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La responsabilidad de la escuela ante el problema de la salud

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LA RESPONSABILIDAD DE LA ESCUELA ANTE EL PROBLEMA DE LA SALUD*

Por e1Dr.J. FERMOSELLE-BACARDÍ** Jefe, Sección Editorial, Ojkina Sanitaria Panamericana

INTROnUCCI6N

Mucho se ha escrito y hablado sobre la importancia de la Escuela, como InStitución, en los complejos problemas de la salud del individuo, de la familia y de la comunidad.

La Organización Mundial de la Salud define la salud como “un

estado de completo bienestar físico, mental y social,” y aclara que < “no consiste solamente en una ausencia de enfermedad o inferioridad.”

El “progreso en el orden sanitario no puede realizarse sino gracias al apoyo de la población y la colaboraci6n libremente manifestada de sus habitantes, condición que será frecuentemente difícil de realizar en el estado actual de ignorancia de las masas” (l), expresa el Comit6 de Peritos en Saneamiento de la Organización Mundial de la Salud.

Establece esta Organización que “una opinión publica ilustrada y una cooperación activa de parte del público, son de una importancia capital para el mejoramiento de la salud de las poblaciones.”

La salud “constituye uno de los derechos fundamentales de todo ser humano, cualquiera que sea su raza, su religión, sus opiniones políticas, su condición económica o social,” Categóricamente afirma la Organiza- ción Mundial de la Salud que “los gobiernos tienen la responsabilidad de la salud de sus pueblos.”

Luchar por la salud, es luchar también “contra lamiseria, el sufri- miento y las necesidades.”

La Organización Mundial de la Salud ha creado una Sección de Educación Sanitaria, que trabaja conjuntamente con la UNESCO, y esto constituye un hecho digno de hacerse resaltar para la causa de la salud por medio de la educación sanitaria.

“La experiencia ha demostrado que la enseñanza sanitaria en las escuelas primarias constituye la tknica más importante y fundamental que puede emplearse para mejorar el estado sanitario de toda la naci6n”

(2). Y se puede agregar, que “la protección sanitaria puede adelantar únicamente con la rapidez que le permita la opinión pública” (2).

Las autoridades sanitarias locales, nacionales o internacionales tienen una eficacia limitada en sus propósitos, si no se logra la colaboración de la

+ Trabajo presentado en el Seminario Interamericano de Educación Primaria, OEA-UNESCO-Gobierno del Uruguay, Montevideo, 1950.

** Anteriormente Jefe del Negociado de Educación y Divulgación Sanitarias, Ministerio de Salubridad y Asistencia Social, Reptiblica de Cuba.

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Diciembre 19601 EDUCACI6N SANITARIA 1245 población. La nnica forma de lograrla, es por la educación sanitaria. En esta empresa, la escuela y el centro sanitario de cada comunidad, son los aliados lógicos en la cruzada de velar por la salud de la población humana de la jurisdicción.

A la escuela de hoy, también le interesa el medio familiar del escolar y de la comunidad por ser ambos forjadores de “una educackkr,” positiva o negativa, pero impregnadora de ideas, conceptos, hábitos y actitudes.

“Por educación del público se entiende (Comité de Peritos en Sanea- mientos de la Organización Mundial de la Salud), no solamente la diseminación de conocimientos elementales sobre cuestiones de salu- bridad, sino sobre todo, la formación, en el conjunto de la población, de hábitos capaces de aportar, en lo que concierne a las enfermedades engendradas por las condiciones del medio, la eliminación, total o parcial, de las posibilidades de trasmisión que dependen del modo de comportarse los individuos” (1).

Los educadores conocen perfectamente que la Educación Sanitaria es una parte importante de la Educación general. Y por otra parte, que ésta no debe limitarse solamente a los escolares.

ASPECTOS DE LA EDUCACIÓN SANITARIA DEL PUEBLO

El Dr. Derryberry (3) señala dos fases importantes del programa de la educación sanitaria.

1. “Asegurar el apoyo del público al concepto de que la protección y la mejora de la salud del pueblo es una responsabilidad social.”

