibilidad de las organizaciones de la comunicación, refiere a “la aplicación de asignaciones como las previstas por el Fondo de Servicio Universal y el Fondo de Fo-mento Concursable (FOMECA) y políticas de foFo-mento a la industria gráfica de revistas culturales”.

11 La declaración completa puede leerse en http://revistasculturales.org/wp-content/

uploads/2013/10/comunicado-deprensa_n.jpg o en http://www.sipreba.org/notas/ante-la-desaparicion-forzada-de-santiago-maldonado-repudiamos-las-operaciones-del-gobierno

apuntado un taller sobre cómo manejarse en protestas sociales, frente al re-torno de los infiltrados y la represión más lisa y llana. En esos momentos, el ejercicio digno del periodismo se vuelve un acto de resistencia y no puede definir otra relación con el Estado que la de oposición, cuando éste muestra su peor faceta.

Referencias bibliográficas

Badenes, D. (Comp.). (2017). Editar sin patrón. La experiencia política-profesional de las revistas culturales independientes. La Plata: Club Hem.

Cooperativa de Trabajo Lavaca. (2006). El fin del periodismo y otras buenas noti-cias. Buenos Aires: Lavaca Editora.

[ Yael Crivisqui** ]

P

ertenezco al nodo Córdoba de ARECIA, la Asociación de Revistas Culturales Independientes de la Argentina. Sin embargo, en 2016 y 2017, no he podido participar más, debido a la crisis sufrida en el medio en el que estaba trabajando. Con los y las compañeras que la hacía-mos posible, por cuestiones económicas/laborales, no pudihacía-mos sostenerla más, no le pudimos dedicar más tiempo.

Actualmente, ARECIA está conformada por más de 300 revistas a lo largo de todo el país. Según el último censo realizado por la Asociación en 2016, hay 162 revistas registradas, un 9 por ciento menos que el año anterior y un 28 por

* El texto recupera y actualiza la presentación realizada por la autora en la “Jorna-da Ley audiovisual y después: las nuevas disputas por ampliar otros derechos a la co-municación y la cultura” organizada por el equipo de investigación “Sociedad civil y derecho a la comunicación y la cultura”, junto con el equipo de cátedra del seminario optativo “El sector social en las disputas por la democratización de las comunicaciones (Argentina, siglo XXI)” y la Secretaría de Extensión de la Escuela de Ciencias de la In-formación de la Universidad Nacional de Córdoba (ECI-UNC), el 29 de abril de 2014 en la ECI de la UNC. Filmación, fotos, desgrabaciones y notas periodísticas al respecto, disponibles en http://democratizarcomunicacion.eci.unc.edu.ar/debates-publicos/

** Licenciada en Letras por la Universidad Nacional de Córdoba. Integrante de ARE-CIA, impulsora del proyecto de Ley de Promoción de la Producción Independiente y Au-togenstiva de Comunicación Cultural de Medios Gráficos y de Internet.

ciento menos acumulado desde 2014. La crisis que está padeciendo este año el sector, dificulta más la situación.

ARECIA se creó, aproximadamente, a partir del año 2012, con los com-pañeros de Buenos Aires. Nosotros, acá en Córdoba, demoramos un poco más:

recién empezamos a trabajar específicamente como nodo en 2013. Nos cons-tituimos como asociación porque veníamos sosteniendo una lucha desde hacía mucho tiempo en la cual estábamos todos de acuerdo y unidos bajo el mismo lema: la pelea y la batalla que ya tenían muchos medios contra la monopoliza-ción de la palabra, las voces, los contenidos y las estéticas. Nos organizamos y conformamos como asociación. Entonces comenzamos a trabajar en el proyec-to de ley de fomenproyec-to para revistas independientes, culturales y auproyec-togestivas, pero no solamente de medios gráficos, sino también de los medios en Internet:

Ley de Promoción de la Producción Independiente y Autogestiva de Comuni-cación Cultural de Medios Gráficos y de Internet.

Primero presentaré algunas cuestiones referidas a la realidad de las re-vistas culturales hoy, para luego mencionar aspectos generales de la Ley y su importancia para nuestro sector.