• Nenhum resultado encontrado

3. Somatismos

3.3. Idiomaticidad

3.3.1. Metáfora

El lexema metáfora proviene del griego clásico μεταφορά [metaforá]. La etimología de dicho vocablo compuesto se da a partir de la preposición μετά [metá], que significa después de, más allá de, y del verbo φέρειν [fér(e)in], que significa llevar.15Por lo tanto, en dicho lexema griego subyace la idea de lo que se lleva más allá, o sea del transporte, del traslado; concepto el cual se ha mantenido en el griego moderno y ha pasado a otras lenguas.

El primer estudio sobre la metáfora, como tropo literario y retórico, se remonta a la Poética y a la Retórica de Aristóteles, quien la entiende como un tipo de comparación tácita, basada en similitudes ya existentes.16 Babiniotis en su Diccionario de la lengua griega moderna (DLGM) apunta, en su sexta acepción, que la metáfora es una “figura retórica, según la cual un objeto o un sentido figurado no se expresa con el elemento típico literal de la lengua, sino que se da mediante otra palabra o frase, con la que tiene en común uno o varios rasgos semánticos”. El Diccionario de la Lengua Española (DRAE), en su 23ª edición, define la metáfora, en su primera acepción, como “tropo que consiste en trasladar el sentido recto de las voces a otro figurado, en virtud de una comparación tácita”.

Respecto a la metáfora, Mellado Blanco anota en su tesis doctoral,

La metáfora es una transformación semántica que afecta a la mayoría de los FR idiomáticos, siendo la responsable directa de su amplio

15 El DLGM apunta bajo el lema metáfora que en retórica es un tropo, según el cual utilizamos una palabra con el significado de otra palabra y no con el suyo, o sea el significado literal.

16 En su Poética (21, 6-9) Aristóteles apunta: «μεταφορὰ δέ ἐστιν νόματος λλοτρίου ἐπιφορὰ ἀπὸ το γένους ἐπὶ εδος πὸ το εἴδους ἐπὶ τὸ γένος ἢ ἀπὸ τοεἴδους πὶ εἶδος κατὰ τὸ

νάλογον». Y en su Retórica (ΙΙΙ, 11,5) anota: «δεδὲ μεταφέρειν, καθάπερ εἴρηται πρότερον, πὸ οκείων καὶ μὴ φανερν, οον καὶ ἐν φιλοσοφί τὸ μοιον καὶ ἐν πολὺ ιδιέχους θεωρεῖν εστόχου,

σπερ ρχύτας ἔφη ταὐτὸν εἶναι διαιτητὴν καὶ βωμόν». O sea que se produce una metáfora cuando se da a algo un nombre distinto, a partir de otros elementos ya conocidos (Stamatelopoulos: 16).

significado. Su esencia descansa en la transformación semántica de un significado A en un significado C, en virtud de la similitud de ambos con un tercero B (tertium comparationis) (1997: 56).

Asimismo, la “designación metafórica se considera como un universal lingüístico”, dado que su naturaleza radica en la representación de conceptos abstractos mediante otros más concretos. Además, en lo que concierne a la comparación metafórica, señala que la similitud entre el nuevo objeto y el tertium comparationis es una similitud subjetiva, según y conforme la perciben los miembros de una comunidad lingüística (Mellado, 1997: 56). Así pues, según Lakoff y Johnson (198), “las metáforas crean una serie de implicaciones, que son las únicas capaces de sistematizar de forma coherente ciertos aspectos de nuestra experiencia” (Mellado, 1997: 57).

Estos destacados lingüistas señalan que la metáfora “impregna la vida cotidiana, no solamente el lenguaje, sino también el pensamiento y la acción. Nuestro sistema conceptual ordinario, en términos del cual pensamos y actuamos, es fundamentalmente de naturaleza metafórica” (Lakoff y Johnson: 39).

Por lo tanto, metáfora y pensamiento están estrechamente vinculados de modo que la metáfora, como fenómeno lingüístico, se entiende como el resultado del pensamiento y de la acción como experiencia actuando de manera conjunta. Por consiguiente, todas las metáforas se basan en la experiencia, o mejor dicho, sin ella ni siquiera podrían ser entendidas (Mellado, 1997: 57).