Ejemplos tenemos en la obtención de fondos para crear servicios de salubridad pública, tales como: acueducto; alcantarillado; recolección y disposición final de basuras; centros de Medicina Preventiva, Unidades Sanitarias o Centros de Salud; promulgaci6n de leyes sanitarias; vigilan- cia sanitaria de alimentos, leche especialmente, etc.

En esta labor o gestión colectiva, generalmente participa un reducido grupo de la comunidad. Son los dirigentes de ella, las sociedades cívicas o de otra indole, y las organizaciones especiales interesadas exclusiva- mente en un propósito sanitario. Sin embargo, esta acción conjunta no requiere conocimientos especiales, ni participación dkecta, de cada miembro de la población. Los vecinos recibirán los beneficios del con- sumo de agua potable y se enfermará menos numero de personas.

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1246 BOLETÍN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA

liares, de grupos regionales o de capas sociales. “La herencia cultural ha hecho progresar al hombre; pero, la herencia negativa de las supers- ticiones y prácticas empíricas, no le permite avanzar con mayor rapidez. Es un lastre que retiene en el atraso a grandes mícleos humanos, paises y porciones enormes de continentes” (4).

Así ‘(se explica que grandes sectores humanos no disfrutan de los adelantos de la Medicina Preventiva y de otros progresos científicos. Ellos viven como si los grandes benefactores de la humanidad, en el campo de la Medicina Preventiva, no hubiesen existido” (4).

Con criterio justo se ha dicho que “la práctica-refiriéndose a los hábitos higiénicos-está en retraso sobre la ciencia.” Y que “la educa- ci&n popular es el proceso por medio del cual reducimos la distancia que las separa” (Newman) .

SALUBRIDAD Y EDUCACIÓN

Los educadores y los higienistas aúnan sus esfuerzos convencidos de que no puede haber educación completa del individuo, sin la Educa- ción Higiénica, y de que tampoco puede haber progreso substancial y firme en la salubridad de un pais, sin esta Educación Higiénica. A ambos profesionales y servidores sociales interesa que la Educación Sanitaria popular alcance una extensión óptima, capaz de crear un ambiente de conducta humana, donde las prácticas sanitarias sean la regla y no la excepciún.

Nos satisface saber que la Organización Mundial de la Salud ha creado una Sección de Educación Sanitaria del Público y que trabaja en colaboración con la UNESCO (1).

La resolución quinta de la Segunda Conferencia Panamericana de Educación Sanitaria celebrada en Caracas en enero de 1947, dice: “Se recomienda establecer entre los Ministerios de Sanidad y Educación de los paises americanos, la coordinación de la enseñanza de educacibn higiénica” (5).

La Organización Mundial de la Salud y la UNESCO de una parte, y la Organización de Estados Americanos y la Oficina Sanitaria Pan- americana de otra, vienen trabajando en la realización de un plan para la América Latina concebido en forma tal, que pareciera que se está abordando con claridad y firmeza el problema del analfabetismo actual y la prevención del mismo en el futuro. Así se nos ocurre calificar el plan de la “Escuela Primaria Fundamental.”

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Diciembre 19801 EDUCACI6N SANITAI3J.A 1247 iA QCJIÉNES DEBE IMPARTIRSE LA EDUCACIÓN SANITARIA? La Educación Sanitaria debe de abarcar a “todos los miembros de la población, a fin de que entiendan y observen los principios cient5ficos de la vida higiénica” (3).

Es indispensable “asegurarse el apoyo del público al concepto de que la protección y la mejora de la salud del pueblo es una responsabilidad social” (3) y que para conseguir estos objetivos se requiere un “cambio en el comportamiento individual que produzca el mejoramiento de la salud individual y de la famiha” (3).

