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El proceso de construcción del anteproyecto de la Ley Federal de las Culturas se produce durante el último trayecto del gobierno encabezado por Cristina Fernández, y muchos de los debates que implicó esta construcción es-tuvieron atravesados por un síntoma complejo de dicho momento. Me refiero, en concreto, a un recurrente planteo que surgía, casi como un sentimiento de angustia, en el cual se expresaba la incertidumbre de lo que podía venir en ma-teria de políticas públicas una vez concluido este mandato presidencial. Cier-tamente, predominaba una gran desconfianza de lo que pudiera sostenerse, o no, en continuidad con dicha gestión, aún en un escenario que lo tuviese como ganador a Daniel Scioli, el candidato de su misma fuerza política.

No es menor tener esto presente, dado que motivaba un criterio de ur-gencia en la estrategia de quienes conducían el Frente de Artistas y Trabaja-dores de la Cultura (FAyTC), nombre bajo el cual algunos militantes y simpa-tizantes kirchneristas, vinculados laboral y políticamente al ámbito cultural, se

organizaron desde Buenos Aires para impulsar la iniciativa que nos convocó.

La urgencia demandaba que el antreproyecto de ley debía ser aprobado por el Congreso de la Nación, antes del fin del mandato de Cristina Fernández. Y, si bien se aseguraba en todo momento que contaba con el absoluto respaldo de la ministra de Cultura Teresa Parodi –quien, a su vez, se pretendía que se elevara, a través del Ejecutivo, el proyecto al Congreso–, la estrategia general se proponía demostrar un respaldo federal y una participación semejante en la construcción del texto del anteproyecto. Allí residía otro de los enunciados básicos, según el cual no debía construirse una ley de tal trascendencia detrás de un escritorio, sino desde la amplia participación de las diferentes expre-siones de la sociedad civil en todo el territorio nacional, dando cuentas de su compleja diversidad.

Durante el primer trimestre de 2014, representantes del FAyTC visitaron a distintas organizaciones de Córdoba con el fin de garantizar el desembarco de la línea de trabajo que impulsaban. Para ello, pusieron a disposición un documento titulado “Núcleos temáticos para el debate de los 21 puntos para una Ley Nacional Federal de las Culturas”, en el cual se enumeraban temas acompañados de preguntas y algunos enlaces para consulta de diversos do-cumentos referenciales, mayoritariamente declaraciones internacionales. No obstante, primando la urgencia temporal anteriormente planteada, el FAyTC eligió realizar su desembarco en octubre mediante la alianza con una institu-ción que estuviera en condiciones de garantizar el armado que requerían. Se realizó entonces en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), a través de la Subsecreatría de Cultura, la presentación y convocatoria a realizar foros de debate para proponer aportes al anteproyecto. De este modo, con el patrocinio del Ministerio de Cultura de la Nación y la UNC aquí, tenían el camino más que allanado. Es importante recordar que se encontraba en curso la gestión del rector Francisco Tamarit, alineado con el kirchnerismo.

Fue en la misma presentación en la UNC que desde la Comisión de Cultura de la mesa de Trabajo por los DDHH se propuso la necesidad de “sacar” del ámbito universitario el debate y buscar una estrategia de apertura que circulara por el territorio provincial, recogiendo voluntades e ideas. A partir de allí, se constituyó el Frente de Artistas y Trabajado-res de la Cultura de Córdoba como un espacio de articulación dispuesto a trascender el ámbito de los intereses partidarios que, por otra parte, ya estaban siendo fuertemente cuestionados en el kirchnerismo local, por su

falta de capacidad para impulsar decisiones sin recibir mandatos directos desde Buenos Aires. Haciendo eje precisamente en este aspecto, el FAyTC de Córdoba empezó a acompañar y tensionar la estrategia que desde Bue-nos Aires se había previsto.

Luego de dicho Foro por la Ley Federal de Culturas, se conformó un es-pacio continuo de reunión y debate. Como definición de partida, se estableció un grupo abierto a la participación para quienes, perteneciendo a una orga-nización o no, quisieran involucrarse en el proceso de aportes al proyecto de ley. En un principio, se estudiaron y discutieron tanto los 21 puntos propuestos por el Frente de Artistas y Trabajadores de la Cultura de Buenos Aires, como los distintos documentos internacionales propuestos en el mismo documento y el primer el borrador para la ley presentado por el Ministerio de Cultura de la Nación. Luego, los distintos participantes fueron aportando otros documentos y materiales de lectura. Si bien la participación en este espacio fue muy fluc-tuante, algo esperable en espacios que surgen por circunstancias coyunturales, se logró sostener desde un principio una regularidad semanal de reuniones.

Se estableció un principio de respeto por la heterogeneidad y diversidad, sos-teniendo un criterio de trabajo horizontal, en el que la división de tareas que requería cualquier actividad impulsada se sostenía por la libre opción volunta-ria de cualquier participante.