Cabe asimismo apuntar que, según los postulados de la lingüística cognitiva, la metáfora conceptual es un fenómeno de cognición, en el que un área semántica o dominio se representa conceptualmente en términos de otro. O sea, nuestro conocimiento de cierto campo conceptual, concreto o cercano a nuestra experiencia física, sirve de base para estructurar otro campo más abstracto. El primero se denomina dominio fuente u origen y el segundo, dominio meta o destino. Así pues, la

metáfora conceptual se basa en la noción de correspondencias ontológicas entre conceptos de diferentes dominios (Soriano: 87). En otras palabras, nuestra estructura conceptual se apoya en construcciones imagen-esquemáticas emergidas de la experiencia.

Debido al carácter corporal de la experiencia humana, Mark Johnson (1987) desarrolló el término image scheme [esquema de imagen]. Un esquema de imagen “es un área conceptual derivada de la interacción humana, que llevada a cabo repetidamente, adquiere un carácter simbólico y esquemático” (Marciej : 394). Los dominios relacionados con el cuerpo humano forman la base para estructurar dominios más abstractos, ya que, implícita o explícitamente, lo concreto pertenece a nuestro entorno (Marciej: 395). Existe una convención tipográfica para indicar los dominios conceptuales a través de la siguiente fórmula (o isomorfismo): EL DOMINIO META ES DOMINIO ORIGEN (Soriano: 87).

Valgan como ejemplo los esquemas de imagen referentes a OBJETO, MOVIMIENTO y CONTENEDOR, de los que surgen las siguientes metáforas presentes en somatismos españoles y griegos, en los que se puede observar la base del razonamiento metafórico:

EL HABLA ES MOVIMIENTO de boca en boca

(DFDEA)

από στόμα σε στόμα [de boca en boca] (DLGM)

divulgándose en

conversaciones o comentarios, o en transmisión oral (en español frecuentemente con verbos como andar/correr)

LAS PALABRAS SON OBJETOS decir (alguien) lo que

(se) le viene a la boca (DFDEA)

λέει ό,τι του κατέβει/

ό,τι του κατεβάζει το κεφάλι/η κούτρα/η γκλάβα/ο νους/το ξερό του [dice lo que se le baja/ lo que baja su cabeza/mollera/mente (DULGM)

decir lo que se le ocurre a alguien, sin reflexión ni miramientos

LA CABEZA ES UN RECIPIENTE no caberle/no entrarle

(algo) en la cabeza/en la mollera (a alguien) (Varela y Kubarth:

34); no caber en cabeza humana (DFDEA)

δεν το βάζει/δεν το χωράει/ δεν μπορεί να το χωρέσει ο νους/ το μυαλό (κάποιου)/του ανθρώπου [no lo pone/no cabe/no lo puede contener la mente, el cerebro (de alguien)/del ser humano] (DULGM)

resultar algo incomprensible a alguien

Por una parte, existe el dominio origen o fuente, que contiene los conceptos que corresponden a la forma, y por otra parte, el dominio destino o meta que contiene los conceptos más próximos al significado de una UF. Se trata, pues, de una transposición de conceptos desde el dominio origen (el movimiento, los objetos, el recipiente) hacia el dominio destino (el habla, las palabras, la cabeza como contenedor del pensamiento). En otras palabras, por medio de la metáfora se entiende lo abstracto (el habla, las palabras, la cabeza como contenedor del pensamiento) en términos de lo concreto (el movimiento, los objetos, el recipiente). Cabe asimismo apuntar que la mayoría de las imágenes a las que remiten los FR son realizables o en otros casos visualizables, como en el siguiente somatismo, en el que también se observa su transparencia o idiomaticidad débil:

echar espumarajos

por la boca (DDFE) βγάζει αφρούς (από το στόμα/από το κακό του) [sacar espuma (por la boca/

de su mal)] (DULGM)

mostrarse muy enfadado o irritado

Un gran número de metáforas que designan varias partes del cuerpo humano se crean por su semejanza visual con objetos de la vida cotidiana; por lo tanto, esta es una de las bases de motivación más productiva en el razonamiento metafórico. En el caso de las metáforas antropomórficas, el cuerpo humano puede ser a la vez donante y receptor de imágenes; o sea que el ser humano “se ha servido siempre en primer término de su propio cuerpo para designar la realidad que lo circunda” (Ullman 1970:

242), por lo que juzga su entorno en consonancia con su propio yo. En griego decimos η πλάτη της καρέκλας (DLGM) [la espalda de la silla], τα μπράτσα της πολυθρόνας (DLGM) al igual que en español: los brazos del sillón; hablamos de los dientes de la sierra (DRAE) o de τα δόντια του μαχαιριού (DLCM) [los dientes del cuchillo], de la boca del metro, la cabeza del clavo.17 Este tipo de metáfora, que, además, es la más común en los FR somáticos, ha sido denominada por Ullmann (1996) metáfora referencial. En cambio, la metáfora basada en una asociación de sensaciones o sentimientos, o sea no referencial, ha sido denominada metáfora emotiva, como por ejemplo el adjetivo amargo cuando se usa para determinar un sentimiento, puesto que en este caso se produce una transpolación del sentido del gusto al sentimiento o sea que se produce una metáfora cinestésica.

Entre los SO que presentan más idiomaticidad por expresar emociones, cualidades, comportamientos y estados de ánimo del ser humano están los verbales, mediante los cuales el hablante pretende atraer la atención del receptor y materializar una

17 Con respecto a los dos últimos ejemplos no existe equivalencia en griego moderno. En vez de boca de metro se dice η είσοδος/έξοδος του μετρό o sea, la entrada/salida del metro. En cuanto a cabeza se utiliza este vocablo sobre todo para el alfiler η κεφαλή της καρφίτσας, o sea, la cabeza del

valoración subjetiva (Mellado, 1999: 333). Ejemplo de la fuerza evocadora, de la expresividad y de la carga connotativa valorativa y emocional transmitida a través de la metáfora tenemos en el SO verbal bullirle/hervirle la sangre (a alguien)18, cuya primera acepción: “Tener el vigor y la inquietud propios de la juventud” (Varela y Kubarth: 252) tiene su correspondencia exacta en el SO griego βράζει/κοχλάζει το αίμα (κάποιου), dicho de alguien que posee “gran viveza, energía y fuertes impulsos”

(DULGM).

En el ámbito de las metáforas conceptuales creemos oportuno añadir el caso de las metáforas orientacionales o locales, por su alta frecuencia en las UF somáticas, dado que “se basan en nuestra experiencia física y cultural con el mundo exterior a partir del espacio primario de nuestro propio cuerpo” (Mellado, 1997: 57). La relación entre el cuerpo y su entorno también constituye un punto de referencia fundamental en nuestro sistema conceptual de espacio y orientación. Una metáfora muy frecuente en este tipo de metáforas orientativas o espaciales es: LO BUENO ES ARRIBA, LO MALO ES ABAJO (Mellado, 1997: 57 y 1999: 334). Pongamos por caso los siguientes FR somáticos:

con la frente bien alta/erguida/

levantada (DDFE)

το κούτελο ψηλά/ καθαρό κούτελο [la frente en alto/

frente limpia] (DLGM)

con entera dignidad, sin el más mínimo rubor

caérsele (a alguien) la cara de vergüenza (DDFE)

μου πέφτουν τα μούτρα [caérsele la cara (a alguien)] (DULGM)

sentirse alguien sumamente avergonzado por ser el hazmerreir, etc.

En este tipo de metáforas se advierte claramente cómo cada colectividad sociocultural y lingüística usa las nociones de orientación espacial (arriba-abajo, delante-detrás, dentro-fuera, derecha-izquierda, etc.) para estructurar sus asociaciones conceptuales.

18 La segunda acepción es “Estar furioso”(Varela y Kubarth: 252).