Un grupo de peritos de la Organización Mundial de la Salud (7), al abordar el tópico de los cuidados de la salud infantil durante la edad escolar, estableció por primera vez principios basicos de proyec- ción u alcance mundial. Acordaron que las escuelas en todos los lugares o zonas debfan de servir de centros de demostracion de medidas de salud pública. Expresa que la Sanidad de los planteles docentes no ~610 deberla estar preparada o acondicionada para fomentar la salud del niño, sino que también deberfa servir como ejemplo educativo para la comunidad donde se encuentre ubicado el plantel. No basta actuar sobre el niño directamente, como se ha hecho tradicionalmente, sino que es ineludible organizar otras actividades.

Retiéndose a las funciones “continuas e integrales que deben atender los servicios de higiene escdar,” el comité enumeró un mhimo de cinco funciones entre las que debemos mencionar el punto tercero dedicado a nutrición, donde se hace hincapié en que se aproveche el mismo para realizar una labor educativa sobre el tema. Destacamos la No. 5, cuyo epigrafe es Educación Sanitaria en el que recomendó “el establecimiento de programas de Educación Sanitaria en cooperación con los padres y grupos de las comunidades, en todos los casos que sea posible.” El Comite propugna el establecimiento de “programas de grupo” que incluyan a: padres de los escolares; la comunidad; grupos profesionales; agencias sociales; y otros organismos afines interesados en el bienestar de los niños. Se requiere, pues, una actuación miihiple en diversos frentes, tan variados como lo sean las relaciones que el niño tenga con el medio ambiente social en que se desenvuelve.

El Comite recomienda que sea planeado y realizado el Trabajo Sanitario en forma cooperativa, dándole participación a maestros, mé- dicos, enfermeras, y otros especialistas y autoridades. Procediendo de este modo, es decir, abarcando a toda la población, en forma sistemati- zada, se ha de lograr el “entendimiento y la cooperación mutuos entre todos, a fin de que los problemas sanitarios individuales y de la comuni- dad sean resueltos eficazmente.”

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1248 BOLETfN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA pretensión de impartir la educación sanitaria en el escolar exclusiva- mente, si se descuida, por otro lado,

a

los padres de familia y a la pobla- ción en general.

OBSTÁCULOS Y DIFICTJLTADES

Los obstáculos y dificultades que se oponen a la realización de un buen trabajo en materia de Educación Sanitaria son múltiples y de diferentes grados. Deben ser estudiados y discutidos para buscarles la adecuada solución.

1. Porcentaje apreciable de analfabetos: La existencia de analfabetos, es, sin duda, un obstáculo grande para impartir Educación Sanitaria. Todo el mundo tiene ‘%ma conducta sanitaria,” positiva o negativa, que es consecuencia de la educación recibida en el hogar, en la comunidad o en la escuela. Mejor dicho, de una Antesis de esas esferas de influencia, pasadas a través de la personalidad del individuo. Instruir, enseñar, convencer, educar y producir cambios de actitud es más diffcil en quien no sabe leer ni escribir.

2. Indiferentia ante los aszsntbs de la salud: Está demostrado en investigaciones psicológicas (Thorndyke) que “nada se aprende sin interés.” Hace falta un “interés inicial y fundamental” (3). “El ciudadano debe estar suficientemente interesado para leer los articulos noticiosos o folletos, para escuchar atentamente la radio o las disertaciones y para ver acuciosamente la pelfcula, a fin de saber lo que debe hacer y luego sentirse movido a hacerlo” (3).

“Desafortunadamente los individuos cuya conducta sanitaria es la que más requiere mejorar son con demasiada frecuencia los que tienen menos inclinación a leer, escuchar o poner atención” (3).

3. Prcícticas nocivas a la salud en el hogar: Cuando el niño llega a la escuela, ya trae una serie de hábitos y costumbres más o menos arraiga- dos, aprendidos en esa primera escuela que es el hogar, donde los padres ofician de maestros. El ejemplo observado se incorpora a la categoría de habito por la imitación.

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Diciembre 19601 EDUCACI6N SANITARIA 1249 Estos hechos justifican plenamente lo que con sobrada raz6n se ha dicho, que “la influencia de la escuela para alertar el régimen sanitario de la población está gravemente limitada si no difunde su programa hasta incluir tanto la educación del adulto como la del niño” (3).