Ante el signo de preocupación que marcaba el momento histórico de transición inminente –un ciclo caracterizado por la expansión del Estado en atención y garantía de derechos sociales podía terminar–, rondaba fuertemen-te la pregunta sobre qué factores garantizarían su continuidad, más allá de las leyes y estructuras públicas. Las tan invocadas y celebradas políticas de Estado que debían trascender la mera voluntad de un gobierno empezaban a encon-trarse con desafíos complejos, más aún en el ámbito de la cultura y su posible alcance en un proceso de emancipación del pueblo –tal era el título que se pretendía para la Ley Federal de las Culturas–.

A fines del mes de noviembre de ese año, en el Primer Congreso Nacio-nal de Cultura Viva Comunitaria realizado en Unquillo1, este síntoma atravesó fuertemente el debate del proyecto de ley. Una semana después, en el 4to En-cuentro Provincial de la Mesa de Derechos Humanos se continuó debatiendo

1 Ver capítulos de María Emilia Ruiz y de Eduardo Balán en páginas 97-115 y 91-95 respectivamente.

sobre la Ley Federal de Culturas y las posibles formas de encarar el trabajo en conjunto con los diferentes nodos del interior provincial. Es allí donde la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos decidió abocar los esfuerzos de su Comisión de Cultura a la construcción del FAyTC de Córdoba, con el fin de profundizar los aportes al proyecto de ley desde una perspectiva dinámica de lucha ante las políticas públicas.

En diciembre, el FAyTC de Córdoba realizó un taller sobre el proyecto de ley en el Encuentro Cultural de San Antonio de Arredondo, de esta provincia. Se comenzaron, a la vez, a hacer contactos con diferentes áreas de cultura de mu-nicipios y comunas. Se realizó una reunión de empleados municipales de Cul-tura a la cual también se invitó formalmente a las autoridades de la Secretaría de Cultura, sin obtener respuestas claras al respecto. Se hizo contacto, por otro lado, con Ferias del Libro Independientes y Autogestionadas (FLIAs), en la lo-calidad cordobesa de Capilla del Monte. Asimismo, se articuló con compañeros del Valle de la Calamuchita, donde se estaban llevando a cabo diversas reuniones y encuentros entre trabajadores y hacedores culturales, funcionarios de la cultu-ra y centros y espacios cultucultu-rales sobre la Ley Fedecultu-ral de Cultucultu-ras, que también sumaron interés en armar en conjunto un aporte de la provincia de Córdoba.

A comienzos de febrero de 2015, ante la ausencia de la provincia de Cór-doba en el cronograma de foros que el Ministerio de Cultura de la Nación impulsaba junto al FAyTC de Buenos Aires y dado que la Universidad había programado el Congreso Nacional “Hacia una Ley Federal de las Culturas.A portes desde la Universidad pública” para el 17 de marzo, decidimos de co-mún acuerdo trabajar de forma mancomunada para potenciar positivamente todas las experiencias en marcha. El Foro se realizó el día 7 de marzo y expuso sus conclusiones en el cierre del congreso organizado por la UNC. En la se-mana previa al Foro, se dio mandato colectivo a un compañero del FAyTC de Córdoba, para que asista al encuentro celebrado el día 3 de marzo en la Bi-blioteca Nacional, del cual participaron referentes de varias provincias y en el cual se formalizó la iniciativa de lanzamiento de una mesa nacional del Frente de Artistas y Trabajadores de la Cultura, que nunca logró una dinámica real de funcionamiento.

Con el objetivo de recorrer la provincia y reconocer sus distintas expresio-nes culturales para comprender en profundidad la situación provincial y pensar un diseño de políticas públicas que surgieran de una fina comprensión del terri-torio y su complejidad, el FAyTC de Córdoba logró la articulación de los

distin-tos grupos dispersos en la provincia para alcanzar un documento unificado de aportes para la ley, a través de un foro provincial autosustentado. No conforme con ello, se impulsó un osado cronograma de reuniones y talleres por distintas localidades, muchas de ellas a través de los nodos de la Mesa de Trabajo, y otras, producto del intercambio con distintos actores que se fueron sumando.

Se alcanzó a articular en los siguientes lugares, ya sea con organizaciones culturales o directamente con las áreas de cultura de los municipios y comunas:

Córdoba Capital, San Francisco, Río Tercero, Embalse, Pilar, Almafuerte, Villa General Belgrano, Río Segundo, Corralito, Villa Yacanto, Río Cuarto, Los Re-artes, Cerro Colorado (Comuna) y referentes de cinco departamentos del Nor-te Cordobés, Sierras Chicas, Santa Rosa de Calamuchita, Villa Ciudad Parque.

Bajo la propuesta de entender que la aprobación de legislaciones era sólo un momento más de las políticas públicas, se pretendía no agotar el proceso en la mera obtención de la ley y buscar consolidar espacios de organización he-terogénea y plural que permitieran la construcción de fuerzas necesarias para exigir y dar impulso a múltiples legislaciones en consonancia con la ley marco.