4. La preparaez’ón del maestro: El maestro, sfmbolo de la escuela, necesita poseer una preparación especial sobre el contenido de la materia. El Dr. Derryberry, refiriéndose a maestros de Estados Unidos ha dicho: “El estudio de las creencias supersticiosas y Ia conducta de los maestros en nuestras escuelas han hecho perder la cotianza en su capacidad de inculcar practicas hig%nicas correctas a los niños y a sus padres. Más aiin, un estudio de su capacitación en las ciencias biológicas y en la educación higikdca nos ha hecho ver que el problema principal en los Estados Unidos es encontrar una forma en que los maestros tengan una preparación mejor para asumir la responsabilidad en la educación higiénica” (3).

Lamenta el Dr. Derryberry “la importancia errada que se ha dado a las prácticas de la estética, de la etiqueta personal con exclusión casi total de las muy importantes practicas de higiene y de los problemas de higiene de la comunidad” (3).

5. Barreras psicológicas: “Debemos de buscar pacientemente las mrílti- ples causas y los mejores medios de destruir las barreras psicológicas que impiden a la gente proteger o mejorar su salud” (3).

En todas partes se logran &xitos sanitarios importantes mejorando la saIud de la poblaci&n, cuando se construye un acueducto, por ejemplo. El pueblo tomará agua potable en lugar de la que venía tomando potencial o reahnente peligrosa por ser fácil de contaminarse. Pero ello no requeria ningún cambio de conducta.

Señala Lawrence K. Frank (8) que “mucha de la resistencia a los programas elaborados para lograr mejor nutrición, mejor adhesibn a los preceptos de higiene personal y un perfeccionamiento en las relaciones sexuales, pueden encontrarse en las experiencias emotivas de la niñez cuando el niño moderno es obligado, contra su voluntad, a comer, dormir, eliminar, y tratar con la gente, de acuerdo con el concepto adulto de conducta aceptable.”

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1250 BOLETfN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA QUIÉNES PARTICIPAN EN LA &mxxóN SANITARIA

“Pareciera lógico suponer que los únicos que debieran participar en la Educación Sanitaria fuesen los maestros” (4) que son los educadores per se. Pero la realidad ocurre de otro modo. “Los primeros en el tiempo y en espacio en ofrecer, quieran o no una educación sanitaria al niño, buena o mala, son los padres” (4). Y junto a ellos, los demás miembros de la familia y la propia servidumbre, cuando existe. Por esta y otras razones, se ha insistido últimamente en la conveniencia de crear “Escuelas para padres de familia”. En los Estados Unidos existen algunas y segura- mente en otros países también. En Cuba, por iniciativa de la Dra. Hortensia Martínez Amores, hemos gestionado su creación’ y se pre- sentó el tema en una sesión del Club Rotario de la Habana.2

Lo que nos interesa es que para asumir la importante misión de la vida matrimonial, que debe ser armenia, y la de padre y madre frente a los hijos, como mentores de ellos, los adultos sean capacitados. Asi se beneficiaria también la Educación Sanitaria concebida en los terminos más amplios y el bienestar físico, mental y social que son los elementos que integran el estado de salud según lo define la Organización Mundial de la Salud. Con la multiplicación de escuelas para adultos (Escuelas Nocturnas en Cuba) con programas adecuados a estos fines, se podría abordar la solución de esta necesidad social.

El ambiente social de la comunidad también influye en los “cono- cimientos” que el niño adquiere en la calle. El grado de cultura general de la colectividad influye y se refleja sobre todos y cada uno de sus miembros. El escupir en el suelo en la vía pública, es un ejemplo que se imita. El toser o estornudar sin llevarse el pañuelo a la boca, tambien. El beber alcohol y el fumar hace prosélitos, del mismo modo que otras toxicomanías. La conducta sexual de la comunidad igualmente. Estas cuestiones tienen sus variaciones en los medios urbanos y rurales, en las que no es necesario insistir.

Tratar de fomentar asociaciones que velen por estos asuntos es de suma importancia. 0 procurar que las que existen, incorporen en sus programas de trabajo estas cosas.

PREPARACIÓN DE LOS PROFESIONALES Y MAESTROS

Los guías, orientadores o profesionales que deben actuar en beneficio de la salud de la colectividad a trav6s de la Educación Sanitaria, son: médicos, maestros, enfermeras, dentistas, veterinarios, ingenieros y abo- gados especializados, trabajadores sociales, debiendo actuar en forma 1 El Dr. Ortelio Martínez Fortún y la Dra. Margarita López han colaborado también en esta idea.

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Diciembre 19601 EDUCACI6N SANITARIA 1251

coordinada. Hoy en dia también existe la profesión de educador sani- tario con éxito notorio en algunos países, como Puerto Rico y Estados Unidos.

Todos los profesionales requieren una preparación y una experiencia, previas a la labor a desenvolver. En el caso particular, los maestros necesitan adentrarse en el contenido de las materias para que la ense- ñanza y la educación sanitarias les resulten fáciles y gratas.

“Un obstáculo para desarrollar totalmente la potencia educativa de higiene de las escuelas en los Estados Unidos ha sido la falta de entrena- miento de nuestros maestros en los hechos fundamentales que rigen una vida higiénica” (3), ha dicho el Dr. Derryberry.

La preparación del maestro en esta materia adquiere una importancia fundamental e ineludible. “El maestro es la avanzada de la cultura en la edad cronológica del niño. Es el primer elemento extraño al hogar, con capacidad, autoridad y responsabilidad, para emprender la enorme tarea de forjar hábitos higiénicos en el niño, aun en el caso de que los padres le hayan inculcado otros, y hasta en la eventualidad de que éstos hagan resist,encia, pasiva o activa, a que su hijo pueda ser en- caminado por las normas cambiantes y progresivas de la Medicina Preventiva” (4).

Preparación del Maestro: Aceptamos plenamente la tesis del Dr. Horacio Parra (6) presentada en el Seminario Regional de Caracas al exponer que en este aspecto hay que superar la preparación técnica del magisterio para un programa de educación para la salud por medio de:

1. Cursos regulares de educación sanitaria escolar en Ias escuelas normales, para futuros maestros;

2. Cursos intensivos para maestros en ejercicio; y 3. Cursos de información por correspondencia.

Lo refuerza el Dr. Guillermo Nannetti (9) al afkmar que “Ningún esfuerzo innovador en los dominios de la educación pública tendrá valor si no surge en las escuelas normales.”

Como prop6sitos de estos cursos, destaca el Dr. Parra:

“(EL) Convencer al futuro maestro de la importancia de la educación para la salud como actividad básica de la escuela.

(b) Crearle el time deseo de cooperar en las campanas de higiene pública. (c) Darle la preparación técnica indispensable y capacitarlo prácticamente para desarrollar en la escuela actividades en beneficio de la salud individual y colectiva” (6).

Se señala también que “en la lucha por la salud se debe atender simultáneamente a dos frentes: eI hombre y el medio ambiente” (6).

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1252 BOLETfN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA

sanitario regional en el que se tomen en cuenta al alumno, la escuela y la comunidad.”

El Comité de Tecnicos en Saneamiento de la Organización Mundial de la Salud recomienda como primera medida fundamental en este sentido:

“la organización, sobre la base de un programa suficientemente meditado de la enseñanza obligatoria y adecuada sobre higiene, de maestros y personal de Kindergartens y otros, de acuerdo con lo que se deba enseñar en las escuelas primarias” (1).

Enfocado el problema de este modo, el maestro poseería toda la preparación necesaria para luchar por una salubridad pública óptima, por la creación de hábitos higi6nicos en la población en todas las edades

(niños y adultos), se interesarfa por crear asociaciones preocupadas por este problema, tanto de escolares, como de adultos, como está recomen- dado y se viene practicando en muchos paises desde hace muchos años.

El maestro no puede considerar “su labor terminada cuando sólo ha impartido el concepto sanitario y 6ste ha sido, por ejemplo, com- prendido y hasta aceptado si se quiere, pero no aplicado o practicado, es decir, hecho hábito” (3).

Podría concluirse que sobre los hombros, ya recargados del maestro, viene a posarse una responsabilidad más, que se considera, por educa- dores e higienistas, como principalfsima, por estar la escuela ubicada en la sociedad, en forma tal, que es la primera, sin discusión, como entidad tAmica, en influir en la formación del niño, y muchas veces, casi siempre, la última por donde pasa el hombre para su modelaje definitivo en la vida. Quisiéramos que todas las justas loas cantadas al magisterio se condensasen aquí, ante esta función social de educador sanitario, por la que han de evitar enfermedades, proporcionar salud-quizás óptima- creando hAbitos sanitarios firmes y actitud consciente del individuo para que coopere en las obras de mejoramiento médico-sanitario-social de la comunidad. 5610 cuando el maestro ha logrado todo esto de un ser humano es que puede decirse que ha obtenido del animal hombre un ser consciente sanitariamente hablando, ha creado una conciencia sanitaria. No debemos olvidar que dentro de esa conciencia sanitaria, debe estar incluida la educación sexual, que ha de gobernar la conducta sexual social del individuo.

LA ESCUELA, CENTRO DE EDUCACIÓN SANITARIA

Como la Escuela es la “Institución escogida por la Sociedad para ilustrar a cada generación acerca del conjunto de hechos científicos y la aplicación de esta enseñanza a un mejoramiento de vida, puede muy bien asumir un papel de gran importancia en la educación de la salud ptiblica” (3).

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Diciembre í960] EDUCACION SANITARIA 1253 para asumir tal empresa a plenitud. Carece de muchas cosas indispen- sables.

(a) Sabemos que debe poseer “condiciones sanitarias ejemplares” (1) disfrutando, desde luego, de abastecimiento de agua potable, instalación de servicios sanitarios adecuados, y otras muchas condiciones recomen- dadas por la higiene escolar. Este ideal está muy lejos de constituir una realidad en nuestras escuelas rurales, y aun en muchas de las urbanas.

Hay que procurar que las asociaciones de padres, vecinos y maestros, y otras entidades civicas o culturales de la localidad se interesen por la solución de estas deficiencias. Ello obligará a los gobiernos a darle la prioridad que esto demanda para que la escuela pueda ser el ejemplo sanitario que ansiamos.

(b) Las autoridades sanitarias locales deben dar la tónica a la labor de Educación Higiénica. Deben proporcionar algún material de educaci6n sanitaria a las escuelas, informar sobre las enfermedades prevalecientes en la regi6n y hacer recomendaciones especffkas para evitar su propaga- ción.

(c) Debe existir un Departamento de Educaci6n Sanitaria en cada país, como lo recomendó la II Conferencia Panamericana de Educación Sanitaria a “cargo de un educador sanitario suficientemente capacitado y al cual se le facilite el necesario personal idóneo y los recursos indis- pensables para que pueda efectuar una intensa y efectiva labor de Educación Sanitaria” (5). La II Conferencia Panamericana de Educa- ción Sanitaria tambi6n acordó recomendar que se estableciese “entre los Ministerios de Sanidad y Educación de los pafses americanos, la eoor- dinación de la enseñanza de educación higi&.rica.”

El Departamento de Educación Sanitaria debe tener el papel de %nimador” de los programas de Educación Higiénica dentro y fuera de la Escuela, pero siempre en contacto y con la colaboración de ella. Además, actuar a trav& de los organismos locales de salubridad en cada jurisdicción.

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1254 BOLETfN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA

En Cuba se ha hecho oficial la llamada “Semana del Niño,” propugnada por el Club Rotario de la Habana, recogiendo una iniciativa del Club Rotario de Nueva York. En esa Semana existe un dfa de la Salud. Los maestros la celebran con entusiasmo y piden al Departamento de EducaciBn Sanitaria de Salubridad “Actos de Educación Higi6nica.” Se aprovechan unas veces para hacer “actos de siembra” (charlas y películas para escolares, maestros, autoridades locales y representativos de sociedades culturales y cívicas) y otras para “Actos de cosecha” o de entrega de premios, para los niños triunfadores, a los que con- curren, además los padres de familia y publico en general. El evento se trans- forma en un segundo acto de educación sanitaria mas rico en colorido e interés, en el que ademAs de charlas, pelfculas, entrega de premios-diplomas y otros- los niños hacen dramatizaciones sobre temas de higiene.

Y de este modo, entendemos que hacemos buena la expresión, de que la escuela debe ser el centro principal de Educación Sanitaria.

OBJETIVO Y FINALIDAD

A. El objetivo de la Educación Sanitaria es lograr que “cuando el niño llegue a la edad adulta sea un individuo educado sanitariamente” (14). Que haya comprendido, aprendido, aceptado y que practique las recomendaciones de la higiene y de la Medicina Preventiva y construc- tiva. Que posea, además, una actitud personal a tono con los intereses sanitarios individuales, familiares y de la colectividad.

B. Laborar también entre los adultos, por todos los procedimientos disponibles, para neutralizar las prácticas antihigi6nicas heredadas de antaño a través de las generaciones. Procurar ganar la voluntad de las gentes hacia el ideal de que sea “una persona educada sanitaria- mente,” y que conozca, en consecuencia, “los hechos básicos relacionados con la salud y las enfermedades, que trabaje por el bien de su propia salud y la de sus dependientes, que trabaje por el bien de la salud colec- tiva” (15).

C. Consecuentemente con lo anterior, se debe “Lograr unir, para una acción provechosa al bien colectivo a sectores sociales muchas veces en actitud de franco antagonismo-el cual en muchas ocasiones es más aparente que real-lograr esa compatibilidad de los diversos sectores sociales, repito, será una buena prueba de la capacidad de dirección, inteligencia y buen sentido” (16).

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Diciembre 1960] EDUCACI6N SANITARIA 1255 una conciencia sanitaria que regule y dirija nuestros actos para beneficio de la salud de cada uno, de la familia y de la comunidad.

CONCLUSIONES

1. Que todos estamos obligados a actuar en pro de la salud individual, familiar y colectiva.

2. Que las condiciones del medio ambiente físico, deben ser motivo de constante preocupación para que no sea un factor contrario a la salud.

3. Que es una obligación de todos los integrantes de la comunidad el laborar por el establecimiento de servicios médicos-sociales-sanitarios adecuados, y velar por el buen uso y funcionamiento de los mismos.

4. Que se gestione el establecimiento de un Departamento de Educa- ción Sanitaria dentro del Ministerio de Salubridad, en los países que a6n no lo tengan, y que se dote de personal idóneo y se le faciliten los recursos necesarios para que pueda efectuar una labor intensa y efectiva de Educación Sanitaria.

5. Que se establezca entre los Ministerios de Salubridad y de Educa- ción, la coordinación de la enseñanza de la Educación Sanitaria, creando organismos interministeriales para esta finalidad. Que en esta coordina- ción pueden también incorporarse otros Ministerios, como los de Agri- cultura, cuando posean Departamento de Educación Agrfcola.

6. Que los departamentos de Higiene Escolar, que funcionen en el Ministerio de Salubridad o en el de Educación, deben estar suficien- temente dotados para que realicen la labor a ellos encomendada, como factor importante de Educación Sanitaria práctica, creadores de hábitos beneficiosos a la salud.

7. Que los edikios escolares deben estar dotados de condiciones óptimas en instalaciones y equipos, para que ofrezcan un ambiente sani- tario a los escolares, contribuyan a crear hábitos sanitarios en ellos, y sirvan de ejemplo a la comunidad.

8. Que se organicen cursos regulares sobre Educación Sanitaria en las escuelas normales para futuros maestros, y que a los maestros en ejercicio se les ofrezcan cursillos intensivos sobre tópicos similares.

9. Que la Escuela Primaria Fundamental ofrece una oportunidad magnífica para la Educación Sanitaria, por los programas especiales que se preparan y porque ejercerá su acción sobre un sector de la población que hoy en día se escapa a toda labor educativa, o que pasa por la escuela recibiendo tan solo una enseñanza muy limitada.

10. Que la Educación Sanitaria debe ser considerada como el medio más eficaz para que cada individuo sepa defender y mejorar su salud, creando en el mismo una conciencia nueva que ha de regir y dar pautas a su conducta social higiénica.

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1256 BOLETfN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA 12. Que entre los analfabetos también se debe hacer Educación Sanitaria por estimar que si bien es cierto que alfabetizar es abrir rutas para la superación cultural, nada impide que se pueda impartir enseñanza auditiva y visual en estos casos.

13. Que debemos ver con gran simpatía el que los organismos inter- nacionales, como la Organización Mundial de la Salud y la UNESCO en una proyección mundial, y la Organización de Estados Americanos y la Oficina Sanitaria Panamericana, en un plano continental, no sola- mente se preocupen por la Educación Sanitaria, sino que elaboren programas de acción, ya que están en desarrollo, y tomen medidas de organización administrativa y tknica, para su ejecución.

REFERENCIAS

(1) Organisacián Mundial de la Salud, Comité de Peritos en Saneamiento, Informe Técnico No. 10, mayo 1950, Ginebra.

(2) Smillie, Willson G.: “Medicina Preventiva y Salud Pública,” 1949. (3) Derryberry, Mayhew: El Papel de la Educación Sanitaria en un Pro-

grama de Salubridad Pública, BoE. Of. San. Pan., ju1. 1947, Washing- ton, D. C.

(4) Fermoselle-Bacardí, J.: La EducaciBn para la Salud (Conferencia pro- nunciada en el Seminario de la ONU, Habana, diciembre 1949 a enero 1950). Salud Ptiblica, 16, jun. 1950. Habana.

(5) Segunda Conferencia Panamericana de Educación Sanitaria, Caracas, enero 1947. Bol. Of. San. Pan., julio 1947, Washington, D. C. (6) Parra, Horacio: Preparación Técnica del Magisterio en Educación Sani-

taria. “Seminario Regional de Educación en la América Latina”. Caracas 1948. Unión Panamericana, Washington, D. C., 1949. (7) Oficina Sanitaria Panamericana, Oficina de Informaciones Públicas, 23

agto. 1950, Washington, D. C.

(8) Frank, Lawrence K.: Educación Sanitaria, Am. Jour. Pub. Health, 357, 36: 4, ab. 1946.

(9) Nannetti, Guillermo: “La América Latina ante la UNESCO y la OEA,” Unión Panamericana, Washington, D. C., mayo 1950.

(10) Fermoselle-Bacardf, J.: Informe Anual 1947, Servicio de Educación y Divulgación Sanitarias Rurales, Salud PtibZiea, jun. 1948, Habana. (ll) Fermoselle-Bacardí, J.: Informe Anual 1948, Servicio de Educación y

Divulgaciõn Sanitarias, Xalud PtibEca, jul. 1949, Habana.

(12) Fermoselle-Bacardt, J. : Unidad Sanitaria “Louis Shapiro,” Informe Anual 1939, Secretaría de Salubridad y Asistencia Social, San José de Costa Rica.

(13) Vicente, S.: Critica sobre Materiales Visuales. (Segunda Conferencia Panamericana de Educacibn Sanitaria.) Bol. Of. Xan. Pan., jun. 1947.

(14) Fermoselle-Bacardf, J.: La Educación Higiénica del Escolar, Rev. Serv. SociaE, 14, ab.-sbre. 1949, Habana.

(15) National Conference for Cooperation in Health Education: Suggested School Health Policies. “‘A charter for School Health.,, 1946. (16) Dfaz Guzm&n, J. A.: Los Médicos Jefes y las Labores de Educación Sani-

Referências

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